lunes, 30 de julio de 2018

LOS OJOS… SON EL REFLEJO DEL ALMA...




Capítulo 21: No juzgues un libro por su portada… A veces, las apariencias engañan.


Notas del fanfic: A veces las apariencias engañan, cuando hay una confusión o no comprendemos lo que sucede, solemos especular de diferentes formas… Las personas nunca piensan en que quizás solamente sea un malentendido ya que por lo general siempre pensamos lo peor y es ahí cuando juzgamos a los demás sin percatarnos de que somos nosotros mismos los que nos perjudicamos y a la vez podríamos lastimar a un ser querido. Todo por no tener el valor suficiente de indagar más sobre el asunto… Pero también, hay personas que simplemente se hacen a un lado dejando las cosas como están y se alejan de las personas que más quieren y aman, pensando que tal vez eso sea lo correcto. ¿Cuál sería la mejor decisión que tú podrías tomar ante tal situación? ¿Te quedarías de brazos cruzados? O ¿Simplemente averiguas como fueron realmente las cosas? Sólo recuerda; que a veces las apariencias engañan…  


Declaimer: Los personajes de YU – GI – OH!, “No son míos”… Snif, shif, snif,  son propiedad de su respectivo autor, sólo hago este fic porque me encanta escribir, y que ustedes se diviertan de mis locuras… Es mi manera de expresar lo que siento, y tener la dicha de poderlo compartir con todos mis lectores…

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El fin de semana pasó muy rápido, una nueva semana estaba por comenzar…

Tal parece, que tampoco hoy vendrá Yūgi a la escuela. – Decía con desgano una chica de pelo castaño y ojos azules.

El pobre se la ha de estar pasando muy mal, no me imagino como se ha de sentir en estos momentos, si ha faltado tanto tiempo a la escuela significa que le ha afectado mucho. – Respondió un chico de alta estatura y pelo castaño.

En ese momento se escuchó un saludo.

Hola, buenos días amigos. – Saludó un joven de estatura media.

¡¡¡YŪGI!!! – Dijeron todos al verlo.

Qué barbaridad contigo, nos tenías muy preocupados, sobre todo porque ni siquiera nos querías recibir en tu casa.

Lo siento mucho Tea, discúlpenme todos por haberlos preocupado.

Mmmm… Te noto algo diferente Yūgi.

¿Eh? Pero que dices Tristán, estas imaginando cosas. – Contestó algo nervioso.

Bueno ya, luego hablaremos y nos pondrás al corriente, me da gusto que te hayas animado en venir a la escuela.

Muchas gracias Tea. – El chico en cuanto se sentó en su pupitre hizo una pequeña mueca de dolor que para su suerte nadie se fijó. – “No estoy seguro si contarles a mis amigos lo que sucedió entre Yami y yo, al menos tuve el fin de semana para reponerme un poco”. – Se sonrojó ante todo lo que pensaba para sí mismo…

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Un joven de alta estatura, cabellos de tres colores, decidió faltar a sus clases que tenía en la universidad. Sabía muy bien que no se concentraría hasta no haber arreglado un asunto que tenía pendiente… Estaba un poco nervioso, se sentía como si fuese a su propia ejecución, ya imaginaba todos los insultos que recibiría, pero también estaba consciente de que era por justa razón… Finalmente decidió entrar en aquel edificio enorme, todas las personas que laboraban ahí se movían de un lado a otro, caminó hasta donde estaba una secretaria y dijo:

Buenos días… No terminó de saludar ya que fue interrumpido de golpe por la mujer.

¡Joven! Qué bueno que llega, necesito que apruebe estos documentos, que vaya a supervisar cómo va el trabajo en el Departamento de Tecnología, también quiero que vaya al Departamento de Contabilidad, luego de eso necesito que vaya al Departamento de finanzas, al Departamento de Marketing, Departamento de Ventas, a la Sección de Control de Calidad…

La mujer no paraba de hablar y de dar muchas instrucciones, mientras que la persona que acaba de llegar se había quedado estupefacto por todo lo que tenía que hacer, ordenar y organizar.

¡Sigh! ¡ains!... Mejor no hubiera venido. – Se dijo para sí mismo, pero la mujer logró escucharlo.

Si tiene tiempo de bromear, le sugiero que ocupe ese tiempo para ponerse a trabajar, todos estos informes tienen que estar listos antes de las 5:30 de la tarde.

Pero es que… Yo venía para hablar con Seto, creí que ya no trabajaba aquí después de haber faltado tanto tiempo. – Aún no salía de su asombro. 





Hay joven, usted siempre tan simpático. – Respondía la mujer en forma de burla mientras que se lo llevaba casi a rastras para el Departamento de Tecnología.

El hombre no tuvo otra opción más que suspirar de nueva cuenta y seguir a esa mujer, ahora entendía lo eficaz que era en hacer su trabajo y por esa razón Kaiba la conservaba.

¡Espere un segundo!... ¿No se supone que todo esto lo tiene que aprobar Kaiba?

En efecto así es, si él estuviera aquí claro está… Pero para eso está usted, como Vice – Presidente de la empresa es su obligación hacerse cargo de todo mientras el presidente esté ausente.

El  joven por una parte se sintió un poco aliviado al escuchar que el CEO no se encontraba…

“Donde rayos te has metido Seto”… – Pensó para sí mismo, sentía que no iba a salir con vida con tanto trabajo acumulado…

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Hospital Central de Ciudad Domino…

Un joven muy apuesto de piel morena, cabellos color arena, se encontraba en su clínica, se había quedado solo después de recibir a su último paciente de la jornada de la mañana… Suspiró profundamente para desestresarse un poco, cerró levemente sus ojos recordando aquella escena…

FLASH BACK

La noche finalmente había caído en toda la ciudad, en una hermosa mansión se estaban reuniendo toda la familia para cenar… Esta vez, no sería una cena común, sino más bien sería una pequeña celebración entre familia.

Buenas noches. – Saludó uno de los dueños de la mansión.

Buenas noches hermano. – Contestaron las personas que se encontraban sentados en la mesa del comedor.

Hermano, dime ya que te traes. – Hablaba un hermoso joven albino.

No comas ansias Ryou. – Le sonrió a su pequeño hermano.

Buenas noches. – Saludó otro joven que acababa de llegar.

Pensé que nuca vendrías. – Le contestó su pareja fingiendo estar enojado.

Lo siento mucho amor, hoy tuve mucho trabajo.

Lo sé, amor no tienes que darme explicaciones. – Dicho esto lo besó en los labios.

Cof, cof, cof… – Chicos, si no se sientan a la mesa se les va enfriar la comida.

Ambos, no tuvieron otra opción más que separarse, pero sólo uno estaba más que ruborizado y algo nervioso a la vez.

Antes que nada, les agradezco mucho que hayan podido asistir esta noche. – Comenzó a hablar el mayor.

Marik, no seas tan dramático. – Le interrumpió su hermana mayor.

Ishizu, acabas de matar mi entrada triunfal. – Se cruzó de brazos, fingiendo estar molesto y ante tal acción todos comenzaron a reír.

Ya en serio hermano, de que se trata todo esto. – Volvió a insistir el joven albino.

Bueno ya está bien, se los diré de una sola vez… Malik y yo nos vamos a casar…

¿Qué? ¿Es verdad Malik? – Indagó el menor.

Pues sí, es verdad Ryou, esta mañana Marik me propuso matrimonio. – Respondió muy nervioso y a la vez mostraba su anillo de compromiso.

¡Wow! ¡Qué genial! Muchas felicidades. – Contestaba muy entusiasmado.

¡Vaya! Hasta que al fin asientas cabeza Marik. – Empezó a bromear su hermana.

Ja, ja, ja… Muy graciosa Ishizu.

Ya en serio, muchas felicidades hermano, les deseo a ambos que sean muy felices.

Muchas gracias hermana.

Muchas gracias Ishizu.

Serás como mi segundo hermano mayor Malik. – Le comentaba el albino.

Y yo que estaba nervioso, cuando Marik me dijo que les iba a anunciar nuestro compromiso.

Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja… Amor, eres tan tontito. No debiste ponerte tan nervioso.

¿Y cuándo será la boda? – Preguntó la mujer.

Todavía no lo hemos decidido, pero supongo que será muy pronto… ¿Verdad mi amor? – Vuelve a ver a su pareja.

Claro que sí mi amor. – Ambos se dan un beso en los labios muy apasionados.

La cena continuó de lo más alegre y divertida.

FIN DEL FLASHBACK

Miraba su anillo de compromiso, suspiró por décima vez mientras se decía.

He sido muy afortunado el haberte conocido… Marik mi amor te amo. – Hablaba consigo mismo.

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En algún lugar de Ciudad Domino…

Qué bueno que llega…

¿Por qué? ¿Qué sucede?

Es mi hijo, despertó esta mañana gritando fuertemente como si le dolía algo, entré a su habitación para ver qué era lo que le pasaba.

¿Y luego, qué ocurrió?

Me gritó exaltado, me decía que no lo tocara, que lo dejara en paz, que se quería morir, que me alejara de él y no sé qué más hablaba porque no le entendía.

¿En dónde está en estos momentos?

Se encerró en el baño, y no he podido sacarlo de ahí.

Enseguida voy, pero le pediré que por favor no suba hasta que yo le diga…

Pero es que…

Pero nada, únicamente haga lo que le diga. – Manifestó muy seriamente.

De acuerdo.

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Escuela Pública de Ciudad Domino…

Anda Yūgi, no seas así, cuéntanos que fue lo que ocurrió.

Para que hayas venido a la escuela, significa que ustedes dos ya hicieron las paces, ¿verdad? – Ante ese último comentario, el tricolor menor se sonrojó levemente.

Oigan chicos,  no creen que debamos dejarlo en paz, tal vez con el tiempo él se anime en contarnos que fue lo que sucedió.

Ay Ryou, como puedes decirnos eso, después de todo este tiempo que nos ha tenido muy preocupado, lo menos que puede hacer es contarnos toda la verdad. 

Estoy de acuerdo con Tea. – Secundo el castaño.

Está bien amigos ya tranquilos, no se peleen.

PUES ENTONCES, CUÉNTANOS YA. – Dijeron al unisonó, tanto la ojiazul como el de ojos marrones… Mientras que el albino suspiraba moviendo la cabeza de un lado a otro en señal de negación.  

¿Pues qué creen? Yami y yo, Yami y yo… – Estaba un poco nervioso, sentía su cara enrojecer… – Yami y yo hicimos las paces.

¡Qué bien Yūgi! Muchas felicidades. – Todos sus amigos lo abrazaban y lo felicitaban.

Ya sabía que ustedes dos no podían estar enojados tanto tiempo. – Expresaba la castaña.

Ustedes hacen una bonita pareja. – Decía el albino.

Y… A ver cuéntanos, ¿Cómo pasó? ¿Cómo se reconciliaron?

Si, si, si, cuéntanos Yūgi. – Todos insistían en saber querer la verdad.

¿Les parece bien si nos reunimos en mi casa después de clases?

De acuerdo, después de clases nos iremos todos juntos, ¿verdad chicos?

Así es…

El timbre de la escuela sonó, anunciando que el primer recreo había terminado.

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No muy lejos de ahí, pero en la misma escuela…

NO PERMITIRÉ QUE ALGO COMO ESTO ARRUINE LA POPULARIDAD DE MI ESCUELA. – Expresaba furioso un hombre, de piel morena clara, y su pelo era de color plateado.

Lo que le ocurrió a ese joven es algo espantoso.

Debemos de hacer algo para que esto no nos afecte.

Según las autoridades, la investigación llevará algo de tiempo.

En todo caso no hay mucho que podamos hacer. 

Hablaban varias personas que se encontraba en una sala de juntas. – El Director únicamente escuchaba todas las opiniones de los demás.

Esto es un completo desastre.

Que nos íbamos a imaginar que algo como esto sucedería en esta escuela.

Tantos años de ofrecer una mejor educación, mejor prestigio, de brindar una mejor calidad en el  servicio educativo, solamente para que un imbécil arruine todo nuestros esfuerzos.

