viernes, 25 de junio de 2021

SIN CACHORRO… NO HAY NAVIDAD…



Capítulo 113: La familia Kaiba está completa…

 


 

Notas del capítulo: Según la RAE define a la familia como:

 

1. f. Grupo de personas emparentadas entre sí que viven juntas.

 

2. f. Conjunto de ascendientes, descendientes, colaterales y afines de un linaje.

 

3. f. Hijos o descendencia. Está casado, pero no tiene familia.

 

4. f. Conjunto de personas que comparten alguna condición, opinión o tendencia. Toda la familia universitaria está de enhorabuena.

 

5. f. Conjunto de objetos que presentan características comunes que lo diferencian de otros. La familia de los instrumentos de cuerda.

 

En lo personal siempre he pensado que cuando falta un miembro de la familia ya nada vuelve hacer como antes y generalmente la familia se va deteriorando poco a poco…

 


 

Declaimer: Noticia de último momento… “YU – GI – OH!, No es mío”… Mucho menos sus personajes… Son propiedad de su respectivo autor, pero toda la trama de esta historia si es creada por mí. Amo inventarles historias nuevas a mis queridos personajes, es una manera de expresar lo que siento, y tener la dicha de poderlo compartir con todos ustedes.  ^_^

 

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Días después…

 

         Ryou, gracias por haber venido.

 

         Ni lo menciones Joey.

 

         ¿Cómo estás?

 

         Bien, aunque creo que yo debería de hacerte esa misma pregunta. – Medio sonrió.

 

         Lo sé, pero me quedé muy angustiado cuando te quedaste solo con ese hombre, y a la vez temí por Bakura. Creí que ya no los volvería a ver de nuevo. – Hacia lo posible por no llorar.


         Debes de tranquilizarte Joey, recuerda que el médico dijo que tú no tienes que alterarte.

 

         Ay Ryou, el sólo recordar esa noche me pone mal, y no tengo como agradecerte por haberme ayudado, incluso querías tomar mi lugar para que esos hombres me dejaran ir.

 

         No llores por favor Joey, o si no yo también empezaré a llorar. – Le acariciaba suavemente una de sus mejillas.

 

         Perdóname.

 

         No tengo nada que perdonarte amigo.

 

         Pasé una angustia terrible pensando en todas las cosas horribles que ese hombre te haría.

 

         Ambos pasamos por un momento muy difícil Joey. – Contestó con mucho pesar.

 

         Pero de seguro tú la pasaste peor que yo. – El albino bajó la mirada. – Ryou, me dejas hacerte una pregunta. – El aludido se limitó en asentir con la cabeza. – ¿Aún andas con Bakura?

 

         Si, aunque al principio no fue fácil, no dejaba que se me acercara y me daba asco que él me tocara, no podía ni siquiera verlo, odiaba todo de él, y odiaba tanto mi vida que lo único que deseaba era morirme para acabar de una vez por todas con mi sufrimiento. – Lloraba desconsoladamente.

 

         Ryou...

 

         Pero sabes... – Levantaba la cara lentamente para verlo a los ojos. – Bakura nunca se dio por vencido, siempre estuvo a mi lado a pesar de que yo no quería, no sabes todas las cosas que me tuvo que aguantar para que yo lo volviera a aceptar de nuevo. En todo momento ha cuidado de mí, nunca me dejó solo, incluso me llevó a vivir a su departamento y ahora los dos estamos yendo a pasar consulta con un psicólogo. – Intentó sonreírle un poco. – Él ha sido tan bueno conmigo, ha sabido respetarme, me ha dado mi espacio y ha sido muy paciente conmigo. – Se quedó callado por un momento. – Quizás… Si no fuera por él, hace ratos que me hubiera dado por vencido, porque él ha luchado mis propias batallas, me ha prestado su fuerza cada vez que las mías se acaban, todos los días me alienta para seguir adelante, y está dispuesto a esperarme el tiempo que sea necesario para cuando yo esté listo para recibirlo sin ningún temor.

 

         No sabes lo feliz que me has hecho al escucharte hablar así, te felicito por no darte por vencido Ryou, y déjame decirte que Bakura te ama con todo su ser, es bueno que le des una oportunidad. Mejor dicho, hiciste bien en darle una oportunidad a tu relación, porque ustedes merecen ser felices, sobre todo tu amigo.

 

         Muchas gracias Joey, y sí, tienes razón en todo lo que me has dicho, me he dado cuenta que Bakura me ama de verdad, no cualquiera hace todo lo que él ha hecho por mí. – Se limpiaba sus lágrimas con sus manos. – Y qué me dices tú Joey.

 

         ¿A qué te refieres?

 

         ¿Perdonarás al señor Kaiba?

 

         Claro que si Ryou, ambos decidimos en darle una segunda oportunidad a nuestra relación. Además creo que se lo merece por ser el padre de mis hijos. Y…

 

         ¿Y? Continúa por favor.

 

         A qué no adivinas lo que me propuso.

 

         No lo sé, anda dímelo por favor.

 

         Me pidió que me volviera a casar con él. – Sus mejillas se sonrojaron con lo último que había dicho.

 

         ¿Y tú que le dijiste?

 

         Le dije que sí, que si aceptaba volverme a casar con él.

 

         Te felicito Joey, hiciste bien en aceptarlo de nuevo, no te imaginas lo preocupado que estaba por ti y de cómo cuidaba a sus hijos, nunca se separaba de ellos.

 

         Ahora lo entiendo.

 

         ¿Entender qué?

 

         El por qué lo vi tan cansado, con ojeras, todo pálido y decaído.

 

         Después de lo que ocurrió él ha cambiado bastante.

 

         ¿De verdad?

 

         Si, espera que salgas del hospital para que tú mismo te des cuenta de lo que te digo.

 

         No es necesario esperar tanto, te creo lo que me dices. – Medio le sonrió. – Cambiando de tema, ¿Dónde estarán Yūgi, Tea y Tristán? Ya deberían de haber venido.

 

         Este… Pues… Verás…


         ¿Qué ocurre Ryou?

 

El albino estaba por decir algo cuando en ese momento una persona estaba entrando a la habitación.

 

         Perdón por interrumpir pero acaba de llegar Tea.

 

         Hazla pasar por favor Bakura.

 

         Está bien.

 

         Ya me imagino lo que nos dirá al entrar. – Comentaba el rubio. – Que tuvo un retraso, que Yūgi no se apuraba en salir, o que Tristán pasó a comer algo en el camino. – La otra persona no decía nada y mantenía la cabeza agachada.

 

         Hola amigos.

 

         Hola Tea. – Respondieron al unísono.

 

         ¿Cómo te sientes Joey?

 

         Bien, ya quiero salir de aquí para conocer a mis hijos y poderlos abrazar.

 

         Me lo imagino.

 

         ¿Dónde están Yūgi y Tristán? Pensé que iban a venir contigo.

 

         Ellos, no podrán venir Joey.

 

         Qué lástima, tenía tantas ganas de verlos.

 

Ambos se miraban unos a otros y se sentían avergonzados al no poderle decir la verdad.

 

         Joey…

 

         Dime Tea.

 

         Verás…

 

         Hola Joey, me tenías muy preocupado cuñado.

 

         Qué manera la tuya de entrar Mokuba.

 

         No lo regañes Tea, de seguro que estaba ansioso por verme.

 

         Así es Joey, y discúlpame por haber entrado de golpe.

 

         No te preocupes, por cierto te vez bien estando embarazado.

 

         Gracias. – Se sonrojó por el comentario.

 

         Tienes que cuidarlo muy bien Noah.

 

         Claro que si Joey, ellos son mi vida entera.

 

         Por cierto Joey, ¿ya vino tu hermana a verte?

 

         Si Mokuba, ella estuvo aquí en la mañana muy temprano.

 

         Antes de que se me olvide Mana te manda muchos saludos, besos y un fuerte abrazo, también me dijo que cuando llegues a la mansión te va a cocinar algo especial.

 

         Muchas gracias Mokuba, dile que muero por probar de nuevo su comida.

 

         Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja. – Se reían todos los presentes.

 

Estaban en lo mejor de reírse cuando entraban otras personas a la habitación.

 

         Hola Joey. – Saludaron al unísono.

 

         Hola Marik, hola Malik.

 

         Baia, te han decorado la habitación con bellas rosas.

 

         Seto es quien me las trae todas las mañanas.

 

         Son hermosas Joey.

 

         Muchas gracias Malik.

 

         Te hemos traído un presente Joey.

 

         Muchas gracias Marik.

 

         Nosotros también te hemos traído un presente, va de parte mía y de Mokuba.


         Muchas gracias Noah.

 

         Aprovecho la ocasión para entregar mi presente.

 

         Gracias Tea.

 

         Yo iré a traer el de nosotros, enseguida regreso.

 

         Está bien Ryou.

 

         ¿Cuándo te dan el alta Joey?

 

         No lo sé, espero que pronto porque deseo estar con mis hijos. Díganme cómo son ellos.

 

         Lo único que puedo decirte es que son unos niños hermosos.

 

         Marik tiene razón.

 

         ¿De verdad?

 

         Si, y eso no es todo, espera a ver la oficina de mi hermano, te aseguro que no lo vas a creer en cuanto la mires.

 

         ¿Por qué?

 

         El señor Kaiba la ha cambiado por completo, ahí parece una guardería.

 

         ¿Es cierto lo que me dices Noah?

 

         Claro que es cierto. – Contestó otra persona. – Ni yo mismo lo podía creer.

 

         Eres un exagerado Marik. – Le reprendía su esposo.

 

         Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja. – Se reían todos los presentes.

 

         Ya estoy aquí chicos.

 

         ¿Qué traes ahí Ryou?

 

         Un delicioso pastel que compramos entre Bakura y yo.

 

         Lo traes justo a tiempo porque ya tengo hambre.


         No cabe duda que son antojos de tu embarazo Mokuba. – Le bromeaba el rubio.

 

         No digas eso Joey que me apenas.

 

         Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja. – Volvían a reírse a carcajadas.

 

         ¿Dónde está Seto?

 

         Se quedó en el sótano buscando donde parquearse, Malik.

 

         Ahora sé por qué no lo miraba aquí y eso se me hacía raro.

 

         ¿Por qué Malik?

 

         Porque desde que Joey despertó él no se ha querido mover de su lado Mokuba.

 

         En eso si tienes razón.

 

         ¿Por qué no entra Bakura?

 

         Está hablando por teléfono, pero no tardará en entrar.

 

         Ah bueno.

 

         “Perdóname por mentirte Joey”. – Pensó para sí mismo.

 

         Entonces qué, le entramos al pastel.

 

         Claro que si Joey, pero no tenemos platos ni tenedores.

 

         Eso no es problema, Marik y yo podemos ir a la cafetería a comprar algunos platos y tenedores.

 

         Que buena idea Malik.

 

         En ese caso nos vamos. Ven mi amor, acompáñame.

 

         Si.

 

Todos los que se quedaron seguían hablando de muchas cosas.

 

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En algún lugar de Ciudad Domino…


Un hombre alto, su cabello era de tres colores y ojos de color rojo se encontraba dentro de su celda caminando de un lado a otro para ver si calmaba el enojo que sentía, el sólo hecho de recordar la visita que había tenido hace dos semanas atrás lo enervaba cada vez más y más.

 

         Estúpido abogado, ¿cómo se atrevió a venir hasta acá a amenazarme? Estúpido Yūgi, ¿cómo se atrevió a divorciarse de mí? Estúpido Tristán, ¿Por qué tuvo que morirse? Ahora por su culpa me quieren inculpar por ese delito. – Se decía así mismo. – Esto no se quedara así, cuando salga de aquí lo primero que haré es ajustar cuentas con Yūgi. – Se sentó en el catre para despejar un poco su mente pero le era imposible de hacerlo.

 

FLASH BACK

 

         Buenas tardes señor Atem.

 

         ¿Quién es usted? ¿Qué es lo que quiere?

 

         Mi nombre es Maximillion Pegasus, y vengo a representar a su esposo.

 

         ¿Mi esposo?

 

         Así es.

 

         ¿Representarlo en qué?

 

         Iré al grano señor Atem, quiero que me firme esta demanda de divorcio.

 

         ¿Qué dijo?

 

         Todo está listo, su esposo no desea absolutamente nada de usted y lo único que necesito es su firma para que ustedes queden legalmente divorciados.

 

         ¡ESTÁ LOCO! ¿QUÉ LE PASA? – Gritó exasperado haciendo que el guardia se acercara a donde ellos estaban.

 

         Si vuelve a gritar de esa manera te mandaré a la celda de castigos por una semana. – Advirtió seriamente.

 

         Viejo estúpido. – Masculló entre dientes. – Yo no pienso firmar nada.

 

         Le aconsejo que lo haga, porque como están las cosas dudo mucho que usted salga de aquí.


         Eso es una tontería, los cargos que me quieren poner son injustos.

 

         ¿En serio? – Cuestionó con ironía.

 

         Si, ¿por qué?

 

         Porque tengo entendido que usted mató al joven Taylor y asesinó a su propio hijo.

 

         ¡TONTERÍAS! – Volvió a gritar.

 

         TE IRÁS A LA CELDA DE CASTIGO. – Le reprendió el guardia.

 

         Deme un poco más de tiempo señor oficial. – Intervino el abogado.

 

         De acuerdo.

 

         Escúcheme estúpido abogado de quinta, yo no maté a nadie y ese bastardo no era mi hijo, es más era un simple feto, y fue Tristán quien me pidió que le pagara el aborto, y eso lo sé porque él sabía perfectamente que ese engendro no era mío. Ya verá como mi abogado me saca de aquí en poco tiempo. – Medio sonrió triunfal.

 

         Eso lo dudo, porque aunque fuera tan fácil como usted lo plantea todavía tiene el cargo de agresión física, sexual y psicológica de su esposo.

 

         Tonterías, él es mi esposo y puedo tratarlo como se me dé la gana, y sé muy bien que Yūgi es incapaz de denunciarme porque si se atreviera a hacerlo se atiene a las consecuencias.

 

         Eso lo tomaré como una amenaza.

 

         ¿Qué?... ¿Cómo se atreve a hablarme de esa manera?

 

         Tal parece que no me está prestando atención, claramente le dije desde un principio que vengo en representación de su esposo, y créame que esta vez me aseguraré que usted no se salga con la suya.

 

         ¿Me está amenazando?

 

         Se lo estaba advirtiendo pero puede tomarlo como mejor le parezca.

 

El hombre rechinaba los dientes con fuerza, esa persona lo estaba sacando de quicio, si no fuera porque tenía esposas en sus manos hace ratos que se le hubiera tirado encima para golpearlo.

 

         Es usted un…


         Mire, yo no he venido aquí a perder mi tiempo con usted, le aconsejo que firme los papeles por las buenas.

 

         Está bien como quiera, pero dígale a Yūgi que ni aun así se va a librar de mí tan fácilmente. – Agarró los documentos para firmarlos.

 

         Eso era todo a lo que venía, y puedo asegurarle que volverá a saber de mi muy pronto.

 

         Ya lárguese de una vez viejo estúpido.

 

         He terminado señor oficial.

 

         De acuerdo, andando, levántate de una vez para llevarte a la celda de castigo.

 

FIN DEL FLASHBACK

 

         Maldito Yūgi, mil veces maldito, ríe mientras puedas inútil que al final yo reiré mejor.

 

 

Continuará…

 

 

N/A: ¿Yami se saldrá con la suya? ¿Quedará impune la muerte de Tristán? ¿Habrá boda entre Noah, Mokuba, Bakura y Ryou? ¿Qué sucederá cuando Yūgi despierte? ¿Querrá tener a su bebé? Todo esto y más lo iremos descubriendo en los siguientes capítulos. Los invito para que no se pierdan la continuación de esta interesante historia, muchas gracias por tomarse su tiempo en leerla y por todo el apoyo que suelen darme. No olviden dejar sus comentarios que yo con mucho gusto les responderé.

 

Me despido muy cariñosamente de todos y cada uno de ustedes, cuídense mucho y pórtense bien. No bajen la guardia porque la pandemia no ha terminado todavía. Les mando muchos besos virtuales y un súper fuerte abrazo de oso desde la distancia, nos leeremos el próximo viernes.

 

Atte.:

 

              KAT.

 

 

 

P.D.: Agradecimientos especiales a: Lisset Delacruz Cordova, Jenifer CarriGalin, Bob Pastarino Spaghet, Yugi Toujou Muto, Bee Geminis, Yamileth J. Vela, Gelen Colmenarez, muchas gracias por haberme ayudado a elegir el título a este capítulo.