martes, 25 de octubre de 2022

LA LEYENDA DEL MONSTRUO DE OJOS ROJOS…



Capítulo 55: Cambios… V parte.

 

 

Declaimer: Como siempre… Bla, bla, bla, bla, bla, bla… Los personajes de YU – GI – OH!, “No me pertenecen”… Chiquiris maquiris, son propiedad de su respectivo autor, abra cadabra, solamente lo hago porque me encanta escribir, y que ustedes se diviertan de mis locuras… Es mi manera de expresar lo que siento, y tener la dicha de poderlo compartir con todos mis lectores…

 

******************************

 

Días después…

 

El fin de semana pasó muy rápido, para algunos, fue de mucho trabajo y para otros, días normales comunes y corrientes. Una nueva semana estaba a punto de comenzar, trayendo consigo nuevos planes y retos. En una de las calles de Tokio, caminaba un joven de baja estatura, cabellos de tres colores, ojos de color lavanda, durante el trayecto pensaba en muchas cosas.

 

         Mi abuelo está decidido en ayudarme, y yo la verdad es que no tengo ni la más mínima idea de dónde empezar a buscar. Si tan sólo tuviera una pista sobre lo que estoy buscando. – Se decía así mismo. – El ser que posee ojos de rubí… ¿Qué me habrá querido decir aquel extraño? Rayos, no se me ocurre nada. – Se revolvía sus cabellos con fuerza. – No entiendo por qué mi abuelo decidió venirse a vivir a Tokio, y no entiendo porque se empeña tanto en decirme que haga las paces con Rebecca. – Dio un fuerte suspiro. – La verdad es que la extraño mucho. Estos meses sin hablarnos han sido eternos para mí. Pero si la busco, de seguro que no dejará de alardear y de presumir que no puedo vivir sin ella. – Medio sonrió ante su propio comentario. – No, definitivamente no, no pienso hacer las paces con ella hasta que se disculpe conmigo y me diga que yo tuve la razón en aquella ocasión. – Se detuvo por un momento para mirar a su alrededor y después de ver hacia la nada se dijo así mismo… – Me pregunto si ella me extrañará también. – Sacudió un poco su cabeza. – Oh vamos Yūgi, deja de pensar en estupideces y enfócate en pensar por dónde tienes que comenzar a buscar. Demonios, no se me ocurre nada… ¿Por qué me habrás encomendado esta tarea tan difícil bisabuelito? – Se cuestionaba melancólico. – Creo que por esta ocasión tendré que seguir la idea de Rebecca, total, al fin y al cabo nunca se dará cuenta que lo hice…

 

******************************

 

En algún lugar de Tokio…

 

         Así que eso te dijo tu primo.

 

         Si, también me dijo que no me preocupara por Joey.


         Esas sí que son buenas noticias.

 

         Lo sé, pero hay algo que me inquieta.

 

         ¿Qué?

 

         Cuando mi hermano regrese a la mansión junto con Joey, no sé si todavía querrá devolvérselo a su padre.

 

         No te preocupes por eso Mokuba, algo se nos tendrá que ocurrir para que tu hermano desista de esa idea.

 

         Tienes mucha razón Noah, algo se nos ocurrirá para que mi hermano cambie de idea.

 

         Y dime, ¿te has logrado comunicar con tu hermano estos días?

 

         No, ni siquiera ha llamado a la mansión.

 

         Y con tu primo, ¿se ha comunicado?

 

         No, de lo contrario él,  me lo hubiera dicho.

 

         Ya veo.

 

         Creo que por una parte está bien.

 

         ¡¿Por qué?! – Preguntó algo sorprendido.

 

         Porque tú y yo podemos pasar más tiempo.

 

         Es verdad, hace tiempo que no salíamos juntos.

 

         Si, y estaba pensando, si…

 

         ¿Siiii? – Lo miraba a los ojos todo sonrojado.

 

         Bueno, me preguntaba si podemos ir al cine después que salgamos de clases.

 

         Por supuesto que sí, me encantaría ir al cine. – Expresó sonrojado.

 

         ¡Qué bien! Entonces nos vemos en la salida al terminar las clases.

 

         De acuerdo.


******************************

 

Un hombre de cabellos de tres colores, decidió irse caminando hacia su trabajo, en lo que lo hacia su mente no dejaba de pensar en la conversación que había tenido con su amigo y colega.

 

FLASH BACK

 

         Hola, ¿me dejas pasar?

 

         Adelante, pasa.

 

         De seguro te preguntarás que ando haciendo por aquí.

 

         La verdad es que tu visita me ha sorprendido un poco.

 

         Ya veo.

 

         Pero dime, ¿qué andas haciendo en Tokio? Pensé que regresarías a…

 

         El motivo de mi visita es para pedirte que me dejes ver a esa criatura.

 

         Arthur, tu sabes que no está en mis manos.

 

         Lo sé y lo entiendo.

 

         Si lo sabes y lo entiendes, no veo cuál es el interés de quererlo conocer.

 

         Seré honesto contigo.

 

         Te escucho.

 

         Hay un viejo amigo que está interesado en conocer a esa criatura.

 

         ¡Arthur, no me digas que le has hablado de Joey! Te pedí que no lo comentaras con nadie.

 

         Discúlpame por favor, pero era necesario.

 

         ¿Por qué?

 

         Porque mi amigo, tiene un nieto que lo anda buscando.

 

         ¿Qué dijiste? Explícate por favor.

 

         No sé cómo te lo puedo explicar, Yami.

 

         Pues inténtalo. – Lo miraba un poco molesto.

 

         Mi amigo cree que es la criatura que su nieto busca.

 

         Sigo sin entenderte.

 

El hombre dio un fuerte suspiro y a la vez pensaba la manera de podérselo explicar.

 

         Ese joven, tuvo un sueño muy extraño, en ese sueño le pedían que buscara al ser que posee ojos de rubí.

 

         ¿Quién le pedía eso?

 

         No lo sé.

 

         ¿Y por qué piensas que puede ser esa criatura?

 

         Porque cuando lo vimos en las noticias nos dimos cuenta que podría ser al que andamos buscando.

 

         Discúlpame por favor pero no puedo dejar que tu amigo lo vea.

 

         ¿Por qué?

 

         Porque no sé si querrán hacerle daño.

 

         No digas eso por favor, no creo que quieran lastimarlo.

 

         Perdóname Arthur, siento que me estas pidiendo demasiado.

 

         No tengo nada que perdonarte, únicamente te pido que me ayudes a poder conocer esa criatura.

 

         ¿Cuántas personas saben de la existencia de Joey? A parte de tu amigo. – Manifestó algo molesto.

 

         Hasta el momento lo sabe mi amigo y Shādī.

 

         No lo sé, hay algo que no me gusta de todo esto.

 

FIN DEL FLASHBACK


         Demonios, a veces creo que Seto tenía razón cuando me dijo que no debí de haberle comentado nada a mi amigo. Si le digo esto a mi primo de seguro que dará un grito al cielo, y conociéndolo bien, no dejará que conozcan a Joey. Rayos, no sé qué hacer… – Tan metido estaba en sus pensamientos que no se dio cuenta cuando unas personas se le habían acercado…

 

******************************

 

         ¿Y si esa idiota está en lo correcto? ¿Y si comienzo por buscar a personas que tengan más o menos esas características? Al principio su idea parecía mala, pero luego de analizarlo un poco es probable que tenga razón. Lo único que falta es saber por dónde buscar, creo que comenzaré por ir a la biblioteca a ver si encuentro algo. – Aceleró su paso para llegar a su destino. – Si reduzco la búsqueda en concentrarme sólo en las personas que tengan condiciones diferentes, tal vez pueda encontrar una pista de lo que realmente busco. Suena fácil decirlo que hacerlo, porque si lo pienso bien, esos rasgos no son comunes en los seres humanos, incluso podría creer que ni siquiera existen. – Se reprendía así mismo. – Ni hablar, tendré que volver a buscar en los libros de historias y prestar más atención sobre lo que ahí está escrito. Solamente espero no encontrarme con Rebecca, ya puedo imaginarme todas las cosas que me diría. Al diablo si me la encuentro, ella no tiene por qué meterse en mis asuntos.

 

******************************

 

En algún lugar de Japón…

 

Cierto joven de piel color gris perla, cabellos rubios y ojos mieles, comenzaba abrir sus ojos, se sentía algo confundido y débil, intentó levantarse un poco pero su cuerpo no le respondió. Así que optó por levantar su cabeza y poder mirar a su alrededor para saber en dónde se encontraba. Al hacerlo se estaba dando cuenta que era un lugar diferente, casi aislado, era una habitación con espacios grandes en donde no había nadie, únicamente estaba él acostado en una cama, también le pareció extraño que no estuviera encadenado a la cama o en el suelo como solía hacerlo su padre. Volvió a intentar por levantarse y cuando se logró sentar, alguien entraba a la habitación.

 

         Finalmente despiertas. – Ponía sobre la mesa una bandeja con comida.

 

         Dond… ¿Dónde estoy? ¿Por qué me trajo a este lugar? – Comenzaba a sentirse nervioso.

 

         Tú me obligaste a traerte aquí. – Le respondió seriamente.

 

         ¿Qué? – Se quedó estupefacto por lo que había escuchado. – Eso no puede ser verdad.

 

         ¿Ya no te acuerdas de lo que hiciste?

 

         Yo… – Bajó un poco la mirada.

 

         Qué es lo último que puedes recordar.

 

         No lo sé… – Sentía que su mente era un mar de confusión.

 

         Escucha… – Intentó acercársele, pero se detuvo al ver como el joven lo miró desconfiado. – Perro tonto, no pienso lastimarte.

 

         ¿Por qué me trajo aquí? – Insistió en la misma pregunta.

 

         Para que no pudieras lastimar a nadie.

 

         Eso quiere decir… Que volvió a suceder. – Eso último lo dijo con suma tristeza.

 

         No sé si habrá sucedido antes, lo que si te digo es que…

 

         Lo sé. – Lo interrumpió de golpe. – Fue por esa razón que me encerró aquí, ¿verdad?

 

         No tuve otra opción.

 

         Lo que no entiendo, ¿por qué no me encadenó? ¿Por qué no se fue? ¿Por qué se quedó a cuidarme?

 

         Haces muchas preguntas. – Manifestó algo molesto.

 

         SÓLO CONTÉSTEME. – Gritó sin pensarlo.

 

         Bien, te lo voy a decir, el hecho de que sufras cambios en tu cuerpo, eso no me da ningún derecho de tratarte como una bestia, y creo que es normal para ti que te comportes agresivo porque esa es tu naturaleza. Y si, pudiste hacer estragos al comportarte de manera salvaje pero aun así supiste controlarte aunque sea un poco. Y cuando te dije que tú me obligaste a traerte aquí fue porque realmente no deseabas lastimar a nadie, así que tomé la decisión de trasladarte a este lugar para que pudieras desahogarte y soltar toda tu furia. Al principio no fue fácil poderte calmar, pero luego te fuiste debilitando hasta que caíste al suelo, y cuando me pude acercar a ti me di cuenta que tenías mucha fiebre.

 

         ¿De verdad hice muchos estragos?

 

         Oh sí, pero descuida, este lugar está diseñado para soportar cualquier tipo de ataque.

 

El rubio mantenía la cabeza agachada y a la vez trataba de recordar lo que había pasado.

 

         Si mal no recuerdo usted también salió lastimado. Y sin embargo se quedó conmigo hasta el final, y ni siquiera me forzó a nada. – Comenzaba a llorar. – Teniendo la oportunidad de…


         Oye, no me iba aprovechar de tu situación, y no me imagino lo difícil que ha de ser para ti el tener que estar soportando estos cambios cada cierto tiempo, ya bastante tienes con lidiar con este problema como para que venga yo, a obligarte a tener que controlarlos. – Nuevamente intentó acercársele para sentarse a su lado. – Anda, ya no llores. – Secaba sus lágrimas con sus manos. – Una vez te hayas recuperado volveremos a la mansión.

 

         ¿De verdad? ¿Me dejará vivir ahí? – Se atrevió a mirarlo a los ojos.

 

         Por supuesto que sí.

 

         ¿Puedo hacerle una pregunta?

 

         Puedes hacerme todas las preguntas que quieras.

 

         ¿Hace cuánto tiempo que estoy aquí?

 

         Casi tres semanas.

 

         Ya veo.

 

         Basta de hablar, es mejor que comas y luego descanses un poco.

 

         Está bien.

 

         Una vez que hayas descansado te sacaré de aquí para que conozcas el lugar.

 

         Muchas gracias.

 

******************************

 

Una joven de cabellos rubios caminaba decidida hacia un lugar en donde se encontraba otro joven, él estaba sentado en una silla y sobre la mesa tenía un libro que lo leía con sumo interés.

 

         Yūgi…

 

El aludido la volteó a ver un tanto sorprendido.

 

         ¿Qué demonios haces aquí?

 

         Cállate y escúchame.

 

         Oye, que derecho tienes de…

 

         He venido a disculparme contigo. – Lo interrumpió de golpe, dejando a la otra persona con la boca abierta.

 

         ¿Qué dijiste? – No salía del asombro.

 

         Considero que no tiene caso seguir con esta tonta pelea. Así que vine a disculparme contigo, y… – La mujer no terminó de hablar al sentir como su amigo se le había tirado a sus brazos para abrazarla.

 

         Rebecca… – Sentía un gran nudo en la garganta. – Perdóname tú a mí por ser un grandísimo tonto.

 

         Yūgi… – Le correspondió el abrazo.

 

         Esa noche en el campamento, debí de haberte escuchado y por mi obstinación casi caemos los dos en aquel barranco.

 

         Yūgi, no tengo nada que perdonarte, creo que los dos fuimos unos tontos al llevar este problema demasiado lejos.

 

         Tienes mucha razón y en verdad lo lamento. – Se separó del abrazo para verla a los ojos. – ¿Cómo te animaste en hablarme?

 

         La verdad es que te extrañaba mucho y también Shādī habló conmigo.

 

         ¿Qué? No me digas que él te influenció para que hiciéramos las paces.

 

         Ni se te ocurra empezar una discusión. – Lo miró algo molesta.

 

         De acuerdo, lo lamento… – Se quedó callado por un segundo. – Sabes…

 

         ¿Qué?

 

         Me alegra que lo hayas hecho porque yo también te extrañé mucho.

 

         Yūgi, gracias por tus palabras. Cambiando de tema, ¿qué estabas leyendo?

 

         No me lo vas a creer, encontré un libro interesante.

 

         ¿De verdad?

 

         Si, se trata sobre civilizaciones antiguas y esas cosas.

 

         Pudiste averiguar algo sobre lo que estás buscando.

 

         Aun no, pero al comenzar a leer este libro me di cuenta que tu tenías razón.

 

         ¿Sobre qué?

 

         Sobre que tenemos que en enfocarnos en buscar personas que tengan características muy diferentes a nosotros.

 

         ¿De verdad?

 

         Si, y creo que tal vez sea la única manera en poder investigar un poco más.

 

         En ese caso sigamos buscando más pistas.

 

         ¿Todavía piensas ayudarme después de todo lo que hice?

 

         Pues claro.

 

         ¿Por qué? No lo entiendo.

 

         Porque te prometí ayudarte y porque no permitiré que me dejes fuera del caso.

 

         Está bien. – Le sonrió con cariño. – Mano a la obra porque hay mucho por leer aquí.

 

         De acuerdo.

 

 

Continuará…





N/A: Quizás se han de estar preguntando… ¿Kat subió un nuevo capítulo a principios de la semana? La razón del por qué lo hago es porque este día se celebra el cumpleaños de uno de mis personajes favoritos. Por ende, quiero dedicar este nuevo episodio al único hombre que he amado en mi vida y que hoy esta de manteles largos.

 

¡¡¡FELIZ CUMPLEAÑOS SETO KAIBA!!!

 

Por ser una fecha muy especial para mí, fue que decidí actualizar y traerles a ustedes la continuación de esta interesante aventura. De ante mano les agradezco por todo el apoyo que me dan, y por tomarse su tiempo en entrar a mi blog a leer mis historias. Bueno mis amigos, me despido cordialmente de todos y cada de ustedes y a la vez invitarlos para que no se pierdan este viernes, la continuación de esta gran aventura.

 

Atte.:

 

                KAT.





P.D.: Adjunto algunas fotos para conmemorar este día tan especial.

 

¡¡¡FELIZ CUMPLEAÑOS SETO KAIBA!!!














 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario