SIN CACHORRO… NO HAY NAVIDAD…

Capítulo 71: La verdad sobre Bakura.

 

 

Declaimer: Noticia de último momento… “YU – GI – OH!, No es mío”… Mucho menos sus personajes… Son propiedad de su respectivo autor, pero toda la trama de esta historia si es creada por mí. Amo inventarles historias nuevas a mis queridos personajes, es una manera de expresar lo que siento, y tener la dicha de poderlo compartir con todos ustedes.  ^_^

 

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 Dos horas más tarde…

 

         ¡Noah, qué haces aquí!

 

         Hola Joey, ¿me dejas pasar?

 

         Si claro, pasa.

 

Una vez dentro…

 

         ¿Quieres algo de tomar? ¿O tal vez prefieras comer algo?

 

         No Joey, no te molestes, estoy bien así. – Se le quedaba viendo a su amigo de pies a cabeza, pudo notar que se miraba cansado, y que ya le costaba caminar y sentarse en el sillón. – ¿Estás bien?

 

         Sí, ahora dime a que debo el honor de tu visita.

 

         La verdad es que Mokuba me insistió en que te viniera a ver… “Lo siento mucho Joey, pero no puedo decirte la verdad”. – Esto último lo pensó para sí mismo.

 

         ¿Mokuba? – Se cuestionaba así mismo. – ¿Si te mandó eso quiere decir que Ryou tardará en llegar a casa, no es así?

 

         No sé qué te haya dicho Ryou.

 

         Casi nada, cuando me llamó por teléfono únicamente me dijo que iba a salir a almorzar con su novio.

 

         Entiendo.

         ¿Por qué siento que me estas ocultando algo?

 

         Como crees Joey, estas imaginando cosas. – Medio le sonrió.

 

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Estaban llegando a su destino, en cuanto el conductor terminó de parquearse apagó el motor de su vehículo. Durante todo el camino había reinado el silencio, el hombre se le quedó viendo a su acompañante notándolo que estaba nervioso por lo que decidió hablarle:

 

         Ryou.

 

         Eh… – Se asustó al escuchar su nombre, y únicamente lo volteó a ver sin decir nada.

 

         Ryou, discúlpame por haberte traído a mi departamento sin previo aviso.

 

         Está bien, no te preocupes, yo sólo…

 

         Ryou, escúchame por favor. – Lo interrumpió de golpe. – Antes de entrar a mi departamento te voy a pedir que no te vayas a asustar por las cosas que veas ahí dentro. – El joven abría los ojos como platos al escuchar a su novio.

 

         ¿Por qué me trajiste aquí? – Se atrevió a preguntar.

 

         Cuando terminemos de hablar, tendrás que tomar una decisión.

 

         ¿Por qué me dices todo esto? ¿Cuál es la decisión que debo tomar?

 

         Escúchame por favor. – Se atrevió a tocarle la cara suavemente. – He decidido decirte toda la verdad sobre mi vida.

 

         ¿Qué? – Cuestionó incrédulo.

 

         Así es Ryou, y la decisión que tomarás este día va ser si quieres seguir siendo mi novio o no.

 

El joven no podía creer lo que oía, parecía todo irracional que hasta podría ser mentira, y sin poderlo evitar sus ojos comenzaron a humedecerse.

 

         ¿Y si no quiero saber nada de ti? ¿Y si dejamos las cosas cómo están?

 

         Shhhh, no pequeño, no podemos dejar las cosas como están, sabía que este momento iba a llegar tarde o temprano, y lo mejor es terminar con esto de una vez por todas. – Con sus pulgares le secaba las lágrimas que salían de sus ojos. – Lo único que puedo pedirte es que no me vayas a odiar, ni me juzgues tan duramente.

 

         Está bien, voy a escucharte hasta el final.

 

         Muchas gracias Ryou, ahora entremos al departamento.

 

         Si.

 

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En algún lugar de Ciudad Domino…

 

Un hombre caminaba por uno de los pasillos de un restaurante lujoso, odiaba tener que ir a almorzar a esos lugares, sin embargo por esta ocasión no tuvo elección ya que se había llevado a cabo una reunión de negocios sumamente importante para él. En lo que se dirigía a la salida alcanzó a ver una mesa donde se encontraba una persona muy desagradable, por lo que decidió acercarse.

 

         Es usted una descarada. – Fue lo primero que dijo en cuanto se acercó al lugar.

 

         Baia, lo veo y no lo creo, ¿usted aquí? – Manifestó con sarcasmo.

 

         Por lo visto ya se aburrió de salir con el perro de mi esposo. – La fulminaba con la mirada.

 

         No sé de qué me está hablando. – Lo miraba de igual manera.

 

         Que cínica es usted, bien sabe de lo que le estoy hablando.

 

         Con todo respeto señor, no le voy a permitir que ofenda a mi amiga. – Intervino en la conversación la otra persona que también se encontraba en la misma mesa.

 

         Usted cállese y no se meta en lo que no le importa. – Respondió molesto.

 

         Tranquilízate por favor, déjame arreglar este problema. – La mujer se dirigió a su acompañante.

 

         De acuerdo, como tú digas.

 

         Desvergonzada, debería darle vergüenza que salga con uno y con otro.

 

         Yo puedo salir con quien se me dé la gana y usted no es nadie para meterse en mi vida.

 

         Atrevida, ya se le olvidó que se metió con ese perro.

La otra persona no entendía nada sobre la discusión que estaban llevando a cabo.

 

         Que yo sepa no me he metido con ningún perro, pero si se refiere a su esposo…

 

         Ex – esposo. – La interrumpió de golpe.

 

         Mire señor Kaiba, en vez de estarme reclamando a mí, ¿por qué no va a reclamarle a su esposo? Y de paso me lo saluda.

 

El CEO rechinaba los dientes de lo furioso que estaba, si no fuera porque se encontraba en un lugar público, hubiera armado tremendo escándalo con esa mujer.

 

         Es usted una mujerzuela barata, no hace otra cosa que revolcarse con cualquier pendejo que se le cruce en su camino.

 

         Escúcheme bien lo que le voy a decir, no permitiré que me siga faltando el respeto, así que tenga mucho cuidado con lo que dice.

 

         Ja, la que debería de tener cuidado es usted, y de una vez le digo que jamás les voy a perdonar el haberme engañado.

 

         Que equivocado está, nadie le ha hecho tal cosa y en vez de imaginarse cosas que no son le sugiero que vaya a ver a su esposo en vez de estar aquí buscando un culpable.

 

         Que le quede claro una cosa, a mí nadie me dice que hacer, y le advierto que va pagar muy caro por haberse atrevido a meterse con ese perro.

 

         Por si no lo sabía, ese perro del que, tanto habla es nada menos que…

 

         ES SU AMANTE. – Gritó exasperado. – NO ES NECESARIO QUE ME LO SIGA ECHANDO EN CARA, Y YA QUE LA VEO DE UNA VEZ LE DIGO QUE ESE MALDITO PERRO LO HE DEJADO EN LA VIL CALLE.

 

         Créame que esto que voy a decirle me dolerá más a mí que a usted… – Se levantó de la silla para tenerlo cara a cara. – Siento, una gran lástima por usted, pero la siento más por Joey por haberlo soportado tanto tiempo.

 

         ¿Cómo se atreve? Es usted una…

 

         Mire, ya escuché bastante tonterías departe suya, ahora si me disculpa me voy.

 

         Así que se va con el rabo entre las patas.

 

         No cabe duda que usted es un grandísimo idiota.

 

         ¿Qué fue lo que dijo?

 

         Me escuchó muy bien, y una última cosa, ojalá que nunca se arrepienta por lo que está haciendo.

 

         ¿Es una amenaza o es una advertencia?

 

         Tómelo como quiera, vámonos. – Le dijo a su acompañante.

 

         Si.

 

         Adiós señor Kaiba, y piense muy bien en lo que le he dicho.

 

En cuanto las personas se fueron, el CEO quedó bastante furioso, tuvo que tragarse su coraje para no terminar de armar un escándalo y no tuvo otra opción que irse del lugar.

 

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Un hombre había sido el primero en entrar a su departamento, detrás de le lo seguía un joven quien entraba todo nervioso, el lugar era lúgubre, obscuro, casi no tenía iluminación, además de eso habían muchas cosas extrañas tanto en las paredes como en el suelo, cualquiera que entrara a ese departamento no dudaría en salir corriendo de ahí, y para este joven hacia un gran esfuerzo por no hacerlo…

 

         Encenderé algunas luces. – Habló el dueño del lugar.

 

         Es… Está bien.

 

En cuanto las luces se encendieron, el joven tuvo que callar su propio grito para no llamar mucho la atención.

 

         Ryou, cálmate por favor, no tengas miedo.

 

         ¿Qué son todas estas cosas?

 

         Me gusta coleccionar toda clase de objetos raros y escabrosos, fíjate bien nada de esto es real.

 

         Lo siento mucho.

 

         Por eso te advertí que no fueras a tener miedo al entrar aquí.

         En verdad lo siento. – Tenía la mirada en el suelo.

 

         Tranquilo, no pasa nada, ven sígueme, iremos a la sala.

 

         Está bien.

 

Una vez que llegaron, ambos se sentaron en un sofá y uno de los presentes decidió iniciar con la conversación…

 

         Ryou, como te dije anteriormente, he decidido contarte la verdad sobre mi vida.

 

         ¿De verdad es necesario?

 

         Así es pequeño.

 

         ¿Por qué, no lo entiendo?

 

         Lo entenderás una vez que haya terminado de hablar.

 

         Pero…

 

         Por favor Ryou, entiende que para mí tampoco es fácil hacer esto, y si lo hago es porque no quiero que haya secretos entre nosotros y porque deseo que me ayudes a tomar una decisión.

 

         ¿Una decisión? ¿Cuál?

 

         Todas tus preguntas te las responderé a su debido tiempo.

 

Se escuchó un gran suspiro…

 

         De acuerdo, puedes continuar.

 

         Muchas gracias Ryou.

 

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         Me dirás, ¿quién era ese sujeto?

 

         Ese sujeto, es el esposo de mi hermano.

 

         ¿Qué?

 

         Tal como lo oyes Aaron.

         No entiendo por qué te acusa de ser la amante de su esposo.

 

         ¿Te acuerdas cuando te dije que iba a conocer a mi hermano?

 

         Claro que lo recuerdo, sin embargo eso pasó hace meses.

 

         Lo sé, pues resulta que ese día cuando lo fui a conocer, no me esperaba que también llegara su esposo temprano y como comprenderás…

 

         No me digas que los encontró juntos.

 

         Así es.

 

         Empiezo a comprender la situación, lo que no entiendo es por qué le dice perro a su esposo.

 

         Esa parte aun no me queda clara. – Medio le sonrió.

 

         Yo que tú le hubiera dicho que Joey es tu hermano.

 

         No viste que lo intenté, pero ese hombre no escucha de razones.

 

         Si ya me di cuenta, se puso agresivo y altanero contigo, afortunadamente supiste manejar la situación.

 

         Yo todavía me sigo preguntando qué le habrá visto mi hermano para que se casara con ese hombre.

 

         Shizuka, es mejor que no digas nada porque tú también tienes tu carácter.

 

         Ja, ja, ja, que gracioso me saliste.

 

         Oye, cambiando de tema.

 

         Si dime.

 

         ¿A qué horas sale tu vuelo mañana?

 

         A las 8:00 de la mañana.

 

         Y supongo que ya te despediste de tu hermano.

 

         Si.

 

         ¿Piensas volver?

 

         Por supuesto que sí, acuérdate que debo estar presente en el nacimiento de mis sobrinos.

 

         Es verdad, lo había olvidado.

 

         ¿Dónde andas la cabeza Aaron?

 

         No es mi culpa que se me olviden las cosas. – Manifestaba bromeando.

 

         Nunca vas a cambiar amigo.

 

         Creo que no, por cierto me saludas a Catherine.

 

         Claro que sí, yo le doy tus saludos.

 

         Hemos llegado.

 

         Muchas gracias por traerme.

 

         No fue nada, ¿quieres que pase por ti mañana?

 

         Si, algo de compañía no me caerá nada mal.

 

         En ese caso vendré por ti mañana al alba para llevarte al aeropuerto.

 

         Muchas gracias Aaron.

 

         Adiós Shizuka, cuídate mucho.

 

         Tú también.

 

 

Continuará…

 

 

N/A: ¿Cuál será la vida de Bakura? ¿Qué decisión tomará Ryou al final? ¿Hizo bien el neko en reclamarle a esa mujer? ¿Terminará por seguir el consejo que le dio la mujer? ¿Podrá Shizuka llegar a tiempo para el nacimiento de sus sobrinos? Todo esto y más lo iremos descubriendo en los siguientes capítulos, no deben perdérselos. Muchísimas gracias por todo su apoyo y por seguir esta historia de principio a fin, si tienen dudas no olviden dejarme sus comentarios que yo con mucho gusto les responderé.

 

Me despido cariñosamente de todos y cada uno de ustedes, cuídense mucho, valore lo que tienen y amen la vida, pero sobre todo, no salgan de casa sin la mascarilla, lleven consigo su botecito de alcohol gel, y saniticesen antes de entrar a sus hogares. Ahora sí, me despido no sin antes dejarles muchos besos virtuales y un súper mega abrazo virtual.

 

Atte.:

 

             KAT.