Capítulo 117: Propuesta de matrimonio…
Notas del capítulo: Todos hemos soñado
más de alguna vez podernos enamorar, encontrar ese ser especial que nos hará
feliz toda la vida y a la vez soñamos con ese momento mágico en donde nos hacen
la tan esperada pregunta, y es ahí que damos el sí. Cuando la relación ha
marchado sin complicaciones la persona no tiene ninguna duda en aceptar a su
pareja. Pero… ¿Qué pasa cuando en la relación ha habido muchos precedentes?
¿Estará lista la persona para tomar la decisión correcta?
Declaimer:
Noticia de último momento… “YU – GI – OH!, No es mío”… Mucho menos sus
personajes… Son propiedad de su respectivo autor, pero toda la trama de esta
historia si es creada por mí. Amo inventarles historias nuevas a mis queridos
personajes, es una manera de expresar lo que siento, y tener la dicha de
poderlo compartir con todos ustedes. ^_^
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Días después…
Un joven alto, piel clara, cabellos rubios y ojos de color miel se
encontraba en la habitación de sus hijos dándoles de comer.
Eso es mis amores,
coman para que puedan crecer sanos y fuertes. – Cambiaba de postura para estar
más cómodo. – Kisara mi amor, deja de morderme mi niña, duele, duele chiquita
mía. – Le hablaba de manera infantil. – Al parecer ya les están saliendo su
primer dientito, por eso es que tienen tendencia a morder todo. – Se decía así
mismo en lo que seguía amamantándolos. – ¿Ya terminaste mi pequeño Seto? No
llores amor, ya, ya chiquito mío. A ver, sigue comiendo mi amor, a ver, a ver,
si eso es mi niño, hay leche para los dos. – Se inclinó un poco hacia adelante
para darle un beso en la frente a cada uno. – ¿Quieren que les cante una
canción de cuna? Les voy a cantar la misma canción que mi padre solía cantarme
cuando era un niño. – Estaba en lo mejor de cantar que no se dio cuenta que
alguien había llegado a la habitación y lo observaba con cariño.
Tienes una hermosa
voz cachorro.
¡Seto! ¿Hace cuánto
estas ahí?
Lo suficiente para
escucharte cantar.
No digas eso que me
apenas. – Sus mejillas estaban coloradas.
Nunca antes había
escuchado esa canción.
Mi padre solía cantármela
para que me pudiera dormir.
Ya veo. – Se le
acercó para darle un beso en los labios posteriormente acarició la cabecita de
sus hijos. – Se ve que le gusta a nuestros cachorritos.
¿Cachorritos? –
Musitó para sí mismo. – Si, por cierto, nunca te di las gracias por…
No tienes nada que
agradecerme, supuse que tu ibas a querer alimentar a tus hijos, por eso es que
no permití que tu leche se secara.
Lo sé, Mana me contó
que una enfermera me la sacaba todos los días.
Así es.
¡Auch!
¿Qué ocurre? ¿Te
duele algo?
No es nada, estoy
bien, es sólo que Kisara me muerde mucho.
Eso significa que ya
le está saliendo sus primeros dientes.
Si. – Medio sonrió.
Están creciendo muy
rápido.
Lo sé, todavía no
puedo creer que ya tengan seis meses.
Es verdad, y cuando
menos nos acordemos los veremos correr por toda la mansión.
El rubio sonrió al imaginarse a sus hijos correr por toda la casa.
Creo que Seto ya no
quiere comer.
A ver te ayudo
cachorro.
Gracias. – Le
entregaba el niño, luego él se acomodaba un poco la ropa para cubrirse el
pecho.
El ojiazul agarró una pequeña manta para ponérsela sobre su hombro
y ahí colocó a su hijo boca abajo para sacarle el aire.
Que bien lo haces.
Mana fue la que me
enseñó como tenía que hacerlo.
Lo haces muy bien.
Gracias.
Kisara ya quedó
satisfecha. – Veía como la niña soltaba el pezón, luego el terminaba por
acomodarse toda la camisa. Posteriormente agarraba otra pequeña mantita para
ponérsela sobre su hombro y colocar a su hija boca abajo para sacarle el aire.
Oh míralo, ya se
quiere dormir.
Es que ya es la hora
de su siesta. Por cierto, ¿te irás en la tarde a trabajar?
Sí, y haré todo lo
posible por venir temprano para cenar en familia.
Muchas gracias.
Al poco tiempo alguien tocaba la puerta de la habitación.
Adelante. – Habló el
castaño.
Disculpe que lo
moleste joven, pero acaba de llegar el señor Ryou.
Gracias por avisarme
Mana, dile que enseguida bajo.
De acuerdo, con su
permiso.
Pondré a los niños
en su cuna y tendré que quedarme hasta que se duerman.
Yo me quedaré con
ellos cachorro, tú ve atender a tu amigo.
Pero…
No te preocupes
amor, yo me encargaré de todo aquí.
Gracias Seto. – Le
dio un beso en los labios, luego se despidió de sus hijos dándoles un beso en
la mejilla a cada uno.
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En algún lugar del mundo…
Shādī, se está divirtiendo mucho.
Sí, me gusta ver como se divierte.
Estoy muy orgulloso de ti Marik.
¿Por qué mi amor?
Por cumplirle la promesa a nuestro
hijo.
Tú sabes que tenía que cumplírsela.
Lo sé y me alegra que lo hayas hecho,
así pasarás más tiempo con él.
Querrás decir que pasaré más tiempo con
ustedes. – Le dio un beso en los labios.
Oh Marik, eres un amor.
Papi, pamita, ¿podemos ir a otro lugar?
No me digas que ya te aburriste mi
amor.
No es eso, es sólo que ya tengo hambre.
En ese caso, que les parece si nos
vamos al hotel, nos cambiamos de ropa y luego los llevaré a un buen
restaurante.
Sí, sí, sí, sí, me parece bien papi. –
Expresaba emocionado.
Vámonos entonces.
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Mansión de la familia Kaiba…
Hola Ryou, gracias
por venir amigo.
Ni lo menciones Joey.
Vamos al jardín para
conversar.
Está bien.
Una vez que llegaron…
Estaba pensando en
que tal vez le podríamos hacer una cena de despedida a Tea.
¿Cuándo se irá?
Tengo entendido que
este fin de semana.
No crees que es muy
pronto para irse.
Lo sé, pero ella
dice que ya no puede seguir posponiendo su viaje.
Nos hará mucha
falta.
Es verdad.
¿Dónde has pensando
en hacerle la cena de despedida?
Había pensado en
hacerla aquí.
¿Qué, estás seguro?
Claro que sí.
¿Y ya has hablado
con tu esposo?
El mismo me sugirió
hacerla en la mansión.
Baia, no puedo
creerlo Joey.
Pues créelo amigo.
¿Vendrá también la
familia Ishtar?
Acuérdate que ellos
salieron de vacaciones y vendrán el próximo mes.
Ah sí, ya me acordé.
¿Qué pasa contigo?
Nada.
Ryou, tú no me
puedes engañar, a ti te pasa algo.
La verdad es que
estoy preocupado por Bakura.
¿Por Bakura?
Así es.
¿Le pasó algo malo?
No es eso, es sólo
que…
Vamos amigo,
cuéntame qué es lo que pasa.
Últimamente lo he
sentido bastante distante conmigo.
¿Cómo así?
Hace como tres días
lo he notado muy pensativo, callado, en ocasiones llega tarde a su
departamento, y otras veces ha salido al alba. Siento que me está evitando. –
Su voz sonaba triste.
¿Has intentado
hablar con él?
Sí, pero siempre
recibo la misma respuesta.
¿Qué respuesta?
Dice que no es nada,
que no le haga caso, que ya se le pasará. – Sin poderlo evitar sus ojos
comenzaron a humedecerse.
No llores Ryou.
¿Crees que ya se
aburrió de mí? – Lo miraba melancólico. – ¿Y si ya dejó de amarme?
Que tonterías estas
diciendo, claro que no. – Trataba de animarlo. – Bakura te ama, lo ha
demostrado infinidad de veces.
