lunes, 28 de octubre de 2019

LOS DONCELLOS, SON UNA VERGÜENZA TANTO PARA EL HOMBRE COMO PARA LA MUJER.







AUTORA: KATSUYA


PAREJAS PRINCIPALES: Fernando/Raúl, Frederick/Miguel


OTRAS PAREJAS: Adrián/Julio, Oscar/Alejandro, Rubén/Cecilio, entre otras.


CATEGORÍA: Originales.


GÉNEROS: Ciencia ficción, angustia, drama, tragedia.


ADVERTENCIAS: Mpreg, muerte de un personaje, lemon, tortura, orgias, violación.


Los personajes de esta historia son de mi propiedad, así como la trama.


Capítulo 6: Orgías con los Experimentos… I Parte.


Meses después…

Se encontraba en una habitación con poca iluminación, miraba con tristeza a la persona que estaba acostado en la cama conectado a un sinfín de aparatos, apretaba las manos haciéndolas puño tratando de controlar su ira que sentía en ese momento, lo que más deseaba era retorcerle el pescuezo a ese maldito, lo odiaba con todo su ser, odiaba que siempre se metía en sus planes, odiaba que siempre le estropeaba su diversión, odiaba que todo el tiempo arruinaba sus investigaciones, todo de ese ser lo odiaba. Desde que lo intervino en la sala de cirugías y luego lo trasladó a la UCI[1], no se había separado de él, no dejó que nadie más lo tocara, cuidaba de su paciente día y noche, había dejado a un lado todo su trabajo y se lo encomendó a su asistente. Y desde lo ocurrido han pasado más de tres meses, le preocupaba que no recobrara el conocimiento, aún estaba en coma y no daba señales de querer despertar.
            —“Por favor Raúl, no te des por vencido. Sé que no fue nada fácil por lo que tuviste que pasar, pero tú siempre has sido un muchacho fuerte”. — Tocó su mano suavemente y con su otra mano acarició levemente su rostro. — “No sé cómo, pero te prometo que no dejaré que ese desgraciado te vuelva a poner una mano encima, no quiero que vuelva a pasar lo mismo, no me dejes por favor, te necesito”.
Sin poderlo evitar, su mente recordaba todo lo ocurrido aquel día fatal.

FLASH BACK

            —No… Por… Favor… No… Quiero… Morir. — Gruesas lágrimas salían de sus ojos, bañando completamente sus mejillas.
            — ¿Qué sucede, acaso no piensas detenerme? — Le había hecho una pequeña herida en su garganta.
            —Por mí, haz lo que quieras. — Manifestó como si realmente no le importara, aunque por dentro se moría de los nervios y su corazón pedía a gritos que lo salvara.
            —Como quieras. — Sonrió con maldad, estaba a punto de degollarlo cuando en ese momento se escuchó un fuerte grito.
            — ¡ESPERA!
            — ¿No qué no te importaba? — Preguntó con sarcasmo.
            —No seas estúpido, no te daré el placer de matarlo, yo quiero hacerlo con mis propias manos.
Todos se quedaron boquiabiertos, hasta el Doctor Gonzalo se había quedado en shock, al ver esa mirada asesina sabía que no estaba bromeando…
            — ¿De verdad piensas matarlo? — Lo tentaba para ver cuál sería su reacción.
            —Dame ese cuchillo. — Respondió molesto, la otra persona al ver que realmente lo iba a matar, decidió detenerlo en el último momento.
            — ¿ESTÁS LOCO, QUÉ TE PASA? — Gritó furioso.
            —No es lo que querías.
            —Idiota, solamente te estaba probando para ver si tenías las gallas de hacerlo.
            —Pues ya te demostré que si tengo las agallas para matar a cualquiera. — Su mirada era intimidante.
            — ¡Ja! Y yo que pensé que te habías enamorado de un experimento.
            —No deberías de pensar en tonterías y déjame hacer mi trabajo.
            —Está bien, vámonos muchachos, aquí ya no hay nada que hacer.
En cuanto se fueron, el hombre se apresuró a liberarlo y revisarlo para ver en qué condiciones se encontraba.
            —Raúl, resiste por favor. — En cuanto soltó sus cadenas, tuvo que sostener su cuerpo para que no cayera al suelo. — Mira nada más como te dejó ese maldito. — Puso suavemente su cuerpo en el suelo y corrió rápidamente hacia la puerta y pedir que le trajeran una camilla de inmediato. Posteriormente se volvió a acercar a él. — Raúl, mírame por favor.
            —Es… La primera vez… Que me llama por mi nombre. — Fue lo último que dijo antes de perder el conocimiento.
            —RAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAÚUUUUUUUUUUUUUUULLLL. — Lo abrazó fuertemente contra su pecho, sentía que su corazón se le desgarraba por dentro, ni siquiera le importó mancharse su ropa de sangre.

FIN DEL FLASHBACK

            —“Buscaré la manera de vengarme de ese desgraciado, juro que me vengaré, esto no se puede quedar así”. — Se inclinó un poco hacia adelante y le dio un pequeño beso en su frente.

Dentro de una oficina…

            — MALDICIÓN, MALDICIÓN, MALDICIÓN, HASTA CUANDO ESE BASTARDO PIENSA EN RETOMAR SU LUGAR. — Gritaba furioso un hombre.
            —Debe tranquilizarse señor.
            — ¡IDIOTA! Cómo me pides que me calme en un momento como este, es que no te das cuenta de las grandes pérdidas que hemos tenido, sin mencionar que los inversionistas y demás socios están molestos por el déficit económico que hemos tenido en estos tres meses y todo por culpa de ese maldito bastardo.
            —Y… ¿Por qué no lo despide? Ponga a su asistente que se haga cargo de todo.
            — ¡ESTÚPIDO! — Le da tremenda bofetada en la cara. — Si ese incompetente hiciera bien su trabajo, no tendría la necesidad de depender del Doctor Fernando y hace años que me hubiera desecho de él.
Todos los presentes se habían quedado callado, así como estaban las cosas tenían que ser prudentes al hablar o terminarían en una celda de castigo.
            —Será mejor que me dejen solo, todo el mundo salga de mi oficina.
            —Sí, Doctor.
En cuanto el hombre se quedó completamente solo, comenzó a recordar la conversación que había tenido con su colega hace un par de semanas atrás.

FLASH BACK

            —Explícame por qué has dejado tu trabajo.
            — ¿Quién te ha dicho que lo he dejado?
            —Si no lo has dejado entonces, porque tu estúpido asistente se encarga de revisar a los doncellos cargados.
            —Porque yo mismo se lo he pedido.
            —IDIOTA, NO TE DAS CUENTA QUE ESE INFELIZ NO LO HACE BIEN Y HAN FALLECIDO CASI TODOS EN ESTOS ÚLTIMOS MESES.
            — ¿Y qué?
            — ¿Cómo de qué? Bien sabes que no tolero pérdidas en esta investigación y todos los inversionistas esperan con ansias el mentado cargamento.
            —Eso era todo lo que tenías que decirme. Porque si eso era todo, me voy.
            — ¿A dónde crees que vas? Tú y yo no hemos terminado de hablar.
            —Pero yo contigo sí.
            —No me provoques Fernando, no sabes de lo que soy capaz de hacer.
            —Tú eres el que no deberías de provocarme, porque no me conoces.
            — ¿Me estas amenazando?
            — ¿Acaso eres el único que puede hacerlo? — Lo miraba fríamente a los ojos.
            —Está bien, vamos a calmarnos. — Suspiró profundamente. — Te lo preguntaré una vez más, ¿cuándo piensas retomar tu trabajo?
            —Lo haré en cuanto mi paciente esté fuera de peligro.
            —No puedes estar hablando en serio, creí que no te importaba ese estúpido experimento.
            —Es verdad, no me interesa en lo más mínimo, pero no debiste de haberte metido con mi diversión, no debiste de golpearlo de la manera en que lo hiciste y… — Se quedó callado por unos segundos. — Me habías prometido que no te volverías a meter en mis asuntos y nada de eso cumpliste.
            —Y por esa razón es que me castigas de esta manera.
            —Si lo quieres ver de ese modo, es tu problema.
            —De acuerdo, te propongo algo.
            —Te escucho.
            —Buscaré al mejor médico del mundo para que cuide de ese experimento. De esa manera, tú podrás regresar a tus obligaciones. ¿Qué dices, aceptas?
            —Suena muy tentadora tu oferta, pero olvidas un pequeño detalle.
            — ¿Cuál?
            —Que por el momento yo soy lo mejor que tienes y conozco muy bien tu forma de torturar a los prisioneros y por esa razón es que se cómo salvarles la vida.
            —Tsk… Eres un maldito. — Rechinaba sus dientes con fuerza, su colega era la única persona en ese lugar que se atrevía a desafiarlo.
            —Ni modo, tendrás que esperar a que mi paciente se recupere.
            —Al menos podrías supervisar lo que el inútil de tu asistente hace.
La otra persona sonrió por dentro, era la primera vez que el Doctor Gonzalo daba su brazo a torcer y en cierta manera se sintió orgulloso de lograr tal hazaña.
            —De acuerdo, para que veas que no hay rencores, yo mismo supervisaré el trabajo de mi asistente.
            —Excelente, así yo no habrán más pérdidas.

