jueves, 31 de octubre de 2019

LOS DONCELLOS, SON UNA VERGÜENZA TANTO PARA EL HOMBRE COMO PARA LA MUJER.






LOS DONCELLOS, SON UNA VERGÜENZA TANTO PARA EL HOMBRE COMO PARA LA MUJER.


AUTORA: KATSUYA


PAREJAS PRINCIPALES: Fernando/Raúl, Frederick/Miguel


OTRAS PAREJAS: Adrián/Julio, Oscar/Alejandro, Rubén/Cecilio, entre otras.


CATEGORÍA: Originales.


GÉNEROS: Ciencia ficción, angustia, drama, tragedia.


ADVERTENCIAS: Mpreg, muerte de un personaje, lemon, tortura, orgias, violación.


Los personajes de esta historia son de mi propiedad, así como la trama.


ADVERTENCIAS: Este capítulo tendrá argumentos bastantes deprimentes que a cualquiera se le podría bajar la moral… Les sugiero que lo piensen bien antes de continuar… No me hago responsable por traumas psicológicos, tristezas y decepciones que les podría causar... Leer bajo su propio riesgo. Soldado avisado, no muere en guerra.



Capítulo 7: Orgías con los Experimentos… II Parte.


Semanas después…

            — ¿Cómo te sientes? — No obtuvo respuesta. — Agradece que aun estas convaleciente, porque si no… Ya te hubiera mandado a la celda de castigo.
Odiaba verlo de esa manera, odiaba no escuchar su voz, pero lo que más odiaba era tenerlo que consentir sin tener nada a cambio.
            — De acuerdo, por esta ocasión te dejaré descansar, pero no creas que te vas a librar de mí tan fácilmente. — Se acercó a él para darle un beso en los labios, pero fue rechazado por la otra persona. — Obstinado como siempre.
Decidió irse a hacer su trabajo y dejarlo descansar, estaba feliz de que finalmente lograra despertar, apenas llevaba pocos días de que saliera de ese terrible coma, cuando él se dio cuenta, sus hermosos ojos verdes lo estaban viendo, al principio estaba un poco desorientado, casi no recordaba lo sucedido, y él se tomó la libertad de refrescarle su memoria. En cuanto lo hizo, el pobre lloró toda la tarde, y por más que lo trataba de animar no conseguía hacerlo. 
            — “Mi Raúl esta devuelta, estoy tan contento de que por fin recobrara la conciencia, al parecer valió la pena todo el sacrificio que hice de cuidarlo durante estos últimos meses, sí, me siento tan feliz de que esté fuera de peligro. Ahora lo único que tengo que hacer es mantenerlo alejado de ese idiota, no quiero que le vuelva a poner sus asquerosas manos encima”.
Caminaba por el pasillo viendo algunos expedientes clínicos, la mayoría de los especímenes iban a estar listos para dar el siguiente paso a la gestación, y estos no iban a correr con tanta suerte, ya que muy pronto sería el gran día. Medio sonrió con malicia, recordando que hacía mucho tiempo que no se divertía como antes, y no era por el exceso de trabajo, sino más bien, por un muchacho que desde que lo vio por primera vez supo que lo haría suyo, que él iba ser el primero en estrenarlo, en quitarle su hombría haciéndolo gemir como una verdadera puta en celo. Siempre que lo miraba, pensaba en todas las maneras posibles de tener sexo con esa persona, se imaginaba todas las poses habidas y por haber para penetrar ese culo redondo y bien formado que tiene. Se moría de las ganas por tocar su abdomen bien definido, de estrujar, pellizcar, y morder sus bellos pezones rosados y ni que decir de sus labios carnosos, todo en él le despertaba un voraz apetito sexual. Sí, se volvía loco de deseo por hacerlo suyo, por reventarle su culo hasta decir ya no, por hacerlo su esclavo sexual y obligarlo a decir su nombre una y otra vez. Pero… ¿Por qué le tenía tantas consideraciones? ¿Por qué no lo toma de una vez? ¿Por qué no simplemente se lo lleva a la cámara de tortura para violarlo y después preñarlo? Sabía que si hace eso, no tendría sentido en someterlo tanto, sabía que si lo encadenaba a la cama para hacerlo suyo, no le sentiría sabor, ya que su único propósito es quebrantar su estúpida fuerza de voluntad que tiene, doblegarlo con ímpetu, que suplique para que lo haga suyo. Nunca se imaginó que se encapricharía de nuevo, nunca se imaginó que ese joven le hiciera sentir cosas que hace mucho tiempo no sentía. Pronto iba a terminar su transformación, y al hacerlo, el mismo lo estaría condenando, y eso era algo que no quería. Afortunadamente, aprovechó el incidente para llevar a cabo su plan, ahora sólo le quedaba esperar a que funcionara y no hubiera complicaciones. Una vez más, su amado Raúl se logró salvar de la fiesta, ya que no quería que fuera participe a que los demás lo tocaran, ni mucho menos que se le acercara ese estúpido de Gonzalo.
            — “Tarde o temprano tú serás mío Raúl”. — Fue su último pensamiento que tuvo antes de llegar a su destino.

Horas más tarde…

Estaban en su hora de descanso, todos se encontraban en el área del comedor, algunos terminando de comer y otros perdiendo el tiempo en conversar. Uno de los presentes decidió meter a la conversación a uno de los doctores que también estaba ahí.

            — Y dinos Fernando, estás listo para la fiesta de este fin de semana.
            — No seas atrevido Fermín, ya sabes que él no ha participado desde hace un año.
            — Es una lástima que haya dejado de participar, usted siempre le ponía el sazón a la fiesta.
            — Eso es verdad, todavía recuerdo aquellos días en cómo nos divertíamos, y de cómo el Doctor Fernando hacia cada cosa que se le venía a la mente.
            — Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja. — Reían todos los presentes.
            — Que días aquellos, y que suerte tienen estos malditos desgraciados al no participar el Doctor Fernando.
            — Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja.
            — Tienes toda la razón Diego.
            — ¡Suficiente! No permitiré que se sigan mofando de mí.
            — Tranquilo Doctor, fue una simple broma. — Intervino otra persona a la conversación. — Aunque déjeme decirle que todo lo que ellos han dicho no ha sido más que la verdad. Y ya que han tocado el tema, me he estado preguntando, ¿por qué usted ha dejado de participar en las fiestas? ¿No me diga que lo está haciendo para ganarse el afecto de alguien?
            — Uuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuhhhhhhhhhhhhhh… — Se escuchó en todo el salón.
            — Ja, es lo más estúpido que he escuchado en mi vida, si no he participado es porque he tenido mucho trabajo, y si quisiera ganarme el afecto de alguien lo llevaría a la fiesta para que participe conmigo.
            — Uuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuhhhhhhhhhhhhhh… — Todos voltearon a ver a la otra persona.
            — Tan astuto como siempre mí querido colega, por esa razón, he decidido alargar la fiesta del viernes para que dure todo el fin de semana, de esa manera, todos podremos participar.
            — Te has vuelto loco, sabes muy bien que la mayoría no van a aguantar, qué pretendes haciendo esto.
            — ¿Qué, qué es lo que pretendo? Es muy fácil, darles a todos la mayor diversión de sus vidas y los experimentos que queden con vida serán los elegidos para continuar con la investigación. De esta forma nos desharemos de la mayoría para quedarnos con lo mejor de lo mejor. Y los que sobrevivan, tendrán un merecido descanso, nadie los tocará durante tres meses. No te parece que es una muy buena oferta.
            — Eso quiere decir, que también incluirás a los que están listos para ser preñados.
            — Eso es correcto mi querido colega.
            — Como quieras, solamente te recuerdo que los que están listos para embarazarse y mueren por tu estúpida idea, saldrás perdiendo mucho dinero.
            — Tú sabes que me encanta correr riesgos. — Hablaba sarcásticamente.
            — Sí que eres un maldito enfermo.
            — No te creas, esto lo hago para que tú puedas participar esta vez y que no te pierdas de la diversión.
            — Pues viniendo de ti, no espero nada bueno.
            — Muchas gracias por su cumplido. — Sonrió falsamente.
            — Ya escucharon al Doctor Gonzalo, este año tendremos la mejor fiesta de nuestras vidas.
            — Si, si, si, si, si, si, si, si, si, si, si, si, si, bravo, hurra, que bien. — Festejaban todos los hombres y a la vez silbaban fuertemente.


En el cuarto de recuperación…

            — “No entiendo por qué me salvó la vida, no tenía ningún derecho a hacerlo, ese idiota es como todos los malditos miserables que trabajan aquí, no les interesa absolutamente nada, su único interés es ganar dinero y cumplir con las órdenes que reciben. Como me gustaría salir de aquí, buscar la manera de escapar, pero cómo, no se me ocurre nada para poder salir de aquí. Si tan sólo hubiera una manera de poder salir de aquí, buscaría ayuda para sacar a todas estas personas, desde que llegué aquí no he escuchado más que gritos de dolor, he visto mucho sufrimiento en los demás prisioneros, he escuchado de como los violan constantemente, de cómo son golpeados hasta decir ya no. Estos malditos nos someten tanto física como psicológicamente, nos tratan peor que basuras, nos despojan de nuestra identidad, nos arrebatan nuestras vidas, y mutilan todos nuestros derechos. Son unos desalmados, quiero que todos y cada uno de ellos paguen por todo el daño que nos hacen, pero sobre todo, a quien me gustaría matar con mis propias manos es a ese estúpido Doctor Gonzalo, un día me vengaré por todo el daño que ha ocasionado”. — Sin poderlo evitar, unas finas lágrimas resbalaban por sus mejillas, ansiaba tanto su libertad, soñaba el poder escapar de ese infierno. Intentó moverse un poco pero su cuerpo aun no le respondía, se sentía débil y un tanto adolorido, trató de ver debajo de la venda que tenía alrededor de su cintura y lo único que consiguió fue lastimarse. — “En definitiva, no les daré la satisfacción de verme derrotado, no tendrán el placer de humillarme tan fácilmente, si quieren guerra, pues guerra van a tener, aunque sé que yo las llevo de perder”.


Días después…

Estaba tan molesto que sentía una gran necesidad de destruir cosas, ese maldito idiota sí que sabía cómo amargarle su existencia, tenía que controlarse para no llamar mucho la atención, a veces creía que él estaba comenzando a sospechar, pero debía de seguir aguardando las apariencias, recordaba la conversación que había tenido con ese ser despreciable.

FLASH BACK

            — Se puede saber para qué demonios me mandaste a llamar.
            — No deberías de estar tan enojado.
            — Solamente espero que no me hayas hecho venir de gusto.
            — Por supuesto que no, siéntese por favor Fernando.
            — Ahora habla.
            — Te acuerdas la conversación que se llevó a cabo en el comedor.
            — Claro que la recuerdo, nunca olvidaré como ustedes se burlaron de mí.
            — Fue una pequeña broma para que pudieras unirte a la conversación. No deberías de enojarte por algo tan insignificante.
            — Mhg…
            — Volviendo al tema, quiero que incluyas al experimento 19,990 en la fiesta de este fin de semana.
El hombre se sorprendió por lo que ese imbécil le estaba diciendo, pero pudo disimular a la perfección.
            — ¿Algo más? — Preguntó como si no le interesara.
            — ¿No me vas a preguntar el por qué quiero que participe?
            — No me interesa saber, si no tienes nada más que decir…
            — De todas maneras te lo diré aunque no me lo preguntes. Hace poco he estado revisando todos los expedientes clínicos de los experimentos, y me di cuenta que el número 19,990 ya lleva más de un año aquí y todavía no le has realizado la cirugía. Y deseo saber, ¿por qué no lo has hecho?
            — Si has leído todos los expedientes como dices, entonces ya debes de saber la razón del por qué aún no le hago dicha cirugía.
            — Pues según tu informe, quieres probar cuanta resistencia física es capaz de aguantar.
            — Así es.
            — Eso lo entiendo, lo que no puedo entender es porque es el único al que le haces dichas pruebas.
            — Por lo visto no has leído todos los expedientes, mi querido colega. — Sonrió sarcásticamente, haciendo que el otro se enfadara.
            — Insinúas que tienes más sujetos haciéndoles las mismas pruebas.
            — Al decir verdad he escogido 25 experimentos al azar, de diferentes edades, quiero llevar a cabo una nueva investigación.
            — ¿En serio? — Preguntó irónicamente. — ¿Y sobre qué se trata su nueva investigación?
            — Me sorprende que todavía no lo haya deducido, por esta ocasión haré una excepción y se lo voy a decir. — Hubo un pequeño silencio, en donde el otro hombre prestaba mucha atención. — Mi nueva investigación consiste en hacer posible lo que hasta ahora no hemos podido lograr.
            — Espere, no me diga que… ¿Quiere que los doncellos tengan un parto normal?
            — Baia, finalmente lo ha comprendido.
            — ¡Grandioso! ¡Estupendo! ¡Simplemente grandioso! Es usted un maldito genio, tal parece que hice muy bien al elegirlo. Pero… ¿Por qué sólo escogió a 25?
            — No quiero retrasos a la hora de entregar la mercancía y porque mi investigación lleva más años en prepararlos.
            — Es un buen punto, en ese caso, dejaré que todos participen, a excepción de esos 25 experimentos que usted ha escogido.
            — ¿Está usted seguro?
            — Por supuesto que sí.
            — Bien, si eso es todo, me retiro.
            — Una cosa más.
            — ¿Qué?
            — Me gustaría ver la clase de entrenamiento que reciben.
            — Puedo preguntar para qué.
            — He de suponer que es un tratamiento sumamente doloroso, y usted sabe que me encanta ver el sufrimiento de los demás, y no hay nada que me excite más que ver el dolor ajeno.
            — Está bien, con una sola condición.
            — ¿Cuál?
            — Que no perderá la cordura en el momento que lo esté haciendo.
            — Haré mi mayor esfuerzo para tranquilizarme.
            — De acuerdo.
El hombre se levantó de la silla y salió del lugar sin decir nada más.

FIN DEL FLASHBACK

            — “Tal parece que me lo creyó todo, afortunadamente siempre pienso en todo y me cubro mi espalda, espero que con esto pueda mantenerlo alejado de mi Raúl, y así puedo guardar las apariencias sin que sospeche nada. Aunque debería de sentir lástima por los otros 24 experimentos, No, al diablo con el resto, no me interesa lo que a ellos les pase, ya que mi único interés es Raúl, y he conseguido algo de tiempo para seguir jugando con él”.


En una de las habitaciones...

            — Ahora si maldito, te llegó la hora.
            — No, suélteme, déjenme en paz.
            — Cállate. — Le da tremenda bofetada en la cara. — Creíste que esto se iba a quedar así nada más.
            — Yo no hice nada.
            — Te creíste muy listo al decirle al Doctor Fernando lo que nosotros hacíamos, ¿no es así?
            — No, eso no es cierto.
            — Hay que darle su merecido a esta escoria.
            — Si, hay que enseñarle que con nosotros nadie juega.
            — No por favor.
            — Todavía no le hacemos nada y ya está llorando la nena.
            — Je, je, je, je, je, je, je, je, je, je, je, je, je, je, je, je, je, je, je, je, je, je.
            — Muchachos, ya saben que tienen que hacer.
            — Como tú digas.
Entre los tres hombres se le tiraron encima, lo golpeaban y trataban de someterlo con fuerza, mientras que el prisionero se defendía inútilmente.
            — Suéltenme malditos, no me toquen.
            — Cállate. — Recibió un puñetazo en la cara.
            — Que esperan para sujetarlo, quiero que lo encadenen a la cama, vamos deprisa, que no tenemos todo el día. Aunque pensándolo bien, si tenemos todo el día. Je, je, je, je, je, je, je. — Reía con maldad.
Finalmente lo habían encadenado a la cama, el pobre muchacho estaba completamente desnudo, y todo golpeado.
            — Ahora vas a ver que conmigo nadie se mete.
            — No por favor, tenga piedad de mí, haré lo que usted quiera, pero por favor, no me lastime, ya no, ya no por favor.
            — Estúpido. — Le da otra bofetada en la cara. — De todas maneras tú harás todo lo que nosotros queramos. Y lo que yo quiero en estos momentos es partirte tu culo.
            — No, no, no por favor, suéltenme déjenme ir. AUXILIOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO, QUE ALGUIEN ME AYUDE POR FAVOR. — Gritaba con todas sus fuerzas y se movía de un lado a otro sobre la cama, buscaba la manera de poderse liberar, pero en vez de conseguirlo, se lastimaba más las muñecas de las manos.
            — Adelante, hazlo de una vez.
            — Si, enséñale a esta perra que debe ser obediente.
El hombre caminó en dirección hacia el prisionero, se desabrochó el pantalón para sacarse su pene, se subió encima de él y en cuanto le abrió las piernas lo penetró de un sólo golpe.
            — AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHH. — Un grito desgarrador se escuchó por toda la habitación.
            — Oh si, estas bien buena perra, siento como me lo estas apretando. Aaaaaahhhh, aaaaaahhhh, aaaahhhh, aaaaaahhhh, aaaahhhh. — El hombre lo arremetía con fuerza, le sostenía las piernas impidiéndole que su víctima no las pudiera cerrar.
            — Snif, snif, snif, snif… Snif, snif, snif, snif… PARAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA, SÁQUELO, POR FAVOR SÁQUELO… Por... Snif, snif, snif, snif… Por favor... Me... Snif, snif, snif, snif… Me... Duele mucho… Me... Duele Mucho… Por... Favor… Ya… No… Basta por favor… No siga…  AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHH... Snif, snif, snif, snif… Snif, snif, snif, snif… — Cada grito que el sometido daba, excitaba aún más a su verdugo, y éste aumentó la fuerza de sus embestidas solamente para escucharlo gritar más fuerte.
            — Aaaahhhh, aaaahhhh, aaaahhhh, mmm, mmm, mmm, mmm, gime para mí maldita perra, quiero oírte gritar más fuerte, aaaahhhh, aaaahhhh, aaaahhhh, mmm, mmm, oh si, para esto es lo único que sirves, aaaahhhh, aaaahhhh, aaaahhhh, que no se te olvide que tú eres nuestra puta, y que estas aquí para complacernos, aaaahhhh, aaaahhhh, aaaahhhh, quiero oírte decir que eres nuestro esclavo sexual, y que deseas complacer a tus amos, y ansias que te rompamos el culo, aaaahhhh, aaaahhhh, aaaahhhh… Anda mujerzuela, dilo, di que quieres que te cojamos hasta decir ya no, dilo hasta que te quedes sin voz. Aaaahhhh, aaaahhhh, aaaahhhh… Aaaahhhh, aaaahhhh, aaaahhhh, mmm, mmm, mmm, mmm.
            — Snif, snif, snif, snif… Snif, snif, snif, snif… PARAAAAAAAAAAAAAAAAAAA Por... Snif, snif, snif, snif… Por favor... Me... Snif, snif, snif, snif… Me... Duele mucho… Me... Duele Mucho… Por... Favor… Así no, me vas a partir por la mitad, por favor, deténganse por favor… Ya… No… Basta por favor… No siga…  AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHH... Snif, snif, snif, snif… Snif, snif, snif, snif…
            — No escuchaste lo que te acabo de decir, prostituta barata. — Sacó su pene bruscamente para luego penetrarlo con mayor fuerza, y repetía esta acción una y otra vez en forma de tortura. — Puedo cogerte como se me da la gana, y seguiré haciéndolo hasta dejarte tu culo bien abierto. Así que grita para mí, di mi nombre prostituto barato, grita mi nombre, quiero escucharte decir que soy yo quien te está desvirgando, di que soy tu amo, que me perteneces.
Los otros tres hombres reían con maldad, le gritaban a su compañero animándolo para que no parara, le decían cosas como:
            — Enséñale quien manda.
            — Adelante hazlo, reviéntale ese culo que tiene.
            — Si, si, así, sigue, no te detengas, esta zorra tiene que aprender su lección.
El hombre juntó las piernas y las alzó arriba de su hombro, lo doblegó hacia adelante con fuerza para poderse extasiar más a la hora de penetrarlo.
            — Snif, snif, snif, snif… Snif, snif, snif, snif… PARAAAAAAAAAAAAAAAAAAA Por... Snif, snif, snif, snif… Por favor... Me... Snif, snif, snif, snif… Me... Duele mucho… Deténgase, se lo suplico… Me... Duele Mucho… Por... Favor… Así no, me duele… Ya… No… Basta por favor… No siga…  AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHH... Snif, snif, snif, snif… Snif, snif, snif, snif…
            — Callen a esta perra, ya me cansaron sus gritos.
            — Creí que nunca lo pedirías amigo. — Al terminar de hablar, se acercó a la víctima y le metió con fuerza su pene a la boca. — Te mato si me lo muerdes. — Advirtió de forma intimidante.
Estuvieron así por un largo rato, hasta que finalmente uno de ellos derramó su semen en la boca del prisionero, al poco tiempo lo hacia el otro derramándose en su interior.
            — Aaaahhhh, aaaahhhh, aaaahhhh, siento que estoy a punto de acabar, aaaahhhh, aaaahhhh, aaaahhhh, mmmm, mmmm, mmmm, voy a correrme dentro de ti perra, así que prepárate, aaaahhhh, aaaahhhh, aaaahhhh, mmmm, mmmm… Te llenaré tu agujero con mi semen… AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHH. — Fue el fuerte gemido que se escuchó al vaciar su esperma dentro de la maltratada  entrada de su víctima... Salió bruscamente de su interior y miraba con satisfacción como salía su esencia mezclada con sangre. — Estuviste genial perra, has sabido divertirme, y para que veas que no soy tan malo, te voy a recompensar, dejaré que mis amigos se diviertan contigo.
            — Snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif… No por favor… Ya no más… Se lo suplico, tenga piedad de mí. — Su voz se escuchaba entre cortada.
            — Adelante muchachos, hagan con él lo que quieran.
            — Claro que sí, pero antes lo pondremos en 4.
            — Je, je, je, je, je, je, je, je, je, je, je, je, je, je, je, je, je, je, je, je, je, je. — Reían los otros con maldad.


No muy lejos de ahí, pero en la misma Institución…

            — Hola, he venido para ver como sigues. — No obtuvo respuesta. — Hasta cuando vas a dejar de ser así conmigo, porque no me hablas, dime algo lo que sea, no vez que estoy muriendo por escuchar nuevamente tu dulce voz. — El hombre estaba perdiendo la paciencia, detestaba que lo ignoraran. — Si no empiezas a hablarme, recurriré a otros métodos y tu bien sabes que serán muy dolorosos para ti. ¿Es eso lo que quieres? ¿Qué sea rudo contigo? — Seguía sin obtener repuesta. — Mira, te propongo algo, pídeme lo que tú quieras y si está en mis manos te lo puedo conceder. ¿Qué me dices? ¿Aceptas mi propuesta?
El joven bajó un poco la mirada, se quedó pensando por un momento lo que esa persona le estaba ofreciendo.
            — ¿Lo que yo quiera? — Por fin se había atrevido a hablar, el otro sintió una tremenda alegría en su corazón por haber logrado su objetivo.
            — Claro que si Raúl, lo que tú quieras.
            — Quiero mi libertad, quiero irme de aquí, ya no deseo vivir este infierno, quiero irme a casa, sólo deseo poder ver el sol, la luna y las estrellas, contemplar el cielo como antes lo hacía, ansío poder dormir en mi cama, salir a pasear a donde yo quiera, correr en el parque, comer mi comida favorita, sentir el viento de la libertad en mi cara, yo sólo… — El joven no pudo decir nada más debido a su llanto, se había desmoronado completamente, mientras que la otra persona se había quedado boquiabierto al saber todo lo que sentía ese muchacho y por primera vez se estaba desahogando con él.


Continuará…


N/A: En el capítulo anterior, les dejé algunas advertencias, nuevamente quiero sugerir que el próximo episodio será más doloroso, sádico y horrible. En otras palabras, no apta para personas sensibles que no soporten el dolor ajeno. Soldado avisado, no muere en guerra. Leer bajo su propio riesgo.

Nos leeremos en el siguiente capítulo, no se lo deben de perder.

Atte.:

           KAT.


P.D.: Hemos llegado al último día del mini especial de la semana, quiero agradecerles infinitamente por haberme acompañado en esta semana de lectura. Espero que haya sido de su agrado. Si en algún momento he ofendido a alguien por mi forma de escribir, de ante mano pido disculpas.


Bueno mis queridos lectores, los invito a que no se pierdan el nuevo capítulo de la historia: Los ojos son el reflejo del alma, está en sus últimos episodios. Lo estaré subiendo el próximo viernes 8 de noviembre, no deben perdérselo.

Ahora sí, me despido de todos y cada uno de ustedes, cuídense mucho y no olviden dejar sus comentarios.



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