domingo, 21 de octubre de 2018

LOS OJOS… SON EL REFLEJO DEL ALMA...




Capítulo 30: Celos y envidia… ¿Hay alguna diferencia?


Resumen: Los celos según la RAE:

Del lat. zelōsus.

1. adj. Que tiene celos ( sospecha de que la persona amada mude su cariño).
2. adj. receloso.
3. adj. Mar. Dicho de una embarcación: Que por falta de estabilidad suficiente aguanta poca vela.
4. adj. Ven. Dicho de un mecanismo: Sensible al más ligero contacto.

Por lo general todas las personas solemos tener celos, celamos a nuestros amigos, nuestros compañeros de trabajo, vecinos, novios/as, esposas/os, hermanos/as, etc. hay una frase que dice: “Los celos matan”… ¿Qué significará realmente esta frase? A mi punto de vista de cómo lo entiendo es que los celos van matando lentamente a una persona… ¿Cómo así? Si alguien está enamorado de una persona y ese amor no es correspondido, la persona sentirá celos por fijarse en otro y no en él/ella… Y no solamente perjudican a las personas que tienes a tu alrededor, sino que además sin darte cuenta vas envenenando tu alma poco a poco y cuando menos te lo esperes, estarás viviendo una vida de infierno, lleno de dolor, odio, resentimiento y venganza. De las cuales, ninguno de esos sentimientos es bueno. 

Los celos es muy común que se de en los seres humanos, es natural tener celos de alguien, así como también es natural envidiar algo que no tenemos. Pero las cosas en exceso, siempre son malas, debemos de sabernos controlar, de poder manejar nuestros impulsos, no es bueno celar ni envidiar a otras personas… Ahora yo les pregunto… ¿Hay alguna diferencia entre los celos y la envidia? ¿Son manejables? ¿Qué soluciones se pueden tomar al no poderlos controlar? ¿Será necesario buscar ayuda psicológica?  


Declaimer: Como siempre… Bla, bla, bla, bla, bla, bla… Los personajes de YU – GI – OH!, “No me pertenecen”… Chiquiris maquiris, son propiedad de su respectivo autor, abra cadabra, solamente hago este fic porque me encanta escribir, y que ustedes se diviertan de mis locuras… Es mi manera de expresar lo que siento, y tener la dicha de poderlo compartir con todos mis lectores…


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Finalmente la noche tan ansiada había llegado para un adolescente, todo lo tenía listo, una exquisita cena, velas sobre la mesa, una botella de vino que prácticamente la sacó a hurtadillas a modo de que su abuelo no se diera cuenta, música romántica, ahora solamente faltaba que llegara el invitado de honor, miró el reloj que colgaba de una pared, marcaban 6:30 p.m.

“No debe tardar en llegar”. – En cuanto lo pensó, el timbre de la puerta sonó, haciendo que el otro saltara de alegría.

Buenas tardes Yūgi. – Saludó el recién llegado.

Pasa amor, adelante estás en tu casa.

La otra persona entró hasta la sala, miró a su alrededor, la casa parecía sola…

¿Está tu abuelo?

No, tuvo que salir, pero no te preocupes, de seguro no ha de tardar. – Mintió un poco.

De acuerdo… Antes de que se me olvide, te traje una caja de galletas de las que tanto te gustan.

Muchas gracias. – Le agarró la caja de galletas. – Mi vida, ponte cómodo en lo que yo termino de servir la comida.

Déjame ayudarte. – Se acercó a él para darle un beso en los labios.

Está bien. – Contestó muy sonrojado.

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En algún lugar de Ciudad Domino…

¡Hermano! Me alegra mucho que hayas venido temprano a la mansión.

Gracias Mokuba.

Seto, ¿te encuentras bien?

Sí, no te preocupes, estoy un poco cansado es todo.

Porque no vas a tu recámara a descansar, más tarde te llevaré la cena.

Sí, me parece bien Mokuba, gracias.

Al terminar de hablar caminó en dirección hacia las escaleras para ir directamente a su habitación, la verdad es que se sentía muy cansado y quizás lo mejor sería tratar de descansar un poco… En cambio el pelinegro, miraba con preocupación cómo su hermano se iba.

Seto… – Musitó para sí mismo.

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Durante la cena hablaban de muchas cosas, reían a más no poder y se expresaban lo mucho que se amaban. El tiempo pasaba al igual que la comida, pero uno de ellos estaba atento al comportamiento del otro, recordando todos aquellos consejos que sus amigos le habían dado para hacer de esa cena algo inolvidable…

Te serviré un poco más de vino Yami.

No Yūgi, creo que ya he tomado suficiente por hoy, me siento un poco mareado.

Sólo una copa más. – Decía, mientras se la llenaba.

Gracias. – Logró darle un sorbo ya que el vino realmente era exquisito, al menos eso creía ya que nunca en su vida había tomado.

¿Te ha gustado la cena Yami? – Manifestaba seductoramente.

Si Yūgi, todo estuvo delicioso… Creo que es mejor que me vaya, se hace tarde y tu mañana tienes escuela.

No te preocupes amor, todavía es temprano, no son ni siquiera las ocho. – Se levantó de su silla para acercarse a su novio y empezar a besarlo.

El menor comenzó a besar su cuello, mientras que con sus manos acariciaba el pecho de su novio metiéndolas por debajo de la camisa, sus labios fueron besando atrás de la oreja mordisqueándola de forma seductora sacándole uno que otro gemido al mayor.

Espera Yūgi… Aaahhh… No sigas… Aaahhh…

El otro se detuvo y se fue a parar enfrente de su novio, posteriormente se arrodilló y comenzó a tocarle la entre pierna, haciendo que el mayor se sorprendiera por lo que estaba haciendo.

¿Qué haces Yūgi? – Trataba de controlar todas las sensaciones que sentía en ese momento.

Relájate Yami, sé lo que hago. – Al decir esto, empezó a meterse el pene semi erecto a su boca, enloqueciendo a su pareja.

Aaahhh… Aaahhhh, aaaahhhh… Mmmm… Yūgi.

El menor chupaba aquel pene, no dejaba de mover sus labios, de succionar la punta, luego bajaba lentamente con su lengua recorriendo toda la base hasta llegar a los testículos y con su boquita succionarlos fuertemente sacando más de un gemido por parte del mayor quien se apoyaba con sus manos con fuerza sobre la silla levantando un poco su cadera para sentir esa calidez que su pareja le estaba dando. En lo que aprisionaba sus testículos con la boca con una mano frotaba toda la extensión, apretándolo con fuerza haciendo un movimiento de arriba y abajo, y con el pulgar frotaba la punta del pene haciendo que el otro se volviera loco por el placer que estaba sintiendo y deseaba desesperadamente buscar más. El menor al escuchar los gemidos de su novio continuo con la dulce tortura de seguir con su labor sin descanso, los movimientos se volvían cada vez más fuertes, se metió todo el pene a su boca, succionando y apretándolo con fuerza, probando el pre semen que salía de la punta, la otra persona sabía que no aguantaría por mucho tiempo y que se correría muy pronto.

Aaaahhh… Yūgi… Aaaahhhh… Ya… Aaaaahhhhh… No aguanto… Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhhhhhhhh… – Se había corrido en la boca del menor, era tanto semen que le costó tragárselo todo.

El tricolor mayor jadeaba, seguía sentado en la silla del comedor, trataba de normalizar su respiración por el reciente orgasmo que tuvo.

Dis… Discúlpame Yūgi.

No tienes que disculparte.

Lo mejor será que me vaya… “Si me quedo, lo más seguro es que no me pueda contener y te haga mío de nuevo mi amado”. – Esto último lo había pensado para sí mismo.

Yami, quédate, vamos a mi cuarto y ahí podrás descansar un poco… Ten, bebe un poco para que te tranquilices. – Le volvía a ofrecer la última copa de vino que quedaba.

La otra persona lo agarró, se le quedó viendo por un momento pensando si era correcto o no tomarse todo el contenido.

Yami…

Su novio lo había sacado de sus pensamientos y para no preocuparlo decidió tomarse todo el vino de un sólo golpe como si estuviera bebiendo agua.

Está bien Yūgi, lo mejor será que vayamos a tu habitación.

Una vez dentro de la recámara, el menor toma la mano del faraón para conducirlo directo a su cama… Ambos se besaban apasionadamente, unían sus cuerpos en la intimidad entre movimientos sensuales guiados por su propia pasión, se acariciaban mutuamente luchando por ver quien tocaba más el cuerpo del otro.

Yami no sabes cuánto te deseo. – Lentamente mete sus manos por debajo de la camisa para acariciar su pecho. – Hay un fuego que se extiende por todo mí ser. – Al terminar de hablar, empuja a su novio para que cayera sobre su cama.

Yū… Gi… Deten… Te... Debemos parar… – La voz de Yami tiembla al ver como su pareja va subiendo seductoramente sobre él.  

Ya… mi… – Susurra su nombre en su oído de forma lasciva. – ¿Acaso no me deseas? – Baja su mano para masajear el pene sobre el pantalón.

Siiiiii… Aaaaahhhh… Te deseo… Aaaaahhhh… Con tomo mi ser… – Yami disfrutaba las caricias que su novio le hacía. – ¿Y sabes que más quiero de ti? – Sin esperar repuesta besa los labios de su amado.

Entre caricias y besos se quitan las pendras para quedar desnudos, el mayor mira con amor y deseo a su pareja, besa de nuevo sus labios robando en un  beso fogoso el oxígeno que al final se acaba, los dos se separan y un ligero hilo de saliva los mantiene unidos.

Yūgi, eres lo mejor que me ha pasado en la vida. – Comienza hacer un camino de besos descendiendo poco a poco. – Amo tu cuerpo. – Da pequeños chupetones en su cuello pero no se entretiene mucho.

Yamiiii… Aaaaahhhh… – Gime al sentir como esos labios van mordiendo sus pezones sensibles y de cómo se van poniendo duros.

Eso es pequeño déjame escuchar tus gemidos. – Muerde y lame a placer de nuevo uno de los pezones mientras con una mano acaricia el otro pezón.

Yami…. Aaaaahhhh… Aaaaahhhh… Aaaaahhhh… – Cierra los ojos para desfrutar de las atenciones que recibe.

Ooohhhh… Creo que alguien quiere mi atención. – Mira como el miembro del menor comienza a despertar. – Será mejor que lo atienda. – Deja los pezones para seguir su camino por el abdomen para llegar al mejor manjar.

Aaaaahhhhhhh… Aaaaahhhh… – Clamó fuerte al sentir una lamida en su duro pene. – Aaaaahhhh… Aaaaahhhh…

El faraón, comienza a lamer desde la base hasta la punta del pene, sin esperar más engulle todo con un lento vaivén sube y baja la cabeza dándole placer a su amante.

Aaaaahhhh… Aaaaahhhh… Deten…te… Aaaaahhhh… Me voy a…– No pudo hablar ya que su respiración se acelera. – Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhhhhh… – Con un fuerte gemido llega al clímax, llenándole toda la boca de semen.

Yūgi eres delicioso. – Manifestaba mientras pasaba la lengua por la comisura de sus labios limpiado los restos de semen que le quedaban.

Yami… No dagas eso. – Tapaba su cara por la vergüenza.

No tienes por qué apenarte mi vida. – Le retira las manos para verlo a los ojos. – Te amo. – Besa sus labios para que también deguste su propia esencia. – ¿Quieres continuar?

Si...
           
Yami separa las piernas de Yūgi para tener a la vista la entrada que ya profanó una  vez, con lentitud le acaricia la zona para estimularlo un poco.

Voy a prepararte. – Introduce su dedo aplicando algo de presión.

Aaaaaaaaaaaayyyyyyyyyy… – Grita de dolor.

¿Estás bien? – Le preguntó muy nervioso. – Si no quieres continuar…

No, continúa por favor. – Lo interrumpe de golpe. – No me duele. – Mintió para no preocuparlo.

De acuerdo, pero si te duele sólo dímelo. – Retomó lo que estaba haciendo, mete y saca su dedo sin apartar la mirada  de su novio, luego introduce un segundo dedo al no ver signos de dolor decide meter un tercero, ya eran tres dedos que entraban y salían con rapidez proporcionando al invadido un placer indescriptible que lo hacía mover sus caderas al compás de las estocadas que los dedos le brindaban. – Yami retira sus dedos, escuchando un gemido de reproche.

Aaaaahhhh… Yami… No… Te detengas. – Reclamaba con la respiraron entre contada.

Escúchame Yūgi, sé que todavía no te has recuperado del todo cuando lo hicimos la primera vez, te pido que por favor te relajes porque entraré en ti de una sola vez… – Volvió a besarlo de nueva cuenta y de un sólo movimiento metió su pene con fuerza en la pequeña entrada, provocando que el otro se quejara de dolor ya que el pene del faraón era demasiado grande y grueso para su ano.

 

AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHH… – Se escuchó un fuerte grito en toda la habitación. – Du... Duele... Aaaaahhhhhhhh… Sácalo Yami… Aaaaahhhhhhhh… Por… Aaaaahhhhhhhh… Favor… Snif, snif, snif, snif, snif… Snif, snif, snif, snif, snif…

 

Por favor no llores, no quiero que sufras. – Lo besa y bebe las lágrimas que salían de sus hermosos ojos amatista. – Trata de relajarte, pronto te sentirás mejor… – El mayor poco a poco empezó a moverse, pero al ver el sufrimiento de su novio se quedó quieto unos momentos esperando a que se acostumbrase a la intromisión. – Perdóname Yūgi. – Manifestó al ver el rostro adolorido de su amado. – ¿Puedo moverme? – Preguntó un tanto preocupado.

 

Snif, snif, snif, snif, snif… Sí, ya puedes moverte… – Respondió, y al mismo tiempo trataba de relajarse.

 

Como tú digas Yūgi… – Comenzó a moverse, empezó con suaves estocadas que cada vez iban tomando más velocidad y fuerza.

 

Aaaahhhh, aaaaahhhhh, más… Mmm… Más rápido… Aaaahhhhhh… Mmmm, aaaaahhhhh… Aaaahhhhhh… Aaaahhhhhh… Más rápido Yami… Aaaahhhhhh…


El aludido no espera más y aumenta la rapidez de sus envestidas, en la habitación  sólo se escuchaban los gemidos de los dos.

Aaaahhhhhh… Aaaahhhhhh… Mmmm… Aaaahhhhhh… – Gemía más fuerte cuando su pareja logró tocar su próstata que lo volvía loco de placer.

Yami al escuchar su gemido sabe que ha tocado el punto dulce de su amor, se concentra más en ese punto para satisfacerlo completamente, arremetiendo cada vez más fuerte. Los minutos pasan y ellos siguen entregándose sin descanso, disfrutando de cada caricia que se daban uno al otro.

Aaaahhhhhh… Aaaahhhhhh… Yūgi… Voy a… Aaaahhhhhh… – El mayor sabe  que ya alcanzó la cúspide y que pronto acabaría.

Aaaahhhhhh… Yo… Aaaahhhhhh… También… Aaaahhhhhh… Mmm… Aaaahhhhhh…

Aaaaaaaaaahhhhhhh – Aaaaaaaaaahhhhhhh…

Los dos sueltan un gran grito de placer, Yami terminó dentro de su novio llenándole de su esencia, mientras que Yūgi ha manchado el abdomen y su pecho con su semen, con el mayor cuidado posible el faraón sale del interior de su pareja y se deja caer a su lado... Pasan los minutos y las respiraciones de los dos se van regularizando poco a poco.

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A la mañana siguiente…

Buenos días chicos.

Yūgi, que bueno que llegas, cuéntanos como te fue anoche.

Muy bien amigos, ni se imaginan, todo salió perfecto.

¿Estás bien Yūgi? – Preguntó el castaño.

Si Tristán, estoy bien no te preocupes. – Mintió un poco ya que todavía sentía dolor en su parte intima.

En el recreo nos tendrás que contar todo.

Claro que si Tea.

Bien, vamos al salón antes de que el timbre suene.

Sí, vamos.

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No muy lejos de ahí, pero en la misma escuela…

Un hombre de estatura alta y pelo plateado, se encontraba hablando por teléfono en su oficina.

He logrado averiguar algo.

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Si, si, el lunes hablé con uno de ellos y mi hijo hizo lo mismo con la otra persona.

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Déjeme hacer algunas averiguaciones, a ver si puedo encontrar algo más.

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Por teléfono no puedo darle esa información.

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Lo más conveniente sería es que usted venga personalmente.

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De acuerdo, así será.

En cuanto colgó el teléfono, el hombre suspiró profundamente.

“Si resulta verdad todo lo que estos jóvenes han dicho, daré inicio con la cacería”.

Pensó para sí mismo y a la vez trataba de controlar su enojo.

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Buenos días Yami.

Buenos días Bakura, podrías hacerme el favor de hablar un poco más bajo, me duele la cabeza.

¿Queeeeeeeeeeeeeeeeé? ¿Qué es lo que te sucede? Y… ¿Por qué traes puesto esos lentes negros?

Nada, no me pasa nada… Y los lentes, pues… Yo…

Anda, quítatelos.

No cómo crees. – Fingió una sonrisa.

Yami, quítatelos ahora. – Habló seriamente.

La otra persona no tuvo otra opción más que quitárselos despacio hasta dejarse ver sus hermosos ojos de rubí.

Pero… Qué demonios… ¿Y esa resaca? Que yo sepa tu no bebes.

El tricolor mayor se volvió a poner los lentes, suspiró profundamente para luego decir:

Será mejor que busquemos un lugar para que podamos platicar.

Creo que es lo mejor. – Respondió algo molesto.

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En algún lugar de Ciudad Domino…

            “No entiendo el comportamiento de mi hijo, es la primera vez que se comporta así… ¿Habré sido muy dura con él? Se veía bastante preocupado y avergonzado al mismo tiempo. El único consuelo que tengo es que él se quedó callado cuando lo estaba regañando… Me hizo recordar cuando era tan sólo un niño, llevaba poco tiempo viviendo conmigo y cometió una falta, a pesar que no fue grave aceptó el castigo sin rechistar… Oh, mi pequeño, tu vida no ha sido fácil, siempre fuiste muy serio y responsable, nunca me diste problemas, eras muy aplicado en tus estudios y no te gustaba salir a fiestas… Tu único amigo ha sido el joven Pegasus, te gustaba salir con el los fines de semana. A veces pienso que quizás las cosas que no pudiste hacer en bachillerato, ahora las estás haciendo, pero no te das cuenta que ya tienes más responsabilidades, tienes un muy buen trabajo con un alto cargo sin mencionar que tienes que lidiar con la universidad… Sé que tu vida no es fácil y que estés bajo mucha presión, pero ese no es motivo para que te comportes así… Yami, mi querido hijo, no quiero perderte”.

Todo esto lo pensaba una mujer de cabellos rubios y sin querer su mente recordaba lo que había pasado anoche.

FLASH BACK

Yami Atemu Valentine, se puede saber, ¿en dónde estabas? Y ¿Qué horas son estas de llegar a casa?

Madre, no sabía que seguías despierta. – Se sorprendió al escuchar a su madre y saber que lo estuvo esperando casi toda la noche y cuando ella le decía su nombre completo era porque realmente estaba muy enojada. 

Contesta mis preguntas Yami Atemu Valentine. – Lo miraba desafiante a los ojos.

El faraón al quedarse dormido, no le pudo llamar a su madre avisándole que llegaría tarde a la mansión y por esa razón la mujer estaba muy preocupada de que su hijo se tardaba en regresar.

Vengo de la casa de Yūgi… Discúlpame madre, por no avisarte que esta noche llegaría algo tarde.

¿Estuviste en casa de tu novio?

Si.

¿Y tu novio toma?

El joven se limitó en agachar la cabeza, su madre nada se le escapaba era muy perspicaz.

¿Y bien Yami?

No madre, él no toma.

Si él no toma, entonces explícame porque vienes ebrio.

Solamente tomé un poco de vino madre.

¿Un poco o toda la botella?

Le daba vergüenza contestar esa pregunta, ya empezaba a saber cómo se sentían los presos cuando se encontraban en un interrogatorio.

Sigo esperando tu respuesta Yami.

Pues… Yo… Bebí toda la botella. – Cerró fuertemente los ojos esperando escuchar el grito al cielo que daría su madre o que al menos lo golpeara pero nada de lo que pensaba pasó y comenzó a abrir sus ojos lentamente mientras que levantaba su cabeza para verla a los ojos y su sorpresa fue aún mayor cuando la miró que estaba llorando. – Perdóname por favor yo…

Cállate, lo mejor será que hablemos en la mañana… Vete a tu cuarto por favor. – La mujer por primera vez le demostró a su hijo que estaba muy decepcionada de él.

El joven con lágrimas en sus ojos se fue a su alcoba, en el camino intentó darle un beso en la mejilla pero ella lo esquivó sin decirle nada… Ese gesto desgarró su corazón, hubiera preferido mil veces que su madre lo castigara, lo golpeara o que al menos le diera una bofetada, pero que no se decepcionara de él, todo menos eso.

FIN DEL FLASHBACK

            “En la mañana te reprendí fuertemente y tu únicamente escuchabas todo lo que te decía, ni siquiera intentaste llevarme la contraria o defenderte, aceptaste todo y asumiste toda la culpa sin protestar, finalmente cuando terminé de regañarte, me preguntaste que cual iba ser tu castigo… No tienes idea de cómo se me destrozó mi corazón al escucharte hablar, quería abrazarte y besarte en ese momento pero no pude, estaba tan molesta, tan herida de que tú hicieras una cosa como esa. Y haciendo uso de mis fuerzas te respondí que tu castigo sería que no ibas a volver a ver a ese joven por una semana… Vi claramente como tus hermosos ojos empezaron a humedecerse, pidiéndome a gritos que te diera otro castigo menos ese… Pero no lo hiciste, como todo un hombrecito aceptaste mi castigo y luego te fuiste a la universidad”. 

La mujer lloraba, se encontraba sola en su recámara, y sus únicas compañías eran sus pensamientos y la soledad.

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¿QUÉ HICISTE QUÉ? – Gritó muy exaltado.

Podrías dejar de gritar por favor.

No puedo creerlo, es que de verdad no puedo creerlo.

¿No crees que estás exagerando?

¿Disculpa?

Ya me oíste, no creo que sea para tanto.

¡Estás loco! Si crees que no es para tanto… Sobre todo si te embriagas para acostarte con tu pareja, pensé que eras más sensato pero me doy cuenta que no es así, a tu edad ya no deberías de hacer esta clase de locura, hasta cuando vas a madurar, deja de comportarte como un chiquillo que va al bachillerato… Es que de plano te pasas y peor aún venir a la universidad con tremenda resaca de la gran  borrachera que te pusiste anoche y eso no es todo, te recuerdo que tienes una gran responsabilidad en tu trabajo… ¿Qué pensaría Kaiba si te viera en este estado? ¿Tú crees que él te eligió como Vice – Presidente de su compañía solamente porque eran amigos en la infancia? Discúlpame pero yo no lo creo… Me has decepcionado Atemu, creí que tenías cuatro dedos en la frente pero veo que me equivoqué. – El albino aparte de estar enojado, sentía que de alguna forma estaba perdiendo a su amigo de antes.

Basta Bakura, basta, ya no me regañes… Suficiente sermones he tenido por este día, aparte de escuchar los reclamos de mi madre ahora también tengo que escuchar los tuyos.

Eres un estúpido. – Le da un fuerte golpe en la cabeza.

¡Auch! ¿Por qué me golpeas?

Para que se te quite lo imbécil y tal vez así te avives un poco… Y si te regaño es porque me preocupo por ti grandísimo idiota. – Se levanta de la banca en donde estaba sentado y empezó a caminar.

¿A dónde vas? – Preguntó un tanto molesto, pensando que lo dejaría solo en un momento como ese.

Te iré a conseguir un jugo de frutas y agua mucha agua para que se te pase la resaca que tienes.

El faraón se dio cuenta que su amigo estaba verdaderamente furioso, hacía mucho tiempo que no lo miraba así, en cuanto él se fue, meditaba en todas las cosas que le había dicho y en todas las cosas que su madre también le dijo antes de venir a la universidad… Realmente se sentía avergonzado, había actuado de manera imprudente, dejándose llevar por los efectos del alcohol y por la pasión haciendo suyo a su novio… Pero había omitido una pequeña parte y era que él había lastimado al amor de su vida, recordaba cuando finalmente despertó.

FLASH BACK

En… Donde estoy. – Se decía así mismo mientras se trataba de levantar. – Demonios, como me duele la cabeza. – En eso, sintió que algo o alguien estaba a su lado y en cuanto volteó a ver se sorprendió mucho. – ¡YŪGI! – El joven seguía dormido, pero el otro se preocupó al ver que había algo de sangre en las sábanas de la cama. – ¿Qué he hecho? Yūgi, por favor despierta.

El mencionado comenzaba a despertar, pero en cuanto se movió sintió un terrible dolor recorrer por todo su cuerpo.

Ya… Yami.

Yūgi, perdóname por favor, no quería lastimarte, sé que no es excusa pero me dejé llevar por el momento.

Shhhhhh… Está bien Yami, tranquilo, no es tu culpa, el único culpable soy yo.

¿Cómo puedes decirme eso? Se supone que estoy para cuidarte. – Se sentía culpable por lo ocurrido ya que él nunca en su vida había bebido licor ni mucho menos cerveza y esa noche era la primera vez que tomaba vino.

El menor trató de moverse, pero esta vez su novio se lo impidió diciéndole:

No te muevas Yūgi, llamaré al doctor para que te revise.

Yami, en serio estoy bien, gracias por preocuparte por mí… No es necesario que llames a un médico.

Al menos dime donde está el botiquín de primeros auxilios.

En el baño hay un mueble, busca arriba y lo encontrarás.

El tricolor mayor después de curarlo se quedó un buen rato con él, posteriormente se tuvo que ir por la insistencia de su pareja.

FIN DEL FLASHBACK

He sido un verdadero idiota. – Se reprendía así mismo mientras se recostaba sobre la mesa y ponía sus manos arriba de su cabeza.

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           “Heme aquí, sentado nuevamente en esta silla al lado de tu cama y tu ni cuenta te das. Pero no me importa, verte dormir plácidamente me reconforta el alma… Tu padre me ha comentado que mis visitas te hacen bien, desde que comencé a velar tus sueños durante las noches tú ya no te despiertas atormentado, ya no gritas desesperado y se han calmado un poco tus horribles pesadillas… Eso para mí significa mucho, en cierta manera me estás dando a entender que sientes mi presencia y que al menos cuando duermes no me rechazas… Cachorro, me has hecho mucha falta, extraño tu voz, tu sonrisa, tu mirada, extraño todo de ti. Las terapias que recibes con la Psicóloga también te están ayudando, la primera vez que te vi después que saliste del hospital no sabía qué hacer ni como estar a tu lado, pero con la ayuda de tu padre sé que poco a poco podré acercarme a ti sin que tú me rechaces, no voy a negarte que ese viejo como solía llamarlo me ha permitido poder estar cerca de ti mientras duermes, pero siempre tengo que estar atento a cualquier movimiento que hagas, no quiero que despiertes y me encuentres aquí como lo que sucedió la vez pasada… Despertaste y en cuanto me viste te pusiste nervioso, temeroso, angustiado, gritabas con desesperación que no te hiciera daño, diste un salto fuera de la cama, llorabas amargamente pidiéndome que me alejara de ti, que no te tocara, que te doy asco y te lastimabas, pero lo que más me dolía era oírte decir que me odiabas con toda tu alma, por más que te decía quién era yo, no me escuchabas, en vez de mirarme a mí, tu mente veía a ese monstruo que se atrevió a abusar de ti y a robarte toda tu inocencia… Antes de venir hacia acá, recibí una llamada muy importante, informándome que ya tienen a un culpable, si por mí fuera ya lo estaría buscando por cielo, tierra y mar… Pero en vez de eso, me han pedido que espere para seguir investigando, con lo que odio esperar. Decidí esperar para que no haya equivocaciones… Vengaré todo el sufrimiento que ese bastardo te hizo pasar, le haré pagar una por una todas tus lágrimas que derramaste, todos tus gritos que diste hasta quedarte afónico, todas tus súplicas que le has de haber hecho para que se detuviera… Solamente espero que lo que tengo planeado hacer puedas comprender que todo lo hice por ti… Aunque si por mi fuera, me gustaría que nunca te enteraras de nada”…

Todo esto lo pensaba un joven de cabellos castaños y ojos azules…

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Recreo...

Ya me lo estoy imaginando como ustedes se entregaban mutuamente uno al otro… Aaaawwww… Que romántico.

Tea, no sigas que me apenas.

Me alegra que todo te haya salido perfecto Yūgi.

Muchas gracias Tristán. Y todo se los debo a ustedes chicos.

Amigos, ya estoy aquí… Toma Tea tu refresco.

Que amable eres Ryou. – Expresó con sarcasmo. 

Díganme de que hablaban chicos.

Pues de como Yūgi hizo el amor con Yami anoche.

¡Tea!

Hay Tristán, no tiene nada de malo decirle a Ryou, también es nuestro amigo.

Es cierto Yūgi, que ustedes ya lo hicieron.

Así es Ryou, Yami me ha demostrado cuanto me ama.

¡Hooolaaaa! Te recuerdo Ryou, que esta sería la segunda vez que lo hacen.

El tricolor menor estaba bastante sonrojado por lo que decía su amiga.

Qué envidia Yūgi, te tengo envidia pero de la buena. – Sonrió con sinceridad.

¿Cómo? ¿Acaso todavía no lo has hecho con tu novio? – Preguntó el castaño.

Pues no. – Se sonrojó al contestar.  

Hay Ryou, pero que lento eres, no sé qué estas esperando para hacerlo con tu novio. Es muy normal que los chicos a nuestra edad tengan relaciones con su pareja.

Sí, pero…

Nada de peros… Si realmente quieres saber cuánto te ama tu novio dile que te de su prueba de amor.

¿Prueba de amor?

Hay Ryou, ¿eres o te haces?

Ya basta Tea, sólo lo estas confundiendo más.

Déjala Yūgi, tarde o temprano el tendrá que saberlo y que mejor nosotros para aconsejarlo. 

Exacto... Mira Ryou, al tener relaciones con tu pareja, estas fortaleciendo el amor que hay entre ustedes… Pero si tu pareja no quiere hacerlo contigo, es porque no está seguro del amor que dice tenerte.

¡Eso no es cierto! – Exclamó algo molesto. – Baki me ama, estoy seguro que él me ama tanto como yo.

¿Estás seguro de lo que dices?

Si Tristán, no se cansa de repetirme lo mucho que me ama.

Entonces, pídele que te lo demuestre, que te de su prueba de amor.

Ryou, no es obligatorio hacerlo, lo mejor que puedes hacer es pensarlo un poco… Tal vez tú mismo encuentres la respuesta.

¿Ustedes creen?

Claro que si amigo. – Le respondió la castaña.

Muchas gracias amigos, creo que tienen razón, lo voy a pensar un poco a ver si me decido en pedirle a Bakura que me demuestre cuanto me ama.

Cualquier cosa que necesites, no dudes en decirnos que nosotros te apoyaremos.

Muchas gracias Tea.

Al poco tiempo, el timbre sonó y todos los estudiantes volvían a sus salones de clases.


Continuará… 



N/A: Antes que nada quiero decirles que tuve mucha ayuda al hacer este lemon, la primera parte fue escrita por mí y la segunda parte cuando se van a la habitación fue escrita por mi amis: Hime Aime Hernández, gracias a ella es que no omití esta parte. También agradecerle a mi amis: Kia Cordoba, ella me dio ideas sobre que hubieran luces, música, y vino para una velada perfecta, en verdad te agradezco mucho por las ideas que me has dado Kia y quiero agradecer también a mi amis: Veronica Kurotan Musume por estar al pendiente en cómo iba mi lemon.

Espero que este lemon, no les produzca cáncer de ojos… Je, je, je, según lo que investigué, supe el significado de eso, así que si tienen cualquier reclamo por favor les pido que me los hagan a mí y no a las personas que me han ayudado.

Pasando a otro tema… ¡Uuuuuuhhhh! Parece ser que alguien está en serios problemas… Pobre del faraón, tanto lio y para nada… ¿Serán buenos amigos los que tiene Yūgi? ¿Ryou también decidirá hacerles caso? ¿Será cierto que los jóvenes deberían de tener relaciones sexuales a corta edad? No se pierdan de estas intrigas en el siguiente capítulo. No olviden dejar sus comentarios en el blog… Gracias por leerme…

Se despide de ustedes muy cariñosamente su loca y humilde escritora mandándoles besos y abrazos virtuales…


Atte.:

         KAT.