jueves, 23 de abril de 2020

LA LEYENDA DEL MONSTRUO DE OJOS ROJOS…




Capítulo 17: No dejaré que te lleven… V parte.


Agradecimientos: Este capítulo se los quiero dedicar a tres amis muy especiales, la primera es: kar3nFz, gracias a ella pude ponerle un dibujo a este nuevo episodio. Me tuvo mucha paciencia para entender mi idea y hacerle varios cambios. Me disculpo por eso amis. Así que el dibujo que verán en esta parte es creada por ella, por consiguiente le doy todos los créditos que se merece, y felicitarla por su buen trabajo.

La segunda persona es: Gelen Colmenarez, fue la persona que me pidió escribir esta historia, espero que te guste amis.

La tercera persona a quien le quiero agradecer es a: Kyuubi Rosana Marcolini, me ha ayudado a dar ideas para escribir esta historia, muchas gracias por estar dispuesta siempre a ayudarme, tus consejos son muy útiles para mí.

A todas ellas en verdad agradecerles de todo corazón, por tomarse su tiempo en ayudarme, para ir mejorando poco a poco.


Declaimer: Como siempre… Bla, bla, bla, bla, bla, bla… Los personajes de YU – GI – OH!, “No me pertenecen”… Chiquiris maquiris, son propiedad de su respectivo autor, abra cadabra, solamente hago este fic porque me encanta escribir, y que ustedes se diviertan de mis locuras… Es mi manera de expresar lo que siento, y tener la dicha de poderlo compartir con todos mis lectores…

******************************

Un mes después…

         No puedo creerlo, no puedo creerlo, es que simplemente no lo puedo creer. ¿Cómo pude dejar escapar la oportunidad de mi vida? – Se recriminaba así mismo paseándose por toda su habitación. – ¿En qué demonios estaba pensando? ¿Por qué me dejé influenciar por Mokuba? Maldición, maldición, maldición,  no tuve elección más que dejarlo ir. Quizás Mokuba tenga razón, era mejor que se fuera para que pudiera vivir tranquilo sin que nadie lo molestara. Aun así, tengo mil preguntas sin resolver. ¿De dónde habrá venido? ¿Cómo fue que llegó hasta aquí? ¿Quiénes son su familia? ¿Por qué no quiere que su padre lo encuentre? ¿Por qué le gusta tanto permanecer transformado en un Dragón?

Después de darle tanta vuelta al asunto decidió salir de su habitación y tratar de despejar su mente.

******************************

En algún lugar del mundo…

         Mahādo, el concejo de magos te ha mandado a llamar para que nos des tu respuesta.

         Con todo respeto Mago Superior, necesito que me otorguen un poco más de tiempo.

         Tú sabes que el tiempo es primordial en estos momentos.

         Eso lo sé muy bien, es sólo que… – Se quedó callado por un momento.

         Puedes hablar con toda libertad.

         Gracias. Todavía no puedo darles mi respuesta.

         ¿Por qué?

         Daré mi respuesta hasta que mi esposo pueda darme su consentimiento de que nuestros hijos comiencen con su iniciación.

         Mahādo, sabías muy bien cuáles serían las consecuencias al momento de casarte con él.

         Lo sé...

         Déjame terminar de hablar.

         Discúlpeme.

         Como te decía, sabías muy bien cuáles serían las consecuencias al casarte con ese hombre, sin embargo, hiciste cuanto pudiste por mantenerlo al margen, e inscribiste a tus hijos a nuestra escuela a espaldas de él. Eso ha demostrado que tienes una gran lealtad por tu descendencia y a la vez te arriesgabas por perderlo todo. Mahādo, para ti no ha de haber sido fácil tener que lidiar con semejante situación, por esa razón, es que hemos decidido darte el tiempo que necesitas para que hables con tu pareja, y que pueda darte la aprobación que necesitas.

         Con todo respeto Mago Superior, ¿por qué hacen esto?

         Porque para él tampoco ha sido fácil tener que aceptar nuestros términos, y para que hayan durado bastante sólo significa que entre ustedes hay amor sincero. Y esto prueba que tal vez nosotros estábamos equivocados el no aceptar su unión. Así que ve y haz las paces con tu esposo.

         Muchísimas gracias, Mago Superior.

         Puedes retirarte.

         Si, con su permiso.

******************************

         Yūgi ha estado muy callado estos últimos días.

         No debes preocuparte tanto por el, ya sabes que mi nieto es así.

