Capítulo 85: Sentimientos de culpa, arrepentimientos, vergüenza, impotencia, dolor, angustia…
Notas del capítulo: Todos más de alguna vez hemos
cometido uno o varios errores… Y todas las personas suelen actuar de diferentes
maneras cuando se dan cuenta de sus equivocaciones, algunos buscan la manera de
emendar sus errores y hasta de pedir perdón a quienes han lastimado. En cambio
otros, se enfrascan sin hacer nada y terminan por caer en una terrible
depresión que a la larga no les trae nada bueno. Ahora yo les pregunto: ¿Cómo
se sienten ustedes cada vez que cometen un error en sus vidas?
AVISO IMPORTANTE: Este capítulo tendrá argumentos fuertes,
sádicos, dolorosos y hasta perturbadores, así que antes de leerlo… Te sugiero
que lo pienses bien antes de continuar… No me hago responsable por traumas
psicológicos, depresiones o pesadillas que puedan tener en las noches… Leer bajo su propio riesgo. Soldado
avisado, no muere en guerra.
Declaimer:
Noticia de último momento… “YU – GI – OH!, No es mío”… Mucho menos sus
personajes… Son propiedad de su respectivo autor, pero toda la trama de esta
historia si es creada por mí. Amo inventarles historias nuevas a mis queridos
personajes, es una manera de expresar lo que siento, y tener la dicha de
poderlo compartir con todos ustedes. ^_^
******************************
Días después…
Buenos días mi amor.
– Saludaba sarcásticamente. – ¿Dormiste bien? – Preguntaba de manera burlona
mientras se acercaba a su pareja. – Te vez lindo de esa manera, te ha gustado
dormir en tu nueva habitación. – Gemidos era lo único que podía escuchar. – Voy
a quitarte la mordaza de la boca para que yo te pueda entender. – En cuanto se
la quitó…
Por… ¿Por qué me
haces esto Yami?... Snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif…
No puedo creer que todavía tengas el
descaro de preguntármelo.
Pero si no le dije nada… Snif, snif,
snif, snif, snif, snif, snif… Únicamente le comenté que tú venías hasta en la
noche.
Tú no aprendes verdad mi amor. – Le
agarró el rostro con fuerza. – Te he dicho hasta el cansancio que no debes
salir de la mansión, mucho menos recibir visitas y si alguien toca la puerta tú
debes quedarte callado.
Perdóname por favor… Snif, snif, snif,
snif, snif, snif, snif…
Claro que estás perdonado, por esa
razón es que te he encerrado en la bodega.
ME TIENES ENCADENADO COMO UN MALDITO
PRESO. – Gritó desesperado.
Estúpido. – Le dio un golpe en la cara.
– No permitiré que me hables de esa manera, mucho menos que me grites.
Ya… Mi… Snif, snif, snif, snif, snif,
snif, snif…
Te daré un escarmiento que no
olvidarás. – Se levantó del suelo para salir por un momento. El joven aprovechó
la ocasión para tratar de liberarse pero todo era inútil, en las muñecas de sus
manos tenia grilletes que conectaban con unas cadenas sujetas a la pared, y en
sus tobillos también tenía grilletes. Había perdido la cuenta de los días que ha
permanecido en ese lugar. – Ya estoy aquí mi amor, ¿me extrañaste?
Por favor… Snif, snif, snif, snif,
snif, snif, snif… Suéltame Yami… Snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif…
Contéstame lo que te he preguntado
imbécil. – Volvió a golpearle la cara.
Aaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhhh… Snif,
snif, snif, snif, snif, snif, snif… Ssi… Si te extrañé.
Vez que no es tan difícil de responderme.
– Le acaricia la mejilla donde recibió el golpe. – Ahora dime qué estás
dispuesto a hacer para que yo te suelte de nuevo.
El
joven abrió los ojos como platos al escuchar tal petición.
Por favor Yami… Snif, snif, snif, snif,
snif, snif, snif… No me lastimes…
MALDITA SEA YŪGI, ¿ERES ESTÚPIDO O QUÉ?
– Le gritaba y a la vez jalaba de sus cabellos con fuerza.
Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh…
Suéltame por favor… Snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif…
La próxima vez que no me contestes lo
que te pregunte serás severamente castigado mi amor. – Estrelló su cabeza
contra la pared. – Te lo preguntaré una vez más, ¿qué estas dispuesto a hacer
para que te suelte de nuevo?
Haré cualquier cosa que me pidas… Snif,
snif, snif, snif, snif, snif, snif… Por favor ya no me lastimes.
Ya cállate que me aburres con tu
cantaleta de siempre, recuerda que tú eres mi marido y estas para obedecerme,
¿te ha quedado claro?
Ssi… Snif, snif, snif, snif, snif, snif,
snif…
Ahora ábreme las malditas piernas. –
Sonreía maliciosamente.
¿Qué vas a hacerme? – Preguntó con
temor.
Voy a meterte este consolador gigante inflable
en tu culo.
¿Queeeeeeeeeeeeeeeeé?
Ya me oíste, ahora ábreme las malditas
piernas.
Nooooooooooooooooooooooooooooooo, no Yami…
Snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif… Por favor…
Quédate quieto por un demonio. – Le
abrió las piernas con fuerza y comenzó a meterle el consolador en su ano sin
lubricante.
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHH…
DUELE… SÁCALO POR FAVOR… Snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif… DETENTE POR
FAVOR YAMI… Snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif… NO ME LA METAS TAN DURO…
DUELEEEEEEEEEEEEEEEEEE…
Ya cállate maldita escoria de mierda. –
Terminó por metérselo en su ano y luego empezó a inflarlo.
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHH… DUELE
MUCHO… Snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif… SÁCALO POR FAVOR… SIENTO QUE
ME ESTÁ DESGARRANDO LAS ENTRAÑAS… AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAYYYYYYYYYYY… – Se
movía de un lado a otro tratando de minimizar el dolor.
Oh si, te vez hermoso con el consolador
dentro de tu culo. – Cuando terminó de bombear le colocó un tapón para que su
pareja no lo pudiera expulsar. – Voy a soltarte ahora y nos iremos a mi
habitación para que ahí me puedas complacer.
No, no por favor… Snif, snif, snif,
snif, snif, snif, snif… No podré caminar…
Vas a caminar maldita puta aunque sea
en cuatro patas y si no lo haces te meteré esto en la punta de tu pene. – Le
mostraba otro juguete sexual, haciendo que su víctima lo mirara con horror.
Por… Por favor Yami… Snif, snif, snif,
snif, snif, snif, snif… No me lastimes…
Cállate. – Le dio un golpe en la cara
partiéndole su labio. – Anda levántate.
El
joven se ponía lentamente de pie tratando de sostenerse de la pared, sentía una
gran incomodidad al tener ese consolador metido en su ano.
Pero mírate nada más que cerda eres,
aun no te toco y ya te estas mojando, eres asqueroso y repugnante, agradecido
deberías de estar de que te la quiera meter todavía. – Al escuchar esas
palabras le dolían en lo más profundo de su corazón. – Date prisa en caminar
antes de que me arrepienta y te deje encerrado en este nauseabundo lugar, y tu
estas igual o peor que aquí.
Es porque no me has dejado bañarme
Yami.
Mira semejante hijo de puta, no me
eches la culpa de que huelas mal y que estés todo asqueroso, das vergüenza en
el estado que te encuentras, en cuanto lleguemos a la habitación te bañaré con
mi orina, tal vez así puedas oler un poco mejor. ¿Estás de acuerdo?
Si… Snif, snif, snif, snif, snif, snif,
snif… – Contestó con la mirada en el suelo en lo que caminaba detrás de su
esposo.
