jueves, 9 de abril de 2020

SIN CACHORRO… NO HAY NAVIDAD…




Capítulo 18: Por muy enojados que estemos, siempre te protegeré… III parte.


Declaimer: Noticia de último momento… “YU – GI – OH!, No es mío”… Mucho menos sus personajes… Son propiedad de su respectivo autor, pero toda la trama de esta historia si es creada por mí. Amo inventarles historias nuevas a mis queridos personajes, es una manera de expresar lo que siento, y tener la dicha de poderlo compartir con todos ustedes.  ^_^

******************************

Días después…

         Buenas tardes mi amor.

         Buenas tardes amor.

         Me sorprende que hayas venido temprano.

         Quise darte la sorpresa para que almorzáramos juntos.

         Qué lindo detalle amor, gracias. – Le da un beso en los labios.

         Cuéntame, lograste comprarle algo de ropa.

         Si, aunque al principio no quería, me sorprende que ese muchacho no ha cambiado en nada, si tan sólo lo hubieras visto, se sonrojaba cada vez que le explicaba para que servía cada prenda.

         Ya puedo imaginarme la cara que ponía.

         Y eso no es todo, su embarazo le sienta bien, lo hace verse más hermoso.

         Si lo sigues halagando de esa manera me pondré celoso. – Bromeaba con su pareja.

         No seas tontito Marik, yo solamente tengo ojos para ti.

         Lo se amor, pero sígueme contando que más hicieron.

         También le compré algunas cosas para su bebé, el rato que pasamos juntos me di cuenta que Joey está feliz con su hijo, no se cansa de contar los días para tenerlo en sus brazos.

         Me lo imagino, ese bebé lo es todo para él, si no fuera por ese niño, quizás Joey no hubiera soportado la separación de su esposo.

         En eso si tienes razón, y me preocupa un poco.

         ¿Por qué?

         No quería decirte nada, pero lo he visto algo demacrado.

         Entiendo. – Se quedó pensando por un momento. – Por cierto Malik, quiero pedirte un favor.

         Tú puedes pedirme lo que quieras.

         Lo sé.

         Ahora dime de qué se trata el favor que me vas a pedir.

         Quiero que ayudes a Joey en todo lo que puedas.

         ¿Ayudarlo cómo?

         En cosas básicas como por ejemplo… Los cuidado que debe de tener, puedes darle algunos consejos cuando su parto esté cerca, dile que tiene que tener lista una pañalera, y que no se avergüence de usar la ropa que utilizan los hombres embarazados. Tú ya pasaste por eso, y creo que no estaría mal que él se sienta apoyado por alguien que tenga un poco de experiencia.

         Me sorprende que quieras ayudarlo, y la verdad es que no entiendo por qué lo haces. No me saldrás ahora con que le tienes lástima.

         Claro que no, es sólo que… – Dio un fuerte suspiro. – A ti no te puedo mentir, aún tengo remordimientos por la manera en como lo traté al principio, fui bastante grosero y desconfiado con él.

         Amor, ya no deberías de mortificarte por eso, Joey te perdonó hace mucho tiempo.

         Lo sé, pero esta vez me gustaría ayudarlo aunque sea un poco.

         Puedo hacerte una pregunta.

         Desde luego, pregúntame lo que quieras.

         ¿Seguirías confiando en Joey, si lo vieras de nuevo con esa mujer?

Hubo un profundo silencio, el mayor tragó saliva en seco, definitivamente su esposo era muy listo y nada se le escapaba. Después de pensarlo un poco decidió responder.

         La verdad es que nunca se me cruzó por la mente lo que me estas preguntando, pero si se llegara el caso, mi deber es informarle a Seto.

         Pero…

         No está en mí en confiar en él, o no, más bien está en las manos de Seto, es el quien tiene que aprender a confiar en su esposo.

         Tienes toda la razón.

         No te preocupes amor, ten por seguro que el siempre tendrá mi apoyo.

         Yo también estoy dispuesto a ayudarlo en lo que pueda.

         Muchas gracias Malik, ahora a comer, no quiero que se me haga tarde.

         De acuerdo, vamos.

******************************

         ¿Te pasa algo? – No hubo respuesta. – Joey, te estoy hablando.

         Eh… Perdón Ryou, ¿qué me decías?

         ¿Qué pasa contigo? Últimamente te he visto bastante distraído, y preocupado al mismo tiempo.

         No me pasa nada.

         Si eso fuera verdad, no estuvieras jugando con tu comida.

         Lo siento. – Soltó el tenedor que tenía en su mano.

         ¿Qué es lo que te preocupa Joey?

         Yo…

         Tú sabes que puedes decirme lo que sea.

         Lo sé. – Bajó un poco la mirada. – Es sólo que… ¿Te acuerdas de aquel hombre que me pasaba acosando todo el tiempo?

         Claro que me acuerdo, como olvidar a ese desgraciado si me caía tan mal.

         Resulta que hace tres días lo despidieron.

         ¡Oh, esa sí que es una buena noticia! Yo que tu debería de estar feliz de que ya no esté ese desgraciado.

         Si lo estoy, es sólo que…

         ¿Qué es lo que te inquieta? Finalmente podrás hacer bien tu trabajo sin que nadie te pase hostigando.

         Créeme que por esa parte estoy contento, lo malo es que todavía hay algunos que están resentidos conmigo porque su amigo se fue del restaurante.

         Tú no les hagas caso, me alegra que hayan echado a ese viejo. Pero sigo sin entender por qué has estado tan pensativo.

         Creerás que estoy loco por lo que voy a decirte, pero algo me dice que Seto, tuvo que ver con el despido de ese viejo.

         ¿Por qué piensas eso?

         No lo sé, sin embargo eso me haría muchas ilusiones de que todavía le importo.

         Joey, perdóname por lo que voy a decirte, si el señor Kaiba te hubiese ayudado, ¿no crees que ahí mismo te buscaría para hablar contigo?

         Eso mismo pensé, y no he dejado de darle vueltas al asunto.

         Ya no te martirices con eso, lo importante es que ese miserable ya no es tu jefe.

         Es verdad, gracias por animarme Ryou.

         No me lo agradezcas, mejor termina de almorzar antes de que te agarre la tarde.

         Discúlpame por dejarte solo este día.

         No te preocupes, entiendo que tienes horarios rotativos.

         A veces me gustaría tener un sólo horario. – Suspiró melancólico.

         Mejor no pienses en eso, y termina de comer.

         Gracias Ryou, por cierto, necesitamos comprar provisiones para la semana.

         Olvídate de eso que yo me haré cargo de comprar todo lo que necesitamos.

         De acuerdo, aun así te dejaré algo de dinero.

         No te molestes, mejor ocúpalo para la cuna de tu bebé.

         No, como crees, yo…

         No discutas, y hazme caso.

         Muchas gracias Ryou.

******************************

         ¿Por qué estás tan pensativo?

         Por nada en especial.

         Entiendo. – Estaba por irse hasta que…

         ¿A dónde vas?

         Me doy cuenta que quieres estar solo, y que yo salgo sobrando.

         No digas eso.

         Pero es así como me haces sentir, llevo ratos hablándote, y tú ni caso me haces.

         Discúlpame por favor.

         No es necesario que te disculpes, tal parece que va ser muy difícil volverme a ganar tu confianza. – Manifestó con tristeza.

         ¿Por qué dices eso?

         Desde que tuvimos aquella conversación, tú ya no me cuentas de tus problemas, ya no me cuentas nada de tu vida, hasta parecemos dos extraños tratando de buscar un tema de conversación.

         Perdóname Noah. – Bajó un poco la mirada. – No era mi intención hacerte sentir mal.

         Está bien, no te preocupes, lo único que deseo es que procures confiar en mí, si tienes algún problema puedes desahogarte conmigo, tal vez te pueda ayudar.

         Noah…

         No digas nada Mokuba, solamente quiero que no me excluyas de tu vida, ¿acaso eso es mucho pedir? Creí que ya no iba a ver secretos entre nosotros.

         Tienes razón, discúlpame por no haberte tomado en cuenta. ¿Me perdonas?

         Yo no tengo nada que perdonarte Mokuba. – Le acaricia su rostro suavemente.

         Voy a contarte lo que me tiene preocupado, pero es algo sumamente delicado, es algo que ni mi hermano sabe.

         Si crees que estás listo para que confíes en mí, puedes contarme lo que sea.

         Si, si estoy dispuesto a volver a confiar en ti, porque esta vez estoy seguro que no me vas a defraudar.

         Te prometo que todo lo que me digas, no lo sabrá nadie más.

         Gracias. – Le dio un pequeño beso en los labios. – Hace algunos días estuve hablando con Malik.

         ¿Malik Ishtar?

         Si.

         ¿Sobre qué hablaron?

         De muchas cosas, resulta que su esposo Marik, es quien se encarga de vigilar a Joey todos los días.

         ¿Queeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeé?

         Tal como lo oyes, a donde quiera que va Joey, él lo sigue sin que se dé cuenta.

         ¿Por qué lo pasa siguiendo?

         Es una petición de mi hermano, quiere saber si Joey lo engaña realmente.

         Baia, no tenía idea, y qué es lo que te preocupa.

         Por alguna extraña razón, Marik le está ayudando a Joey por medio de su esposo.

         Espera un segundo, eso quiere decir que fue Malik quien te dijo dónde vivía Joey.

         Si, él era quien me hacia las llamadas misteriosas.

El peliverde estaba boquiabierto a todo lo que escuchaba.

         Creo que estoy empezando a entender muchas cosas.

         Discúlpame por no habértelo dicho antes.

         No te preocupes, lo entiendo.

         Ahora que ya lo sabes, tienes que aprender a disimular cada vez que vayamos a visitar a Joey, hacer cuenta y caso que Marik no está en ninguna parte.

         De acuerdo, haré todo lo que me digas.

         Gracias amor.

         Al contrario, gracias a ti por confiar de nuevo en mí.

         Es porque te amo.

         Yo igual te amo mucho.

******************************

Horas más tarde…

Un hombre había decidido llegar temprano a su mansión, todos los sirvientes lo recibían con saludos, a los que él no contestó ninguno y prefirió irse a su habitación dando la orden de que nadie lo molestara.

         Demonios, no sé si habré hecho lo correcto, pero como dice el refrán: Lo hecho, hecho está. Únicamente espero que ese hombre haya cumplido mi orden en despedir a ese maldito miserable, eso le enseñará a no meterse con lo que es mío. – Se paseaba de un lado a otro por toda su alcoba. – Espero que nunca te vayas a dar cuenta que fui yo quien te ayudó, cachorro. – Se sentó en la orilla de la cama, volteó a ver al lugar donde solía dormir su esposo. – Por muy enojados que estemos, siempre te protegeré, fue la promesa que te hice antes de casarnos. Debo de admitir que todavía te amo, lo malo es que me sigo preguntando, ¿por qué tuviste que engañarme? ¿Quién es esa mujer? No puedo borrar de mi mente cuando te encontré abrazándola, y lo que más rabia me dio es que lo hacías con tanto cariño, y en cuanto me viste, sonreíste alegremente, era como si esperabas a que yo llegara, fue en ese momento que sentí como si te estabas burlando de mí, como si buscabas el tiempo perfecto para decirme que habías encontrado a alguien más. ¿Cómo te has de haber burlado de mí? Si ya no me querías, al menos hubieras tenido el descaro de decírmelo frente a frente, pero no, preferiste ocultármelo, ¿es que acaso pensabas que yo nunca me iba a dar cuenta? ¿Pensaste que seguirías manteniendo en secreto a tu amante? Estúpido perro, solamente te aprovechaste de mí, sabias a la perfección cuál es mi punto débil, y no vacilaste para romper mi corazón. – Agarró un portarretrato que estaba sobre la mesita de noche. – ¿Cómo te atreviste hacerme esto? No eres más que un perro cobarde, debiste de haberme enfrentado cara a cara, pero en vez de eso, planeaste todo para que te encontrara con esa mujerzuela. – Tiró el portarretrato al suelo haciéndose pedazos al caer. – Si descubro que me engañas, lo vas a pagar muy caro, te haré pagar cada una de mis lágrimas que he derramado por ti, haré que te arrepientas de haberme engañado, estúpido perro callejero, no sé cómo pude enamorarme de ti. – Se levantó de la cama y fue a recoger el portarretrato que estaba tirado en el suelo, ahí tenía la foto de su cachorro quien sonreía alegremente. – Aun recuerdo cuando te tomé esta foto, estabas muy contento cuando cumplimos nuestro primer aniversario de bodas. – Se limpió las lágrimas y puso de nuevo el portarretrato en su lugar.




******************************

Un joven albino caminaba por una de las calles de ciudad Domino, en sus manos traía muchas bolsas de todas las cosas que había comprado para la semana, en lo que caminaba recordaba la conversación que tuvo con su jefe por teléfono.

FLASH BACK

         Hola, buenas tardes Bakura.

         ¡Ryou! Que sorpresa que me llames por teléfono.

         Este… Yo…

         ¿Sucede algo malo?

         No, solamente le llamaba para ver si podía acompañarme a comprar algunas cosas. – Se sintió afortunado de que estuviera del otro lado del teléfono, ya que sabía que sus mejillas estaban coloradas.

         Lo siento mucho Ryou, en estos momentos voy de salida.

         Oh, y puedo saber a dónde.

         Discúlpame por favor, no puedo decirte.

         Entiendo, y supongo que no querrá que lo acompañe.

         Por favor Ryou, ya no me haga más preguntas, pero le prometo que lo sabrá a su debido tiempo.

         Está bien. – No supo por qué se sintió un poco molesto de que lo rechazara. – En ese caso ya no le quito más su tiempo.

         Ryou, espera por fa… – No terminó la frase ya que la otra persona había colgado.

FIN DEL FLASHBACK

         No entiendo por qué tanto misterio, ¿Por qué no me dijo a dónde iba? ¿Y por qué no quería que lo acompañara? – Sacudió un poco su cabeza para alejar los malos pensamientos. – Que tonto eres Ryou, no deberías de sentir celos de que el salga, total él no es nada mío. Mejor me apuro antes de que se haga de noche, y me agarre más la tarde.

Apresuró el paso para poder llegar a su apartamento, después de media hora de camino, estaba llegando a su destino, y en cuanto llegó, se sorprendió bastante al mirar una escena un poco desagradable para él...

         ¿Interrumpo? – Cuestionó molesto.

Una de las personas en cuanto volteó a ver hacia atrás, sin pensarlo dos veces se le abalanzó a sus brazos, este acto hizo que el recién llegado soltara todas las bolsas que traía en sus manos.

         Snif, snif, snif, snif, snif, snif… Ryou… Snif, snif, snif, snif, snif, snif… – Fue lo único que pudo decir la persona quien lo abrazaba con todas sus fuerzas.

         ¿Qué es lo que está pasando aquí? – Preguntó sorprendido y alarmado al mismo tiempo.


Continuará…



N/A: ¿Qué habrá pasado? ¿Ryou estará sintiendo algo por Bakura? ¿Se decidirá el neko en reconciliarse con su cachorro? ¿Se habrá puesto celoso Ryou ante la escena que vio con sus propios ojos? Todo esto y más lo sabremos en el siguiente capítulo, no se pierdan mañana la continuación. Muchísimas gracias por tomarse su tiempo en leerme, no olviden dejar sus comentarios que yo con mucho gusto les responderé.

Me despido cordialmente de ustedes con mucho cariño, les mando muchos besos y un fuerte abrazo virtual.

Atte.:

            KAT.



P.D.: La foto que usé en este capítulo, la encontré en la internet, y me pareció perfecta para ponerla.



No hay comentarios:

Publicar un comentario