jueves, 31 de diciembre de 2020

SIN CACHORRO… NO HAY NAVIDAD…



Capítulo 69: Secreto al descubierto… II parte.

 

 

Declaimer: Noticia de último momento… “YU – GI – OH!, No es mío”… Mucho menos sus personajes… Son propiedad de su respectivo autor, pero toda la trama de esta historia si es creada por mí. Amo inventarles historias nuevas a mis queridos personajes, es una manera de expresar lo que siento, y tener la dicha de poderlo compartir con todos ustedes.  ^_^

 

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Al día siguiente…

 

En una mansión, un hombre se despertaba de muy mal humor, se sentó en la orilla de su cama y miró el reloj electrónico que tenía sobre la mesita de noche, este marcaba las seis de la mañana. Bufó molesto al ver la hora, luego se levantó de la cama para poderse ver a un espejo que había en la habitación, en cuanto se acercó al espejo se sorprendía de sobre manera de cómo se veía, estaba un poco pálido, tenía ojeras, su cara reflejaba cansancio, sin mencionar que le dolía horriblemente la espalda.

 

         Estúpido Doctor, no sirve para nada, las pastillas que me dejó solamente ha hecho que mi salud empeore, antes eran náuseas y mareos, y ahora… – Se quedó pensando el por qué se había enfermado en tan sólo algunos meses. – En ocasiones siento que me falta el aire, suelo tener indigestión, casi no logro conciliar el sueño, siento que la espalda me está matando, tengo antojos absurdos, fatiga, voy constantemente al baño, y por si eso fuera poco, todas las noches me entra un apetito sexual incontrolable y eso provoca que tenga sueños húmedos con ese estúpido perro. Demonios, ¿qué me estará pasando? Desde que ese imbécil se fue siento que mi vida ha cambiado, ya nada es como antes, y todo por culpa de ese perro que se atrevió a engañarme, se atrevió a poner todo mi mundo boca abajo. Debo de tranquilizarme, y analizar bien la situación del por qué me está pasando todo esto, definitivamente esto no es normal, siento una extraña sensación como si alguien me estuviera llamando, como si algo me faltara. – Volvió a sentarse en la orilla de la cama. – Rayos, odio sentirme vulnerable, detesto sentirme inseguro y nervioso a la vez. Pero que estúpido soy al estarme preocupando por cosas sin sentido, lo mejor será que me olvide de todo esto, y que no preste atención a nada, ni siquiera prestaré atención a mi cambio de humor, me enfocaré en trabajar y en hacer crecer más mi empresa, la haré tan imponente que todos me la van a envidiar. – Medio sonrió de lado levantándose de la cama y sintiéndose más seguro de sí mismo decidió ir al baño a bañarse para después arreglarse e irse a trabajar.

 

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         Buenos días Joey.


         Buenos días Ryou, siéntate por favor en lo que te sirvo el desayuno.

 

         Muchas gracias Joey, me disculpo por haberme quedado dormido.

 

         No te apenes por eso amigo, sé que anoche llegaste muy cansado, casi no cenaste y te fuiste a acostar.

 

         Lo sé.

 

         ¿Tuviste mucho trabajo?

 

         Si.

 

En lo que le terminó de servir, se sentó en la mesa para comenzar a comer.

 

         Ayer te ha de haber hecho mucha falta Mokuba.

 

         ¿Cómo sabes que no llegó?

 

         Porque estuvo aquí junto con Noah.

 

         Ya veo, me alegra saber que no te quedaste solo durante el día.

 

         Gracias por preocuparte.

 

         ¿Sobre qué hablaron?

 

         De muchas cosas, le conté que mi hermana se va este fin de semana.

 

         ¿Qué fue lo que te dijo?

 

         Al principio como que no le agradó la idea de que se fuera, pero luego se fue calmando y me dijo que todo le saliera bien a Shizuka.

 

         ¿Y tú cómo te sientes con todo esto?

 

         No voy a mentirte, siento que me va ser mucha falta.

 

         Animo, verás que rápido pasa el tiempo y cuando menos lo esperes ella estará contigo en el hospital.

 

         Gracias por animarme Ryou. – Medio le sonrió. – Sabes una cosa.

 

         ¿Qué?

 

         Todavía no puedo creer que ya sólo me falta un mes para que nazcan mis hijos.

 

         Es cierto, el tiempo sí que pasa volando.

 

         Yo estoy muy agradecido contigo por haberme invitado a tu departamento, sin ti no sé qué hubiera sido de mi vida.

 

         Hey, no digas eso, puedo asegurarte que hubieras buscado la manera de salir adelante tu solo.

 

         Tienes razón, aun así me siento feliz de convivir contigo.

 

         Gracias Joey.

 

         Discúlpame, creo que me estoy poniendo muy cursi.

 

         No te preocupes, es debido a tu embarazo que cambias de humor.

 

         Oye, hablando de eso, se me ha hecho muy raro que no haya sentido mucho los síntomas del embarazo. Ya no te acuerdas cuando fui por primera vez al hospital.

 

         Como olvidarlo Joey, lo recuerdo como si fuera ayer, pero en algo tienes razón, yo creo que por ser primerizo casi no has notado esos cambios.

 

         ¿Tú crees eso?

 

         No estoy muy seguro, lo mejor es que ya no pienses en eso Joey.

 

         Está bien.

 

         Cambiando de tema, he estado pensando hablar con Bakura.

 

         ¿Y sobre qué?

 

         Con eso de que ya casi estas en la recta final, no me gusta dejarte solo en casa, así que le voy a pedir que me permita trabajar aquí, y que iré a la oficina al menos una vez por semana.

 

         No puedes hacer eso.

 

         ¿Por qué no?

 

         Pensará que estas abusando de su amabilidad, él nos ha ayudado mucho a salir adelante.

 

         Creo que tienes razón, no lo había pensado.

 

         Ryou, te agradezco que te preocupes por mí, pero no quiero que te distraigas en tu trabajo, además, si me llego a sentir mal te llamaré inmediatamente.

 

         De acuerdo Joey.

 

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         Buenos días Tea.

 

         Buenos días Yūgi, ¿puedo pasar?

 

         Si claro, pasa.

 

         Gracias. – Al entrar, miraba a su alrededor dándose cuenta de que en la mansión no había ni un sirviente. Tan metida estaba en sus pensamientos que la voz de su amigo la sacó de ellos. – Perdón Yūgi, ¿qué me decías?

 

         Te estaba preguntando, ¿a qué has venido?

 

         Yūgi, necesitamos hablar. – La chica se le quedaba viendo a su amigo, lo miraba algo extraño, un poco pálido y delgado, y su mirada ya no era la misma.

 

         Pasemos a la sala.

 

         De acuerdo.

 

Al llegar al lugar se formó un silencio bastante incómodo.

 

         Yūgi, ¿dónde están los empleados?

 

         Yami tuvo que darles vacaciones.

 

         ¿A todos ellos? – Cuestionaba asombrada.

 

         Si, ¿qué tiene de malo?

 

         ¿Quién se encarga del aseo de la mansión?

 

         Yo.


         ¿No crees que es mucho trabajo para ti solo?

 

         No creo que hayas venido hasta acá para cuestionarme sobre mi vida. – Evadió la pregunta, un poco molesto.

 

         Déjame decirte que si he venido a eso.

 

         De una vez te digo que no tienes ningún derecho a meterte en mi vida.

 

         Yūgi, necesito que te calmes, si estoy aquí es porque me preocupo por ti.

 

         Lo siento mucho Tea.

 

         Yūgi, ¿Yami te trata mal cierto?

 

         Yo…

 

         ¿Cuántas veces te ha estado golpeando?

 

         ¡ESTÁS LOCA! – Exclamó histérico. – YAMI ES INCAPAZ DE LASTIMARME.

 

         Yūgi, ya no lo defiendas, sé que él te ha estado lastimando.

 

         No sé de qué estás hablando.

 

         Ayer por la tarde te fui a buscar a tu trabajo, y uno de tus ex – compañeros me contó que tú ya no trabajas ahí y que además habían días en que llegabas todo golpeado.

 

         Esa persona no debió de decirte nada, solamente te dijeron puras mentiras.

 

La mujer trataba de tranquilizarse, ver a su amigo tan abatido le preocupaba bastante.

 

         Si me dijeron puras mentiras entonces… – Se levantó del sillón para caminar en dirección a donde su amigo estaba.

 

         ¿Qué vas hacer? – Preguntaba algo nervioso.

 

         Si hago esto no te va doler. – Le dio una pequeña palmada en su hombro.

 

         ¡AUCH! ESO DUELE. – Le gritó molesto.

 

         Lo sabía. – Manifestaba en lo que le levantaba la camisa abriendo los ojos a más no poder al ver los múltiples golpes que le alcanzó a ver. – Yūgi.


         Tienes razón. – Comenzaba a llorar. – Últimamente Yami, ya no es el mismo de antes.

 

         Hace cuánto que cambió.

 

         Hace como dos años… Snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif… Al principio era indiferente conmigo, todo le molestaba, empezó por llegar tarde a casa y se excusaba diciéndome que había tenido mucho trabajo… Snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif… Poco a poco dejó de hacerme el amor, y cada vez se alejaba más de mí… Snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif…

 

         ¿Cuándo comenzó a golpearte?

 

         El año pasado se volvió más violento… Snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif… Me prohibía muchas cosas, como salir, ya no me dejaba reunirme con ustedes… Snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif… Y ahora me hizo renunciar a mi trabajo, me dijo que mi deber era mantener la casa limpia y recibirlo cada vez que él llegara… Snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif…

 

         Yūgi. – Le dolía ver a su amigo como sufría. – Yūgi, tienes que detener esto, no puedes permitir que te siga lastimando de esta manera.

 

         Tú tenías razón Tea cuando me dijiste que él no se iba a detener una vez que comenzara a golpearme… Snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif… Snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif… Snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif…

 

         ¿Tienes alguna idea del por qué ha cambiado tanto?

 

         No.

 

         Lamento decirte esto, pero… – Se quedó callada por un segundo.

 

         ¿Pero qué? Habla Tea, qué ibas a decirme.

 

         ¿Qué harías si supieras que Yami tiene un amante?

 

         ¿Un amante? ¿De qué estás hablando? Yami no puede serme infiel, él me ama, sé que todavía me ama.

 

         No Yūgi, el dejó de amarte hace mucho tiempo.

 

         MIENTES, ESTÁS MINTIENDO. – Gritaba furioso.

 

         Escúchame por favor.

 

         NO, NO PIENSO ESCUCHARTE, QUIERO QUE TE LARGUES EN ESTE MISMO INSTANTE.

 

         No me iré de aquí hasta que me escuches.

 

         LÁRGATE TEA, NUNCA DEBÍ DE HABERTE DICHO NADA.

 

         Yūgi por favor.

 

         NO ME TOQUES.

                                              

         Bien, tendrás que escucharme aunque tú no quieras.

 

         DE SEGURO HAS VENIDO A CALUMNIAR A YAMI, SON PURAS MENTIRAS LAS QUE ME DIRÁS.

 

         No Yūgi, todo lo que voy a decirte va ser la pura verdad, allá tú si me crees o no.

 

         HABLA DE UNA VEZ PARA QUE TE LARGUES.

 

         Como te dije antes, Yami tiene un amante y lo peor es que se trata de uno de nuestros amigos.

 

         ¿Qué? – Volvía a llorar de nueva cuenta, creía que lo que su amiga le estaba diciendo no era más que mentiras.

 

         Así es Yūgi, y lo creas o no, Tristán es el amante de tu esposo.

 

         Noooo… Snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif… No puede ser… Snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif… No es cierto, todo es mentiras, tú lo estas inventando todo, no entiendo, ¿qué ganas con decirme todas estas cosas?

 

         Cálmate Yūgi, sabía que no me ibas a creer, por esa razón es que decidí grabarlos y tomarles algunas fotos. – Sacaba el celular de su cartera, mientras miraba a su amigo todo devastado, como si todo su mundo se le hubiera venido abajo.

 

 

Continuará…

 

 

 

 

N/A: ¿Qué hará Yūgi al saber la verdad? ¿Le creerá a su amiga todo lo que le está diciendo? ¿Por qué estará enfermo el neko? El final está muy cerca mis queridos amis, lectores y público en general, ¿Cómo terminará esta historia? ¿Quieren un final feliz, o quieren un final triste? ¿Llegará Shizuka a tiempo para el nacimiento de sus sobrinos? ¿Quedarán juntos nuestros protagonistas? Todo esto y más lo iremos averiguando en los próximos capítulos, no deben perderse del gran final de esta interesante historia. Mil gracias por acompañarme desde el inicio, por sus comentarios, por tomarse su tiempo para leerla y por visitar mi blog, muchas, muchas, muchas gracias a todos ustedes. No olviden dejar sus comentarios, opinen como terminará todo esto, sus sugerencias son muy importantes para mí.

 

Me despido cariñosamente de todos y cada uno de ustedes, no sin antes dejarles muchos besos virtuales, y un fuerte abrazo de oso virtual. Y recuerden que no deben de salir de sus casas al menos que sea estrictamente necesario, los que salen a trabajar no olviden llevar su mascarilla puesta, llevar su botecito de alcohol gel y lavarse constantemente las manos.

 

Katsuya aquí, Katsuya allá… Una Katsuya los saludará…

 

Atte.:

 

             KAT.

 

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