viernes, 28 de junio de 2019

LA LEYENDA DEL MONSTRUO DE OJOS ROJOS…





Capítulo 2: Búsqueda y masacre.


Notas del fanfic: Siempre que hay guerras, los países son destruidos, ciudades enteras desaparecen, personas inocentes mueren innecesariamente, las guerras solamente traen destrucción, dolor, sufrimiento, odio, venganza, enfermedades, hambrunas, contaminación ambiental etc. ¿De qué le sirve a la raza humana conquistar otros países si a la larga lo deja todo en ruinas?, ¿de qué sirve gobernar unas tierras en donde únicamente encontrarán escombros, sequias, personas lesionadas, niños huérfanos?

A la larga, las guerras vienen siendo innecesarias, no solamente afectan al País que están invadiendo, sino que además, afecta el País invasor, porque también están poniendo en riesgo la vida de su propia gente.

Pero una guerra no se trata únicamente de invadir a otros países… ¡NO!... Las guerras se dan en cualquier parte del mundo, por pequeñas que sean, hay varios tipos de guerras que hoy en día se conocen: La ideología, es una guerra constante que se está dando, incluso, las personas tenemos nuestra propia guerra interna. Cada día nos enfrentamos a nuevos desafíos y problemas que tenemos que solucionar.

Por esa razón es que debemos de aprender a convivir con el medio, debemos de saber cómo llevarnos bien con todo lo que nos rodea, hay cosas en la vida que son importantes y hay cosas que no lo son… Yo les pregunto… ¿Cuál es su prioridad en la vida?... ¿Prefieren vivir amargados todo el tiempo, o prefieren tener una vida tranquila sin preocupaciones y sin problemas?…


Aclaración: A petición de uno de mis lectores, me ha dicho que escriba un fic que trate del Apocalipsis, debo decirles que para mí va ser un reto bastante grande ya que es la primera vez que escribiré algo así, espero y no echarlo todo a perder. He de decirles también, que la historia será un poco fuerte, no apta para personas sensibles, personas que no soporten el gore (sangre), depresivas o que padezcan del corazón. Soldado avisado, no muere en guerra… Ya están advertidos.


Por otro lado, quiero agradecer a una amiga muy especial que me ha ayudado a dar ideas para escribir este fic, muchas gracias Kyuubi Rosana Marcolini, por estar dispuesta siempre a ayudarme, tus consejos son muy útiles para mí. Si alguien desea ayudarme a darme ideas o que pueda manejar bien este tema, su ayuda será muy bien recibida.

Este fic va dedicado a: Gelen Colmenarez, fue la persona que me pidió escribir esta historia, espero que te guste amis.


Declaimer: Como siempre… Bla, bla, bla, bla, bla, bla… Los personajes de YU – GI – OH!, “No me pertenecen”… Chiquiris maquiris, son propiedad de su respectivo autor, abra cadabra, solamente hago este fic porque me encanta escribir, y que ustedes se diviertan de mis locuras… Es mi manera de expresar lo que siento, y tener la dicha de poderlo compartir con todos mis lectores…

******************************

En alguna parte del mundo...

En una ciudad, se estaba llevando a cabo una terrible guerra, todas las personas corrían de un lado a otro para cubrirse de las lluvias de balas que caían del cielo, todo era un caos total, ya no quedaba nada de aquella ciudad que era hermosa y pacífica, ahora solamente habían escombros, edificios caídos, casas totalmente destruidas, personas gravemente heridas, niños asustados muriéndose de hambre, jóvenes muertos por defender sus tierras, por la calle principal de la ciudad, había un sinfín de cadáveres regados por todo el suelo, el pavimento era testigo del rio de sangre que se marcaba, parecía una guerra de nunca acabar, los que luchaban, habían perdido la cuenta de cuantos días, meses, años habían pasado ya desde que todo comenzó… Eso, ya no era prioridad para ellos, ahora su deber era proteger a los civiles, rescatar familias que todavía quedaban…

¡CUIDADO, CÚBRANSE! – Gritó un soldado que se le había tirado encima a un grupo de personas que corrían para ocultarse. Justo en ese momento, cayó una bomba cerca de ellos, se escuchó un gran ruido, se veía claramente como salían pedazos de piedras, palos, vidrios volando por todas partes.

¿ESTÁN BIEN? – Preguntaba a gritos el soldado.

Sí señor, muchas gracias. – Respondió una humilde mujer quien cargaba en sus brazos un bebé y alrededor de ella tenía otros cuatro pequeños más.

Vengan conmigo, los llevaré a un lugar seguro.

******************************

En una Base Militar…

Señor, las tropas enemigas han logrado destruir todas las defensas del lado sur de la ciudad.

Señor, el enemigo pronto estará aquí.

Señor, nuestro pueblo está muriendo debido a la escasez de la comida y agua.

Disculpe señor, pero el País que era nuestro aliado no nos vendrá a ayudar.

El hombre a cargo, solamente escuchaba malas noticias, pareciera que no hubiera esperanza alguna, todo estaba en su contra, pronto el enemigo llegaría al centro de la ciudad, pero su vida era la que menos le importaba, su única preocupación era su pueblo, salvar a su gente, no le importaba lo que hicieran con él, podrían hacerle lo que quisieran con tal de que dejaran libre a las personas. Pero sabía, que eso era algo imposible. Todos los hombres que se encontraban en ese momento estaban esperando nuevas órdenes, cualquiera que fuera ellos la cumplirían al pie de la letra.

Señor. – Se atrevió a hablar uno de los soldados.

Quiero que evacuen a todas las personas, y al mismo tiempo deseo que ustedes también se vayan de aquí lo más pronto posible.

¿Qué? – Todos estaban perplejos con lo que acababan de escuchar, se empezó a oír muchos barullos que no se entendía nada.

Con todo respeto señor, pero no podemos abandonarlo, tiene que venir con nosotros también.

No, es mi deber y mi obligación quedarme hasta el final, traten de salvar a todos los que puedan y también, llévense las ultimas provisiones de comida que nos queda.

Como usted ordene Comandante Sugoroku. – Respondió un sargento.

YA OYERON A NUESTRO COMANDANTE, DEBEMOS DE EVACUAR A TODAS LAS PERSONAS QUE PODAMOS. – Gritó un General para incentivar a todos los soldados que se encontraban ahí.

Estaban por partir hasta que llegó otro soldado…

Comandante Sugoroku, ya tenemos a su disposición helicópteros para evacuar.

Excelente, partirán en cuanto hayan reunido a la mayoría de los civiles, especialmente a los heridos, mujeres, niños y ancianos.

Usted también debe venir con nosotros Comandante.

No mi querido Shādī, acabo de dar la orden sobre lo que tienen que hacer y a ti mi amigo, te encomendaré una misión muy importante.

Pero…

No hay tiempo para poner peros, te veré en el lugar de siempre a las cero doscientas horas.

A la orden señor.

El hombre se retiró junto con el batallón para cumplir con su misión.

******************************

Mientras tanto en la base enemiga…

Muy pronto esta ciudad caerá junto con mi rival, primero conquistaré esta Nación y luego me apoderaré del mundo entero… Muajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajaja… Y todos se postrarán a mis pies.

Disculpe que lo interrumpa mi Comandante.

Más vale que sea importante o aquí mismo te mueres.

La persona que acababa de llegar palideció ante tal amenaza.

Nuestras tropas han traspasado el lado Sur de la ciudad, será cuestión de horas para que lleguemos al centro de la Capital.

Excelente, excelente, como me gusta oír esas clases de noticias. Dígales a todos que se preparen a destruir todo lo que encuentren a su paso.

Como usted ordene Comandante. – Estaba a punto de marcharse hasta que una voz lo detuvo.

Aguarde un momento, avísenme en cuanto mis soldados estén ahí, maten a todas las personas, esta vez no quiero prisioneros, pero… Dejen con vida a Sugoroku y me lo traigan ante mí.

Sí señor. – En cuanto hizo reverencia, se marchó.

Como disfrutaré haciéndote pedazos Sugoroku, destruiré todos y cada uno de tus patéticos sueños y esperanzas, no solamente rogarás por tu vida, sino que además vas a desear nunca haber nacido… Muajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajaja…  

******************************

El primer escuadrón había llegado al hospital, comenzaron a evacuar a las personas heridas que se encontraban ahí, daban indicaciones de cómo se tenían que transportar a las personas lesionadas, trataban de actuar lo más rápido que podían, teniendo cuidado de no encontrarse con el enemigo y a la vez protegerse de las balas perdidas. Debían de llegar al refugio antes del anochecer, el tiempo se había convertido en su peor enemigo.

Mientras unos revisaban los hospitales, otros buscaban en las afueras de la ciudad a ver si encontraban algún sobreviviente. Todo era un caos total, se miraban escombros por todas partes, edificios siendo consumidos por las llamas, el aire olía a cadáveres y sangre. Sin mencionar los múltiples cuerpos que estaban tirados por todas partes, cada vez que revisaban un lugar, encontraban pedazos de cuerpos humanos, las piedras estaban manchadas de sangre, tripas e intestinos, todo aquello era escalofriante.

AYÚDENME, HE ENCONTRADO UN SOBREVIVIENTE. – Gritó uno de los soldados que buscaba entre los escombros de una casa. – No se mueva señor, la ayuda viene en camino.

Por favor, salve a mi hijo, no sé por cuánto tiempo más podré resistir.

Aguante un poco más, lo ayudaremos.

Si el hombre se mueve, toda la biga se vendrá abajo y nosotros quedaremos enterrados vivos. – Decía uno de los hombres que acompañaba ese escuadrón de búsqueda.

Por favor, apresúrense, ya no resisto.

El estrecho es muy angosto, será difícil llegar al niño.

Yo lo haré. – Manifestó uno de los soldados.

Pero Shādī…

De todos nosotros soy el más indicado, mi cuerpo es delgado y no soy tan grande que digamos.

De acuerdo, sólo prométenos que tendrás mucho cuidado.

Claro.

En cuanto le amarraron una soga a la cintura, el joven se logró meter sin problemas por la abertura, sus compañeros lo estaban dirigiendo para que pudiera llegar hasta el niño, se arrastraba como una serpiente y a su paso quitaba algunas piedras de su camino, en cuanto llegó al niño se dio cuenta que habían más personas atrapadas…

AQUÍ DENTRO HAY MÁS CIVILES… – Gritaba con todas sus fuerzas.  

Puedes repetir lo que dijiste.

AQUÍ HAY MÁS CIVILES SEÑOR.

¿Qué haremos General? – Se atrevió a preguntar un soldado. – El hombre se ve claramente que le queda poco tiempo de vida y esto se nos va venir encima.

Pero no podemos abandonarlos. – Comentó otro soldado.

Hay que cumplir con la orden del Comandante, ayudar a todos los sobrevivientes.

Sí señor.

SHĀDĪ, NECESITO QUE ACTÚES CON PRECISIÓN Y CON CAUTELA, SI HAY NIÑOS MÁS PEQUEÑOS SÁCALOS A ELLOS PRIMERO, NOSOTROS BUSCAREMOS LA MANERA DE REFORZAR ESA BIGA PARA QUE NO CAIGA.

A LA ORDEN GENERAL.

Con la ayuda de todos, trabajaron en equipos para rescatar a las personas que estaban atrapadas, el soldado que se encontraba dentro de la casa destruida empezó a sacar uno a uno de los civiles y cuando finalmente sacó al último, todo se desplomó…

¡PADREEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE! – Se escuchó un grito ensordecedor.

Shādī, sujetó con fuerza al pequeño para que no se acercara al derrumbe.

Ya no llores pequeño, tu padre ha sido muy valiente en salvarlos a todos.

Shādī, debemos de irnos, ahora.

Si, vamos. Ven pequeño, es hora de irnos. – Lo cargó en sus brazos y todos empezaron a caminar.

******************************

Base enemiga…

Todo ha salido justo como lo planeé, esos desgraciados ya no les quedan fuerzas para seguirse resistiendo, muajajajajajajajaajajajajajaja, no les quedará otra opción que acatar mis mandatos y obedecerme…

Disculpe señor.

¿Y ahora qué?

El General desea hablar con usted por la radio.

Deme eso inútil. – Le arrebató la radio para poder hablar. – Más vale que sea importante.

Comandante, hemos encontrado lo que tanto ha estado buscando.

¿Qué? ¿Está seguro de lo que me dice?

Si mi Comandante, no hay duda de ello, es justamente lo que quería obtener nuestro líder.

Perfecto, simplemente perfecto, nuestro amo y señor quedará muy complacido por su excelente labor General.

Muchas gracias señor.

Tráigamelo inmediatamente y yo le avisaré a nuestro líder que por fin lo hemos conseguido.

Como usted ordene Comandante.

Cuando terminó de hablar por la radio, su mirada se volvió más sombría y temible e inmediatamente comenzó a marcar un número desde su celular.

Más te vale que tengas buenas noticias.

Claro que si mi señor, uno de mis hombres me acaba de confirmar que ya encontraron lo que usted tanto buscaba.

Espero que no se trate de ninguna broma o tú pagarás las consecuencias.

Mi señor, no es ninguna broma, he pedido que me lo traigan para podérselo entregar a usted en sus propias manos.

Si cumples con tu cometido serás recompensado.

Muchas gracias mi señor.

Por cierto, ¿cómo están las cosas por allá?

En poco tiempo esta ciudad será suya mi amo, mis tropas han logrado penetrar sus últimas defensas.

Has hecho un excelente trabajo y como premio, puedes pedirme lo que tú quieras.

En ese caso, quiero pedirle que me deje conservar al Comandante Sugoroku, lo quiero solamente para mí.

Si cumples con tu cometido, así será.

Muchas gracias señor.

******************************

 Finalmente la noche había caído, todo era silencio total, los últimos helicópteros estaban por despegar, las personas que subían miraban hacia atrás, con el dolor de su alma dejaban a su País, sus tierras, sus casas, ya nada quedaba de aquella ciudad que una vez fue hermosa, ya no quedaba nada, lo único que quedaba eran escombros, edificios destruidos, casas quemadas, tenían que dejarlo todo, incluso debían de dejar a sus seres queridos que habían fallecido. Llanto, el llanto era lo único que se escuchaba, un llanto que desgarraba el corazón de cualquiera… Nunca se imaginaron que iban ser atacados de una manera tan brutal y violenta, nunca se imaginaron que el enemigo no iba a tener piedad, muchos de los sobrevivientes habían visto como mataban a sus familiares y amigos a sangre fría, muchos de los sobrevivientes experimentaron el verdadero miedo de no llegar con vida al día siguiente. Todo era lamentable, ya nada se podía hacer. Los soldados, seguían ayudando a subir a más gente en los helicópteros, muchos corrían de un lado a otro, mientras que los pilotos escuchaban lo que podría ser la última orden.

Despegue ya piloto. – Uno de los Sargentos que estaba arriba del helicóptero, fue el que había dado la orden.

De acuerdo, aquí vamos.

En lo que terminaban de evacuar, un fiel soldado se dirigió al lugar que le había pedido su Comandante que fuera, observaba de un lado a otro para no ser sorprendido por uno de los enemigos, era una noche tan obscura con una inmensa niebla que casi no se veía nada. En cuanto escuchó un pequeño ruido se exaltó de sobre manera que estaba a punto de disparar.

Tranquilo Shādī, soy yo.

Comandante Sugoroku, que susto me dio casi lo mato.

Eso déjalo para después. Quiero encomendarte una última misión.

Claro que si comandante, sabe que puede confiar en mí.

Quiero que subas a uno de los helicópteros y te lleves de aquí a mi bisnieto. 

¿Su, bisnieto?

Si.

Pero, en dónde está, no lo veo.

Detrás de aquel árbol. – Señaló el hombre, haciendo que el otro volteara a ver. – Ven conmigo.

En cuanto se acercaron al lugar, encontraron un pequeño niño, su cabello era de tres colores y tenía unos hermosos ojos color lavanda.

Yūgi, escúchame lo que te voy a decir pequeño.

Snif, snif, snif, snif, snif… Bisabuelito, snif, snif, snif, snif, snif… No me dejes, tengo miedo.

No llores pequeño, ahora escúchame que no tenemos mucho tiempo. – El menor asentía con la cabeza. – A partir de ahora Shādī se va a encargar de ti, él te cuidará en mi lugar, quiero que seas un buen niño y no le vayas a dar problemas a mi amigo.

Snif, snif, snif, snif, snif… No bisabuelito. – Trataba de no llorar.

Yūgi, cuando se llegue el momento, quiero que te encargues de reunir a las siete familias, diles que fui yo quien te encomendó esa tarea.

¿Y si no me creen?

Te creerán pequeño, con el medallón que te puse en tu cuello, ellos deberán creerte.  

¿Y qué debo hacer cuando los haya reunidos?

El hombre no terminó de hablar ya que el enemigo los habían sorprendidos…

¡Ahí están!

¡Mátenlos! – El hombre comenzó a disparar, viendo como corrían sus víctimas.

¡Idiota! – Expresó el General a cargo. – No dispares idiota, recuerda lo que dijo nuestro Comandante, a Sugoroku lo quiere con vida. 

¡Vete Shādī!

Pero, Comandante...

¡Es una orden! Vete de aquí, y no olvides tu misión, la micro memoria que te entregué, te dirá a dónde debes ir.

Snif, snif, snif, snif, snif… Bisabuelitoooooooooooooooooooooooo… Snif, snif, snif, snif, snif… Ven conmigo por favor... Snif, snif, snif, snif, snif…

Estaban en medio de un tiroteo, los estaban acorralando, pero Sugoroku logró escuchar que lo querían con vida, así que tuvo que entregarse para poder salvar a su amigo y a su bisnieto. Aprovecharon la ocasión para poder escapar, corrió tan rápido como pudo con el niño en sus brazos y antes de que partiera el último helicóptero, pudo subirse sin problemas,  estando en el aire, observó como golpeaban brutalmente a su único amigo y se sintió fatal por haberlo abandonado a su suerte.

Continuará…

N/A: Espero que les hay gustado, no se pierdan el próximo capítulo y cualquier duda que tengan no olviden dejar sus comentarios y yo con mucho gusto les responderé…

Gracias por pasar a mi blog a leer, cuídense mucho, me despido de ustedes cariñosamente.

Atte.:

            KAT.