viernes, 23 de abril de 2021

LA LEYENDA DEL MONSTRUO DE OJOS ROJOS…



Capítulo 26: Metiéndose en problemas por un amigo…

 

 

Notas del capítulo: Notas del capítulo: ¿Hasta dónde somos capaces de llegar por un amigo? ¿Se meterían ustedes en problemas por ayudar a uno de sus amigos?

 

 

Aclaración: Quiero agradecer a una amiga muy especial que me ha ayudado a dar ideas para escribir esta historia, muchas gracias Kyuubi Rosana Marcolini, por estar dispuesta siempre a ayudarme, tus consejos son muy útiles para mí.

 

También va dedicado a: Gelen Colmenarez, fue la persona que me pidió escribirla, espero que te guste amis.

 

 

Declaimer: Como siempre… Bla, bla, bla, bla, bla, bla… Los personajes de YU – GI – OH!, “No me pertenecen”… Chiquiris maquiris, son propiedad de su respectivo autor, abra cadabra, solamente lo hago porque me encanta escribir, y que ustedes se diviertan de mis locuras… Es mi manera de expresar lo que siento, y tener la dicha de poderlo compartir con todos mis lectores…

 

******************************

 

Días después…

 

Una nueva semana ya había comenzado, algunos ya tenían sus planes hechos, en cambio para otros, solamente eran días normales comunes y corrientes.

 

Cierto joven, comenzaba a abrir sus ojos, sentía que estaba recostado sobre algo suave, y acolchonado, se dio la media vuelta para acomodarse un poco, y acostarse en posición fetal, aún seguía semidormido, encogió sus piernas para adaptarse, y disfrutar de lo calientito que según él era la sábana de su cama. Pero se percató de un pequeño detalle, y es que su dizque almohada, se movía hacia arriba y hacia abajo, como cuando una persona está respirando. Volvió a abrir sus ojos, y su sorpresa fue mayor al ver quien estaba en su cama.

 

         ¡JOEY! – Exclamó entre asustado y sorprendido. – Se escuchó un murmuro que no se entendió nada. – ¿Joey, qué haces en mi habitación? – Lo movía para despertarlo. – Joey, despierta.

 

El dragón comenzaba a abrir sus ojos, en cuanto vio a su amigo medio se levantó.

 

         ¿Qué sucede Mokuba? – Bostezó después de hacer la pregunta.

 

         ¿Qué haces aquí? ¿No me digas que dormiste conmigo toda la noche?

 

         Si, ¿qué tiene de malo? – Preguntaba inocentemente.

 

         Obvio que nada, pero… ¿Por qué no te quedaste a dormir en el bosque?

 

         No lo sé. – Desvió un poco su mirada. – Creo que me sentía solo.

 

         Joey. – Manifestó algo apenado. – No crees que te arriesgaste mucho en quedarte conmigo.

 

         No lo creo, por qué dices eso.

 

         Qué tal si mi hermano hubiera venido a verme a media noche. Mira que casi te descubre tres días atrás.

 

         Pero no vas a negar que fue algo divertido lo que pasó. – Medio le sonrió. – Y por tu hermano no te preocupes, el salió desde anoche.

 

         ¿Qué? ¿Estás seguro?

 

         Si.

 

         De acuerdo, supongo que por esa parte no hay problema. – Se levantaba de la cama.

 

         ¿A dónde vas?

 

         Me iré a bañar, luego bajaré a desayunar.

 

         ¡Qué bueno, porque yo ya tengo hambre!

 

         Supongo que irás al bosque a buscar tu propia comida.

 

         Yo…

 

         ¿Qué sucede?

 

         Si no te importa, me gustaría comer lo mismo que tú.

 

         Bueno está bien, me bañaré, me cambiaré, y veré como están las cosas afuera, y si puedes salir te lo haré saber.

 

         Muchas gracias Mokuba.

 

         Deberías de transformarte, así si alguien entra a mi habitación podrás esconderte sin problemas.

 

         Tienes razón.

 

         En cuanto salga del baño, quiero que tú también te bañes.

 

         ¿Qué?

 

         Ya me oíste.

 

         De acuerdo. – Hizo un puchero de niño infantil.

 

******************************

 

         Buenos días a todos.

 

         Buenos días Yūgi. – Respondieron al unísono.

 

         ¿Vas a desayunar?

 

         Si abuelito.

 

         En ese caso siéntate que enseguida te sirvo.

 

         Muchas gracias.

 

En cuanto el hombre se dio la media vuelta para poderle servir a su nieto, uno de los presentes comenzó una conversación.

 

         Tú y yo tenemos que hablar.

 

         Discúlpame Yūgi pero no hay nada de qué hablar.

 

         No puedes pasarte toda tu vida evadiéndome. – Hacia lo posible por conservar la calma.

 

         Créeme que no lo estoy haciendo.

 

         Si eso fuera verdad, responderías a todas mis preguntas.

 

         Ya te he dicho todo lo que tenía que decirte.


         MENTIRAS. – Gritó exasperado.

 

         ¿Qué sucede aquí? – Preguntó un hombre que acababa de llegar, y en sus manos traía un plato de comida, y un vaso con leche.

 

         No pasa nada abuelito. – Medio le sonrió.

 

         Está bien, en ese caso come.

 

         Muchas gracias abuelito.

 

En lo que comía, no dejaba de mirar a Shādī, y este hacia lo posible por desviar su mirada hacia el otro lado.

 

******************************

 

En lo que bajaba las escaleras, pesaba en todo lo que su amigo le había dicho.

 

         Al menos tiene razón en una cosa, fue bastante divertido lo que sucedió ese día. – Murmuró para sí mismo, y su mente le hacía recordar…

 

FLASH BACK

 

La persona decidió entrar al no recibir respuesta.

 

         Mokuba, vine a avisarte que… – El recién llegado se quedó boquiabierto al ver lo que hacía su hermano. – ¿Qué demonios crees que haces?

 

         Hola… Mmmm… Herma… Mmmm… No… – Hablaba con la boca llena.

 

El mayor lo seguía viendo incrédulo.

 

         ¿Por qué comes como cerdo? Y ya te he dicho que es de mala educación hablar con la boca llena.

 

         Lo… Mmmm… Siento. – Tomó un poco de fresco para tragarse el bocado. – Es que tenía mucha hambre.

 

         Esa no es excusa para que comas así, y mira que chiquero el que tienes en tu habitación, hasta manchaste todo el tapete.

 

         Te prometo que más tarde lo limpiaré.

 

         Iré al baño por una toalla limpia para que puedas limpiarte las manos. – Comenzó a caminar, pero se detuvo al escuchar un gran grito.

 

         ESPERA SETO, NO ENTRES AHÍ.

 

         ¿Por qué no?

 

En lo que ellos discutían, otra persona espiaba con cuidado por la puerta del baño. En eso se escuchó un gran grito.

 

         AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHH… ME DUELE…

 

         ¿Qué te pasa Mokuba? – Se le acercó bastante preocupado. – Dime dónde te duele.

 

El rubio iba a salir para auxiliar a su amigo, pero logró ver una señal que le hizo para que aprovechara el momento y se fuera.

 

         Ayúdame Seto, me duele mucho. – Se llevaba la mano a su estómago, y fingía dolor.

 

         Eso te pasa por comer demasiado, iré al baño a traer el botiquín de primeros auxilios.

 

         No, espera no te vayas. – Logró sujetarlo del brazo. – Quédate conmigo.

 

El mayor se inclinó para revisar a su hermano, en eso logró sentir una corriente de aire, y cuando volteó a ver hacia la ventana, no miró nada, solamente se movían las cortinas al compás del viento.

 

         ¿Seto, pasa algo? – Preguntaba algo nervioso, creyendo que lo había alcanzado a ver.

 

         No, no pasa nada, solamente sentí una extraña brisa, eso es todo.

 

         ¿Una brisa? Qué raro, yo no sentí nada.

 

         Olvídalo, mejor dime donde te duele.

 

         Creo que ya me estoy sintiendo bien.

 

         ¿Estás seguro? – Lo miraba de una manera cómo dándole a entender… ¿Me estas ocultando algo?

 

         Si, tenías razón, comí mucho.

 

Se escuchó un fuerte suspiro por parte del mayor.

 

         Ahora sí, iré al baño a traerte una toalla.

 

         Gracias Seto.

 

FIN DEL FLASHBACK

 

         “Fue divertido, lo malo es que tuve que mentirle a mi hermano, pero si no hacia eso iba a descubrir a Joey”. – Fue su último pensamiento antes de llegar al comedor.

 

******************************

 

         ¿Amor, te pasa algo?

 

         Eh… No, no me pasa nada, por qué.

 

         Toda la mañana has estado muy callado, y me gustaría saber la razón.

 

         La verdad es que extraño a nuestros hijos, desde que te los llevaste para que comenzaran su entrenamiento, no los he visto desde entonces. Y no me dejo de preguntarme si ellos estarán bien.

 

         Shada mi amor, ellos están bien.

 

         ¿Cómo puedes asegurarlo?

 

         No olvides que son nuestros hijos, y tú los has sabido educar muy bien. Ya verás que saldrán adelante porque salieron a ti a no darse por vencido tan fácilmente.

 

         Muchas gracias por tus palabras Mahādo.

 

         Ya no te angusties por ellos.

 

         Me gustaría poder verlos, aunque sea un ratito, ¿crees que se pueda?

 

         No lo creo mi amor, al momento que decidieron iniciar con el entrenamiento aceptaron todas las condiciones, y una de ellas es renunciar a ver a su familia hasta terminar.

 

         Aún sigo pensando que es una regla bastante estúpida. – Expresó un poco molesto. – Siempre he sido fiel en creer que la familia es primero.

 

         Ya lo sé amor. – Le agarra las manos. – Pero olvidas un pequeño detalle.

 

         ¿Cuál?


         Que debes creer en tu familia.

 

         Jaque mate. – Contestó sabiamente. – No cabe duda que supe elegirte bien al momento de casarme contigo.

 

La otra persona medio sonrió, se le acercó para darle un beso en los labios, luego del beso le susurró en el oído.

 

         Los dos supimos elegir bien para construir juntos una familia.

 

         Lo sé. – Le acaricia suavemente su rostro. – ¿De verdad no te arrepientes de haberte casado conmigo?

 

         No entiendo por qué me haces esa pregunta.

 

         Por nada, olvídalo.

 

         Shada, dime por favor.

 

         Es que a veces pienso que quizás debiste de haberte casado con alguien de tu clan.

 

         Si me hubiera casado con otro mago o maga, mi vida no fuera tan interesante.

 

         ¿Qué quieres decir?

 

         Tú me enseñaste muchas cosas, y antes de conocerte dependía solamente de mis poderes, pero todo eso cambió cuando llegaste a mi vida. Gracias por hacerme tan feliz.

 

         Tú también cambiaste mi vida, y soy muy afortunado al tenerte a mi lado.

 

         No amor, quizás el afortunado sea yo.

 

         En ese caso, los dos somos afortunados al tenernos uno al otro.

 

         Tienes razón.

 

******************************

 

Horas más tarde…

 

Se encontraban en el bosque jugando, se divertían haciendo toda clase de juegos.

 

         No se vale, me volviste a ganar.


         Lo siento.

 

         Creo que no soy muy bueno para correr.

 

         Y eso que esta vez te gané siendo un humano.

 

         No tienes que recordármelo.

 

         Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja. – Ambos reían felizmente.

 

         Joey, quiero que me acompañes.

 

         ¿A dónde?

 

         Te enseñaré mi lugar secreto.

 

         ¿Lugar secreto? ¿Qué es eso?

 

         Pues, se trata de un lugar que nadie conoce, es como tener tu propio espacio para que nadie te interrumpa.

 

         ¿Y por qué no quieres que te interrumpan?

 

         A ver, como te lo explico. – Buscaba la manera de explicárselo mejor. – Las personas solemos tener secretos, porque… Porque… Nos gusta tener nuestra propia privacidad.

 

         ¿Qué no los secretos es para cuando le ocultas cosas a los demás?

 

El pelinegro se sorprendió un poco por la pregunta que le hacia su amigo.

 

         Sí, eso es verdad. – Respondió algo apenado.

 

         Eso quiere decir que si ocultas cosas, es porque de seguro no son buenas. – Comenzaba a dar unos cuantos pasos hacia atrás.

 

         Joey, cálmate por favor.

 

         Lo mejor será que me vaya.

 

         No Joey, no te vayas por favor. – Suspiró profundamente. – Esta bien, tú ganas, te diré la verdad.

 

         ¿Cuál es la verdad?


         Últimamente le he estado ocultando cosas a mi hermano, pero créeme que no es nada malo.

 

         Si no es malo, ¿por qué lo haces?

 

         No lo sé, creo que porque mi hermano lo vería como una pérdida de tiempo.

 

         No te entiendo.

 

         Si me acompañas te aseguro que lo entenderás.

 

         Pero…

 

         No tengas miedo, confía en mí por favor.

 

         Está bien, vamos.

 

******************************

 

Un hombre de estatura alta, cabellos castaños, y ojos azules, estaba llegando a su mansión, se sentía cansado, por lo que decidió irse a su habitación a descansar un poco, en cuanto llegó arriba, se dirigió a la alcoba de su hermano antes de entrar a la suya.

 

         Mokuba, ¿puedo pasar? – Abrió la puerta al no escuchar respuesta. – ¿Dónde se habrá metido este niño? – Miraba el cuarto todo desordenado, comenzó a recoger algunas cosas para ordenar un poco, en lo que limpiaba, vio algo que le llamó la atención. – Que raro, no entiendo por qué hay tantos platos desechables con residuos de comida. Y lo más extraño es que hay comida que a él no le gusta. ¿Qué estará pasando aquí? Espero que no sea lo que me estoy imaginando, le dije claramente que dejaría ir a ese animal con la condición de que no lo metiera a la mansión. Pero creo saber cómo descubrirlo sin que se dé cuenta. – Dejó la habitación como la había encontrado, posteriormente se fue a descansar.

 

 

Continuará…

 

 

N/A: ¿Qué clases de secretos tendrá Mokuba? ¿Quiénes serán los hijos de Mahādo y Shada? ¿Podrá Yūgi sacarle la verdad a Shādī? ¿Qué clase de trampa le va preparar Seto a su hermano? Todo esto y más lo iremos descubriendo en los siguientes capítulos, no deben perdérselos. Muchas gracias por acompañarme en esta aventura, no olviden dejar sus sugerencias y comentarios que yo con mucho gusto les responderé.

 

Me despido cordialmente de todos ustedes con un gran abrazo virtual y les mando muchos besos virtuales. Y recuerden que deben sanitizarse antes de entrar a sus hogares, usen siempre su mascarilla y lleven consigo su botecito de alcohol gel, no salgan de casa al menos que sea estrictamente necesario. ¡NO BAJEN LA GUARDIA!

 

Atte.:

 

               KAT.


No hay comentarios:

Publicar un comentario