sábado, 10 de diciembre de 2022

LA LEYENDA DEL MONSTRUO DE OJOS ROJOS…



Capítulo 61: La primera impresión no siempre es agradable… IV parte.

 

 

Declaimer: Como siempre… Bla, bla, bla, bla, bla, bla… Los personajes de YU – GI – OH!, “No me pertenecen”… Chiquiris maquiris, son propiedad de su respectivo autor, abra cadabra, solamente lo hago porque me encanta escribir, y que ustedes se diviertan de mis locuras… Es mi manera de expresar lo que siento, y tener la dicha de poderlo compartir con todos mis lectores…

 

******************************

 

Días después…

 

         Todavía no puedo creer que vayas a salir con nosotros esta tarde, Joey.

 

         Yo tampoco lo creo. – Sonrió de felicidad.

 

         ¿Cómo te sientes?

 

         Me siento algo nervioso.

 

         Tú no te preocupes por nada, ya verás cómo nos vamos a divertir.

 

         Puedo preguntar, ¿a dónde iremos?

 

         Primero iremos al cine.

 

         ¿De verdad?

 

         Si.

 

         ¿Volveré a entrar a ese cuarto obscuro? – Cuestionaba algo preocupado.

 

         Tranquilo, esta vez no entrarás solo, Noah y yo estaremos contigo en todo momento.

 

         Muchas gracias. – Se quedó callado por un momento. – Mokuba…

 

         Dime. – Lo volteó a ver.

 

         La primera vez que entré al cine había muchas cosas ricas para comer… Y... Y… Y me preguntaba si…

         Quieres saber si comeremos de todo lo que venden ahí.

 

         Así es. – Contestó apenado.

 

         Joey… – Le puso una mano en su hombro. – Podrás comer todo lo que tú quieras. – Le sonrió con amabilidad.

 

         ¿Es en serio?

 

         Si.

 

         ¡Qué bien! – Exclamaba emocionado.

 

         Bueno, te dejo para que termines de cambiarte y yo iré a esperar a Noah.

 

         Está bien.

 

******************************

 

         ¿A dónde vas?

 

         Déjame en paz, yo no tengo por qué darte explicaciones.

 

         Te recuerdo que tu abuelo me dejó a cargo y por desgracia tengo que cuidarte.

 

         Pues no lo hagas porque se cuidarme solo.

 

         No entiendo por qué estás tan enfadado conmigo.

 

         ¿No lo sabes?

 

         No. – Respondió con seriedad.

 

         A estas alturas ya deberías de saberlo.

 

         Mira Yūgi, no estoy para tus estúpidas adivinanzas.

 

         Y yo no estoy de humor para soportarte.

 

         Si quieres jugar de esa manera, entonces jugaremos.

 

         ¡Ja! Que yo sepa yo no estoy jugando a nada. Si me disculpas, me voy.

 

         De ninguna manera, tú no saldrás a ninguna parte.

 

         ¿QUIÉN ERES TÚ PARA IMPEDÍRMELO? – Gritó molesto.

 

         MIENTRAS TU ABUELO NO ESTÉ PRESENTE, YO DOY LAS ÓRDENES AQUÍ. – Lo retaba furioso.

 

         Por favor, no me hagas reír.

 

         Yūgi…

 

         Suéltame Shādī, voy a salir y ni tú, ni nadie me lo van a impedir. ¿Y sabes por qué?

 

         ¿Por qué?

 

         Porque a diferencia de ti, yo no recibo órdenes de nadie y soy libre de ir y venir a donde me plazca.

 

         Eres un…

 

         Anda, dilo, te reto a que termines de hablar.

 

         Perdería mi tiempo en decírtelo.

 

         Lo sabía. – Manifestó con sarcasmo. – Sabía que no tenías los pantalones bien puestos para decir lo que piensas.

 

         Te equivocas, si no te lo digo es por…

 

         Mejor cállate, y me voy porque no quiero seguir escuchando más tonterías. – Comenzaba a caminar hacia la puerta para salir. – Ah, otra cosa. – Lo volteó a ver bastante enojado.

 

         ¿Qué?

 

         Que sea la última vez que te metes en mis asuntos, los problemas que tenga con Rebecca no son de tu incumbencia.

 

         ¿Qué has dicho? Maldito mocoso

 

         Ya me oíste.

 

         Bien, como quieras, pero un día vas a necesitar mi ayuda, y cuando llegue ese día ten por seguro que no moveré un dedo para ayudarte.


         Que iluso eres, no te necesito para nada. – Al decir esto último salió de la casa.

 

         Este niño, por qué demonios tiene que ser tan detestable. – Se decía así mismo todo molesto.

 

******************************

 

         Hola, espero no llegar tarde.

 

         No te preocupes Noah, llegas justo a tiempo.

 

         ¡Qué bien! ¿Dónde está Joey?

 

         Ya no tarda en bajar.

 

         No tienes idea lo emocionado que estoy.

 

         Yo también. – Ambos jóvenes sonreían.

 

         Me pregunto, ¿cómo esta Joey?

 

         ¿A qué te refieres?

 

         Me refiero a que cómo se sentirá, recuerda que esta va ser su primera salida.

 

         Él está un poco nervioso, pero a la vez muy emocionado de salir con nosotros.

 

         No lo culpo, porque yo también estoy algo nervioso. – Medio sonrió ante sus propias palabras.

 

         Tranquilo, ya verás que todo va salir bien.

 

         ¿A qué se debe tanta felicidad? – Preguntaba el recién llegado.

 

         ¡Hermano!

 

         Buenas tardes, señor Kaiba.

 

         Buenas tardes, Noah.

 

         Hermano, ¿qué haces aquí tan temprano?

 

         Como es la primera vez que saldrán con esa criatura, he decidido en acompañarlos.


         ¿Queeeeeeeeeeeé? – Cuestionaron estupefactos.

 

         Pero Seto…

 

         Ya estoy aquí. – Llegaba el rubio. – Lamento mucho la tardanza.

 

         ¡Baia! Qué bien te vez con esa ropa amigo.

 

         Gracias Noah. – Respondió sonrojado. – El señor Kaiba me la compró para esta ocasión.

 

         Joey… – Interrumpió uno de los presentes.

 

         ¿Qué ocurre?

 

         Mi hermano ha decidido en acompañarnos.

 

         ¿De verdad? – Lo volteó a ver incrédulo.

 

         Sí, es verdad. Espero que no tengas ningún inconveniente. – Lo miró seriamente a los ojos.

 

         Para nada. – Sonrió feliz. – Usted también tiene derecho de divertirse.

 

         Pero qué cosas dices, perro tonto. Si los voy a acompañar no es para divertirme.

 

         Entonces, ¿para qué es? – Preguntaba algo confundido.

 

         Únicamente quiero asegurarme de que no te metas en problemas.

 

         Muchas gracias. – Expresó con una sonrisa en los labios.

 

         ¿Por qué agradeces? Perro estúpido.

 

         Por preocuparse tanto por mí, y es la primera vez que alguien lo hace.

 

         Sí que eres un estúpido. – Musitó para sí mismo.

 

         Creo que ya es hora de irnos o se nos hará tarde.

 

         Mokuba, tiene razón.

 

         En ese caso nos vamos.

 

Cuando comenzaron a caminar, un celular sonaba constantemente…


         ¡Aló!

 

         Seto, ¿dónde estás? – Se escuchaba una voz del otro lado del teléfono.

 

         Estoy a punto de salir con Mokuba.

 

         No salgas, necesito hablar contigo.

 

         ¿No puedes esperar hasta mañana?

 

         No.

 

         De acuerdo, entonces te espero.

 

         Bien, llegaré en cuanto pueda.

 

         De acuerdo.

 

Al colgar…

 

         ¿Quién era hermano?

 

         Era el idiota de Yami, mal momento para llamarme a esta hora.

 

         ¿Mi primo vendrá?

 

         Si.

 

         Dile que se quede a cenar con nosotros, hace días que no lo veo.

 

         No te prometo nada, pero se lo diré.

 

         Gracias hermano.

 

         Tal parece que no los podré acompañar, pero le diré a Roland que vaya con ustedes.

 

         Está bien Seto.

 

Cuando empezaron a caminar, el castaño los detuvo de manera brusca…

 

         Esperen…

 

         ¿Qué sucede?


         Deben de estar más al pendiente de este perro.

 

         ¿Por qué?

 

         ¿Cómo que por qué? Se le mira su cola.

 

Ambos jóvenes voltearon a ver hacia atrás y se abstuvieron de reírse al ver como el rubio meneaba la cola sin darse cuenta.

 

         ¡JOEY, TU COLA! – Gritaron al mismo tiempo.

 

         Eh… Lo siento mucho.

 

         A esto me refería cuando les decía que él no puede salir.

 

         Tranquilo hermano, el hace eso únicamente cuando está nervioso.

 

         Mokuba, él no puede andar en las calles meneando su cola como si nada.

 

         Lo sé, pero…

 

         No volverá a pasar. – Hablaba el rubio todo apenado.

 

         Por supuesto que no volverá a pasar, de eso me encargo yo.

 

         ¿Qué harás hermano? – Lo cuestionó preocupado.

 

         Ponerle fin a este problema.

 

         ¿Qué va hacerme? – Temía ante las palabras del ojiazul.

 

         Date la vuelta.

 

         ¿Qué? ¿Para qué?

 

         OBEDECE PERRO. – Le gritó molesto, mientras que lo agarraba de sus hombros para darle la media vuelta.

 

         Espera Seto, ¿qué vas hacer? – Estaba a punto de detenerlo cuando en eso vio cómo su hermano se quitaba la chaqueta que traía puesta y luego se la ponía encima al rubio.

 

         Listo, esto servirá para cubrirte.

 

La criatura abría lentamente sus ojos al sentir que algo cubría su cuerpo.

 

         Es muy bonita y abrigadora. – Terminó por acomodarse la prenda. – Muchas gracias. – Lo volteó a ver para regalarle una tierna sonrisa.

 

         ¿No crees que le queda algo grande?

 

         Claro que no Mokuba. – Intervino el peliverde. – Es perfecta para Joey, de esa manera le cubrirá su cola por completo.

 

         Oooohhh, ya entiendo. Muchas gracias hermano. – Lo abrazó cariñosamente.

 

         No es para tanto, mejor váyanse antes de que se haga tarde.

 

         Si.

 

         Y tu perro, más te vale que cuides mi chaqueta.

 

         Claro que sí, la cuidaré muy bien.

 

 



Continuará…

 

 



N/A: La primera salida de nuestro lindo cachorro, ¿cómo le irá en su primera salida? Detesto al faraón por interrumpir la salida de mi querido y lindo gatito, a veces creo que es un aguafiestas por estropear la diversión del pulgoso con su cachorro. Los invito para que el próximo viernes se pierdan la continuación de esta interesante aventura. Si tienen dudas pueden dejarme sus comentarios que yo con mucho gusto les responderé.

 

Me despido cordialmente de todos y cada uno de ustedes, y a la vez les agradezco por leer esta historia y por apoyarme siempre. Cuídense mucho, y pórtense bien. Me voy, no sin antes dejarles muchos besos virtuales y un fuerte abrazo desde la distancia. Los quiero mucho amis y lectores.

 

Atte.:

 

            KAT.

 


No hay comentarios:

Publicar un comentario