viernes, 9 de abril de 2021

SIN CACHORRO… NO HAY NAVIDAD…



Capítulo 91: Pregúnteselo a su esposo.

 

 

Notas del capítulo: ¿Alguna vez le han hecho esta pregunta? No les ha pasado que cuando descubren un secreto, un engaño, una infidelidad, un chambre, etc. y quieren averiguar la verdad del asunto se topan con que le dicen que es mejor preguntarle a la persona involucrada para que así salgan de todas sus dudas. ¿Qué harían ustedes ante esta situación? ¿Se atreverían a hablar con la persona correcta para que les despeje todas sus dudas?

 

 

Declaimer: Noticia de último momento… “YU – GI – OH!, No es mío”… Mucho menos sus personajes… Son propiedad de su respectivo autor, pero toda la trama de esta historia si es creada por mí. Amo inventarles historias nuevas a mis queridos personajes, es una manera de expresar lo que siento, y tener la dicha de poderlo compartir con todos ustedes.  ^_^

 

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Días después…

 

         Buenos días Mana.

 

         Buenos días niño Seto, que contento amaneció esta mañana.

 

         Así es Mana, hoy le dan de alta a mis hijos, dentro de poco ellos estarán en el lugar donde les corresponde.

 

         Yo no estoy segura de quién de los dos está más emocionado, si usted o yo. – Le sonrió amablemente.

 

         Yo diría que ambos estamos muy emocionados.

 

         Tiene razón, ya quisiera tenerlos en mis brazos, conocerlos, verle sus caritas, y llenarlos de muchos besos.

 

         Igual yo estoy ansioso, en el hospital casi no me dejaban cargarlos.

 

         Pero ahora ya podrá hacerlo con toda libertad.

 

         Es verdad, lo malo es que no puedo compartir mi alegría con Joey. – Su voz sonó bastante triste.


         Niño Seto, no ponga esa cara, ya verá que dentro de poco el joven Joey estará con nosotros compartiendo esta gran alegría de estar con usted y con sus hijos.

 

         Muchas gracias por tus palabras.

 

         Niño Seto, arriba esos ánimos, recuerde que los bebés recién nacidos perciben todas las emociones que tienen a su alrededor.

 

         Tienes toda la razón, no dejaré que mis hijos me sientan todo triste y desanimado, en cuanto los tenga en mis brazos les daré toda mi alegría y les haré sentir lo feliz que estoy por ellos.

 

         Así se habla niño Seto, ahora si me disculpa iré a ver si ya están lista las pañaleras.

 

         Muchas gracias Mana.

 

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         ¿Estás bien?

 

         Si. – Respondió casi en un susurro.

 

         No te sientas mal por haber hecho lo correcto.

 

         ¿Tú crees que hice bien en denunciarlo?

 

         Claro que si Yūgi.

 

         Pero…

 

         Yūgi escucha, el que él sea tu esposo no le daba ningún derecho de tratarte tan mal, y además se atrevía a…

 

         Cállate Tea, no quiero que lo digas. – Se abstenía las ganas de llorar.

 

         Lo siento mucho.

 

         Me siento como un estúpido por haberlo denunciado.

 

         Te sientes así porque todavía lo amas, y el amarlo no te hace estúpido. – Le levantaba la cara para verlo a los ojos.

 

         ¿Crees que él me amó alguna vez?

 

         No lo sé Yūgi, lo que sí puedo decirte es que lo que te hacia no era amor. – El joven lloraba, se sentía devastado por todo lo que sentía y no dejaba de preguntarse el por qué su amado Yami lo había lastimado de esa manera tan cruel. – Yūgi.

 

         Eh…

 

         Cuando te citen tendrás que ser muy valiente a la hora de enfrentarlo.

 

         Yo… Snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif…

 

         Animo amigo, te prometo que estaré contigo en todo momento.

 

         Muchas gracias Tea.

 

         La muerte de Tristán no será en vano.

 

         Todavía no puedo creer que él ya no estará con nosotros.

 

         Con todo esto que acaba de pasar siento que Yami no se merece el amor de ninguno de ustedes, es un estúpido y un maldito cretino por hacer algo tan… – Estaba tan enojada que trataba la manera de controlarse. – Ojalá que lo encuentren para que se haga justicia.

 

         Yo quisiera que nunca apareciera, no quiero volverlo a ver en mi vida.

 

         Yūgi, ¿qué harías si él te viene a buscar?

 

         Cállate, no digas eso ni en broma. – Comenzaba a temblar, la mujer se percató que su amigo le temía a su esposo. – No quiero que me busque, no quiero que venga… Snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif… No, no, no, no.

 

         Yūgi cálmate por favor. – Lo abrazaba fuertemente contra su pecho.

 

         Lo siento mucho.

 

         Estaba pensando en un lugar donde puedes estar más tranquilo y más seguro.

 

         ¿Cómo cuál?

