Capítulo 3: Siempre estaré a tu
lado, aunque tú no quieras… II Parte…
Notas del fanfic: Este
capítulo va dedicado a alguien muy especial, gracias a su “Valiosa Ayuda” pude
ponerle imágenes. Amis espero que te guste, porque gracias a ti, me ayudaste a
inspirarme en cuanto vi tus dibujos, y como te dije antes, no tengo palabras
para agradecerte. Darcey Herrera, quini mil gracias por tomarte tu tiempo para
crearme los diseños que yo tanto deseaba, de antemano; también quiero agradecer
a todas/os mis amigos/as, lectoras/es, público en general por el gran apoyo que
me han brindado y porque siempre me han animado a seguir adelante.
Declaimer:
Noticia de último momento… “YU – GI – OH!, No es mío”… Mucho menos sus
personajes… Son propiedad de su respectivo autor, pero toda la trama de esta
historia si es creada por mí. Amo inventarles historias nuevas a mis queridos
personajes, es una manera de expresar lo que siento, y tener la dicha de
poderlo compartir con todos ustedes. ^_^
******************************
En algún lugar de la Ciudad
Domino…
El
fin de semana había pasado, trayendo consigo una nueva semana de trabajo para
algunos y misiones para otros.
Buenos días. – Saludó un joven
alegremente.
Buenos días Ryou. – Respondió la
otra persona mientras bostezaba.
Llegas justo a tiempo para
desayunar, ven siéntate y así comemos juntos.
Gracias Ryou, en verdad no te
hubieras molestado en preparar el desayuno, sobre todo porque hoy era mi turno.
– Hablaba un poco avergonzado ya que se había quedado dormido.
¡Nah! Descuida Joey, no te fijes en
pequeños detalles, anda, será mejor que comamos ya; antes de que se enfríe. –
Sonreía tiernamente.
Ambos
se sentaron en la mesa para poder desayunar tranquilamente, en ese momento, se
escuchó el timbre de la puerta…
******************************
Buenos días hermano, no te parece
que hoy hace un bonito día. – Expresaba felizmente un joven de cabellos negros.
----------------------- ----------------------- -------------------
¡Ah, sí! Buenos días hermano, tienes
mucha razón, se ve que hoy es un bonito día. – Decía de forma irónica para que
la otra persona lo escuchara.
En
cambio; la otra persona sólo se limitaba en leer el periódico mientras
desayunaba.
Si Joey estuviera aquí, tú no
tendrías esa cara de piedra que siempre sueles tener todas las mañanas. –
Manifestaba el muchacho en forma molesta.
Era lo único que me faltaba, que mi
propio hermanito me amargue el día. – Finalmente el mayor contestó enfadado.
Seto, sabes perfectamente bien que
me disgusta mucho que me dejes hablando solo, y para rematar me ignoras casi
todo el tiempo.
Y tú, bien sabes que detesto que
pronuncies el nombre de ese perro en esta casa.
“Ese perro, como tú lo llamas”… –
Hacia señales con sus dedos de entre comillas. – Es tu legítimo esposo, y lo
hice únicamente para llamar tu atención.
Pues te felicito Mokuba Kaiba,
muchas felicidades por haberme arruinado el día, y amargar mi desayuno. – En
eso; el hombre se levantó de la mesa y caminó en dirección a la puerta
principal.
¿A DÓNDE VAS? – Gritó furioso.
Lejos, en donde no tenga que estar
soportando tus estúpidos comentarios. – Fue lo último que respondió antes de
salir por la puerta principal.
El
joven dio un fuerte suspiro, se sentó en la mesa, y mirando a su alrededor notó
que la mansión no era la misma sin Joey.
******************************
Pensaba
que hoy iba ser un día normal, común y corriente, ya que solamente me limito en
estar sentado dentro del auto esperando tranquilamente a que salga a hacer su
rutina como es de costumbre. – Se decía a sí mismo un hombre de piel morena,
pelo color cenizo. – Hasta que me sorprendió verlo llegar a esta hora tan
temprano. ¿Qué raro? ¿A que habrá venido tan temprano? Por lo regular, esta
persona siempre suele llegar por las noches o por las tardes. Esto no me está
gustando en lo absoluto, y creo que tampoco no le agradará para nada a mi jefe,
lo más extraño de todo esto es que no pude averiguar casi nada sobre este
hombre. Es como si toda su vida fuera un gran misterio, debo hacer algo al
respecto, ya que no me puedo dar el lujo de presentarme ante mi jefe con las
manos vacías. Creo que por el momento no debo precipitarme, sí, eso es, me
calmaré, respiraré hondo para poder pensar con más claridad. Lo único que sé es
que esa persona tendrá que venir conmigo ya sea por las buenas o por las malas.
******************************
Mansión Kaiba…
Definitivamente
la mansión no es lo mismo sin ti, claramente se puede percibir el enorme vacío
que hay en este lugar, tú llegada a este lugar lo cambió todo, éramos muy
felices y solíamos compartir muchas cosas juntos. Aún recuerdo cuando mi
hermano llegó a darme la gran noticia, era la primera vez en mucho tiempo que
lo veía muy alegre…
FLASH BACK
¡MOKUBA! ¡MOKUBA! ¿DÓNDE ESTÁS,
MOKUBA?
Acá estoy hermano, ¿qué es lo que
sucede? ¿Por qué gritas de esa manera?
No lo vas a creer, es algo
increíble, es como un sueño, en verdad que esto te parecerá una locura, ni yo
mismo puedo creerlo.
Hermano, tranquilízate por favor, no
te estoy entendiendo nada de lo que tratas de decirme.
Ven acompáñame, será mejor que él,
te lo diga personalmente.
Ambos
empezaron a caminar, sólo que el pelinegro iba un tanto confundido y preocupado
a la vez, ya que nunca había visto a su hermano tan entusiasmado, se portaba
como un niño que acababa de recibir su nuevo juguete. Finalmente, entraron en
una habitación y ahí se encontraba un joven parado frente a una ventana.
¿Qué ocurre Seto? – Preguntó el
menor.
Éste
se adelantó un poco para estar cerca de la otra persona, lo agarró de la mano
como dándole valor para que pudiera hablar.
¿Y bien? – Volvió a preguntar.
E… Este… Yo… Mokuba… – Éste comenzó
a hablar, se encontraba nervioso ya que no sabía cómo el menor iba a
reaccionar, en eso, sintió un pequeño apretón en su mano, haciendo que volviera
a ver al ojiazul mayor, en cuanto lo miró, se armó de valor y continuó
hablando. – Mokuba, tu hermano y yo… Tu hermano y yo… Pues… Él y yo nos vamos a
casar. – Cuando dijo esto último; era como si le hubieran quitado un gran peso
de encima.
¿Es eso cierto, hermano? ¿Acaso
escuché bien? ¿Dime que esto no es una broma?
Tú mismo lo acabas de escuchar muy
bien Mokuba, no se trata de ninguna broma. Le acabo de pedir matrimonio a Joey,
y muy pronto él y yo nos vamos a casar.
Hubo
un gran silencio, y después de unos segundos, se escuchó un fuerte grito de
felicidad por parte del pelinegro, saltaba de alegría, mientras se acercaba al
rubio para darle un fuerte abrazo.
Todavía no puedo creerlo, finalmente
mi hermano se va a casar. Pellízquenme por favor para ver si no estoy soñando.
– Reía alegremente.
¿De verdad te da gusto que me case
con Seto?
Pero que tonterías dices Joey, pues
claro que me da gusto, ambos se aman y sé muy bien que los dos serán felices.
Estoy tan contento, felicidades Joey, pasarás a ser parte de la familia Kaiba,
serás como un hermano para mí.
Muchas gracias Mokuba, y yo que
estaba tan nervioso; creía que te ibas a molestar por haber aceptado a Seto.
El
joven reía de las locuras que decía el rubio y entre risas expresaba…
Esto amerita una gran celebración hermano.
Sí, tienes razón, esta noche
saldremos a cenar los tres juntos.
FIN DEL FLASHBACK
Como
te extraño Joey, y aunque mi hermano no quiera admitirlo, sé muy bien que él te
extraña también, y que además está sufriendo mucho por dentro. Es por eso, que
he decidido tomar cartas en el asunto.
******************************
Buenos días, pase usted por favor.
Muchas gracias Joey, espero no
interrumpir nada.
¡Oh, claro que no! Estábamos a punto
de desayunar.
¡Ah, perdón! Lamento mucho
interrumpir.
No se… No se preocupe señor Bakura.
– Decía el albino.
¿A que debemos el honor de su
visita? – Interrumpió el rubio.
Solamente venía a ofrecerme para
llevarlos a su trabajo, por cierto joven Ryou, no me llames señor Me haces
sentir muy viejo. – Medio sonrió el albino mayor. – Preferiría que me dijeras
Bakura, solamente Bakura.
Trataré de hacerlo señ… – El joven
se quedó callado al ver la mirada de insistencia de su jefe. – Quise decir
Bakura.
¿Va a desayunar? – Volvió a
interrumpir el ojimelado.
No gracias Joey, mejor desayunen
ustedes antes de que se les haga tarde. O mejor dicho, antes de que tú llegues
tarde.
¡Es verdad! Ya que no me gustaría
llegar retrasado a mí trabajo.
Así
que los dos se dispusieron a comer, mientras que el mayor decidió esperarlos en
la sala.
******************************
En algún lugar de ciudad
Domino…
Un
hombre se encontraba en una oficina muy amplia, donde había un juego de muebles
para sala, un escritorio, una librera, un par de sillas y un pequeño Bar. Esta
persona parecía como león enjaulado, caminando de un lado a otro; ya que desde
que llegó dio instrucciones precisas de que nadie lo molestara, lo único que él
quería era estar completamente solo. Trataba de ordenar sus pensamientos y al
mismo tiempo calmarse un poco.
¡MALDITO PERRO MISERABLE! Por su
culpa, todos me hacen sentir culpable, únicamente por el simple hecho de que te saqué prácticamente a patadas
de la mansión. Todo el mundo cree que tú eres la víctima y yo el cruel villano,
y no se dan cuenta que es todo lo contrario. Tú tienes la culpa por haberte
enredado con esa mujerzuela de quinta, y yo que creía que realmente me amabas.
– Esto último lo dijo con un deje de tristeza. – Estúpido perro, no tienes idea
de la falta que me haces, todas las mañanas al levantarme extraño mucho sentir
el calor de tu cuerpo, me fascinaba verte dormido, y yo te iba despertando poco
a poco con suaves caricias, besando sutilmente todo tu cuerpo hasta llegar al
punto de que hiciéramos el amor. Me entregaba por completo a ti; te lo di todo,
confié en ti, y en el supuesto amor que solías tenerme, fui un grandísimo tonto
por creer en todas tus mentiras. Era por eso que yo no quería enamorarme y no
deseaba casarme. Maldito perrucho callejero, como te has de haber burlado de mí
todo este tiempo, y en mi propia cara, pero ten por seguro; que si tú realmente
me has traicionado, te juro como que me llamo Seto Kaiba, que este gran amor
que siento por ti, te juro que lo mataré, y lo enterraré y me aseguraré de no
volver a saber nada de ti.
Respiró
profundamente, mientras se limpiaba algunas lágrimas que salían de sus hermosos
ojos zafiros, y puso sobre el escritorio un portarretrato que sostenía en su
mano derecha. En el marco estaba la foto donde salía con Joey el día que se
casaron.
******************************
La
jornada de la mañana había pasado muy rápido, se estaba llegando la hora de
salir a almorzar, todas las personas que laboraban esperaban con ansias el
período para poder salir a comer y descansar un poco. En uno de los Almacenes de
Ciudad Domino, trabajaba un joven de cabellos dorados como el sol, esta persona
se encontraba en la bodega sacando más producto para lograr exhibirlo en el
Almacén. Cuando de pronto, se le acercó a él uno de sus compañeros de trabajo.
¡Hey, Joey! Afuera te está buscando
un hombre, dice que le urge hablar contigo.
¿Qué? ¿Cómo dices, un hombre? –
Preguntaba bastante nervioso. – Y no te dijo, ¿qué es lo que quiere?
No lo sé, lo único que puedo decirte
es que el señor Zigfried me mandó para avisarte, y me dijo también que ya
puedes salir a almorzar.
El
rubio se quedó bastante pensativo, su amigo al ver que se había puesto pálido
le preguntó:
¿Estás bien? ¿Te sientes mal?
¿Eh? No, no es nada, descuida estoy
bien, dile al señor Zigfried que enseguida voy.
¿Estás seguro que te sientes bien?
Sí, no te preocupes, vete ya.
De acuerdo. – El hombre se marchó
dejando preocupado al ojimiel.
¡Hay no! Me pregunto, ¿quién podrá
ser? ¿Acaso será? – Se cuestionaba a sí mismo.
******************************
No muy lejos de ahí…
El
timbre de un celular no paraba de sonar…
¿Si, diga?
Llamaba para saber, ¿cómo vas? ¿Ha
habido alguna novedad?
Pues… Hasta el momento todo ha sido
normal… Ha hecho la misma rutina de siempre.
¿Seguro? Tu voz suena como si
estuvieras ocultándome algo.
No tendría por qué mentirte, además,
sé hacer mi trabajo.
Espero que así sea, y no quiero,
óyeme bien, no quiero que bajo ninguna circunstancia, él se vaya a dar cuenta
que tú lo estas siguiendo.
¡Por favor! Aunque yo no fuera un
profesional, sin ánimos de ofender, tú mejor que nadie sabe que esa persona es
muy distraída.
Aun así, no te confíes demasiado, y
quiero que me mantengas al tanto de todo. Escuchaste bien… DE TODO.
Si claro, no te preocupes.
¡Ah! Una cosa más.
Dime, soy todo oído.
No olvides en traerme a ese hombre
ante mí.
No hace falta que me lo recuerdes. –
Suspiró.
Bien, en ese caso no hay nada más
que hablar.
Entendido, adiós.
La
persona que estaba al otro lado del teléfono, simplemente colgó sin decir nada.
******************************
Hola, buenas tardes. – Saludó
respetuosamente.
¡Ah! ¡Es usted!
¡Baia, gracias! Lo dices como si
esperaras a alguien más, y al verme te llevaste una gran decepción.
Yo… Discúlpeme por favor… – Bajó un
poco la mirada. – No fue mi intención expresarme de esa manera, la verdad es
que pensé que era otra persona. – Su voz se le escuchaba triste.
No tienes por qué disculparte
conmigo Joey, sé que no ha de ser fácil atravesar por lo que tu estas pasando.
Fui un tonto el haberme hecho
ilusiones. – Hacia lo posible por no llorar.
Para mí, eso no es ser tonto, es
lindo que aún sigas pensando en esa persona. – Le sonrió con amabilidad.
Muchísimas gracias señor Bakura. A propósito,
¿a qué debo el honor de su visita?
Pues verás, antes que nada no me
llames señor, llámame Bakura, simplemente Bakura, y vine para pedirte un gran
favor.
De acuerdo, dígame de qué se trata.
Ve por tus cosas, saldremos a
almorzar, y luego daremos un pequeño paseo mientras tú y yo platicamos.
Pero… Sólo tengo una hora y media
para almorzar. – Respondía un tanto preocupado.
Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja,
ja, ja, ja, ja, ja, ja. – Se carcajeó ampliamente. – No te preocupes Joey, ya
hablé con el señor Zigfried para que te diera la tarde libre, con la condición
de que mañana llegarás más temprano.
¿En serio?
Claro que sí, anda, ve por tus
cosas, mientras yo aquí te espero.
Está bien Bakura, no me tardo.
Salió
rápidamente por sus cosas, y así ambos salieron a almorzar sin preocupación
alguna.
******************************
La
primera vez que nos conocimos, sentía mucha desconfianza hacia tu persona,
creía que te estabas aprovechando de tu situación para que al final te salieras
beneficiando tú mismo. El tiempo fue pasando, y finalmente se llegó el día en
que Kaiba me daría la gran noticia que cambiaría nuestras vidas. – Pensaba para
sí mismo un hombre, y al mismo tiempo recuerdos se le venían a su mente.
FLASH BACK
Baia, me sorprendió tu llamada.
Te agradezco que hayas venido tan
rápido.
¡Oh vamos, por favor! ¿Qué es lo que
te ocurre? Tú no eres de esas personas que agradecen así nada más. Sin embargo,
te veo diferente, tienes otro semblante.
Esa es la razón por la que te mandé
a llamar, quería ser yo quien te explicara de la decisión que acabo de tomar.
Pues aquí me tienes, dime para qué
soy bueno.
¿Te acuerdas del joven que lo traje
a vivir a la mansión?
¡Aja! Si me acuerdo, ¿qué hay con
él?
El
mayor medio sonrió, haciendo una breve pausa, cómo disfrutando del momento.
Nada en particular, solamente que me
voy a casar con él.
¿Qué, qué? Déjame ver si te escuché
bien… Te vas a casar con “Ése muchacho”. – Hacía señales con sus dedos de entre
comillas, mientras que utilizaba un tono de voz algo ofensivo.
Mucho cuidado en usar ese tono de
voz cuando te refieras a él. – Lo miraba seriamente a los ojos.
Kaiba, no es por ofender ni nada por
el estilo, pero ése muchacho… NI SIQUIERA TIENE EN DÓNDE CAERSE MUERTO. – Gritó
histérico.
Marik, tranquilízate por favor, no
es para que grites de esa manera.
Pero Kaiba, es que tú no entiendes,
quizás él se esté aprovechando de su situación para que tú te compadezcas de
él.
Es posible que tengas razón, pero tú
más que nadie sabe que yo siempre he estado enamorado de Joey, lo malo era que
yo no quería admitirlo.
Kaiba, recapacita por favor, abre
tus ojos, es que acaso no te das cuenta que gente como ésa, lo único que les
interesa es el dinero, y siempre andan buscando a alguien para que los
mantengan, y créeme que tú tienes fortuna hasta de sobra.
Marik, entiendo que tú, y tu familia
siempre han velado por el bienestar de la mía y agradezco mucho tu lealtad, y
ahora, como amigos que somos, te pido que le des una oportunidad. Espero, que
con el tiempo te vayas dando cuenta que Joey es diferente a muchas mujeres y
hombres que he conocido durante mi vida. Y lo más importante de todo es que… L
– O A – M –O.
¿Y él a ti, Kaiba? ¿Estás seguro que
tu amor es correspondido?
Sí, estoy más que seguro, ahora que
ya lo sabes, trata de llevarte con él, no te pido que seas su amigo, sólo te
pido que le tengas paciencia. Joey, puede sacar a cualquiera de sus casillas, y
eso es lo que más me gusta de él, lo único que quiero es que ustedes hagan las
paces y empiecen por llevarse bien.
De acuerdo Kaiba, únicamente porque
tú me lo estas pidiendo lo haré. Eso sí, no te prometo nada, pero si te prometo
que lo intentaré. Tú lo sabes mejor que nadie, yo no lo puedo ver ni en
pintura.
Gracias Marik, sabía muy bien que
podía contar contigo y que me entenderías. ¿Y bien? ¿No me vas a felicitar por
mi boda?
Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja,
ja, ja, ja, ja, ja, ja, es verdad amigo, muchas felicidades, no más recuerda
casarte por separación de bienes. – Empezó a bromear con el castaño.
Ambos
reían, mientras se daban un fuerte abrazo, Marik se dio cuenta de lo feliz que
era Kaiba, y eso le daba gusto ya que su amigo era raro que diera a demostrar
sus sentimientos.
FIN DEL FLASHBACK
Admito
que Kaiba tenía razón cuando me decía que tú eras diferente, siempre fuiste un
muchacho sencillo, sin ninguna clase de malicia, y pensar que antes te
detestaba y con sólo tu presencia era como si me daban una patada en el hígado,
la verdad es que no te soportaba, hasta que te fui conociendo poco a poco.
Llegué a tal grado de depositar toda mi confianza en ti, pero ahora, con lo que
acabo de ver, se me hace difícil de creer, ansío poder equivocarme y ojalá no
sea lo que estoy pensando. – Respiraba hondo mientras conducía el auto.
******************************
En algún lugar de Ciudad
Domino…
Cierto
joven salía de la Universidad, había tenido una jornada muy larga, y lo único
que deseaba era llegar a casa para poder descansar y relajarse un poco, en eso,
otro joven de hermosos cabellos verdes y ojos color esmeralda corría detrás de
él.
Por fin logro alcanzarte. – Sonreía
alegremente. – Eres difícil de localizar.
Lo lamento mucho, es que últimamente
he tenido mucho trabajo.
No es necesario que te disculpes, yo
te entiendo. Quería preguntarte si te gustaría que saliéramos, no sé, a alguna
parte por ahí, no más para distraernos un poco del trabajo.
No sé qué decir… Yo… Verás, no me lo
tomes a mal, pero en estos momentos no puedo darme el lujo de salir, tengo
muchas cosas en qué pensar. Discúlpame por favor, pero será en otra ocasión.
El
otro joven se sintió un poco mal al escuchar tal respuesta, y cansado ya de
tantos pretextos, decidió enfrentarlo esta vez.
¿Sabes qué? Mejor olvídalo, estoy
perdiendo mí tiempo el tratar de convencerte para que salgamos juntos, tú
siempre te enfadas cuando te comparan con tu hermano, esta vez será diferente,
porque esta vez voy a decir lo que pienso. – Se quedó callado por un segundo
para armarse de valor. – Todo el tiempo te la pasas diciendo mi hermano esto,
mi hermano aquello, mi hermano lo otro y no te has dado cuenta que eres
idéntico a él, lo único que haces es trabajar, trabajar, trabajar. Nunca te das
tiempo para ti, deberías de darte un respiro y salir de vez en cuando, aunque
no fuera conmigo, al menos sal con tus amigos. – Suspiró profundamente para
calmarse un poco, y antes que el otro fuera a decir algo, continuó hablando. –
Mokuba, hace dos años que somos novios y nunca nos hemos dedicado tiempo al
menos como pareja, y la verdad es que me gustaría que pasáramos más tiempos
juntos, conocernos mejor. Mokuba, yo te amo, pero siento que tú me estas
excluyendo de tu vida, y realmente me gustaría ser parte de ella, pero si crees
que lo nuestro no va a funcionar… – Hizo lo posible para que su voz no se le
quebrara. – Será mejor que aclaremos las cosas ahora mismo.
Hubo
un silencio total, en donde ninguno de los dos se atrevía a decir ni una
palabra, ambos tenían la mirada en el suelo, después de un rato, el peli verde
estaba por irse cuando…
Es cierto… Tienes toda la razón
Noah, no ha sido justo para ti que yo no te tome en cuenta, y en verdad lo
siento, pero es que no deseo pasar por lo que mi hermano está pasando y en
realidad es que te amo, te amo demasiado que no me gustaría perderte, mucho
menos que te alejes de mi vida.
¿Hablas en serio?
Claro que si amor, gracias por
tolerarme todo este tiempo, gracias por estar siempre a mi lado y sobre todo,
gracias por comprenderme. En estos momentos no se qué haría sin ti.
No digas eso mi amor, yo siempre
estaré a tu lado aunque tú no quieras.
Ambos
se abrazaban, y se besaron apasionadamente, en eso, el sonido de un teléfono
celular los separó, y el pelinegro lo contestó de inmediato.
Hola, habla Mokuba Kaiba.
---------------- ---------------- -------------
Aja, sí, por supuesto que puedo ir
en este instante. Aja, no te preocupes, yo asumo toda la responsabilidad, de
acuerdo, muchas gracias.
Eran
las respuestas que solamente escuchaba el peli verde, al ver que su novio colgó
decidió preguntarle.
Esto es inaudito. – Susurró para sí
mismo. – ¿Ahora me dirás que tienes que irte porque tu trabajo es muy
importante? – Expresaba un poco molesto.
Noah, perdóname por favor, en parte
tienes razón y en parte no.
¿A qué te refieres?
Escúchame, debo irme, hay algo muy
importante que tengo que ir hacer, pero te prometo que mañana te dedicaré todo
el día. No habrá ninguna clase de interrupciones, y accederé a ir a cualquier
parte que tú me digas, pero en serio, debo irme.
Está bien Mokuba. – Manifestó con un
suspiro de cansancio. – Vete, pero créeme que es la última oportunidad que te
doy. Te amo demasiado, pero para que una relación funcione, la pareja debe ser
de dos y no entre una.
Tienes mi palabra Noah, mañana,
solos tú y yo y espero que me dejes explicarte todo.
De acuerdo mi amor, anda, vete ya, y
no olvides tu promesa.
Claro que no mi amor. – Se le acercó
para darle un beso en los labios, y luego le susurró al oído. – Te amo mis
preciosos ojos de esmeraldas, y no olvides que un Kaiba siempre cumple su
promesa. – En eso el joven de ojos azules se fue, dejando a su novio parado con
los ojitos muy tristes.
******************************
La
tarde estaba terminando y con ella traía la noche, unos hombres caminaban por
las calles de un humilde vecindario mientras charlaban muy amenamente.
Bueno, hemos llegado.
Muchísimas gracias por traerme a
casa, y gracias por escucharme, me divertí mucho esta tarde.
No tienes nada que agradecerme, sino
que es todo lo contrario, gracias a ti. – Contestó amablemente.
¿A mí, por qué?
Pues por escucharme, creo que los
dos necesitábamos desahogarnos un poco, ¿no lo crees?
Creo que usted tiene razón Bakura,
hacía mucho que no me animaba de esta manera, y pienso que usted tampoco. –
Medio sonrió.
Muchas gracias Joey por esta tarde
tan placentera, me encantó poder hablar contigo.
No es para tanto Bakura. – Empezaba
a sonrojarse.
Mmmm… Será mejor que entres ya, el
sereno se empieza a sentir, y no me gustaría que te enfermaras por mi culpa.
Es verdad, hace un poco de frío,
pase buenas noches Bakura.
Buenas noches Joey, y no olvides que
mañana tienes que estar muy temprano en tu trabajo.
¡Ah, sí! Se me olvidaba. – Sacó la
lengua de forma infantil, mientras se terminaba de despedir para luego entrar a
su casa. Una vez que el rubio entró, los ojos del albino cambiaron
drásticamente, volviéndose en una mirada muy aterradora, y sin mirar hacia
atrás dijo:
Ya puedes salir… – El tono de su voz
era desafiante. – No es necesario que te escondas.
Una
sombra que se encontraba detrás del albino comenzó a salir de un pequeño
callejón que había en ese lugar, y éste habló:
¿Hace cuánto que sabías que yo
estaba aquí?
Lo he sabido desde siempre. –
Respondía mientras se daba la media vuelta para enfrentarlo cara a cara.
¿No me digas? – Expresaba el otro
hombre con ironía. – Si lo has sabido desde siempre, ¿por qué no le dijiste
nada a Joey?
Simple… – Medio encogió los brazos
hacia arriba. – No quería preocuparlo, además, he querido hablar con usted al
respecto. Así que ha llegado la hora de saber, ¿quién es usted? ¿Qué es lo que
está tramando? ¿Qué es lo que quiere? Aunque al principio, tenía mis dudas,
pensé que usted acechaba a Ryou, pero ahora me he dado cuenta que estaba muy
equivocado.
¡Baia! Es bastante listo, sobre todo
porque no se le escapa ningún detalle, y dada las circunstancias, creo que este
es el mejor momento para que usted, y yo podamos conversar a solas. Ya que
usted, no es el único que desea hablar conmigo y esta es una gran oportunidad
para que los dos tengamos una charla amistosa por así decirlo.
Si lo pone de esa manera, será mejor
que busquemos otro lugar para presentarnos formalmente. – Lo miraba seriamente
a los ojos.
Nuevamente lo felicito por saber
leer mi mente, únicamente sígame, que yo conozco un buen lugar para que nadie
nos interrumpa. – Y así, ambos hombres se fueron del lugar.
******************************
Buenas noches Ryou, ya llegué.
Acá estoy Joey, en la cocina.
El
ojimiel caminó hacia dónde estaba su amigo, cuando de pronto se detuvo, y
lográndose apoyar en la pared evitó caerse al suelo.
¿Joey, estás bien? – El albino había
llegado para recibirlo, pero al verlo tan pálido, y mirándolo que a duras penas
podía mantenerse de pie, se le acercó rápidamente muy preocupado.
Estoy bien Ryou, no más fue un
pequeño mareo, no te preocupes ya se me pasará.
Ven amigo, apóyate en mí, te llevaré
a la cocina, y ahí podrás sentarte para que se te pase el vértigo.
Muchas gracias. – Contestó,
sintiéndose un poco cansado.
Una
vez que llegaron a la cocina, el albino sentó al rubio en una de las sillas del
comedor, luego fue al refrigerador para servirle un poco de refresco en un
vaso.
¿Ya te sientes mejor?
Sí, ya se me está pasando.
Joey en serio, no deberías de
esforzarte mucho, a penas llevas 3 meses de gestación, y el doctor claramente
te ha dicho que debes cuidarte.
Lo sé Ryou, pero no te preocupes, no
más fue un pequeño mareo, vez, ya se me pasó.
– Bromeaba para que su amigo no se angustiara tanto.
De acuerdo, te creo, mejor cuéntame,
¿cómo te fue?
Me fue muy bien, en especial porque
todos mis compañeros de trabajo son muy buenos conmigo, casi no me dejan hacer
nada. – Se reía graciosamente haciendo que el otro se riera también. –
Cuéntame, y a ti, ¿cómo te fue?
Pues, que te puedo decir, no me
quejo, aunque mis compañeros dicen que soy el consentido del señor Bakura y eso
no me gusta para nada.
No les hagas caso, ignóralos, lo
hacen para molestarte, además tú mismo me has dicho que el señor Bakura los
trata a todos por igual.
En eso tienes razón, sin embargo, en
cierta forma me siento algo incómodo. – Suspiró, hubo un pequeño silencio hasta
que se escuchó el timbre de la puerta. – ¿Quién podrá ser a esta hora?
No lo sé, será mejor que yo vaya. –
Respondió el rubio, mientras se levantaba para ir abrir la puerta.
En
el camino, Joey iba pensando en muchas cosas, mientras se decía a si mismo…
Quizás por fin se decidió a dar el
gran paso. – Con sólo imaginarse la idea lo ponía muy feliz, pero en cuanto
abrió la puerta…
Hola, buen… – La persona que se
encontraba del otro lado, no terminó de hablar, ya que rápidamente logró
sostener al ojimiel en sus brazos, quien se había desmayado a no más vio de
quien se trataba… – ¿JOEY, JOEY? VAMOS AMIGO, ¿QUÉ TIENES? ¡QUÉ ALGUIEN ME
AYUDE POR FAVOR! DESPIERTA JOEY, POR FAVOR NO ME HAGAS ESTO, REACCIONA… ¿VIVE
ALGUIEN MÁS AQUÍ? – Gritaba desesperado la persona que acababa de llegar…
Continuará…
N/A: Como lo
mencioné anteriormente, la creación de las imágenes es obra de mi amiga Darcey
Herrera. Amiga, en serio te digo que te envidio por tener el talento de
dibujar. Conste, que es envidia de la buena.
Muchas
gracias por tomarse su tiempo en leerme, no olviden dejar sus comentarios, y si
alguno de ustedes tiene preguntas, y sugerencias, no olviden escribirme, que yo
con gusto trataré de contestarles a sus dudas que tengan. También a ti amiga te
agradezco muchísimo por tomarte tu tiempo en diseñarme los dibujos tal y como
yo los quería…
¿Por
qué se habrá desmayado el ojimiel? ¿Quién habrá llegado inesperadamente? ¿Qué
clase de conversación tendrá Bakura? ¿Tendrá la razón el neko de que él sea el
villano y Joey la víctima?
Todo
esto y más lo iremos descubriendo en los siguientes episodios. Me despido de
todos ustedes con un fuerte abrazo virtual, nos leeremos en el siguiente
capítulo.
Atte.:
KAT.
P.D.: ¿Quiénes de
ustedes hace compras por Amazon? Les pregunto para que me ayuden que artículos les
gustaría que pusiera a la venta, y así ustedes lo puedan comprar desde el
enlace de mi blog. Por favor, ayúdenme a crecer y a la vez ir conociendo sus
gustos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario