Capítulo 12: Confesiones…
RESUMEN: Los seres
humanos son tan predecibles… Tratan de esconder sus emociones y sentimientos.
Muchas veces pensamos que es mejor callar y ocultar lo que sentimos por una
persona, lo hacemos por temor a recibir un rechazo, otras porque no queremos
que lastimen o hieran nuestro corazón, pero ¿Qué sucede cuando no nos
arriesgamos? ¿Cuándo no tenemos el valor suficiente de expresarle a esa persona
lo mucho que la amamos? Si muchos de nosotros actuáramos según lo que dice
nuestra cabeza y no por lo que dice nuestro corazón, quizás, no conociéramos el
significado de lo que es Amor a primera
vista…
Declaimer:
Los
personajes de YU – GI – OH!, “No son míos”… Snif, shif, snif, son propiedad de su respectivo autor, sólo
hago este fic porque me encanta escribir, y que ustedes se diviertan de mis
locuras… Es mi manera de expresar lo que siento, y tener la dicha de poderlo
compartir con todos mis lectores…
******************************
Un
joven de cabellera tricolor y ojos de rubí, se encontraba caminando por los pasillos
de la Escuela
mientras pensaba…
“No
tienes idea de cómo te envidio Bakura, pensé que nunca te ibas a atrever a
hablar con él, pero veo que me equivoqué. Cómo me gustaría tener el valor
suficiente para decirle a esa persona lo mucho que lo amo”.
Se
detuvo para poderse sentar en una de las bancas del corredor, apoyó sus brazos
sobre sus piernas y con sus manos
sostuvo su cabeza. Tan metido estaba en sus pensamientos, que no sintió cuando
alguien se le había acercado.
Hola
profesor Yami, ¿le sucede algo?
¡Yūgi!
– Se sorprendió al escucharlo. – No… No me pasa nada… No te preocupes.
Un
gran silencio era lo único que había, el recién llegado se sentó a la par del
mayor, tenía la mirada en el suelo mientras pensaba…
“Tal
vez esta sea la oportunidad que tanto he buscado para poder hablar con él a
solas… Pero no me atrevo, se ve tan pensativo y tan distante… Lo único que
podría hacer es darle más problemas”.
Yūgi…
¿Hay algo que me quieras decir?
Eh…
No, nada profesor. Será mejor dejarlo solo, no quería importunarlo. – Medio se
levantó pero el faraón lo sujetó del brazo.
Por
favor, quédate… Yo si tengo algo que decirte.
Pro…
Profesor Yami.
Yūgi…
Yo… Lo que te quiero decir es que yo… – Justo en ese momento, fue interrumpido
por otro joven que acababa de llegar.
Profesor,
venga rápido por favor…
¿Qué
sucede joven Devlin?
Es
Wheeler, al parecer se desmayó.
Sin
pensarlo dos veces, se levantó de inmediato para ir al lugar en dónde se
encontraba el rubio… Por otro lado, el menor al ver la reacción del faraón, lo detuvo
diciéndole…
******************************
Ryou,
escúchame… Pues… Verás… Yo…
Bakura,
lo que tenga que decirme, puede decírmelo con confianza. – Le sonrió de manera
inocente que el albino mayor cuando vio esa expresión se armó de valor para
poder continuar.
Ryou,
hay algo que quiero decirte… Pero… Si por alguna razón te sientes ofendido o
incómodo, créeme que sabré entenderlo. – Por primera vez en su vida se sentía
cómo un pez fuera del agua, y por primera vez en su vida estaba nervioso, ya
que frente a él se encontraba la persona que lo haría el hombre más feliz del
mundo o que lo haría el hombre más desdichado.
Bakura,
¿qué es eso tan importante que me quieres decir? – El niño ya empezaba a
preocuparse por la forma tan extraña en cómo se comportaba su docente.
Lo
que quiero decirte es… Es que yo… Te amo Ryou… Me has gustado desde el primer
día en que te conocí. – Podía sentir como su sangre teñían de rojo sus
mejillas, estaba tan avergonzado que no lo podía ocultar. En cambio el menor,
no sólo abrió sus ojos a más no poder, sino que además enmudeció al escuchar lo
que su docente le acababa de decir.
El
ladrón de tumbas cuando vio la expresión del joven, se desanimó bastante y únicamente
esperaba lo peor.
Perdóname… No fue mi… – No terminó de hablar ya que fue interrumpido.
¿Es verdad lo que me dices Bakura?... Porque
si es verdad yo… Yo también. – Sus mejillas estaban muy rojas, su voz sonaba
muy temblorosa, quería estar seguro de lo que había oído.
Ryou. – Fue lo único que pudo decir.
Bakura, si eso es verdad… Yo también…
Yo también te amo – Ahora sí, que estaba más rojo que una guinda[1].
¡Mi niño! – Exclamó contento e
inmediatamente se levantó de la silla y fue a abrazarlo, de igual manera el
abrazo fue correspondido.
Te amo tanto mi hermoso niño, no sabes
lo feliz que me has hecho al escucharte decir que tú también me amas.
¿Por qué nunca me lo dijiste? – Se
separó un poco para poderlo ver a los ojos.
******************************
Mansión Ishtar…
Hace
poco conocí a unos de los profesores que le dan clases a Ryou.
Lo
dices en serio Hermano.
Si.
Supongo
que has de haber conocido al maestro Bakura.
Por
qué lo dices Ishizu.
Porque
no te ves muy contento que digamos.
Mhg…
La verdad, ese joven me dio muy mala espina. No me gustó la manera de cómo me
miraba y ni mucho menos me agradó en la forma de cómo veía a Ryou.
Marik
Ishtar, no es para tanto… Además recuerda que quién iba a traer a Ryou todos
los días a la escuela era yo. Y tú acabas de llegar a Ciudad Domino.
¿Y?
Pues
que ahí nadie te conoce y el joven Pegasus no sabía que tú eras el segundo
hermano mayor de Ryou.
Aun
así, no me agrada.
Ja,
ja, ja, ja, ja, ja, ja… Hay hermano, ¿cuándo vas a aprender a confiar en los demás?
Mhg…
Podrás decir lo que quieras hermana, pero de una vez te digo, le dejé bien
claro a ese joven que él y yo tendríamos una conversación a solas.
Espero
que sepas lo que estás haciendo hermano. – Al decir esto último, movía su
cabeza en forma de negación y su voz sonaba a reproche sobre la decisión que
había tomado su hermano menor.
Bueno
hermana, me voy, tengo que irle a entregar estos documentos al señor Kaiba.
Adiós
Marik, salúdame al señor Kaiba de mi parte.
Claro
hermana, nos vemos más tarde.
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Tenía
miedo de decírtelo, tenía miedo de que tú me rechazaras y sobre todo… Tenía
miedo de abrir mi corazón y demostrar mis verdaderos sentimientos.
Bakura…
Yo también te amo, pero… Hay algo que quiero decirte.
¿Qué
cosa mi amor?
El
pequeño al oír esa frase ocultó su rostro en el pecho del mayor, ya que sabía
que sus mejillas seguían muy rojas… En cambio el ladrón de tumbas lo abrazaba
más contra su pecho, al mismo tiempo que acariciaba sus hermosos cabellos
albinos.
Bakura,
yo… Yo también tenía mucho miedo… Miedo el que tú descubrieras que yo te amaba
en silencio, que yo… – Unas finas lágrimas empezaron a salir de sus ojitos, se
sentía meramente feliz de saber que su amor era correspondido. – Yo pensaba que tal vez tú nunca te fijarías
en alguien como yo.
Pero…
¿Qué estás diciendo? ¿Por qué piensas eso?
Pues
por que… ¿Quién se fijaría en un niño de 13 años? – Volvió a levantar su cabecita
para verlo a los ojos.
El
ladrón de tumbas levantó su mano derecha para limpiarle su carita, luego le
dijo:
Yo
también pensaba igual Ryou, no tienes idea de las veces que me preguntaba a mí
mismo si estaba mal o si estaba bien poderte confesar lo que realmente siento
por ti. Hasta que un buen amigo me dijo que para el amor no hay edad.
Eso
significa… – Lo miraba de frente y aún
lo seguía abrazando con todas sus fuerzas.
Mi
niño, yo tengo 18 años, y no me importa que tú seas menor de edad, porque estoy
completamente seguro que yo te amo, te amo con toda mi alma, y por este amor
soy capaz de esperarte el tiempo que sea necesario. – Le sonrió tiernamente.
Bakura,
me haces tan feliz al oírte hablar de esa manera y no me importa lo que digan o
piensen los demás, únicamente me basta saber que tú me amas.
Desde
hoy mi pequeño, te prometo que nadie, absolutamente nadie, nos podrá separar
jamás.
El
recreo terminó y todos los alumnos volvieron a sus respectivos salones. El
resto de la mañana fue de lo más normal.
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Las
clases ya habían terminado, todos los estudiantes se dirigieron a sus
respectivas casas, todos a excepción de uno…
Un
joven muy apuesto de unos 25 años de edad, era de estatura normal, su cabello era color arena, sus ojos eran de
color violeta parecidos a los de Yūgi, a diferencia que eran más claros como
lavanda, y su piel era morena, casi bronceada. Salía de una habitación, caminó
hacia donde se encontraba el dueño de la mansión.
¿Cómo
se encuentra Doctor? – Otra persona se adelantó en preguntar.
El
joven se encuentra muy golpeado, tiene heridas muy profundas, algunas de ellas
se les ha infectado por no sabérselas curar bien. Además… – Se detuvo por un
segundo, ya que a él no le gustaba dar esta clase de noticias.
¿Por
qué se queda callado Doctor? – Preguntó muy molesto y en forma demandante el
dueño de la mansión.
Discúlpeme
señor Kaiba… Cómo les iba diciendo, al parecer presenta síntomas de tener
anemia, hasta el momento he podido bajarle la fiebre que tenía, eso es a causa
de las mismas infecciones que tienen sus heridas. Sus defensas están muy bajas,
es por eso que él aún no ha despertado desde que sufrió el desmayo.
¿Se
repondrá Doctor Malik? – Volvió a preguntar el mismo joven que había hecho la
primera pregunta.
Deja
que hable el médico Atemu. – Habló más que furioso el ojiazul, y el otro
prefirió quedarse callado.
Tranquilo
Yami, él se repondrá, con el tiempo sus heridas irán sanando, lo que me
preocupa es que pueda tener una anemia muy avanzada, yo recomendaría que se
hiciera unos estudios a más tardar mañana, así tendré un diagnóstico y ver si
no la tiene muy desarrollada. Por el momento debe tener una buena alimentación
y reposo absoluto.
Ambos
no podían creer lo que estaban escuchando, cada uno estaba metido en sus
propios pensamientos, sobre todo el ojiazul. Una vez que el médico terminó de
darles las indicaciones y dejar algunos medicamentos para que se lo
administraran al niño, decidió irse de la mansión hasta que…
Buenas
tardes… ¿Interrumpo?
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Mansión Pegasus…
Un
joven albino se encontraba en la mesa del comedor terminando su almuerzo, al
mismo tiempo que tarareaba una hermosa canción. Su hermano pequeño, lo miraba
muy preocupado, ya que nunca, desde que tenía memoria había visto tan feliz a
su hermano mayor.
Eh…
Bakura… ¿Qué mosca te picó? Estás tan de buen humor, que tú no pareces ser mi
hermano.
Noah,
ocúpate de tus problemas, que yo me ocupo de los míos. – Le contestó con una
voz neutral, ni enojado, ni contento.
¿De
verdad eres mi hermano?
Noah,
de una vez te advierto, si buscas hacerme enojar, pierdes tu tiempo. Este día,
nada ni nadie me hará enfadar. – Con cada palabra que el albino decía, sonreía
más y más. Terminó de comer y se retiró de la mesa dejando a su hermano con los
ojos abiertos como platos y con la boca abierta.
Me
pregunto, ¿qué le pasará a mi hermano?
Cálmate
Noah, déjalo que sea feliz. – Le decía un niño de ojos azules.
Mi
hermano nunca ha sido feliz Mokuba, desde que murió nuestra madre. – Su voz se
escuchó triste.
Noah,
deberías de estar contento por ver feliz a tu hermano… ¿No crees? – Trataba de
animar a su amigo y a la vez lo abrazaba para hacerlo sentir mejor.
Moki,
eso es lo que me preocupa.
Eh...
¿Por qué?
Cuando
mi hermano se pone feliz, es porque trama algo, a él siempre le ha gustado
castigar a sus alumnos y hacer que ellos tiemblen de miedo.
Ja,
ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja… A mí me parece que está feliz por
otro motivo.
¿Deberás
lo crees?
Yo
creo que sí.
Espero
que tengas razón…
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Casa de Yūgi…
Perdóneme… Snif, snif, snif, snif… Perdóneme… Profesor Yami… Snif, snif,
snif, snif… Soy un estúpido, un verdadero idiota. – Se reprendía a si mismo…
Un
chico de 13 años, se encontraba encerrado solo en su habitación, lamentándose
una y otra vez, lo que había sucedido en la escuela…
Tengo que pedirle una disculpa, sólo espero
que pueda perdonarme. – Suspiró, para luego sentarse en la cama, aún seguía
llorando mientras recordaba lo ocurrido esa mañana…
FLASH BACK
Profesor,
venga rápido por favor…
¿Qué
sucede joven Devlin?
Es
Wheeler, al parecer se desmayó.
Sin
pensarlo dos veces, se levantó de inmediato para ir al lugar en dónde se
encontraba el rubio, por otro lado, el menor al ver la reacción del faraón, lo
detuvo diciéndole…
Espere
profesor Yami…
Perdóneme joven Mutō, debo ir a ver qué le pasó al joven Wheeler. – Estaba a punto de decirle algo, pero fue
interrumpido por el menor.
¡¡¡YA
ESTOY HARTO!!! SIEMPRE ES LO MISMO, NO ENTIENDO POR QUÉ TODO EL TIEMPO SE
PREOCUPA POR ÉL, CADA VEZ QUE JOEY ESTÁ EN PROBLEMAS, USTED ES EL PRIMERO EN
SALIR CORRIENDO A AYUDARLO. DÍGAME UNA COSA PROFESOR, QUÉ TIENE JOEY, QUE NO
TENGA YO. ÉL Y YO SOMOS CASI DE LA MISMA EDAD. Y DÉJEME DECIRLE UNA COSA MÁS…
PIERDE SU TIEMPO EN AYUDARLO, ÉL NUNCA SE FIJARÁ EN USTED, JOEY AMA A KAIBA, NO
LO AMA A USTED, JAMÁS LO AMARÁ COMO YO LO AMO.
El
faraón se quedó atónito a todo lo que Yūgi le decía, y lo único que pudo
expresar fue…
Yūgi,
entiendo que estés molesto, creí que me entenderías, que me comprenderías, pero
veo que me equivoqué. Buscaba el momento perfecto para decirte que yo a quién
amo es a ti y no a Joey. No sé de dónde sacaste esa idea de que yo pudiera estar
enamorado de tu mejor amigo, y si, admito que siempre trato de ayudarlo, pero
no me imaginé que eso a ti te molestaría. Perdóneme joven Mutō
por lo que voy a decirle, quiero que entiendas que yo nunca dejaré de ayudar a
Joey así como nunca dejaré de amarte. – Al terminar de hablar se fue del lugar,
dejando al tricolor menor con el corazón destrozado…
FIN DEL FLASHBACK
Perdóname Yami… Snif, snif,
snif, snif… – Fueron sus últimas palabras antes de quedarse dormido.
******************************
Mansión Kaiba…
Permítame
presentarme, mi nombre es Marik Ishtar.
Hola,
mucho gusto, mi nombre es Malik Pereira.
Por
lo que veo es usted médico… ¿Acaso Mokuba está enfermo?
No…
Es sólo un estúpido pe… Un niño de la escuela que sufrió un desmayo. – Habló
con arrogancia el castaño.
¡Ah!
Entiendo… Y puedo preguntar ¿Quién es?
Joseph
Wheeler… – Contestó el faraón.
¿Qué,
qué?... Acaso se trata del amigo de Ryou.
Sí…
– Respondió el de pelos puntiagudos.
Señor
Kaiba, ¿podría entrar a la habitación a verlo?
De
paso yo también voy. – Secundó el tricolor.
Todos,
incluyendo al Doctor estaban dentro de la habitación, el pequeño que se
encontraba acostado en la cama, todavía no despertaba.
¿Quién
le hizo esto? – Preguntó más que molesto el de ojos color violeta.
Su
padre es quién lo golpea casi a diario. – Manifestó el de ojos de rubí.
Es
un mal nacido, ese pequeño es un año menor que mi hermanito.
Justo
en ese momento, el rubio empezaba a abrir sus ojos, nadie se había dado cuenta
que estaba comenzando a despertar.
“El
licenciado Ishtar tiene razón, apenas es un niño, tiene la misma edad que
Mokuba”. – Pensó el ojiazul. – No es que me importe ese perro animal… Pero en
cuanto tenga a ese maldito miserable enfrente de mí, va a desear no haberme
conocido.
El
docente, se sorprendió un poco por la manera en como el castaño trataba a Joey
y de cómo en cierta manera se estaba preocupando por él.
Pro…
Profesor Yami. – Lograron escucharlo, ya que el tono de su voz fue muy suave.
Shhh…
Tranquilo pequeño, aquí estoy.
Déjeme
revisarlo joven Atemu.
Está
bien doctor Malik.
Una
vez que lo terminó de revisar, todos salieron de la habitación por órdenes del
médico, ya que él necesitaba descansar.
******************************
Tres días después…
Un
niño de cabello tricolor caminaba por las calles de Ciudad Domino, al salir de
la escuela se dirigió a una de las empresas más importantes del mundo. Al
llegar al lugar…
Buenas
tardes señorita.
Si
dígame… ¿En qué puedo ayudarlo?
Me
podría decir en dónde se encuentra la oficina del joven Atemu Valentine.
Siga
por ese pasillo al fondo y luego tome el ascensor hasta el piso No. 5.
Muchas
gracias.
En
lo que iba subiendo el ascensor iba pensando en lo que le diría a esa persona…
Finalmente llegó a su destino…
¡¡¡Yūgi!!!
¿Qué te trae por aquí? – El tono de su voz fue de asombro, ya que en verdad no
se esperaba esa visita tan grata para él.
Profesor
Yami, perdón por venir sin avisar pero…
No
Yūgi, no te preocupes, siéntate por favor.
Muchas
gracias… Disculpe que lo venga a buscar hasta su lugar de trabajo pero no lo he
visto en la escuela en tres días.
Sí,
es verdad, es que he tenido mucho trabajo en Kaiba Corp. y además estoy tomando el lugar de Kaiba, ya
que él decidió faltar a su empresa digamos que… Por motivos personales. – Al
decir esto último, medio sonrió recordando la petición del castaño.
Profesor
Yami, yo… Yo he venido a ofrecerle una disculpa. No debí de exaltarme de esa
manera como lo hice la vez anterior. – Agachó su mirada, ya que se sentía muy
apenado.
No
tengo nada que perdonarte, soy yo quién se debería de disculpar contigo.
¿Conmigo?
¿Por qué?
El
tricolor mayor se levantó de su asiento y fue a dónde estaba sentado su único
amor…
******************************
Un
niño de apenas 12 años de edad, comenzaba a abrir sus hermosos ojitos mieles
claros, estaba un poco aturdido, pero notó que alguien estaba a la par suya.
Hola,
me alegro de que por fin hayas despertado. – Le decía un niño de pelo negro y
ojos azules.
Hola…
¿Quién eres? Y… ¿En dónde estoy?
Joey,
no te acuerdas que nos conocimos hace poco en la escuela, soy Mokuba, el
hermano menor de Seto Kaiba. Y estás en mi mansión. – Hablaba sin parar y lo hacía
de buena manera. – Has dormido por tres días, Seto y yo te hemos estado
cuidando, tenías mucha fiebre y hasta anoche logró bajártela mi hermano, el
doctor dijo que te deberías de alimentar bien, pero sobre todo tendríamos que
curarte muy bien tus heridas. Pero…
Al
ver la reacción del rubio, dejó de hablar…
Eh…
Joey, ¿te encuentras bien? Estás muy pálido y estás temblando. – Se preocupó al
ver que su condición empeoraba. – Será mejor que llame a mi hermano, tú
tranquilo. – Salió de la habitación rápidamente para ir en busca del ojiazul
mayor.
¿Tres
días?... Eso quiere decir que… – Comenzó a llorar desconsoladamente. – Que voy
a hacer, snif, snif, snif, snif… – Se decía a sí mismo, ya que estaba asustado,
y le aterraba pensar en el castigo que le esperaba por no haber llegado a su
casa en tres días. – Mi padre me matará
por no obedecer una de sus reglas. – Dijo en un susurro… Pero una voz lo sacó
de sus pensamientos.
¿Se
puede saber qué es lo que te pasa? Pe… – Cuando lo vio que estaba a punto de
colapsar por los nervios, no pudo terminar la frase. El recién llegado se
acercó a él, luego le puso su mano en su frente para ver si no tenía
temperatura. – No tienes fiebre, ahora quiero que te calmes y me digas porque estás
tan asustado.
El
niño al mirarlo, trataba de calmarse, ya que el ojiazul aún lo seguía viendo
seriamente.
Por…
Por favor… Llé… Llévame a mi casa. – Su voz se escuchaba entrecortada, sus ojos
estaban humedecidos por su llanto, intentó levantarse pero todavía estaba un
poco débil.
En
esas condiciones no podré llevarte a tu casa. – Le respondió.
Por
favor… Snif, snif, snif, snif, Te lo suplico, snif, snif, snif, snif, haré
cualquier cosa que me pidas… Lo que sea… Sólo… Llévame a mi casa.
Escúchame
con atención ya que sólo lo diré una vez…
******************************
Yūgi,
perdóname por no haber tenido el valor suficiente de decirte lo mucho que yo te
amo, si yo te lo hubiera dicho desde un principio, no habría este mal
entendido. – Con una de sus manos, acariciaba el rostro del menor.
Profesor
Yami, yo no tengo nada que perdonarle a usted. – Le contestó levantando su
carita para mirarlo.
Yūgi,
puedes decirme Yami o simplemente Atemu, ¿estás de acuerdo?
Si,
Yami, pero…
¿Pero?
¿De
verdad no estás enamorado de Joey?
Éste
simplemente suspiró profundamente, luego le sonrió y le dijo:
Haber
Yūgi, dime una cosa… ¿Por qué piensas que yo puedo estar enamorado de Joey?
El
niño se sonrojó, no sabía si estaba molesto, o celoso.
Es
que hay algo que no entiendo… Por qué todo el tiempo buscas y tratas la manera
de ayudarlo, no niego que hay que ayudarlo de vez en cuando… Pero… – No terminó de hablar ya que fue
interrumpido.
Está
bien Yūgi, te diré toda la verdad… Quiero que a partir de hoy no haya secretos
entre nosotros. ¿De acuerdo?
Asintió
con la cabeza.
Todo
comenzó hace cuatro años atrás… – Empezó a contarle el tricolor mayor.
******************************
En algún lugar de Ciudad Domino…
Hola…
Te llamaba para saber ¿Cómo estás?
¿Licenciado
Ishtar?... ¿Es usted?
Si,
Doctor Pereira, soy yo… ¿Se encuentra ocupado?
Este
yo… – Empezó a ponerse nervioso, por fortuna estaba hablando con él por
teléfono, podía sentir como sus mejillas las tenía muy rojas. – Por el momento
no tengo pacientes… ¿Por qué?
Me
gustaría invitarlo a cenar… ¿Qué dices?
¿Es
una cita?
Ahora
el sonrojado era otro…
Eso
depende…
¿Depende
de qué?
Si
usted acepta o no mi invitación Doctor.
Está
bien… Acepto su invitación Licenciado.
Excelente…
¿A
dónde nos vemos?
Te
daré la dirección…
Listo…
Ya la tengo.
Bien,
nos vemos allá a la hora de la cena, claro si usted está de acuerdo.
Si,
ahí estaré.
Bueno
lo voy dejando, tengo que colgar.
Adiós
Licenciado Ishtar.
Nos
vemos luego Doctor Pereira.
******************************
No
pienso llevarte a tu casa hasta que logres recuperarte. Deberías de pensar
primero en tu salud y dejar de preocuparte por cosas sin importancia.
“¿Se
estará preocupando por mí?” – Se cuestionó mentalmente. – ¿Por qué? ¿Por qué lo
haces? Que yo recuerde tú me dijiste que no me querías volver a ver en toda tu
vida. – Tenía la mirada agachada, aún se encontraba en la cama recostado en el
respaldo.
El
por qué no debe de importarte perro, únicamente has exactamente lo que yo te
diga y ya no hagas tantas preguntas que me enfermas.
El
ojimiel simplemente asintió con la cabeza, pero el ojiazul hizo algo que el
otro no se esperaba…
Sólo
procura descansar, no tengas miedo, me encargaré que nadie vuelva a lastimarte.
– El castaño al decirle esas palabras, lo abrazaba fuertemente contra su pecho
y con su mano acariciaba su rubia cabellera.
El
pequeño por primera vez en su vida, se sintió protegido al estar refugiado en
los brazos del castaño y podía sentir como su corazón saltaba de alegría al ver
que el CEO se preocupaba por él. Lo que nadie sabía, es que alguien escuchaba y
observaba todo, ya que la puerta de la habitación estaba entre abierta.
Gracias…
Mmmm…
Debes de tener hambre, traeré algo para que comas.
Si.
En
lo que salía de la habitación… Otra personita estaba entrando.
******************************
Y
después que sucedió Yami.
Pues
como comprenderás Yūgi, después de todo lo que pasó, me hice una promesa a mí
mismo, que yo ayudaría a Joey en todo lo que pueda.
Ahora
entiendo… Perdóname por juzgarte tan duro. – Se sintió muy
apenado por todo lo que había ocurrido y juzgar tan duramente a su mejor amigo.
No te preocupes Yūgi, tú no lo sabias.
Las únicas personas que lo saben son Bakura, mi madre y Kaiba.
¿Ya lo sabe Kaiba? – Se sorprendió
mucho al saberlo.
Claro que sí. – Le sonrió.
Yami… Yo… Te amo.
Yo también te amo mi pequeño y ahora
que ya está todo aclarado, me siento feliz de poderte decir lo mucho que te
amo.
Después
que terminaron de conversar, el tricolor menor se fue del lugar con una gran sonrisa
en su rostro, se sentía feliz al saber que su docente a pesar de tener 17 años
él lo amaba mucho.
******************************
Hola,
veo que ya estas más tranquilo. – Decía la persona que acababa de entrar a la
habitación.
Si
gracias.
Disculpa…
Puedo hacerte una pregunta.
Si
claro, pregunta lo que quieras. –
Respondió con sinceridad.
¿Sientes
algo por mi hermano?
¿Por
tu hermano? ¿A qué te refieres?
No
sé por qué, pero desde que te conocí me has caído muy bien. Y el día en que te
desmayaste, yo le pedí a mi hermano que te trajéramos aquí.
Tú
también me simpatizaste Mokuba, pero aun así… No entiendo que tratas de
decirme.
Es
muy simple Joey. Eres la primera persona que mi hermano ha tratado bien, no
digo que él sea malo, sino todo lo contrario. Él aparenta ser una mala persona
pero en realidad no lo es y es la primera vez que miro a mi hermano preocuparse
por otra persona que no sea yo. Y todo gracias a ti.
El
rubio al escucharlo hablar, se había sonrojado bastante, pero a la vez se
alegró de tener una pequeñísima oportunidad de que el castaño pudiera fijarse
en él. En eso el pelinegro lo sacó de sus pensamientos.
Joey…
¿Pasa algo?
¡Eh!
No, no pasa nada. – Le sonrió.
Entonces
dime… ¿Sientes algo por mi hermano?
******************************
Mansión Ishtar…
El
sonido de un teléfono se podía escuchar por casi todo el lugar, hasta que
finalmente alguien decide contestarlo…
¡Aló!,
buenas tardes…
Buenas
tardes mi amor… ¿Cómo se encuentra el niño más lindo del mundo?
¡¡¡Bakura!!!
No digas eso que me apenas.
Ja,
ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja… Simplemente digo la verdad mi
amor, no tienes por qué avergonzarte.
Si
lo sé amor, perdón.
No
tengo nada que perdonarte.
Gracias
amor y puedo saber para qué me Llamaste.
Solamente
para decirte que te extraño muchísimo y que muero por verte.
Pero
si nos vimos esta mañana. – Decía con una voz muy tierna y cariñosa.
Aun
así, te extraño. Además quiero decirte que te amo.
Yo
también te amo muchísimo Baki.
¿Baki?
– Se había escuchado como un reproche.
Ja,
ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja… Sí, es diminutivo de Bakura. Y
es que decidí llamarte así de cariño.
******************************
Este…
Yo…
Anda
dímelo, que no te de pena. Te prometo que no se lo diré a nadie.
Sí,
si Siento algo por tu hermano. Es más, me gusta mucho. – Agachó la cabeza para
que el otro no le viera la cara de lo sonrojado que estaba.
Sabía
que estabas enamorado de mi hermano. Gracias por decírmelo y espero que Seto,
pueda corresponderte algún día.
¿No
estás molesto?
Claro
que no, ¿cómo crees? Ya te lo dije, lo único que deseo es que mi hermano sea
feliz y que alguien le vaya enseñando poco a poco lo que un día Gozaburo le
arrebató.
Y…
¿Qué es?
En
ese momento alguien abrió la puerta de la habitación y el pelinegro logró
contestarle en un susurro…
Su
lado humano. – Al decirle eso, se dio la
media vuelta, le sonrió a la persona que acababa de entrar y antes de salir de
la habitación, se despidió de ambos. – Nos vemos más tarde Seto, espero que te
mejores Joey.
******************************
Mmmm…
De acuerdo mi amor, solamente porque se trata de ti aceptaré que me digas así.
Hay
por eso te quiero mi amor.
Me
encanta oír tu voz cuando estás alegre. Y dime tienes planes para este fin de
semana.
¿Para
mañana sábado?
Así
es amor.
No,
no tengo planes.
Perfecto,
te invito al cine mañana… ¿Qué dices?
Siiiii…
Claro que me encantaría.
De
acuerdo, paso por ti mañana mi amor.
Está
bien Baki.
Te
amo.
Yo
también te amo.
Hasta
mañana Ryou.
Hasta
mañana amor.
******************************
Finalmente
la noche cubrió toda la Ciudad de Domino, al parecer era una noche perfecta, un
joven de piel oscura, cabello color arena y ojos color violeta algo oscuro,
esperaba pacientemente en un restaurante lujoso, a que llegara su invitado…
Buenas
noches… Discúlpeme por llegar tarde, es que tuve una cirugía
y no pensé que me tardaría mucho.
No te disculpes, lo entiendo, gracias
por venir. Por favor siéntate.
Muchas gracias Licenciado Ishtar.
Puedo pedirle un favor…
¿Usted dirá?
Quiero que esta noche dejemos las
formalidades a un lado… Por favor, llámame Marik.
¿En serio?
Así es.
En ese caso… Voy a pedirle el mismo
favor, me puede llamar por mi nombre.
Con mucho gusto Malik.
Durante
la cena, reinaba el silencio total, nadie decía nada, simplemente comían y de
vez en cuando sus miradas se cruzaban. Hasta que finalmente decidió hablar el
anfitrión de la cena…
******************************
Buenas noches Kaiba, espero que no te
moleste que haya venido sin avisar, pero quise pasar a ver cómo está Joey.
Él se encuentra bien. – Contestó
despectivamente.
Si no te importa, iré a verlo a la
habitación en dónde él se encuentra.
Has
lo que quieras… Únicamente asegúrate que ese chucho[2] no
me haya llenado de pulgas la cama.
Kaiba
eres un… – Prefirió quedarse callado, ya que sabía que el castaño mucho había
hecho ya con traerlo hasta su mansión. Así que sólo se dirigió a la alcoba en dónde
se encontraba el ojimiel…
******************************
En la
habitación…
Hola Joey… ¿Puedo pasar?
Pro… Profesor Yami, si claro pase.
Vine a hacerte una visitadita de
médico, para saber cómo sigues.
Estoy bien, la verdad no se hubiera
molestado en venir.
Tú siempre tan modesto Joey. – Le
sonrió amistosamente. – Bueno amigo, me alegra ver que ya estas mucho mejor, quiero
que sepas que siempre podrás contar conmigo para lo que sea.
Muchas gracias Yami. – Le sonrió
sinceramente.
Finalmente
se despidió de su amigo y se marchó a su casa.
******************************
Malik… Te gustaría ser… ¿Quieres ser
mi novio?... Sé que me dirás que nos acabamos de conocer y todo eso, pero…
Marik, si me encantaría, creí que
nunca me lo pedirías.
Desde que te conocí… No he dejado de
pensar en ti…
Marik… No escuchaste lo que te acabo
de decir. – Al parecer, el de los ojos color violeta no le estaba prestando
atención a su invitado y continuaba hablando…
Tú me gustas mucho… Pero… Si tú dices
que no… La verdad no sé qué haría.
El
otro al ver que no le escuchaba, dio un gran suspiro, luego con su mano logró
taparle la boca, para llamar su atención.
Marik, si acepto ser tu novio. – Le
dijo muy sonrojado.
No sabes lo feliz que me has hecho. –
Inmediatamente le dio un beso en los labios, haciendo que el otro se pusiera
más rojo que una cereza.
Me gustas mucho Malik Pereira.
Tú también me gustas mucho.
Después
de la cena, ambos se fueron a sus respectivas casas.
******************************
El
fin de semana pasó muy rápido, nuevamente los alumnos llegaban a la escuela
para dar inicio a otra semana más de clases…
Buenos
días chicos.
Buenos
días Tea. – Respondieron todos.
¿Qué
tal pasaste el fin de semana?
La
verdad Ryou, me la pase todo el día de compras.
Hay
Tea, tú nunca cambiarás. – Habló el castaño.
Ja,
ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja… – Reían todos los presentes.
Que
gracioso eres Tristán y tu Yūgi, ¿cómo estuvo tu fin de semana?
Ni
te lo imaginas, fue fabuloso, fue el mejor fin de semana que haya tenido. –
Expresó sonrojándose un poco.
Bien
por ti Yūgi.
Gracias
Ryou.
En
ese momento, el timbre de la escuela sonó para que comenzaran las clases.
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Mientras en otro lugar…
Una
elegante limusina, por fin había llegado a su destino, se estacionó frente a
una pequeña casa que se veía muy sencilla…
Hemos
llegado señor Kaiba.
El
chofer le abrió la puerta a su jefe, éste se bajó y detrás de él se bajaba otra
persona. A diferencia del ojiazul que iba caminando tranquilamente, su
acompañante iba más que aterrado.
No
te preocupes, te prometo que nadie te hará daño. – Habló el castaño para darle
valor a la otra persona.
Gracias
por traerme, pero en verdad, estaré bien… No es necesario que entres.
Escucha
cachorro, ya habíamos quedado en que yo iba a entrar contigo, así que no me
hagas repetirte las cosas.
El
otro se sonrojó, ya que era la primera vez que le decía cachorro y no perro.
Gracias.
– Contestó bajando la mirada.
Finalmente,
ambos estaban parados frente a la puerta principal de la casa. El rubio iba a
abrir la puerta, pero en ese momento… Cayó una llamada al celular del CEO.
Espera
un segundo cachorro, no entres sin mí.
Pero…
Fue demasiado tarde, ya que alguien que se encontraba dentro de la casa abrió
la puerta jalando al menor hacia dentro de ella…
Continuará…
N/A: Antes que nada,
quiero decirles que el diminutivo de Bakura se me ocurrió de la nada, la
palabra Baki es inventada por mí…
Por
lo demás, les agradezco mucho por tomarse su tiempo en leer mi blog y por
apoyarme siempre y cualquier duda, sugerencias que tengan pueden hacerla
dejándome sus comentarios que yo con mucho gusto les responderé…
Adiós,
hasta pronto y cuídense mucho.
Atte.:
KAT.
KAT.
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