viernes, 25 de febrero de 2022

LA LEYENDA DEL MONSTRUO DE OJOS ROJOS…



Capítulo 30: Un Dragoniño en la ciudad.

 

 

Aclaración: Quiero agradecer a una amiga muy especial que me ha ayudado a dar ideas para escribir esta historia, muchas gracias Kyuubi Rosana Marcolini, por estar dispuesta siempre a ayudarme, tus consejos son muy útiles para mí.

 

También va dedicado a: Gelen Colmenarez, fue la persona que me pidió escribir esta historia, espero que te guste amis.

 

 

Declaimer: Como siempre… Bla, bla, bla, bla, bla, bla… Los personajes de YU – GI – OH!, “No me pertenecen”… Chiquiris maquiris, son propiedad de su respectivo autor, abra cadabra, solamente lo hago porque me encanta escribir, y que ustedes se diviertan de mis locuras… Es mi manera de expresar lo que siento, y tener la dicha de poderlo compartir con todos mis lectores…

 

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Dos semanas después…

 

Un hombre de estatura alta, cabellos de tres colores, se encontraba en su habitación terminando de arreglarse, en lo que lo hacía pensaba en muchas cosas.

 

         A veces ni yo mismo entiendo por qué me dejo influenciar por Mokuba, todavía sigo pensando que todo esto es una locura, entre los dos, llegaron a convencerme fácilmente. – Dio un fuerte suspiro. – Aunque me sentí emocionado al verlo a él muy contento.

 

FLASH BACK

 

Iba conduciendo su vehículo de lo más normal, a la par del copiloto lo acompañaba una persona, pero ésta se había quedado dormido durante la mayor parte del camino, decidió acomodarlo en el asiento reclinándolo hacia atrás a modo que quedara acostado, le puso su abrigo encima de su cuerpo para que no tuviera frío, de vez en cuando lo volvía a ver para ver si iba bien. En lo que manejaba, recordaba las palabras de ese joven…

 

         Me gustaría ver las luces de la ciudad antes de poder llegar a ella.

 

Medio sonrió ante esas palabras, decidió desviarse un poco del camino para dirigirse a un mirador, en cuanto llegó, estacionó el carro y comenzó a despertar a la persona que llevaba acostado en el asiento del copiloto.


         Joey, Joey despierta. – Se movía un poco y a la vez murmuraba cosas que no se le entendía nada. – Joey, tienes que levantarte a mirar esto.

 

         Yami, ¿qué sucede? – Medio abrió sus ojos.

 

         Tú me pediste ver las luces de la ciudad antes de llegar.

 

         Sí, pero tengo mucho sueño. – Se volvía a dormir.

 

         Joey, despierta por favor, no querrás perderte esta oportunidad.

 

         Está bien. – Bostezó.

 

El hombre fue el primero en bajarse del vehículo, luego se dirigió a abrirle la puerta a su amigo.

 

         Bájate, eso es con cuidado.

 

         Tengo mucho sueño. – Volvía bostezar.

 

         En cuanto levantes tu vista se te quitará el sueño.

 

El menor hizo caso a lo que su amigo le decía, en cuanto levantó su mirada se admiró mucho por lo que veía.

 

         ¡Wow, es hermoso!

 

         Sí que lo es.

 

         ¿En dónde estamos Yami?

 

         Te he traído a un mirador para que pudieras ver toda la ciudad iluminada.

 

         Es la primera vez que veo algo tan bonito. – Se acercó un poco a la orilla, pero el hombre lo detuvo.

 

         Ten mucho cuidado, no te vayas a caer.

 

         Gracias. – Cerró levemente sus ojos para disfrutar del clima fresco que sentía esa noche, luego volteó a ver a su amigo y lo abrazó con todas sus fuerzas. – Muchas gracias por traerme, nunca olvidaré este día.

 

         No tienes nada que agradecerme pequeño.

 

         Me dejas dar una vuelta alrededor del lugar.

 

         Está bien, pero procura que nadie te vea.

 

         De acuerdo. – Volvió a cerrar sus ojos y su cuerpo comenzó a cambiar, se estaba transformando en el dragón que era, la otra persona seguía impactada por el suceso antinatural que presenciaba, todavía no se acostumbraba a ver tal fenómeno. Después de su trasformación, alzó vuelo para disfrutar de aquel momento a su manera.

 

FIN DEL FLASHBACK

 

         Me sorprendes cada vez más Joey, en estas dos semanas que has vivido conmigo en mi departamento te has sabido adaptar, pero aun te sigue costando. Esta tarde te llevaré a ver a Mokuba, solamente espero que Seto no te descubra. – Hablaba consigo mismo en lo que salía de su habitación.

 

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Un joven de estatura media, pelo negro y ojos azules, se encontraba en su habitación hablando por teléfono.

 

         Hace dos semanas que estoy en la ciudad.

 

         Mi familia, se tuvo que venir antes a la ciudad.

 

         Que bien, así nos podremos ver.

 

         Me parece una excelente idea, te parece si nos vemos esta tarde.

 

         Lo siento mucho Noah, esta tarde no puedo.

 

         ¿Por qué no puedes?

 

         Mi primo vendrá a visitarnos hoy.

 

         Entiendo.

 

         Pero podemos salir mañana.

 

         Está bien, quedamos para mañana entonces.

 

         Claro que si Noah, así quedamos.

 

         De acuerdo Mokuba, te veo mañana.

 

         Si, adiós.

 

En cuanto colgó el teléfono se había quedado muy pensativo.

 

         Ojalá que no se le ocurra venir a la mansión, porque esta tarde Yami vendrá junto con Joey. Espero que se encuentre bien. – Se decía así mismo.

 

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         No has probado tu comida.

 

         Lo siento.

 

         No me digas que no te gustó lo que te preparé.

 

         No es eso, es sólo que…

 

         Puedes decirme lo que sea.

 

         Estoy un poco nervioso.

 

         Tienes que tranquilizarte, si haces todo lo que te diga verás que no tendremos ningún problema.

 

         ¿De verdad lo crees?

 

         Claro que sí, recuerda que esta misma tarde te llevaré a la mansión donde vive Mokuba.

 

         ¿Y podré vivir ahí?

 

         Si.

 

         ¡Qué bien! – Exclamó todo emocionado.

 

         Oye, lo dices como si no te gustara vivir aquí.

 

         Lo siento mucho Yami, no me mal entiendas por favor.

 

         Tranquilo, no te preocupes, era solamente una broma. – Medio le sonrió.

 

         Lo sé, y te agradezco mucho por todas las atenciones que me has dado.


         No tienes nada que agradecer, una cosa más.

 

         ¿Qué?

 

         Recuerda transformarte completo, incluyendo tu cola.

 

         Haré mi mayor esfuerzo.

 

         Estoy seguro que podrás lograrlo, no más tienes que concentrarte.

 

         Está bien.

 

         En ese caso termina de comer.

 

         Yami…

 

         ¿Qué pasa?

 

         Antes de ir donde Mokuba, sería posible que me llevaras a conocer la ciudad.

 

         No lo sé Joey, me parece muy arriesgado.

 

         Por favor, prometo no decir nada, ni tocar nada.

 

         Está bien, te llevaré a conocer la ciudad.

 

         Muchas gracias Yami.

 

         Pero tienes que estar muy tranquilo, nada de estar nervioso y completar del todo tu transformación humana.

 

         Lo voy a intentar.

 

         Me dejas hacerte una pregunta.

 

         Si.

 

         ¿Por qué te cuesta tanto trabajo transformarte en un ser humano? He notado que no tienes problemas cuando te conviertes en dragón.

 

         Eso es porque… – Tenía la mirada agachada. – A mi padre no le interesa mi apariencia humana.

 

         No me digas que te obliga a que seas un dragón todo el tiempo.

 

         Si. – Respondió casi en un susurro.

 

         Entonces, ¿cómo aprendiste a cambiar de forma?

 

         Al principio mi padre me enseñaba, pero al darse cuenta que como humano era débil, se enfocó más en fortalecer mi otra mitad.

 

         Entiendo… Puedo hacerte una última pregunta.

 

         Si.

 

         ¿Cuál cambio te gusta más? ¿El de un dragón o el de un ser humano?

 

El menor se sorprendió bastante al escuchar la última consulta, era la primera vez que alguien le preguntaba lo que él deseaba.

 

         No lo sé. – Respondió melancólico.

 

El hombre se levantó de la mesa y se fue a acurrucar enfrente del rubio, lentamente acarició su rostro, lo agarró del mentón para que lo viera a los ojos.

 

         Quiero que sepas que no te obligaré a que te transformes en un dragón o en un ser humano, lo que trato de decir es que deseo que tomes la forma con la que más te sientas cómodo.

 

         ¿La forma que yo quiera? – Se atrevió preguntarle.

 

         La que tú quieras. – Le sonrió con cariño.

 

         Gracias Yami, es la primera vez que alguien me da a elegir lo que yo quiero.

 

         No tienes nada que agradecer.

 

         Sabes.

 

         ¿Qué?

 

         Me está empezando a gustar tener la apariencia de un humano.

 

         ¿Estás seguro?

 

         Si, al menos eso creo.


         De acuerdo, supongo que con algo de práctica te irás acostumbrando poco a poco al cambio.

 

         Supongo que sí.

 

         Será mejor que termines de comer para que nos quede mucho tiempo en recorrer la ciudad.

 

         Sí, eso sí me gustaría. – Manifestó contento.

 

La otra persona medio sonrió y a la vez se sorprendía por su cambio de humor tan repentino.

 

******************************

 

         Ya nos falta poco para terminar el ciclo de la universidad.

 

         Tienes razón, después de eso tendremos un par de meses de descanso.

 

         Lo que daría por dormir durante todo ese tiempo.

 

         No seas tan dramático Yūgi, una vez que el ciclo termine tendrás más tiempo libre.

 

         Olvidas un pequeño gran detalle.

 

         ¿Cuál?

 

         Conociendo a Shādī va a querer que entrene el doble, y yo ya no sé si seguir con esto. – Su voz se escuchaba como cansado.

 

         No digas eso Yūgi, te recuerdo que le prometiste a Shādī que le ibas a echar muchas ganas.

 

         Lo sé, es sólo que me gustaría disfrutar de mis vacaciones haciendo lo que más me gusta.

 

         Ya tendrás tiempo para eso, ahora tienes que concentrarte en las enseñanzas que te dé Shādī.

 

         Para ti es más fácil decirlo que hacerlo, me gustaría que te pusieras en mi lugar por una sola vez en tu vida.

 

         ¡Oye, no es una mala idea! – Exclamó entusiasmada por la idea que se le había venido a la cabeza.

 

         Y ahora con qué locura me vas a salir.

 

         Se me acaba de ocurrir pedirle a Shādī que me entrene a mí también.

 

         ¿QUEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEÉ? – Gritó incrédulo. – ESTÁS LOCA, LO SABÍAS.

 

         No seas así Yūgi, va ser muy divertido entrenar juntos.

 

         Pues dudo mucho que Shādī quiera entrenarte.

 

         Tú déjamelo en mis manos, ya verás cómo lo salgo convenciendo.

 

         De acuerdo, si es lo que quieres. Por mí, hazlo.

 

         Gracias Yūgi.

 

         Apuesto lo que quieras que no vas a aguantar mucho tiempo y que te vas a retirar en menos de una semana.

 

         ¿Con que sí, eh? De acuerdo, acepto tu reto.

 

         ¿Estás segura?

 

         Por supuesto que sí, pero hay que ponerlo más interesante.

 

         ¿Qué sugieres?

 

         Que te parece… – Se quedó pensando por un momento. – Quien se retire primero, hará todo lo que la otra persona quiera durante tres meses.

 

         Hecho.

 

         Piénsalo bien Yūgi, recuerda lo que te estoy diciendo, si tu pierdes, tendrás que hacer todo lo que yo diga, me tendrás que acompañar a ir de compras, ir a mi club de chicas, salones de belleza, te encargarás de mis tareas tanto de la universidad, como las tareas que me deja mi padre, etc.

 

         Eso lo sé muy bien, pero si yo gano, las cosas serán a la inversa. – La miraba de manera desafiante.

 

         Me parece bien, entonces tenemos un trato. – Le extiende su mano para que el otro se la estrechara.

 

         Tenemos un trato Rebecca. – Le da la mano.



Continuará…

 

 

N/A: ¿Tendrá problemas Yami al llevar a Joey a conocer la ciudad? ¿Qué piensan ustedes sobre la apuesta que hicieron Yūgi y Rebecca? ¿Quién de los dos ganará? ¿Quién podrá ser el padre de Joey? ¿Quién será el primero en descubrir el secreto de Joey? ¿Será Seto, o tal vez sea Noah? Les dejo estas inquietudes para que decidan, déjenme sus respuestas en sus comentarios que yo con mucho gusto les responderé. Iremos descubriendo cada uno de estos misterios en los siguientes capítulos, no se lo deben de perder, muchas gracias a todos por acompañarme.

 

Me despido cordialmente de todos ustedes, y les mando muchos besos virtuales, y un fuerte abrazo de oso virtual. Nos leeremos el próximo viernes.

 

Atte.:

 

          KAT.


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