viernes, 5 de mayo de 2023

LA LEYENDA DEL MONSTRUO DE OJOS ROJOS…



Capítulo 69: No tenía idea que usted también supiera divertirse… III parte.

 

 

Declaimer: Como siempre… Bla, bla, bla, bla, bla, bla… Los personajes de YU – GI – OH!, “No me pertenecen”… Chiquiris maquiris, son propiedad de su respectivo autor, abra cadabra, solamente lo hago porque me encanta escribir, y que ustedes se diviertan de mis locuras… Es mi manera de expresar lo que siento, y tener la dicha de poderlo compartir con todos mis lectores…

 

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Semanas después…

 

Una joven de piel blanca, cabellos rubios y ojos color verde esmeralda, se encontraba en su habitación dando vueltas de un lugar a otro. No dejaba de pensar en su amigo y sobre lo que se atrevió a hacer…

 

         Creo que su obsesión por cumplirle la promesa a su bisabuelo, lo está llevando demasiado lejos. – Se decía así misma. – Aun no puedo creer lo que hizo… – Su mente le hacía recordar aquel día…

 

FLASH BACK

 

Llegaba toda enfadada a la casa de su amigo, la persona que le abrió la puerta decidió no hacerle preguntas y se limitó en decirle donde estaba su nieto. Al llegar al lugar, entró de un sólo golpe.

 

         ¡YŪGI MUTŌ! – Exclamó enojada.

 

         Rebecca, hola. – Saludó como si nada hubiera pasado.

 

         No me digas hola así nada más, explícame por qué demonios te fuiste dejándome tirada en el restaurante.

 

         No vas a creer lo que pasó. – Sonreía de manera maliciosa.

 

         Dame una buena razón para no golpearte ahora mismo.

 

         Tranquilízate por favor, tuve que irme del restaurante rápidamente para que no me quitaran el libro.

 

         ¿Qué libro? ¿De qué estás hablando?


         Mira. – Le mostraba el objeto.

 

         ¿De dónde lo sacaste?

 

         ¿Te acuerdas del hombre del que te hablé?

 

         Aja… ¿Qué con eso?

 

         Resulta que estaba en el mismo restaurante en donde tú y yo nos íbamos a reunir.

 

         ¿Qué? – Cuestionó estupefacta. – No me digas que tú...

 

         Así es, finalmente lo tengo en mi poder.

 

         ¿Qué es lo que has hecho?

 

         Nada, solamente se lo arrebaté tal y como él lo hizo conmigo.

 

         ERES UN IDIOTA. – Gritó más que molesta. – NO TE DAS CUENTA DE LO QUE ACABAS DE HACER.

 

         Y según tú, ¿qué fue lo que hice?

 

         LE ROBASTE EL LIBRO A ESE HOMBRE.

 

         YO NO SE LO ROBÉ. – Contestó enfadado. – Y SI ASÍ FUERA… ÉL, ME LO ROBÓ PRIMERO.

 

         NO LO PUEDO CREER, NO SABES EL LÍO EN EL QUE TE HAS METIDO.

 

         BUENO YA, EN VEZ DE REGAÑARME TANTO, DEBERÍAS DE ESTAR CONTENTA POR HABERLO OBTENIDO. ERA LO QUE DESEÁBAMOS DESDE UN PRINCIPIO.

 

         ES VERDAD QUE LO DESEÁBAMOS, PERO NO DE ESTA MANERA.

 

         ¿ESO SIGNIFICA QUE NO ME AYUDARÁS A TRADUCIRLO?

 

         SIENTO QUE NOS VAMOS A METER EN MUCHOS PROBLEMAS SI ESA PERSONA DECIDE BUSCAR ESE LIBRO.

 

         NO CREO QUE SE ATREVA.

 

         ¿CÓMO PUEDES ASEGURARLO?


         PORQUE ÉL NO SABE QUIÉN SOY YO.

