viernes, 4 de marzo de 2022

LA LEYENDA DEL MONSTRUO DE OJOS ROJOS…



Capítulo 31: Un Dragoniño en la ciudad… II parte.

 

 

Aclaración: Quiero agradecer a una amiga muy especial que me ha ayudado a dar ideas para escribir esta historia, muchas gracias Kyuubi Rosana Marcolini, por estar dispuesta siempre a ayudarme, tus consejos son muy útiles para mí.

 

También va dedicado a: Gelen Colmenarez, fue la persona que me pidió escribirla, espero que te guste amis.

 

 

Declaimer: Como siempre… Bla, bla, bla, bla, bla, bla… Los personajes de YU – GI – OH!, “No me pertenecen”… Chiquiris maquiris, son propiedad de su respectivo autor, abra cadabra, solamente lo hago porque me encanta escribir, y que ustedes se diviertan de mis locuras… Es mi manera de expresar lo que siento, y tener la dicha de poderlo compartir con todos mis lectores…

 

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A la mañana siguiente…

 

         Hola Joey, ¿dormiste bien anoche?

 

         Sí, creo que sí.

 

         No me digas que sigue sin gustarte la alcoba.

 

         Sigue sin gustarme. – Respondió con sinceridad.

 

         ¿Por qué?

 

         Me siento bastante aislado.

 

         Discúlpame por darte esta habitación, sé que se encuentra retirada de las demás, pero es la única que se me ocurrió para que mi hermano y los empleados no te vean.

 

         Supongo que tienes razón. – Respondió con tristeza.

 

         ¿No te gustaría vivir en el bosque que está detrás de la mansión?

 

         No.


         Joey, considero que ahí podrías vivir sin ningún problema, y nadie te molestaría.

 

         Por favor Mokuba, déjame quedarme aquí, haré lo posible para no causarte problemas.

 

         Pero… – Lo miraba algo preocupado.

 

         No te preocupes, recuerda que esta habitación tiene una ventana muy amplia en donde yo podría salir fácilmente sin que nadie me vea.

 

         Supongo que tienes razón. Por cierto…

 

         ¿Qué?

 

         Este día tendré que dejarte solo.

 

         ¿Por qué? ¿No piensas pasarlo conmigo?

 

         No Joey, en verdad lo siento.

 

         Y yo que pensé que me ibas a enseñar todo el lugar.

 

         Te prometo que lo haremos mañana.

 

         De acuerdo. – Respondió melancólico.

 

         Discúlpame por favor.

 

         Tranquilo, no hay problema. – Medio le sonrió.

 

         Ya debo irme, te he dejado mucha comida para que no pases hambre, recuerda que ahí está el baño, en ese closet hay algo de ropa para que puedas cambiarte. Y procura no hacer mucho ruido para no llamar la atención.

 

         Está bien.

 

         Vendré a verte más tarde.

 

         De acuerdo.

 

En cuanto el pelinegro salía de la habitación pensaba para si mismo…

 

         “Perdóname Joey, pero este día vendrá Noah a visitarme y no quiero correr el riesgo de que te vea. Por esa razón es que lo convencí de que saliéramos juntos todo el día”.


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En alguna parte del mundo…

 

         Buenos días Rebecca.

 

         Buenos días Yūgi. – Le da un beso en la mejilla haciendo sonrojar a su amigo. – Que madrugador has venido hoy.

 

         Eso se lo debes de agradecer a Shādī, porque suele levantarme muy temprano todas las mañanas.

 

         Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, siendo así entonces sí, le daré las gracias cuando vaya a tu casa.

 

         Ja, ja, ja, muy graciosa Rebecca.

 

         No te enojes, es sólo una pequeña broma.

 

         Lo sé.

 

         ¿Tienes planes para este día?

 

         Si te refieres en escaparnos de clases de una vez te digo que no.

 

         ¿En serio? – Lo miraba incrédula. – No te creo mucho.

 

         ¿Por qué no me crees?

 

         Porque siempre que venías temprano a la universidad era para escaparte.

 

         Pues ahora es diferente.

 

         ¿Ah, sí? A ver, dime por qué es diferente.

 

         La verdad es que… – Desvió un poco su mirada. – La verdad es que quiero ponerme al día con mis clases, dentro de un mes comenzarán los exámenes finales.

 

         ¡Baia, lo veo y no lo creo!

 

         Ya, no te burles, estoy hablando muy en serio.

 

         De acuerdo, de acuerdo, te creo.


         Entonces quiero que me pongas al día y me ayudes a estudiar.

 

         Tú no te preocupes por nada, tu amiga Rebecca te ayudará en todo.

 

         Muchas gracias amiga.

 

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Horas más tarde…

 

         Hola Noah, bienvenido.

 

         Hola Mokuba, ¿estás listo para irnos?

 

         ¿A dónde piensan ir? – Intervino en la conversación un hombre que acababa de llegar al lugar.

 

         ¡Hermano! Pensé que ya te habías ido.

 

         Aun no me voy, ahora responde mi pregunta.

 

         Buenos días señor Kaiba. – Saludó el recién llegado.

 

         Buenos días, joven Noah.

 

         Mokuba y yo pensábamos en ir al cine.

 

         Así es hermano, y luego me iré a la mansión de Noah a jugar un rato con él.

 

         Siendo así creo que no debo oponerme.

 

         ¿Eso significa que me das permiso de salir?

 

         Siempre y cuando te portes bien.

 

         Hermano… – Fingió estar molesto.

 

         Por cierto Mokuba.

 

         ¿Qué sucede?

 

         Anoche medio logré escuchar que vino Yami, ¿tú sabes a qué?

 

         Solamente pasó a saludarnos. – Respondió algo nervioso.

 

         En ese caso le tendré que decir que no venga tan noche a visitarnos.

 

         No le digas nada hermano, ya sabes cómo es él, siempre viene de imprevisto.

 

         En eso si tienes razón. Cambiando de tema, ¿les gustaría que los vaya a dejar al cine?

 

         ¡Eso sería genial, hermano!

 

         Entonces vámonos.

 

         Si.

 

Lo que nadie sabía, era que había otra persona oculta escuchando la conversación que ellos se tenían.

 

         “¿Al cine? ¿Qué es el cine?” – Se cuestionaba  mentalmente.

 

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En algún lugar de Ciudad Japón…

 

Un hombre alto, piel morena, cabellos de tres colores y ojos de rubí, se encontraba en su oficina terminando de revisar unos documentos que eran importantes para él. Sin embargo, en lo que lo hacía no dejaba de pensar en su amigo.


 

         Me preocupa Joey, anoche que llegué a la mansión de Mokuba lo vi bastante nervioso. Nos costó mucho trabajo poder meterlo a la mansión y a su habitación. Era como si en verdad no quería quedarse, era como si algo le inquietaba. Creo que siempre se pone así cuando va a nuevos lugares. – Suspiró un poco para calmarse porque su mente no dejaba de recordar lo sucedido…

 

FLASH BACK

 

         Buenas noches primo.

 

         ¡Yami, al fin llegas! Estaba muy preocupado por ti, mira las horas que son y tú no te aparecías.

 

         Discúlpame por favor, es que lleve a Joey a que conociera la ciudad.

 

         Al menos me hubieras avisado. – Manifestaba molesto.

 

         Tienes razón.

 

         No lo regañes Mokuba, creo que todo es mi culpa por querer conocer la ciudad.

 

         Está bien Joey, lo importante es que ya están aquí.

 

         ¿Y mi primo?

 

         Se fue a la cama muy temprano, dijo que tenía que levantarse mañana al alba y que además se sentía bastante cansado.

 

         Por lo menos el llegar tarde ha valido la pena después de todo.

 

         Supongo que sí.

 

         En ese caso vamos a la habitación de Joey.

 

         Si. Ven Joey, síguenos pero en silencio.

 

         Si.

 

Caminaban tranquilamente sin hacer mucho ruido, al pasar por las alcobas principales lo hicieron con cuidado para evitar que el dueño de la mansión saliera. Cuando finalmente llegaron a su destino…

 

         Mira Joey, a partir de ahora esta será tu habitación.

 

El niño entraba despacio, miraba todo a su alrededor, el lugar se veía lúgubre, solitario, algo oscuro, casi no tenía iluminación. En lo que lo exploraba, el mayor se le acercó a su primo para susurrarle…

 

         ¿Por qué le diste esta habitación, Mokuba?

 

         Porque es la más alejada de todas, aquí no viene nadie y me costó mucho trabajo limpiar este lugar yo solo.

 

         Aun así considero que no es apropiada para él.

 

         Claro que si Yami, no esta tan mal después de todo, si te fijas bien es muy amplia y tiene una gran ventana. Si se llega aburrir aquí se puede transformar sin problemas o puede salir por la ventana sin que nadie lo vea.

 

         No lo sé, siento que no me gusta.

 

         Si te preocupa tanto, entonces le preguntaré a él si le gusta.

 

         Bien, hazlo.

 

         Joey… – El aludido volteó a ver a su amigo.

 

         ¿Qué?

 

         ¿Te gusta tu nueva habitación?

 

         No lo sé. – Bajó un poco la mirada.

 

         ¿Cómo que no lo sabes? Dime al menos qué es lo que no te gusta.