Lo sé, pero no
entiendo por qué se comporta de esa manera.
A lo mejor ha de
tener algún problema en el negocio.
¿Tú crees que sea
eso?
Claro que sí, dale
tiempo y ya verás cómo te toma en cuenta.
Supongo que tienes
razón. – Se limpiaba las lágrimas con una mano. – Gracias por escucharme Joey,
necesitaba desahogarme.
No hay nada que
agradecer amigo.
Por cierto, ¿cómo
están tus hijos?
Ellos están bien,
todavía no puedo creer que ya tengan seis meses.
Eso quiere decir que
no les falta mucho para que cumplan el año.
Seto no se cansa de
repetir que les hará una gran fiesta. – Medio sonrió al recordar las palabras
de su neko.
Ja, ja, ja, ja, ja,
ja, ja, ja, déjalo que la haga Joey, se ve que él quiere mucho a sus hijos.
Eso no te lo
discuto, incluso él se levanta a media noche para darles de comer y luego los
lleva a nuestra habitación para que se puedan dormir.
Que tierno, hasta es
difícil de creer todo lo que me dices. Es increíble como un hombre tan frío
haya podido cambiar en tan poco tiempo.
Es verdad, esos niños
lo son todo para él.
¿Y cómo esta Mokuba?
Bien, aunque dice
que a veces se siente cansado.
Eso es porque ya
tiene siete meses, aún recuerdo cuando tú estabas en las mismas condiciones.
Es verdad, y tú
solías cuidarme bien, y gracias a ti es que mis hijos pudieron nacer.
No tienes nada que
agradecer.
No digas eso Ryou,
sin tu ayuda quizás yo estaría muerto, y nunca podré pagarte todo lo que
hiciste por mí.
Yo tampoco sé cómo
pagarle por todas las atenciones que le dio a mi esposo. – Intervino otra
persona.
¡Seto! – Exclamó el
rubio sorprendido.
Buenas tardes señor
Kaiba. – Se levantó de la silla para saludarlo.
Buenas tardes Ryou,
y por favor llámeme por mi nombre.
Está bien, lo
intentaré.
No quise
interrumpirlos cachorro, solamente vine a despedirme.
¿Ya te vas a la
Corporación Kaiba?
Si.
¿Y los niños?
Se quedaron
dormidos.
Muchas gracias amor.
De nada. – Se le
acercó para darle un beso en los labios. – Me voy, joven Ryou queda usted en su
casa.
Muchas gracias Seto.
Una vez que el castaño se fue…
Que susto me dio
cuando apareció de la nada.
Igual yo me
sorprendí cuando lo escuché hablar.
Joey.
Dime.
Ya le dijiste de la
existencia de…
Todavía no se lo
digo.
¿Por qué no?
Es que no he
encontrado la manera de podérselo decir.
¿Y por qué no se lo
dices y ya?
No es tan fácil
Ryou.
¿Por qué?
Como crees que voy a
llegar y decirle: Seto, ¿te acuerdas de la mujer con la que me encontraste
abrazándola? Pues déjame contarte que esa mujer es mi hermana.
Yo no veo cual sea
el problema.
Creo que temo a cómo
vaya a reaccionar.
Mhg…
No te preocupes, ya
buscaré la forma para tocar ese tema con él.
Yo que tú me apurara
en decírselo.
Supongo que tienes
razón.
Continuará…
N/A: ¿Cómo creen que Bakura se le vaya a declarar a Ryou? ¿Aceptará
casarse con él? ¿Hace bien Tea en irse de la ciudad? Todo esto y más lo iremos
descubriendo en los siguientes capítulos, los invito para que no se pierdan la
continuación de esta interesante historia. No olviden dejar sus comentarios que
yo con mucho gusto les responderé, nos leeremos el próximo viernes.
Me despido cordialmente de todos y cada uno de ustedes, y les
agradezco por todo el apoyo que me dan, cuídense mucho y pórtense bien. No bajen la guardia, sigan con todas las
medidas de bioseguridad. Les mando muchos besos virtuales y un fuerte
abrazo desde la distancia.
Atte.:
KAT.
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