 

         SÍ QUE ERES UN TONTO YŪGI, DESDE EL MOMENTO EN QUE VUELVAS A SALIR DE TU CASA, TARDE O TEMPRANO TE LO VOLVERÁS A ENCONTRAR, Y ES AHÍ…

 

         SE VE QUE TÚ NO SABES NADA DE NADA.

 

         ¡EXPLÍCATE!

 

         NO PIENSO SALIR DE MI CASA, ME QUEDARÉ AQUÍ HASTA QUE HAYA TERMINADO DE TRADUCIRLO.

 

         SI CLARO, COMO SI TÚ SUPIERAS CÓMO HACERLO.

 

         YA VERÁS QUE SI PODRÉ. – MANIFESTÓ RETÁNDOLA.

 

         EN ESE CASO ME VOY, POR LO VISTO LO TIENES TODO CALCULADO Y NO ME NECESITAS. – Se dio la media vuelta para empezar a caminar, pero se detuvo al escuchar las últimas palabras de su amigo.

 

         PENSÉ QUE ERAS MI AMIGA Y QUE ESTARÍAMOS JUNTOS EN ESTO.

 

         SERÉ SIENDO TU AMIGA, PERO NO QUIERO SER CÓMPLICE POR EL ROBO QUE ACABAS DE COMETER…

 

FIN DEL FLASHBACK

 

         Yūgi, es un grandísimo tonto. – Manifestaba molesta. – Desde ese día no ha salido de su casa y ni tampoco me ha llamado. Ja, pero ni crea que lo buscaré, que se las arregle él solo.

 

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         ¡Por un demonio! ¿Dónde se habrá metido este maldito renacuajo? Llevo buscándolo por toda la ciudad por casi dos semanas y ni rastro de él. Es como si la tierra se lo hubiera tragado por completo. Ja, claro, no me extrañaría tratándose de un enano como ese. Lo que me da más coraje es que por culpa de ese renacuajo, mi ex – maestra me llamó la atención. Aunque creo que tiene razón, no debí descuidarme en dejar ese libro sobre la mesa del comedor. Lo que no dejo de preguntarme, ¿para qué quería ese libro? ¿Qué gana con obtenerlo? O mejor aún… – Se quedó pensando para sí mismo por un momento. – ¿Qué estará buscando? ¿Acaso, él sabrá sobre la existencia de Joey? No, no lo creo, de todas maneras tendré más cuidado y sea como sea recuperaré ese libro. No permitiré que ese estúpido renacuajo lo tenga en sus manos y tarde o temprano descubriré lo que está tramando.


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Unos jóvenes se encontraban en una habitación conversando de muchas cosas, hasta llegar a un punto en donde uno de ellos se quedó callado.

 

         Mokuba, oye, te estoy hablando.

 

         ¿Eh? Perdón, ¿qué me decías?

 

         ¿Qué pasa contigo? De pronto te quedaste muy pensativo.

 

         Lo siento mucho, Noah. Me quedé pensando en cómo mi hermano ha cambiado bastante con Joey.

 

         No entiendo por qué te preocupas tanto.

 

         No se te hace raro que la actitud de mi hermano haya cambiado prácticamente de la noche a la mañana.

 

         Pues yo no le veo nada de malo, sino todo lo contrario.

 

         ¿Todo lo contrario? ¿Qué quieres decir con eso?

 

         Yo que tú, deberías de estar contento por ambos, tal parece que ellos ya empiezan a llevarse bien. Y tu hermano se ve feliz.

 

         Eso no te lo discuto, también he notado que Joey, es feliz.

 

         Ya vez como si tengo razón.

 

         Sí, pero… ¿A dónde van todas las tardes? Y cuando llegan a la mansión, los dos entran riéndose y hablando de cosas que no logro entender nada.

 

         Déjalos que sean felices, ya verás que dentro de poco sabrás toda la verdad.

 

         Supongo que tienes razón. Aun así se me hace extraño que mi hermano le esté dedicando más tiempo.

 

         A mí se me hace que estás celoso.

