lunes, 26 de diciembre de 2022

LA LEYENDA DEL MONSTRUO DE OJOS ROJOS…



Capítulo 63: ¿Qué decisión debo tomar?... II parte.

 

 

Declaimer: Como siempre… Bla, bla, bla, bla, bla, bla… Los personajes de YU – GI – OH!, “No me pertenecen”… Chiquiris maquiris, son propiedad de su respectivo autor, abra cadabra, solamente lo hago porque me encanta escribir, y que ustedes se diviertan de mis locuras… Es mi manera de expresar lo que siento, y tener la dicha de poderlo compartir con todos mis lectores…

 

******************************

 

Al día siguiente…

 

         Hola, ¿puedo pasar?

 

         Si, pase por favor.

 

         Vine a ver si ya habías despertado, con eso de que no bajaste a desayunar…

 

         Lo siento mucho, me quedé dormido.

 

         Eso ya lo sé. En fin, cuéntame cómo les fue ayer. ¿Te divertiste?

 

         Me divertí mucho, Mokuba y Noah me llevaron a muchos lugares bonitos, comí toda clase de comida y bebí toda clase de bebidas. – Explicaba contento como si fuera un niño pequeño. – Pero hay algo que no me gustaba. – De pronto su voz sonó triste.

 

         ¿Qué es lo que no te gustaba?

 

         Me sentía incómodo cuando las personas se me quedaban viendo, y algunas cuchicheaban cosas bien feas, y otras se atrevieron a preguntarle a Noah y a Mokuba que si padecía de alguna enfermedad contagiosa.

 

         ¿Por qué preguntaron eso?

 

         Quizás por mi color de piel. – Se miraba sus manos con suma tristeza.

 

         Hey, no les hagas caso, las personas siempre se andan metiendo en lo que no les importa. – Le levantaba la cara suavemente.

 

         ¿Por qué?


         Porque no tienen nada mejor que hacer.

 

         Pero…

 

         Mejor cuéntame, ¿qué respuesta les daba Mokuba?

 

         Él les decía que yo no estaba enfermo y que tampoco padecía de ninguna enfermedad contagiosa. Aun así no dejaban de mirarme todo el tiempo. Noah se limitaba a decirme que los ignorara y que nos siguiéramos divirtiendo.

 

         ¿Y lograste pasar un buen rato?

 

         Si. – Le sonrió con cariño. – Quiero darle las gracias por dejarme salir.

 

         No tienes nada que agradecer.

 

         ¿Podría salir de nuevo el próximo fin de semana?

 

         Eso depende.

 

         ¿Depende de qué?

 

         De que tú quieras salir de nuevo.

 

         La verdad es que si me gustaría, quiero seguir conociendo más lugares y explorar muchas cosas.

 

         Ya veo… – Se quedó pensativo.

 

         ¿Qué ocurre? ¿Dije algo malo?

 

         No, es sólo que…

 

         Señor Kaiba…

 

         No me digas señor, puedes llamarme por mi nombre.

 

         ¿De verdad?

 

         Claro que sí, cachorro.

 

         ¿Cachorro? – Lo miraba algo molesto.

 

         Creo que ese sobrenombre va bien contigo.

 

         ¿Por qué?

 

         ¿Y todavía lo preguntas? Aun sueles comportarte como si fueras un niño y con eso que te conviertes en un animal, pues… Pareces un cachorro indefenso.

 

         Entiendo, ¿algo así como un Dragoniño?

 

         ¿Dragoniño? ¿De dónde sacaste esa estupidez?

 

         Es el seudónimo que me puso Mokuba cuando nos conocimos la primera vez. – De pronto se escuchó una gran carcajada… – ¿Por qué se ríe?

 

         Por la ocurrencia de mi hermano.

 

         ¿Y eso está mal?

 

         Claro que no.

 

         Le puedo hacer una pregunta.

 

         Por supuesto.

 

         ¿Por qué lo hacen?

 

         ¿Hacer qué?

 

         ¿Poner seudónimos a las personas?

 

         A veces, las personas lo hacen para ofender a otros, pero en ocasiones lo hacen como una muestra de cariño.

 

         Ya veo… – Desvió un poco la mirada. – Entonces… ¿Usted ha empezado a quererme un poquito?

 

Al escuchar la pregunta, el hombre se había sonrojado.

 

         Perro tonto, desde el momento en que ayudaste a mi hermano, fue ahí que ya comencé a tratarte diferente.

 

         Lo sé, y estoy muy agradecido por haber aceptado en que me quedara aquí.

 

         No tienes nada que agradecerme. Y cambiando de tema, necesito hablar contigo.

 

         ¿Sobre qué?

 

******************************

 

         Hola primo.

 

         Baia, hasta que por fin te levantaste.

 

         Lo siento, me quedé dormido.

 

         Eso te pasa por venir tan noche.

 

         Es que con tantas cosas que hicimos que no sentimos el tiempo.

 

         Mira que tuviste suerte de que tu hermano no te regañara.

 

         La verdad es que se me hizo raro de que no lo hiciera.

 

         Quizás es porque anduviste con Joey.

 

         No me digas que ya lo sabes.

 

         Así es, tu hermano me lo contó todo ayer.

 

         ¿Y tú qué opinas?

 

         ¿Opinar qué?

 

         Sobre que Joey saliera con nosotros.

 

         Al principio no me agradó la idea, luego pensé en que ya era tiempo de que él comenzara a salir poco a poco.

 

         Sabía que tú también estarías de acuerdo con la idea. Espera que se lo cuente a Joey.

 

         ¿A dónde vas?

 

         Voy a su habitación a decírselo.

 

         No puedes ir.

 

         ¿Por qué no?

 

         Tu hermano está hablando con él en este momento.

 

         ¿Qué dijiste? ¡Ay no! De seguro lo está regañando porque llegamos bien tarde anoche.

 

         Tranquilízate Mokuba, te aseguro que no es nada de eso que estás pensando.

 

         ¿Estás seguro?

 

         Claro que sí.

 

         De todas maneras iré.

 

         Espera, no vayas.

 

         ¿Por qué?

 

         Déjalos que hablen.

 

         Pero…

 

         No te preocupes, te prometo que todo va estar bien.

 

         ¿Cómo puedes estar tan seguro?

 

         Será mejor que te lo diga.

 

         ¿Decirme qué?

 

******************************

 

         Yami me ha dicho, que hay unas personas que quieren verte.

 

         ¿Verme a mí?

 

         Si.

 

         ¿Para qué?

 

         Escucha, Yami tiene un amigo que le contó de tu existencia, y esta persona se lo contó a su amigo y luego se lo contó a su nieto.

 

         No entiendo nada, estoy confundido.

 

         Trataré de explicártelo de otra manera para que puedas entenderme.

 

         Está bien.

 

         El punto es, hay un joven que desea conocerte, tal parece que es a ti a quien anda buscando. No sabemos con exactitud del por qué te anda buscando, o qué es lo que quiere contigo.

 

         Ya veo… – Bajó la mirada. – Ya sabía que tarde o temprano esto iba a pasar. – Musitó para sí mismo sin tomar en cuenta que el castaño lo había escuchado.

 

         ¿Qué acabas de decir?

 

         Nada, no dije nada.

 

         No me digas que nada si claramente te escuché.

 

         Yo…

 

         ¿Ya sabias que te andaban buscando?

 

         No.

 

         ¿Entonces?

 

         Por favor, no me pregunte.

 

         ¿Cómo quieres que no te pregunte? Necesito saber si realmente esas personas saben de tu existencia.

 

         Ellos no me conocen y yo no los conozco tampoco.

 

         ¿Por qué te buscan?

 

         Lo lamento, no puedo decirle nada.

 

         Mira perro, no estoy para juegos estúpidos. – Hacia lo posible por no enfadarse.

 

         Yo no estoy jugando a nada. Lo único es que no puedo decirle nada.

 

         Pues tendrás que darme una respuesta, porque Yami no deja de insistirme en que les permita a esas personas que vengan a conocerte.


         Yo… No sé si estoy listo para recibirlos. – Sin poderlo evitar sus ojos comenzaban a humedecerse.

 

         Está bien, tranquilo, no llores. – Lo abrazó sobreprotectoramente. – Discúlpame por haberme exaltado un poco.

 

         Disculpa aceptada. – Se atrevió a mirarlo a los ojos.

 

         Escucha, te daré algo de tiempo para que decidas si recibes o no a esas personas. Y depende de tu decisión, te prometo que la respetaré.

 

         Muchas gracias.

 

******************************

 

En algún lugar de Japón...

 

         Hola, buenas tardes.

 

         Mahādo, sabía que ibas a venir tarde o temprano.

 

         ¿Puedo pasar?

 

         Adelante, pasa.

 

         Gracias.

 

         Y dime, ¿cómo está tu esposo?

 

         Él está bien, les manda muchos saludos.

 

         Muchas gracias, ven, vamos a la sala.

 

         Si.

 

Una vez que llegaron…

 

         Has llegado rápido, acaso el concejo de magos te autorizó para…

 

         La verdad es que… Ellos no saben que vine.

 

         ¡Que! ¡Pero Mahādo! Si ellos se dan cuenta que has venido sin su autorización, recibirás un castigo.


         Lo sé y estoy dispuesto en asumirlo.

 

         Para que estés aquí, significa…

 

         Tuve una visión hace poco, y antes de cumplirla decidí venir a verte primero.

 

         Entonces dime, ¿cuál fue tu visión?

 

Antes de responder, llegaba uno de los empleados…

 

         Disculpe que los interrumpa, solamente vine a saber si desean algo de tomar.

 

         ¿Quieres algo de tomar Mahādo? – Le preguntó la dueña del lugar.

 

         Un té verde por favor.

 

         A mi tráigame lo mismo por favor.

 

         En seguida, con su permiso.

 

         ¿En qué estábamos Mahādo?

 

         Me estabas preguntando sobre la visión que tuve.

 

         Ah sí, es verdad. – Carraspeó un poco su garganta. – Y sobre qué es tu visión esta vez.

 

         Creo que ha llegado el momento de aclarar algunas cosas y de decirles la verdad a…

 

         Tú no puedes hacer eso. – Lo interrumpió de golpe.

 

         ¿Por qué no?

 

         Porque ninguno de ellos está preparado todavía.

 

         Por lo mismo tanto, si hablamos con ellos, tal vez…

 

         Créeme lo que te estoy diciendo, aunque les digas la verdad no te van a creer.

 

         Pero Mai, tengo que advertirles sobre el nuevo peligro que se avecina.

 

         Ya lo sé, no tienes que decírmelo.

 

         También hay algo más.


         ¿Que?

 

         Tú nos acompañarás en este viaje.

 

         Mi querido amigo, ¿no crees que ya estoy vieja para una nueva aventura?

 

         Eso no es verdad y lo sabes. No importa los años que pasen, tu siempre te verás muy joven.

 

         Te agradezco por el cumplido. – Le sonrió con cariño. – Pero considero que en esta ocasión no seré yo la que te acompañe.

 

         ¿Qué, por qué?

 

         Pienso que es mi hijo quien los debe de acompañar en esta nueva aventura.

 

         ¿Tu hijo? Dime que no estás hablando en serio.

 

         Estoy hablando muy en serio.

 

         Ya no recuerdas lo que pasó la última vez.

 

         Como olvidarlo, fue una noche muy trágica y espantosa.

 

         Si no lo has olvidado, no entiendo por qué quieres que vaya tu hijo.

 

         Porque considero que es la única manera de que el saque todo ese odio y resentimiento que ha guardado toda su vida.

 

El hombre se quedó atónito ante las palabras de su amiga…

 

 


Continuará…




N/A: ¿A qué se refería Joey cuando dijo que tarde o temprano eso iba a pasar? ¿Qué habrá ocurrido en esa noche trágica y espantosa? ¿Por qué el hijo de Mai guarda tanto odio y resentimiento? ¿Qué le pasará a Mahādo? ¿Quién será el hijo de Mai? Todo esto y más lo iremos descubriendo en los siguientes capítulos. Los invito para que no se pierdan la continuación la próxima semana. Muchas gracias por todo su apoyo y por tenerme paciencia en esperar a que actualice nuevos capítulos.

 

Me voy despidiendo de cada uno de ustedes, no sin antes desearles que pasen un Feliz Año Nuevo, les deseo muchos éxitos en sus vidas y que puedan alcanzar todos sus sueños y metas que se han propuestos. Son los sinceros deseos de su fiel escritora…

 

Atte.:

 

                 KAT.




P.D.: Este viernes no podré actualizar porque es el día de mi cumpleaños, y mi padre me lo va celebrar todo el día. Así que mis queridos amis, y lectores, nos leeremos hasta el otro año. Es decir, el viernes 6 de Enero día de los Reyes.

 

Que pasen un Feliz Año Nuevo al lado de su familia, seres queridos y amigos.

 

 

 

 


No hay comentarios:

Publicar un comentario