viernes, 4 de octubre de 2019

Los Ojos... Son El Reflejo del Alma...





Capítulo 70: Confié en ti… Y me decepcionaste… III Parte.


Aclaración: Este capítulo se me ocurrió escribirlo debido a un comentario que me dejaron en el blog, y de ahí saqué la idea para reflejarlo en la historia. Quiero agradecerle a la persona quien me lo dejó, y espero que siga leyendo la continuación de esta obra y puedas volverme a dejar otro comentario para saber tu opinión. Por lo demás, disfruten de este nuevo episodio.


Declaimer: Como siempre… Bla, bla, bla, bla, bla, bla… Los personajes de YU – GI – OH!, “No me pertenecen”… Chiquiris maquiris, son propiedad de su respectivo autor, abra cadabra, solamente hago este fic porque me encanta escribir, y que ustedes se diviertan de mis locuras… Es mi manera de expresar lo que siento, y tener la dicha de poderlo compartir con todos mis lectores…

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A la mañana siguiente…

            ¿Qué haces aquí?

            He venido para hablar contigo.

            Tú y yo no tenemos nada de qué hablar.

            Por favor, escúchame.

            Bien, pero que sea rápido.

            Gracias. Antes que nada quiero pedirte perdón.

            ¿Qué dijiste? – Preguntó sorprendido.

            Perdóname Bakura por haber sido un idiota y un cabeza dura.

            ¿A qué viene todo esto? Y ¿Por qué te animaste a pedirme perdón?

            Pues verás… Yo…

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            Me asustó mucho cuando llegó esta mañana muy temprano.

            Discúlpeme por favor, no era mi intención.

            Descuide, no es necesario que se disculpe. Tome, le he traído una taza de café tal y como a usted le gusta.

            Muchas gracias.

            Me dirá qué es lo que le preocupa.

Hubo un pequeño silencio…

            ¿Qué le hace pensar que estoy preocupado por algo?

            No lo pienso, a leguas puedo ver que algo le pasa, y no solamente eso, sino que además lo noto muy cansado, como si llevara días sin poder dormir.

            Por lo visto a usted nada se le escapa. – Le da un pequeño sorbo a su café.

            Si no quiere decírmelo está bien no me lo diga, yo…

            Jou, siéntese por favor. – El mencionado hizo caso sin decir nada. – Esto que voy a decirle, créame que no va ser nada fácil para mí poder explicarlo.

            Continúe por favor.

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            Me estás diciendo que anoche pudiste hablar con uno de sus amigos. – Manifestaba seriamente.

            Así es.

            Y por esa razón es que estas aquí.

            Si. – Contestó cabizbajo.

            O sea que si ese muchacho no te hubiera dicho nada al respecto tú seguirías de necio en seguirle creyendo a tu novio.

            Ya por favor Bakura, no me hagas sentir más culpable de cómo ya me siento.

            Pues deberías de sentirte culpable Yami, por idiota, testarudo, cabeza dura y terco como una mula. Eso y sin mencionar lo estúpido que fuiste por anteponer nuestra amistad por tu pareja.

            Lo sé y por esa razón es que te pido perdón.

            No creo que vayas a resolver todo esto con un simple perdón.

            Dime qué quieres que haga y lo haré.

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            Llevo semanas teniendo la misma pesadilla una y otra y otra vez, lo veo parado junto a mi cama, lo veo sonreír de manera tan dulce, me mira con ternura, y el tono de su voz me da a entender que verdaderamente está ahí para despedirse de mí. – La otra persona escuchaba con atención todo lo que le estaban contando. – Sé que sólo es una pesadilla, pero cuando lo miro desaparecer siento un gran escalofrío recorrer por todo mi cuerpo, y es ahí cuando me despierto angustiado y temeroso de que ya no lo vuelva a ver jamás. Y es por eso…

            Es por eso que usted cada vez que no se queda a dormir aquí se viene al alba a verlo para ver cómo se encuentra.

            Si… Me siento como un estúpido contándole todo esto.

            Usted no es ningún estúpido Seto, estoy agradecido que se haya atrevido a contármelo, y es normal que se preocupe por él.

            Jou, tú no lo entiendes.

            ¿Qué es lo que no entiendo?

            Me está volviendo a pasar algo parecido.

            ¿A qué se refiere?

            Estaba teniendo una pesadilla en donde mi padrastro me decía cosas desagradables y una de ellas era que me retaba a deshacerme de su hijo. Estaba harto de tener la misma pesadilla todas las noches, hasta que finalmente me decidí en ponerlo en su lugar de una vez por todas, y para mi desgracia, fue el mismo día que sucedió esa terrible tragedia.

            ¿Usted cree que se vuelva a repetir la misma historia?

            No lo sé, y ya no sé en qué pensar ni qué hacer.

            Seto, no soy bueno interpretando sueños, y no tengo idea del por qué los está teniendo.

            Pero…

            Únicamente puedo decirle que confíe en sus instintos y no se preocupe de estar llegando tan temprano a la casa, usted puede venir a la hora que sea.

            Se lo agradezco mucho, Jou.

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            Lo primero que tienes que hacer es irle a pedir perdón a tu madre por hacerla sufrir innecesariamente. Lo segundo que debes hacer es ponerte al día con tus estudios porque estas muy atrasado y corres el riesgo de dejar el ciclo. Y por último… – Se quedó callado por un segundo. – Todavía no sé si perdonarte o no.

            ¿Qué? ¿Por qué? No puedes estar hablando en serio, mira que para mí no es nada fácil estar frente a ti dándote la razón.

            Estas aquí porque quieres, y por ende tienes que aceptar las consecuencias de tus estupideces.

            Odio decir esto pero tienes razón, y sé que va ser muy difícil volverme a ganar tu confianza, sin embargo, aunque lo creas o no te he extrañado mucho y en nombre de la amistad que tuvimos alguna vez, respetaré tu decisión, lo único que te pido es que no me guardes rencor. Creo que eso era todo lo que venía a decirte.

El joven estaba por marcharse, había logrado dar unos cuantos pasos dándole la espalda a su amigo hasta que…

            Sigues siendo un idiota, Yami. – El albino lo detuvo abrazándolo por detrás. – Jamás te guardé rencor y nunca lo haría, tú también me hiciste mucha falta.

            Bakura… – Sentía un gran nudo en su garganta. – Gracias por darle tu amistad a un cabeza dura como yo.  – Se limpiaba las lágrimas que se le escapan de sus ojos amatistas.

            Idiota, olvidas que siempre te he dicho que tú eres como un hermano para mí.

El tricolor mayor empezaba a dar la media vuelta para verlo a los ojos.

            Como olvidarlo si me lo pasabas recordando todo el tiempo. – Medio le sonrió y luego le correspondió el abrazo.

            ¿Y ahora qué piensas hacer?

            Haré todo lo que me has dicho, pero antes pienso hablar con Yūgi, necesito saber la razón del por qué me mintió.

            ¿Estás seguro? Si haces eso lo más seguro es que pierdas a tu novio.

            Lo sé, pero es un riesgo que debo correr, además, tú mismo me acabas de decir que tengo que afrontar las consecuencias de mis estupideces.

La otra persona no dijo nada, hubo un profundo silencio, hasta que uno de ellos habló…

            ¿Quieres que te acompañe?

            No es necesario Bakura, esto es algo que yo mismo tengo que resolver.

            Piensa muy bien lo que vas hacer Yami, y si necesitas desahogarte con alguien, sólo llámame que ahí estaré.

            Muchas gracias, amigo Bakura.

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En algún lugar de Ciudad Domino…

            Te agradezco mucho que estés aquí ayudándome Ryou.

            No tienes que agradecerme nada hermana.

            Si quieres, puedes terminar de arreglar la bodega y luego puedes irte a la mansión a descansar o tal vez quieras salir con tu novio.

            Suena tentadora tu oferta hermana, pero Baki me dijo que este día tiene clases en la tarde y sale algo noche de la universidad.

            Ya veo, entonces no podrás verlo hoy.

            No, pero no importa, él me dijo que me lo iba a compensar este fin de semana.

            Me da gusto saber que ese muchacho te quiere mucho, y veo que tú también lo quieres.

            Si hermana, lo quiero muchísimo. – Sus mejillas se sonrojaron.

            Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, te has puesto rojo como un tomate.

            ¡HERMANA! – Gritó algo molesto mientras se cubría la cara con sus manos.

            Ya, ya, no te enojes, era una simple broma. Será mejor que termines el trabajo y luego saldremos a almorzar.

            Me parece una excelente idea.

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            Qué día más aburrido, no tengo nada que hacer, y para colmo no tengo con quien salir. Que fastidio, no entiendo por qué Yūgi se ofreció en ayudarle a su abuelo a arreglar la tienda de juegos que tiene y Tristán, se dedicó a trabajar en el negocio de su padre, y ni que hablar de Ryou, es el único que está disponible, pero ni de chiste saldría con él, es tan aburrido, tan antipático, ya me imagino, se la pasaría hablando todo el tiempo de su novio o bien de ese estúpido fracasado, que horror, mejor me quedo sola en casa. Creí que estas vacaciones iban a ser diferentes, pero me estoy dando cuenta que no es así. – Suspiró profundamente. – Como me gustaría salir con Kaiba, estar con él, abrazarlo, tener la oportunidad de besar sus hermosos labios, de hacer el amor, de entregarnos uno al otro apasionadamente, pedirle que nos fuéramos de viaje, que pasáramos nuestras vacaciones en algún lugar bonito… Pero No, prefirió mil veces quedarse con ese muerto de hambre, todavía me sigo preguntando qué le vio para que se fijara en él, como lo odio, nunca me imaginé que se atreviera a quitarme lo que por derecho era mío, Kaiba tenía que ser para mí. Tengo que buscar la manera de separarlos, de hacer que Kaiba lo aborrezca a tal grado que se dé cuenta lo equivocado que estaba al estar con él y no conmigo. Claro, una belleza como yo, merece tener un galán como Kaiba.

Se paseaba de un lugar a otro dentro de su habitación.

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Horas más tarde…

            Hola mi amor, ¿por qué no me avisaste que ibas a venir?

            Hola Yūgi, solamente vine para hablar contigo.

            ¿Sobre qué quieres hablar?

            ¿Me dejas pasar?

            Claro, claro, adelante pasa.

            Gracias.

Una vez dentro, ninguno de los dos decía nada, había un silencio sepulcral, después de un buen rato, uno de ellos decidió romper con aquel mutismo.

            Yūgi, quiero saber por qué me has mentido.

            ¿De qué hablas? Yo no te he mentido.

            Si lo has hecho, precisamente ayer te pregunté si era cierto de que tu amiga incitaba a Ryou para que lo hiciera con su pareja.

            Yami, no me digas que vuelves a lo mismo, amor, pensé que ayer había aclarado todas tus dudas.

            Y supuestamente fue así, creí en todo lo que me contaste, creí en todas tus mentiras, te lo creí todo.

            Yo no te he mentido en nada, allá tú si me quieres creer o no.

            No lo sigas negando Yūgi, por favor.

            Hay bueno ya, que pruebas tienes de que yo te haya mentido, haber dímelo.

            Anoche, después que fui a dejarte a tu casa, en el camino me encontré con Tristán, y él me lo contó todo.

            ¿Qué? No puede ser. – Esto último lo dijo en un susurro.

            Tal como lo oyes, y su versión es totalmente diferente a la tuya.

            De seguro Tristán te engañó, pero claro, prefieres creerle a él que a tu novio.

            Te equivocas, es verdad que tu versión es diferente a la de Tristán, pero la de él, concuerda perfectamente con la de Ryou.

            En todo caso, no entiendo a qué viene todo esto.

            ¿Cómo que a qué viene? Tu sabias que yo me había peleado con Bakura por defenderte, traté a Ryou como un gran mentiroso, y tú me sales con eso.

            Yami, cálmate por favor.

            No puedo creer que hayas caído tan bajo Yūgi, no puedo creer que no me hayas dicho la verdad.

            Ya basta Yami, siento que te estas ahogando en un vaso con agua.

            Eso piensas.

            Si.

            Es increíble como Tea te ha cambiado, tú no eras así antes.

            A mí nadie me ha cambiado Yami, y Tea no tiene nada que ver en esto.

            Claro que  tiene que ver y mucho, ella te ha estado manipulando a su antojo, por qué no quieres darte cuenta. – Comenzaba a alzar la voz.

            Que equivocado estas, Tea, es mi amiga y solamente quiere lo mejor para mí.

            ¿Lo mejor para ti? – Preguntó con sarcasmo. – Si de verdad fuera tu amiga no te estaría hablando mal de Joey ni de Ryou. Si en verdad fuera tu amiga, no te pusiera en contra de Joey, y si en verdad fuera tu amiga, no te estaría envenenando tu alma.

            No deberías hablar así de ella, ya que gracias a Tea, pude alejarte un poco de Joey.

            Que tonterías estas diciendo.

            No es ninguna tontería, ella me abrió los ojos, me hizo ver la clase de persona que es realmente Joey, él supo utilizar su lástima para llamar tu atención y la de Kaiba.

            No puedo creer lo que estoy escuchando, dime que no estás hablando en serio.

            Vez como te pones, y aun así querías que yo te lo contara todo, de ninguna manera podría decirte la verdad, porque estaba seguro que seguirías defendiéndolo.

            ¿Y CÓMO NO VOY A DEFENDERLO? SI ES MI AMIGO. – Gritó furioso.

            Siempre lo preferiste a él, que a mí.

            Eso no es cierto y lo sabes.

            Lo único que sé es que te amo, y no iba a permitir que nadie te alejara de mi lado, todo lo que he hecho lo hice por amor, por nosotros.

            No Yūgi, no confundas las cosas, lo que has hecho no es amor, más bien actuaste de manera egoísta. Antepusiste tu propia conveniencia en lugar de tus amigos, y eso no es amor.

            ¿Por qué no quieres entenderlo? Yami, escúchame.

            Escúchame tu a mi Yūgi, créeme que esto que voy a decirte me dolerá más a mí que a ti, antes que nada quiero decirte que te amo, te amo con todo mi ser y por este amor es que he decidido que lo mejor es que nos demos un tiempo.

            ¿Un tiempo?

            Así es.

            ¿Estas terminando conmigo? – Hacia lo posible por no llorar.

            Solamente quiero que nos demos un tiempo para que puedas pensar en todas las cosas que has hecho.

            Sabes lo que pienso Yami, es que tú eres un malagradecido.

            ¿Qué?

            Ya me oíste, eres un malagradecido por no valorar todos mis esfuerzos, por no valorar mis sentimientos hacia ti.

            Y cómo quieres que valore tus esfuerzos si has tratado muy mal a tus amigos, en especial a Joey.

            Yo no he tratado mal a nadie, únicamente hemos dicho la verdad de como es él en realidad.

            Que ciego estas Yūgi, y no te culpo, aquí la única culpable es Tea.

            No la metas a ella en esto Yami.

            Como quieras.

            Yami, porque no olvidamos esta discusión absurda. – Intentó acercársele para abrazarlo, pero se sorprendió al ver cómo era rechazado.

            Qué barbaridad contigo, esto no es ninguna discusión absurda, no sé por qué no puedes entender que yo confié en ti y me decepcionaste… Me has decepcionado Yūgi.

            Yami, no digas eso por favor.

            Lo siento mucho Yūgi, pero mi decisión es definitiva. Espero que un día puedas recapacitar a tiempo, porque si sigues así, te vas a quedar solo.

            Está bien, si es lo que quieres entonces vete, lárgate que no quiero volverte a ver.

            Me voy Yūgi, pero quiero que sepas que si me necesitas no dudes en llamarme.

El tricolor menor caminó hacia la puerta de entrada, la abrió y le hizo señas a su novio para que se fuera.

            Siempre estarás en mi corazón, Yūgi. – Al decir esto último salió de la casa y detrás de él se escuchó el portazo.


Continuará…


N/A: No me culpen por dejarlos hasta aquí. ¿Qué creen que vaya a pasar? ¿Se habrá terminado el amor entre ellos? No deben perderse la continuación de esta interesante historia que ya casi está llegando a su final. Muchas gracias por todo su apoyo que me han brindado. No olviden dejar sus comentarios y a la vez déjenme sus sugerencias si quieren una segunda temporada para esta obra. Por lo demás, cuídense mucho y nos vemos en el próximo capítulo.

Atte.:

           KAT.

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