SIN CACHORRO… NO HAY NAVIDAD…

Capítulo 65: Trámites de divorcio… II parte.

 

 

Declaimer: Noticia de último momento… “YU – GI – OH!, No es mío”… Mucho menos sus personajes… Son propiedad de su respectivo autor, pero toda la trama de esta historia si es creada por mí. Amo inventarles historias nuevas a mis queridos personajes, es una manera de expresar lo que siento, y tener la dicha de poderlo compartir con todos ustedes.  ^_^

 

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Al día siguiente…

 

Un hombre de cabellos castaños y ojos azules, se encontraba en su oficina revisando documentos de su muy amada empresa, tan concentrado estaba hasta que el sonido del teléfono de su escritorio lo distrajo, cosa que lo molestó bastante.

 

         MÁS VALE QUE SEA IMPORTANTE, O LE ASEGURO QUE NO VOLVERÁ A ENCONTRAR TRABAJO EN NINGUNA PARTE DEL MUNDO. – Contestó de manera demandante, y furioso a la vez.

 

         Dis… Disculpe que lo llame señor Kaiba, aquí está un hombre que desea hablar con usted.

 

         ¿QUIÉN DEMONIOS ES? ¿QUÉ ES LO QUE QUIERE?

 

         Dice que es el abogado de su esposo.

 

El castaño abrió los ojos como platos, no se esperaba que su cachorro le mandara un abogado tan rápido.

 

         Está bien, hágalo pasar.

 

         Ssi… Sí señor.

 

Al colgar el teléfono, su mente comenzaba hacerse muchas preguntas…

 

         “Tal parece que ese perro quiere librarse rápidamente de mí. Ja, pero que ni crea que le daré semejante gusto a ese estúpido perro callejero, antes de divorciarme primero lo haré sufrir de manera lenta y dolorosamente, le haré pagar muy caro su infidelidad”. – El sonido de la puerta abriéndose lo sacó de sus pensamientos y se sorprendió de sobre manera al ver a la persona que estaba entrando.

         Buenos días señor Kaiba.

 

         Eran buenos hasta que llegó usted.

 

         Le aseguro que no le quitaré mucho tiempo.

 

         Antes dígame una cosa.

 

         Usted dirá.

 

         ¿Por qué un hombre de su calibre decide abogar por un perro muerto de hambre?

 

         Con todo respeto señor Kaiba…

 

         Sé muy bien que él no tiene dinero para pagar un abogaducho mediocre, mucho menos lo va a tener para pagar sus servicios Pegasus. – Lo interrumpió de golpe. – Al no ser… Que ese maldito perro haya decidido pagarle con especies. – Lo miraba de manera intimidante a los ojos.

 

         No le permitiré que ofenda a mi cliente, mucho menos que me ofenda a mí. – Lo miraba de igual manera. – Así que le voy a pedir…

 

         Usted no tiene ningún derecho de pedirme nada, y si se ofende por lo que le digo es su bendito problema.

 

Ninguno de los dos quería dar su brazo a torcer, ambos solían tener el mismo carácter y no se dejaban intimidar tan fácilmente.

 

         Mi querido Kaiba, tengo mis razones del por qué decidí defender a su esposo.

 

         Ex – esposo. – Volvió a interrumpirlo de golpe.

 

         Aún no están divorciados. – Le respondió con sarcasmo.

 

         Vaya al grano. – Manifestó arrogante.

 

         Su esposo, acepta ciertas condiciones sobre su demanda, y si usted está de acuerdo con eso, puedo asegurarle que ambos se divorciarán rápidamente.

 

         Creo que mi abogado fue muy claro al escribir esa demanda de divorcio, y si él no acepta yo no estaré dispuesto a darle el divorcio tan fácilmente.

 

         Mi querido Kaiba, no haga las cosas tan difíciles, acepte los términos de mi cliente para que usted quede libre de él.

