viernes, 16 de julio de 2021

SIN CACHORRO… NO HAY NAVIDAD…



Capítulo 116: Adiós querido amigo… Siempre te recordaré…

 

 

Notas del capítulo: La pérdida de un ser especial es doloroso, y duele más cuando no pudimos estar en sus últimas horas…  

 

 

Declaimer: Noticia de último momento… “YU – GI – OH!, No es mío”… Mucho menos sus personajes… Son propiedad de su respectivo autor, pero toda la trama de esta historia si es creada por mí. Amo inventarles historias nuevas a mis queridos personajes, es una manera de expresar lo que siento, y tener la dicha de poderlo compartir con todos ustedes.  ^_^

 

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Dos meses después…

 

Un hombre de estatura alta, piel clara y ojos marrones, se encontraba en una de las joyerías más caras y prestigiosa de la ciudad, ahí observaba la vitrina donde había diversidad de anillos de compromiso. Tan metido estaba en sus pensamientos que una persona los sacó de ellos.

 

         Disculpe señor, ya se decidió cuál va a querer.

 

         Todavía no. – Respondió sin ni siquiera mirarlo.

 

         Entiendo, en ese caso lo dejaré a solas para ver si se decide por alguno.

 

         Gracias. – En lo que seguía mirando la vitrina recordaba el consejo que el rubio le había dado antes que ocurriera esa terrible tragedia. – “Ya han pasado seis meses desde lo ocurrido, y todavía no sé si Ryou estará listo. ¿Aceptará casarse conmigo? ¿Y si me rechaza? ¿Y si me dice que no quiere casarse?” – Se cuestionaba mentalmente. – “Maldito Keith, tal parece que echó a perder nuestra felicidad”. – Apretó sus manos con fuerza haciéndolas puños. – “Tengo que tranquilizarme y pensar muy bien en la decisión que debo tomar. No me queda de otra que confiar en el amor que dice tenerme. Solamente espero que esté haciendo lo correcto”. – Suspiró profundamente para luego levantar la cabeza y llamar al dueño de la joyería. – Disculpe.

 

         ¿Ya se decidió por alguna joya?

 

         La verdad es que ando buscando algo especial, algo fuera de lo común, y me preguntaba si…

 

         Entiendo a lo que se refiere, déjeme decirle que hace un mes adquirí un hermoso anillo de compromiso que no es común. Lo malo es que su precio es muy alto.

 

         Podría verlo por favor.

 

         Por supuesto que sí, enseguida regreso. – En cuanto el hombre se fue, la otra persona se decía así mismo…

 

         Me pregunto, ¿qué clase de joya será para que valga tanto? ¿De verdad será lo que ando buscando? ¿Qué tan raro será para que valga tanto?

 

Al cabo de diez minutos el dueño del lugar regresaba…

 

         Aquí lo tiene señor. – Le mostraba una pequeña caja de color negro. – Es una verdadera maravilla, se lo puedo garantizar.

 

El hombre abría la pequeña caja lentamente y se sorprendió al ver un hermoso anillo de compromiso.

 

         Es único en su clase señor, le garantizo que no hay otro igual en todo el mundo.

 

         ¿Por qué dice usted que es único en su clase?

 

         Es un anillo montado sobre otro, todo está hecho de oro de 22 quilates, si se fija bien tiene cinco puntas a su alrededor y en el centro un pequeño triangulo con un ojo en medio. En vez de llevar una piedra preciosa lo hicieron con este diseño. Por eso me atrevo a decirle que es único en su clase.

 

         ¡Asombroso! Es el anillo perfecto que andaba buscando, algo nunca antes visto. Me lo llevo.

 

         ¿Qué?... ¿Está usted seguro?

 

         Si, por qué.

 

         Como le dije anteriormente es muy costoso.

 

         No me importa el precio, quiero que me lo envuelva para regalo. – Su voz sonaba convincente.

 

         Con todo gusto señor, a su pareja le va encantar.

 

         Ya lo creo que sí. “El único problema es que no se si vaya aceptar casarse conmigo”. – Esto último lo pensó para sí mismo.


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Mansión de la familia Kaiba…

 

         Es un buen fin de semana perfecto solos tú y yo encerrados en nuestra habitación disfrutando de la compañía del otro, sin nada que hacer, sin preocuparnos de nada. – Manifestaba un hombre en lo que se acomodaba en la cama a la par de su pareja.

 

         Hablas como si te estuviera gustando esta vida. – Lo miró fijamente a los ojos.

                                     

         Claro que no amor. – Medio sonrió e intentó darle un beso en los labios pero fue rechazado.

 

         Noah…

 

         Bueno está bien, digamos que si me está gustando un poquito.

 

         Acuérdate que te dije que nos íbamos a quedar hasta que nuestro bebé naciera.

 

         Ya lo sé amor, yo no más lo decía porque puedo pasar más tiempo contigo.

 

         Mhg…

 

         No me veas así, te estoy diciendo la verdad.

 

         Que yo recuerde siempre la pasábamos bien.

 

         Tienes razón Mokuba, discúlpame por haber hecho un comentario tan estúpido.

 

         Está bien, te perdono.

 

         A todo esto, cómo está mi bebé hermoso. – Le tocaba la pancita suavemente.

 

         Él se encuentra bien, aunque casi no me deja dormir por las noches.

 

         Eso es porque ya llevas siete meses de gestación y porque va ser inquieto igual a su pamita.

 

         ¡Oye, yo no soy inquieto! – Fingió estar molesto.

 

         Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, te vez lindo cuando te enojas.

 

         No digas eso que me apenas. – Sus mejillas comenzaban a ponerse rojas.

 

         No puedo creer que nuestro bebé ya está por nacer.


         Dentro de dos meses más estaremos chineando.

 

         Mokuba.

 

         Dime.

 

         Gracias por hacerme papá.

 

         No tienes nada que agradecer mi vida. – Le da un beso en los labios y el beso comenzaba  a profundizarse. – Hazme el amor Noah. – Le susurró sensualmente en el oído y a la vez le daba una pequeña mordida en su cuello.

 

         Aaaaaaahhhhh… Claro que si mi amor.

 

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Hospital de ciudad Domino…

 

Una joven de alta estatura, cabellos castaños y ojos azules se encontraba parada a la par de una cama del hospital mirando a su amigo con suma tristeza, hacia lo posible por controlar su llanto, verlo es ese estado le desgarraba el corazón.

 

         Yūgi… Me duele verte así amigo, pero lo que más me molesta es que ese tal Bakura haya metido su nariz en donde no lo llaman. No debió de haber intervenido para que tu embarazo no fuera interrumpido, creí que con decirle a Ryou que yo no podía costear el tratamiento pensé que él iba aceptar que tu perdieras el embarazo, pero no fue así. Jamás me imaginé que ese maldito idiota se iba hacer cargo de todo, que rabia la que tengo porque todos quieren hacer su voluntad sin tomar en cuenta tus sentimientos. ¿Es que acaso no se da cuenta el daño que te están haciendo? ¿Qué pasará cuando despiertes y te veas una enorme barriga? Y lo peor de todo es que ese maldito engendro es producto de una violación, esa cosa merece morir, desde el momento en que el Doctor me dijo que estabas encinta hice todo lo posible para que interrumpiera tu embarazo pero no pude lograrlo, por esa razón es que opté por no pagarte el tratamiento. Sin embargo, tuvo que venir Ryou y echarlo todo a perder. Ahora es muy tarde para aplicarte un aborto porque ya llevas cuatro meses y medio de gestación. A veces me dan ganas de apretarte con fuerza tu panza para dañar ese maldito engendro o darte un fuerte golpe tal vez así se caiga y evitar su nacimiento. – Se limpiaba las lágrimas con su mano. – No quiero imaginarme el dolor que vas a sentir cuando sepas que esperas un bastardo del mal nacido que desgració tu vida, es increíble como una persona que dijo amarte tanto sea la misma persona que te maltrató, golpeó, violó e hizo contigo todo lo que él quería. ¡Oh Yūgi! Las heridas de tu cuerpo están sanando poco a poco, pero, ¿quién se encargará de sanar las heridas de tu corazón? Es por eso que he decidido irme de la ciudad porque cuando despiertes no me gustaría verte sufrir, porque gracias al idiota de Bakura tu vida no volverá a ser la misma porque cargarás con un maldito engendro que te hará recordar la pesadilla que viviste con Yami, y ese estúpido no pensó en las consecuencias, solamente quiso hacer la buena obra del día para quedar bien con su estúpido novio. Perdóname amigo, siento que te he fallado, siempre te decía que te iba ayudar en todo lo que pudiera, y mírate ahora, postrado en esa maldita cama sin poderte mover y en estado de coma, llevando dentro de ti un bastardo que será marginado toda su vida por la sociedad. – Agarró la mano de su amigo para acariciarla suavemente. – Ay Yūgi, y tú que tenías tantas ilusiones de tener un bebé con tu esposo, todavía recuerdo como te ponías contento al decirme que deseabas tener un hijo de Yami, que tu sueño era de poderle dar un heredero a tu esposo, y el muy cobarde como te pagó. – Apretaba sus manos con fuerza haciéndolas puño. – No le bastó con golpearte si no que además se atrevió a violarte hasta el cansancio, te violó hasta desgraciarte y marcándote de por vida. Si tan sólo hubiera alguna manera de que perdieras ese maldito engendro, así para cuando despiertes nunca sabrías de su existencia. – Se le quedó mirando por un largo rato, posteriormente se armó de valor para hacer algo indebido. – Perdóname Yūgi pero esto lo hago por tu bien, espero que algún día me lo agradezcas amigo. – Colocó ambas manos sobre el estómago de su amigo, estaba a punto de ejercer presión con fuerza cuando en eso la puerta se abrió.