 

         No sé cómo explicarlo, siento que este lugar es frío y algo sombrío.

 

         Creo que lo dices porque está algo descuidado, la verdad es que no le hemos dado mantenimiento a este lugar. Tú no te preocupes por nada, ya verás que poco a poco te irás acostumbrando a vivir aquí.

 

         Tienes razón. – Intentó sonreírle un poco.

 

         Bueno, es ese caso me voy.

 

         Está bien Yami.

 

         Muchas gracias por haberme enseñado la ciudad.

 

         No tienes nada que agradecer Joey, ahora pórtate bien.

 

         Si.

 

         Te veré mañana Joey.

 

         Muchas gracias Mokuba.

 

FIN DEL FLASHBACK

 

         “Definitivamente pude notar como no le gustó su habitación. Creo que tendré que ir a visitarlo esta noche”. – Se decía así mismo.

 

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         Gracias a que tu hermano nos trajo al cine tenemos tiempo de sobra para poder hacer lo que queramos.

 

         Tienes mucha razón.

 

         Mokuba…

 

         Dime.

 

         Todavía me sigo preguntando por qué preferiste venir al cine a que yo me quedara contigo en tu mansión.

 

         Eso es porque te la pasabas diciéndome todo el tiempo que casi no salía contigo.

 

         Eso es verdad, pero…

 

         Pero qué, anda, dime que era lo que ibas a decirme.

 

         Por un momento pensé que no querías recibirme en tu mansión.

 

         No seas tontito Noah, tú sabes que eres bienvenido en mi casa.

 

         Ahora lo sé. – le sonrió con cariño.

 

         “Solamente espero que nunca vaya a descubrir a Joey”. – Esto último lo pensó para sí mismo.

 

         Mokuba…

 

         Perdón, ¿qué me decías?

 

         Te estaba diciendo que vayamos a comprar las entradas.

 

         Si, vamos.

 

Caminaban hacia la ventanilla para comprar las entradas, lo que nadie sabía era que alguien los estaba siguiendo…

 

         Aquí tiene joven. – Hablaba el hombre que se encontraba detrás de la taquilla.

 

         Muchas gracias. Guárdalos bien Noah.

 

         Claro. – Metió las entradas en una de las bolsas de atrás de su pantalón.


         Hay que entrar ya.

 

         Si. – Comenzaron a caminar y al llegar a la puerta principal una persona les pedía las entradas.

 

         Sus tiquetes por favor.

 

         Si. – El peliverde sacó una entrada y le pareció extraño no encontrar la otra. – Que raro. – Musitó para sí mismo.

 

         ¿Qué sucede?

 

         No encuentro la otra entrada por ninguna parte.

 

         ¡NOAH, TE DIJE QUE LAS GUARDARAS BIEN! – Gritó molesto.

 

         Lo siento mucho, se me debió de haber caído cuando me las metía en la bolsa de atrás del pantalón.

 

         Debemos de comprar otra entrada.

 

         Espérame aquí, yo iré a comprarla.

 

         Está bien, pero no te tardes.

 

         Claro que no. – Se fue rápidamente a comprarla de nuevo.

 

No muy lejos de ahí…

 

         Tal parece que con este papelito es que podré entrar a ese lugar. – Se decía así mismo un joven de cabellos rubios quien miraba extrañado el tiquete que tenía en su mano. – Fue muy fácil sacárselo de la bolsa, ahora lo único que tengo que hacer es evitar que me vean. – Sonreía feliz por lo que se le había ocurrido. – Fue buena idea el haberlos seguido, creo que por fin lograré divertirme un poco. Viviendo con Yami me la pasaba todo el tiempo encerrado, pero ahora siento que tendré más libertad para explorar nuevas cosas. – Se ocultó al ver que el peliverde regresaba con una nueva entrada en sus manos y caminaba rápidamente hasta llegar al lugar donde su amigo lo esperaba. – Esperaré que ellos entren primero para después entrar yo.

 

 

Continuará…

 

 


N/A: ¿Hace bien Mokuba en dejar solo a Joey? ¿Creen que es correcto lo que está haciendo? ¿Cómo creen que lo pueda descubrir cierto gato pulgoso? ¿Noah, logrará conocer a Joey? ¿Cuál será la actitud de Noah al descubrirlo? Todo esto y más lo iremos descubriendo en los próximos capítulos, no deben perdérselos.

 

Mil gracias a todos ustedes por tomarse su tiempo en leer esta historia, cualquier duda que tengan solamente deben dejar sus comentarios que yo con mucho gusto les responderé. Me despido cordialmente y a la vez les mando muchos besos virtuales y un súper fuerte abrazo de oso virtual. Nos leeremos el próximo viernes.

 

Atte.:

 

               KAT.


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