jueves, 14 de junio de 2018

LOS OJOS… SON EL REFLEJO DEL ALMA...







Capítulo 9: El reencuentro de dos viejos amigos de la infancia…


Aclaraciones del Capítulo:


Pj1: No tienen idea de cuánto los detesto, los odio, los aborrezco, los llevaré a todos ustedes al reino de las sombras. Muahahahaha.

Kat: ¡¡¡Oye!!! Si sigues diciendo esas cosas espantarás a mis lectores y lectoras.

Pj1: Grrr… No me importa, quiero que todos ustedes sufran.

Pj2: Ya cállate Bakura, no entiendo por qué estás tan molesto.

Bakura: Grrr… Yo quería el papel de villano y no me lo dieron. Además, no es de tu incumbencia Atemu.

Atemu: Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, a veces pienso que estás loco.

Bakura: Grrr…

Kat: Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja… Solamente por eso te pones a decir todas esas cosas.

Bakura: No le veo la gracia tarada.

Kat: Cuida tus modales… Mejor míralo de esta forma, si te damos a ti el papel de villano… ¿Quién cuidará del pequeño Ryou?

Ryou: Kat tiene razón Bakura, ¿quién cuidará de mí?... Snif, snif, snif, snif…

Atemu y Kat: Mirando al ladrón de tumbas muy enojados. – Felicidades Bakura, ya lo has hecho llorar.

Bakura: Se queda sorprendido… – No llores mi pequeño, tranquilo mi cielo, tu bien sabes que yo siempre cuidaré de ti… Shhh, ya mi niño, ya, ya no llores.

Atemu y Kat: Aaaaaaawwwwww… –  Un gran suspiro por la enternecedora escena.

Bien en lo que Bakura consuela al niño albino, es hora de comenzar con el fic…


Declaimer: Los personajes de YU – GI – OH!, “No son míos”… Snif, snif, snif,  son propiedad de su respectivo autor, sólo hago este fic porque me encanta escribir, y que ustedes se diviertan de mis locuras… Es mi manera de expresar lo que siento, y tener la dicha de poderlo compartir con todos mis lectores.


RESUMEN: En la vida se van conociendo a muchas personas, entre ellas escogemos a nuestros amigos. Los primeros amigos que logra tener el ser humano normalmente son en las escuelas y a medida que vamos creciendo iremos haciendo más y más amigos... Pero se llega un punto en donde debemos de cambiarnos de casa, escuela, universidad, lugar de trabajo, de país, etc. Y tenemos que dejar nuestros amigos atrás para ir a conocer un nuevo mundo. Pero… ¿Qué pasa cuando una amistad de años se vuelve a encontrar? ¿Aquella relación volverá a ser la misma de cuando uno era pequeño? Cuando nos encontramos con un viejo amigo de la infancia, tomamos la decisión de empezar por conocer aquella persona nuevamente…  

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En algún lugar de Ciudad Domino…

Una elegante limusina de color negro, estaba llegando a su destino. El chofer abrió la puerta de atrás diciéndole a su Jefe…

Hemos llegado, Señor.

Bajaba de la limusina un hermoso joven de cabellera castaña, empezó a caminar para poder entrar a un enorme edificio que había en ese lugar. Todas las personas que se encontraban ahí lo saludaban con respeto y a la vez le hacían una pequeña reverencia. Pero éste joven simplemente se limitó a caminar arrogantemente sin mirar a nadie ni mucho menos se tomó la molestia de contestar los saludos de esas personas. Finalmente las puertas del ascensor se abrieron, una hermosa joven salía a su encuentro.

Buenas tardes, Señor Kaiba.

¿Ya está todo listo? – Fue la respuesta que obtuvo la joven a su saludo.

Sí… Sí señor, ya está todo listo. Cómo usted lo ordenó.

Perfecto… ¿Y mi invitado de honor, ya llegó? – Preguntó de manera demandante.

No… No señor, aún no llega. Pero, todavía tenemos tiempo antes de dar inicio.

Mhg… Avíseme cuando esa persona llegue, estaré en mi oficina y no me pase llamadas, no quiero que nadie me moleste.

Sí señor, lo que usted ordene… Con su permiso.

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Museo Nacional de Ciudad Domino…

Chicos, hemos llegado…

Wow… Asombroso, es genial. – Decían todos.

En verdad fue una estupenda idea, venir a conocer este lugar.

Si, tienes razón Tea. – Manifestó el castaño.

Disculpen el pequeño desorden que hay, es que todavía no está terminado.

Hay Ryou, no te preocupes por eso, nosotros lo entendemos.

Gracias Joey… Ahora si me disculpan iré a buscar a mi hermana para que la conozcan.

De acuerdo Ryou ve, y si no te importa nosotros seguiremos viendo el lugar.  – Decía el de ojos marrones mientras curioseaba el lugar.

Claro amigos, adelante, ahora vuelvo, no me tardo.

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Conducía un auto convertible matiz lila, se dirigía al lugar a dónde tenía que presentarse, o más bien verse con la persona que lo había citado.

“¿Será posible? ¿Realmente, estará devuelta después de tantos años?” – Se preguntaba así mismo una y otra vez. En lo que se detuvo para hacer un alto, miró su reloj que marcaba las 12:45 p.m. Recordando lo que decía la carta…

FLASH BACK

Joven Atemu Valentine, presentarse formalmente vestido el día Martes 15 de Enero del mismo año en las oficinas principales de Kaiba Corp. a la 1:00 p.m.

FIN DEL FLASHBACK

“Lo raro de todo esto, es que el sobre no trae remitente como la vez anterior, y al final de la carta está la dirección de dicha empresa. Pero lo más extraño es que no viene firmada por nadie”. – Todo esto se lo volvía a preguntar así mismo, mientras conducía.

Finalmente llegó a su destino, viendo un gran edificio con el logo de KC. Se bajó del auto y entró al lugar. Una vez que se encontraba en el último piso del edificio, se dirigió a una secretaria que se encontraba sentada en su escritorio, al parecer le estaban dando órdenes por teléfono.

Buenas tardes señorita.

Buenas tardes joven, dígame en qué puedo ayudarlo.

Mi nombre es Yami Atemu Valentine, y por medio de esta carta me han solicitado que me presente aquí.

Por supuesto joven, mi Jefe lo está esperando en su oficina. – Le contestó y a la vez le señalaba un pasillo por donde se tenía que ir.

Muchas gracias. – Después de agradecerle a la mujer, caminó por el pasillo, encontrándose con unas grandes puertas de un metal muy fino. Se paró enfrente de ellas, y antes de tocar… Éstas se abrían por si solas.

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Mansión de Pegasus…

A que no sabes quién ha venido a la ciudad hijo.

Mmm… Lo dices por lo que dijeron ayer en las noticias padre.

Digamos que sí, pero esos ilusos se equivocaron en una cosa.

¿En qué?

Bakura, recuerdas que ayer dijeron que el Multibillonario Gozaburo Kaiba había venido después de tantos años.

¿Y?... – Preguntó el albino de una manera que no le daba importancia a lo que le estaba diciendo su padre.

Que quién realmente vino, es su hijo.

¿Qué, qué? Te refieres a… – Preguntó muy sorprendido.

Seto Kaiba. – Terminó de decir la frase el peliplateado.

Pero… ¿Cómo lo sabes, padre?

El muy cínico, me llamó por teléfono hoy en la mañana a primera hora para que le mandara un expediente de uno de mis alumnos. Los quería en su oficina de la Kaiba Corp. antes del mediodía.

Eso significa que… – Antes de poder hablar se rio irónicamente para luego expresar. – “Baia sorpresita la que te vas a llevar Atemu”. – Esto último lo había pensado para sí mismo.

¿Hijo?... ¿Sucede algo?

¿Eh?... No, no es nada padre, no me hagas caso. – Le contestó el albino y luego se despidió de su padre para ir a su habitación.

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Amigos… Déjenme presentarle a mi hermana. – Hablaba un niño de ojos grises medios plateados.

Hola, ¿Qué tal? – Saludó una hermosa mujer de piel morena, pelo negro y ojos azules, tenía más o menos 25 años.

Hola, ¿Cómo ha estado, señora? – Respondieron todos.

¿Señora? ¿Tan vieja me ven? – Bromeó, haciendo que su pequeño hermano y todos los demás se rieran.

Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja… Discúlpenos, pensamos que era casada. – Todos se morían de la pena por el error que habían cometido.

Hermana, estos son mis amigos… Él es Yūgi, Joey, Tristán y Tea.

Ahora es mi turno... Mi nombre es Ishizu Ishtar, la hermana mayor de Ryou, pero pueden llamarme Ishizu. Bueno, ya basta de presentaciones, mejor cuéntenme ¿Cómo se ha portado mi pequeño Ryou?

Oh, muy bien señorita Ishizu. – Respondió un hermoso niño de ojos mieles.

¿Eres Joey, cierto? – Éste sólo asintió con la cabeza. – Les acabo de decir que pueden llamarme Ishizu.

Yo… Lo lamento. – Expresó apenado.

Ya, tranquilo, no te apenes por eso. Que les parece si los invito a almorzar.

Siiiiii… Es una excelente idea.

Tristáaaaaaaaaaaaaaaaaaaannnn, cuida tus modales. – Lo reprendió la castaña.

Cuando se refieren a comida, Tristán siempre reacciona de esa manera Tea. – Se burlaba su amigo de pelos puntiagudos.

Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja.  – Reían todos.

Salieron del museo, para ir a almorzar a un pequeño restaurante que se encontraba cerca del lugar.

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Cuando las grandes puertas se abrían, éste logró ver que había un gran pasillo y al final se encontraba un escritorio con la silla viendo hacia un gran ventanal de cristal.

Buenas tardes.  – Saludó cortésmente.

¡Lange nicht gesehen! – Contestó la persona y a la vez la silla se giraba al frente.

Se… Seto. – Fue lo único que pudo decir ante tal asombro.

¡Lange nicht gesehen! – Volvió a repetir.

Perdón, pero… No te entiendo.

El castaño sonrió con malicia.

¡Cuánto tiempo sin verte!

Lo mismo digo… Pero no creo que me hayas hecho venir solamente para hablar sobre nuestras vidas pasadas.

Tienes razón Atemu, por lo visto no me equivoqué en elegirte. – Su mirada era muy seria y fría al mismo tiempo.

¿Elegirme?... ¿Podrías ser más específico?

Serás el Vicepresidente de la KC.

¿Cómo? ¿Acaso escuché bien? – Se había quedado boquiabierto a lo que le había dicho el castaño.

El ojiazul lo veía molesto, al parecer no le gustaba repetir las cosas. El otro al darse cuenta de su mirada se atrevió a preguntar:

¿Por qué yo?

Kaiba le pasó un fólder de color azul, este lo abrió y se sorprendió aún más por lo que estaba leyendo…

¿Qué significa esto? ¿Has estado investigándome? No tienes ningún derecho Kaiba. – No sólo estaba la información personal del faraón sino que además estaba la información personal de su madre…

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Después de que terminaron de almorzar, todos se fueron a sus respectivos hogares…

Al fin, hogar dulce hogar. – Reía un niño albino.

Tus amigos son muy simpáticos Ryou, invítalos a que vengan algún día a la mansión.

¡¡¡En serio hermana!!! ¿Te simpatizaron?

Claro, sobre todo ese jovencito rubio, por lo que me has contado durante el camino, créeme que nadie hace eso, ni siquiera por un amigo.

¿Te refieres a Joey?

Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, creo que soy mala para los nombres. – Le bromeaba su hermana mayor.

Sí, al parecer Joey es un niño muy especial. Pero hay algo en él que me intriga Ishizu.

¿Y qué es eso que te intriga tanto Ryou? – Le preguntó de una manera como burlándose de su pequeño hermano.

Ya hermana, hablo en serio. – Fingió estar molesto.

De acuerdo, de acuerdo, no más bromas, ahora dime qué es lo que te preocupa.

Sé que apenas lo conocí ayer, pero he notado cierta tristeza en sus ojos, me creerás un demente ya que lo has visto cómo es de alegre y divertido, en especial con sus amigos.

Mmm… La verdad no quería decirte nada, pero ya que lo mencionas... Creí que solamente se trataban de suposiciones mías, pero me doy cuenta que no es así.

Me pregunto qué será lo que lo entristece tanto. – Manifestó deprimido.

Su hermana se acercó a él para abrazarlo y decirle:

Tranquilo Ryou, a medida que te vayas haciendo su amigo, tal vez encontrarás la forma de animarlo un poco. – Éste se separó un poco de su hermana para sonreírle y darle las gracias por hacerlo sentir bien.

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En la KC

¿Y bien?… Te quedarás ahí parado todo el día viendo esos archivos que te entregué. O me darás una respuesta ahora.

¿Qué opina tu padre al respecto? – Fue la única pregunta que se le cruzó a su mente, aunque en cierta forma evadía a lo que le acababa de decir el castaño.

No acabes con mi paciencia. En primera, ese bastardo no es mi padre, más bien es mi padrastro, en segunda, no le tengo que dar explicaciones a nadie ni siquiera a él, y por último… – Calló por unos segundos antes de continuar hablando. – Él, está en Alemania. – Expresó con altanería.

¿En Alemania? Él tiene que saberlo Kaiba, que yo sepa Gozaburo es el dueño de todo esto. – Manifestó un poco exaltado. Gran error el que había cometido el faraón al haberle dicho eso al ojiazul.

Grrr… Por qué no vas tú allá y le preguntas personalmente ¿Quién es el dueño de todo esto? Y de paso me lo saludas. Aunque no creo que te vaya a contestar en el lugar donde se encuentra. – Todo lo dijo con sarcasmo.

Atemu se quedó sin palabras al escucharlo hablar, pero una cosa si era segura y es que aquel simpático niño que conoció en el orfelinato había desaparecido por completo.

¿Por qué dices eso? – Preguntó a la defensiva.

Porque Gozaburo, está a cien metros bajo tierra. – Expresó con odio.
El faraón sintió un gran escalofrió recorrer todo su cuerpo, estaba atónito, sin palabras, no daba crédito a lo que acababa de escuchar. No conocía al nuevo Seto, pero algo muy dentro de él le decía… Que su amigo no era ningún asesino.

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Otro pequeño estaba llegando a su casa, pero a diferencia de los demás… Éste no era recibido por nadie. Al parecer la casa estaba completamente sola, su padre aún no llegaba del trabajo, al  menos eso lo reconfortaba un poco.

“Muy bien Wheeler, al parecer tienes suerte que hayas llegado a la casa antes que mi padre”. – Se decía así mismo, subió rápidamente a su cuarto para cambiarse de ropa y luego se puso a realizar los quehaceres de la casa. Media hora después logró oír cuando su padre estaba llegando. Salió espantado directamente a su habitación, desde ahí lograba escuchar los gritos de ese hombre…

EN DÓNDE DIABLOS ESTÁS MALDITO MOCOSO. – Gritaba y subía las escaleras para ver si su hijo estaba en casa. – ABRE LA MALDITA PUERTA, TENGO UN REGALITO PARA TI. – Reía con maldad.

“Tranquilízate Joey, tarde o temprano se aburrirá de tocar y se irá”. – Se daba ánimos, mientras se abrazaba así mismo para tratar de no llorar, para su mala suerte, el hombre forzó la cerradura permitiéndole entrar a la alcoba.

QUE NO ESCUCHASTE QUE LLEVO RATOS HABLÁNDOTE, INFELIZ GUSANO. – Gritaba furioso.

Perdóname padre, yo… – Todo su cuerpo temblaba al estar frente a ese hombre.

¡¡¡CÁLLATE!!! – Exclamó y a la vez le daba un puñetazo en el estómago. – Ahora mismo me dirás de dónde vienes. – Lo agarró fuertemente del pelo, para después tirarlo sin piedad alguna al piso.

Aaaaaaahhhhhhhh, papá, no por favor, no me pegues… Snif, snif, snif.

No me escuchaste lo que te pregunté, eres sordo o eres idiota. – Lo seguía pateando en el suelo. – Vas a ver maldito engendro, que a mí nadie me ve la cara, mientras yo hecho verga cómo burro tú te la pasas divirtiéndote de lo lindo con esos malditos vagos, ¿es así cómo te malgastas el dinero que te doy?

Basta padre, ya no, snif, snif, snif, te lo suplico, snif, snif, snif, no me pegues, eso no es cierto snif, snif, snif, nos invitaron a comer a mí y a mis amigos, snif, snif, snif.

El hombre se enfureció bastante, agarró al rubio del cuello de la camisa y lo estrelló contra la pared.

Aquí está tú regalito hijo. – Dijo entre risas. – A partir de ahora cada vez que me pidas dinero tú me lo pagarás de tú lomo[1]. – Colocó al niño boca abajo en el suelo, le sujetó fuertemente las manos doblándoselas hacia atrás y empezó a pegarle con fuerza con un cable muy delgado que probablemente le había pertenecido a una lámpara de noche.

Aaaahhhhhhhhhh, snif, snif, snif, aaaaahhhhhhhh, por favor, por favor, ya no, basta, aaaaaaaaayyyyyyyyyy, snif, snif, snif, perdóname, perdóname papito, no lo vuelvo hacer, snif, snif, snif. Aaaaayyyyyyyy, aaaahhhhhhhh, snif, snif, snif, snif, snif, snif.

Sangre empezaba a salir de su espalda producto de los azotes, sentía cómo ese fino cable rasgaba su hermosa y delicada piel, por más que se retorcía del dolor y gritaba, su padre no paraba de golpearlo, estaba a punto de perder el conocimiento, cuando logró sentir que ese hombre ya no le pegaba. Se había detenido para empezar a patearlo, el menor hacia lo posible por cubrirse con sus manos, aguatando las múltiples patadas que recibía en todo su cuerpo.

Eres una asquerosa sabandija, gritas como una maldita niña. – Al terminar de hablar salió de la habitación, importándole un cuerno el estado de su hijo.

El niño quedó tirado en el suelo, cubierto en sangre, todo su cuerpo temblaba, lloraba, trató de levantarse pero no pudo, se dejó caer nuevamente al suelo ya que había perdido el conocimiento.

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Lo… Lo… ¿Lo mataste? – Preguntó con algo de miedo y sorprendido a la vez.

Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja… – Reía con ironía. – Créeme que ganas no me faltaron, pero para que estés más tranquilo el muy cobarde se suicidó cuando se enteró que yo me apoderé de su amada empresa la Kaiba Corp.

Eso significa que…

Yo soy el nuevo dueño y hoy a las 3:00 p.m. el mundo conocerá a Seto Kaiba. – El tono de su voz era pedante y arrogante.

Está bien… Seré el Vicepresidente. – Por fin le había dado la respuesta. – Pero al menos debiste de darme tiempo para pensarlo. – Susurró para sí mismo, pero el castaño logró escucharlo.

Tienes razón Atemu, discúlpame por no darte tiempo para que lo pensaras. – Su voz era burlona. – Es por eso que te daré un minuto para que te decidas y no te eches para atrás. – Levantó su mano izquierda para empezar a ver su reloj.

Me refería a que me dieras por lo menos tres días para discutirlo con mi madre. – Respondió el faraón algo molesto.

Te quedan 30 segundos. – Afirmó el ojiazul, no prestándole atención las palabras del otro.

Acepto con una condición.

¿Cuál?

Que al trabajar para ti, no me afecte en mis estudios.

¿Algo más? – Preguntó sarcásticamente.

No, eso es todo.

Bien… Lee el contrato y fírmalo. Date prisa que la conferencia de prensa está por comenzar.

¿Conferencia de prensa? Tú nunca me hablaste que estaría en público.

Agr… Pues te lo acabo de decir. – Manifestó enfadado.

¡Sigh!

Una vez que Yami leyó el contrato y lo firmó, ambos salieron de la oficina para dirigirse a una sala de prensa que estaba a punto de iniciar…

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A la mañana siguiente…

Un maestro estaba entrando a un salón de clases, éste era de piel un poco clara, pelo verde, sus ojos eran bicolor, el derecho era del mismo color de su pelo y el izquierdo era de color amarillo, era de estatura alta y tenía más o menos la edad de 32 años.

Buenos días jóvenes, mi nombre es Dartz Menjívar.

Buenos días profesor Dartz. – Todos se pararon para saludar.

Este año seré su docente en la asignatura de Aritmética, sólo les exijo tres cosas a mis alumnos. – El tono de su voz se escuchaba intimidante, parecida a la del mismísimo Bakura. – La primera es, no permito que los alumnos platiquen durante mi clase, al menos que pidan la palabra si quieren participar en ella, la segunda es que no lleguen tarde a mi clase y la tercera responsabilidad. ¿Quedó claro?

Si profesor Dartz. – Contestaron todos al unísono.

Las clases comenzaron nuevamente, algunas interesantes y otras aburridas…

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No muy lejos de ahí, pero en la misma ciudad…

En una mansión, un molesto sonido de un teléfono se podía escuchar por casi todo el lugar, hasta que finalmente alguien decide contestarlo.

¡Aló! Buenos días…

Hola hermana, ya estoy en la ciudad.

Her… Hermano, ¿deberás eres tú?

Si hermana, soy yo, ¿cómo has estado?

Bien, muy bien… ¿Cómo que ya estás en la ciudad? ¿Qué quieres decir con eso?

Acabo de llegar a Ciudad Domino, luego te explico, pero antes dime ¿Cómo está mi pequeño?

Él está bien, se la pasa extrañándote mucho todo el tiempo, ya lo conoces como es.

Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja… No tienes que decírmelo, lo conozco muy bien. Hermana puedo pedirte un favor.

Si dime, de qué se trata hermano.

No le digas nada todavía, quiero darle la sorpresa personalmente.

De acuerdo hermano, ahora mismo te diré el nombre de la Escuela a dónde él va y también te daré la dirección.

Muchísimas gracias hermana, bueno te voy dejando, tengo que colgar.

Adiós hermano, y cuídate mucho.

Tú también hermana, adiós.

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En una gran oficina de lujo, se estaba llevando a cabo una fuerte discusión, al parecer ninguno de los que se encontraban ahí, estaban satisfecho con la decisión que había tomado un joven empresario.

¿Cómo pudiste hacernos esto? No eres más que un maldito mocoso.

¿Pero quién te has creído, para tomarte estas atribuciones?

Nos dejaste totalmente en ridículo ayer ante todo el mundo.

Tu padre jamás lo hubiera permitido.

No solamente salió en primera plana del periódico de esta mañana, sino que además, en la televisión no se habla de otra cosa más que de esta estupidez. –  El encabezado de la primera página del periódico decía más o menos así… “NIÑO GENIO DE 15 AÑOS TOMA EL ABSOLUTO CONTROL DE LA KAIBA CORP.” “JOVEN EMPRESARIO SE DA A CONOCER”

Caballeros. – Finalmente pudo hablar la persona que estaba escuchando los estúpidos reclamos de esos hombres, a diferencia que éste joven se limitaba a verlos fríamente. – Si ya terminaron de refunfuñar, concluiré mi decisión. – Expresó arrogantemente.

¿Cómo te atreves? Insolente.

De ahora en adelante… Soy el nuevo dueño de la Kaiba Corp. y de todos los bienes de Gozaburo Kaiba. Sé que todos ustedes le servían fielmente a mi padrastro, es por ello que mi decisión final es… ¡¡¡ESTÁN DESPEDIDOS!!! – El tono de su voz era determinante y altanero.

Tú no puedes despedirnos y sobre todo no lograrás tomar el control de esta empresa.

Sigues siendo menor de edad. Volverás al orfanato a donde perteneces, incluyendo al bastardo de tu hermano. – Decía un hombre con odio mirando de frente al ojiazul, mientras que los otros se reían burlonamente pensando que ya habían logrado ganar.

Yo no estaría tan seguro de eso. – Interrumpió otro joven que acababa de llegar al lugar.

Mhg… Hasta que por fin llegas…

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Primer recreo…

Hoooolaaaaa, ¿qué tal señor Vicepresidente?…  Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja.

Agr… Búrlate, búrlate todo lo que quieras, al fin y al cabo sé que lo haces para desquitarte una de tantas burlas que yo te he hecho.

Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, te estoy elogiando y tú te molestas.

¿Tú lo sabias verdad? ¿Y aun así, no me lo dijiste?

Para serte sincero… Si sabía que te ibas a ver con tu viejo amigo, pero lo supe hasta que llegue a mi casa, tú sabes, mi padre me lo contó. Lo que no me esperaba era verte por televisión como Vicepresidente de la Kaiba Corp.

Si, para mí también fue una gran sorpresa. Te imaginas la cara que ha de haber puesto mi madre cuando me vio por la televisión… Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja.

Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ya me imagino el grito al cielo que pegó, cuando Kaiba dijo que el Vicepresidente de la Kaiba Corp. es el señor Valentine.

Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, tienes razón, creo que nadie se lo esperaba y todos creían que Gozaburo venia nuevamente a la ciudad por cuestiones de negocios.

Y dime… ¿Qué se siente ser el Vicepresidente de una de las corporaciones más importantes del mundo?

Mmm… La verdad no lo sé, amigo Bakura.

El otro quedó boquiabierto ante la respuesta de su amigo.

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Sólo eso nos faltaba, que otro docente nos hiciera la vida a cuadritos.

Cálmate Tristán, no creo que sea para tanto.

¿Qué no es para tanto? Es que acaso no te diste cuenta que llegó a presentarse de una manera muy escalofriante.

Yaaa Tristán, Tea tiene razón, quizás el profesor Dartz ha de ser muy estricto en cuanto a disciplina. – Apoyaba un niño de cabellera tricolor.

Y tú no dirás nada amigo, ¿por qué estás tan callado? – Le preguntaba el castaño.

¿Eh?... Perdón, pero hoy quisiera estar solo. – Habló con tristeza un hermoso niño de cabellera color oro y a la vez se alejaba de sus amigos.

Y ahora… ¿Qué le pasará a Joey? – Se preocupó el albino.

Pobre chico… No ha de ser fácil vivir así.

¿A qué te refieres Tea?

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Por un momento todos se quedaron callados, viéndose unos a otros. Hasta que alguien decidió hablar.

Verás Ryou, Joey no ha sido el mismo desde que sus padres se divorciaron.

¿Se divorciaron? – Preguntó atónito.  

Sí, hace dos años sus padres se divorciaron y la madre de Joey se fue a vivir muy lejos con su hermanita. – Le contaba el tricolor menor.

Pobre Joey, yo no lo sabía, ni tampoco que tenía una hermana. – Replicaba con tristeza.

Pero eso no es todo. – Continuó hablando el castaño.

Tristáaaannnn… – Todos miraron a su amigo con enfado, cómo dándole a entender que no debería de hablar más de la cuenta.

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Caballeros… Es cierto que el Señor Kaiba aún es menor de edad. – Conversaba el joven que acababa de llegar, tenía más o menos 27 años de edad, él era alto, de piel oscura, cabello color arena y ojos color violeta algo oscuro, al parecer era muy apuesto, la única diferencia era que tenía la misma mirada amenazadora que la del mismísimo Bakura.

¿Cómo te atreves a entrar de esa manera?

Maldito idiota, ¿quién eres?

Todos los que se encontraban ahí estaban molestos.

Permítanme presentarme… Mi nombre es Marik Ishtar y soy el representante legal del Señor Kaiba, además de que soy su abogado. – El tono de su voz era desafiante y firme.

Eso quiere decir… – Habló uno de los cinco grandes de la Corporación.

El señor Ishtar, se encargará de manejar los estados financieros de la empresa y demás bienes hasta que yo cumpla la mayoría de edad, pero eso no es obstáculo para que yo tome el control no solamente de esta empresa, si no que de todas las otras de… “Mi querido padre”. – Todo lo que expresó el castaño, lo hizo con odio y rencor hacia su padrastro.

Grrr… Eres un…

Silencio... Lo diré por última vez… ESTÁN DESPEDIDOS. Lárguense si no quieren que llame a seguridad. – Decía orgulloso y triunfal el ojiazul.

Los hombres que se hacían llamar los cinco grandes, no tuvieron otra opción más que irse de la Kaiba Corp. muy pero muy disgustados.

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El tiempo pasó muy rápido, la mañana estaba por terminar, unas cuantas horas más y las clases terminarían… El timbre de la campana volvió a sonar anunciando el segundo recreo, para que todos los jóvenes estudiantes salieran a descansar un poco.

Hablo en serio Bakura.

Grrr… Hay ya cállate, no molestes.

Si no me lo dices, ten por seguro que no te dejaré en paz.

Agr… No fastidies.

De acuerdo, si tú no me lo dices… No me dejas otra alternativa que preguntarle a él personalmente, lo que siente por ti.

¡¡¡ESTÁS LOCO!!! No serias capaz.

Pruébame.

Está bien, de acuerdo tú ganas. No siento nada por él, absolutamente nada.

Y tú piensas que te voy a creer semejante mentira. Por favor Bakura, no me quieras ver la cara.

¿Y qué quieres que te diga? Simplemente te dije que no me gustó ver su carita triste y a punto de llorar.

Aja, y yo nací ayer y me chupo el dedo.

Bueno, además a ti que te importa. – Empezaba a enfadarse realmente. – Cómo te pones a creer que yo, Bakura Pegasus, me voy a enamorar de un chiquillo y lo peor del caso que de un “NIÑO” – Hacía señales con sus manos de las comillas.

Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja… Para mí eso no tiene nada de malo.

¡¡¡Eres un desquiciado!!!! ¿Lo sabias?... Ya quieres que me convierta en un asalta cunas ¿Verdad?

Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja… Bakura, Bakura, Bakura, para el amor no hay edad.

Grrr…

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Muy bien, si ya no me necesitas me voy.

Mhg…  – Fue la respuesta que obtuvo.

Éste suspiro y caminó en dirección a las grandes puertas para poder salir de la oficina en donde él se encontraba. Pero en cuanto las puertas se abrieron… Un hermoso niño de pelo negro, apareció del otro lado.

Hola Marik.

Hola Mokuba ¿Vienes a ver a tu hermano?

Sí, ¿y tú, ya te vas?

Si Moky, debo ir a un lugar en donde cierta personita muy especial para mí se encuentra. Él no sabe que iré a buscarlo, es una sorpresa. – Le susurró al oído.

Está bien Marik, sé a quién te refieres. – Le sonrió. – Salúdamelo de mi parte. ¿Quieres?

No te preocupes, yo le doy tus saludos. – Dicho esto el joven partió.

Hola hermano.

Mhg… – Fue la misma respuesta que volvió a dar el ojiazul, ya que se encontraba en su escritorio tecleando en su laptop.

SETO. – Gritó el pequeño para que le prestara atención.

Mokuba, te he dicho que no grites. Estoy muy ocupado ¿A qué has venido?

El recién llegado se acercó al escritorio de su hermano y le colocó enfrente un brochure.

¿Qué significa esto? – Preguntó cuando miraba el boletín informativo que su pequeño hermano le enseñaba.

Esto mi querido hermano, es la Escuela a dónde me gustaría ir.

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Ya era hora que las clases terminaran. – Manifestaba un chico de ojos marrones.

Tristán, tú nunca cambiarás, es el colmo contigo.

¡Ja! Mira quién habla, que yo recuerde tú eras la que te estabas quejando en la última clase que ya te querías ir. – El castaño se burlaba de su amiga.

Grrr… A veces eres odioso.

Ya chicos, no peleen. – Intervenía el tricolor menor.

Estaban llegando a la salida principal, cuando de repente uno de sus amigos no podía creer lo que sus ojitos estaban viendo. Sin pensarlo dos veces, salió corriendo rápidamente para encontrarse con la persona que lo estaba esperando.

Her… Hermano… ¿De verdad, eres tú? – Estaba muy feliz al verlo ahí parado esperando a que saliera de clases.

Hola… ¿Cómo se ha portado mi niño?

Hay hermano, no me digas así. –  Se sonrojaba el pequeño albino, ya que todos sus amigos lo miraban de una manera que no entendía absolutamente nada de lo que en ese momento estaba sucediendo. – Amigos, quiero presentarle a mi segundo hermano mayor, Marik, ellos son mis amigos.

Hola. – Respondieron todos.

Hola, un placer. – Contestó cortésmente.

Cuando se despidieron, Marik abrazó a su hermano menor y se dirigieron a un convertible de lujo color dorado. Lo que nadie sabía es que unos ojos de color violeta los estaba observando muy furioso, al parecer quería ver muerto a ese hombre que se atrevió a abrazar de esa manera a su preciado tesoro... ¿Acaso serían celos?…


Continuará…



N/A: Muchas gracias por tomarse su tiempo en leerme, nos vemos en el próximo capítulo. Cuídense mucho.  


Atte.: 

              KAT.



 




[1] Lomo: sinónimo de espalda, torso, etc.

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