Todos empezaron a discutir al mismo tiempo, ya nada se podía entender de lo que se decían unos a otros, todas las personas expresaban opiniones, pero ninguna aportaba una solución, el peli plateado al ver que no se llegaba a ningún acuerdo, decidió intervenir…

Cof, cof, cof… Caballeros, debemos de tranquilizarnos antes que nada… Porque si seguimos discutiendo no llegaremos a ningún acuerdo.

Tiene usted razón Señor Pegasus.

¿Qué sugiere usted que hagamos?

Ya hemos cooperado bastante en darles información a las autoridades, y ellos terminarán por investigar a todo el personal.

Pero a pesar que hemos hecho todo esto, en las noticias no se habla de otra cosa más que de este incidente.

Como dije antes, no permitiré que algo como esto arruine la popularidad de mi escuela, es por eso que he tomado una decisión.

¿Cuál? – Preguntaron todos al unísono.

Por el momento he decidido que todos ustedes se queden al margen del asunto.

Todos comenzaron a murmurar entre sí, escuchándose aquel barullo como si se tratase de un enjambre de abejas.

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Universidad de Ciudad Domino…

Un joven caminaba por los pasillos de la universidad, tenía una cara de pocos amigos, había tenido un largo  y pesado día, todos los estudiantes se encontraban muy ajetreados con tanto trabajo, pero eso a él no le molestaba, lo que verdaderamente le molestaba era…

¡¡¡Rayos!!! No entiendo porque tiene que ser obligatorio venir a este estúpido evento. – Se decía para sí mismo, pero alguien lo sacó de sus pensamientos.  

Hola, te he buscado por toda la universidad, no es genial que hayamos quedado en el mismo equipo.

Porque no me haces un favor y te desapareces.

Hay vamos, no seas así, hay que aprovechar que en estos momentos estamos solos tú y yo. – Sonreía la persona que acababa de llegar.

El otro joven no le prestó atención en lo más mínimo y prefirió seguir caminando.

Oye espera, no me dejes hablando solo ¿quieres?

Escúchame bien Alister, en serio te digo que ya me estoy cansando de que me sigas a todas partes… ¿Es que acaso no me puedes dejar en paz? – Dijo furioso.

Hay pero que genio, lo que tú necesitas es un poco de cariñito. – Intentó acercársele, pero el otro se alejó un poco de él.

Ni se te ocurra tocarme. – Advirtió.

Bakura, hasta cuando entenderás que tú me gustas, estoy perdidamente enamorado de ti.

Hasta que tu entiendas que no me interesas, y que además te he dicho hasta el cansancio que yo tengo novio.

Y dale con eso. – Se dijo entre dientes. – Ya te dije que eso a mí no me molesta.

Pero tú a mí sí. – Lo interrumpió de golpe. – Mira Alister, hazme un favor y piérdete, no me gustaría perder la poca paciencia que me queda.

Pero es que yo…

El albino siguió caminando dejándolo solo.

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Casa de la Familia Wheeler…

¿Cómo se encuentra doctora?

Lo dejé más tranquilo.

Yo ya no puedo más con esta situación… Verlo de esa manera, me siento impotente el no poder ayudarlo.

Tranquilícese Señor Wheeler, recuerde que usted no debe desmoronarse ahora, porque si lo hace, no podrá sacar a su hijo adelante.

Eso lo sé muy bien, es por eso que no he salido a buscar trabajo.

¿Cómo dijo? ¿Acaso usted no tiene empleo?

Hace un par de meses que lo perdí, cuando Joey todavía se encontraba en el hospital.

¿Y por qué no me lo había dicho antes?

Creí que él iba a mejorar con el tiempo, y que las cosas volverían a hacer como antes.

De todas maneras me lo hubiese dicho.

¿Qué ganaría con decírselo? Nadie le daría trabajo a un viejo como yo, sobre todo cuando tiene que cuidar a su hijo casi todo el tiempo.

Eso quiere decir….

He intentado buscar trabajo, pero como le acabo de decir, no puedo apartarme de Joey, usted misma me recomendó no dejarlo solo ni por un momento… Y no hay trabajos de medio tiempo para alguien como yo

Mmm… En ese caso, usted no se preocupe por nada, veré que puedo hacer.

Discúlpeme por lo que le voy a decir pero… No necesito caridad de nadie, ni piense en darme dinero porque no se lo aceptaré.  

¿Y quién ha hablado de darle dinero? – Expresó la mujer muy seria.

¿Entonces?

Déjeme hablar con unos amigos a ver si le puedo conseguir algo que le permita trabajar y cuidar de su hijo al mismo tiempo.

¿Haría eso por mí?

¿Y por qué no?

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Las clases finalmente habían terminado, todos los alumnos ya se encontraban en sus respectivas casas, todos excepto cierto grupito que en vez de irse a sus casas, decidieron ir a casa de su mejor amigo…

Que día tan pesado el que tuvimos hoy.

Creí que nunca finalizarían las clases.

Ahora que estamos aquí Yūgi, empieza a contarnos.

Tea, deja de presionarlo tanto.

Es que muero de ganas por saber que ocurrió entre ellos.

Ya, está bien chicos, les contaré… Resulta que Yami vino a buscarme a mi casa.

¡Aja! Y luego ¿Qué pasó?

Pues lo de siempre, discutimos al principio, nos insultamos, nos dijimos hasta de lo que nos íbamos a morir y después nos reconciliamos.

¿Qué? Alto, alto, alto, ¿se reconciliaron así nada más? – Preguntó la oji azul.

Mmmm… ¿No nos estarás ocultando algo Yūgi?

Hay pero que cosas dices Tristán. – Respondió muy nervioso.

Anda, cuéntanos bien que fue lo que pasó.

Amigos, él ya nos contó todo, creo que eso es más que suficiente, deberíamos de alegrarnos porque Yūgi es muy feliz.

Si pero, nosotros queremos saber con lujos y detalles como se reconciliaron.

A ver Yūgi, cuéntanos ya, y sin rodeos dinos que pasó.

El tricolor menor al sentirse presionado por sus amigos, no tuvo otra opción más que gritar…

¡¡¡HICE EL AMOR CON YAMI!!!…

Todos se quedaron boquiabiertos al escucharlo hablar, mientras que el joven estaba más que sonrojado.

¿Qué hiciste qué? – La castaña fue la primera en salir del asombro.

¿Te acostaste con él? – Preguntó el castaño.

Sí.

¡Ajá! Sabía que había algo raro en ti.

Yūgi… – Expresó la oji azul. – No puedo creerlo.

¿Qué sucede? ¿Por qué todos se ponen así? No entiendo nada. – Hablaba inocentemente un hermoso joven albino. – Si el solamente se reconcilió con su novio, se besaron y eso es normal ¿o no?

Ryou… Yūgi ya tuvo relaciones sexuales con su pareja.

¡¡¡TEA!!! No se lo digas de esa manera.

¿Y cómo quieres que se lo diga Tristán? Si le estoy diciendo la verdad.

¿Relaciones sexuales?

Así es Ryou, ellos ya tuvieron intimidad… Mejor cállate, que tú no sabes de estas cosas.

Yūgi, lo que nos acabas de decir… ¿Es cierto?

Si Tristán, me entregué a Yami por primera vez y él también se entregó a mí. – El tricolor menor se sentía un poco avergonzado por todo lo que le decía a sus amigos, pero como ocultarlo si a leguas se le notaba lo feliz e ilusionado que estaba.

¿Y cómo estuvo tu primera vez? ¿Te dolió? – Trataba de indagar la castaña.

Pues yo… Pues este…

Hay Tea pero que preguntas las tuyas.

Hay ya cállate Tristán y deja que conteste Yūgi.

A veces pienso que mejor no les hubiera dicho nada. – Medio sonrió apenado.

No te preocupes por eso, somos tus amigos y recuerda que entre los amigos no deben de haber secretos… Así que cuéntanos como estuvo.

Pues… Que les puedo decir, al inicio me sentía extraño, sentía como si la sangre de mi cuerpo ardía, aunque no niego que al principio me dolió mucho. – Esto último lo dijo con nerviosismo. – Estaba feliz que Yami se preocupara por mí a cada segundo, fue muy bueno conmigo, me trató con tanto cariño y dulzura que yo me sentía en las nubes.

Aaaaaaawwwww… Qué lindo… 

Sí, él fue muy lindo conmigo, sentí como nos entregábamos uno al otro, me dijo que me ama… Me ama a mí, y solamente a mí… Pero…  – La alegría que tenía en ese momento se le desvaneció por un instante…  

¿Pero?

¡Oh vamos Yūgi! No te pongas así.

Yūgi… ¿Qué sucede?

Es que temo por lo que sucederá ahora Tea… Me siento un poco culpable el haberlo hecho, creo que me dejé llevar por el momento.

¡chist! ¡chist! ¡chist!... No digas eso, no lo vuelvas a decir ni en broma.

Tristán tiene razón, no tienes por qué sentirte culpable, al fin y al cabo ustedes se aman, estoy segura que Yami decidió hacerlo contigo pensando en que tú tal vez ya estabas listo.

¿Tú crees eso Tea?

Claro que si Yūgi, ahora en lo único que debes pensar es en lo feliz que eres ahora, y en lo felices que ustedes serán, cuando dos personas se entregan por amor, nada ni “Nadie” – Le hizo comillas con sus dedos. – Los puede separar.

Todos los demás asentían con la cabeza, dándole la aprobación a todo lo que su amiga decía.

Muchas gracias amigos por todo su apoyo… La verdad es que me sentía inseguro por todo esto y temía que Yami fuera a cambiar conmigo después de haber tenido relaciones con él.

No Yūgi, no pienses cosas feas, mejor piensa en ese momento mágico que tuviste con él, piensa en cómo ambos se entregaban con mucho amor y pasión.

¿Y tú desde cuando te volviste en una experta sobre estas cosas Tea?

Hay Tristán, se ve que tú no sabes nada de nada… ¿Qué acaso no vez películas románticas?

Bien sabes que no me gusta ver películas cursis.

La oji azul estaba por ponerse furiosa, mientras que los otros jóvenes reían y gozaban de ver cómo esos dos peleaban constantemente…

Hay Tristán, contigo en verdad que no se puede… No vez que lo que le pasó a Yūgi fue tan romántico, como sacado de una película. – Ponía cara dramática de admiración y amor a la vez…

Mientras que los chicos se reían a carcajadas…

Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja… Ahora sí que ya te perdimos Tea.

¡Ahora verán! – Les contestó furiosa y les dio un golpe en la cabeza a cada uno de sus amigos.

¡Auch! – Manifestaron todos. 

Ustedes se lo ganaron a pulso.

Bueno ya, lo importante es que ya está de regreso con nosotros…

Amigos, no quisiera arruinarles este momento pero… ¿No creen que Yūgi debería de ponerse al corriente con las clases que ha perdido?

¡Es cierto! – Contestaron todos.

Tú no te preocupes por nada, que nosotros te ayudaremos para que te pongas al corriente. 

Muchas gracias amigos, gracias por todo su apoyo, los quiero muchísimo.

Nosotros también, te queremos. – Manifestaron al unísono.
 
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En algún lugar de Ciudad Domino…

En una habitación se encontraba un joven de hermosos ojos azules, se veía bastante cansado, pero esta vez no era por el exceso de trabajo, sino más bien por otra cosa, en sus manos sostenía un pequeño cuaderno, al parecer se había tomado la libertad de leerlo una y otra vez durante todo el fin de semana… Aún no podía creer como algo tan personal había llegado a sus manos…

FLASH BACK

Había tenido una mañana muy difícil, estaba más que molesto, sobre todo porque cierta persona llevaba días sin presentarse a trabajar y por ende él tenía que hacerse cargo de todo… Se encontraba trabajando en su laptop sobre su escritorio, tenía el ceño fruncido, había dado órdenes explícitas que nadie, absolutamente nadie lo molestara, estaba tan concentrado trabajando hasta que fue interrumpido de golpe… Fue entonces, cuando las puertas metálicas de su oficina fueron abiertas de par en par…

No puede entrar ahí, que acaso no lo entiende, él no quiere recibir a nadie. – Decían las personas que trabajaban ahí, en especial una hermosa señora que al parecer era la secretaria y temía por su empleo.

¡Ja! Quiérase o no me tendrá que recibir, le guste o no le guste. – Respondió un hombre que estaba muy molesto. – Fue en ese momento cuando llegaron los de seguridad, agarraron al hombre por la fuerza mientras le decían:

Usted no debe estar aquí, no tiene autorización para entrar de esta manera.

Suéltenme malditos, no saben con quién se está metiendo.

Discúlpenos por favor señor, pero este hombre insistió tanto en querer hablar con usted que no pudimos detenerlo.

El hombre fastidiado de tanto alboroto, dijo:

Si un sólo hombre pudo entrar de esta manera, eso quiere decir que ustedes no están aptos para trabajar aquí. – Hablaba muy serio y enfadado.

Pero Señor…

Pero nada, ahora suéltenlo y quiero que todos ustedes salgan de aquí. ¡¡¡AHORA!!! – Gritó furioso, haciendo que todas las personas salieran de inmediato.

ES USTED UN MALDITO HIPÓCRITA, UN BASTARDO MENTIROSO.  – Gritaba el hombre muy disgustado.

¿Es así cómo me agradece? ¿Dejo que se quede únicamente para que usted me venga a insultar en mi propia empresa? – Trataba de no perder la poca paciencia que le quedaba.

¡¡¡CÁLLESE!!! Ahórrese su estúpida ironía para alguien que le interese. Si estoy aquí es para decirle todo lo que pienso sobre usted… Maldito bastardo, todas esas estupideces que dijo no fueron más que puras mentiras, ni crea que dejaré que se burle tan fácilmente de mi hijo.

El CEO levantó una ceja en señal de reproche, frunció el ceño y contestó:

Que yo sepa yo no he hecho tal cosa… Y si fuera así, no tengo por qué darle explicaciones a usted.

Maldito miserable, acaso ya olvidó todo lo que me dijo en el hospital… Más le vale que se vaya acostumbrando a mi presencia porque le garantizo que me verá aquí todos los días… También tengo mucho que ver en esto… Me preocupa su “bienestar” es todo…  – Todo lo que decía lo hacía en forma de burla.

Finalmente, la otra persona se levantó de la silla de su escritorio y caminó en dirección a donde estaba el hombre, para  luego responder:

Es verdad que yo comenté todo eso y no mentía cuando se lo decía… Pero… – No pudo terminar de hablar ya que fue interrumpido.

¡Ja! Pero nada, desde que mi hijo salió del hospital usted ni por joder ha ido a visitarlo… Maldito hipócrita, no es más que un vil mentiroso, si realmente le importara como me lo afirmó ese día, lo seguiría visitando… ¡Pero NO! En vez de eso todo lo que ha hecho es ignorar mis llamadas, y alejarse de él por completo… ¿No qué le importaba su “Bienestar”? – Le hacía señales con sus dedeos de entre comillas.

Tengo mis razones del por qué no he llegado a verlo. Y eso es algo que a usted no le concierne.

Es ahí que usted se equivoca, todo lo relacionado a mi hijo me concierne a mí.

Escuche Señor Wheeler, no sé qué es lo que pretende o que es lo que quiere conseguir con todo esto… Pero le Recuerdo que usted mismo me dijo que no me soportaba que mi estúpida presencia le caía en la punta de su hígado… ¿Y ahora viene hasta acá, entrando por la fuerza y para rematar se atreve a insultarme en mi propia cara? – Ambos se miraban furiosos, el ambiente se sentía muy pesado, las dos personas estaban a punto de dejarse llevar por el odio que se tenían y descargar todo el enojo que crecía en ese momento… Uno de ellos, respiró profundamente para calmarse un poco…

Lamento mucho haber entrado de esta manera, pero fue lo único que se me ocurrió para poder hablar con usted.

Lo escucho. – Respondió la otra persona que también se había logrado tranquilizar un poco.

Yo sé por qué usted se ha alejado de él, o al menos tengo mis sospechas.

¿En serio?

Le ruego que por favor no me interrumpa. – Contestó con ira.

La otra persona se limitó en quedarse callado y escuchar, mientras que el hombre continuó hablando.

Como le estaba diciendo, sé por qué usted se ha alejado de él, o al menos tengo mis sospechas, cuando me di cuenta de su indiferencia hacia él créame que me dieron unas enormes ganas de romperle la cara en cuanto lo viera… Pero… Quería salir de mis dudas y usted sin darse cuenta me lo acaba de confirmar.

El CEO, prestaba mucha atención a todo lo que le expresaba ese hombre, no  dejaba de verlo a los ojos ni por un segundo.

Realmente quiero saber si usted se merece a mi hijo… Porque si no es así, tomaré la decisión de llevármelo lejos de aquí… Lejos de todo esto, lejos de todo lo que él ha sufrido, para comenzar una nueva vida con él.

En cuanto escuchó esas palabras y miró que el hombre hablaba muy en serio, sintió como si le estaban clavando una gran estaca en lo más profundo de su corazón… Se quedó atónito a todo lo que oía, tal fue su asombro que no lo pudo ocultar.

No puede hacer eso. – Manifestó molesto.

Claro que puedo y lo haré… De usted depende. – Respondió con firmeza.

¿Cómo puede estar tan seguro de lo que pueda sentir por su hijo? No lo entiendo. 

Porque una persona jamás se va a preocupar por otro si no siente nada por aquella persona.

¿Y qué? Podría decirle que lo hice por caridad.

Mira imbécil, no trates de verme la cara que yo no soy idiota.

Ya estuvo bueno, no le permitiré que me siga insultando.

Pues entonces dígame lo que quiero saber.

Pues sí, si me gusta su hijo… ¿Ya está satisfecho?

La otra persona medio sonrió, reconoció que no había sido nada fácil para el castaño decir esas palabras.

¿Lo que me dice es cierto? – Trató de indagar un poco más.

Me gusta su hijo, al menos eso era lo que yo creía, pero después de todo lo que pasó… Concluí en alejarme y olvidarme de estos malditos sentimientos, quizás eso sería lo mejor para todos. – El ojiazul, decidió decir toda la verdad, tal parece que él necesitaba desahogarse de alguna forma y sacar todo lo que llevaba por dentro.

¿Fue por eso que ya no volvió a visitarlo?

Sí.

Pues hizo mal… Porque aunque usted no me lo crea, mi hijo lo necesita hoy más que nunca.

Tomé mi decisión y lo único que le pido es que la respete.

¿Por qué?

De nada sirve amar a una persona, aun sabiendo que ese sentimiento nunca será correspondido.

En eso usted se equivoca. – En cuanto decía esas palabras, el hombre fue abriendo su chaqueta y sacó algo que parecía ser un pequeño paquete.

El castaño observó con intriga lo que ese hombre le entregaba.

¿Qué es esto?

Es algo que le será de mucha ayuda… Usted mismo se dará cuenta del gran error que estaba cometiendo al tomar una decisión equivocada.

¿Por qué hace esto? ¿Qué gana con entregarme este paquete?

Sólo puedo decirle, que para mí no ha sido nada fácil haber tomado esta decisión. Tal vez no me comprenda en estos momentos, pero le aseguro que llegará a entenderlo todo y me dará la razón de lo que he hecho y le he dicho.

De acuerdo, confiaré en sus palabras.

Bien, en ese caso ya debo irme y le agradezco mucho por recibirme. – Medio bromeó con el castaño.

El CEO medio sonrió también y se despidió de ese hombre, quedando en sus manos aquel misterioso paquete.

FIN DEL FLASHBACK


Continuará…



N/A: ¿Qué tal les pareció? ¿Les gustó? Espero que sí, lo hice un poquitín largo para compensarlos por su valiosa espera… Si tienen alguna pregunta no olviden dejar sus comentarios y si quieren que ponga la sesión entre el padre de mi cachorro y él, háganmelo saber por fis…

Se despide de ustedes con mucho cariño…

KAT.

P.D.: Gracias a la ayuda de mi amiga Aime, es que pude conseguir esta bella imagen del faraón, les aclaro que la modifiqué un poco, para que se hagan una idea de la cara que puso cuando vio la montaña de trabajo que tenía acumulado… XD