Capítulo 4: No puedo dejar de
amarte.
Notas del capítulo: Las
personas suelen hacer promesas, y no le dan importancia a lo que dicen o
prometen. Pero hay quienes que sí saben el valor y la fuerza que tiene esta
simple palabra. Se dice que en los tiempos pasados cuando alguien prometía
algo, lo cumplían ya que daban a entender los hombres que eran y así salvar su
reputación y honor como caballero. Pero ahora… Todo eso cambió, por eso, uno
antes de prometer algo, debe pensar muy bien si va a cumplir con esa promesa o
si sólo será un cheque más que no se podrá liquidar…
Declaimer:
Noticia de último momento… “YU – GI – OH!, No es mío”… Mucho menos sus
personajes… Son propiedad de su respectivo autor, pero toda la trama de esta
historia si es creada por mí. Amo inventarles historias nuevas a mis queridos
personajes, es una manera de expresar lo que siento, y tener la dicha de
poderlo compartir con todos ustedes. ^_^
******************************
Se
la había pasado toda la noche en vela, estaba un poco preocupado, y a la vez se
encontraba muy nervioso, todo había sido tan repentino, no se esperaba algo
como esto. Mil cosas se le venían a su mente y por más que pensaba en encontrar
una solución no hallaba ninguna respuesta. Sin embargo, una cosa si estaba
seguro, y es que él no iba a permitir que lo sacaran de su casa, había decidido
defender a su amigo a toda costa. En eso recordaba lo sucedido de anoche…
FLASH BACK
¿JOEY, JOEY? VAMOS AMIGO, ¿QUÉ
TIENES? ¡QUÉ ALGUIEN ME AYUDE POR FAVOR! DESPIERTA JOEY, POR FAVOR NO ME HAGAS ESTO,
REACCIONA. ¿VIVE ALGUIEN MÁS AQUÍ? – Gritaba desesperado la persona que acababa
de llegar… – ¡POR FAVOR QUE ALGUIEN ME AYUDE!
A
lo lejos escuchaba gritos desesperados, al principio no les daba importancia,
ya que normalmente en la zona donde vivían siempre se escuchaban gritos de
personas que solamente les gustaba llamar la atención. Los gritos cada vez se
escuchaban más fuertes, y lo que le llamó la atención fue cuando escuchó el
nombre de su amigo, en ese mismo instante, saltó de la silla en donde se
encontraba sentado, y salió corriendo a la puerta para ver qué era lo que
sucedía. Pero su sorpresa fue aún mayor cuando vio la persona que lo tenía en
sus brazos, sintió como se le fueron los colores, y casi que le daba un infarto
ahí mismo. En eso recordó a su amigo, él era su prioridad y debía de ayudarlo.
¿Qué
sucedió? – Preguntó angustiado.
Perdón… Yo… Yo no quería que algo
así pasara… Yo lo único que deseaba era hablar con Joey… Y en cuanto me vio se
desmayó justo enfrente de la puerta… – Hablaba bastante nervioso.
Ven, ayúdame a llevarlo adentro,
llamaré al Doctor para que venga.
Sí, está bien.
Al cabo de unas horas…
¡Doctor! ¿Cómo se encuentra?
Tranquilo, estará bien, necesita
descansar por ahora. Tuvo un fuerte shock al ver a ese jovencito, y fue por eso
que perdió el conocimiento, le recomiendo que lo deje dormir hasta que él se
despierte, para entonces ya estará más calmado.
Por favor Doctor, no le diga nada
respecto a…
No se preocupe, mis labios están
sellados por ética profesional. Además, él no tardará en darse cuenta, sobre
todo porque es un joven bastante perspicaz.
¿A qué diablos habrá venido? –
Murmuró entre dientes, sin darse cuenta que el médico logró escucharlo.
Sabía muy bien que esto iba a pasar
tarde o temprano, era algo inevitable, le sugiero que lo más recomendable por
ahora es decirle la verdad. Pero eso ya no está en mis manos ni en las suyas,
hay que esperar la decisión del joven Wheeler.
Sí, creo que tiene mucha razón
Doctor, le agradezco mucho que haya venido.
Bueno, por ahora me retiro, si surge
algo fuera de lo normal, llámeme inmediatamente.
Muchas gracias.
FIN DEL FLASHBACK
Una
voz en particular lo sacó de sus pensamientos…
Ryou, en verdad lamento todo esto,
yo no quería causarle daño alguno a Joey, no sabía que estuviese tan enfermo.
Por favor, No me lo vayas a tomar a
mal esto que te voy a decir… Quiero que te vayas.
¡Ah, no! ¡Eso sí que no! Vine hasta
acá para poder hablar con Joey, y te guste o no, me quedaré aquí hasta que él
despierte. – Expresaba de una manera un poco arrogante.
******************************
En algún lugar de Ciudad
Domino…
Se
la habían pasado hablando toda la noche, y para que ninguno de los dos fuera interrumpido,
ambos decidieron apagar sus celulares. En cuanto salió del lugar, encendió su
celular para ver si tenía alguna llamada. Pero se llevó una gran sorpresa al
ver las quini mil llamadas que Ryou le había hecho a él durante toda la noche.
¡Demonios! ¿Qué habrá sucedido para
que me llamara constantemente? – Se decía a sí mismo, estaba muy preocupado, ya
que era la primera vez que Ryou le llamaba por teléfono, y sobre todo a altas
horas de la noche.
Decidió
ir rápidamente a la casa del joven albino a ver qué era lo que había ocurrido,
mientras que en el camino, le estaba marcando desde su celular, pero nadie le
contestaba, y eso sí, que le aterró de sobre manera. ¿No supo por qué? Pero
sintió un fuerte escalofrío recorrer todo su cuerpo.
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¡ESTÁS LOCO! TE RECUERDO QUE ESTA ES
MI CASA, Y AQUÍ QUIEN MANDA SOY YO. ¡ASÍ QUE VETE! – Gritaba desesperado, ya
que no sabía qué hacer ni cómo reaccionar ante esta situación.
¿Por qué insistes tanto en que me
vaya? Que yo sepa no te he hecho nada Ryou, Además, yo con quien quiero hablar
es con Joey, ya te lo dije, y si sigues gritando así, lo vas a despertar.
Recuerda lo que dijo el Doctor, que hay que dejarlo descansar.
El
albino, apretó fuertemente sus manos haciéndolas puño, y al mismo tiempo se
tragaba su coraje.
“Ese enano tenía razón, si seguía
gritando así, lo único que conseguiría era en despertar a su amigo”. – Pensaba
para sí mismo. – Por esta ocasión te doy la razón, te quedarás con una sola
condición.
Hasta que al fin piensas de manera
razonable. – Medio sonrió. – ¿Cuál es tu
condición?
En cuanto se despierte, me permitas
hablar a mi primero con él, si él te recibe, entonces tú entrarás a hablar con
él.
Me parece bien, tienes mi palabra,
respetaré tu condición, y la decisión de Joey.
Te lo agradezco mucho. – Contestó un
poco más relajado. – ¿No quieres comer algo? Ya casi es mediodía y ninguno de
los dos ha comido nada.
¿QUÉ, QUÉ? – Gritó algo
desconcertado.
Shhhhhh… ¡Cállate! O lo despertarás
con tus gritos. ¿Qué te pasa? ¿Por qué gritas así?
Lo siento mucho, no tenía idea de
que fuera bien tarde, necesito hacer una llamada.
¿A quién? – Preguntó de forma
alarmante.
Tranquilo, relájate, no es a quien
tú te imaginas. – Se quedó callado por un momento. – Este… Si no te importa, si
quiero algo de comer, me muero de hambre.
De acuerdo, confiaré en tu palabra,
haz tu llamada, mientras yo iré a la cocina.
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No muy lejos de ahí, pero en la
misma ciudad…
¿Hola, si diga?
¿Cómo vas con el asunto que te
encargué?
No se preocupe, todo está listo,
anoche tuvimos una charla un tanto amistosa por así decirlo. – Medio sonreía.
¿Le dejaste bien en claro que quiero
verlo?
Así es, le dije que usted quería
hablar personalmente con él.
Bien, en ese caso los espero en mi
oficina a las 5:30 de la tarde.
De acuerdo Señor Kaiba, llegaremos a
esa hora.
Bien, eso es todo por ahora.
El
hombre estaba por decir algo más pero su jefe ya había colgado el teléfono,
suspiró hondo mientras se decía así mismo…
La verdad no sé si estaré haciendo
lo correcto.
******************************
Universidad Nacional de Ciudad
Domino…
Un
hermoso joven de cabellos verdes, salía de su salón de clases, acababa de
terminar de darles clases a sus estudiantes, cuando en eso su celular comenzó a
sonar y en cuanto vio el número dudó en
contestar la llamada, pero finalmente lo hizo.
¿Cómo puedes hacerme esto? Recuerda
que lo prometiste, tú mismo me dijiste que este día iba ser especialmente para
los dos. No puedo creer que nunca me tomas en cuenta.
Por favor, perdóname, surgió algo
imprevisto y es por eso que te llamaba, amor escúchame por favor. – Se oía la
voz de la persona que se encontraba al otro lado del teléfono.
¿Y ahora con qué cuento me vas a
salir? ¡Ah! No me digas que se te presentó algo importante. ¿Y vas a decirme
que lo dejemos para otro día?
Te llamaba para darte una dirección,
acuérdate que tú mismo me pediste que te tomara más en cuenta, si vienes,
sabrás todo al respecto.
Sabes qué… A otro perro con ese
hueso… Me doy cuenta que lo nuestro nunca va a funcionar. – La voz del chico
comenzó a escucharse entre cortada, hacia un gran esfuerzo para no llorar, se
sentía muy dolido y lastimado, sobre todo porque él le había preparado una gran
sorpresa para que el momento fuera inolvidable.
Por favor, ven mi amor, te juro que
no lo lamentarás.
De acuerdo, dame la dirección, pero
no te prometo nada. – Respondió algo molesto.
Muchas gracias amor, te amo.
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La comida ya está lista, si gustas
puedes pasar a la mesa para que podamos comer un poco. – Decía un joven de pelo
albino, pero al no tener respuesta, decidió preguntarle qué era lo que le
pasaba. – Oye, ¿estás bien?
¿Eh?... Sí, estoy bien no te
preocupes.
Por un momento te vi bastante
deprimido, supongo que fue mi imaginación.
No es nada, lo siento me distraje un
poco.
Bueno, te decía que la comida ya
está lista, y si te gustaría comer en el comedor.
Perdóname Ryou, pero no tengo
hambre.
El
otro joven se quedó un tanto sorprendido, ya que hacía unos momentos había
dicho que se moría de hambre y ahora… ¿Le salía con eso? Estaba por decirle
algo cuando de pronto escuchó el timbre de la puerta.
Espera un segundo, iré a ver quién
es.
En
cuanto fue a abrir la puerta, vio a un hombre muy parecido a él, este le salió
un poco molesto y lo primero que dijo fue…
No se hubiera molestado en venir.
Yo… Lo lamento tanto Ryou, mi
celular se descargó, y lo puse a cargar toda la noche y hasta hoy en la mañana
fue que vi tus llamadas perdidas, y vine corriendo para ver si estabas bien. –
Se sintió un poco mal al haberle mentido a ese joven que para él era como una
joya, pero no tenía otra opción ya que no podía decirle la verdad sobre lo que
estaba haciendo anoche.
Pues como verá señor Bakura, yo
estoy bien, así que si me disculpa debo dejarlo, tengo muchas cosas qué hacer.
Por favor joven Ryou, no sea tan
rudo conmigo, usted bien sabe que puede contar conmigo para lo que sea.
Sí lo sé, me lo acaba de demostrar
anoche. – El joven estaba molesto, ya que recordaba lo angustiado que se
encontraba, y después de haberle llamado al Doctor, lo llamaba a él
desesperadamente, lo único que el quería era sentirse apoyado por alguien, y
él, era la única persona a quien le podía llamar a altas horas de la noche.
¿Puedo pasar? – Preguntó el hombre,
sacando al otro de sus pensamientos. En eso, otra persona que se encontraba en
la casa salió para ver quién era.
¿Quién es Ryou?
Hola, buenas tardes. – Saludó con
respeto el hombre que aún se encontraba parado frente a la puerta.
Es mi jefe Bakura, anoche le estuve
llamando para que viniera, pero mis intentos fueron en vano. – Esto último lo
dijo con un deje de tristeza.
En verdad lo siento, creo que vine
en un mal momento, será mejor que me vaya.
No, espere, por favor quédese, así
el ambiente será menos pesado. – Contestó el otro joven.
¿Y usted quién es? Se me hace muy
familiar.
Mi nombre es Mokuba… Mokuba Kaiba,
pero le voy a suplicar que me llame Mokuba. – Sonrió el pelinegro.
¿Qué, qué? No puede ser. – Expresó
el hombre muy sorprendido, e inmediatamente se dirigió al joven albino. –
¿Dónde está Joey?
Será mejor que pase señor Bakura,
adentro le voy a explicar todo antes de que diga algo que no debe. –
Manifestaba el dueño del departamento, y así, todos entraron a la casa.
******************************
En algún lugar de Ciudad
Domino…
Un
hombre de estatura alta, pelo castaño, manejaba en dirección a su mansión y en
el camino se hacía mil preguntas. Finalmente el momento se había llegado, y por
fin iba a tener cara a cara esa persona misteriosa que en ocasiones le lograba
quitar el sueño por las noches, y eso lo ponía furioso de alguna manera, ya que
no sabía cómo iba a reaccionar al tenerlo enfrente de él.
“Quizás me equivoqué con él al
respecto, tal vez no me engañaba con esa mujer, si no que con su hermano o con
algún fulano conocido por ella. Pero muy pronto sabré ¿Quién es ese sujeto? ¿Y
por qué es que visita tanto ese departamento? Por más que lo pienso, y re
pienso, no puedo encontrar otro motivo por el cual esa persona llegue casi a
diario. Como me gustaría poder llegar un día y encontrarlos con las manos en la
masa, pero no… Debo ser paciente y esperar, sí, así es, esperar mi momento de
triunfo y echarle en cara a ese perro todo lo traicionero que ha sido conmigo.
Más vale que estés listo perro para recibir todo mi enojo, y todo el poder que
tengo para destruirte y para humillarte, tal y como tú lo estás haciendo
conmigo. Disfruta de tus aventuras que tengas, ahora que ya no estamos juntos,
porque yo le pondré fin a todas esas aventuras, y haré que te arrepientas y
llores sangre, haré que te arrastres ante mí, suplicándome que tenga piedad
contigo, tú y ese hombre lo van a lamentar muy caro”.
El
hombre conducía a toda velocidad, de alguna manera trataba de despejar su
mente, pero no lograba hacerlo, sólo deseaba que el tiempo corriera más rápido
para que fuera la hora pactada y terminar con ese asunto de una vez por todas.
******************************
Departamento de Ryou…
Ahora lo entiendo todo… Pobre Joey,
no puedo imaginarme el gran susto que se llevó.
¿Susto? Pero si aquí el único que se
espantó fui yo, al ver como se desmayaba enfrente de mis ojos.
Debes entender Mokuba, y sin ánimos
de ofender, no esperábamos tu visita. Además, presentarte así nada más sin
previo aviso…
Discúlpame Ryou, pero no encontraba
otra manera de presentarme, únicamente quería darle una sorpresa a Joey,
deseaba saludarlo, y ver cómo estaba. Y a todo esto… ¿Qué se traen ustedes?
¿Por qué siento que me están ocultando algo? Desde que llegué, todos han puesto
una cara de preocupación, y el ambiente está muy tenso.
No nos hagas caso, es imaginación
tuya. – Medio sonreía el albino. – Mejor iré a ver cómo se encuentra Joey.
En
eso se levantó y se dirigió a la habitación donde se encontraba su amigo.
A mí no me mires, yo no sé nada. –
Habló el hombre que se había quedado con el pelinegro.
En la habitación…
Hola, al fin despiertas, ya me
tenías muy preocupado.
¿Qué fue lo que sucedió? Lo último
que recuerdo es que estábamos hablando en la cocina.
¿Seguro que no recuerdas nada? – El
otro asintió con la cabeza, en eso el albino se sentó a la orilla de la cama,
respiró profundamente y pensaba la manera en como decírselo. – Joey, hay algo
que debes saber.
¿Qué sucede Ryou? ¿Por qué estás tan
nervioso?
Primero que nada debes calmarte, y
escucha atentamente lo que te voy a decir. – El albino vio que su amigo se
estaba preocupando por lo que le estaba diciendo. – Joey, allá afuera se
encuentra Mokuba, el hermanito menor de Seto Kaiba.
El
rubio tragó saliva en seco, no podía creer lo que su amigo le estaba diciendo,
en eso su mente empezó a recordar cuando fue a abrir la puerta, y lo vio a él
parado del otro lado. De pronto, comenzó a llorar, y se llevó las manos a su
pancita.
Por favor, por favor Ryou, dile que
se vaya, dile que no quiero verlo, no quiero saber nada de la Familia Kaiba. Si
él está aquí, entonces significa que también su hermano.
Joey, relájate por favor, al parecer
vino solo, porque anoche no vi a nadie más en la puerta, y ha estado aquí desde
que te desmayaste, también me dijo que venía a ver cómo te encuentras, te
quiere saludar. Yo creo que si hablas con él y lo convences que todo está bien,
tal vez se vaya y no vuelva.
No lo creo Ryou, conozco a Mokuba, y
no creo que haya venido sólo a eso.
Bueno, eso no lo sabremos hasta que
hables con él.
De acuerdo, creo que tienes razón,
dile que pase, pero por favor, quédate conmigo hasta que se vaya.
No te preocupes Joey, no estás solo,
ya que en la sala también se encuentra mi jefe Bakura. – Sonrió el albino, y
eso hizo que el rubio se tranquilizara y medio sonriera también.
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No muy lejos de ahí, pero en la
misma ciudad…
Hola amor, qué bueno que viniste a almorzar.
Hola mi cielo, lamento no haber
podido estar mucho tiempo en casa en estos días. Pero te prometo que en cuanto
todo esto termine, nos iremos de vacaciones.
No te preocupes amor, conozco muy
bien como es tu trabajo.
Gracias mi amor por ser tan
comprensivo, a veces pienso que no te merezco mi cielo. – Justo en ese momento,
otra personita llegaba a saludar.
¡Papi! ¡Volviste!
¿Cómo está mi pequeño? ¿A ver
cuéntele a papá cómo se ha portado? – Abrazaba al niño y lo recibía muy
contento.
Me he portado bien, lo único es que
te extraño mucho papi.
¡Hay mi niño! Perdóname por no
permanecer tanto tiempo en casa con ustedes. ¿Pero sabes qué?
¿Qué papi? ¿Qué?
Hace poco le decía a tu pamita, que
en cuanto termine de hacer mi trabajo nos iremos todos de vacaciones. ¿Te gusta
la idea? Mi pequeño ángel.
¿Lo dices en serio?
Sí, nos iremos varios días juntos mi
amor. – Reía el hombre felizmente con su hijo.
Sí, sí, sí, oíste eso pamita,
estaremos varios días juntos.
Claro que si mi cielo, ahora suelta
a papá e iremos a comer a la mesa.
Está bien. – Decía el niño mientras
se adelantaba a la mesa.
Por cierto amor, aprovechando que te
veo, quiero que firmes un permiso por parte de la escuela donde va Shādī.
¿Un permiso de qué?
¿Ya lo olvidaste? Te recuerdo amor
que este fin de semana irá a una excursión escolar.
¡Demonios! Lo había olvidado por
completo.
¡Marik Ishtar! ¿Dónde andas la
cabeza? Yo ya lo había firmado, pero nuestro hijo me insistió en que tú también
lo debías de firmar.
Perdóname Malik, enseguida lo firmo.
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Hola Joey, ¿cómo te sientes amigo?
Ya me siento mucho mejor. – El rubio
medio se levantaba para poderse recostar en el respaldo de la cama, en eso el
pelinegro notó algo diferente en su amigo. – Dime una cosa Mokuba… ¿Seto sabe,
que estás aquí?
La verdad es que él no sabe que vine
a buscarte, Joey, quiero que vuelvas a la mansión, allá nada es lo mismo sin
ti. Sé que tienes problemas con mi hermano, pero si hablas con él, estoy seguro
que las cosas se pueden arreglar. Él dice que te encontró abrazando a una mujer
en la sala y que al parecer le estabas poniendo los cuernos con ella.
Perdóname Mokuba, pero, no volveré a
la mansión, y NO, No pienso hablar con Kaiba. No después de todas las cosas que
me dijo, no después de cómo me trató, y yo soy incapaz de engañar a tu hermano,
ni con esa mujer ni con nadie más. En todo caso, yo creo que es él quien me
tendría que venir a buscar, y no mandar a su pequeño hermano. – El ojimiel,
estaba un poco molesto, y triste a la vez, ahora sí que había perdido toda las
esperanzas de que su neko lo buscara para pedirle perdón.
Seto, no me mandó a buscarte, fui yo
quien tomó la decisión de buscarte para poder hablar contigo, ni siquiera sé si
mi hermano sabe en dónde estás viviendo. Pero me alegra saber que no engañas a
mi hermano, quería escucharlo de tus propios labios y te creo cuñado. – Medio
le sonrió.
Gracias por confiar en mí Mokuba, y
te agradezco que hayas venido. – En eso, el rubio medio se quejó al sentir una
leve patadita en su vientre, y eso hizo llamar más la atención del joven.
Eh… ¿Joey? Acaso… ¿Estás embarazado?
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¿Amor? ¿Qué sucede? Últimamente
estas muy distraído.
¿Eh? Perdón amor, ¿qué me decías?
¿Qué pasa Marik? Sabes que puedes
confiar en mí, siento que algo te inquieta.
Por lo visto me conoces muy bien
Malik, y a ti no se te escapa ningún detalle, no puedo engañarte, ¿verdad?
Sabes muy bien que no amor, y te he
notado bastante distraído y muy pensativo a la vez.
Malik, hay algo que debo decirte,
pero debes prometerme que no le dirás a nadie. Es que si no saco esto que llevo
por dentro, siento que me voy a volver loco, y tú bien sabes amor que mi
trabajo es estrictamente confidencial.
Cálmate mi amor, me estas preocupando,
¿qué sucede?
Prométeme que lo que te diga en esta
habitación, se quede en estas cuatro paredes.
Claro amor, tienes mi palabra, te lo
prometo, pero ya dime de una vez, ¿qué sucede?
A que no adivinas, ¿quién está
embarazado?
******************************
Creo que ya fue suficiente, basta de
charla por ahora, ya es tiempo que lo dejes descansar. – Interrumpía un joven
que también se encontraba en la habitación, y que sólo se limitaba a escuchar.
Pero aún no responde mi pregunta. –
Contestaba el otro en forma de reclamo.
Recuerda lo que dijo el Doctor,
debemos dejarlo que descanse. – Esto lo decía irónicamente, como desquitándose
por lo ocurrido anteriormente.
Joey, por favor, contesta mi
pregunta… ¿Estás embarazado? – Al verle esa pancita de ese tamaño, le hizo
recordar a la Familia Ishtar.
Joey, no tienes por qué responderle.
– Intervenía el albino un poco enojado.
Entonces es cierto. – El pelinegro,
trataba de sacar sus propias conclusiones, y empezó a caer en el veinte del por
qué todos se comportaban raros desde el momento en que él llegó.
Tranquilo Ryou, está bien, conozco
muy bien a Mokuba, y sé lo listo que es. Lo mejor será decirle la verdad, y la
respuesta a tu pregunta es… Sí, sí estoy embarazado, y este bebé es de Seto. –
Esto último lo había dicho con tristeza, ya que él deseaba tanto que su neko
estuviera con él en ese momento.
¡¡¡Que genial!!! ¡¡¡No puedo
creerlo!!! ¡¡¡Es una excelente noticia!!! Espera a ver la cara que pone mi
hermano cuando se lo diga.
¡Ah, no! ¡¡¡Eso sí que no!!! – El
rubio se levantó de la cama a como pudo, ya que todavía se sentía un poco
débil. – No quiero que se lo digas a tu hermano. Este bebé es mío, y de nadie
más. – Ahora era él quien se expresaba bastante enojado.
¿Por qué? Joey, con más razón debes
de regresar a la mansión, allá estarás bien atendido, tendrás a los mejores
médicos del mundo, y sabrán cuidar muy bien de ti. Recuerda que estamos
hablando del hijo de mi hermano, de mi sobrino. Por qué no puedes entender que
a ese niño no le va faltar nada.
Mokuba, no me lo tomes a mal, pero
será mejor que te vayas. Yo de ustedes no quiero nada, absolutamente nada. Y no
te preocupes por mi hijo, te aseguro que él estará bien, y que tampoco le
faltará nada, para eso me tendrá a mí, yo cuidaré muy bien de él. Yo me
sacrificaré por este niño, y por él saldré adelante sea como sea, seré padre y
madre para mi hijo.
El
pelinegro estaba por decir algo, pero se dio cuenta que su querido cuñado
estaba llorando, por esa razón es que mantenía la vista agachada para que el
flequillo de su pelo le cubriera los ojos. Al parecer, estaba sufriendo mucho,
empezó a entender, que quizás su hermano había sido muy injusto con él.
Cálmate Joey, no te pongas así, te
prometo que no le diré nada a mi hermano, mucho menos sabrá que vine a
visitarte. – El ojiazul menor se acercó a su amigo para abrazarlo y éste no
tardó mucho en corresponder el gesto de cariño que le estaba brindando.
Muchas gracias Mokuba. – Respondió
con la voz entrecortada y temblorosa.
Bueno ya, dejemos de cosas tristes,
porque si no, yo también empezaré a llorar y entonces sí, ya nadie me va poder
calmar. – Trataba de tranquilizar el ambiente, mientras que ayudaba al rubio a
acostarse de nuevo en la cama. – ¿Y cuántos meses llevas? – Preguntó con
curiosidad.
Acabo de cumplir tres meses. –
Expresaba un poco más calmado, y al mismo tiempo se limpiaba las lágrimas con
sus manos.
¡Wow! Oíste eso Ryou, seré tío, no
puedo creerlo, Joey, déjame visitarte todos los días, ¿sí? Por favor, por
favor, por favor. – Realmente se veía muy contento con la noticia.
No lo sé Mokuba, todo esto ha sido
tan repentino. ¿Y si Seto se entera?
Prometo ser muy cuidadoso con mi
hermano, él no se va a enterar, al menos no por mi parte. Di que sí, anda no
seas malo, déjame estar al lado de mi sobrino. – Le suplicaba a su cuñado
mientras que le ponía carita de perrito a medio morir.
******************************
Pues no me imagino quién podría
estar embarazado.
¿Te acuerdas de Joey? El esposo de
Seto Kaiba.
Sí, si me acuerdo, ¿qué pasa con él?
¡Oh! No me digas que…
Sí, así es, ese pobre muchacho está
embarazado. Y lo peor del caso es que ni siquiera Seto se imagina que va ser
padre. Mejor dicho, que ya es padre.
¿Cómo, ya nació?
Todavía no, apenas lleva tres meses.
Si tan sólo lo vieras, se ve tan lindo embarazado, me hace recordar cuando tú
estabas en cinta de nuestro hijo. ¿Te acuerdas?
No puedo creerlo. – Murmuraba para
sí mismo.
¿Amor, qué te sucede? De pronto te
quedaste callado, no me digas que no te dio gusto saber la noticia.
¿Eh? No, no es eso, perdóname Marik,
es que no puedo creer lo que me estás diciendo.
Pues créelo porque es verdad.
¿Y por qué no le has dicho nada al
Señor Kaiba?
En estos momentos no puedo
decírselo, por esa razón es que necesitaba decírselo a alguien, cada vez que
Kaiba escucha el nombre de Joey, se pone como loco, se pone furioso y dice que
no quiere saber nada de ese perro. Ya sabes cómo es él.
Mmmm… Ya veo, creo que tienes razón,
por ahora lo mejor será no decirle nada al respecto.
Gracias mi amor por escucharme,
siento que me has quitado un gran peso de encima. – Le sonreía, y se acercaba a
él para besarlo en la boca. Después del beso el otro le dijo:
Creo que ya debes irte, o se te hará
tarde.
¿Cómo? ¿Me estás echando?
¿Hay amor cómo crees? Yo no más te
decía por la hora que es.
¡Demonios! Tienes razón mi amor,
será mejor que me vaya.
Está bien amor, vete con cuidado.
Despídeme de Shādī, dile que lo amo
mucho.
Claro amor, le daré tus saludos.
******************************
En Kc…
Había
llegado a su oficina para ponerse a trabajar y olvidarse de todo, si antes
estaba molesto, ahora estaba furioso. Tenía la idea de llegar a la mansión
temprano para ver si podía comer con su pequeño hermano, ya que últimamente no
lo hacía como antes. Pero éste no se encontraba en la residencia, decidió
llamarlo a su celular ya que los sirvientes le dijeron que el joven no había
llegado a dormir desde anoche. Al ver que no le respondía, tomó la decisión de
irlo a buscar a la Universidad donde él trabaja y al parecer nadie lo había
visto, era como si la tierra se lo hubiese tragado.
¡Maldición! ¿Por qué me haces esto?
Sabes perfectamente que a mí no me gusta que andes por ahí tu solo en las
calles, espera a que te vea y esta vez tendrás que escucharme. Te guste o no,
tendrás que obedecerme. – Se decía a sí mismo. – Esto es el colmo, de seguro
hace esto para fastidiarme, pero ni crea que esta vez le haré caso a sus
berrinches de niño caprichoso. De pequeño siempre se salía con la suya, siempre
conseguía llamar la atención, pero esta vez, sí creo que se pasó de la raya con
eso de no llegar a dormir. Sólo espero que no le haya pasado nada malo.
En
ese instante, entra una hermosa joven a su oficina, diciéndole:
Señor Kaiba, la sala de Juntas ya se
encuentra lista para usarse, y de una vez aquí le traigo el informe de cómo va
la economía de la empresa.
Perfecto, avíseles a todos que los
quiero en la sala de Juntas en media hora.
A la orden señor. – Contestó la
mujer, dando la media vuelta para retirarse.
******************************
Por favor Joey, anda, no seas malo,
te juro que no te arrepentirás de esta decisión.
Será mejor que le digas que si, a
como yo lo veo, él no te dejará en paz hasta que le digas que sí. – Sonreía el
albino al ver la escena, mientras que el rubio daba un fuerte suspiro.
Está bien, está bien, de acuerdo, tú
ganas, puedes venir las veces que quieras.
Sí, sí, sí, sí, muchas gracias Joey.
– De pronto se quedó callado, pensando si era correcto o no lo que iba a
preguntar, y armándose de valor, decidió hacer la pregunta. – ¿Me dejas tocarte
la pancita? – Sus mejillas se sonrojaron.
Claro que sí, adelante tócala. – El
menor ponía la mano sobre el vientre del rubio, estaba un poco nervioso, ya que
no quería lastimar a su sobrino, en eso el ojimiel le agarró la mano para
fundirle valor e hizo que la pusiera completa. – No tengas miedo, puedes tocar,
aunque casi no se mueve porque está chiquito, pero con el tiempo el Doctor dice
que se moverá bastante.
El
ojiazul levantó la cara para ver a su amigo, y éste le sonreía muy
cariñosamente, haciendo que el otro sonriera también.
Hola pequeñito, mi nombre es Mokuba
Kaiba, y soy tu tío, estoy segurísimo que tú y yo nos vamos a llevar muy bien.
– Hablaba el joven mientras que acariciaba el abdomen.
Basta, me haces cosquillas. – Reía
el ojimelado.
Bueno, al parecer las cosas se han
aclarado, si no les importa los dejaré solos, iré hacerle compañía a mi jefe
que hace ratos que está en la sala.
Ryou, espera…
¿Qué sucede Mokuba?
Te agradezco tanto que cuides muy
bien de Joey, y de mi sobrino, en verdad no tengo palabras para agradecerte.
No hay nada que agradecer, lo hago
con gusto y porque Joey es mi amigo. Bueno, supongo que tendrán mucho de qué
hablar, si no les importa me retiro.
Gracias por todo Ryou. – Expresó el
ojimiel, el joven albino se retiró ya que todavía tenía cosas de qué conversar
con su Jefe.
******************************
Manejaba
por la Ciudad Domino, había pasado una bella tarde con su familia, pero
desgraciadamente no se podía quedar más tiempo con ellos, ya que tenía mucho
trabajo por hacer. Aprovechó el momento para darse una escapadita y lograr ver
a su pequeño hijo, que desde que su Jefe y amigo le encomendó una tarea, no le
quedaba de otra más que cumplirla. Se estaba acercando la hora pactada y hace
un momento se puso de acuerdo con el otro, en el camino recordaba la
conversación que ellos tuvieron anoche.
FLASH BACK
Pase por favor, este es un pequeño
departamento que estoy alquilando por el momento, aquí nadie nos molestará.
De acuerdo, con su permiso. –
Contestó la otra persona mientras entraba al departamento.
¿Desea algo de tomar?
No gracias, así estoy bien. Mejor
dígame que se trae entre manos. ¿Por qué vigila el departamento de Ryou?
Primero que nada, me voy a
presentar, mi nombre es Marik, Marik Ishtar, trabajo para el empresario Seto
Kaiba.
Creo que no me queda más remedio que
presentarme también, aunque de seguro que a estas alturas ya me habrá
investigando. ¿O me equivoco?
No, no se equivoca, lo raro es que
no encontré mucha información suya, únicamente pude encontrar sus datos
básicos. Sé que su nombre es Bakura, y es dueño de un anticuario, lleva algún tiempo viviendo en
Ciudad Domino, pero su verdadero origen es de Sharm el-Sheij. Hasta donde sé,
usted es una persona bastante misteriosa.
Muchas felicidades señor Ishtar, veo
que ha hecho un espléndido trabajo. – Se expresaba con sarcasmo. – Ahora sí,
tengo la seguridad que usted a quién vigila es al joven Wheeler, y no al joven
Ryou. En todo caso, podría ser tan amable de decirme, ¿qué tengo que ver yo en todo
esto?
Antes que nada, preferiría que me
llame Marik, sólo Marik, y con respecto a su pregunta, pues verá, se me hacía
raro que usted llegara a ese departamento, antes no lo veía llegar tan seguido
y después se me hizo extraño que comenzara a llegar casi a diario. Y eso fue lo
que me llamó más la atención, y supuse…
No me diga, usted sospechó que entre
el joven Wheeler, y yo… ¿Había algo entre nosotros? – Terminó la frase el
albino.
Pues… En efecto así fue, estaba a
punto de descartar esa posibilidad hasta que lo vi esta tarde en el parque a
solas con él.
Bueno, no más le voy a decir que
entre ese muchacho, y yo no hay nada entre nosotros y discúlpeme pero, mi vida
personal no le incumbe. Ni a usted ni al Señor Kaiba.
Eso no es del todo cierto, dadas las
circunstancias, mi Jefe me pidió que lo llevara a verlo en persona.
¿Y qué pasará si me niego?
Señor Bakura, créame que yo confío
en todo lo que usted me ha dicho hasta el momento. Pero piénselo por un segundo
por favor, y no complique más las cosas, no es a mí a quien debe de convencer
de que no hay nada entre usted y el joven Wheeler.
De acuerdo, accederé a acompañarlo,
pero no lo hago por usted, ni por el Señor Kaiba, solamente lo haré por Joey.
No me gustaría causarle más problemas de los que ya tiene.
No sabe cuánto se lo agradezco, me
doy cuenta que usted es todo un caballero, y aprecia mucho a esos jóvenes.
La
otra persona no dijo nada, se limitó en tirarle una mirada de pocos amigos.
FIN DEL FLASHBACK
“Lo mejor será que me dirija al
lugar dónde acordamos reunirnos para ir por él”. – Pensaba para sí mismo, en lo
que conducía su Maybach.
******************************
Discúlpeme por dejarlo tanto tiempo
solo señor Bakura.
No tienes que disculparte, soy yo
quien debe de disculparse contigo. En verdad lamento mucho no haber podido
estar con ustedes anoche.
Seré franco con usted señor Bakura,
al principio me molestó que usted no contestara su celular, luego me di cuenta
de la hora que era y pues, pensé que no eran horas de estar llamando.
Ryou, estoy muy apenado por lo sucedido,
sé que siempre te digo que puedes contar conmigo para lo que sea, y hoy,
justamente hoy, cuando más me necesitabas no pude estar contigo. Puedo
imaginarme la angustia que pasaste toda la noche al tener en tu casa al
hermanito menor del Señor Kaiba. Perdóname, te he fallado. – El hombre se
sentía furioso consigo mismo, por no haber apoyado a ese joven cuando más lo
necesitaba, y él, era una persona bastante reservada, tímida y es muy raro en
él pedir ayuda a los demás. Y cuando se presentó su oportunidad de apoyarlo, lo
había defraudado por completo. – Ryou, si usted no quiere volver a verme,
créame que yo lo entenderé.
El
menor no sabía que contestar, él solamente quería una oportunidad para volver a
confiar en las personas, pero sus ilusiones se desmoronaron. Finalmente decidió
hablar.
No, no creo que sea para tanto señor
Bakura, usted siempre será bienvenido a este departamento, ha hecho mucho por
mí y por Joey, y pues… Pues…
La
otra persona se acercó a él para abrazarlo ya que se dio cuenta que su pequeño
estaba llorando en silencio.
Te prometo que buscaré una manera de
compensarte para demostrarte que tú me importas mucho, y que puedes confiar en
mí para lo que sea.
No, no se preocupe, no es necesario
que haga eso, de todas maneras ya pasó, y por suerte todo salió bien. – Trataba
de medio sonreír un poco.
Aun así, me gustaría hacerlo para
poder enmendar mi error.
Muchísimas gracias, señor Bakura.
Discúlpeme joven Ryou, cree que
sería mucho pedirle que me llame Bakura, simplemente Bakura.
Pues… Es que me da mucha pena, pero
lo voy a intentar.
El
mayor sonrió por la respuesta que había recibido, el menor levantó su cabecita
para verlo a los ojos y notó una leve sonrisa en su Jefe, algo que casi nunca
sucede. En eso, el timbre de la puerta sonó rompiendo con aquel momento.
Si me disculpa, iré a ver quién es.
Yo iré con usted, discúlpame pero ya
debo irme, necesito ir a comprar algunas cosas, pero te prometo que regresaré
un ratito en la noche. – Se sentía de la patada al mentirle.
De acuerdo, le agradezco mucho que
haya venido. – Medio sonrió.
Fue un placer joven Ryou.
Ambos
se dirigieron a la puerta, y en cuanto la abrió se encontraba un hombre del
otro lado de la puerta.
Continuará…
N/A: Espero que
les haya gustado este capítulo ^_^….
Quiero aclarar un pequeño detalle, “Pamita” es una palabra inventada por
mí, la primera vez que se me ocurrió, estaba escribiendo mi primera historia de
Mpreg que se titula: Gracias Por El Regalo Más Grande Que Me Has Dado En La
Vida.
¿?:
Deja de poner tantos pretextos… A quién tratas de engañar, no eres más que una
mal escritora de quinta…
Kat:
Y a ti quién te preguntó gato metiche, además no estaba hablando contigo,
hablaba con mis lectores.
Seto:
Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, y tú crees que alguien se atreverá
a leer algo tan cursi como esto.
Kat:
Mira Kaiba. – No me provoques, o te juro que haré que tu cachorro se vaya lejos
de la Ciudad con tu hijo.
Seto:
No te atreverías. – La mira desafiante e intimidante. – Antes te mato, estúpida
escritora de quinta.
Seto
y Kat: Mirándose a muerte… Ggggrrrrrr…
¿?:
Ya basta ustedes dos, no sé por qué siempre que se ven tienen que estar
peleando.
Kat:
Joey, dile a tu Neko que me deje de molestar. – Hace una carita inocente.
Joey:
Seto, déjala tranquila, no la molestes tanto.
Seto:
y tú… ¿De qué lado estas? Y a todo esto, por qué no me has dicho que estas
esperando un hijo mío. ¿Eh? – Decía en forma de reclamo y un poco exaltado.
Joey:
Te recuerdo que fuiste tú quién me echó de la mansión y me dijiste que no
querías volver a saber nada de mí.
Seto:
Y cómo querías que me pusiera si te vi abrazando a esa mujer. – Contestaba
molesto.
Joey:
Por si no lo sabías, esa mujer es…
Kat:
Oigan, será mejor que se calmen, ¿sí? Cachorro, casi arruinas la sorpresa…
Joey:
Lo siento mucho Kat.
Seto:
No te disculpes con ésta idiota cachorro, y odio cuando te pones por parte de
ella.
Kat:
Al parecer alguien esta celoso, muy celoso, no quiere admitirlo porque le da
pena, el gato pulgoso se muere de la envidia. – Kat, empieza a cantar en forma
de burla.
Seto:
Eres una maldita, perra… Ahora ya verás…
Joey:
Ya Seto, tranquilízate por favor, no le hagas caso, ignórala, mejor vamos a
cenar… ¿Qué te parece?
Seto:
De acuerdo, pero solamente porque tú me lo pides cachorro. – En eso lo toma de
la barbilla y le da un beso muy apasionado, después del beso ambos se van.
Kat:
¡Fiu! Pensé que nunca se irían. Bueno, ¿en qué estaba? ¡Ah, sí! Ya me acordé… ¿Cómo
será la conversación que tendrá Bakura con el neko? ¿Quién habrá llegado al
apartamento de Ryou? ¿Noah le dará una oportunidad a su pareja? ¿Quién le habrá
dado a Mokuba la dirección de Ryou? Todo esto y más no se lo pierdan en el
siguiente capítulo.
Muchas
gracias queridos lectores por leer esta hermosa historia.
Ahora seré yo quien les pida ayuda… ¿Qué prefieren? ¿Qué sea niño o que sea
niña? Cualquier sugerencia las acepto con gusto. Sólo no olviden dejar sus
comentarios. ^_^
Nuevamente
les agradezco a todos ustedes por su apoyo incondicional que siempre me han
brindado, incluyendo a mis amigos/as que siempre están para animarme. Recuerden
que esto sólo lo hago por diversión y para que ustedes se diviertan de mis
locas aventuras que les creo a mis personajes favoritos.
Disfruten
del capítulo que está hecho especialmente para todos ustedes. No olviden dejar
muchos comentarios… Comentarios aquí, comentarios allá… Una escritora les
saludará… Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja… No me hagan caso, ya estoy
delirando…
Atte.:
KAT.
P.D.: Sé que un
embarazo, se calcula en semanas y no en meses…. Yo lo hice en meses porque se me hizo algo difícil
calcularlo en semanas y pensé que para hacerlo más fácil de entender lo mejor
fuera ponerlo en meses y no en semanas…. Es una pequeña aclaración que hago no
más. Pero si lo quieren en semanas, háganmelo saber por medio de sus
comentarios. ^_^
P.D2.: Quiero
que me digan si quieren que el próximo viernes actualice la otra historia
titulada: La leyenda del monstruo de ojos rojos, o si prefieren que siga
actualizando esta. La otra opción que podría hacer es que un viernes suba un
nuevo capítulo de uno, y el otro viernes suba un capítulo de la otra. No más
háganmelo saber a través de sus comentarios.
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