 

         ¿Celoso, yo? Pero que tonterías estas diciendo, ¿por qué debería de estar celoso?

 

         No lo sé, quizás porque Joey ya no sale con nosotros y prefiere salir con tu hermano. O tal vez sea porque tu hermano casi no te presta atención.

 

         Pero que tonterías estas diciendo, es obvio que no estoy celoso.

 

         Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja…

 

         ¡Oye, no te rías!

 

         Lo… Siento mucho…

 

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         ¡Rayos! Llevo dos semanas encerrado en mi habitación y siento que no he avanzado nada. Y lo peor es que ya me estoy desesperando por querer salir, pero si lo hago, lo más probable es que ese hombre me encuentre. – Cerró el libro por un momento. – Ni hablar, tendré que ir a la casa de Rebecca para que me ayude a traducirlo, lo malo es que si voy… No me quedará de otra que pedirle una disculpa. Y conociéndola como es ella, se sentirá toda arrogante y me echará en cara que ella tenía razón. – Se revolvía sus cabellos para pensar en tomar una decisión. – ¿Y si le enseño el libro a mi abuelo? – Pensó para sí mismo. – Que tonterías estoy diciendo, si yo no he podido avanzar, de seguro que él tampoco podrá. – Se levantó de la silla para estirarse un poco. – Como me gustaría que mi bisabuelito estuviera conmigo en estos momentos. – Abrió una de las gavetas de su escritorio para sacar un medallón. – No tienes idea de la falta que me haces. Todavía me sigo preguntando, ¿por qué me diste este medallón? ¿Por qué se asignaste esta tarea? ¿Qué es lo que estoy buscando realmente? ¿Qué pasará cuando encuentre lo que busco? – Se hacía miles de preguntas dentro de su cabeza. – Nada gano con estarme cuestionando, creo que mejor voy a la cocina a ver si como algo y luego seguiré traduciendo este libro.

 

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En algún lugar de la Ciudad de Tokio…

 

         ¿Estás bien?

 

         Si.

 

         ¿Quieres regresar a la mansión? ¿O prefieres quedarte un rato más?

 

         ¿De verdad nos podemos quedar un rato más?

 

         Si tú así lo quieres.

 

         Si, si quiero. – Le sonrió feliz.


         Sí que te gustan los deportes extremos.

 

         Mucho.

 

         ¿Por qué?

 

         Porque puedo tomar mis propias decisiones.

 

         Entiendo…

 

         Señor Kaiba…

 

         Ya te he dicho que me llames por mi nombre.

 

         Lo siento.

 

         ¿Qué ibas a decirme?

 

         No más agradecerle por todo lo que ha hecho por mí.

 

         No hay nada que agradecer, cachorro. – Le dio una pequeña palmada en su hombro.

 

         Sabe…

 

         ¿Qué?

 

         Gracias a ustedes estoy experimentando muchas cosas nuevas, celebré mi primera navidad, empiezo a entender lo que es tener familia, amigos y tener personas que se preocupen por ti. – Bajó un poco la mirada. – Son tantas emociones que nunca antes las había sentido.

 

         Dime algo…

 

         ¿Qué?

 

         ¿Te gusta sentir esas nuevas emociones?

 

         No lo sé. – Respondió cabizbajo.

 

         ¿Cómo que no lo sabes?

 

         La verdad es que me siento bastante confundido, todo lo que mi padre me enseñó y sobre lo que me decía de los humanos, pareciera que todo eso era mentira.

 

         Déjame decirte que en algunas cosas tu padre puede tener razón.

 

         ¿En algunas cosas? ¿Cómo cuáles? – Lo miraba con sumo interés.

 

         Acuérdate que solamente nosotros sabemos de tu existencia, y realmente no sabemos cómo se comportaría la humanidad si te llegaran a conocer.

 

El rubio prestaba atención a todas las cosas que le decía ese hombre.

 

         ¿Usted cree que si todos me llegaran a conocer querrán hacerme daño?

 

         Temo que sí, Joey.

 

         ¿Por qué? No lo entiendo.

 

         Escúchame lo que voy a decirte… – El joven lo miraba directamente a los ojos. – No olvides que tú eres muy diferente a nosotros, te acuerdas la primera vez que saliste con Mokuba y con Noah.

 

         Si, si lo recuerdo.

 

         ¿Cómo te sentiste cuando todas las personas te observaban?

 

         Bastante incómodo.

 

         Ahora imagínate si te vieran con tu verdadera apariencia, se armaría tremendo escándalo si el mundo supiera de tu existencia, no te aceptarían nunca, te pondrían infinidad de apodos, te llamarían monstruo o que eres alguna clase de fenómeno, te molestarían tanto, que tú no tendrías vida.

 

         ¿Por qué? – Preguntó algo asustado al escuchar todas las cosas que le decía ese hombre.

 

         Lamentablemente la raza humana es así, temen a lo desconocido y los que no temen prefieren investigarlo para saber su origen. Y te recuerdo que yo fui uno de ellos. – Esto último lo dijo entre dientes.

 

         Pero usted desistió.

 

         Desistí únicamente porque le salvaste la vida a mi hermano.

 

         ¿Qué? – Lo miraba incrédulo. – Acaso me está diciendo que si yo no le salvo la vida a su hermano, usted todavía…

 

         Lo más seguro es que tú, estuvieras encerrado en uno de mis laboratorios, y…

 

         No puedo creer lo que me está diciendo. – Apretaba sus manos con fuerzas haciendo que sus garras salieran y se lastimara las muñecas. – Y yo que creí que todo este tiempo…

 

         Oye… – Le agarró una de sus manos para tranquilizarlo. – Déjame decirte que estoy feliz que todo eso pasara.

 

         No puede estar hablando en serio.

 

         Por supuesto que estoy hablando muy en serio. Y sabes por qué… – Lo miraba a los ojos de manera sutil.

 

         No lo sé. – Contestó melancólico.

 

         Porque fue la única manera en que me di la oportunidad de poderte tratar y conocer. Y te diré algo más… – Lo agarró del mentón para que lo viera a los ojos. – Tienes una dulce mirada, veo claramente la inocencia y la pureza que posees. Prométeme, que nunca perderás ese hermoso brillo en tus ojos.

 

Por alguna extraña razón, el rubio sintió un vuelco en su corazón al escuchar esas palabras.

 

         Lo voy a intentar. – Medio le sonrió. – Eso quiere decir… ¿Está feliz de haberme conocido?

 

         Claro que sí, y ya no me hagas más preguntas.

 

El joven sonrió de oreja a oreja y decidió en no decir nada más.

 

 


Continuará….

 

 


N/A: Les debo una disculpa a todos mis amis y a mis lectores por haberme tardado en actualizar. Sé que me he perdido por más de dos meses y no los culpo si estas molestos por mi ausencia… La verdad es que como se los comente en mis últimas actualizaciones, estaba por someterme a un procedimiento para poder quedar embarazada y la prueba falló… :’(

 

Eso me deprimió bastante, pase llorando por todo un mes, afortunadamente mi padre era el único que me consolaba, y luego de platicar con mi padre, decidí en adoptar un bebé. Así que estoy con el trámite de la adopción y a la vez pienso en someterme nuevamente al procedimiento de la inseminación artificial, con la esperanza y la fe puesta en Dios en que esta vez pueda resultar para que pueda concebir mi hijo biológico.


Les pido de favor que me lleven en sus oraciones, pidan para que pueda realizar mi sueño de poder ser mamá… Nuevamente me disculpo con ustedes y espero que puedan comprender la situación por la que estoy pasando.

 

Muchas gracias por su larga espera y paciencia que han tenido conmigo, les prometo que haré todo lo posible por no ausentarme tanto. ¡Alégrense, su fiel escritora ha renacido como el fénix!

 

Atte.:

 

            KAT.