viernes, 3 de junio de 2022

LA LEYENDA DEL MONSTRUO DE OJOS ROJOS…



Capítulo 34: Descubriendo los sucesos extraños que ocurren en la mansión de la familia Kaiba… III parte.

 

 

Aclaración: Quiero agradecer a una amiga muy especial que me ha ayudado a dar ideas para escribir esta historia, muchas gracias Kyuubi Rosana Marcolini, por estar dispuesta siempre a ayudarme, tus consejos son muy útiles para mí.

 

También va dedicado a: Gelen Colmenarez, fue la persona que me pidió escribirla, espero que te guste amis.

 

 

Declaimer: Como siempre… Bla, bla, bla, bla, bla, bla… Los personajes de YU – GI – OH!, “No me pertenecen”… Chiquiris maquiris, son propiedad de su respectivo autor, abra cadabra, solamente lo hago porque me encanta escribir, y que ustedes se diviertan de mis locuras… Es mi manera de expresar lo que siento, y tener la dicha de poderlo compartir con todos mis lectores…

 

******************************

 

El fin de semana había llegado, para algunas personas era de mucho trabajo, mientras que para otras era para resolver algunos problemas… Un hombre de estatura alta, piel morena, cabellos castaños y ojos azules se encontraba trabajando en uno de los laboratorios de su empresa, pero a su vez no podía concentrarse debido a un pequeño problema que se estaba dando en su propia mansión.

 

FLASH BACK

 

         Buenas noches señor Kaiba. – Lo recibía uno de sus empleados.

 

         Buenas noches. – Respondió sin ni siquiera mirarlo y seguir caminando.

 

         Disculpe que lo moleste señor, pero… Uno de los cocineros desea hablar con usted.

 

         Por un demonio, ¿qué querrá? – Cuestionaba molesto.

 

         No lo sé señor.

 

         Bien, iré a ver qué diablos quiere. – Caminó en dirección hacia la cocina, y al llegar…

 

         Buenas noches señor Kaiba, lo estaba esperando.


         Más vale que sea importante.

 

         Oh sí señor, claro que lo es.

 

         ¿Cuál es el problema?

 

         Pues verá… Hace aproximadamente una semana, he notado que ha estado faltando mucha comida.

 

         ¿Qué con eso? Se supone que tú eres el encargado de hacer las compras y que nada te falte en la cocina.

 

         Eso lo sé muy bien señor, pero ese no es el problema.

 

         ¿Y cuál es entonces?

 

         Ha habido noches en que encontrábamos toda la cocina desordenada, sucia y el refrigerador casi vacío, es como si hubiera alguien o algo que entrara por las noches a robarse toda la comida.

 

         Lo que me estás diciendo es absurdo y difícil de creer, tú bien sabes que esta mansión cuenta con un sistema de seguridad altamente avanzado creado especialmente por mí. – Comenzaba a perder la paciencia.

 

         Eso lo sé muy bien señor, al principio creíamos que se trataba de algún animal salvaje que se metía en la cocina, sin embargo pudimos notar que las alarmas de seguridad nunca fueron activadas.

 

El CEO comenzaba a prestarle atención a todas las cosas que le decía esa persona.

 

         Si eso fuera verdad lo que me dices, solamente debe significar una cosa… – Se quedó pensando por un momento.

 

         Que dicho animal tiene que estar adentro de la mansión. – Terminó por decir la otra persona.

 

         Mmm… ¿Ya buscaron a ese animal?

 

         Lo hemos buscado de arriba abajo por toda la mansión y ni rastros de él.

 

         Dígame una cosa.

 

         ¿Qué señor?

 

         ¿Alguien más sabe sobre este suceso?


         Únicamente lo sabemos los que estamos a cargo de la cocina, señor Kaiba.

 

         Perfecto, en ese caso les pediré que no se lo digan a nadie más, ni siquiera a mi hermano.

 

         Pero señor…

 

         No te preocupes, yo me encargaré de descubrir al ladrón.

 

         Está bien señor Kaiba, dejaré que usted maneje la situación.

 

         Te agradezco que me hayas avisado.

 

         No fue nada señor Kaiba.

 

FIN DEL FLASHBACK

 

         “Una vez que esté listo el nuevo sistema de seguridad podré saber quién es el dichoso ladrón que se ha estado metiendo en la cocina. No importa si es animal o una persona, en cuanto caiga en mi trampa va a desear nunca haberse metido a mi propiedad sin mi permiso”. – Pensaba para sí mismo.

 

******************************

 

Un joven de cabellos negros, ojos azules, conducía un Bugatti La Voiture Noire a toda velocidad, en lo que lo hacía pensaba en muchas cosas, y su mente no dejaba de recordarle lo que había ocurrido días atrás…

 

FLASH BACK

 

         ¿QUÉ CREES QUE HACES? – Gritaba molesto y al mismo tiempo agarraba al rubio fuertemente del brazo.

 

         Nada.

 

         ¿CÓMO QUÉ NADA? ¿NO TE DIJE CLARAMENTE QUE TE QUEDARAS EN TU HABITACIÓN?

 

         Sí, pero…

 

         PERO NADA, TE DIJE QUE TE QUEDARAS AQUÍ.

 

         Yo sólo…

 

         ¿DIME A QUÉ ESTÁS JUGANDO?

 

         Yo no estoy jugando a nada.

 

         ESPERAS QUE TE CREA TU ESTÚPIDA MENTIRA.

 

         Yo…

 

         ¿CREES QUE NO ME HE DADO CUENTA QUE ME HAS ESTADO SIGUIENDO? A DONDE QUIERA QUE VAYA CON NOAH TÚ HAS HECHO DE LAS TUYAS. – Gritaba molesto.

 

         Yo sólo quería divertirme un poco.

 

         ¿DIVERTIRTE? ¿ESO ES EN LO ÚNICO QUE PIENSAS? ¿TE PARECE DIVERTIDO COMERTE TODA LA COMIDA QUE NOAH COMPRA CADA VEZ QUE SALIMOS? Y QUE LUEGO TENGO QUE INVENTARME CADA EXCUSA PARA ENCUBRIRTE, ¿TE PARECE DIVERTIDO QUE NOS ESTÉS VIGILANDO TODO EL TIEMPO? NO SÉ POR QUÉ NO PUEDES OBEDECER UNA SIMPLE ORDEN DE QUEDARTE EN TU HABITACIÓN Y PARA TERMINAR DE REMATAR LA SITUACIÓN DEJASTE UN GRAN DESORDEN EN LA MESA DEL COMEDOR, Y LUEGO TE ANDAS ESCABULLENDO POR TODA LA MANSIÓN HACIENDO RUIDOS EXTRAÑOS PARA LLAMAR LA ATENCIÓN DE MI AMIGO.

 

         Perdóname Mokuba, la verdad es que tenía hambre y al ver tanta comida ahí me emocioné tanto que…

 

         GRRR… ¿POR QUÉ NO TE ESPERASTE A QUE YO TE TRAJERA LA COMIDA COMO SIEMPRE LO HAGO?

 

         Porque últimamente se te ha olvidado traérmela.

 

         AL MENOS DEBISTE ESPERAR A QUE NOAH SE FUERA.

 

         Discúlpame por favor.

 

         CON PEDIR DISCULPAS NO SOLUCIONAS LAS COSAS.

 

         Yo…

 

         QUIERO QUE ESTA SEA LA ÚLTIMA VEZ QUE SALGAS DE TU HABITACIÓN SIN MI PERMISO.

 

         ¿Qué dijiste?

 

         YA ME OÍSTE.

 

         NO SOY TU PRISIONERO. – Comenzaba a enfadarse. – NO PUEDES DEJARME ENCERRADO AQUÍ TODO EL TIEMPO.

 

         ES OBVIO QUE PUEDO… – Se quedó callado por un momento. – ¿O PREFIERES SALIR A LA CALLE A QUE TODO EL MUNDO TE VEA? ¿YA OLVIDASTE LO QUE SUCEDIÓ CUANDO MI HERMANO TE VIO POR PRIMERA VEZ?

 

         No… No lo he olvidado. – Apretaba sus manos con fuerza haciéndolas puño.

 

         ENTIENDE DE UNA VEZ QUE TÚ ERES TOTALMENTE DIFERENTE A NOSOTROS, TÚ NO PUEDES ANDAR POR AHÍ COMO SI NADA. – Caminó en dirección hacia el ropero y abrió una de las puertas que el mueble tenía. Posteriormente se dirigió a donde estaba el rubio y agarrándolo del brazo con fuerza caminaron nuevamente hacia el ropero. – SÓLO MÍRATE AL ESPEJO, DATE CUENTA QUE ERES UN SER REPULSIVO, ERES MITAD ANIMAL Y MITAD HUMANO, ERES UN FENÓMENO, UN ADEFESIO QUE PARA LO ÚNICO QUE SIRVES ES PARA OCASIONARME MUCHOS PROBLEMAS Y AUNQUE NO QUIERAS ACEPTARLO TODOS TE MIRARÁN CON HORROR PORQUE ERES SOLAMENTE UN MONSTRUO. – El niño lloraba al escuchar todas las cosas que le decía su amigo, y al verse frente al espejo sintió una rabia infinita que antes no sentía. – ESTÁS MUY EQUIVOCADO SI PIENSAS QUE PUEDES ANDAR CON TODA LIBERTAD, Y AUNQUE NOS SIGAS SIEMPRE TENDRÁS QUE ESCONDERTE ANTE LAS DEMÁS PERSONAS. ERES PATÉTICO JOEY POR ACTUAR DE MANERA TAN INMADURA.

 

         ¡CÁLLATE! – Gruñó con cierto odio, su mirada había cambiado a la de un animal salvaje, este acto provocó que el pelinegro se alejara un poco de él. Sin embargo, se dio cuenta que era su oportunidad para enfrentarlo.

 

         VEZ QUE NO ESTOY EQUIVOCADO AL DECIRTE QUE ERES UN MONSTRUO. – Seguía tan enfadado que no media sus palabras. – ¿Y AUN ASÍ QUIERES QUE TODO EL MUNDO SEPA DE TU EXISTENCIA? SÍ QUE ERES ESTÚPIDO, DEBERÍAS DE ESTAR AGRADECIDO DE QUE TE MANTENGA ESCONDIDO EN ESTA HABITACIÓN, Y SI NO TE GUSTA ESTAR AQUÍ PUES LÁRGATE DE UNA VEZ POR TODAS. CREO QUE EL ÚNICO LUGAR A DONDE DEBERÍAS DE ESTAR ES EN EL BOSQUE VIVIENDO CON LOS OTROS ANIMALES. PERO CON TU APARIENCIA TAN REPULSIVA ESTOY SEGURO QUE HASTA ELLOS SE ASUSTARÍAN DE TI. ¿TE DAS CUENTA QUE NADIE TE VA TRATAR COMO YO TE HE TRATADO? NADIE TE DARÁ UN ALOJAMIENTO Y COMIDA TODOS LOS DÍAS.

 

         ¿Por qué estas siendo muy cruel conmigo? ¿Por qué me dices todas esas cosas? – Hacia lo posible por no llorar.

 

         PARA VER SI ASÍ APRENDES A ESTAR DENTRO DE TU HABITACIÓN, PARA QUE ASÍ NO TENGA QUE ESTAR LIMPIANDO CADA DESASTRE QUE TÚ HAGAS Y PARA QUE PUEDA SALIR CON NOAH CON TODA TRANQUILIDAD SIN TENER QUE ESTARME PREOCUPANDO DE QUE NOS ESTÉS SIGUIENDO. – Sus gritos comenzaban a escucharse fuera de la habitación.

 

         ¿Qué es lo que está pasando aquí? – Cuestionaba una persona que acababa de llegar.

 

         ¡NOAH! – Exclamó el pelinegro. – ¿Qué haces aquí?

 

         Discúlpame por seguirte Mokuba, actuabas tan raro que decidí venir hasta acá.

 

         Pues no debiste de hacerlo. – Manifestaba un poco molesto.

 

         Tuve que hacerlo para saber de una vez por todas lo que está ocurriendo aquí, ¿y a quién le estabas gritando tanto?

 

         A ÉL. – Gritó más que molesto mientras que lo señalaba.

 

El peliverde al verlo se quedó estupefacto, no podía creer lo que sus ojos miraban.

 

         ¿Quién es él? ¿Por qué lo tienes encerrado en este lugar tan horrible?

 

         No me lo preguntes a mí, pregúntaselo a él.

 

La otra persona tragó saliva en seco y caminando despacio comenzó a hablar…

 

         Sal por favor, no me tengas miedo. – Hacia lo posible para que su voz no sonara entrecortada.

 

         No puedo. – Le respondió el rubio quien seguía escondiéndose en una de las esquinas de la habitación con poca iluminación.

 

         Adelante, hazlo, ¿es lo que querías o no? – Expresaba el pelinegro con sarcasmo. – ¿Por qué no sales y te dejas ver? Anda Joey, sal para que mi amigo te vea.

 

         Por favor Mokuba, dile que se vaya. – Empezaba a tener miedo y hacia lo posible por no llorar.

 

         ¿Qué le has hecho Mokuba?

 

         YO NO LE HE HECHO NADA. – Gritó exasperado.

 

         No tengas miedo, te prometo que Mokuba no te hará daño.

 

         No es Mokuba quien me preocupa.


         Entonces…

 

         Si salgo, tú saldrás corriendo de aquí todo espavorido.

 

         Ay, eso no es cierto.

 

         ¿Lo prometes?

 

         Desde luego que sí.

 

El rubio volvió a ver al pelinegro y éste lo miraba de una manera como diciéndole que si salía se atenía a las consecuencias.

 

         Está bien, solamente le pido que no vaya a gritar.

 

         Te preocupas demasiado, ya te dije que… – Se quedó con la palabra en la boca al ver a un joven muy diferente a ellos. – ¿Qué demonios es eso? – Preguntaba incrédulo y a la vez daba unos cuantos pasos hacia atrás.

 

         TE DAS CUENTA DE LO QUE TE DECÍA, TE CONVENCES QUE YO NO ESTABA EQUIVOCADO. ACÉPTALO JOEY, TU APARIENCIA ES TAN HORRIBLE QUE ASUSTAS A CUALQUIERA. – Lo reprendía su amigo. – NO ERES MÁS QUE UN MONSTRUO, NUNCA SERÁS COMO UNA PERSONA NORMAL, NUNCA PODRÁS ANDAR AL AIRE LIBRE SIN LLAMAR LA ATENCIÓN DE LOS DEMÁS. – Se quedó callado por un momento. – DE HABER SABIDO QUE ME OCASIONARÍAS TANTOS PROBLEMAS HUBIERA DEJADO QUE MI HERMANO TE LLEVARA A UNO DE SUS LABORATORIOS PARA QUE EXPERIMENTARA CONTIGO. – Estaba tan molesto que no se daba cuenta que sus palaras herían profundamente al rubio.

 

         ¡YA BASTA MOKUBA! – Gritaba el peliverde. – ESTAS SIENDO MUY DURO CON ÉL, NO VEZ QUE TUS PALABRAS LO ESTÁN LASTIMANDO.

 

         ES UNA MALDITA BESTIA, QUE VA SABER ÉL DE SENTIMIENTOS.

 

         Estas siendo muy cruel con él. – Se acercaba lentamente a donde estaba el rubio. – Hola, ¿cómo te llamas?

 

         Ho… Hola… Mi nombre es Joseph. – Mantenía la mirada en el suelo para ocultar sus lágrimas.

 

         Yo soy Noah, discúlpame si me asusté un poco. La verdad es que… – No encontraba las palabras adecuadas.

 

         Lo sé, no tienes que decírmelo, sólo soy un monstruo.


         No, claro que no. – Intentó tocarle la cara pero se alejó rápidamente al ver la reacción del otro. – Tranquilo, no pienso lastimarte. – Volvía acercarse nuevamente y levantando su mano acarició suavemente su mejilla para limpiarle sus lágrimas. – Tú no eres ningún monstruo, admito que eres un poco diferente a nosotros, pero eso no te hace ser un monstruo.

 

         ¿De verdad piensas eso de mí?

 

         Claro que sí. – Le agarró el mentón para que lo pudiera ver a los ojos. – Ahora entiendo el por qué escuchaba ruidos extraños cada vez que venía aquí, me estoy dando cuenta que eras tú quien encendía la televisión que está en el cuarto del hermano de Mokuba. – Medio sonrió al recordar aquel incidente. – Mokuba siempre me decía que su hermano lo programaba para que se encendiera solo.

 

         Perdón, tenía curiosidad por ver cómo funcionaba el aparato.

 

         Ya no importa. – Le sonrió con cariño. Luego volteó a ver a su amigo. – Estoy decepcionado de ti Mokuba, has tratado a este niño como si fuera tu peor enemigo.

 

         ¿De qué estás hablando?

 

         Sabes muy bien a lo que me refiero. – Lo miraba molesto. – No debiste de haberle dicho todas esas cosas y debiste haberme hablado de él.

 

         Noah, si no lo hice fue porque…

 

         Porque te avergüenzas de él. – Lo interrumpió de golpe. – Y me doy cuenta que no confías en mí. – Volteó a ver al rubio. – Discúlpame Joseph, pero ya debo irme.

 

         Lo entiendo.

 

         Adiós Mokuba.

 

         Espera Noah, no te vayas por favor, déjame explicarte.

 

         No hay nada que explicar, gracias a este incidente es que pude conocer al verdadero Mokuba. – Al terminar de hablar decidió por salir de la habitación.

 

         Ya estarás contento. – Miraba al rubio con odio y desprecio. – Lograste salirte con la tuya en que mi amigo te viera, pero ni creas que esto se va a volver a repetir porque si vuelves a salir sin mi permiso me obligarás a tomar otras medidas. – Lo miraba seriamente a los ojos.

 

         Tú ganas, me quedaré aquí encerrado en esta habitación, ya no volveré a molestarte más.

 

         Bien, en ese caso me voy.

 

FIN DEL FLASHBACK

 

         Demonios, me estoy dando cuenta que Noah tenia razón al decirme que había sido muy cruel con Joey. – Rechinaba los dientes de lo molesto que se sentía consigo mismo. – Primero haré las paces con Noah, luego me disculparé con Joey y le diré que fui un grandísimo tonto al decirle todas esas cosas.

 

 


Continuará…

 

 


N/A: ¿Qué clase de trampa pondrá el ojiazul? ¿Podrá Mokuba hacer las paces con Noah? ¿Se habrá pasado esta vez el pelinegro con el rubio? Todo esto y más lo iremos descubriendo en los siguientes capítulos. Los invito para que no se pierdan la continuación de esta gran aventura.

 

Me despido cordialmente de todos y cada uno de ustedes, pórtense bien, cuídense mucho y no bajen la guardia porque el coronavirus sigue haciendo de las suyas. Nos leeremos el próximo viernes y si tienen dudas no olviden escribirme que yo les responderé. Les mando muchos besos virtuales y un fuerte abrazo desde la distancia.

 

Atte.:

 

                KAT.

 

 

 

P.D.: Como muchos de ustedes sabrán, estos dos últimos meses me he ausentado y la razón es que tuve a mi padre ingresado en el hospital. Los días que él estuvo ahí tuve la oportunidad de escribir nuevos capítulos, pero con los quehaceres de la casa, el trabajo y muchas otras cosas es que no pude escribir mucho. Haré todo lo posible por actualizar cada viernes y si veo que se me hace bien difícil porque todavía tengo que cuidar a mi padre, entonces lo iré haciendo un viernes de por medio. Para que me entiendan un poco les daré un ejemplo: Si un viernes actualizo mi blog y considero que no podré actualizar el próximo viernes, ese día les avisaré de cuándo será la próxima actualización. Disculpen las molestias y les agradezco infinitamente por la paciencia y la comprensión que tienen hacia mi persona.


No hay comentarios:

Publicar un comentario