FIN DEL FLASHBACK

            —“Maldito desgraciado, por el momento no me ha quedado de otra que aceptar sus estúpidos términos ya que si no lo hago, podría perder hasta mi cabeza. Como odio que ese infeliz no me deja divertirme”.

Área de descanso…

            —Logramos ganar un buen dineral con la apuesta de ese desgraciado.
            —Sí, es una lástima que el Doctor Gonzalo nos haya arruinado la diversión.
            —Es verdad, ahora todos se preguntan cuántos días habría durado con ese castigo.
            —Por mucho aguante que pudiera tener, no soportaría más de tres días.
            —Yo me hubiese arriesgado en apostar todo mi dinero si el castigo siguiera.
            —Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, pues yo no me atrevería a tanto.
            —Hola amigos, ¿de qué hablan? — Interrumpió otra persona al llegar.
            —De las apuestas.
            —Ustedes fueron los que se quedaron con todo ese dinero.
            —Así es. Ojalá y se volviera a repetir.
            —Mhg… Pues como están las cosas, no creo que se vuelva a dar.
            — ¿Por qué lo dices?
            —Se han oído rumores entre los prisioneros.
            — ¿Qué clase de rumores?
            —No me lo van a creer, pero al experimento 19,990 lo ven como un héroe.
            —Por favor, no digas estupideces, estos infelices no tienen derecho a pensar, opinar ni ver a nadie como un héroe.
            —Estoy de acuerdo con mi amigo, estos malditos únicamente están aquí para dos propósitos. Uno el de satisfacernos y el otro para la investigación del Doctor Fernando.
            — Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja. — Se carcajeaban todos los presentes.
            —Ni yo lo hubiera dicho mejor.
            —De todas maneras ya saben lo que tienen que hacer si el rumor se sigue expandiendo.
            —Tú no te preocupes por nada, si esos malditos se quieren pasar de listos tendrán un severo castigo.
            —Los doblegaremos para que no hayan revueltas.
            —Pues yo llevo tiempo de no follarme a unos cuantos.
            —Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, lo dices en serio.
            —Por supuesto que estoy hablando en serio. — Lo ve un poco molesto.
            — ¿Por qué no te los has follado?
            —Idiota, porque he pasado fuera buscando más voluntarios. — Expresó con sarcasmo.
            —Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, espero que esta vez sí puedas participar en la fiesta.
            —He escuchado rumores que será una gran noche.
            —A ver cuenta, que has escuchado.
            —Pues… Así como están las cosas, el Doctor Gonzalo está muy molesto por lo ocurrido y tal parece que se quiere desahogar con todos los experimentos y ya saben lo que ocurre cuando él hace eso.
            —Uuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuhhhhhhhhh, será una fiesta muy divertida. — Comentó uno de los presente, mirándolos pícaramente.
            —Espero no perdérmela esta vez. — Dijo otra persona mientras se relamía los labios.
            —Si eso es verdad, a todos los que me toque los haré gritar de dolor y placer, les reventaré ese culo que tienen y se los voy a llenar con mi esperma, será tanto semen que no les cabrá en su culo y los obligaré a que se lo traguen.
            —Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, tú sí que eres un sádico.
            —Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja. — Se reían todos.
            —Brindo por eso mi hermano.

Mientras que en la UCI…

            Disculpe que lo moleste Doctor Fernando.
            — ¿Qué sucede?
            —Necesito que me acompañe a la sala de gestación, hay problemas con uno de los doncellos.
            — ¿Y ya sabe cuál es el problema?
            —Aún no, resulta que es el último doncello que nos ha quedado y está a punto de perder su producto.
            —De acuerdo, vamos.

Una vez dentro de la sala…

            — ¿Cómo se siente experimento 18,770?
            —Mal Doctor, me… Duele mucho…
            —Necesito que esté tranquilo mientras le hago una serie de exámenes.
            —No… Por… Favor… Ya no quiero más pruebas.
            —Usted sólo relájese, le ayudaré a minimizar su dolor.
El hombre ya no dijo nada y siguió las indicaciones del médico.
            — ¿Qué pruebas le han hecho?
            —Ya se le hizo una ecografía, muestra de sangre, orina, lo hemos puesto a caminar un poco, le tomamos la presión, y todo indica normal.
            Déjeme ver su cuadro clínico.
            —Aquí está.
            —Necesito que me ayude a revisarlo, tráigame el ultrasonido.
            —Enseguida Doctor.
El experimento ya se encontraba acostado en una cama de exploración ginecológica y varios enfermeros se encontraban en el lugar para ayudar a los médicos.
            —Necesito examinarte, quiero que te relajes y cuando sientas alguna clase de dolor o molestia házmelo saber.
            —Si Doctor.
            —Trata la manera de ponerte en Posición de rodilla-pecho, nosotros te vamos a ayudar. — Una vez que lo pusieron en esa posición, el galeno comenzó a hacerle varias pruebas, a la vez le explicaba al doncello lo que le iba a hacer. — Te introduciré un espéculo por el ano, le pondré gel para que entre sin problemas y lo haré despacio para no causarte molestias. — La otra persona asintió con la cabeza, pero hizo un gesto que llamó la atención del médico. — ¿Tienes miedo? — Preguntó un tanto sorprendido. — Responde mi pregunta por favor. — El paciente desvió un poco la mirada, uno de los enfermeros lo vio de manera amenazadora. — Si no me contestas tendré que ser brusco contigo.
            —No… Por favor... — Temblaba un poco.
            — ¿Tienes miedo? — Volvió a hacer la misma pregunta.
            —Un poco. — Mintió.
            —No tengas miedo, te prometo que seré cuidadoso en no lastimarte. Daré comienzo con la exploración. — Una vez que se puso los guantes en las manos, inició a revisarlo, le abrió sus nalgas y con una lamparita alumbraba para ver el interior, se puso gel en un dedo y lo fue introduciendo poco a poco, pudo sentir como el otro se tensó al ser invadido. — Relájate, respira hondo el dolor pronto pasará. — Metió un segundo dedo y cada vez los hundía más, al mismo tiempo ponía la otra mano sobre la zona inferior del abdomen, luego comenzó a moverlos de adentro hacia afuera sacándole un leve gemido.
            —Aaaahhhhh… Duele…
            —Shhhh… Ya casi termino. — Sacó los dedos, posteriormente unto gel en el espéculo y empezó a meterlo despacio para poderle abrir más sus nalgas. A diferencia del otro enfermero, se dio cuenta que éste estaba siendo más amable con él, cuando el galeno le abrió completamente las nalgas se dio cuenta de cuál era el problema, frunció el ceño de lo molesto que estaba.
            — ¿Quién examinó a este doncello?
            —Fue Fermín, Doctor.
            — ¿Y tú por qué no lo examinaste personalmente?
            —Porque tenía que revisar a los demás.
            —Imbécil, debiste estar con él al momento de la revisión.
            —Discúlpeme Doctor, yo…
            —Crees que con pedir disculpas solucionarás el problema.
            —Pero no me ha dicho cuál es el problema.
            —Ese es el problema. — Le señaló para que lo viera con sus propios ojos.
            — ¡No puede ser! — Exclamó sorprendido.
            —Al hacerle las pruebas fue bastante brusco con el doncello, tanto su esfínter como las paredes del útero están desgarradas. — El hombre volteó a ver de manera perversa a uno de los enfermeros. — Sal de aquí, luego ajustaré cuentas contigo.
La otra persona tragó saliva en seco y sin decir nada salió de la habitación.
            —Debemos de prepararlo para una cirugía y detener el sangrado y si perdemos al experimento con todo y producto yo mismo me encargaré de que ese idiota tome su lugar.
Todos los presentes sintieron un gran escalofrío recorrerles por todo su cuerpo y se pusieron en marcha para ir a preparar la sala de cirugías.
            —Voy a retirarte con cuidado el espéculo y quiero que te tranquilices ya que dentro de poco serás trasladado a la sala de cirugías.
            —Como usted diga Doctor.

Horas más tarde…

Después de haber salido de la sala de cirugías y trasladar al doncello al cuarto de recuperación, decidió hacer el reporte e írselo a dejar de una sola vez a su colega, en lo que caminaba pensaba en muchas cosas.

            —“Es su problema la decisión que tome de ahora en adelante, yo ya hice lo que tenía que hacer, estos imbéciles nunca aprenderán. Les he dicho hasta el cansancio que no maltraten a los doncellos, ellos deben estar lo más tranquilos posibles y ser atendidos de la mejor manera. Pero en vez de eso, se aprovechan de la debilidad que adquieren y los maltratan o abusan sexualmente de ellos. Si no se toman medidas drásticas, jamás dejarán en paz a los doncellos. Ya bastantes preocupaciones tienen con traer el producto con vida como para que los estemos martirizando más de la cuenta, creo que es su recompensa que se merecen durante 9 meses por aguantar y soportar todo el dolor y sufrimiento que suelen pasar para poder llegar a la última etapa”. — Detuvo su caminar por un momento, levantó la mirada hacia el techo para luego dar un gran suspiro. — “Y pensar que todo eso tiene que pasar mi querido Raúl”. — Apretó sus manos fuertemente haciéndolas puño. — “Quizás lo mejor sea que él no sobreviva, que no despierte jamás, no me gustaría ver como estos malditos abusaran de él, definitivamente no lo permitiría, no dejaría que nadie lo tocara, ni siquiera ese maldito sádico. ¡NO! Eso jamás, él no tiene por qué pasar por todo ese dolor y sufrimiento, él no debe participar en las mentadas fiestas y hay de aquel que se atreva a tocarle uno sólo de sus cabellos, cualquiera que se atreva hacerle daño, no solamente lo convertiré en mi juguete sexual, sino que además le haré desear la muerte. Una muerte que nunca llegará”. — Siguió caminando en dirección a su destino. — “¿Por qué tuve que enamorarme? ¿Qué demonios me pasa? A veces me pongo a pensar qué será lo que realmente siento por él, acaso será amor del bueno o simplemente una obsesión. Raúl, si tan sólo supiera que tu sientes lo mismo por mí, créeme que buscaría la manera de sacarte de aquí”. — Medio sonrió para si mismo. — “A quien intento engañar, él nunca se fijaría en alguien como yo, jamás se enamoraría de la persona que ha experimentado con su cuerpo, del que tanto daño le ha hecho, jamás se enamoraría de un ser desalmado como yo, lo único que se refleja en sus ojos es un infinito odio hacia mi persona y las grandes ganas de quererme matar por todo el dolor psicológico y físico que le he ocasionado. Maldigo el día en que tú llegaste a este lugar, maldigo la hora en que entré a tu habitación por primera vez y me maldigo a mí mismo por haberte robado un beso mientras dormías bajo los efectos del sedante que yo mismo te inyecté. Siento que este amor me va consumiendo lentamente el alma. Como si los demonios tuviéramos una”. — Sonrió con sarcasmo ante su propio comentario.
En cuanto llegó a su destino, comenzó a revisar a su paciente, posteriormente se sentó en una silla que estaba a lado de la cama.


Continuará…






N/A: Quiero hacer una pequeña aclaración, como ya se habrán dado cuenta, esta historia es muy fuerte, por lo que sugiero que si la seguirán leyendo lo van hacer bajo su propio riesgo. A medida que vayan avanzando en los demás capítulos se irá poniendo cada vez peor y más feo, así que de una vez advierto que el próximo capítulo será sádico. No me hago responsable por traumas psicológicos, que esta historia les pueda generar.

Por lo demás, agradezco mucho que se tomen su tiempo para leer esta historia. Me despido de ustedes muy cariñosamente, y nos leeremos en el próximo capítulo.

Atte.:

             KAT.


P.D.: Continuamos con el mini especial de la semana, mañana no se pierdan un nuevo capítulo de la historia: Los ojos son el reflejo del alma.


[1] Unidad de Cuidados Intensivos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario