Capítulo 21: No eres el
único que está sufriendo… II parte.
Aclaración:
Quiero agradecer a una amiga muy especial que me ha ayudado a dar ideas para
escribir esta historia, muchas gracias Kyuubi
Rosana Marcolini, por estar dispuesta siempre a ayudarme, tus consejos son
muy útiles para mí.
También va dedicado a: Gelen Colmenarez,
fue la persona que me pidió escribir esta historia, espero que te guste amis.
ADVERTENCIA: Este
capítulo no es apto para las personas que no soporten el maltrato animal,
quiero aclarar que estoy totalmente en contra del maltrato hacia los animales,
detesto, por no decir que odio a las personas que se atrevan hacer algo tan
inhumano. Por lo demás ya están advertidos, y como dice el refrán: Soldado avisado no muere en guerra. Leer
bajo su propio riesgo.
Declaimer:
Como siempre… Bla, bla, bla, bla, bla, bla… Los personajes de YU – GI – OH!,
“No me pertenecen”… Chiquiris maquiris, son propiedad de su respectivo autor,
abra cadabra, solamente hago este fic porque me encanta escribir, y que ustedes
se diviertan de mis locuras… Es mi manera de expresar lo que siento, y tener la
dicha de poderlo compartir con todos mis lectores…
******************************
Horas más tarde…
Todos
se encontraban cenando en un sepulcral silencio, nadie decía nada, solamente se
podía escuchar el sonido de los tenedores, o de algún plato cuando era puesto
sobre la mesa. Cada quien estaba metido en sus propios pensamientos, hasta que
un ruido fuerte comenzaba a escucharse desde afuera de la mansión, luego de un
rato, uno de los dueños dio un fuerte puñetazo en la mesa, asustando a los
demás presentes.
Maldito animal, ya me tiene arto,
todas las noches siempre hace lo mismo.
Cálmate Seto, él no tiene la culpa.
No me pidas que me calme Yami, llevo
soportándolo una semana, no deja dormir a nadie.
De seguro se siente solo, o tal vez
le duela algo.
Si no se calla le daré un verdadero
motivo para que llore.
Iré a ver qué es lo que le pasa
Yami. – Comentó el pelinegro, y antes de levantarse fue detenido por alguien
más.
¿Quién te ha dado permiso de
levantarte de la mesa?
Si no quieres seguirlo escuchando,
déjame ir a ver qué es lo que le pasa.
Eso no fue lo que te pregunté. –
Manifestó molesto.
Nadie. – Respondió enfadado y a la
vez lo fulminaba con la mirada.
Pues entonces siéntate y termina tu
cena.
El
menor bufó molesto y se sentó a comer.
Será mejor que yo vaya a ver qué es
lo que le pasa. – Intervino el tricolor.
Nadie irá a verlo, tarde o temprano
se aburrirá y se callará.
Vamos primo, nada te cuesta en
dejarme ir a ver.
Dije que no.
Sabes qué hermano, tú crees que todo
el tiempo puedes mandar a las personas para que hagan tu voluntad, pero te
equivocas si crees que todos te van a obedecer.
Suficiente Mokuba, será mejor que te
calles.
No, esta vez voy a decir todo lo que
pienso y siento en estos momentos. – Se levantó de la silla de golpe. – Estoy
harto de que todo el tiempo te la pases ordenándome, Mokuba has esto, Mokuba
has aquello, Mokuba has lo otro, Mokuba aquí, Mokuba allá, Mokuba, Mokuba,
Mokuba… ¿Hasta cuándo podré pensar y tomar mis propias decisiones?
Ambos
hombres estaban sorprendidos por la manera en que el menor se estaba revelando,
era la primera vez que se comportaba de esa manera.
Preguntas, ¿hasta cuándo tomarás tus
propias decisiones? – El menor asintió con la cabeza sin despegarle la mirada.
– De acuerdo te lo voy a decir, hasta que cumplas la mayoría la edad, y me
demuestres que dejaste de ser un chiquillo mimado y malcriado que no anda por
ahí haciendo cada locura que se le cruza por su mente. Entonces es ahí que yo
empezaré a tomar tus propias decisiones.
Si crees que me voy a convertir en
una persona déspota, fría, orgulloso, altanero, egoísta y mezquino que sólo
vela por sus propios intereses, estas muy equivocado hermano. Yo no seré así.
Suficiente, no permitiré que me
faltes el respeto, me oíste.
Si no quieres que te lo falte,
comienza por ganártelo.
El
tricolor mayor estaba boquiabierto, nunca se imaginó que su primito se
atrevería a hablarle así a su propio hermano. En cambio el ojiazul, estaba más
que furioso, y el llanto de aquel animal lo enervaba cada vez más.
¿Quieres que me lo gane? Pues bien,
ahora mismo te enseñaré como es que se gana el respeto. – Se levantó de golpe
de la silla para caminar en dirección hacia la salida.
Seto, ¿a dónde vas? – Le preguntaba
el pelinegro mientras lo seguía. – Seto, espera qué vas hacer.
Mokuba, espera no te vayas. – Lo
seguía la otra persona.
El
primero en salir había sido el castaño, ordenó a uno de los soldados para que
le dieran un látigo de tres puntas. Era un látigo que tenía una bolita de metal
en cada punta.
QUIERO QUE SUJETEN FUERTEMENTE CON
LAS CADENAS A ESE ANIMAL. – Gritó con voz de mando.
A la orden señor.
NO LO HAGAS SETO. – Gritó el
pelinegro, trató de detenerlo pero dejó de caminar al escuchar otra orden de su
hermano.
Aquel que se mueva, quiero que
disparen a quema ropa.
Sí señor. – Todos los soldados
apuntaron en dirección a donde estaba el pelinegro, y al poco tiempo llegaba
otra persona.
Yami… Snif, snif, snif, snif, snif,
snif, snif, snif, snif… – Lloraba al ver como su hermano azotaba con fuerza al
dragón. – Detenlo Yami, por lo que más quieras… Snif, snif, snif, snif, snif,
snif, snif, snif, snif…
YA BASTA SETO, DÉJALO TRANQUILO, ÉL
NO TIENE LA CULPA DE NADA. – Le gritaba su primo.
El
castaño no escuchaba de razones, se empeñaba en azotar con más fuerza al
animal.
Esto te enseñará a que debes guardar
silencio maldito animal, ya me tienes arto que me estés desvelando todas las
noches.
El
dragón gemía de dolor, y debido a las cadenas que tenía en su hocico no era
capaz de gritar, medio volteó a ver a su amigo y se dio cuenta que él, de
alguna manera estaba sintiendo su dolor, y también se percató que su primo lo
abrazaba con todas sus fuerzas. Cerró levemente sus ojos, y gruesas lágrimas
salían de ellos.
Snif, snif, snif, snif, snif, snif,
snif, snif, snif… Ya no lo resisto más, debo de detenerlo. – Trató de separarse
de su primo, pero este lo detuvo de inmediato al ver como uno de los soldados
no iba a vacilar en disparar.
No vayas Mokuba, es muy peligroso.
Snif, snif, snif, snif, snif, snif,
snif, snif, snif… Déjame Yami, yo ocasioné todo esto, es mi culpa por provocar
a mi hermano, por mi culpa Joey está pagando los platos rotos… Snif, snif,
snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif… Fui un tonto el decirle todas esas
cosas a Seto… Snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif…
Cálmate Mokuba, nada de esto es tu culpa.
– Le limpiaba las lágrimas con su mano.
Snif, snif, snif, snif, snif, snif,
snif, snif, snif… Tal vez tengas razón, pero soy el único que puede detener a
Seto. – Se logró separar de su primo, y corrió con todas sus fuerzas hacia
donde estaba su hermano.
MOKUBAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA,
NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO. – Gritó el tricolor.
******************************
Casa de la familia Mutō…
Unos
jóvenes estaban llegando a una casa, hablaban de muchas cosas, llegaron a la
sala para poner sus mochilas.
Aún sigo creyendo que no es
necesario contarle sobre mi sueño.
Yūgi, ya lo habíamos hablado, y
quedamos en decirle toda la verdad.
Pero Rebecca.
Pero nada, o prefieres que yo lo
haga.
No, eso no va ser necesario.
Vamos Yūgi, no te enfades conmigo,
todo esto lo hago por tu bien.
Lo sé, es sólo que…
No te preocupes, te prometo que no
te dejaré solo.
Muchas gracias Rebecca.
No me lo agradezcas, mejor ve si él
está en casa.
Está bien, iré a buscarlo a su
cuarto, por la hora él ya debe de estar ahí.
Ve a buscarlo, yo te espero aquí.
Sí, no me tardo.
******************************
El
tricolor mayor golpeaba a los soldados para proteger a su primo, mientras que
el menor trataba de esquivar los disparos en lo que corría.
MOKUBA REGRESA, ES MUY PELIGROSO. –
Le gritaba su primo, en lo que seguía golpeando a cada soldado que veía para
evitar que le hicieran daño. En cuanto el castaño volteó a ver lo que estaba
pasando, dejó de azotar a la bestia y gritó:
NO DISPAREN, CESEN EL FUEGO, NO
DISPAREN.
Un
grito fuerte se escuchó, una de las personas había caído al suelo quejándose de
dolor.
¡MOKUBAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!. – Exclamó
el tricolor mayor, y fue el primero en llegar hasta donde él se encontraba. –
Déjame revisarte.
Mokuba. – El castaño llegó todo
asustado.
Snif, snif, snif, snif, snif, snif,
snif, snif, snif… DÉJAME, NO ME TOQUES. –
Lloraba en lo que se sostenía el brazo, una de las balas lo había rozado.
Déjame ver tu herida, tengo que
llevarte adentro de la mansión para curarte.
Snif, snif, snif, snif, snif, snif,
snif, snif, snif… QUE PARTE NO ENTENDISTE CUANDO
TE DIJE QUE ME DEJARAS EN PAZ.
Deja de ser tan necio, sólo déjame
ayudarte, fuiste muy imprudente al hacer semejante tontería.
Ese
comentario hizo enojar al pelinegro.
NO TIENES IDEA DE CUÁNTO TE ODIO
HERMANO, Y SI CREES QUE LO MÍO FUE UNA TONTERÍA, PUES DÉJAME DECIRTE QUE LO QUE
HICISTE NO TIENE NOMBRE. COMO SIEMPRE DEMOSTRASTE TU SUPERIORIDAD, Y AUTORIDAD
ANTE UN POBRE ANIMAL INDEFENSO. NO TENÍAS NINGÚN DERECHO DE AZOTARLO TAN
INHUMANAMENTE, EN VEZ DE PEGARLE A ÉL, DEBISTE DE PEGARME A MÍ, ¿POR QUÉ NO
DESQUITAS TU FURIA CONMIGO? FUI YO QUIEN TE HIZO ENOJAR Y FUI YO QUIEN TE
DESAFIÓ, ADELANTE SETO, PÉGAME COMO LE PEGASTE A JOEY, ATRÉVETE SI ES QUE TE
ATREVES. Y TE DIRÉ LA RAZÓN DEL POR QUÉ NO LO HACES, Y ESO ES PORQUE NO TIENES
LOS PANTALONES PARA HACERLO, PORQUE SABES QUE YO SI ME VOY A DEFENDER DE TUS
AGRESIONES.
¡YA BASTA MOKUBA! – Estaba a punto
de golpearlo, pero fue detenido por alguien más.
Ni se te ocurra ponerle una mano
encima primo. – Lo miraba amenazante.
DÉJALO QUE LO HAGA YAMI, DEJA QUE SE
DESAHOGUE TODO LO QUE QUIERA, SOLAMENTE ASÍ SE SENTIRÁ MÁS HOMBRE. – Por
primera vez en la vida miraba a su hermano con odio y desprecio.
El
ojiazul no dijo nada, únicamente se levantó del suelo, miró sus manos manchadas
de sangre, y al alzar sus ojos veía todo el caos que el mismo había provocado.
Y sin más que decir, caminó en dirección hacia la mansión.
Ven Mokuba, necesito curarte esa
herida.
Gracias Yami, pero me gustaría ver
cómo está Joey.
Primero te curaré y luego veremos a
nuestro amigo.
Pero…
Nada de peros, y acompáñame a mi cuarto,
y dependiendo de cómo esté tu herida, entonces decidiré si puedes ver a Joey o
no.
Yami, estoy bien en serio. – Trataba
de no quejarse mucho.
De todas maneras necesitas que te
cure esa herida, así que levántate y vámonos de aquí.
Está bien.
******************************
La verdad me sorprendió de que me
fueras a buscar a mi cuarto, pero quedé más extrañado cuando me dijiste que tú
y tu amiga querían hablar conmigo.
Así es, Rebecca me convenció de que
lo hiciera.
¿Qué es lo que sucede? ¿Por qué
siento que los dos están actuando tan raros?
Shādī, antes de comenzar a platicar
contigo, tienes que prometerme que todo lo que te diga esta noche no se lo
dirás a mi abuelo.
Te doy mi palabra Yūgi.
Muchas gracias.
Ahora me dirás lo que está pasando.
Si, y pienso contarte todo desde el
principio.
De acuerdo.
Últimamente he estado faltando mucho
a clases, y la razón es que he viajado mucho, mi amiga Rebecca me ha acompañado
en algunos lugares.
¿Por qué has hecho eso?
Déjame terminar por favor.
Discúlpame, continúa por favor.
Como te decía, he ido a varios
lugares para poder investigar un poco más sobre la misión que me encomendó mi
bisabuelo. – La otra persona abrió los ojos como platos al escuchar todo lo que
el joven le decía. – He ido a varias bibliotecas, Rebecca también me ha ayudado
con la investigación, esta última vez fuimos a Tokio, revisé todos los libros
que tratan de historias antiguas y hasta la fecha no hemos podido encontrar
nada. Hubo una ocasión en que mi medallón emitió un gran destello, cuando se lo
conté a mi amiga, no me creyó nada.
Eso es cierto. – Interrumpió la
mujer.
¿Y luego, que más ha pasado?
Te acuerdas que hace una semana
entraste a mi cuarto porque me escuchaste gritar.
Aja.
Pues… Resulta que…
Adelante Yūgi, puedes hacerlo. – Lo
animaba su amiga.
Esa noche tuve un sueño muy extraño.
¿Qué clase de sueño? – Preguntó con
sumo interés.
Continuará…
N/A: ¿Qué
pensará Shādī de todo esto? ¿Le creerá a Yūgi de todo lo que le está contando?
¿Hizo mal Mokuba en retar a su hermano? ¿El comportamiento de Seto fue
correcto? ¿Estuvo bien desquitarse su enojo contra un ser indefenso? ¿Logrará
Mokuba perdonar a su hermano? Todo esto y más lo iremos descubriendo en los
siguientes episodios, no se pierdan la continuación de esta interesante
historia. Muchísimas gracias por todo el apoyo que me están dando, no olviden
dejarme sus comentarios, eso me ayuda para ir creciendo, e ir mejorando poco a
poco.
Me
despido cariñosamente de todos ustedes, les mando un fuerte abrazo y muchos
besos virtuales.
Atte.:
KAT.
No hay comentarios:
Publicar un comentario