         ¿Y qué le hace suponer que yo quiero librarme de ese perro callejero?

 

La otra persona se sorprendió un poco al escuchar la pregunta, por un momento no supo qué contestar.

 

         No lo estoy suponiendo, lo afirmo debido a la notificación que su abogado le mandó a mi cliente.

 

         En ese caso ha venido a perder su tiempo, como ya le dije anteriormente, si él no acepta mis términos no le daré el divorcio tan fácilmente.

 

         Por lo visto no quiere llegar a un acuerdo.

 

         Mientras ese perro no acceda, no llegaremos a nada.

 

         ¿Es su última palabra?

 

         Si.

 

         Bien, me ha obligado a llevar este caso ante un juez.

 

         Hágalo, por mí no hay ningún problema. – Expresó de manera confiada.

 

         Me retiro por ahora, no sin antes decirle que volveré a visitarlo.

 

         Como quiera.

 

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En algún lugar de Ciudad Domino…

 

         “Soy tan feliz, por primera vez Yami pasó la navidad conmigo, y no solamente eso sino que además me compró una bonita esclava de oro blanco como regalo de navidad, y como una disculpa por haber arruinado el viaje a Tokio”. – Pensaba un hombre quien se encontraba acostado en su cama. – “Yami, te amo tanto, y a la vez te odio por haberte casado con Yūgi, eso es algo que nunca te perdonaré. Desde que íbamos en la escuela siempre estuve enamorado de ti, soñaba con que algún día tu fueras mío, que íbamos a casarnos para poder vivir felices, pero nunca me imaginé que amarías a Yūgi. Y lo peor es que te casaste con él, eso me rompió el corazón, me sentí decepcionado y traicionado por mi mejor amigo, jamás olvidaré ese día cuando estaba a punto de declarármele”.

 

FLASH BACK

 

         “Ahora es cuando”… – Pensaba para sí mismo un joven alto, pelo castaño y ojos marrones. – “No seas cobarde Tristán, tienes que decirle lo que sientes por él, sé que me quiere mucho como amigo, pero si le digo que estoy profundamente enamorado de él estoy seguro que algún día podría amarme tanto como yo. ¿Y si me rechaza? ¿Qué tal si me dice que lo nuestro no va a funcionar? No, no, no, deja de pensar en estupideces Tristán y hazlo de una vez”. – Estaba llegando al lugar donde el tricolor mayor solía comer su almuerzo, en cuanto llegó no se esperaba que estuviera con… – “¿Qué hace Yūgi aquí? ¿A qué habrá venido? Me acercaré un poco más para saber de qué están hablando”.

 

         ¿Yami, para qué me citaste en este lugar?

 

         Yūgi, hay algo que he querido decirte y no había tenido el valor de hacerlo.

 

         Pues dime, ¿de qué se trata?

 

         Yūgi, hace un año que estoy enamorado de ti, y quiero pedirte que seas mi novio.

 

La otra persona se petrificó al escuchar la declaración de su amor platónico, cerró fuertemente sus ojos deseando con todas sus fuerzas que su amigo lo rechazara.

 

         ¿Yūgi, aceptas ser mi novio?

 

         ¿Es en serio lo que me estás diciendo?

 

         Así es.

 

         En ese caso si acepto Yami, acepto ser tu novio.

 

         ¿De verdad?

 

         Sí, porque yo también estoy profundamente enamorado de ti.

 

         Yūgi, no tienes idea de lo feliz que me has hecho. ¿Me dejas darte un beso? – Se ruborizó ante la pregunta que le estaba haciendo.

 

         Si Yami, bésame.

 

Ambos se besaron en los labios y el beso no tardó en convertirse en uno apasionado, en cambio la otra persona que los observaba lloraba amargamente viendo como su amigo le arrebataba al amor de su vida.

 

         Juro que esto no se quedará así, juro que un día Yami estará conmigo y no contigo Yūgi. – Fue lo último que susurró antes de irse de ahí.

FIN DEL FLASHBACK

 

         Al pasar los años, no me quedó de otra que ser su amante, y desde entonces él ha estado conmigo, aunque sea por poco tiempo. Pero no me importa, porque sé que algún día Yami se va a divorciar de Yūgi para luego casarse conmigo. Le demostraré a Yami que cometió el gran error de haberse casado con Yūgi y no conmigo, solamente espero tener la oportunidad de gritarle a los cuatro vientos que Yami y yo somos esposo. – Se levantó de la cama para caminar en dirección hacia una mesita que había en su habitación, ahí tenía un portarretrato con la foto de Yami, la agarró y posteriormente le dio un beso. – Tú vas a amarme mi querido Yami.

 

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Horas más tarde…

 

         Hola Joey.

 

         Hola Ryou, ¿cómo te fue en tu trabajo?

 

         Muy bien, desde que Mokuba empezó a ayudarme me he puesto al día con todo.

 

         Me alegra saberlo amigo.

 

         Y no sólo eso, sino que además puedo estar contigo por las tardes.

 

         Muchas gracias amigo.

 

         No hay nada que agradecer, y dime cómo te has sentido.

 

         Algo cansado, pero estoy bien.

 

         Todavía no puedo creer que ya estas a punto de dar a luz.

 

         Aún falta algunos meses.

 

         Pero que dices Joey, dentro de poco cumplirás los ocho meses y después de eso ya sólo te quedará un mes.

 

         Es verdad, que rápido pasa el tiempo.

 

         Tienes toda la razón. Por cierto, ¿no te ha llamado tu abogado?

 

         Todavía no, pero creo que a estas alturas ya debe de haber hablado con Seto. – Respondió melancólico.

         ¿De verdad piensas divorciarte de él?

 

         La verdad es que no me gustaría hacerlo, si tan sólo hubiera una manera de salvar mi matrimonio…

 

         Hey, no pongas esa carita, estoy seguro que si tu esposo se enterara que estás encinta no dudaría en venirte a buscar para pedirte perdón.

 

         ¿De verdad piensas eso?

 

         Claro que sí, imagínate la cara de sorpresa que pondría al saber que vienen al 2x1.

 

El rubio se rio al escuchar las ocurrencias de su amigo.

 

         Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ay Ryou, ya me hiciste reír.

 

         Ese era mi objetivo. – Le sonreía tiernamente.

 

         Muchas gracias amigo.

 

         No hay de que, porque no te vas a descansar un rato en lo que yo preparo el almuerzo.

 

         Pues déjame decirte que ya lo tengo listo.

 

         ¿Queeeeeeé? Pero…

 

         Nada de peros y vamos a comer.

 

         Está bien.

 

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En algún lugar de Ciudad Domino…

 

Un joven de cabellos negros, ojos azules, se encontraba en una pequeña oficina arreglando unos documentos, al parecer tenía mucho trabajo por hacer, tan concentrado estaba cuando el sonido de su celular lo desconcentró.

 

         Hola mi amor.

 

         Hola bebé, te llamaba para preguntarte si vas a venir a la casa a almorzar.

 

         Lo siento mucho Noah, tengo mucho trabajo que hacer.

         Entiendo.

 

         Perdóname por favor, te prometo que haré todo lo posible para ir mañana.

 

         Eso no va ser necesario. – Su voz se había escuchado muy seria.

 

         ¿Por qué? – Cuestionó algo preocupado.

 

         Si sales lo vas a entender.

 

El joven no entendía las palabras de su novio, así que optó por salir de la oficina.

 

         ¡Noah, no puedo creerlo! ¡Estás aquí!

 

         Hola amor. – Le da un beso en los labios. – Quise darte una sorpresa.

 

         Aaaawwww, y baia que me la diste mi amor. – Sus mejillas se ruborizaron.

 

         Supuse que tenías mucho trabajo, por esa razón es que decidí traerte el almuerzo para que pudiéramos comer juntos.

 

         Eres un encanto mi amor, muchas gracias.

 

         ¿A dónde te gustaría comer?

 

         Lo mejor será que comamos en mi oficina.

 

         De acuerdo.

 

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Mansión de la familia Ishtar…

 

Un hombre estaba llegando a su residencia, y cuando cruzaba la puerta era recibido por un pequeño niño que se le tiraba encima.

 

         ¡Papi!

 

         Hola mi niño hermoso, ¿cómo estás?

 

         Contento de que hayas venido. – Le sonreía y a la vez se le prendía a sus piernas como si fuera una garrapata.

 

         Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, y yo estoy muy contento de verte mi amor.

 

         Shādī, suelta a papá, deja que termine de entrar a la mansión. – Intervino otra persona.

 

         No, no quiero. – Contestaba haciendo un puchero como si estuviera molesto.

 

         Por lo visto no me va soltar.

 

         Eso te pasa por consentirlo tanto.

 

         Oh vamos, eso no es verdad. – Se agachaba para poder cargar al niño en sus brazos. – Ven acá pequeño travieso.

 

         Te quiero mucho papi.

 

         Y yo a ti mi niño. – Después de darle un beso en la frente lo bajó en el suelo.

 

         ¿Shādī, por qué no vas a dejarle el portafolio a su habitación?

 

         Si pamita, voy enseguida.

 

Cuando el niño se fue, los adultos se fueron a la sala a conversar un rato.

 

         ¿Cómo te fue mi amor?

 

         Me fue muy bien.

 

         Anoche ya no pude preguntarte si lograste llevar a tu amigo para que hablara con Joey.

 

         Si, si pude llevarlo.

 

         ¿Qué fue lo que ocurrió?

 

         Le dije a Joey que le contara toda la verdad a su abogado.

 

         ¿Y lo hizo?

 

         Si.

 

         ¿Y el señor Pegasus qué fue lo que te dijo cuando vio a Joey embarazado?

 

         Estaba por preguntarme si ese bebé era de Seto.

 

         Espero que le hayas dicho que sí.

 

         Claro que si amor, sólo que hay un problema.

 

         ¿Cuál?

 

         Seto, tiene que saber que su pareja está embarazado antes de divorciarse.

 

         No puede ser… – Fue lo único que pudo decir ante lo que su esposo le estaba contando.

 

 

Continuará...

 

 

N/A: ¿Por qué el neko le gusta hacer las cosas tan difíciles? ¿Les gustaría que ellos se separaran? ¿Quién saldrá ganando, el orgullo o el amor? ¿Logrará Tristán quedarse con Yami? ¿Podrá Yūgi descubrir que su pareja le está siendo infiel? Todo esto y más lo iremos descubriendo en el próximo capítulo, los invito para que no se pierdan la continuación de esta interesante historia. No olviden dejar sus cometarios que yo con mucho gusto les responderé.

 

Me despido cordialmente de cada uno de ustedes, no sin antes decirles que no salgan de sus casas al menos que sea estrictamente necesario, pónganse siempre sus mascarillas y lleven consigo su botecito de alcohol gel, y antes de entrar a sus casas saniticesen bien. Muchas gracias a todos por todo su apoyo y por tomarse su tiempo en leer mis historias, les mando muchos besos virtuales y un fuerte abrazo virtual.

 

P.D.: Hasta aquí hemos llegado con el mini especial navideño, espero que les haya gustado, si desean otro mini especial para el 31 de diciembre háganmelo saber a través de sus cometarios que yo con mucho gusto les responderé. Les deseo a todos y cada uno de ustedes que tengan una feliz navidad y próspero año nuevo, pásenla bien en familia y amigos. Son los sinceros deseos de su escritora quien los quiere mucho…

 

                                            KATSUYA.