Capítulo 20: No eres el
único que está sufriendo…
Notas del capítulo: Los
seres humanos solemos tener muchas clases de sentimientos, algunos se pueden
ver, reflejar, sentir, percibir, pero hay otras clases de sentimientos que les
cuesta a las personas poderlas expresar, demostrar, aceptar, reflejar,
percibirlas, etc.
Cuando
esto ocurre, los terceros no se dan cuenta, o no captan que la otra persona
está sufriendo, o percibe el dolor ajeno. Y es ahí que no valoramos los buenos
sentimientos, y nos ensañamos en lastimar a las demás personas.
Tener
compasión hacia los demás no hace débil a la persona, llorar por un ser
querido, no te hace menos hombre, perdonar a quien tanto te ha lastimado, no es
de cobardes, amar a una persona sin ser querido, no te hace un tonto, y ayudar
a quien más lo necesita, no te hace ver menos persona. Las cosas sencillas de
la vida, pueden darte el mayor regalo que te puedas imaginar, y ese regalo se
llama… Felicidad….
Aclaración: Quiero
agradecer a una amiga muy especial que me ha ayudado a dar ideas para escribir
esta historia, muchas gracias Kyuubi
Rosana Marcolini, por estar dispuesta siempre a ayudarme, tus consejos son
muy útiles para mí.
También
va dedicado a: Gelen Colmenarez, fue
la persona que me pidió escribir esta historia, espero que te guste amis.
Declaimer:
Como siempre… Bla, bla, bla, bla, bla, bla… Los personajes de YU – GI – OH!,
“No me pertenecen”… Chiquiris maquiris, son propiedad de su respectivo autor,
abra cadabra, solamente lo hago porque me encanta escribir, y que ustedes se
diviertan de mis locuras… Es mi manera de expresar lo que siento, y tener la
dicha de poderlo compartir con todos mis lectores…
******************************
En algún lugar de Ciudad Domino…
Yūgi, Yūgi, aquí Yūgi llamando a la
tierra…
¿Eh?
¿Qué pasa contigo? Últimamente has
estado muy distraído.
Discúlpame Rebecca. – Respondió algo
desganado.
¿Te sientes mal? ¿Te duele algo? –
Ponía su mano en la frente de su amigo. – No tienes fiebre.
Estoy bien.
Pues no te creo, hace días he notado
que te estas comportando muy extraño, eso sin mencionar las ojeras que tienes,
¿acaso no puedes conciliar el sueño por las noches? Mira que si sigues así te
podrías enfermar.
No me pasa nada, en serio estoy
bien. – Se levantó de la banca donde estaba sentado.
¿A dónde vas?
A mi siguiente clase.
Está bien, pero nos vemos aquí más
tarde.
De acuerdo. – En cuanto contestó, se
fue del lugar.
¿Qué le habrá ocurrido? Es la
primera vez que lo veo desganado, y algo pálido. Algo muy raro está pasando
aquí y lo voy a averiguar. – Se decía así misma.
******************************
Ciudad de china, Hangzhou…
Buenos días amor. – No obtuvo
respuesta. – Shada, no me gusta que estemos peleados, por favor háblame. –
Seguía sin obtener respuesta. – Sé que hice mal en engañarte haciéndote creer
que nuestros hijos estudiaban en escuelas normales. Pero…
¿Ya terminaste? – Preguntó molesto.
¿Qué?
Dije que si ya terminaste, porque si
ya terminaste me retiro.
No te vayas por favor, no sabes
cuánto he extrañado dormir contigo.
Adiós Mahādo. – Se levantó de golpe
de la silla en donde estaba sentado, pero su pareja logró sostenerlo del brazo.
Perdóname por favor, dime que puedo
hacer para que me perdones.
Ya es demasiado tarde, no hay nada
que puedas hacer. – Se soltó del agarre, posteriormente lo fulminó con la
mirada. – Una cosa más, he decidido irme de esta casa.
¿Qué, no puedes estar hablando en
serio? Yo te amo.
Si de verdad me amaras, no me hubieras
mentido durante todos estos años, preferiste actuar a mis espaldas sin darle
importancia a lo que yo pensaba u opinaba.