 

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         Muchas gracias por haber atendido mi llamado y venir hasta acá.

 

         No tienes nada que agradecer, ya me estaba preocupando por usted al no tener noticias suyas.

 

         Lo siento mucho, he tenido que arreglar algunos problemas.

 

         Entiendo…

 

         Cuénteme por favor, ¿cómo está mi hermano? ¿Los bebés están bien?

 

         Cálmate Shizuka, lo mejor será que te cuente todo lo que ha pasado.

 

         Por favor Marik, cuéntame hasta el más mínimo detalle, quiero saberlo todo.

 

         De acuerdo, pero antes me gustaría llevarla a un lugar primero.

 

         ¿A dónde? No me gustaría salir del hospital sin antes ver a mi hermano.

 

         Cálmate, no saldremos del hospital, confíe en mí y acompáñeme.

 

         Está bien.

 

Caminaban por un largo pasillo en absoluto silencio, llegaron a un corredor para poder usar un ascensor, a todo esto la mujer iba muy pensativa, se hacía mil preguntas en su cabeza y a la vez se sentía un poco culpable por no haber estado con su hermano cuando más la necesitaba. El sonido del ascensor la sacó de sus pensamientos cuando las puertas se abrían.

 

         ¿Qué hacemos aquí?

 

         Tranquila, pronto lo sabrás.

 

Siguieron caminando hasta que llegaron a una recepción.

 

         Disculpe enfermera, venimos a ver a los bebés Kaiba Wheeler.

 

         Señor Ishtar, claro que sí, acompáñeme por favor.

 

         ¿Cómo que los bebés Kaiba? – Le cuestionaba en un susurro.

 

         Te recuerdo que son hijos de Seto.

 

         Ya lo sé, pero ese hombre se iba a divorciar de mi hermano, él no tiene ningún derecho de… – La mujer ya no dijo nada al escuchar a la enfermera decir:

 

         Esos que están allá son los bebés Kaiba Wheeler.

 

         Shizuka, te presento a Kisara y al pequeño Seto.

 

         No puedo creerlo, Marik son unas preciosura. – Comenzaba a llorar de la emoción. – Son unos bebés hermosos.

 

         Lo sé. – Medio le sonrió.

 

         Me gustaría poder cargarlos, ¿crees que se pueda?

 

         Le preguntaré a la enfermera.

 

         Si.

 

El hombre la dejó sola por un momento.

 

         Son una ternura, no se preocupen mis amores dentro de poco su tía Shizuka los va abrazar y les dará muchos besos. – Hablaba consigo misma en lo que se pegaba al cristal para poderlos ver bien.

 

Al poco tiempo regresaba el hombre junto con la misma enfermera.

 

         Esperen aquí por favor.

 

         Muchas gracias. – Respondieron al unísono.

 

         Dime que ellos están bien.

 

         Ellos están bien, te traje aquí primero porque hoy se los va llevar su padre.

 

La mujer hizo un gesto de mala cara.

 

         Él no tiene ningún derecho de llevárselos.

 

         Claro que los tiene, te recuerdo que él es el padre.

 

         Ja, un padre que nunca estuvo al pendiente de ellos, y ahora que ya nacieron se quiere hacer pasar como el mejor papá del mundo. – Comentó sarcásticamente.

 

         No pensarás igual una vez que sepas toda la verdad.

 

         Aquí los tiene señor Ishtar. – Interrumpió la enfermera.


         Pero si son unos pequeños angelitos. – Decía la mujer en lo que chineaba a uno primero y luego el otro.

 

         Tenga cuidado con ellos por favor. – Manifestaba la enfermera muy preocupada.

 

         Descuide no se preocupe, le prometo que tendré mucho cuidado con ellos.

 

         Se los dejaré por cinco minutos, luego me los llevaré para poderlos alimentar.

 

         Muchas gracias. – En cuanto la enfermera se fue, la otra persona buscó un lugar donde sentarse y poder estar con sus sobrinos. – Marik, son verdaderamente hermosos, me gustaría llevármelos a mi mansión.

 

         ¡Estás loca! ¿Quieres provocar un problema de proporciones mayúsculas?

 

         No le veo nada de malo, además son mis sobrinos.

 

         Eso no te lo discuto, pero no puedes llevártelos por dos sencillas razones.

 

         ¿Ah sí, cuáles?

 

         En primera, el hospital no te los va a entregar así porque si, y en segunda, no quiero ni imaginarme si Seto se entera que te llevaste a sus hijos, sería capaz de buscarlos por cielo, tierra y mar.

 

         Haces tanto escándalo para nada, verdad que si mis amores, Marik se está ahogando en un vaso con agua. – Le hablaba a los bebés que todavía los tenía en sus brazos haciéndoles toda clase de arrumacos. – Mira como sonríen Marik, están feliz de estar con su tía Shizuka.

 

         Baia, la verdad es que si están a gusto con tu compañía.

