Capítulo 37: Carnada para atrapar al culpable… III parte.
Declaimer:
Como siempre… Bla, bla, bla, bla, bla, bla… Los personajes de YU – GI – OH!,
“No me pertenecen”… Chiquiris maquiris, son propiedad de su respectivo autor,
abra cadabra, solamente lo hago porque me encanta escribir, y que ustedes se
diviertan de mis locuras… Es mi manera de expresar lo que siento, y tener la
dicha de poderlo compartir con todos mis lectores…
******************************
Días después…
Espera Mokuba.
¿Qué sucede?
Caminas muy rápido y me siento cansado.
En ese caso descansaremos aquí.
Discúlpame por favor.
¿Por qué te disculpas?
Siento que te estoy atrasando en la
búsqueda.
No digas eso Noah.
Pero es que…
Tú no estás acostumbrado a caminar
tanto como yo.
Supongo que tienes razón, pero aun creo
que soy un estorbo.
Claro que no lo eres.
Pero es así como me siento, a veces
pienso que tú ya lo hubieras encontrado si yo no estuviera aquí.
Lo que estás diciendo no son más que
puras tonterías. El que tú estés aquí me beneficia bastante.
¿Hablas en serio?
Sí. – Acarició suavemente su rostro.
Muchas gracias.
Animo, debemos de seguir buscando.
¿Crees que él esté bien?
Por supuesto que sí, ya verás que pronto
lo encontraremos.
Me gusta tu optimismo, pero ya llevamos
tres días buscándolo y nadie sobrevive en este bosque. Al menos que seas un
experto o que lo conozca como la palma de su mano.
No te preocupes Noah, yo te aseguro que
Joey sabe cuidarse muy bien.
Puedo imaginarme como se ha de sentir
estando solo en el bosque, de seguro que ha de tener miedo como yo.
Te equivocas. – El peliverde lo volteó
a ver. – Él no teme andar en el bosque, más bien creo que son los animales que
le tienen miedo a Joey.
¿Por qué dices eso?
Aun no has visto lo que es capaz de
hacer. – La otra persona lo miraba algo confundido. – No me veas así, si
llegamos a encontrarlo le pediré a Joey que te muestre su verdadera apariencia.
¿Su verdadera apariencia? ¿A qué te refieres
con eso? Ahora sí que estoy más confundido que antes.
Lo entenderás una vez que lo
encontremos.
De acuerdo, entonces sigamos
buscándolo.
Así se habla, Noah.
******************************
Un
hombre alto, de piel morena, ojos azules, se encontraba en una alcoba,
aprovechó la ocasión de que no había nadie en la casa para ir a revisar de
nuevo aquel misterioso libro. Le inquietaba bastante lo que Yūgi y Rebecca le
contaron días atrás y no dejaba de pensar en ese medallón cuando lo vio
oscurecerse delante de sus ojos.
No puedo encontrar nada aquí. – Se
decía así mismo. – Estoy empezando a creer que lo mejor sería decirle toda la
verdad a Yūgi. Que la misión que le encomendó su bisabuelo no es más que puras
fantasías. No, de ninguna manera puedo decirle algo como eso a Yūgi, sigue
confiando en su bisabuelo y si le digo algo como esto lo más probable es que se
decepcione de él. No quiero ser el causante de esa desilusión. – Hojeaba el
libro una y otra vez. – Maldición, hay muchas cosas que no entiendo, es como si
hubiera sido escrito por algún idioma muy antiguo. – Pasaba su mano sobre una
de las páginas del libro. – Apostaría lo que fuera que el único que podría
traducirlo es el comandante Sugoroku. Lastimosamente el ya no está con
nosotros. – Esto último lo dijo con suma tristeza. – Lo poco que puedo entender
no me habla nada sobre lo que quiero saber. – Se detuvo al llegar a la parte
donde estaba la imagen de una bestia mitológica. Se le quedó viendo por un
largo rato a la imagen mientras que su mente le hacía recordar el sueño que
había tenido su amigo. – Debes encontrar al ser que posee ojos de rubí. –
Murmuró para sí mismo. – ¿Y si la clave está en encontrar a esta bestia? Que
tonterías estoy diciendo, de seguro que esta bestia jamás existió. Al no ser… –
Una idea le estaba llegando a su mente, justo en ese momento logró escuchar que
alguien había llegado a la casa, por lo que se apresuró en guardar el libro en
su lugar y salir de la habitación como si nada.
******************************
Horas más tarde…
No pudimos encontrarlo.
No estés triste Noah, mañana saldremos
de nuevo a buscarlo.
No entiendo por qué nos regresamos.
Para poder descansar un poco y
conseguir más provisiones. Acuérdate que hemos estado fuera por casi tres días.
Tienes razón, pero me preocupa que el
siga todavía en el bosque.
Te prometo que reanudaremos la búsqueda
mañana a primera hora.
Ya era hora que volvieran.
¡Yami! ¿Qué haces aquí?
Me urge hablar contigo.
¿Qué es lo que sucede?
Vamos a mi habitación.
Tiene que ver con…
Así es, dile a tu amigo que te espere
en tu cuarto.
Eso ya no va ser necesario.
¿Por qué?
Noah, lo sabe todo.
¿Qué fue lo que dijiste? – Preguntaba
estupefacto.
Creo que hay algo que debes de saber. –
Manifestó con mucho pesar.
En ese caso, vamos todos a mi
habitación.
Si.
******************************
Un
hombre se encontraba en la cocina picando algunas verduras para poder hacer la
cena, tan metido estaba en sus pensamientos que no sintió que alguien más
llegaba al lugar…
¿Te puedo ayudar en algo? – No obtuvo
respuesta. – Shādī, te estoy hablando muchacho.
¡Don Solomon! Discúlpeme por favor, la
verdad es que no lo escuché llegar.
Ay muchacho, ¿qué pasa contigo?
Últimamente te he notado muy distraído.
No me pasa nada. – Desvió un poco su
mirada.
¿Me dirás lo que te inquieta? – Lo
miraba fijamente a los ojos.
En serio, estoy bien.
No sabes mentir.
Tiene razón y me disculpo por eso.
Deja eso y ven siéntate conmigo para
que hablemos.
Yo…
Ya verás que te sentirás mucho mejor
cuando te desahogues conmigo.
Quizás tenga razón.
Cuéntame, ¿qué es lo que te ocurre?
Se trata sobre Yūgi.
El
hombre dio un fuerte suspiro al escuchar el nombre de su nieto.
¿Y ahora qué hizo esta vez? – Preguntó
algo molesto.
Nada, créame que él no ha hecho nada.
Entonces…
La verdad es que no sé por dónde por
empezar.
Pues comienza por el principio.
De acuerdo…
******************************
¿QUÉ HICISTE QUÉ? – Gritó a todo
pulmón. – NO PUEDO CREER LO QUE HAS HECHO, TE DAS CUENTA DE LO QUE HICISTE.
Sé que cometí un error y no sabes lo
mal que me siento por eso.
¿EN QUÉ DEMONIOS ESTABAS PENSANDO AL
DECIRLE TODO ESO? ¿NO SE SUPONÍA QUE ERAS TÚ QUIÉN IBA A ESTAR A SU CUIDADO?
Lo sé.
ERES UN IRRESPONSABLE.
Yami, escúchame por favor.
NO PUEDO CREER QUE TE HAYAS ATREVIDO A
TRATARLO MAL, DESDE UN PRINCIPIO SABÍA QUE NO ERA BUENA IDEA TRAERLO HASTA ACÁ.
Pensé que las cosas iban a funcionar si
el venía conmigo.
ESE ES EL PROBLEMA MOKUBA, TÚ NUNCA
PIENSAS EN LAS CONSECUENCIAS, Y POR TUS DESCUIDOS UN INOCENTE ESTÁ PAGANDO.
Perdón.
¡IDIOTA! NO ES A MÍ A QUIEN LE TIENES
QUE PEDIR PERDÓN.
Lo sé. – mantenía la cabeza agachada.
Iré a su habitación ahora mismo para
disculparme con él.
Él se fue. – Comenzó a llorar.
¿Cómo que se fue?
Joey no está en su habitación, y entre
Noah y yo lo hemos buscado en el bosque por tres días.
¿Lo encontraron?
No.
De acuerdo, bien, será mejor que nos
calmemos. – Caminaba de un lado a otro en toda la habitación. – Esto es lo que
haremos, les ayudaré a buscarlo en el bosque.
¡Muchas gracias primo!
No lo hago por ti, lo estoy haciendo
por Joey. – Lo miraba molesto. – Por cierto, explícame cómo fue que
involucraste a Noah en esto. ¿Y cómo fuiste capaz de llevarlo al bosque? ¿Es
que acaso no sabes que el padece de una terrible enfermedad? No me equivoqué al
decirte que eres un irresponsable.
Yami, Noah esta en perfecta salud.
¿Cómo puedes decir una tontería como
esa?
Te digo la verdad.
Créale señor Yami, Mokuba le está
diciendo la verdad. – Intervino el peliverde.
Pero…
Antes
de que pudiera hablar alguien tocó la puerta.
Adelante. – Expresó el tricolor.
Disculpe que lo moleste joven Atem,
pero su primo me mandó a buscarlos.
¡Mi hermano está aquí!
Así es joven Kaiba.
Dile que iremos enseguida.
Lo siento mucho pero el requiere de su
presencia ahora mismo.
Demonios. – Musitó el tricolor entre
dientes.
¿Qué ocurre Yami?
Con lo que me acabas de contar olvidé
decirte algo sumamente importante.
¿Qué cosa?
Ya no importa. – Lo miró algo
preocupado. – Estas a punto de saberlo.
Yami…
Noah, es mejor que te quedes aquí.
Lo lamento joven Atem, pero el señor
Kaiba requiere de la presencia de todos los que estén presentes en la mansión.
¿Qué?... – Exclamó el pelinegro.
Ni hablar, será mejor ir enseguida.
Pero…
Ya oíste Mokuba, así que vamos,
recuerda que a tu hermano no le gusta esperar.
Está bien, vamos.
******************************
¿Hace cuánto que ocurrió eso?
Hace como tres días aproximadamente.
¿Y tú lograste ver el medallón?
Si, ese día Yūgi me lo mostró.
¿Qué más ha pasado?
Tanto Yūgi como Rebecca se sienten algo
nerviosos por lo ocurrido.
Entiendo…
Y para serle honesto, yo también estoy
algo nervioso. Nunca antes en mí vida había visto que ese medallón cambiara de
color.
Comprendo, te agradezco que me lo hayas
contado todo.
¿Qué piensa hacer?
Pienso hablar con Yūgi.
Pero…
No te preocupes por nada, tú déjame
manejar esta situación.
Se hará como usted dice don Solomon.
Muchas gracias Shādī…
Continuará…
N/A: ¿Para qué habrá reunidos a todos el gato pulgoso? ¿Encontrarán a Joey a tiempo? ¿Noah, podrá conocer la verdadera apariencia de Joey? ¿Cuál será la reacción de Noah? ¿Creen que don Solomon estará ocultando algo? Todo esto y más no se lo pierdan en los siguientes capítulos. Les agradezco mucho por tomarse su tiempo en leer esta increíble historia. Los invito para que el próximo viernes no se pierdan de esta gran aventura.
Cuídense
mucho y pórtense bien, les mando muchos besos virtuales y un fuerte abrazo
desde la distancia, y recuerden protegerse del CORONAVIRUS. Cualquier duda que
tengan, pueden dejarme sus comentarios que yo misma les responderé.
Atte.:
KAT.
No hay comentarios:
Publicar un comentario