******************************
Hospital de Ciudad Domino…
En una habitación se encontraba un joven parado frente a una cama,
no había parado de llorar desde que llegó, si no fuera porque el médico lo
sacaba en cinco minutos él no se atrevería a salir de ese lugar.
Mi amor, por favor
abre tus ojos… Snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif… –
Se atrevió a tocarle su mano para acercársela a su pancita. – Tienes que ver la
sorpresa que tengo para ti… Snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif… Noah, tú
no puedes dejarnos, tienes que salir adelante… Snif, snif, snif, snif, snif,
snif, snif… Nunca me imaginé que pasaría
un día de San Valentín tan terrible, y yo que estaba emocionado para que ese
estúpido día llegara y así poderte dar la sorpresa de que serás papá… Snif,
snif, snif, snif, snif, snif, snif… Y ahora temo de que nunca lo sepas… – Su
llanto se intensificó, hacia lo posible por tranquilizarse. – Te amo tanto mi
amor y la verdad es que no quiero perderte Noah… Snif, snif, snif, snif, snif,
snif, snif… Te necesito mi amor, no sabes cómo extraño oír tu voz, sentir tus
besos y caricias, extraño todo de ti… Snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif…
Por favor no te des por vencido, mira que hay un pequeñito tuyo y mío creciendo
dentro de mí… Snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif… ¿Es que acaso no deseas
conocer a tu hijo? Prometiste que volvería a sonreír de nuevo, que tú ibas a
sanar las heridas de mi corazón para que volviera a confiar en el amor.
Prometiste que siempre estaríamos juntos, que nunca me ibas a dejar solo.
¿Dónde quedaron tus promesas? – Se limpiaba las lágrimas que salían de sus ojos
azules, se aferraba a su mano como si su vida dependiera de ello, cuando logró
tranquilizarse un poco se inclinó para darle un beso en la frente. – Te amo
Noah.
En
ese momento llegaba un hombre a la habitación.
Joven Kaiba.
Por favor Doctor, déjeme estar un
ratito más con él. – Manifestó sin ni siquiera mirarlo.
Créame que con gusto lo dejaría
quedarse un poco más de tiempo, pero en su condición no puedo hacerlo, recuerde
que debe descansar y no esforzarse mucho.
Lo sé. – Soltó la mano de su novio para
llevarse sus manos a su pancita.
Por favor joven Kaiba.
Está bien, ya voy. – Volvió a limpiarse
sus lágrimas y se acercó al oído de su novio para decirle: – Vendré a visitarte
mañana mi amor, te amo mucho Noah. – Al decir eso último decidió salir del
lugar y se dio cuenta que el médico lo seguía esperando junto con su amigo.
Te llevaré a la mansión Mokuba.
Muchas gracias Malik.
******************************
No muy lejos de ahí…
¿En dónde estoy?
¿Qué es este lugar? ¿Por qué siento todo mi cuerpo entumecido? ¿Y ese llanto de
dónde proviene? ¿Quién estará llorando? Es el llanto de un niño, iré a ver qué
es lo que le pasa. Demonios, casi no miro nada y todo esta obscuro, siento que
he caminado por horas sin llegar a ninguna parte y ese llanto a veces lo
escucho lejos y a veces cerca. Por más que trato de tocar alguna pared no he
podido hacerlo, y no logro ver por donde camino. ¿Qué es este lugar? ¿Qué hago
aquí? ¿Cómo llegué aquí? Lo último que recuerdo es que estaba hablando con el
Doctor Mahādo y después de eso nada, todo se me puso obscuro y la mente en
blanco. Tal vez ese estúpido Doctor me trajo a una de las áreas del hospital,
lo que no entiendo es por qué no veo nada. Baia, finalmente alcanzo a ver una
luz al final del pasillo, y ahora el llanto lo oigo más cerca, al fin podré
saber quién es el niño que está llorando y sabré porque nadie lo atiende. –
Seguía caminando en la oscuridad, comenzaba a fastidiarle tener que hacerlo sin
llegar a ninguna parte. Hasta que pudo divisar un pequeño niño de unos cinco o
seis años de edad sentado en el suelo. – Hola pequeño, ¿qué haces aquí?
¿Quién es usted? –
Preguntó melancólico.
Mi nombre es Seto,
dime, ¿por qué lloras?
Acabo de enterarme
de que mi padre no me quiere. – Volvía a llorar de nueva cuenta.
Oh vamos, eso no
puede ser verdad, ¿de dónde sacaste esa idea tan absurda?
Es verdad lo que le
estoy diciendo señor, he visto llorar a mi pamita casi todas las noches.
¿Pamita? ¿Me podrías
decir quién es tu pamita?
El no tardará en
llegar aquí.
Ya veo, en ese caso
me quedaré contigo haciéndote compañía.
¿Por qué? – Lo miraba
un poco confundido.
Porque no quiero que
sigas llorando.
¿Usted tiene hijos?
El hombre se sorprendió ante la pregunta que le hacia ese pequeño.
Bueno… Yo…
¿Quiere mucho a su
hijo? – Estaba por responderle pero fue interrumpido por el pequeño. – ¡Ahí
viene mi pamita! – Exclamó emocionado.
¿Cachorro? ¿Qué
haces aquí?
¿Conoces a este
hombre pamita?
Jamás lo he visto en
mi vida mi amor. – Le regaló una hermosa sonrisa a su niño. – ¿Nos vamos?
Si.
Espera por favor. –
Lo detuvo.
¿Me puede soltar por
favor?
¿Por qué dices que
no me conoces? Mírame bien, soy yo, soy Seto. Seto Kaiba.
No lo conozco.
No digas eso por
favor, tú y yo estamos casados.
¿Ese señor es mi
padre? – Lo señalaba con inocencia el niño.
No Jōnouchi, se ve
que ese señor no quiere a nadie.
Por favor cachorro,
no digas esas cosas enfrente del niño.
¿Y qué es lo que
debo decirle? ¿Qué su padre lo ama aun sabiendo que eso no es verdad?
Vámonos pamita. –
Comenzaba a llorar de nuevo.
Si ese niño es tu
hijo significa que también es mi hijo.
USTED NO ME QUIERE,
NUNCA ME QUISO, ASÍ QUE NO PRETENDA SER MI PADRE AHORA. – Gritó el pequeño con
mucho dolor.
Ya vio lo que ha
provocado.
Lo siento mucho, no
era mi intención lastimarte. – Intentó acercársele.
NO LO TOQUES, ÉL NO
QUIERE SABER NADA DE TI. – Se puso enfrente del menor para protegerlo. –
Vámonos ya Jōnouchi.
Si.
ESPEREN POR FAVOR,
NO SE VAYAN, CACHORRO NO TE LLEVES A NUESTRO HIJO.
JOOOOOOOOOOOOOOOEEEEEEEEEEEEYYYYYYYYYYYYYYY… – Gritaba desesperado mientras que
corría y corría viendo como ellos se alejaban cada vez más.
Continuará…
N/A: Que cruel es Yami al tratar así a su esposo… ¿Por qué Yūgi lo
tolerará tanto? ¿Hace bien Yami en tratar de esa manera a su esposo? ¿Quieren
que ellos terminen juntos? ¿Por qué Joey le habrá dicho eso a su neko? ¿El
cachorro se habrá olvidado de su esposo? ¿Qué creen que haya pasado entre
ellos? No se pierdan esto y más en los siguientes capítulos, no olviden dejar
sus comentarios que yo con mucho les responderé. Quini mil gracias por todo su
apoyo, por leer esta historia y seguirla de principio a fin.
Me despido de ustedes cariñosamente, les recuerdo que no salgan de
casa al menos que sea estrictamente necesario, lleven siempre su mascarilla,
lleven consigo su botecito de alcohol gel y saniticesen antes de entrar a sus
hogares. Cuídense mucho y cuiden a sus familiares.
Atte.:
KAT.