Capítulo 54: Cambios… IV parte.
Declaimer:
Como siempre… Bla, bla, bla, bla, bla, bla… Los personajes de YU – GI – OH!,
“No me pertenecen”… Chiquiris maquiris, son propiedad de su respectivo autor,
abra cadabra, solamente lo hago porque me encanta escribir, y que ustedes se
diviertan de mis locuras… Es mi manera de expresar lo que siento, y tener la
dicha de poderlo compartir con todos mis lectores…
Notas del capítulo: Los
diálogos que estén en negrita van hacer las pesadillas que el personaje va a
tener.
AVISO IMPORTANTE: Este capítulo tendrá argumentos fuertes
de violencia, y agresiones que para muchos podrían ser perturbadores, así que
antes de leerlo… Te sugiero que lo pienses bien antes de continuar… No me hago
responsable por si alguien se llega a sentir ofendido por lo que está leyendo… Soldado avisado, no muere en guerra.
******************************
Días después…
Yo no entiendo por qué es que tengo que
salir contigo.
Mira, a mí ni me hables, ya bastante
tengo con tener que soportar tu presencia.
Pues lo mismo digo, si por mi fuera
saliera por mi cuenta.
Ja, no me hagas reír. – Manifestó con
sarcasmo. – Tú no llegarías ni a la esquina.
¿Qué dijiste?
Ya me oíste, Yūgi.
Sabes qué, no te necesito para nada, y
no quiero que andes conmigo.
Me parece bien, así no tendré que
caminar por la calle con un estorbo.
Eres fastidiosa Rebecca.
Y tú eres un engreído que cree que sabe
todo y a la vez no sabe nada.
Vete al diablo.
Eres tú quién se irá primero. – Le pasó
dando un codazo al pasar cerca de él.
Grrr… A veces no la soporto. – Se decía
así mismo todo molesto.
******************************
En alguna parte del mundo...
Así que finalmente decidió volver a su
lugar de origen.
Sí, mi señor.
Han hecho un excelente trabajo en
estarlos vigilando.
Gracias por el cumplido.
A todo esto, ya averiguaron si todavía
tiene el medallón.
Todavía no, señor.
En ese caso quiero que lo sigan
vigilando, y si es preciso háganlo día y noche. Estoy seguro que tarde o
temprano sabremos si aún conserva ese medallón.
¿Qué debemos hacer si se lo vemos?
Tendrán que avisarme de inmediato en
cuanto vean el medallón.
A la orden señor.
Una cosa más.
Mande y ordene, señor.
Deseo que estén preparados para recibir
mis nuevas órdenes.
Como usted mande señor.
Así me gusta. – Sonrió con maldad. –
Quiero que viajes enseguida a Tokio para reunirte con tus nuevos compañeros.
A la orden señor.
En
cuanto el hombre se fue…
Tengo la leve sospecha que dentro de
poco tendré ese medallón en mis manos, y una vez que lo obtenga… Nada ni nadie
podrá detenerme. – Reía desquiciadamente. – Si, ese medallón por derecho me
pertenece, y ese maldito gusano no es rival para mí. Una vez que lo adquiera
cumpliré con mi venganza, destruiré a todos aquellos que intentaron más de una
vez en detenerme. Y no sólo me vengaré, sino que además haré que la historia se
repita de nuevo, y una vez que lo logre, el mundo será todo mío… Muajajajajajajaajajajajajajajajaajaja…
Le enseñaré a Sugoroku lo equivocado que estaba al dejar a ese estúpido
debilucho como su sucesor, y ni siquiera se imagina lo que le espera. Voy a
demostrarle que no tiene ninguna salida, le mostraré un mundo lleno de dolor,
angustia, sufrimiento, desesperación, agonía, desesperanza y derrota. Un mundo
en donde se dé cuenta que no vale la pena seguir un ridículo sueño, nadie se va
atrever a apoyarlo y para ello primero debo de encargarme de una persona. – Se
paseaba de un lugar a otro por toda la habitación. – Creo que ha llegado el
momento de hacerlo, y esta vez no debo fallar, porque es el único que tal vez podría
estropear mis planes…
******************************
Denenchofu Minami Ota-ku
Kanto, Tokyo Japón…
Buenas tardes.
Arthur, pasa.
Gracias.
¿Deseas algo de tomar?
No, así estoy bien.
Pasemos a la sala.
Si.
Una vez que llegaron…
Me da mucha pena contigo.
¿Por qué?
Lo digo por mi nieto, está decidido en
no hacer las paces con tu hija.
No te apenes por eso, ya verás como
ellos arreglan su situación.
Espero y tengas la razón, siempre que Yūgi
sale, le pido que salga con Rebecca y eso provoca a que discutamos.
Me pasa lo mismo con mi hija. – Medio le
sonrió.
Cambiando de tema, lograste hablar con
tu amigo sobre…
A eso precisamente he venido. –
Manifestó melancólico.
¿Qué es lo que sucede, Arthur?
Me temo que nos llevará más tiempo de
lo que pensaba.
¿Por qué?
Han surgido ciertos problemas de los
cuales ignoro.
Ya veo. – Se quedó callado por un
momento. – Eso quiere decir que tu amigo no te ha dicho nada al respecto.
No, en verdad lo lamento.
No te preocupes mi querido amigo, creo
que debemos dejarlo en las manos del destino.
¿A qué te refieres?
Si está en el destino en que mi nieto
conozca a esa criatura, estoy seguro que llegará el día en que lo conocerá.
¿Y si no es así?
No podemos hacer nada al respecto, no
es correcto ir en contra de la corriente.
Supongo que tienes razón.
******************************
Una
mujer caminaba sola por las calles de Tokio, durante su recorrido trataba de
tranquilizarse, seguía molesta con la discusión que había tenido con su ex –
amigo.
No entiendo por qué mi padre me obliga
a salir con él. De seguro lo hace para que el estúpido y yo podamos hacer las
paces. – Hablaba consigo misma. – Ja, esta vez no pienso darle gusto a mi padre,
en todo caso es él quien tiene que disculparse conmigo. Es tan estúpido que
nunca me escucha, todo lo quiere hacer a su manera y para colmo, cuando las
cosas no le salen bien se anda desquitando con medio mundo. Tal como sucedió en
el campamento, el creyó que me iba a poder mandar, pero le salió el tiro por la
culta porque no le hice caso y por no hacerme caso fue que su terquedad nos
llevó a un precipicio y casi nos caemos los dos. Fue ahí que tuve que
sostenerlo con todas mis fuerzas para que los dos no cayéramos. Y ni aun así
aceptó su error. – Estaba tan molesta y a la vez distraída que no se fijó
cuando chocó con otra persona. – Lo siento mucho.
¿Rebecca? ¿Qué haces aquí?
Hola Shādī, solamente andaba caminando.
¿Y tú?
Me dirigía a la casa, don Solomon me
pidió de favor que comprara algunas cosas del supermercado.
Aahhh…
Dime, ¿tienes algo de tiempo?
Si claro, ¿para qué?
Me gustaría invitarte a comer, me han
dicho que en la otra calle venden muy buena comida.
De acuerdo, me has convencido.
Entonces vamos.
Si.
******************************
Solomon…
¿Qué ocurre?
Me preguntaba, si…
Dime lo que ibas a decirme.
Me preguntaba, si estas realmente listo
para conocer a esa criatura.
Sabes algo…
¿Qué?
Yo mismo me he estado haciendo esa
misma pregunta.
¿De verdad?
Si.
Y cuál ha sido su respuesta.
La verdad es que no se si estoy listo
para conocerla.
¿Por qué? Crees que le vas a tener
miedo al verlo.
No, no es eso.
¿Entonces?
Temo por mi nieto, no sabemos a cien a
ciertas que tan peligroso puede ser.
Mmm… Hasta donde yo sé… Él no es
peligroso.
Aun así no me gustaría correr ningún
riesgo.
Creo que nunca lo sabremos si no lo
llegamos a conocer.
Ese es un buen punto.
¡Baia! Tal parece que todo se nos está
complicando.
No, no digas eso, siempre he creído que
las cosas suceden por alguna razón.
Y yo siempre he creído que las cosas
suceden porque uno así lo ha querido.
Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja,
no has cambiado en nada Arthur.
Ni tu tampoco, querido amigo. –
Empezaba a reírse.
******************************
En algún lugar de Japón…
¿Qué esperas inútil? Hazlo con más fuerza, usa tu fuego para
destruir todo a tu paso. Anda, obedece maldita bestia repugnante.
Ya… No puedo más… – Cayó al suelo exhausto.
Levántate imbécil, tienes que volar más alto y mejorar tus
embestidas.
Padre…
Que no me oíste pedazo de animal, quiero que saques a la
bestia que llevas dentro.
¿Por qué?
¿Cómo que por qué? Es para que te vuelvas más fuerte, maldito
idiota. – Comenzó a azotarlo con todas sus fuerzas.
AAAAAAAAAAAAAAAHHHHHH… Ya… No… Por favor…
Levántate te digo o aquí mismo trapeo el suelo contigo.
El
niño trataba de ponerse de pie para intentarlo de nuevo.
