jueves, 31 de diciembre de 2020

SIN CACHORRO… NO HAY NAVIDAD…



Capítulo 67: Una triste noticia.

 

 

Notas del capítulo: Por lo general a todos nos gusta recibir buenas noticias, y cuando las recibimos nos ponemos muy contentos. ¿Pero qué pasa al recibir una mala noticia o una triste? Cualquiera de las dos que recibamos nos pone afligido, solemos preocuparnos más de la cuenta y en ocasiones no sabemos qué hacer o cómo reaccionar ante esta situación. Lo mejor que hay que hacer es tratar de conservar la calma y pensar con claridad.

 

 

Declaimer: Noticia de último momento… “YU – GI – OH!, No es mío”… Mucho menos sus personajes… Son propiedad de su respectivo autor, pero toda la trama de esta historia si es creada por mí. Amo inventarles historias nuevas a mis queridos personajes, es una manera de expresar lo que siento, y tener la dicha de poderlo compartir con todos ustedes.  ^_^

 

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Horas más tarde…

 

Un joven estaba llegando al departamento de su novio, se sentía cansado de tanto trabajar, en cuanto entró al lugar comenzó a buscar a su pareja.

 

         Hola amor, ya vine.

 

         Mokuba, no te oí llegar, ¿cómo te fue?

 

         Ni te imaginas, hoy fue un día de locos.

 

         Ven, siéntate en el sillón en lo que te sirvo un vaso con agua.

 

         Muchas gracias amor.

 

Después del pequeño descanso decidieron iniciar con la conversación…

 

         Cuéntame cómo está eso de que tuviste un día de locos.

 

         Estuve revisando algunos documentos de contabilidad y resulta que los libros no cuadraban.

 

         ¿Qué, insinúas que le están robando a Bakura?

 

         No lo sé amor.

 

         ¿Esos libros pertenecían a la tienda donde trabaja Ryou?

 

         ¿Qué tratas de decirme, no pensarás que Ryou le está robando a su propio novio?

 

         Perdóname, creo que fue una pregunta tonta la que te hice.

 

         Nada de eso amor, y déjame decirte que esos libros los recibí de la otra tienda.

 

         ¿Estás seguro?

 

         Completamente. ¿Por qué?

 

         ¿No se suponía que tú llevabas solamente los libros de contabilidad de la tienda donde Ryou trabaja?

 

         Es verdad. – Se quedó pensando por un momento. – Aguarda un segundo, creo entender tu punto, de seguro Bakura ya lo sabe y me los mandó a mí para ver si sus sospechas son ciertas.

 

         ¿Qué piensas hacer?

 

         Los tendré que revisar mañana con más calma para ver si no estoy equivocado.

 

         Pero mañana es sábado amor.

 

         Ni modo, tendré que trabajar el fin de semana.

 

         Olvidas que íbamos a visitar a Joey.

 

         Demonios, lo olvidé por completo, le llamaré mañana para disculparme con él.

 

         ¿Vas a querer que te ayude en algo?

 

         No amor, gracias.

 

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          Hoy pasamos un día increíble.

 

         Es verdad Ryou.

 

         Muchas gracias por acompañarnos Baki. – Se le quedó viendo algo preocupado. – ¿Baki, qué tienes amor?

 

         Eh, perdón Ryou, ¿qué me decías?

 

         ¿Sucede algo malo?

 

         No Ryou.

 

         Es que de pronto te quedaste muy pensativo y serio a la vez.

 

         Discúlpame por favor, mejor dime qué me estabas diciendo.

 

         Te daba las gracias por acompañarnos este día a ir con el médico.

 

         No tienes nada que agradecer amor.

 

Hubo un profundo silencio…

 

         Yo me iré a descansar a mi habitación para que ustedes se queden solos. – Rompió con aquel incómodo mutismo.

 

         Está bien Joey, descansa.

 

         Adiós amigo.

 

         Hasta luego chicos.

 

Una vez que se quedaron solos…

 

         ¿Me dirás lo que te sucede?

 

         No me pasa nada.

 

         Por lo visto no me tienes confianza al contarme tus cosas. – Manifestó con tristeza.

 

         No amor, no es eso, es sólo que…

 

         Bakura, si no quieres decírmelo está bien, no hay problema. – Lo interrumpió de golpe.

 

         No es eso Ryou.

 

         Baki, no quiero que te sientas presionado en contarme.


         Escúchame por favor.

 

         De acuerdo.

 

         Tengo un pequeño problema.

 

         ¿Por esa razón es que has estado muy callado y serio todo el día?

 

         Si.

 

         ¿Hay algo en lo que yo te pueda ayudar?

 

         Lo siento mucho amor, por el momento no hay nada que puedas hacer.

 

         Entiendo. – Bajó un poco la cabeza.

 

         Ryou, te agradezco mucho que quieras ayudarme…

 

         Y como no voy a querer si tú siempre has estado conmigo en las buenas y en las malas, y creí que esta vez te iba a poder ayudar en algo. – Lo volvió a interrumpir de golpe.

 

         Ryou, escúchame, déjame resolver este problema a mi manera, y si llego a necesitar un consejo te prometo que acudiré a ti.

 

         ¿Lo prometes?

 

         Claro que si mi amor. – Se le acercó para darle un beso en los labios. – Sabes una cosa.

 

         ¿Qué?

 

         Siento raro que alguien se preocupe por mí. – Le sonrió con ternura.

 

         No deberías de sentirte raro, recuerda que ya tienes a alguien que se preocupe por ti, y eso incluye también a Joey.

 

         Es verdad, me siento afortunado por tenerlo a él como amigo y a ti como mi novio. – El menor se ruborizó al escuchar las palabras de su novio. – Te amo mucho Ryou.

 

         Y yo a ti Baki.

 

Estaban a punto de besarse de nuevo, pero el sonido del timbre de la puerta los interrumpió…

 

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En algún lugar de Ciudad Domino…

 

Una joven estaba llegando a su casa algo preocupada, lo que había visto la dejó helada y no sabía que decisión tomar. Su cabeza era un mar de confusiones, por un lado su corazón le decía que debía de hablar, pero por el otro lado su mente le decía que tenía que callar.

 

         “No sé qué hacer, nunca me imaginé que Yami le estuviera siendo infiel a Yūgi, y lo peor que con nuestro amigo. Hay no, pobre Yūgi, que decepción más grande la que se va llevar si le cuento lo que vi, quizás lo más seguro es que no me va creer y me dirá que todo lo estoy inventando. Por esa razón es que decidí tomar algunas fotos. Rayos, sigo pensando que fue mala idea en ir a buscar a Yami para poder hablar con él, con eso de que había visto a Yūgi tan deprimido”… – Se sentó en la orilla de su cama mientras que seguía mirando el video en su celular. – “Estúpido Yami, ¿cómo puede hacerle eso a Yūgi? Aun sabiendo que él es el amor de su vida, será una noticia bastante devastadora para Yūgi. Ese Tristán, ¿cómo se le ocurre meterse con el esposo de su amigo? ¿En qué cabeza le cabe ser el amante de un hombre casado? Habiendo tantos hombres en el mundo no se pudo fijar en cualquier otro. Pero no culpo del todo a Tristán, vamos también a Yami que se atrevió a engañar a Yūgi, es que de verdad siento que ninguno de los dos merecen ser perdonados. Que rabia la que tengo, ambos están jugando con los sentimientos de Yūgi, creo que ahora comienzo a entender muchas cosas, sobre todo el comportamiento de Tristán hacia Yūgi y Joey, la pregunta es… ¿Por qué? Algo me decía que Tristán estaba tramando algo, ahora entiendo el por qué empezaba a vestirse con ropas de marcas, usar zapatos de marcas, y eso es porque el estúpido de Yami lo mantiene. Grrr… Definitivamente tengo que hacer algo, la verdad es que no sé qué hacer”. – Se quedó pensando por un buen rato. – Y si le pido un consejo a… ¡Eso es! Tal vez él me pueda ayudar a tomar una buena decisión.

 

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         Hola Joey, ¿puedo pasar?

 

         Adelante Ryou, pasa.

 

         Discúlpame por venir a molestarte.

 

         Descuida, no te preocupes.

 

         Vine avisarte que acaba de llegar tu hermana.

 

         Hazla pasar por favor.

 

         De acuerdo.

 

Al poco tiempo entraba una mujer a la habitación.

 

         Hola hermano, ¿cómo estás?

 

         Estoy bien Shizuka, y tú qué me cuentas.

 

Hubo un breve silencio que incomodaba al rubio…

 

         Joey, he venido para hablar contigo.

 

         Dime de qué se trata.

 

         Me siento muy apenada por lo que voy a decirte, pero…

 

         Shizuka, no te quedes callada por favor.

 

         Lo que pasa es que no quiero angustiarte, y no quiero que te vayas a sentir mal.

 

         Pues si no me dices nada me voy a preocupar.

 

         De acuerdo. – Suspiró profundamente para continuar con la conversación. – Joey, a mi pareja se le presentó un problema y me pidió que viajara a donde se encuentra para que pueda ayudarla.

 

         ¿Qué? ¿Piensas irte ahora?

 

         Lo siento mucho hermano.

 

         ¿Cuándo piensas irte?

 

         El próximo fin de semana.

 

         ¿Tan pronto?

 

         Si. – El rubio bajó la cabeza, sin embargo su hermana se la levantó para que lo viera a los ojos. – No estés triste, te prometo estar aquí antes de que nazcan mis sobrinos.

 

         Está bien hermana. – Intentó sonreírle un poco.

 

         Discúlpame por dejarte solo en un momento como este.

 

         No es necesario que te disculpes, entiendo que tienes que ir a ayudar a tu pareja.

 

         Muchas gracias por entenderlo Joey. Por cierto, cuando regrese de mi viaje te la voy a presentar.


         ¿Y tú crees que le simpatice?

 

         Claro que sí, eres un amor de hermano.

 

         ¿Y tu pareja es hombre o es mujer?

 

         Es una mujer Joey.

 

         ¿En serio?

 

         Sí, es en serio, y déjame decirte que le he hablado mucho de ti.

 

         Baia, no puedo creer lo que me estás diciendo.

 

         Pues créelo porque es la verdad.

 

         En ese caso dile que yo también ansío conocerla.

 

         Algo me dice que ustedes se van a llevar muy bien.

 

         Yo espero y tengas razón hermana.

 

         Bueno ya, cambiando de tema, cuéntame cómo te fue con el Doctor.

 

         Me fue muy bien.

 

         ¿Y ya te dio fecha de cuándo nacerán mis sobrinos?

 

         Si.

 

         Bueno, no te quedes callado y dime cuándo nacerán.

 

         El 14 de febrero.

 

         ¿QUEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEÉ? – Gritó de la emoción.

 

         ¿Por qué te sorprendes?

 

         Esa es la fecha en que mi pareja se me declaró, ay hermano es una bonita fecha. – Sonreía de lo feliz que se sentía.

 

         Lo sé, yo tampoco puedo creer que mis hijos nazcan en esa fecha. Aunque…

 

         ¿Qué ibas a decir?

 

         El Doctor Mahādo me dijo que era una fecha tentativa, que por ser primerizo lo más seguro es que mis hijos nazcan antes de tiempo.

 

         Te agradezco que me hayas dado esa información, así aprovecharé para terminar todos los pendientes que tengo y venirme lo antes posible para acá para poder estar contigo.

 

         Muchas gracias Shizuka.

 

         Tú no te preocupes por nada, yo te estaré llamando todos los días para ver cómo estás.

 

         No creo que sea para tanto.

 

         Nada de eso, quiero saber hasta el más mínimo detalle, no deseo perderme de nada.

 

         Está bien, se hará como tú digas.

 

         Muchas gracias Joey. – Le da un fuerte abrazo.

 

 

Continuará…

 

 


N/A: ¿Le estarán robando a Bakura? ¿Cómo solucionará este problema el albino mayor? ¿Quién habrá descubierto el secreto de Yami y de Tristán? ¿Se atreverá a decirle toda la verdad a Yūgi? ¿Cuál sería la reacción de Yūgi si se enterara de esta terrible verdad? ¿Volverá Shizuka a tiempo para el nacimiento de sus sobrinos? Todo esto y más lo iremos descubriendo en los siguientes capítulos, muchas gracias por haberme seguido desde el inicio de esta historia, no olviden dejar sus comentarios que yo con mucho les responderé. Cuídense mucho, pórtense bien y no salgan de casa al menos que sea estrictamente necesario. Protéjanse y cuiden muy bien de sus familias, nos vemos el próximo viernes.

 

Me despido cariñosamente de todos ustedes no sin antes dejarles muchos besos virtuales y un fuerte abrazo virtual. Katsuya aquí, Katsuya allá, una Katsuya los saludará… XD

 

Atte.:

 

               KAT.

 

 

 

 

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