 

Después de un rato los bebés comenzaron a llorar fuertemente.

 

         Ya, ya, ya no lloren mis amores. – Se levantó de la silla para pasearse de un lado a otro. – Ya mis niños, no lloren por favor.

 

         Disculpe, tengo que llevármelos para darles de comer.

 

         Deme a mí el biberón para dárselos yo.

 

         Pero es que…

 

         Por favor, permítame alimentarlos.


         Lo siento mucho pero no puedo.

 

         Está bien. – Contestó con tristeza en lo que entregaba a los bebés. Una vez que la enfermera se fue con los recién nacidos la mujer expresó: – ¿Por qué no me habrá dejado alimentarlos?

 

         Porque tiene que alimentarlos en un lugar que esté todo esterilizado.

 

         Supongo que tienes razón. – Dio un fuerte suspiro. – Muchas gracias por haberme traído aquí Marik.

 

         No fue nada.

 

         Son unos bebés encantadores, quedé fascinada con ellos.

 

         Me lo imagino. – Carraspeó un poco su garganta. – Cambiando de tema…

 

         Dime.

 

         ¿A dónde te gustaría ir para que podamos platicar?

 

         Creo que el mejor lugar sería la cafetería.

 

         De acuerdo, te llevaré allá.

 

         En lo que caminamos puedes irme contando algunas cosas.

 

         Está bien.

 

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Mansión de la familia Ishtar…

 

         Buenos días Malik.

 

         Buenos días Mokuba.

 

         Creo que hoy me quedé dormido.

 

         Eso es bueno para que pudieras descansar.

 

         ¿Dónde está Marik?

 

         Salió muy temprano esta mañana.

 

         Y puedo preguntar, ¿a dónde?

 

         ¿A qué no adivinas quién le llamó por teléfono?

 

         No lo sé, ¿quién?

 

         Shizuka.

 

         ¿Queeeeeeeeeeeeeeeeeeeé? – Exclamó sorprendido. – ¿Shizuka volvió?

 

         Si.

 

         Ay no, la pobre se va a llevar una desagradable sorpresa.

 

         Tranquilo Mokuba, mi esposo se encargará de hablar con ella.

 

         Será mejor que vaya al hospital, tal vez los pueda alcanzar.

 

         Cálmate Mokuba, primero debes de desayunar, luego si quieres te llevo al hospital.

 

         Pero es que…

 

         No te angusties, ya verás que Marik se encargará de todo.

 

         Si, tienes razón.

 

         Acompáñame al comedor.

 

         Si.

 

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Caminaban tranquilamente y conversaban de muchas cosas cuando de pronto se encontraron con…

 

         ¿Qué demonios hace esta mujer aquí?

 

         Seto, no esperaba que vinieras tan temprano.

 

         Y yo no me esperaba encontrar a esta mujer aquí. – Contestó enfadado.

 

         Nos encontramos de nuevo señor Kaiba. – Manifestó la mujer sarcásticamente.


         Será mejor que se vaya de aquí.

 

         ¿Irme? ¡Pero si acabo de llegar!

 

         Lárguese, antes de que…

 

         Ya basta Seto, no te comportes así.

 

         Pero es que…

 

         Mire señor Kaiba, me iré en cuanto vea a Joey.

 

         ¿Qué fue lo que ha dicho?

 

         Dije, que me iré del hospital una vez que vea a Joey.

 

El ojiazul rechinaba los dientes con fuerza al escuchar las palabras de esa mujer, de ninguna manera iba a permitir que esa mujerzuela barata se le volviera a acercar a su esposo…

 

 

Continuará…

 

 


N/A: ¿Habrá hecho lo correcto Yūgi en denunciar a su esposo? ¿Cuál será el lugar perfecto donde Yūgi pueda estar seguro? ¿Qué creen que vaya a pasar ante este encuentro? ¿Arderá Troya? ¿Seto se dará cuenta de quién es la mujer? Todo esto y más lo iremos descubriendo en el siguiente capítulo, muchas gracias por acompañarme en esta gran aventura, quini mil gracias por todos sus comentarios, sus sugerencias, por todo el apoyo que me brindan, por corregirme, en fin, son tantas cosas por las cuales les agradezco infinitamente. No olviden dejar sus comentarios que yo con mucho gusto les responderé.

 

Me despido muy cariñosamente de todos y cada uno de ustedes, cuídense mucho, no salgan de casa al menos que sea estrictamente necesario, saniticesen antes de entrar a sus hogares, usen siempre su mascarilla, y lleven consigo su botecito de alcohol gel, recuerden que no deben de bajar la guardia. Ahora sí, me voy no sin antes dejarles muchos besos virtuales y un gran abrazo de oso desde la distancia.

 

Atte.:

 

             KAT.





P.D.: Jenifer CarriGalin, fue la persona que acertó en el capítulo anterior que el bebé de Tristán moriría. Acertaste en esta ocasión amis… XD

 


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