Shada, no te vayas por favor, yo…
Lo siento mucho Mahādo, creo que
será lo mejor para los dos, así tu tendrás el camino libre de hacer lo que
quieras. – Comenzó a alejarse de su pareja.
Shada, por favor, no te vayas amor.
Déjame en paz, ya no quiero escuchar
más de tus mentiras.
Shada. – Caminaba detrás de él, logró
adelantársele un poco para arrodillarse enfrente de su pareja. – No puedes
dejarme mi amor, sabes que te necesito, no podría vivir sin ti.
¿Qué haces? Levántate del suelo, no
seas estúpido. – Lo agarró del brazo con fuerza para levantarlo del suelo.
Tienes razón.
¿En qué? En que eres estúpido.
Si, bueno no, lo que quiero decir es
que… – Tenía la mirada en el suelo. – Sé
que con pedirte perdón no solucionaré nada, también sé que hice mal en mentirte
todos estos años, soy un estúpido por no haber tomado en cuenta tu opinión. –
No se atrevía a levantar la cara, no quería que su esposo lo viera llorar. – Si
quieres irte, hazlo, solamente te pido que no me odies por haber involucrado a
nuestra familia.
El
hombre se dio la media vuelta para irse del lugar, al llegar a la puerta se
detuvo por un segundo creyendo que su pareja lo iba a detener, y al no escuchar
nada, terminó por salirse de ahí.
******************************
Un
hombre de estatura alta, piel morena, y ojos azules, se encontraba en su
habitación dando vueltas de un lugar a otro en el mismo lugar.
No entiendo que le habrá pasado, esa
noche cuando lo vi, lo noté muy asustado, tenía la misma expresión en su rostro
de cuando se separó de su bisabuelo, hacía años que no lo veía tan temeroso, y
hacía años que no nos abrazábamos fraternalmente. Me pregunto, ¿qué habrá
soñado? – Se decía así mismo. – Yūgi, por qué no me dejas ayudarte, por qué no
me cuentas que fue lo que soñaste, ¿qué puedo hacer para ganarme su confianza?
Desde que tuvo esa maldita pesadilla, casi no duerme por las noches, es como si
tuviera miedo de quedarse dormido, y tener de nuevo ese mal sueño, si sigue así
podría enfermar. No sé qué hacer, no puedo decirle nada todavía a don Solomon
hasta no estar seguro de lo que le está pasando, no quiero preocuparlo de
gusto. Y sobre lo ocurrido de aquella noche, ya ha pasado una semana. Ni hablar,
esta tarde que llegue de la universidad hablaré con él, espero que esta vez me
permita ayudarlo.
******************************
Horas más tarde…
Sabes muy bien que no te dejaré en
paz hasta que me digas del por qué actúas tan raro.
Yo no estoy actuando raro.
¿En serio? Mira Yūgi, tú a mí no me
engañas, algo te has de traer en las manos, y no me quieres decir.
Está bien, está bien, te lo voy a
decir, pero con una condición.
Déjate de rodeos y habla de una vez.
Lo que voy a decirte es algo difícil
de creer, pero todo lo que te diga va ser la pura verdad.
Adelante, te escucho.
Hace una semana, tuve un sueño muy
extraño.
******************************
En algún lugar de Japón…
¿Hasta cuándo piensas dirigirme la
palabra? – Trataba de no enojarse. – Llevas una semana sin hablarme, no creo
que sigas con esta locura toda tu vida.
Una
de las personas que se encontraban en el lugar, se levantó de su silla, volteó
a ver a su primo para luego decir:
Con permiso Yami, me retiro. –
Comenzó a caminar sin prestarle atención a su hermano.
No me dejes hablando solo.
El
joven siguió caminando sin ni siquiera voltear a ver a su hermano mayor.
Como odio que me haga eso. – Dio un
puñetazo a la mesa del comedor.
Cálmate Seto, en vez de actuar de manera
impulsiva deberías tratar de comprenderlo.
¿Comprenderlo? ¿Y quién me comprende
a mí?
Yo te comprendo aunque sea un poco.
Si eso fuera verdad, estarías de
parte mía y no de parte de ese bendito animal.
Es que no se me hace justo que lo
tengas metido en esa jaula.
Pues que se vaya acostumbrando,
porque es ahí donde pasará el resto de su vida.
Nada te cuesta dejarlo ir.
ESTÁS LOCO. – Gritó molesto.
No me grites que no estoy sordo.
Lo siento, es que todo este asunto
me tiene muy estresado.
Si quieres solucionar este problema
deja ir al Dragón, se ve que está bastante recuperado gracias a los cuidados
que Mokuba y yo le hemos dado.
Hablando de eso, tomé la decisión de
llevarme a esa bestia mañana.
¿Qué?
Ya me oíste, mañana cuando Mokuba se
vaya a la escuela, ese animal se irá al laboratorio para comenzar con su
investigación.
Dime que no estás hablando en serio.
Hablo muy en serio Yami, ya le di
una semana para que pueda recuperarse, y ahora que lo veo que está sano, pues
me lo llevaré de aquí.
Si haces eso Mokuba va a odiarte
toda su vida. ¿Es eso lo que quieres?
Claro que no, pero ya es tiempo que
Mokuba madure, debe comprender que hay cosas en la vida que debes de sacrificar
por el bien de la ciencia.
Discúlpame con lo que voy a decirte…
No estoy de acuerdo contigo con esa filosofía tan egoísta y mezquina que
tienes.
No me importa si estás de acuerdo o
no conmigo, sea como sea llevaré a cabo mi plan.
Si haces eso, me iré de tu casa
antes de que te lleves al animal, no quiero ser partícipe de algo tan malvado.
Como quieras, allá tú si te quieres
ir.
Se
levantó de la silla para irse del lugar, dejando solo a la otra persona.
Seto, espero que te des cuenta del
error que estas a punto de cometer, no sólo arruinarás tu vida, sino que además
perderás lo más valioso que tienes en la vida. – Murmuró para sí mismo.
******************************
Lo que me has contado es bien
difícil de creer.
Lo sé, y tú eres la primera persona
en saberlo.
Baia, sólo el hecho de recordar cada
palabra que me has dicho se me pone la carne de gallina[1].
Ahora imagínate como me sentía yo en
ese momento.
No quiero ni imaginármelo. Pero,
¿qué harás al respecto?
No lo sé. – Bajó un poco la mirada.
Todo esto es muy extraño, y lo que
más me llama la atención es en la parte que te dice que debes buscar al ser que
posee ojos de rubí. ¿Qué habrá querido decirte con eso?
No tengo la menor idea. – Hubo un
pequeño silencio, hasta que se escuchó un grito. – RAYOS, NO HE TERMINADO DE
CUMPLIR LA PRIMERA TAREA CUANDO YA ME ESTÁN ASIGNANDO OTRA. – Con sus manos se
revolvía sus cabellos.
Cálmate Yūgi, no ganas nada con
ponerte así.
Si, tienes razón, discúlpame.
No te preocupes.
Sabes algo.
Si dime.
Una cosa sí es seguro, si de verdad
quiero saber lo que le pasó a mi bisabuelo debo encontrar ese ser extraño.
¿Dónde piensas buscar?
Aun no lo sé.
Sabes lo que pienso.
¿Qué?
Tienes que contarle todo esto a
Shādī.
¿Qué, por qué? Él no tiene vela en
este entierro.
Te guste o no, tendrás que decirle
todo lo que te sucedió en ese sueño.
No le veo el caso contarle.
Sí que eres tonto Yūgi.
¡Oye!
Cállate y escúchame.
Está bien.
¿No te has puesto a pensar que tal
vez ese hombre quiera hacerte daño? ¿Qué harás si aparece de nuevo? ¿Cómo le
podrías hacerle frente?
No sé, y no creo que Shādī pueda
hacer mayor cosa.
Pues te recuerdo, que fue tu
bisabuelo quien le encomendó la tarea a Shādī de cuidarte y protegerte. ¿Qué
tal si te pasa algo? No crees que Shādī se sentiría mal por defraudar a tu
bisabuelo. Piénsalo un poco Yūgi, y deja de actuar de manera tan egoísta,
porque no sabemos a qué nos estamos enfrentando.
El
joven prestaba atención a todo lo que su amiga le decía, y por un momento se
molestó con ella al darse cuenta de que podría tener razón.
De acuerdo, tú ganas, esta noche
pienso hablar con él, pero con una condición.
¿Cuál?
Quiero que estés presente a la hora
de hacerlo, y que mi abuelo no se entere nada de esto.
Serían dos condiciones, pero igual
acepto.
Muchas gracias Rebecca.
******************************
Hola, ¿puedo pasar?
Adelante primo, pasa. – Respondió
melancólico.
Odio verte deprimido Mokuba, si
estuviera en mis manos para hacerte sentir bien créeme que haría lo que fuera
por ti.
Lo sé, y te lo agradezco.
Acabo de hablar con tu hermano.
No quiero saber nada de él.
Escúchame por favor, esta noche
tienes que convencer a Joey para que se transforme enfrente de tu hermano.
Yami, él no quiere hacerlo, y la
verdad es que le doy toda la razón.
Si pero, esta vez no se trata de
razones, sino más bien de…
¿Qué sucede Yami? ¿Por qué te quedas
callado?
Antes que nada, necesito que te
tranquilices con lo que voy a decirte.
Yami, me estas preocupando.
Tu hermano, se llevará a Joey mañana
después de que tú te vayas a la escuela.
¿QUÉ? ¿ESTÁS SEGURO DE LO QUE ME
DICES? – Se sorprendió mucho por lo que le contaba su primo.
Por desgracia sí.
No puede ser. – Comenzaba a llorar.
– Snif, snif, snif, snif, snif, snif… No entiendo por qué mi hermano se
comporta de esa manera, por qué se ha empeñado tanto en Joey, por qué no lo
deja en paz… Snif, snif, snif, snif, snif, snif…
Cálmate Mokuba, no llores por favor.
Snif, snif, snif, snif, snif, snif…
No es justo, no se me hace justo lo que mi hermano le quiere hacer a Joey, él
no es malo, y no ha hecho nada malo para que lo traten de esa manera.
Por eso te pido que hables con él
está noche, convéncelo para que recapacite, dile que su vida está en peligro.
Snif, snif, snif, snif, snif, snif…
Está bien, trataré de persuadirlo para que se presente ante mi hermano como un
niño.
Espero y puedas lograrlo, porque si
Seto no desiste de su plan, yo… – Sintió un gran nudo en su garganta.
Snif, snif, snif, snif, snif, snif…
¿Tu qué primo?
Perdóname Mokuba, pero le dije a
Seto que si seguía con esa locura, me iré de esta casa.
El
pelinegro abrió los ojos como platos, luego se le tiró a su primo para
abrazarlo con todas sus fuerzas.
Snif, snif, snif, snif, snif, snif…
No Yami, por favor no te vayas, y si decides irte, llévame contigo por favor…
Snif, snif, snif, snif, snif, snif… Llévame lejos a donde tú quieras, te
prometo que no te ocasionaré problemas… Snif, snif, snif, snif, snif, snif…
Ya, ya, ya no llores por favor. – Lo
abrazaba fuertemente y con una mano acariciaba suavemente sus cabellos.
Continuará…
N/A: ¿Qué
pensará Shādī sobre el sueño que tuvo Yūgi? ¿Shada terminará por perdonar a su
esposo? ¿Seto perderá a su hermano? ¿Se irá Mokuba con su primo? ¿Qué le
sucederá al dragón? Todo esto y más lo sabrán en los siguientes capítulos,
muchas gracias por leer esta historia, no olviden dejar sus comentarios, estos
me ayudan a ir mejorando poco a poco, nos vemos mañana en el próximo episodio.
Me
despido cordialmente de ustedes dejándoles muchos besos, y un fuerte abrazo
virtual.
Atte.:
KAT.
P.D.: Faltan
cuatro días para que finalice la segunda etapa, ahora quiero preguntarles, ¿qué
historia quieren que continúe? Les gustaría la que se llama: Sin cachorro… No hay navidad, o
prefieren esta. Háganmelo saber en sus comentarios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario