viernes, 14 de febrero de 2020

LA LEYENDA DEL MONSTRUO DE OJOS ROJOS…





Capítulo 8: ¿Qué o quién eres?


Notas del fanfic: En más de alguna ocasión, habremos escuchado esta pregunta: ¿Quién eres, o qué somos? Si no la contestamos adecuadamente podríamos perdernos nosotros mismos, perderíamos nuestro enfoque sobre lo que queremos y hasta dónde queremos llegar. Pero… ¿Qué pasa si la pregunta se emplea desde otro ángulo? Cuando los seres humanos encuentran un hallazgo de cualquier índole, empiezan por formularse un millón de preguntas, entre estas podrían ser: ¿Cómo habría sido su vida pasada? ¿Quiénes fueron en realidad? ¿Cómo o por qué murieron? ¿Cuál fu su propósito en la vida?

Es muy fácil cuestionarse, lo difícil es encontrar respuesta a cada pregunta y es ahí donde se da inicio a lo que hoy en día conocemos como: INVESTIGACIÓN…     


Aclaración: Quiero agradecer a una amiga muy especial que me ha ayudado a dar ideas para escribir este fic, muchas gracias Kyuubi Rosana Marcolini, por estar dispuesta siempre a ayudarme, tus consejos son muy útiles para mí.

Este fic va dedicado a: Gelen Colmenarez, fue la persona que me pidió escribir esta historia, espero que te guste amis.


Declaimer: Como siempre… Bla, bla, bla, bla, bla, bla… Los personajes de YU – GI – OH!, “No me pertenecen”… Chiquiris maquiris, son propiedad de su respectivo autor, abra cadabra, solamente hago este fic porque me encanta escribir, y que ustedes se diviertan de mis locuras… Es mi manera de expresar lo que siento, y tener la dicha de poderlo compartir con todos mis lectores…

******************************

Mes y medio después…

Se estaba llevando a cabo una batalla dentro de una mansión, todo era un caos y las personas corrían despavoridas de un lugar a otro. En el lugar, también había hombres especializados y entrenados para poder controlar la situación, recibían órdenes precisas para no cometer errores, sin embargo, a pesar de estar preparados, el problema se estaba saliendo de control. 

            SUJÉTENLO CON LAS CADENAS, CON FUERZA, PROCUREN QUE NO SE MUEVA.

            ¡A LA ORDEN SEÑOR!

            ATEN A ESA MALDITA BESTIA.

            BASTA, DÉJENLO, NO VEN QUE ESTÁ ASUSTADO. – Gritaba un joven de cabellos negros, era el único que buscaba la manera de calmar la situación.

Un gran rugido se escuchaba en todo el lugar, dicho animal se defendía de todas las personas que para él lo estaban agrediendo. Y lo único que deseaba era poder escapar de ahí.

            ATRÁS TODO EL MUNDO, TENGAN CUIDADO POR SI VUELVE A LANZAR FUEGO POR EL HOCICO.

            BASTA POR FAVOR, HERMANO, LO PROMETISTE, PROMETISTE QUE NO LO LASTIMARÍAS.

            SUFICIENTE MOKUBA, DESDE UN PRINCIPIO TE DIJE QUE ESTA BESTIA CAUSARÍA MUCHOS PROBLEMAS AL DESPERTAR.

            SÓLO MÍRALO, NO VEZ QUE ESTÁ ASUSTADO.

            Ya escuché suficiente. ROLAND. – Gritó enojado.

            Dígame señor.

            Llévate a Mokuba de aquí.

            Como usted ordene señor Kaiba. – Volteó a ver al joven, posteriormente le dijo: – Perdóneme joven, no es personal, únicamente cumplo órdenes.

            BÁJAME ROLAND, POR FAVOR BÁJAME, SETO, NO PUEDES SACARME DE AQUÍ, SETO, LO PROMETISTE, PROMETISTE QUE ME DEJARÍAS HABLAR CON Él. – Gritaba el joven con todas sus fuerzas, y a la vez trataba de zafarse del agarre.

            Ahora sí, maldita bestia, vas a saber quién es Seto Kaiba. – Murmuraba para sí mismo.

Los hombres hacían lo posible por sujetarlo con fuerza, pero el animal rompía aquellas cadenas que lo inmovilizaba para escapar, y mientras más se resistía, más cadenas le tiraban para dominarlo.

            ¿Ya tienen listo el arma?

            Sí señor, aquí esta.

            Bien, démela rápido. – Un soldado se lo había entregado, preparó el arma y apuntó hacia el animal, una vez que lo tenía en la mira, medio sonrió con frialdad, estaba por apretar el gatillo hasta que…

            ¡No lo hagas hermano! Ya basta, quiero que lo dejen en este instante.

El menor se había puesto enfrente del animal para protegerlo y que nadie le hiciera daño.

            ¿Qué demonios crees que haces? Apártate Mokuba.

            No, no lo haré.

            Maldita sea, obedece de una vez.

            Hasta que no me dejes hablar con él, no pienso moverme.

            Esto no es un maldito juego Mokuba, deja de actuar de manera imprudente, no te das cuenta que todas estas personas están aquí arriesgando sus vidas.

            Lo sé, pero…

En lo que discutían, la bestia logró liberarse un poco, lanzó a todos los hombres que sostenían sus cadenas, y aprovechó el momento para extender sus alas, se escuchó un fuerte rugido, y uno de los soldados exclamó.

            ¡LA BESTIA SE HA SOLTADO! ¡CUIDADO, VA A ATACAR!

Una gran bola de fuego salió de su hocico, apuntando a uno de los hermanos.

            ¡SETO, CUIDADO! – El menor logró llegar a tiempo para empujar a su hermano y salvarlo. – ¿Seto, estás bien?

            Sí, tranquilo estoy bien. ¿Y tú cómo estás?

            Estoy bien. Seto, déjame intentar razonar con él, por favor.

            De acuerdo, pero si hace otro movimiento en falso, no dudaré en dispararle.

            Hecho.

            Atrás todo el mundo, denle espacio a la bestia, aléjense lentamente de él.

Todos los presentes retrocedían despacio para que la bestia pudiera tranquilizarse, mientras que el menor se acercaba con mucho cuidado.

            Tranquilo, no tengas miedo, acaso no me recuerdas, soy yo, soy Mokuba. Ya no te acuerdas que fui yo quien te encontró en el bosque.

El animal seguía desconfiando, cada vez que el joven intentaba acercársele tiraba grandes zarpazos y le gruñía sin despegarle la mirada.

            Tranquilo, no tengas miedo, no voy a hacerte daño, déjame quitarte esta cadena, así podrás irte sin problemas. ¿De acuerdo?

Nadie se movía, ni hablaban, todos sostenían sus respiraciones, y estaban atentos por si la bestia decidía atacar de nuevo, algunos estaban temerosos y otros dispuestos a abrir fuego contra el animal.

            Listo, ya te la quité, ahora puedes irte.

Cuando se vio libre, caminó un poco hacia adelante donde se encontraba el joven, este gesto alertó al hermano mayor, estaba por hacer un movimiento brusco, pero se detuvo al ver la señal que el menor le hizo.

            Basta, me haces cosquillas. – Decía al sentir como el animal le lamía la cara en agradecimiento. – Es mejor que te vayas, eres libre.

Desplegó sus alas haciendo que todos los hombres retrocedieran un poco, observó un rato todo el lugar y luego salió volando por una de las ventanas de la habitación.

******************************

Un hombre se encontraba muy pensativo en el jardín, habían pasado dos meses desde que discutió con su pareja y para no empeorar la situación, decidió irse a dormir a uno de los cuartos de huéspedes. Pero eso era lo de menos, lo que le dolía era no poder estar con su esposo, en ese tiempo no hacían el amor, no se dirigían la palabra, cada quien iba por su camino, lo extrañaba tanto que sentía la necesidad de intentar hablar con el de nueva cuenta, sin embargo, sabía que iba ser inútil, y por esa razón es que tomó la decisión de dejar así las cosas. Una voz conocida por él, lo sacó de sus pensamientos.

            Mahādo, ¿podemos hablar?

            Desde luego que si amor. – Intentó acercársele, pero fue rechazado.

            No me toques. – Manifestó seriamente.

            ¿Por qué?

            Primero quiero que hablemos.

            Está bien amor, lo haremos a tu manera.

            Gracias.

            Sobre qué quieres hablar.

            En estos meses he estado pensando en muchas cosas, también he pensado en lo que me has dicho, y créeme que trato la manera de entenderte. Pero hay algo que todavía no me queda claro.

            ¿Qué cosa, amor?

            Con sinceridad, todo esto tiene que ver con la estúpida visión que tuviste hace catorce años atrás.

            Así es amor.

            ¿Qué fue lo que viste exactamente?

            Al legendario demonio de ojos rojos, vi claramente cómo se manifestaba en este mundo, en esta época, y destruía todo a su paso.

            Eso es imposible, tú mismo me dijiste que ese demonio no era más que una leyenda.

            Lo sé. – Bajó un poco la mirada.

            ¿No me digas que todas esas historias eran ciertas?

            Aun no lo sé, Shada, por esa razón es que hay que investigar lo que está pasando.

            Sé que voy a arrepentirme por preguntar esto, pero… ¿Por qué nuestros hijos? Yo podría ayudarte con la misión cualquiera que fuera.

            No dudo que tu podrías ayudarme, sin embargo… – Se quedó callado por un segundo. – Como te dije antes, no está en mis manos, el concejo decidió que fueran nuestros hijos, son los elegidos para poder completar la misión.

            ¿Por qué?

            Porque vi claramente como ellos se enfrentaban a la bestia, y no solamente yo tuve esa visión, también la tuvo el jefe y el más sabio de los magos. Shada, créeme que si por mi fuera, no expondría a nuestros hijos a tan peligrosa misión.

            Eso lo sé muy bien Mahādo, no tienes que decírmelo. También sé que tú nunca te equivocas en tus predicciones.

            Perdóname por causarte mucho dolor, yo…

            Está bien amor, sé que no es tu culpa. Además, tienes razón en todas las cosas que me dijiste, tú nunca me ocultaste nada, siempre fuiste sincero conmigo, y si acepté casarme contigo, es porque a la vez estaba aceptando toda tu descendencia.

            Shada, muchas gracias por tus palabras amor.

            Discúlpame por haberme enojado contigo.

            No amor, no tengo nada que disculparte, soy yo quien está agradecido por apoyarme siempre.

            Eso es porque te amo.

            Y yo a ti.

            Quiero que me prometas una cosa.

            Lo que tú quieras amor.

            Prométeme que cuidarás de nuestros hijos, que no los dejarás solos en ningún momento.

            No es necesario que te haga esa promesa, sabes muy bien que daría mi vida por ellos.

            Lo sé, por esa razón es que quiero que los cuides y que ustedes vuelvan sanos y salvos. Prométemelo Mahādo, prométeme que volverás conmigo.

            Palabra de mago que así lo haré.

El hombre al escuchar a su pareja, lentamente se acercó a él para abrazarlo con todas sus fuerzas, el abrazo fue correspondido de inmediato y comenzaron a besarse apasionadamente en la boca.

******************************

            No lo puedo creer, es que simplemente no puedo creer que te hayas ido a otra ciudad sin decírmelo.

            Discúlpame por favor Rebecca, fue algo inesperado que decidí hacer.

            Aun así, me hubieras avisado.

            Te prometo que lo haré la próxima vez.

            Yūgi, no tienes remedio, y lo peor es que me haces mentirle a tu abuelo.

            Lo siento, buscaré la manera para compensarte todo lo que haces por mí.

            Ja, a estas alturas ya me estarías debiendo mucho. – Bromeaba con su amigo.

            Lo sé, no tienes que decírmelo.

            Bueno ya, dime si has podido encontrar algo.

            Se me vino a la cabeza un viejo recuerdo cuando mi bisabuelito me contaba una de sus famosas historias antes de dormir.

            ¿Y, pudiste encontrar alguna pista?

            En vista de que hemos buscado en todos los libros de historia habidos y por haber, se me ocurrió investigar un poco sobre los hechiceros y magos.

            ¿Ah sí? ¿Lograste encontrar algo?

            Casi nada. – Respondió deprimido.

            Animo Yūgi, no te desanimes.

            Todo esto me parece muy extraño, por qué no puedo encontrar nada, ni siquiera una pista, incluso… – Se quedó callado por un momento.

            ¿Qué sucede Yūgi? ¿Por qué te quedas callado?

            Bueno… Yo… Se me ocurrió hacer algo.

            ¿Qué fue lo que hiciste? Cuéntame Yūgi, no te quedes callado.

            Le tomé fotos al medallón de mi bisabuelo y lo publiqué en las redes sociales.

            ¿QUÉ HICISTE QUÉ? – Gritó preocupada.

            Cálmate, no me grites, lo hice para conseguir más ayuda, más de alguna persona tiene que saber de dónde proviene ese medallón. Más de alguno debe tener conocimientos que nosotros hasta la fecha no sabemos.

            ERES UN IDIOTA, NO PUEDO CREER QUE HAYAS HECHO SEMEJANTE ESTUPIDEZ.

            No entiendo por qué estás tan enfadada.

            Me sorprenden las idioteces que haces. Ahora mismo nos vamos a mi casa y quitarás todas las publicaciones que hiciste en el internet.

            ¡Estás loca! No pienso hacer eso, es la única manera que tengo de poder conseguir un poco de información.

            Lo único que vas a conseguir es que te maten.

El tricolor menor al escuchar a su amiga, tragó saliva en seco. Pero, rápidamente cambió su postura fingiendo madurez.

            ¡Ja! Que se me hace que estás celosa.

            ¿Qué dijiste?

            No te hagas, se perfectamente bien que me escuchaste.

            Cómo te atreves a decirme semejante estupidez.

            Claro que sí, estás celosa porque fui el primero que se me ocurrió en publicar mi medallón. Y a ti nunca se te habría ocurrido en hacer tal cosa. Admítelo, soy más inteligente que tú.

La rubia estaba furiosa por lo que le decía su amigo, sin embargo, debía de calmarse para evitar una tragedia.

            De acuerdo Yūgi, tú ganas, me quito el sombrero ante ti.

            ¡Ja! Lo sabía, lo sabía, vez que no era tan difícil de admitir.

            Ahora dime, hace cuanto que publicaste esas fotos.

            Hace un mes.

            ¿Y en ese tiempo, has recibido alguna noticia?

            Pues…

            No me mientas.

            La verdad… Todavía no he recibido nada.

            No niego que fue una gran idea, pero deberías de quitarlas, si tu abuelo se entera se molestará mucho contigo. Y no solamente eso, comenzarás a recibir muchas llamadas de gente que se aprovechará de la situación y te darán información equivocada, incluso te puedes encontrar con gente inescrupulosas que querrán secuestrarte para sacarle dinero a tu abuelo. Acaso, ¿quieres vivir con esa angustia? – La voz de la mujer era muy convincente, pero sonreía triunfante en su interior.

            No había pensado en todo lo que me has dicho Rebecca, quizás tengas razón.

            Es mejor que quites todas esas fotos Yūgi.

            Está bien, me has convencido, vamos a tu casa.

            Créeme, es lo mejor para todos.

Continuará…


N/A: ¿Creen que haya gato encerrado? ¿Podrá Yūgi resolver el misterio de su medallón? ¿De dónde habrá salido esa bestia? Todo esto y más lo irán descubriendo en los próximos capítulos. Gracias por tomarse su tiempo en leer. Me despido de ustedes muy cariñosamente. Y les deseo que pasen un feliz día de San Valentín.

Atte.:

          KAT.






No hay comentarios:

Publicar un comentario