martes, 27 de abril de 2021

SIN CACHORRO… NO HAY NAVIDAD…



Capítulo 101: Una noche ajetreada en la mansión de la familia Kaiba… II parte.

 

 


Declaimer: Noticia de último momento… “YU – GI – OH!, No es mío”… Mucho menos sus personajes… Son propiedad de su respectivo autor, pero toda la trama de esta historia si es creada por mí. Amo inventarles historias nuevas a mis queridos personajes, es una manera de expresar lo que siento, y tener la dicha de poderlo compartir con todos ustedes.  ^_^

 

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La noche finalmente había llegado, algunos llegaban a sus casas cansados después de tener un día largo y pesado de trabajo, mientras que otros llegaban a sus hogares emocionados por haber tenido un día de aventura.

 

         Estoy muerta de cansancio.

 

         Igual yo, hoy fue un día muy ajetreado.

 

         Ni que lo digas Yūgi, aunque estoy feliz por haber conocido a los hijos de Joey.

 

         Es verdad, son unos niños preciosos.

 

         Quien iba a pensar que Kaiba algún día sería papá.

 

         Creo que nadie lo creería. – Medio le sonrió.

 

         ¿Estás bien?

 

         Sí, es sólo que…

 

         ¿Qué ocurre Yūgi?

 

         No es nada.

 

         Yūgi…

 

         Gracias por haberme convencido de que te acompañara al hospital.

 

         No hay nada que agradecer.

 

         Lo mejor será que me vaya a mi habitación a descansar.

 

         De acuerdo, yo haré lo mismo.

 

         Buenas noches Tea.

 

         Buenas noches Yūgi.

 

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Mansión de la familia Kaiba…

 

         Hoy fue un día bastante divertido.

 

         Sí que lo fue, Yūgi y Tea se fueron fascinado con los hijos de su amigo.

 

         Ya lo creo que sí, incluso no se querían ir para estar más tiempo con ellos.

 

         Con tanto alboroto no te he preguntado cómo te has sentido mi amor.

 

         Estoy bien Noah, lo único que me siento bien cansado.

 

         En ese caso hay que irnos a dormir.

 

         Tienes razón. – Le da un beso en los labios. – ¿Y tú cómo estas?

 

         Igual que tú. – Medio le sonrió. – Me siento muy cansado.

 

         ¿Seguro te sientes bien?

 

         Si mi amor, ya no te preocupes, estoy bien.

 

         Noah.

 

         Dime.

 

         Gracias por no desistir en que hiciera las paces con mi hermano.

 

         No tienes nada que agradecer.

 

         Hay algo que quiero preguntarte.

 

         ¿Qué cosa?


         ¿Cómo fue que pudiste perdonarle todas las ofensas que mi hermano te había hecho?

 

         Muy fácil.

 

         Dime por favor.

 

         No te voy a negar que al principio me molestaba su comportamiento, luego llegué a la conclusión en que si realmente te amaba tendría que soportar a tu hermano.

 

         ¿Por qué?

 

         Porque en el fondo deseaba poderme llevar bien con él y demostrarle lo mucho que te amo.

 

         ¿No puedes estar hablando en serio?

 

         Aunque no lo creas estoy hablando muy en serio.

 

         Gracias mi amor, y me disculpo en nombre de mi hermano por todo el daño que él ha ocasionado.

 

         Ya no pienses en eso mi amor, mejor piensa en que comenzaremos una nueva vida al lado de nuestro bebé. – Puso su mano en el plano vientre de su pareja.

 

         Tienes toda la razón, mi hijo es afortunado al tenerte como padre.

 

         La verdad es que yo soy el afortunado por tenerlos a ustedes.

 

         Noah. – Sus mejillas se ruborizaron.

 

         Si no fuera por la dieta que me dejó el Doctor te haría el amor en estos momentos.

 

         Pero que cosas dices Noah. – Fingió estar molesto.

 

         Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, sólo bromeaba.

 

         Ya lo sé. – Volvió a besarlo en los labios. – Te amo.

 

         Te amo Mokuba.

 

Estaban en lo mejor de besarse hasta que se detuvieron al escuchar un pequeño ruido que provenía afuera de la habitación.

 

         ¿Qué estará ocurriendo?


         No lo sé, déjame ir a ver.

 

         Iré contigo mi amor.

 

         Pero Noah…

 

         Nada de peros y vamos.

 

         Está bien.

 

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Dentro de una habitación se encontraba un joven de cabellos de tres colores, ojos color lavanda, estaba muy pensativo sentado en la orilla de la cama.

 

         Todavía no lo puedo creer, ¿cómo es posible que Joey sea tan afortunado? Logró cumplir su sueño en tener una familia, casarse con un hombre que de verdad lo ama, y convencerlo para que pudieran tener un hijo. En cambio yo… – Comenzaba a llorar en silencio. – No pude hacer nada de eso, no pude convencer a Yami para que pudiéramos tener un bebé y en vez de eso lo único que recibía de él era desprecio, humillaciones, maltratos, y golpes. No entiendo por qué me trató de esa manera tan cruel, creí que me amaba, creí en sus promesas, no sólo me ultrajó sino que además se atrevió a engañarme, y lo peor es que me fue infiel con mi mejor amigo. – Hacia lo posible para que su llanto no se escuchara tan fuerte. – ¿Por qué no pude salvar mi matrimonio? ¿En qué fallé? ¿Por qué me traicionaste Yami? ¿Por qué me dijiste que me amabas cuando tu sabias que eso no era verdad? Tantos años intentando hacer que lo nuestro funcionara y de nada sirvió, todo lo que hacia tu lo mirabas como mierda, nunca le diste importancia a mis sentimientos por ti, nunca valoraste mis cuidados, caricias y el amor que te daba. Todo te valía, nada de lo que yo hacía te importaba y en vez de tratarme bien comenzaste a tratarme como una prostituta barata. No sabes cómo te odio Yami, te odio con toda mi alma, también odio a Joey por lograr su sueño, lo odio por tener algo que yo nunca tendré, ojalá y nunca puedas ser feliz. – Comenzaba a hablar como un desquiciado. – Como me gustaría que sufrieras el mismo calvario que yo sufrí, que vivas en carne propia como tu esposo te pone los cuernos, de cómo tu querido esposo limpia el piso contigo, de cómo te golpea todas las mañanas, te viola por las noches y hace contigo lo que quiere. Las cosas que yo viví con Yami no se comparan con las cosas que te hizo Valon. Demonios, ¿por qué tuviste que quedar embarazado? Y para colmo de males uno de los niños se parece mucho a Kaiba, fui con la esperanza de que tal vez ninguno de ellos se pareciera a Kaiba para decirle que esos niños no son de él. Maldición, hasta para eso tengo mala suerte, esos malditos engendros nunca debieron de nacer, no se me hace justo que él vaya ser feliz mientras que yo siga sufriendo. – Con sus manos apretaba las sábanas de la cama. – No entiendo como Kaiba le puede perdonar tantas cosas a Joey, y con el nacimiento de esos bastardos, apuesto a que se olvidó del dizque infidelidad que Joey le hizo. – Se limpiaba las lágrimas con sus manos. – Creo que todavía no es tarde para recordarle a Kaiba el por qué tiene que seguir molesto con Joey. Me acuerdo de aquella ocasión cuando Yami sacó de quicio a Kaiba y casi logra su objetivo, pero el muy idiota falló y el perro ese salió victorioso. No, definitivamente no se me hace justo que la vida lo esté premiando. ¿Qué hice para merecer esto? ¿Por qué no pude ser feliz con Yami? ¿Por qué otros si pueden ser felices menos yo? Algún día haré que Kaiba le dé su merecido a Joey, y solamente ahí me sentiré satisfecho de verlo sufrir en manos de su amado. Ya lo verás amigo mío, muy pronto yo seré quien ría al último. – Con ese último pensamiento se fue quedando dormido sobre la cama.

 

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         ¿Qué es lo que sucede hermano?

 

         Mokuba, pensé que ya te habías ido a dormir.

 

         Iba hacerlo cuando escuché el llanto de los bebés.

 

         Discúlpame por despertarte, la verdad es que no sé qué les pasa.

 

         ¿Por qué empezaron a llorar? – Preguntó uno de los presentes.

 

         La niña ya se había quedado dormida, y cuando estaba por acostar al niño le dio hipo y empezó a llorar, eso hizo que despertara a la niña y ahora los dos no se quieren dormir.

 

         Déjeme cargar a uno de ellos por favor.

 

         Está bien Noah.

 

         ¿No estarán enfermos?

 

         No lo creo Mokuba, Mana y yo le tomamos la temperatura y no tienen fiebre.

 

         Ya chiquito, ya no llores pequeñín. – Se paseaba de un lugar a otro dentro de la habitación mientras que le daba pequeñas palmaditas en la espalda. – Es hora de dormir pequeño Seto, anda mi niño, ya no llores.

 

         Lo haces muy bien Noah.

 

         Gracias Mokuba, creo que ya comenzó a quedarse dormido.

 

En lo que el peliverde trataba de calmar al niño, el castaño seguía intentando por calmar a su hija y esta no paraba de llorar, haciendo que su hermanito llorara de nueva cuenta.

 

         No puede ser, si uno no se duerme el otro tampoco no lo hará.

 

         Eso mismo pasó hace más de una hora.


         ¿Dónde está Mana?

 

         Dijo que iría a traer un poquito de leche para dárselos a los niños.

 

         Hermano, han hecho esto alguna vez.

 

         Es la primera vez que sucede algo así.

 

         Aquí estoy niño Seto.

 

         Deme la pacha por favor, se la daré a la niña.

 

         Aquí tiene.

 

         Disculpe señora, me puede dar la otra pacha a mí para dársela al niño.

 

         Sí señor, aquí tiene.

 

         Gracias.

 

Ambos hombres intentaban darles la pacha a los niños pero los dos la rechazaban y lloraban cada vez más fuerte.

 

         Por favor Kisara, tomate tu lechita, mira que ya es un poco tarde y tienes que dormir mi amor.

 

         Es inútil Seto, no la quieren.

 

         ¿Qué voy hacer?

 

         Mana, ¿por qué no le cantas la canción de cuna que solías cantarme?

 

         Ya lo intenté joven Mokuba y no dio resultado.

 

         Algo no está bien con ellos, mejor llamaré al médico.

 

         Cálmate Seto, de seguro algo los asustó y es por eso que no se quieren dormir.

 

         No lo creo Mokuba, Mana y yo hemos estado con ellos en la habitación y no ha pasado nada.

 

         ¿Y si separamos a los bebés?

 

         A qué te refieres mi amor.

 

         Seto dijo que cuando uno comenzó a llorar el otro también lo hizo, entonces se me ocurre llevar a uno de ellos a otra habitación hasta que se calme. Y cuando los dos se hayan calmado los volvemos a acostar en su cuna.

 

         Me parece una buena idea, ¿tú que dices hermano?

 

         No perdemos nada con intentarlo.

 

         En ese caso me llevaré al niño a la habitación de Mokuba y usted se queda aquí con la señora Mana.

 

         En cuanto mi sobrino se duerma te vengo a avisar silenciosamente hermano.

 

         De acuerdo.

 

Así pasaron las horas en cuartos separados y ninguno de los bebés se quería dormir, se turnaban para chinearlo y pasearse de un lugar a otro tratando la manera de que se durmieran.

 

         ¿Qué tienes Seto? ¿Por qué lloras mi niño? Noah, me duele verlo así, no sé qué hacer. – Sus ojos empezaron a humedecerse.

 

         Tranquilízate mi amor, si tu sobrino te ve angustiado lo afligirás más.

 

         Tienes razón, perdóname.

 

         No tengo nada que perdonarte.

 

         Iré a ver cómo le va a mi hermano.

 

         Si ve.

 

El pelinegro llegó a la otra habitación y vio que su hermano hablaba con la mujer quien seguía cargando a la niña en sus brazos.

 

         Mokuba, ¿cómo está mi hijo?

 

         No se quiere dormir hermano.

 

         Esta angustia me mata, llamaré al Doctor.

 

         Espere niño Seto.


         ¿Qué sucede Mana?

 

         Y si… – Se quedó callada la mujer.

 

         ¿Qué ibas a decir Mana?

 

         Es una tontería.

 

         Por favor dime lo que sea.

 

         Le iba a sugerir, ¿y si llevamos la cuna de los niños a su habitación?

 

         ¿La cuna?

 

         Creo que aquí se han de sentir solos, y tal vez quieran dormir con usted.

 

El castaño se quedó muy pensativo con lo que le acababa de decir la mujer, luego de meditarlo y de ver la hora en su celular que marcaban la una de la mañana decidió por dar una respuesta.

 

         Estoy dispuesto hacer lo que sea por ellos.

 

         En ese caso hagámoslo, le pediré a Roland que nos ayude.

 

         Y yo le avisaré a Noah lo que haremos.

 

         Si, vayan por favor.

 

Media hora después, la cuna fue trasladada a la habitación del ojiazul, en cuanto los niños entraron a un nuevo lugar dejaron de llorar, Mana estaba por acostar a la niña en su cuna y al hacerlo volvía a llorar, en eso el padre la cargó en sus brazos y hablándole cariñosamente intentaba calmarla. Se sentó en la orilla de su cama la puso sobre su pecho y se dio cuenta de cómo su hija se estaba quedando dormida, pero al escuchar el llanto de su hermanito empezaba a despertar, y antes de que llorara, Noah se apresuró para poner al niño a la par de su hermanita y los dos se fueron quedando dormidos. El CEO se dejó caer sobre la cama muy despacio para poderse acostar y abrazar a sus hijos cerrando levemente sus ojos, mientras que los presentes decidieron salir de la habitación silenciosamente.

 

 


Continuará…

 

 

 


N/A: Uuuuuhhh, como que algo no cuadra aquí, ¿qué le estará pasando a Yūgi? ¿Estaría hablando en serio? ¿Por qué le tendrá envidia a su amigo? ¿Qué dicen ustedes? todo esto y más lo iremos descubriendo en los siguientes capítulos, muchas gracias por todo su apoyo, por seguirme de principio a fin, por sus valiosos consejos y correcciones, por esto y muchas cosas más mil gracias. No olviden dejar sus comentarios que yo con gusto les responderé, los invito para que no se pierdan la continuación de esta interesante historia. Y ya que llegamos hasta aquí les quiero hacer una proposición… ¿Quieren que le haga una segunda temporada a esta historia? ¿O prefieren que la haga una sola hasta llegar al final? Elijan por favor y les prometo que tomaré muy en cuenta sus opiniones.

 

Ahora sí, me despido cariñosamente de todos y cada uno de ustedes, recuerden no bajar la guardia, usen siempre su mascarilla, carguen consigo su botecito de alcohol gel, lávense las manos con agua y jabón y saniticesen antes de entrar a sus hogares. Les mando muchos besos virtuales y un fuerte abrazo de oso desde la distancia. Nos leeremos mañana.

 

Atte.:

 

             KAT.



2 comentarios:

  1. Chale chale me estaba cayendo bien yugi pero nooooo ojala no este hablando enserio me encanto , pobre Kaiba jajajjajajaj

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  2. Hola Paris, siempre espero con ansias sus comentarios, muchas gracias por leer el capítulo.

    Como que a Yugi se le está zafando un tornillo, me da lastima el pobre.

    Y con respecto a Kaiba, te doy toda la razón... XD

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