Sí, eso es, ahora veré que tan fuerte son tus alas. –
Sonrió con maldad en lo que agarraba unas cadenas.
¿Qué va hacerme, padre? – Preguntó con cierto
temor.
Ya lo verás, una vez que te ponga estas cadenas tan pesadas,
quiero que empieces a volar lo más alto que puedas y luego me atacarás desde el
cielo.
No sé si podré hacerlo.
ESTÚPIDO. – Le dio un golpe en la
cara. – Tú harás lo que yo te diga, que
no se te olvide que estas para obedecerme. – Lo agarró del pelo con fuerza.
AAAAAAAAAAAAAAAHHHHHH… Suel… Suélteme por favor.
Transformarte de una vez en la bestia que eres, apresúrate
que no tengo todo el día. – Volvía a azotarlo.
Ssi… – Comenzaba a llorar, no entendía por
qué ese hombre al que solía llamarle padre por obligación lo trataba tan mal. Y
todo esto comenzó cuando esa persona se dio cuenta que el sufría de ciertos
cambios en su cuerpo.
¿Qué esperas para volar?
Eso intento… – Hacia lo posible por alzar
el vuelo, pero con esas cadenas pesadas que tenía alrededor de sus alas se le
era imposible volar.
Vuela te estoy diciendo, maldita bestia desagradable. – Lo
azotaba una y otra vez.
No... Puedo…
Deja de llorar maldita escoria de mierda. Alza el vuelo de
una vez por todas.
¡GRRRRRR!… – Se escuchó un gran rugido.
Sí, eso, esa es la mirada asesina que deseo ver. –
Volvió a azotarlo con más fuerza. – Anda,
vuela, que vueles te digo, estúpido animal, eres un inútil, un bueno para nada
que no puede hacer una tarea tan sencilla.
El
dragón finalmente alzó el vuelo, estando en el aire ya no sentía tan pesadas
las cadenas, pero al descender para atacar todo ese peso le trajo
consecuencias, provocando que cayera de golpe al suelo.
IMBÉCIL, ES QUE ACASO NO PUEDES HACER NADA BIEN. –
Gritaba molesto el hombre. – SI NO TE
LEVANTAS AHORA MISMO TE IMPONDRÉ UN CASTIGO MÁS SEVERO.
No… No por favor… Snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif…
No sirves para nada, no me imaginé que fueras tan debilucho,
eres una vergüenza como dragón y como humano. Un dragón de verdad ya estuviera
volando en el cielo sin ningún problema… – El hombre lo golpeaba
y lo pateaba brutalmente por todo su cuerpo. – Como odio que me hayas hecho perder mi tiempo, y es por eso que vas a
tener un fuerte castigo.
Por favor padre… Snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif…
Déjeme descansar un poco para intentarlo de nuevo.
Claro que si hijo. – Le contestó con sarcasmo.
– Te dejaré descansar todo lo que
quieras. Anda levántate. – Lo agarró con fuerza del pelo.
¿A dónde me lleva?
Voy a encerrarte en un calabozo y ahí aprenderás a
fortalecer tus estúpidas alas y no saldrás de ahí hasta que lo hayas logrado.
Nooooooooo… No por favor… No lo haga… Se lo suplico… No me
encierre ahí por favor… Snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif… – Se
movía de un lado a otro y a la vez tiraba zarpazos en el aire…
Shhhhh… Tranquilo, todo va estar bien.
– Decía una persona que se encontraba a su lado. – Maldición, su fiebre volvió.
Continuará…
N/A: Ya
estamos cerca por descubrir quiénes serán los villanos, pueden dejarme sus
opciones a través de sus comentarios, y así, juntos podemos elegir a los
malvados de esta interesante historia. ¿Quién será el jefe supremo? ¿Quién será
el dizque padre de Joey? ¿Quién sería capaz de estropearle los planes a este
ser malvado? ¿Cumplirá con su objetivo? ¿Alguien ya descubrió el misterio de
las siete familias? Todo esto y más lo iremos descubriendo en los siguientes
capítulos, no olviden dejar sus cometarios que yo con mucho gusto les
responderé. Los invito para que el próximo viernes no se pierdan la
continuación de esta gran aventura.
Me
despido cariñosamente de todos y cada uno de ustedes, pórtense bien, cuídense
mucho, y nos leeremos la próxima semana. Les mando quini mil besos virtuales y
un fuerte abrazo desde la distancia. Muchas gracias por todo su apoyo, los
quiero mucho… ❤ ❤ ❤ ❤
Atte.:
KAT.
No hay comentarios:
Publicar un comentario