 

         Discúlpeme por favor, no sabía que usted estuviera aquí todavía. – Manifestó la recién llegada.

 

         No se preocupe, ya estaba por irme. – Medio le sonrió.

 

         Se ve que quiere mucho a su amigo.

 

         ¿Por qué lo dice?

 

         Porque no lo ha dejado de visitar.

 

         Sí, es verdad. Bueno, ya tengo que irme.

 

         De acuerdo señorita.

 

         Cuídelo mucho por favor enfermera.

 

         No se preocupe, le aseguro que su amigo estará bien atendido.

 

         Muchas gracias.

 

Al terminar de hablar decidió salir de la habitación.

 

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Un joven había llegado a su destino, en cuanto llegó acomodó las flores que traía en sus manos, sentía un gran nudo en su garganta al ver aquel lugar, su mente no dejaba de pensar en muchas cosas y habían veces que se sentía culpable por no darse cuenta de lo que le ocurrían a sus amigos.

 

         Hola amigo, lamento no haber venido antes pero hace poco me enteré todo lo que ha pasado durante estuve en coma. Aun no puedo creer que te hayas ido y que no volveré a verte jamás. Ay Tristán, no sabes la falta que nos vas hacer amigo. Cuando Seto y Ryou me contaban la terrible noticia quedé devastado, pensaba que todo era mentira y que tarde o temprano tú ibas a aparecer como siempre con una gran sonrisa en los labios diciéndonos que todo era una broma. – Se limpiaba sus lágrimas con una mano. – Todavía no puedo entender por qué soportaste a Yami, y cómo fue que te animaste en andar con el esposo de nuestro amigo, aun sabiendo que Yūgi lo amaba con todo su corazón. – Miraba con tristeza la lápida de la tumba de su amigo. – Creo que no debo culparte por eso porque uno a veces hace locuras por amor. También me acabo de enterar que Yami no es la persona que todos creíamos que era, no sólo te lastimaba a ti si no que también agredía a Yūgi a tal punto que lo… – No podía terminar la frase debido a que se le hacía bien difícil de pronunciarla. – Déjame decirte que Yūgi aún se encuentra en el hospital, los médicos hacen todo lo posible por salvarle la vida a él y a su bebé, lo que les hizo Yami no tiene nombre y no tiene perdón. ¿Cómo fue capaz de hacerles tanto daño? ¿Cómo pudo lastimar a su esposo aun sabiendo que lo amaba? ¿Cómo es posible que una sola persona hiciera tanto daño? – Su llanto se intensificó cada vez más y más. – Debido a la desgracia de Yūgi nuestra amiga Tea ya no es la misma, sigue muy dolida por todo el sufrimiento que tuvo que pasar Yūgi, y la verdad es que no la culpo que ella se haya vuelto tan desconfiada, y dura de corazón. Ay amigo, definitivamente las cosas ya no volverán hacer como antes, ahora nuestro grupo se ha reducido a dos porque Tea se irá de la ciudad dentro de poco y únicamente quedaremos Ryou y yo. Bakura y Marik me aseguraron que tu muerte no será en vano amigo. – Cerró levemente sus ojos tratando de controlar su llanto, tan metido estaba en sus pensamientos que volvió abrir sus ojos al sentir que alguien le había tocado su hombro. – Seto. – Manifestó en lo que se daba la media vuelta para abrazar a su esposo y llorar como un recién nacido.

 

         Puedes desahogarte todo lo que quieras cachorro. – Lo abrazaba fuertemente a su pecho con mucho cariño.

 

         Snif, snif, snif, snif, snif, snif… ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? – Se aferraba al castaño como si su vida dependiera de ello.

 

         ¿Por qué, qué cachorro?

 

         ¿Por qué les tuvo que pasar esto?… Snif, snif, snif, snif, snif, snif… – Hundía más su rostro en el pecho del mayor. – Por qué nunca dijeron nada, los hubiéramos ayudado de alguna manera.

 

         Joey, mírame por favor. – El aludido se separaba lentamente de los brazos de su esposo para verlo a los ojos. – A veces hay cosas que son difíciles de contar, y eso ocurre cuando quieres ocultar algo para que nadie sepa lo que estás haciendo. A lo que me refiero es que las personas prefieren callar por temor al que dirán de los demás. En el caso de tu amigo Tristán sabía muy bien que se estaba metiendo con el esposo de tu amigo Yūgi. Y en el caso de Yūgi, creo que mantenía la esperanza de que su esposo Yami iba a cambiar. – Le limpiaba su cara con su pañuelo.

 

         Puedo entender lo de Tristán, pero en el caso de Yūgi no logro entenderlo. Se supone que éramos amigos, debió de haber confiado en nosotros para ayudarlo.

 

         Comprendo que no lo entiendas por ahora, pero créeme que un día lo entenderás. – Le dio un beso en la frente.

 

         Gracias por haberme acompañado. – Hacia lo posible para dejar de llorar.

 

         No tienes nada que agradecerme cachorro.

 

         Seto…

 

         Si dime.

 

         Me gustaría visitar la tumba de mis padres y también visitar la de tus padres.

 

         Claro que si cachorro, iremos a donde tú quieras.

 

         Muchas gracias, pero…

 

         ¿Pero?

 

         Después de salir del cementerio quiero ir al hospital a visitar a Yūgi.

 

         Tú no te preocupes por nada que yo te acompañaré a donde vayas.

 

         Gracias Seto. – Medio le sonrió.

 

 


Continuará…

 

 


N/A: ¿Qué pasará con Yūgi? ¿Tea tendrá la razón sobre todo lo que piensa? ¿Creen que Noah se esté acostumbrando a la gran vida que está llevando? ¿Aceptará Ryou casarse con Bakura? El chibi ya está por parir, aún están a tiempo de elegir si quieren niño o niña. Todo esto y más lo iremos descubriendo en los siguientes capítulos, los invito para que no se pierdan la continuación de esta interesante historia. No olviden dejar sus comentarios que yo con mucho gusto les responderé.

 

 

Me despido cariñosamente de todos y cada uno de ustedes, pórtense bien y cuídense mucho. Recuerden: “No bajen la guardia”. Sigan con todos los protocolos de bioseguridad y usen siempre su mascarilla y carguen su botecito de alcohol al salir de sus casas. Les mando muchos besos virtuales y un fuerte abrazo desde la distancia. Nos leeremos el próximo viernes.

 

Atte.:

 

                 KAT.

 

 


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