LA LEYENDA DEL MONSTRUO DE OJOS ROJOS…

Capítulo 51: Cambios…

 

 

Notas del capítulo: La palabra cambio denota la acción o transición de un estado inicial a otro diferente, según se refiera a un individuo, objeto o situación. También puede referirse a la acción de sustituir o reemplazar algo.

 

Cambio es un término que deriva del verbo cambiar, que a su vez surgió del latín cambium, que significa “acción o efecto de cambiar”.

 

Algunos sinónimos que se pueden asociar a la palabra cambio son: reemplazo, permuta, cambalache, trueque, mudanza, transformación, variación, modificación, monedas, entre otros.

 

Como se han podido dar cuenta, la definición de cambio/s tiene muchas variantes. Si me dispongo a explicar cada una de ellas considero que no acabaría nunca de escribir este capítulo. Por lo que me concentraré en lo que es importante.

 

Todos los seres humanos solemos tener varios tipos cambios, tal es el caso cuando nos mudamos de casa, trabajo, país, parejas, etc. pero también, sufrimos cambios a medida que vamos creciendo. Incluso nuestro cuerpo empieza a cambiar y esos cambios se van notando a simple vista. He escuchado por ahí que algunos de estos cambios pueden ser desagradables para algunas personas, porque no están satisfechos como se va desarrollando su cuerpo. Lo cierto es que todos tenemos que estar conformes cuando comenzamos a desarrollarnos, tenemos que recordar que algunos desarrollan antes de tiempo y otros desarrollan más adelante.

 

En la vida, los cambios que vamos teniendo pueden ser muy buenos para nosotros mismos, y lo único que debemos de hacer es estar orgulloso de como nuestro cuerpo se va desarrollando poco a poco hasta llegar a la etapa adulta de nuestras vidas…

 

 

Declaimer: Como siempre… Bla, bla, bla, bla, bla, bla… Los personajes de YU – GI – OH!, “No me pertenecen”… Chiquiris maquiris, son propiedad de su respectivo autor, abra cadabra, solamente lo hago porque me encanta escribir, y que ustedes se diviertan de mis locuras… Es mi manera de expresar lo que siento, y tener la dicha de poderlo compartir con todos mis lectores…

 

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Mes y medio después…

 

Dos hombres conversaban algo preocupados tratando de encontrar una solución ante un problema que tenían en común…

 

         ¿Hasta cuándo seguirán con esta locura?

 

         Hasta que uno de los dos admita que se equivocó.

 

         Eso no pasará porque ambos sabemos que los dos son unos cabezas duras.

 

         Cálmate por favor Arthur.

 

         Lo siento mucho amigo. – Decidió sentarse en el sofá.

 

         Creo que todo esto es mi culpa. – Intervino en la conversación otra persona

 

         No te sientas culpable por lo que pasó, Shādī.

 

         Pero…

 

         Tarde o temprano esto tenía que ocurrir.

 

         Arthur, tiene toda la razón. Si no hubieras hecho ese entrenamiento de supervivencia, jamás nos hubiéramos enterado que Yūgi no puede trabajar en equipo.

 

         Y que además, a mi hija no le gusta que le den órdenes.

 

         Y es por esa razón que ellos discutieron fuertemente a tal punto que ahora no se hablan.

 

         Sí, pero, ya ha pasado más de un mes en que ellos siguen sin hablarse. Una amistad de años no se puede perder así nada más.

 

         No te preocupes muchacho, entre mi amigo y yo, hemos pensado en un plan.

 

         ¿Cuál es el plan?

 

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Unas personas conversaban dentro de una oficina y en lo que lo hacían trataban de buscar una solución a un pequeño problema que empezaban a observar.

 

         Lo que me dices es una locura.

 

         Claro que no y tú bien lo sabes.

         Creo que estas exagerando.

 

         ¿Exagerando dices? ¿Te parece que exagero cuando el médico me entregó sus resultados?

 

         Eso no significa nada.

 

         Por un demonio Yami, por qué no te quieres dar cuenta que esa criatura podría ser peligrosa en un par de años más adelante.

 

         ES SOLAMENTE UN NIÑO, SETO. – Gritó desesperado.

 

         PERO ESE NIÑO CRECERÁ, Y CUANDO TE LLEGUES A DAR CUENTA VA A TENER UN TAMAÑO COLOSAL.

 

         Seto, escúchame por favor…

 

         No, escúchame tú a mí, Yami.

 

         De acuerdo, te escucho.

 

         Hace algunos días atrás estuve hablando con él.

 

         Continúa por favor.

 

         Para empezar, su comportamiento deja mucho que desear.

 

         Eso es porque…

 

         Ya sé el por qué se comporta así.

 

         ¿En serio? – Se cruzó de brazos en lo que lo miraba directamente a los ojos.

 

         Si, y eso es porque casi toda su vida su padre no lo ha sabido disciplinar. En otras palabras lo ha dejado que se desenvuelva solo como si realmente fuera un animal salvaje. Esa criatura nunca ha ido a una escuela, no tiene modales, no sabe comportarse en la mesa, le cuesta mucho trabajo permanecer como un humano, todo el tiempo lo han tenido encerrado, y su padre lo ha sometido a diferentes entrenamientos que fueron muy crueles para él.

 

         Por lo mismo tanto tú tienes que comprenderlo.

 

         Créeme que puedo comprenderlo, aun así considero que debemos de encontrar a su padre para devolvérselo.

 

         ¿Qué fue lo que dijiste?

 

         Ya me oíste.

 

         No puedes estar hablando en serio.

 

         Por supuesto que hablo muy en serio.

 

         ¿Por qué? Él no quiere volver con su padre.

 

         Yami, escúchame por un demonio, la fiebre que le dio no fue normal. – Se quedó callado por un segundo. – Cuando recobró la consciencia le hice algunas preguntas.

 

         ¿Cómo cuáles?

 

         Le pregunté cuántos años tenía y el me respondió que acababa de cumplir 15 años.

 

         ¿Cuál es tu punto?

 

         El punto es que cada cierto tiempo, el sufre cambios en su cuerpo. En otras palabras, a medida que va creciendo sus poderes también se van fortaleciendo.

 

         Oh vamos, lo que me dices es absurdo.

 

         No, no lo es. Y no es la primera vez que le sucede algo así.

 

         Si no es la primera vez que le sucede, eso quiere decir que ya le ha pasado antes.

 

         Si.

 

         Y supongo que ha sabido controlar esos cambios.

 

         Te equivocas, es su padre quien le enseña a cómo tiene que controlarlos.

 

         ¿Insinúas que Joey no puede controlar sus poderes?

 

         ¡Exacto!

 

         Ay por favor, si tú mismo me acabas de decir que su padre lo ha maltratado toda su vida, y que lo ha sometido a fuertes entrenamientos.

 

         ERES UN IDIOTA. – Gritó molesto.

 

         YO NO SOY NINGÚN IDIOTA. – Lo miraba enojado.

 

         Si no lo eres, entonces deja de comportarte como uno.

 

         A ver sabelotodo, dime por qué crees que soy un idiota.

 

         Porque no te das cuenta de la situación. Comienzo a sospechar que su padre lo ha estado entrenando por alguna razón.

 

         Si, como no, sólo falta que me digas que Joey se convertirá en una amenaza para nosotros.

 

         Pues sí, eso es exactamente lo que pienso.

 

         Oh vamos Seto, si eso fuera verdad, ¿no crees que ya nos hubiera matado a todos?

 

         No lo sé Yami, hay algo que no me gusta de todo esto.

 

         ¿Qué quieres decir?

 

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Mansión de la familia Kaiba…

 

Unos jóvenes se divertían nadando en la piscina, al parecer se la estaban pasando bien hasta que uno de ellos decidió acercarse a la orilla…

 

         ¿Qué ocurre Joey?

 

         Eh… Nada, ¿por qué?

 

         Porque hace ratos que te estamos llamando y tú, ni caso nos haces.

 

         Lo siento mucho, me quedé pensando en algo.

 

         ¿En qué pensabas?

 

         Se me hizo raro que tu hermano me hiciera muchas preguntas.

 

         ¿Qué clase de preguntas te hizo?

 

         Me cuestionaba sobre mi edad, de dónde provengo, cómo ha sido mi vida y quería saber sobre mi padre.

 

         ¿Qué fue lo que le dijiste?

 

         No mucho, casi nada.

 

         ¿Por qué?

 

         Porque no me gusta hablar sobre eso.

 

         Joey…

 

         No entiendo por qué tienen tanto interés en querer saber mi vida. – Comenzaba a enfadarse.

 

         Cálmate por favor, quizás se preocupó por ti cuando te desmayaste y ni que decir de la fiebre que te dio.

 

         Lo siento mucho, es que se me hace raro ver que alguien se preocupe por mí.

 

         No digas eso, de seguro tu padre también se ha de haber preocupado por ti en alguna ocasión.

 

         No, jamás lo ha hecho, a él lo único que le interesa es otra cosa.

 

         ¿Otra cosa? ¿A qué te refieres?

 

         Nada, olvídalo. – Salió del agua.

 

         Joey, espera…

 

         Déjalo que se vaya Mokuba.

 

         Pero Noah…

 

         Sigamos nadando un rato, ven, vamos.

 

         De acuerdo, ahí voy.

 

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         Le he pedido a Yūgi, que al terminar el ciclo en la universidad ya no se inscriba en el otro.

 

         De igual manera le he pedido lo mismo a Rebecca. 

 

         ¿Por qué? No lo entiendo.

         En vista de lo que ha pasado, creo que ha llegado el momento de irnos a vivir por algún tiempo a Tokio.

 

         ¿Qué?... ¿Y eso en qué les va ayudar?

 

         Muy sencillo, le diré a Yūgi que nos iremos a vivir a Tokio para comenzar la búsqueda del ser que posee ojos de rubí.

 

         Perdón que lo vuelva a preguntar, pero… ¿Y eso en qué les va ayudar?

 

         No solamente ustedes se irán a Tokio, también me llevaré a mi hija, y al comenzar con la búsqueda no les quedará de otra que tener que hablarse.

 

         Así es, y lo más probable es que se arregle este mal entendido.

 

         Ya veo, es la única opción para que ellos puedan hacer las paces.

 

         De cierto modo, sí.

 

         Creo que su plan podría funcionar.

 

         Arthur y yo, pensamos lo mismo.

 

         En ese caso hay que darnos prisa para hacer todos los preparativos.

 

         Tienes razón Shādī, debemos de estar listos en dos semanas.

 

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         ¿Por qué no nos quiere decir quién es su padre? ¿Por qué guarda tantos misterios? ¿De dónde salió esa criatura? Y lo más importante… – Se quedó callado por un momento. – ¿Dónde está su madre?

 

         Esas sí que son muchas preguntas.

 

         Por eso te decía que eres un idiota.

 

         ¡Oye!

 

         Admítelo que lo eres, todo el tiempo te dejas llevar por tus estúpidos sentimientos, y eso te lleva a que no pienses con claridad las cosas. La compasión que sientes por esa criatura no te deja ver más allá de lo que realmente es.

 

         ¿Y según tú, qué es realmente?

 

         Creo que podría ser una bestia que nos traerá muchos problemas si no la sabemos controlar.

 

         No puedo creer lo que estás diciendo, y no puedo creer que tengas un corazón tan frío como el mismísimo hielo.

 

         Yami, lo único que digo es…

 

         Y yo, lo único que veo en esa criatura, es a un niño asustado que no sabe cómo comportarse, un niño que lo único que desea es ser aceptado por todos nosotros. Un niño que merece ser feliz. – Dio un fuerte suspiro para luego seguir hablando. – Es verdad que él no haya nacido como nosotros, y que posiblemente su padre no lo comprenda o lo desprecie. Ni siquiera te has puesto a pensar en cómo habrá sido su niñez, aislado en un mundo totalmente vacío, un mundo en donde no tengas ni en donde refugiarte. No te has puesto a pensar que él no sabe lo que es tener amigos, no sabe divertirse, quizás el nunca haya salido al cine, y si, podrá ser travieso en muchas cosas, pero eso, querido primo. – Lo miraba fijamente a los ojos. – Es lo que quizás lo hace especial. Ahora dime, ¿cómo actuarias tú, si te mantuvieran encerrado toda tu vida? ¿Cómo actuarias al salir por primera vez a ver la luz del sol? ¿Cómo te comportarías al vivir en un mundo completamente diferente al tuyo? En donde las reglas sean totalmente distintas, en donde te digan lo que tienes o no tienes que hacer. Y voy a decirte algo más, a pesar del tiempo en que Joey ha estado aislado, ha sabido comportarse y de alguna manera trata de seguir las nuevas reglas. Yo en su lugar, créeme que saliera todos los días a buscar la forma de como divertirme y de cómo hacer nuevos amigos. Así que no me vengas con estupideces de que lo sabes comprender.

 

         Te equivocas en decirme que no suelo comprenderlo, porque yo si…

 

         Por favor, no me hagas reír. – Lo interrumpió de golpe, haciendo que el ojiazul lo mirara molesto. – En vez de mirarme de esa manera, mejor dime, ¿cuántas veces lo has sacado? Ya lleva algunos meses viviendo contigo, y hasta la fecha ni siquiera lo has llevado a que conozca la ciudad.

 

         No tengo por qué sacarlo, no le veo el caso de que salga a conocer la ciudad.

 

         ¿Por qué no?

 

         Porque él no es como nosotros, y si alguien lo ve se armaría un gran escándalo.

 

         Dices eso porque nunca ha salido contigo.

 

         ¿Y contigo si?

 

         Sí, yo si lo llevé una vez a que conociera la ciudad y nadie se dio cuenta de su existencia. Incluso hubo una ocasión en que se escapó de tu mansión para seguir a Mokuba y poder entrar al cine.

 

         No te creo nada de lo que me dices.

 

         No tengo ninguna necesidad de mentirte.

 

         Aún sigo pensando que todo lo que me has dicho es patético, esa criatura no necesita de todas esas estupideces.

 

         Entonces dime, qué es lo que necesita.

 

         Volver a su casa, eso es lo que creo que él necesita.

 

         Si lo obligas a volver serás un maldito egoísta, porque solamente estarás pensando en tu conveniencia, en como deshacerte de él y no en el bienestar de Joey.

 

         Piensa lo que quieras, no me importa.

 

         Como quieras primo. – Al terminar de hablar decidió salir de la oficina del ojiazul.

 

 

Continuará…

 

 

N/A: Pobre de mí cachorro, nadie lo quiere. (Kat se pone a llorar)… ¿Quién quiere alojar a un pequeño dragoniño? ¿Será capaz Seto de entregárselo a su padre? ¿Yūgi y Rebecca podrán hacer las paces? ¿Quién será el padre de nuestro cachorro? Todo esto y más lo iremos descubriendo en los siguientes capítulos. Los invito para que el próximo viernes no se pierdan la continuación de esta interesante aventura. Si tienen dudas, déjenme sus comentarios que yo con mucho gusto les responderé.

 

Cuídense mucho, pórtense bien, recuerden usar siempre la mascarilla y no bajen la guardia. Les mando muchos besos virtuales y un fuerte abrazo desde la distancia.

 

Atte.:

 

            KAT.