         Ya lo sé Don Solomon, no puedo evitar preocuparme por él, y eso de que ande en la calle todo el tiempo no me gusta para nada.

         A mí tampoco me gusta Shādī.

         Entonces, ¿por qué lo deja salir tanto?

         Yūgi casi no tiene amigos, ya no te acuerdas como le costó adaptarse en la escuela la primera vez que fue.

         Como olvidarlo, se aferró tanto a mí que no me quería soltar.

         Así es, por esa razón es que le permito que salga con la esperanza de que pueda hacer amigos, y que no se sienta tan solo.

         Viéndolo de esa manera, supongo que tiene razón.

         No te angusties tanto, siempre que sale le digo que lleve su celular, y que me avise cuando va llegar tarde o se va quedar a dormir en casa de su amiga.

         Ya que la mencionó, ¿usted sabe quién es ella? ¿Quiénes son sus padres? ¿En qué trabajan sus padres?

         Mi querido Shādī, haces tantas preguntas.

         Discúlpeme.

         Tranquilo, está bien, no hay problema. Rebecca, es una joven bastante madura para su edad, su madre murió cuando ella tenía apenas 3 años, su padre es un gran amigo mío, su nombre es: Arthur Hawkins, es un importante profesor de la arqueología, se la pasa viajando mucho, y por eso es que me encarga a su hija para que la cuide.

         Oh, ya veo, ahora entiendo del por qué se alegró cuando Yūgi la conoció por primera vez en la escuela.

         Así es, y desde entonces se hicieron buenos amigos.

         Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja…

         ¿Por qué te ríes?

         Discúlpeme, a veces creo que Rebecca es quien cuida de Yūgi, y no lo contrario.

         Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja… Eres muy listo Shādī.

******************************

Estaban jugando en el bosque, pasaban una tarde divertida, se escuchaban risas, gritos de alegría, corriendo de un lugar a otro hasta ya no poder dar ni un paso más.

         No se vale, hiciste trampa. – Trataba de normalizar su respiración.

         No es cierto, te gané limpiamente.

         Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, claro que no, te aprovechas de que yo tengo dos piernas y tú tienes cuatro patas.

         Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, de acuerdo, de acuerdo, te doy toda la razón.

         Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, aunque debo de admitir que corres muy rápido.

         Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, y eso que no me has visto volando.

         Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, me gustaría poder verte hacerlo algún día.

         Oye, cambiando de tema.

         ¿Qué sucede?

         Nunca te di las gracias por lo que hiciste por mí.

         Lo dices por mi primo Yami.

         Si, creí que en ese momento me iba a llevar a la fuerza.

         No debes de preocuparte por mi primo, cuando él hace una promesa la cumple.

         Me doy cuenta de ello, ahora puedo andar por el bosque con más libertad.

         Shhh...

         ¿Qué pasa Mokuba?

         Creo que escuché un ruido.

         Ha de ser uno de los animales del bosque que anda merodeando cerca de nosotros.

         Hump… No lo sé, déjame ir a ver.

         ¿Quieres que vaya contigo?

         No, quédate aquí.

         Por favor, no te tardes.

         Tranquilo Joey, no…

El pelinegro no pudo terminar la frase ya que de la nada salieron muchos hombres armados, los tenían completamente rodeados.

         ¡AHÍ ESTA!

         ¡NO DEJEN QUE SE ESCAPE!

         RODÉENLO, RÁPIDO.

         CORRE JOEY, VUELA, SAL DE AQUÍ.

La bestia corrió rápidamente para alzar vuelo, era perseguido por muchos hombres que habían comenzado a dispararle, se los esquivaba a cómo podía, y a la vez veía hacia atrás para no ser alcanzado, llegó a un risco, y fue ahí que se lanzó para poder volar, en ese momento, diversos aviones salían de varios lugares tratando de darle alcance al Dragón. Por otro lado, Mokuba corría desesperado evitando no perderlo de vista, y al mismo tiempo se hacía mil preguntas en su cabeza, como por ejemplo: ¿Quiénes eran esos hombres? ¿Por qué se encontraban en el bosque? ¿No se suponía que su hermano los había echado del lugar?

         No dejen que escape, su cabeza tiene precio. – Decía el líder por la radio que comandaba la fuerza aérea. 

         A la orden Señor.

         Recuerden que no debemos de matarlo, lo quieren con vida.

El Dragón al ver que no se los podía quitar de encima y que estaban por alcanzarlo, comenzó a defenderse, atacaba a los aviones a modo de derribarlos.

         NO, YA BASTA, DÉJENLO EN PAZ. – Gritaba el pelinegro quien seguía corriendo, escalando uno que otro risco para ver lo que sucedía en el aire.

         Demonios, me dio, saltaré del avión. – Manifestó un hombre que piloteaba uno de los aviones.

         Maldita bestia, no escaparás tan fácilmente de mí.

         Sigan con el plan, repito, debemos apegarnos al plan.

         A la orden Señor.

         Hay que dirigirlo a la trampa que hemos preparado.

         Ya casi lo tenemos.

Se estaba llevando una batalla aérea, uno de los aviones logró rozarle una de sus alas al Dragón, haciendo que el animal rugiera y comenzara a descender.

         Si, si, si, le di, le di, vieron eso amigos, derribé a esa bestia.

         Muy bien, así se hace piloto.

         Esta maldita bestia no se irá a ninguna parte.

         Llegó el momento muchachos, activen la trampa.

         A la orden Señor.

         NO, JOEY. – Gritó el pelinegro al verlo caer, decidió correr a todo lo que sus piernas le daban para tratar de ayudarlo.

         Te llegó la hora maldito animal, he esperado mucho tiempo para poderte capturar. Ahora finalmente eres mío.

De entre los árboles, salía una inmensa maquinaria que cargaba una jaula, y al momento en que el Dragón cayó, lo hizo dentro de ella, e instantáneamente la reja se cerró evitando así que escapara. Varios hombres que se encontraban escondidos salían para asegurarse de que no se les escapara su presa.

         Ya lo tenemos.

         Je, je, je, je, je, je, je, por fin eres mío maldito animal, valió la pena la espera para poderte capturar.

Un fuerte rugido se escuchó por todo el lugar, estaba por tirar fuego, pero el líder que comandaba la cacería lo previó antes.

         Rápido, amárrenle su hocico con las cadenas.

         Sí Señor.

         Sujétenles sus alas y sus garras, quiero que lo dejen bien inmovilizado.

         Pero Señor, una de sus alas está lastimada, si lo encade…

         Cumpla con la orden que le he dado soldado.

         Ssi… Sí Señor.

         Ahora me la vas a pagar maldita bestia, te daré tu merecido por haber derribado a muchos de mis aviones. – El hombre lo miraba con odio, en sus manos sostenía un pequeño aparato que únicamente tenía un botón rojo, en cuanto lo apretó, el Dragón recibió tremenda descarga eléctrica en todo su cuerpo, haciendo que se moviera de dolor de un lado a otro, pero debido a las cadenas que lo sujetaban con fuerza, le impedían moverse libremente. – Je, je, je, je, je, je, je, je, je, te gusta no es así, esta jaula la hice especialmente para ti, quiero verte sufrir más, anda maldito animal, puedes gritar todo lo que quieras, je, je, je, je, je, je, aunque dudo mucho que puedas hacerlo con esas cadenas que sostienen tu cuerpo y hocico. – Torturaba al animal una y otra vez, no dejaba de apretar el botón, miraba divertido como trataba inútilmente de revolcarse por el dolor que sentía.

         Ya basta, quiero que lo deje en este mismo instante. – Por fin había llegado el pelinegro, quien se puso enfrente del hombre mirándolo enojado.

         Maldito mocoso, ni tú ni nadie me privará de mi diversión, así que más vale que te hagas a un lado.

         Ordeno que lo liberen inmediatamente.

         ¿Tu, dándome órdenes a mí? Por favor, no me hagas reír.

         Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja. – Se reían todos los que se encontraban ahí, el menor al ver como se burlaban de él decidió tirársele encima a ese hombre para poder golpearlo.

         ESTÚPIDO, TE ENSEÑARÉ QUIEN MANDA. – Gritó molesto.

Ambos se agarraron a golpes, los demás habían hecho un círculo alrededor de ellos, gritaban, silbaban y animaban a su jefe para que no se dejara vencer por el chiquillo. Lamentablemente, el hombre por ser más viejo y tener más fuerza, noqueó al pelinegro dejándolo tirado en el suelo.

         Por culpa de este maldito mocoso se rompió el control remoto. – Estaba tan molesto que se iba a desquitar con el joven que se encontraba seminconsciente en el suelo, pero uno de los hombres lo detuvo.

         Déjelo Señor, no vale la pena, ya tenemos lo que queríamos.

         Sí, creo que tienes razón, vámonos ya muchachos, nuestro premio nos aguarda.

         Si, si, si, si, si, si, vamos, vamos, démonos prisa. – Manifestaban todos, y comenzaban a caminar.

         Jo… Joey. – Fue lo último que dijo el ojiazul antes de desmayarse.

******************************

         Don Solomon, puedo hacerle una pregunta.

         Por supuesto Shādī, pregunta lo que quieras.

         ¿Por qué ese medallón era tan importante para su padre?

         Al parecer lo estimaba mucho, una vez me dijo que un amigo se lo había obsequiado.

         Lo sé, ¿lo que no entiendo es por qué se lo dejó a su bisnieto y no a usted?

         ¿De verdad mi padre no te comentó nada?

         Todo pasó tan rápido que no le dio tiempo de nada, lo que sí no he dejado de pensar fueron en las palabras que le dijo a Yūgi.

         Te refieres a reunir a las siete familias.

         Así es, ¿usted sabe quiénes son las siete familias?

El hombre suspiró profundamente llevándose una mano a su rostro, para luego hablar.

         Esto que voy a decirte quiero que me prometas que no se lo dirás a nadie, en especial a Yūgi.

         Pero…

         Prométemelo Shādī.

         De acuerdo, le doy mi palabra.

         Mi padre solía contarme muchas de sus historias, algunas parecían reales, y otras eran puras fantasías. Con el paso del tiempo, dejé de creer en sus leyendas.

         ¿Por qué?

         En una ocasión le pregunté el origen de ese collar, estaba cansado de oír las mismas historias de siempre, y en un arrebato de cólera le grité que ese collar no significaba nada.

         ¿Qué quiere decir con eso? ¿Por qué le comentó algo así a su padre?

         Todo comenzó por una discusión que tuve con él, estaba decidido a seguir sus pasos y le hice saber que me iba a encargar de reunir las siete familias.

         ¿Qué? – Preguntó boquiabierto.

         Tal como lo oyes Shādī.

         ¿Qué pasó después?

         Se rio de mí, se burló tanto que me gritó en mi cara que eso era algo imposible de realizar. Nadie lo había hecho hasta la fecha. Después de eso, todo cambió.

         No puede ser, no entiendo por qué su padre le dijo tal cosa y peor aún, no entiendo por qué le insistió a Yūgi que buscara a las siete familias.

         No lo sé, también yo estoy consternado por eso.

         ¿Qué piensa de todo esto?

         No hay nada que pensar Shādī.

         Pero…

         Es mejor dejar las cosas como están.

         Don Solomon…

         Escucha Shādī, mi padre siempre fue un hombre misterioso y reservado, ni siquiera yo que soy su hijo pude lograr entenderlo.

         Pudo haber sido misterioso y reservado, pero él era un gran hombre y una buena persona.

         Eso no te lo discuto Shādī.

******************************

La noche por fin había llegado a la ciudad iluminándola con las estrellas y la luz de la luna, afuera de una mansión había mucho alboroto, el escándalo era tan grande que tuvo que salir el dueño del lugar.

         ¿Qué creen que hacen a esta hora de la noche?

         Señor Kaiba, usted tenía razón, finalmente la bestia salió de su escondite y logramos capturarla.

         Si, aunque no fue fácil hacerlo, perdimos a muchos de nuestros compañeros por culpa de este animal.

         ¿Dónde está?

         Tráiganlo muchachos.

Entre la oscuridad salía una enorme rastra que cargaba una jaula de acero, en ella se encontraba un Dragón negro todo encadenado, herido, golpeado, cansado y débil.





         ¿Qué le han hecho? Se ve como que está a punto de morir.

         No se fie por las apariencias señor Kaiba, le aseguro que ese demonio aún le quedan fuerzas para seguir luchando.

         No tiene idea por todas las cosas que tuvimos que pasar para capturarlo.

Al poco tiempo, salía otro hombre de la mansión, al escuchar tanto barullo decidió ver qué era lo que estaba pasando.

         ¿Qué sucede aquí Seto?

         Qué bueno que llegas Yami, quiero presentarte a la bestia de la que tanto te había hablado.

La otra persona abrió los ojos como platos, no podía creer lo que estaba viendo.

         ¿Qué significa esto? ¿Por qué lo tienen encerrado de esa manera?

         Cálmate Yami, estos hombres aseguran que no morirá.

         Tú no lo entiendes.

         ¿Qué diablos pasa contigo?

         ¿Dónde está Mokuba?

         Mi hermano no sabe que lo mandé a capturar, ese fue mi plan desde el comienzo, le hice creer a Mokuba que el bosque era un lugar seguro, de esa manera sacaría a la bestia para que anduviera libremente.

         No me refiero a eso, Mokuba se veía con él todas las tardes.

         ¿Qué fue lo que dijiste?

         Tal como lo oyes, pregúntales en dónde está Mokuba.

         No me digas que ya conocías a la bestia.

         Si.

         Y por qué rayos no me lo dijiste.

         Y tú, por qué no me dijiste sobre tu plan.

         Eso no importa ahora, lo hablaremos después. – Caminó hacia el líder, lo agarró con fuerza del cuello de la camisa y mirándolo directamente a los ojos le preguntó. – ¿Dónde está mi hermano?

         ¿Su hermano? – Tragó saliva en seco.

         Lo preguntaré por última vez, ¿dónde está?

         No vimos a nadie más en el bosque, señor. – Intervino uno de los soldados.

         ESO ES MENTIRAS. – Gritó el tricolor. – Mokuba tuvo que haber estado con Joey.

         ¿Quién diablos es Joey? – Preguntó el ojiazul.

         ES EL DRAGÓN. – Se escuchó un grito detrás de ellos.

Todos voltearon a ver y fue ahí que se dieron cuenta que era el muchacho que defendía a la bestia. El primero en salir a su encuentro había sido su hermano.

         ¿Mokuba, estás bien?

         NO ME TOQUES, ERES UN MENTIROSO, DIJISTE QUE LO DEJARÍAS EN PAZ. – Estaba molesto con su hermano.

         Mokuba, era la única forma de que lo sacaras de su escondite.

         NO TE BASTÓ EN ATRAPARLO, TAMBIÉN ORDENASTE QUE LO LASTIMARAN.

         Ordené que lo capturaran, pero jamás quise que le hicieran daño.

         SABES QUÉ, NO TE CREO NADA.

         Mokuba, cálmate por favor.

         NO ME PIDAS QUE ME CALME, DE SEGURO TAMBIÉN ORDENASTE QUE ESE IMBÉCIL ME GOLPEARA, ¿NO ES ASÍ?

         Por supuesto que no, te prometo que ajustaré cuentas con el más tarde. Ahora entra a la mansión.

         NO ME IRÉ SIN JOEY.

         No empieces de nuevo con tus berrinches, entra a la mansión. Ahora.

         No hermano. – Caminaba con algo de dificultad en dirección hacia la jaula.

         MOKUBA KAIBA, VUELVE AQUÍ ENSEGUIDA. – El castaño se sorprendió aún más cuando vio que su primo apoyaba a su hermano. – ¿Qué crees qué haces? ¿Acaso te has vuelto loco?

         No Seto, esta vez apoyaré a mi primito, no puedes confinar a este pobre animal a una vida de mucho dolor y sufrimiento.

         ¿Qué diablos pasa contigo? Eras tú quien se moría por conocerlo, y estudiarlo y ahora…

         Tú no lo entiendes.

         ¿Qué debo entender?

         Tienes que dejarlo ir.

         Ya escuché bastantes tonterías, será mejor que se aparten y que no interfieran en esto.

         Por favor Seto, déjalo ir, te lo suplico.

         DIJE QUE NO.

         Seto, por favor escucha a tu hermano.

         Si no se apartan los tendré que quitar por la fuerza.

         No me importa lo que hagas, no pienso moverme de aquí, él me necesita.

         ¿Por qué te importa tanto ese animal?

         Porque a diferencia de ti, yo si cumplo mis promesas.

         Que estupideces estas diciendo.

         No es ninguna estupidez, le prometí a Joey que no iba a dejar que se lo llevaran.

         Seto, sólo quiero decirte que si peleas, estaré dispuesto a defenderme. – Ambos se miraban a los ojos de manera intimidante.


Continuará…



N/A: ¿Por qué Sugoroku le habrá encomendado una misión peligrosa a su bisnieto? ¿El gato pulgoso se enfrentará a su primo? ¿Podrá Mokuba convencer a su hermano de que libere a su amigo? Todo esto y más se irá descubriendo en los próximos capítulos. Muchas gracias a todos por leerme. Me disculpo por romper sus kokoros (corazones).

Me despido de ustedes cariñosamente y les mando un abrazo y muchos besos virtuales.


Atte.:

          KAT.

No hay comentarios:

Publicar un comentario