Capítulo 8: ¿Qué o quién eres?
Notas del fanfic: En más de
alguna ocasión, habremos escuchado esta pregunta: ¿Quién eres, o qué somos? Si
no la contestamos adecuadamente podríamos perdernos nosotros mismos, perderíamos
nuestro enfoque sobre lo que queremos y hasta dónde queremos llegar. Pero… ¿Qué
pasa si la pregunta se emplea desde otro ángulo? Cuando los seres humanos
encuentran un hallazgo de cualquier índole, empiezan por formularse un millón
de preguntas, entre estas podrían ser: ¿Cómo habría sido su vida pasada?
¿Quiénes fueron en realidad? ¿Cómo o por qué murieron? ¿Cuál fu su propósito en
la vida?
Es
muy fácil cuestionarse, lo difícil es encontrar respuesta a cada pregunta y es
ahí donde se da inicio a lo que hoy en día conocemos como: INVESTIGACIÓN…
Aclaración: Quiero
agradecer a una amiga muy especial que me ha ayudado a dar ideas para escribir
este fic, muchas gracias Kyuubi Rosana
Marcolini, por estar dispuesta siempre a ayudarme, tus consejos son muy
útiles para mí.
Este
fic va dedicado a: Gelen Colmenarez,
fue la persona que me pidió escribir esta historia, espero que te guste amis.
Declaimer: Como siempre…
Bla, bla, bla, bla, bla, bla… Los personajes de YU – GI – OH!, “No me
pertenecen”… Chiquiris maquiris, son propiedad de su respectivo autor, abra
cadabra, solamente hago este fic porque me encanta escribir, y que ustedes se
diviertan de mis locuras… Es mi manera de expresar lo que siento, y tener la
dicha de poderlo compartir con todos mis lectores…
******************************
Mes y medio después…
Se
estaba llevando a cabo una batalla dentro de una mansión, todo era un caos y
las personas corrían despavoridas de un lugar a otro. En el lugar, también
había hombres especializados y entrenados para poder controlar la situación,
recibían órdenes precisas para no cometer errores, sin embargo, a pesar de
estar preparados, el problema se estaba saliendo de control.
SUJÉTENLO CON LAS CADENAS, CON
FUERZA, PROCUREN QUE NO SE MUEVA.
¡A LA ORDEN SEÑOR!
ATEN A ESA MALDITA BESTIA.
BASTA, DÉJENLO, NO VEN QUE ESTÁ
ASUSTADO. – Gritaba un joven de cabellos negros, era el único que buscaba la
manera de calmar la situación.
Un
gran rugido se escuchaba en todo el lugar, dicho animal se defendía de todas
las personas que para él lo estaban agrediendo. Y lo único que deseaba era
poder escapar de ahí.
ATRÁS TODO EL MUNDO, TENGAN CUIDADO
POR SI VUELVE A LANZAR FUEGO POR EL HOCICO.
BASTA POR FAVOR, HERMANO, LO
PROMETISTE, PROMETISTE QUE NO LO LASTIMARÍAS.
SUFICIENTE MOKUBA, DESDE UN
PRINCIPIO TE DIJE QUE ESTA BESTIA CAUSARÍA MUCHOS PROBLEMAS AL DESPERTAR.
SÓLO MÍRALO, NO VEZ QUE ESTÁ
ASUSTADO.
Ya escuché suficiente. ROLAND. –
Gritó enojado.
Dígame señor.
Llévate a Mokuba de aquí.
Como usted ordene señor Kaiba. –
Volteó a ver al joven, posteriormente le dijo: – Perdóneme joven, no es
personal, únicamente cumplo órdenes.
BÁJAME ROLAND, POR FAVOR BÁJAME,
SETO, NO PUEDES SACARME DE AQUÍ, SETO, LO PROMETISTE, PROMETISTE QUE ME
DEJARÍAS HABLAR CON Él. – Gritaba el joven con todas sus fuerzas, y a la vez
trataba de zafarse del agarre.
Ahora sí, maldita bestia, vas a
saber quién es Seto Kaiba. – Murmuraba para sí mismo.
Los
hombres hacían lo posible por sujetarlo con fuerza, pero el animal rompía
aquellas cadenas que lo inmovilizaba para escapar, y mientras más se resistía,
más cadenas le tiraban para dominarlo.
¿Ya tienen listo el arma?
Sí señor, aquí esta.
Bien, démela rápido. – Un soldado se
lo había entregado, preparó el arma y apuntó hacia el animal, una vez que lo
tenía en la mira, medio sonrió con frialdad, estaba por apretar el gatillo
hasta que…
¡No lo hagas hermano! Ya basta,
quiero que lo dejen en este instante.
El
menor se había puesto enfrente del animal para protegerlo y que nadie le
hiciera daño.
¿Qué demonios crees que haces?
Apártate Mokuba.
No, no lo haré.
Maldita sea, obedece de una vez.
Hasta que no me dejes hablar con él,
no pienso moverme.
Esto no es un maldito juego Mokuba,
deja de actuar de manera imprudente, no te das cuenta que todas estas personas
están aquí arriesgando sus vidas.
Lo sé, pero…
En
lo que discutían, la bestia logró liberarse un poco, lanzó a todos los hombres
que sostenían sus cadenas, y aprovechó el momento para extender sus alas, se
escuchó un fuerte rugido, y uno de los soldados exclamó.
¡LA BESTIA SE HA SOLTADO! ¡CUIDADO,
VA A ATACAR!
Una
gran bola de fuego salió de su hocico, apuntando a uno de los hermanos.
¡SETO, CUIDADO! – El menor logró
llegar a tiempo para empujar a su hermano y salvarlo. – ¿Seto, estás bien?
Sí, tranquilo estoy bien. ¿Y tú cómo
estás?
Estoy bien. Seto, déjame intentar
razonar con él, por favor.
De acuerdo, pero si hace otro
movimiento en falso, no dudaré en dispararle.
Hecho.
Atrás todo el mundo, denle espacio a
la bestia, aléjense lentamente de él.
Todos
los presentes retrocedían despacio para que la bestia pudiera tranquilizarse,
mientras que el menor se acercaba con mucho cuidado.
Tranquilo, no tengas miedo, acaso no
me recuerdas, soy yo, soy Mokuba. Ya no te acuerdas que fui yo quien te
encontró en el bosque.
El
animal seguía desconfiando, cada vez que el joven intentaba acercársele tiraba
grandes zarpazos y le gruñía sin despegarle la mirada.
Tranquilo, no tengas miedo, no voy a
hacerte daño, déjame quitarte esta cadena, así podrás irte sin problemas. ¿De
acuerdo?
Nadie
se movía, ni hablaban, todos sostenían sus respiraciones, y estaban atentos por
si la bestia decidía atacar de nuevo, algunos estaban temerosos y otros dispuestos
a abrir fuego contra el animal.
Listo, ya te la quité, ahora puedes
irte.
Cuando
se vio libre, caminó un poco hacia adelante donde se encontraba el joven, este
gesto alertó al hermano mayor, estaba por hacer un movimiento brusco, pero se
detuvo al ver la señal que el menor le hizo.
Basta, me haces cosquillas. – Decía
al sentir como el animal le lamía la cara en agradecimiento. – Es mejor que te
vayas, eres libre.
Desplegó
sus alas haciendo que todos los hombres retrocedieran un poco, observó un rato
todo el lugar y luego salió volando por una de las ventanas de la habitación.
******************************
Un
hombre se encontraba muy pensativo en el jardín, habían pasado dos meses desde
que discutió con su pareja y para no empeorar la situación, decidió irse a
dormir a uno de los cuartos de huéspedes. Pero eso era lo de menos, lo que le
dolía era no poder estar con su esposo, en ese tiempo no hacían el amor, no se
dirigían la palabra, cada quien iba por su camino, lo extrañaba tanto que sentía
la necesidad de intentar hablar con el de nueva cuenta, sin embargo, sabía que
iba ser inútil, y por esa razón es que tomó la decisión de dejar así las cosas.
Una voz conocida por él, lo sacó de sus pensamientos.
Mahādo, ¿podemos hablar?
Desde luego que si amor. – Intentó
acercársele, pero fue rechazado.
No me toques. – Manifestó
seriamente.
¿Por qué?
Primero quiero que hablemos.
Está bien amor, lo haremos a tu
manera.
Gracias.
Sobre qué quieres hablar.
En estos meses he estado pensando en
muchas cosas, también he pensado en lo que me has dicho, y créeme que trato la
manera de entenderte. Pero hay algo que todavía no me queda claro.
¿Qué cosa, amor?
Con sinceridad, todo esto tiene que
ver con la estúpida visión que tuviste hace catorce años atrás.
Así es amor.
¿Qué fue lo que viste exactamente?
Al legendario demonio de ojos rojos,
vi claramente cómo se manifestaba en este mundo, en esta época, y destruía todo
a su paso.
Eso es imposible, tú mismo me
dijiste que ese demonio no era más que una leyenda.
Lo sé. – Bajó un poco la mirada.
¿No me digas que todas esas
historias eran ciertas?
Aun no lo sé, Shada, por esa razón
es que hay que investigar lo que está pasando.
Sé que voy a arrepentirme por
preguntar esto, pero… ¿Por qué nuestros hijos? Yo podría ayudarte con la misión
cualquiera que fuera.
No dudo que tu podrías ayudarme, sin
embargo… – Se quedó callado por un segundo. – Como te dije antes, no está en
mis manos, el concejo decidió que fueran nuestros hijos, son los elegidos para
poder completar la misión.
¿Por qué?
Porque vi claramente como ellos se
enfrentaban a la bestia, y no solamente yo tuve esa visión, también la tuvo el
jefe y el más sabio de los magos. Shada, créeme que si por mi fuera, no
expondría a nuestros hijos a tan peligrosa misión.
Eso lo sé muy bien Mahādo, no tienes
que decírmelo. También sé que tú nunca te equivocas en tus predicciones.
Perdóname por causarte mucho dolor,
yo…
Está bien amor, sé que no es tu
culpa. Además, tienes razón en todas las cosas que me dijiste, tú nunca me
ocultaste nada, siempre fuiste sincero conmigo, y si acepté casarme contigo, es
porque a la vez estaba aceptando toda tu descendencia.
Shada, muchas gracias por tus
palabras amor.
Discúlpame por haberme enojado
contigo.
No amor, no tengo nada que
disculparte, soy yo quien está agradecido por apoyarme siempre.
Eso es porque te amo.
Y yo a ti.
Quiero que me prometas una cosa.
Lo que tú quieras amor.
Prométeme que cuidarás de nuestros
hijos, que no los dejarás solos en ningún momento.
No es necesario que te haga esa
promesa, sabes muy bien que daría mi vida por ellos.
Lo sé, por esa razón es que quiero
que los cuides y que ustedes vuelvan sanos y salvos. Prométemelo Mahādo,
prométeme que volverás conmigo.
Palabra de mago que así lo haré.
El
hombre al escuchar a su pareja, lentamente se acercó a él para abrazarlo con
todas sus fuerzas, el abrazo fue correspondido de inmediato y comenzaron a
besarse apasionadamente en la boca.
******************************
No lo puedo creer, es que
simplemente no puedo creer que te hayas ido a otra ciudad sin decírmelo.
Discúlpame por favor Rebecca, fue
algo inesperado que decidí hacer.
Aun así, me hubieras avisado.
Te prometo que lo haré la próxima
vez.
Yūgi, no tienes remedio, y lo peor
es que me haces mentirle a tu abuelo.
Lo siento, buscaré la manera para
compensarte todo lo que haces por mí.
Ja, a estas alturas ya me estarías
debiendo mucho. – Bromeaba con su amigo.
Lo sé, no tienes que decírmelo.
Bueno ya, dime si has podido
encontrar algo.
Se me vino a la cabeza un viejo
recuerdo cuando mi bisabuelito me contaba una de sus famosas historias antes de
dormir.
¿Y, pudiste encontrar alguna pista?
En vista de que hemos buscado en
todos los libros de historia habidos y por haber, se me ocurrió investigar un
poco sobre los hechiceros y magos.
¿Ah sí? ¿Lograste encontrar algo?
Casi nada. – Respondió deprimido.
Animo Yūgi, no te desanimes.
Todo esto me parece muy extraño, por
qué no puedo encontrar nada, ni siquiera una pista, incluso… – Se quedó callado
por un momento.
¿Qué sucede Yūgi? ¿Por qué te quedas
callado?
Bueno… Yo… Se me ocurrió hacer algo.
¿Qué fue lo que hiciste? Cuéntame
Yūgi, no te quedes callado.
Le tomé fotos al medallón de mi
bisabuelo y lo publiqué en las redes sociales.
¿QUÉ HICISTE QUÉ? – Gritó
preocupada.
Cálmate, no me grites, lo hice para
conseguir más ayuda, más de alguna persona tiene que saber de dónde proviene
ese medallón. Más de alguno debe tener conocimientos que nosotros hasta la
fecha no sabemos.
ERES UN IDIOTA, NO PUEDO CREER QUE
HAYAS HECHO SEMEJANTE ESTUPIDEZ.
No entiendo por qué estás tan
enfadada.
Me sorprenden las idioteces que
haces. Ahora mismo nos vamos a mi casa y quitarás todas las publicaciones que
hiciste en el internet.
¡Estás loca! No pienso hacer eso, es
la única manera que tengo de poder conseguir un poco de información.
Lo único que vas a conseguir es que
te maten.
El
tricolor menor al escuchar a su amiga, tragó saliva en seco. Pero, rápidamente
cambió su postura fingiendo madurez.
¡Ja! Que se me hace que estás
celosa.
¿Qué dijiste?
No te hagas, se perfectamente bien
que me escuchaste.
Cómo te atreves a decirme semejante
estupidez.
Claro que sí, estás celosa porque
fui el primero que se me ocurrió en publicar mi medallón. Y a ti nunca se te
habría ocurrido en hacer tal cosa. Admítelo, soy más inteligente que tú.
La
rubia estaba furiosa por lo que le decía su amigo, sin embargo, debía de
calmarse para evitar una tragedia.
De acuerdo Yūgi, tú ganas, me quito
el sombrero ante ti.
¡Ja! Lo sabía, lo sabía, vez que no
era tan difícil de admitir.
Ahora dime, hace cuanto que
publicaste esas fotos.
Hace un mes.
¿Y en ese tiempo, has recibido
alguna noticia?
Pues…
No me mientas.
La verdad… Todavía no he recibido
nada.
No niego que fue una gran idea, pero
deberías de quitarlas, si tu abuelo se entera se molestará mucho contigo. Y no
solamente eso, comenzarás a recibir muchas llamadas de gente que se aprovechará
de la situación y te darán información equivocada, incluso te puedes encontrar
con gente inescrupulosas que querrán secuestrarte para sacarle dinero a tu abuelo.
Acaso, ¿quieres vivir con esa angustia? – La voz de la mujer era muy
convincente, pero sonreía triunfante en su interior.
No había pensado en todo lo que me
has dicho Rebecca, quizás tengas razón.
Es mejor que quites todas esas fotos
Yūgi.
Está bien, me has convencido, vamos
a tu casa.
Créeme, es lo mejor para todos.
Continuará…
N/A: ¿Creen que
haya gato encerrado? ¿Podrá Yūgi resolver el misterio de su medallón? ¿De dónde
habrá salido esa bestia? Todo esto y más lo irán descubriendo en los próximos
capítulos. Gracias por tomarse su tiempo en leer. Me despido de ustedes muy
cariñosamente. Y les deseo que pasen un feliz día de San Valentín.
Atte.:
KAT.
No hay comentarios:
Publicar un comentario