viernes, 26 de agosto de 2022

LA LEYENDA DEL MONSTRUO DE OJOS ROJOS…



Capítulo 46: ¿Cómo puedo creerte?… II parte.

 

 

Declaimer: Como siempre… Bla, bla, bla, bla, bla, bla… Los personajes de YU – GI – OH!, “No me pertenecen”… Chiquiris maquiris, son propiedad de su respectivo autor, abra cadabra, solamente lo hago porque me encanta escribir, y que ustedes se diviertan de mis locuras… Es mi manera de expresar lo que siento, y tener la dicha de poderlo compartir con todos mis lectores…

 

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En alguna parte del mundo...

 

Un joven de cabellos negros, ojos azules entraba a un área de aislamiento, al entrar se acercaba a una cama que había ahí.

 

         Hola, ¿cómo te sientes? – No obtuvo respuesta. – Joey… – Lo miraba todo preocupado. – Ni siquiera has tocado el desayuno que te traje. ¿Joey? – Volvía a insistir en llamarlo.

 

         ¿Cuándo podré salir de aquí? – Se atrevió a mirarlo a los ojos.

 

         No lo sé. – Bajó un poco su mirada. – Acabo de hablar con mi hermano y me dijo que en cuanto te sientas mejor podrás salir de aquí. – En lo que conversaba observaba como su amigo se sentaba en la orilla de la cama. – ¿Qué haces? – Le preguntó angustiado.

 

         No quiero estar aquí. – Intentó ponerse de pie pero sus piernas no lo sostuvieron e inmediatamente cayó al suelo.

 

         ¡JOEY! – Exclamó abatido en lo que lo ayudaba a ponerse de pie.

 

         Déjame, quiero que te vayas.

 

         No, de ninguna manera me iré.

 

         ¿A qué has venido? – Lo miraba entre enojado y triste al mismo tiempo.

 

         Yo…

 

         De seguro vienes a burlarte de mí, ¿verdad?

 

         No, claro que no.


         NO TE CREO. – Gritó acongojado y sus ojos empezaban a humedecerse.

 

         ¿Por qué piensas que vengo a burlarme de ti?

 

         ¡SÓLO MÍRAME! SI ANTES TE PARECÍA UN MONSTRUO, AHORA YA PAREZCO UN SER REPULSIVO. – Lloraba amargamente. – ODIO ESTAR DE ESTA FORMA, NO ME GUSTA TENER ESTA APARIENCIA TAN ASQUEROSA Y DESAGRADABLE.

 

La otra persona lo miraba de pies a cabeza, su amigo se miraba totalmente diferente, y es ahí que comenzaba a darse cuenta que por alguna extraña razón no lograba transformase por completo. Su apariencia era mitad animal y mitad humano, sus pies se le miraban como las patas de un dragón al igual que sus manos, su rostro era diferente y ni qué decir de sus alas que resaltaban a simple vista detrás de su espalda al igual que su cola. Ya nada era como antes, y se preguntaba mentalmente del por qué su trasformación no era completa.

 

         Joey…

 

         ALÉJATE DE MÍ, NI TE ME ACERQUES.  – Gruñó enojado y sus ojos mieles cambiaron a un color rojizo. – FINALMENTE LOGRASTE TU PROPÓSITO DE ENTREGARME A TU HERMANO PARA QUE EXPERIMENTARA CONMIGO EN UNO DE SUS LABORATORIOS.

 

         Joey… – Tragó saliva en seco. – Eso no es cierto, yo no te entregué a mi hermano y te pido perdón por todas las cosas que te dije en aquella ocasión. – Sus palabras sonaban muy sinceras. – Tú no eres ningún monstruo para mí.

 

         MIENTES. – Gritó adolorido.

 

         Te estoy diciendo la verdad, y no me importa tu apariencia, no me importa cómo te vez ahora, porque lo único que me interesa es que tu estés bien.

 

         ¿Por qué me dices todo eso? – Seguía llorando.

 

         Porque te hablo con la verdad, porque me duele ver cómo estas sufriendo y lo que más me duele es que no puedo hacer nada para ayudarte. – Comenzaba a llorar.

 

         ¿Cómo puedo creerte?

 

         No lo sé, y estas en todo tu derecho de desconfiar de mí y no te culpo que lo hagas, porque estoy consciente que yo mismo propicié a que no confíes en mí. Pero déjame decirte una cosa. – Lo miraba directamente a los ojos.

 

         ¿Qué?

 

         No sé cómo, pero haré todo lo posible para volverme a ganar tu confianza.

 

         ¿Lo dices en serio?

 

         Si.

 

         ¿Por qué?

 

         Porque eres mi amigo. – Le sonrió con ternura.

 

         Yo… No sé qué decir.

 

         No me digas nada, únicamente te pido que me permitas estar a tu lado.

 

         ¿Para qué?

 

         Quiero cuidar de ti, ya verás que poco a poco te irás recuperando.

 

         Ya es muy tarde.

 

         ¿Por qué dices eso?

 

         Creo que jamás me recuperaré, sólo mira mis alas, están maltratadas, decaídas, débiles, no soy capaz de poderlas mover, no soy capaz de regresar a mi forma original. No sé qué es lo que me han hecho. – Cayó de rodillas llorando desconsoladamente, el pelinegro podía sentir como su corazón se le desgarraba al ver a su amigo tan devastado.

 

         Perdóname, perdóname por favor, la verdad es que no sé qué decirte.

 

         Yo si lo sé. – Interrumpió otra persona que acababa de llegar.

 

         ¡Hermano! – Se dio la media vuelta para abrazarlo. – ¿Tu si sabes lo que le pasa a Joey?

 

         Lo único que puedo decirte es que él, necesita descansar, y no debería de estar fuera de la cama. – Se acercaba al rubio con sumo cuidado para luego cargarlo en sus brazos y acostarlo nuevamente en la cama.

 

         ¿Eso quiere decir que él va estar bien? – Preguntaba todo ilusionado.

 

         Sí, pero deberá guardar reposo absoluto, no esforzarse demasiado en querer regresar a su verdadera forma y alimentarse adecuadamente. – Cubría su cuerpo con una manta.

 

         Oíste eso Joey. – Se limpiaba sus lágrimas con una de sus manos.


         ¿Podré volar de nuevo? – Preguntó algo temeroso en saber la respuesta.

 

         Si sigues todas las indicaciones, podrás volar en poco tiempo.

 

         Gracias. – Con la manta se limpiaba las lágrimas que seguían cayendo de sus ojos.

 

         Me estoy dando cuenta que no has comido en todo el día y eso no es bueno para tu salud.

 

         Con lo que me acaba de decir le prometo que empezaré a comer todos los días.

 

         Más te vale que cumplas con tu promesa, perro tonto. – Manifestó con seriedad.

 

         No soy ningún perro. – Le contestó en forma de reproche.

 

         Pues con esa apariencia que tienes, pareces un perro.

 

         NO ES CIERTO. – Gritó sin darse cuenta.

 

         Si tienes fuerzas para gritar entonces utilízala para comer. – Le acercaba la bandeja con comida. A todo esto el pelinegro estaba boquiabierto al ver el comportamiento de su hermano.

 

         Creo que mejor los dejo solos. – Manifestaba con una sonrisa en sus labios.

 

         Ah no, eso sí que no, este perro es tu responsabilidad, no te irás hasta que se haya comido toda la comida.

 

         Pero…

 

         Nada de peros, yo debo volver a mis quehaceres.

 

         Está bien hermano, y gracias por venir hasta aquí.

 

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Horas más tarde…

 

La noche finalmente se había hecho presente cubriendo una gran ciudad con su manto negro repleto de estrellas y una hermosa luna llena. Dentro de una casa se encontraba un hombre de avanzada edad en la cocina y al poco tiempo llegaba otra persona.

 

         Buenas noches, don Solomon.

 

         Buenas noches, Shādī.


         ¿Dónde está Yūgi?

 

         Le pedí que fuera a cenar a casa de su amiga.

 

         Y puedo preguntar, ¿por qué?

 

         Lo hice con el propósito de conversar contigo.

 

         ¿Conmigo?

 

         Así es y comenzaré por disculparme contigo.

 

         ¿Qué?... – Exclamó boquiabierto. – ¿Qué fue lo que dijo?

 

         Quiero disculparme por mi comportamiento de la vez anterior.

 

         No es necesario que se disculpe, soy yo quien tiene que disculparse con usted. Creo que tenía razón al decirme que…

 

         No muchacho, tu tenías razón al decirme que yo ocultaba cosas.

 

         A qué se debe este cambio tan repentino.

 

         ¿Te parece bien si cenamos primero, y luego hablamos?

 

         De acuerdo. Le ayudaré a poner la mesa.

 

         Muchas gracias.

 

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         Hola, ¿puedo pasar?

 

         ¿Qué haces aquí?

 

         Solamente vine a darte las gracias por lo que hiciste con Joey.

 

         No sé de qué estás hablando. – Respondió molesto y ni siquiera se molestó en verlo a los ojos.

 

         Oh vamos, tú sabes muy bien de lo que estoy hablando.

 

         Mejor lárgate Yami, tengo mucho trabajo por hacer.


         Si quieres que me vaya tendrás que decirme cómo se te ocurrió crear un nuevo antídoto.

 

         Mokuba, es quien me dio la idea, lo único que hice fue probar algo que se me vino a la mente.

 

         Me alegra que lo hayas hecho, eso ayudó a que le salvaras la vida a Joey.

 

         Sí que eres idiota. – Lo miró directamente a los ojos.

 

         ¿Por qué me ofendes?

 

         Porque cabía la posibilidad de que el nuevo antídoto no resultara y se corría el riesgo de acelerar más su proceso de destrucción.

 

         Pero no fue así, afortunadamente todo salió bien.

 

         En todo caso no quiero que le digas ni una sola palabra a Mokuba.

 

         No te preocupes Seto, tu secreto está a salvo conmigo.

 

         Idiota. – Expresó molesto.

 

         A todo esto, ¿crees que Joey estará bien?

 

         Te preocupas demasiado por ese estúpido animal.

 

         La verdad si, esta tarde me encontré con Mokuba y me dijo que está bastante decaído y débil.

 

         ¿Cómo te sentirías tú si destruyeran tu sistema inmunológico?

 

         Quizás me sentiría igual o peor que Joey.

 

         Entonces no tienes por qué preocuparte por ese animal.

 

         Pero…

 

         Para que estés tranquilo, te recuerdo que él tiene la capacidad de auto regenerarse.

 

         Si pero… Mokuba me dijo que su regeneración es lenta.

 

         Vez como te digo que te preocupas demasiado.

 

         ¿A qué te refieres?

 

         El nuevo antídoto le ayudará a regenerarse un poco más rápido.

 

         No cabe duda que tienes un gran corazón.

 

         Mejor cállate, no quiero seguir escuchando más estupideces de tu parte.

 

         Cambiando de tema…

 

         ¿Qué quieres esta vez?

 

         ¿Qué harás con Joey una vez que se haya recuperado del todo?

 

         No lo sé, quizás lo mejor sea que vuelva al lugar donde pertenece.

 

         Y si por alguna razón, el no quisiera regresar…

 

         Le guste o no tendrá que hacerlo.

 

         Pero…

 

         Eso sería lo mejor, es preferible eso a estar viviendo en un lugar que no es adecuado para él.

 

         Supongo que tienes razón. Joey necesitará vivir en un lugar donde nadie lo moleste.

 

         Me alegra saber que pensamos igual en ese sentido.

 

         Es una lástima que Mokuba no piense igual que nosotros.

 

         Yo me encargaré de hablar con Mokuba y tú te encargarás de hablar con esa criatura.

 

         De acuerdo, así lo haré.

 

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         No puedo creer todo lo que me ha contado.

 

         Pues créelo, porque todo lo que te he dicho es la verdad.

 

         Lo que no entiendo es por qué no le ha dicho nada a su nieto.

 

         Tu sabes que al principio fue porque esa bestia era solamente un mito. Pero al ver las noticias…

 

         Eso significa que yo tenía razón. – Lo interrumpió de golpe.

 

         Así es Shādī, la criatura que vimos en las noticias, es la misma que está dibujada en mi libro.

 

         ¿Por qué decidió en decirle la verdad a Yūgi?

 

         Hace poco hablé con un amigo y fue él quien me convenció de hacerlo.

 

         Ya veo…

 

         ¿En qué piensas?

 

         Dudo mucho que Yūgi vaya a entender todo esto.

 

         Tendrá que hacerlo si realmente quiere cumplir la misión de mi padre.

 

         ¿Cuándo piensa hablar con él?

 

         Este fin de semana.

 

         ¿No cree que es demasiado pronto?

 

         No lo creo.

 

         Se me ocurre una idea.

 

         ¿Cuál?

 

         No le diga nada todavía.

 

         Y puedo saber, ¿por qué?

 

         Solamente quiero comprobar si Yūgi es apto para realizar esta tarea.

 

         Mmm… ¿Lo quieres poner a prueba?

 

         Si, únicamente para ver cómo reacciona.

 

         Creo que no está nada mal tu idea. En ese caso no le diré nada a mi nieto. Sin embargo, mi amigo insiste en que vayamos a conocer a esa criatura.


         Iremos en su debido momento, pero sin decirle nada a Yūgi.

 

         De acuerdo, lo haremos a tu modo.

 

         Se lo agradezco mucho, don Solomon.

 

 


Continuará…

 

 



N/A: ¿Regresará el rubio con su padre? ¿Mokuba estará de acuerdo con la decisión de su hermano mayor? ¿Funcionará el plan de Shādī? ¿Cuál va ser la reacción de Yūgi al enterarse de todo? Todo esto y más lo iremos descubriendo en los siguientes capítulos. Los invito para que el próximo viernes no se pierdan la continuación de esta interesante historia. No olviden dejar sus comentarios que yo con mucho gusto les responderé.

 

Les mando muchos besos virtuales y un fuerte abrazo desde la distancia, cuídense mucho, pórtense bien y no salgan sin su mascarilla. Muchas gracias por tomarse su tiempo en leer mis historias, y por apoyarme en ente proyecto. Los quiero muchísimo.

 

Atte.:

 

               KAT.


viernes, 19 de agosto de 2022

LA LEYENDA DEL MONSTRUO DE OJOS ROJOS…



Capítulo 45: ¿Cómo puedo creerte?…

 

 

AVISO IMPORTANTE: Este capítulo tendrá argumentos fuertes de violencia, y agresiones que para muchos podrían ser perturbadores, así que antes de leerlo… Te sugiero que lo pienses bien antes de continuar… No me hago responsable por si alguien se llega a sentir ofendido por lo que está leyendo… Soldado avisado, no muere en guerra.

 

 

Declaimer: Como siempre… Bla, bla, bla, bla, bla, bla… Los personajes de YU – GI – OH!, “No me pertenecen”… Chiquiris maquiris, son propiedad de su respectivo autor, abra cadabra, solamente lo hago porque me encanta escribir, y que ustedes se diviertan de mis locuras… Es mi manera de expresar lo que siento, y tener la dicha de poderlo compartir con todos mis lectores…

 

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Mes y medio después…

 

         Buenos días padre.

 

         Buenos días hija.

 

         Creo que llegué tarde para desayunar contigo.

 

         Eso te pasa por levantarte tarde.

 

         Lo siento.

 

         No te preocupes, mejor cuéntame cómo te va con el entrenamiento.

 

         Que te puedo decir. – Se daba la media vuelta para pedirle de favor a una empleada que le sirviera el desayuno. – Se me hace muy difícil tener que fingir todo el tiempo.

 

         Recuerda que quedamos en eso para poderte dar el permiso.

 

         Lo sé.

 

         Aquí tiene señorita. – Interrumpió una mujer.

 

         Muchas gracias.


         Con su permiso.

 

         ¿Me dirás por qué te has quedado más tiempo de lo normal?

 

         Voy a decírtelo pero a su debido tiempo.

 

         No seas así padre. – Lo miraba a los ojos para tratar de convencerlo.

 

         Cariño, entiéndeme por favor que necesito algo de tiempo.

 

         Está bien. – Le sonrió con cariño. – ¿Por qué te me quedas viendo así?

 

         Recordaba el día en que conociste a tu amigo.

 

         Eso fue hace mucho tiempo padre.

 

         Así es, y todavía no dejo de pensar en que tal vez ustedes estaban destinados a conocerse.

 

         ¿Por qué lo dices?

 

         Porque tú, sin saber y sin querer le dijiste que lo protegerías.

 

         Eso fue porque lo vi llorando en una ocasión.

 

         Lo sé, y desde entonces son buenos amigos.

 

         Pues yo aún no puedo creer que me haya convertido en su guardián. A veces creo que debieron de haberme asignado a mí esa tarea. – Contestó algo molesta.

 

         No digas eso Rebecca, cada quien tiene asignada una tarea.

 

         Pero padre, Yūgi no ha cambiado en nada, sigue siendo el mismo niño llorón, caprichoso y mimado de siempre.

 

         Todo eso cambiará una vez que sepa la verdad.

 

         Pero…

 

         Escúchame con atención lo que voy a decirte.

 

         Lo escucho padre.

 

         Tu amigo aún no lo sabe.


         ¿Saber qué?

 

         Que sobre sus hombros cargará con una gran responsabilidad.

 

         Sigo creyendo que no es el indicado.

 

         ¿Por esa razón es que lo has despistado muchas veces?

 

         ¿Cómo lo sabes? ¿Quién te lo dijo?

 

         Acuérdate que yo se muchas cosas, hija.

 

         Eso te demuestra lo inútil y descuidado que es.

 

         Eso no es verdad y lo sabes.

 

         Supongo que tienes razón.

 

         Escucha, tienes que seguirlo ayudando y apoyando como hasta ahora lo has hecho.

 

         Claro que si padre.

 

         Una cosa más…

 

         ¿Qué?

 

         Durante tu entrenamiento con Shādī, no demuestres tus habilidades del todo.

 

         Trataré, aunque déjeme decirle que me abstengo bastante de no hacerlo.

 

         Ay hija, siempre has querido presumir de tus habilidades.

 

         Eso es porque siempre he sido buena en eso, y se me hace injusto tener que estarlas ocultando.

 

         Ten paciencia cariño, un día le demostrarás al mundo lo que puedes llegar hacer.

 

         Ansío porque llegue ese día.

 

         Y yo ansío lo contrario. – La miró preocupado.

 

         Bueno, ya debo irme.

 

         Vete con cuidado y cuando regreses te mostraré algo importante.

 

         De acuerdo padre. – Se levantó de la silla para irle a dar un beso en la mejilla. – Nos vemos en la tarde.

 

         Pórtate bien.

 

         Ya no soy una chiquilla.

 

El hombre sonrió al ver la cara que puso su hija.

 

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En alguna parte del mundo...

 

         ¡ERES UN ESTÚPIDO! – Gritaba una persona mientras que golpeaba a un hombre. – Me ausento por casi un año y al regresar me doy cuenta que la maldita bestia ya no está contigo.

 

         Por… Por favor amo y señor… Ya no me golpee. – Tosía sangre al hablar.

 

         ERES UN IMBÉCIL. – Le da otra patada en su costado. – Te asigno una tarea sencilla y es domar a esa estúpida bestia, y ahora resulta que lo dejaste escapar. – Lo seguía golpeando con todas sus fuerzas.

 

         Aaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhh… Perdóneme por favor… Aaaaaaaaaaahhhhhhhh… Ya no me golpee por favor…

 

         Te seguiré golpeando todas las veces que quiera hasta que me canse de hacerlo.

 

         Aaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhh… Déjeme explicarle el por qué lo dejé en libertad… Aaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhh…

 

         CÁLLATE. – Lo agarró fuertemente del pelo para luego estampar su cara contra el suelo, posteriormente le puso el pie sobre su cara. – Más te vale que me des una buena razón para no matarte aquí mismo. – Le dio una patada en la boca del estómago.

 

         AAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHH… – Gritaba del dolor y a la vez escupía sangre. – Se lo diré, se lo diré, pero por favor ya no me pegue más.

 

         Tienes cinco minutos para hablar y si tu argumento no es válido… – Lo miraba de manera amenazante. – Te aseguro que no volverás a ver la luz del sol.

 

         Créame por favor… Todo lo que he hecho fue por un propósito… – Intentaba ponerse de pie pero sentía que no tenía las fuerzas necesarias para hacerlo.

 

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Un hombre de edad avanzada se encontraba en su habitación, al estar ahí pensaba en muchas cosas…

 

         Creo que mi amigo tiene razón, ha llegado el momento de decirle toda la verdad a Yūgi. Aunque no estoy seguro de cómo vaya a reaccionar. – Suspiró por enésima vez en lo que miraba un libro y a la vez recordaba la conversación que tuvo con su amigo…

 

FLASH BACK

 

         Solomon, viejo amigo, creo que ha llegado el momento de habar con tu nieto.

 

         No veo el caso de querer hablar con él, viejo amigo.

 

         Escucha, sé muy bien que he estado equivocado durante muchos años, y a la vez te pido perdón por no creerte en todas las cosas que me decías.

 

         Eso ya no importa, no tiene caso que vengas a disculparte ahora…

 

         Tu bien sabes que yo solía ser como tú, necesitaba pruebas para comprobar si esas historias eran ciertas. Por esa razón es que nunca abandoné mis investigaciones. Al pasar los años me convencía a mí mismo que tal vez todo eso era una total pérdida de tiempo, pero cuando un colega y amigo mío descubrió una civilización antigua, fue ahí que me di cuenta que todo mi trabajo, mis investigaciones y proyectos no fueron en vano.

 

         ¿A dónde quieres llegar?

 

         Lo sé todo. – Lo miró seriamente a los ojos.

 

         ¿Qué quieres decir con todo?

 

         Mi amigo hizo un gran hallazgo encontrando una civilización muy antigua y en ella encontró lo que por años el hombre ha estado buscando.

 

         No me digas que…

 

         Así es, no sólo pude ver la investigación de mi amigo, sino que además lo vi en las noticias. Para mí fue algo difícil de creer en cuanto veía a esa bestia y es exactamente la misma a la que por años has estado buscando. Es la misma criatura a la que se le conocía como un mito… Sin embargo… ¡EXISTE! – Exclamó eufórico. – Te das cuenta lo que eso significa…

 

         Claro que si, por esa razón es que he decidido dejar al margen a mi nieto.

 

         ¿Por qué?

 

         Porque no pienso exponerlo a una misión tan peligrosa.

 

         Solomon, no puedes negarle su destino.

 

         ¿Qué ganaré con decirle la verdad? Ni siquiera se si está preparado o no.

 

         Nunca lo sabrás si no le dices la verdad.

 

         La única verdad que se es que él no lo vaya a entender y tal vez llegue a odiarme por ocultárselo todo este tiempo.

 

         Aun así considero que él debe de saber la verdad y es el quien tiene que decidir sobre la decisión que va tomar.

 

         No lo sé Arthur, creo que es muy pronto para decírselo.

 

         Sólo piénsalo amigo mío.

 

FIN DEL FLASHBACK

 

         Toda mi vida he creído que las historias de mi padre no eran más que puras fantasías… Y ahora que lo vi en las noticias hubiera preferido mil veces que únicamente fuera un estúpido mito. ¿Por qué tuvo que aparecer? ¿Estará el mundo en peligro con la llegada de ese monstruo? ¿Podrá mi nieto reunir a las siete familias? O quizás la verdadera preguntar qué debo hacerme es… ¿Estará listo mi nieto para enfrentar una gran responsabilidad? – Se levantó de la orilla de la cama y caminó en dirección al baúl para guardar el libro. – Yūgi, espero que puedas entender que todo lo hice por tu bien, que lo único que deseaba era protegerte y que te olvidaras de la misión que te encomendó mi padre.

 

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Un hombre salía de una de las mazmorras que tenía en su propiedad, a leguas se miraba que estaba furioso, caminaba en dirección a su habitación para pensar con más calma todas las estupideces que le había dicho uno de sus secuaces…

 

         MALDITO IDIOTA. – Gritó en lo que daba un puñetazo a la pared. – No puedo creer que se atreviera hacer algo tan estúpido sin antes consultármelo primero. Aunque pensándolo bien… – Hablaba consigo mismo. – Tal vez ese imbécil pueda tener razón en lo que me dijo, o pueda que se equivoque. Pero si todo sale como él lo planeó, nosotros tendríamos una gran ventaja y estaríamos listos para llevar a cabo el plan. No cabe duda que supe elegir bien al ponerlo como el guardián de esa maldita bestia, y no cabe duda que el aprendió mucho de mí, ha sabido manipular el corazón de esa estúpida criatura. – Sonrió con malicia. – Fue por esa razón que decidí perdonarle la vida, sin embargo no se salva de su castigo, lo he encerrado en una de las mazmorras más oscuras del lugar y a la vez he dado la orden que le den cinco latigazos diarios durante una semana. Ya será problema de él si sobrevive o no. Por lo demás no me queda de otra que aguardar a ver si su estúpido plan funciona. De lo contrario, yo personalmente domare a esa bestia. – Empezó a reírse como un loco desquiciado.

 

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Horas más tarde…

 

Un hombre de piel morena, ojos azules caminaba en dirección hacia su trabajo, en lo que lo hacía pensaba en muchas cosas…

 

         Desde que Rebecca comenzó a entrenar junto con Yūgi, he notado que tiene más resistencia, determinación, fuerza y coraje para no darse por vencida. Es todo lo contrario a Yūgi que a pesar que lleva más tiempo haciéndolo aún le falta mucho para poder seguir mi ritmo. También he notado que a Rebecca le cuesta mucho trabajo imitar los pasos de Yūgi. Algo me dice que esta chica no es una persona común y corriente como nos hizo creer a todos. Lo que no entiendo es por qué tiene que fingir tanto, ¿qué gana con hacerlo? Todos los ejercicios que le pongo hacer los comienza haciendo a la perfección, pero luego se hace la torpe y se deja caer al suelo. – Suspiró para tranquilizarse un poco. – Oh vamos Shādī, estas siendo paranoico, los más seguro es que ella tenga más resistencia porque toda su vida ha estado en el club de porrista y ahí aprendió hacer acrobacias, y quizás por eso es que lo hace mejor que Yūgi. – Sonrió para sí mismo. – De seguro ha de ser eso, Rebecca es una adolescente como cualquier otra… Pero no está de más ponerla a prueba. Creo que esa idea no esta tan mal después de todo, sin que se dé cuenta la iré poniendo a prueba poco a poco, solamente así descubriré la verdad de quién es ella en realidad.

 

 


Continuará…




N/A: ¿Cuál va ser la reacción de Yūgi? ¿Aceptará su destino? ¿Rebecca se revelará ante su amigo? ¿Podrá Shādī descubrir el verdadero talento de Rebecca? Todo esto y más lo iremos descubriendo en los siguientes capítulos. Los invito para que no se pierdan la continuación el próximo viernes, no olviden dejar sus comentarios que yo mismo les responderé.

 

Me despido cordialmente de todos y cada uno de ustedes, pórtense bien, cuídense mucho, protéjanse tanto del coronavirus como de la viruela del mono. Sigan usando sus mascarillas y vacúnense contra esta terrible enfermedad. Les mando muchos besos virtuales y un fuerte abrazo desde la distancia.

 

Atte.:

 

           KAT.