Capítulo 114: La familia Kaiba está completa… II parte.
Declaimer:
Noticia de último momento… “YU – GI – OH!, No es mío”… Mucho menos sus
personajes… Son propiedad de su respectivo autor, pero toda la trama de esta
historia si es creada por mí. Amo inventarles historias nuevas a mis queridos
personajes, es una manera de expresar lo que siento, y tener la dicha de
poderlo compartir con todos ustedes. ^_^
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Dos semanas después…
Todavía no puedo
creer que el joven Joey estará aquí muy pronto.
Yo tampoco lo puedo
creer señora Mana.
Muchas gracias por quedarse
a ayudarme señor Noah.
No hay nada que
agradecer, y por favor llámeme Noah.
Lo haré si usted
también me llama por mi nombre.
Hecho.
Debemos de darnos
prisa, quiero que esta mansión quede reluciendo como un espejo.
A veces pienso que
exageras, yo la veo muy limpia y arreglada.
Sí, pero hoy es una
ocasión muy especial.
Lo sé, todos estamos contentos en que Joey
vendrá.
Por fin esta gran
casota volverá hacer como antes.
Me doy cuenta que le
tienes mucho cariño a Joey.
Así es, si tan sólo
usted lo hubiera visto la primera vez que vino aquí.
Me lo imagino,
Mokuba me ha contado todo al respecto.
Estoy tan agradecida
con ese joven.
¿Por qué?
Porque él pudo
cambiar el corazón de mi niño Seto.
Tienes toda la razón
Mana.
Antes de que la mujer dijera algo llegaba otra persona al lugar.
Mana.
¿Qué sucede Roland?
Acaban de llegar los
arreglos florales.
Gracias por
avisarme, iré a recibirlos en seguida.
¿Vas a necesitar
ayuda Mana?
Claro que no Noah,
mejor termine de arreglar el salón por favor y luego vaya a la cocina a ver si
no necesitan ayuda.
Está bien.
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Mansión de la familia
Ishtar…
Shādī se puso muy
contento con su fiesta de cumpleaños.
Y se alegró más
cuando le dimos la noticia de que Joey había despertado.
Sí, fue buena idea
al decirle, eso lo animó bastante.
Es increíble cómo
pasa el tiempo, nuestro hijo acaba de cumplir seis años de edad.
Tienes razón, está
creciendo muy rápido.
Cambiando de tema,
me alegra saber que hoy Joey sale del hospital.
Yo creo que las
cosas volverán a la normalidad Marik.
Así es Malik, al fin
Seto podrá vivir feliz con su familia.
Todavía no puedo
creer como ha cambiado bastante, hasta ha organizado una pequeña fiesta para
darle la bienvenida a Joey.
Pequeña fiesta
dices… – Manifestaba irónicamente. – Si le ha pedido a todos los empleados que limpien
la mansión de arriba abajo.
Ja, ja, ja, ja, ja,
ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, eso da a entender que está feliz de
tener de vuelta a su esposo.
Eso no te lo discuto
mi amor. – Le da un beso en los labios.
Creo que lo mejor es
apurarnos en arreglarnos o se nos hará tarde.
Es verdad, iré a ver
si nuestro hijo ya se cambió de ropa.
Está bien amor, ve.
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Mansión de la familia Kaiba…
Ya chiquita, quédate
quieta mi niña, no vez que tengo que arreglarte para que tu pamita te encuentre
bonita y perfumada. – Le hablaba una mujer de manera cariñosa. – Hoy sí que has
estado bastante inquieta mi niña, de seguro has de estar emocionada de poder
estar con tu pamita, ¿verdad que si? – Le hacía arrumacos para que la niña
sonriera. – Listo, quedaste hermosa, este vestidito que te compró tu padre te
hace ver elegante. Debo admitir que tiene muy buen gusto. – Le da un beso en la
mejilla. – Ahora voy con el pequeño Seto, a ver mí niño precioso es hora de
cambiarte de ropa, tú también vas a quedar muy guapo, este trajecito resaltará
tus bellos ojos. Te le pareces tanto a mi niño Seto, la única diferencia es que
heredaste los ojos del joven Joey. Los dos son unas preciosuras, ya verán que
contento se va a poner su pamita en cuanto los vea, estoy segura que no dejará
de abrazarlos y de besarlos. Por fin la familia Kaiba estará completa, estoy
tan contenta de que el joven Joey haya perdonado a mi niño Seto. – Se abstenía
las ganas de llorar debido a la emoción que sentía en esos momentos. – Listo
mis amores, quedaron guapos con su nueva ropita, ahora iremos a la cocina para
darles su pachita. – Les da un beso en la mejilla a cada uno de los niños.
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Hospital de Ciudad Domino…
¿Por qué demonios se
tardará tanto el Doctor?
Cálmate Seto, de
seguro ya no tarda en venir.
Tienes razón amor. –
Se le acercó para darle un beso en los labios. – Ya verás que en cuanto te
recuperes del todo te daré una segunda luna de miel que jamás olvidarás.
No creo que sea para
tanto mi amor.
De ninguna manera
cachorro, quiero compensarte por haber arruinado nuestra primera luna de miel,
y te prometo que esta vez nada ni nadie nos va a interrumpir.
Muchas gracias Seto,
pero…
¿Pero qué amor?
No me gustaría dejar
solos a mis hijos.
Eso no es problema
cachorro, ellos pueden venir con nosotros.
¿No crees que están
muy pequeños para viajar?
Supongo que tienes
razón, aunque los podríamos dejar con Mana.
No lo sé. – Bajó un
poco la mirada.
Cachorro, no importa
lo que elijas, lo importante es que estemos juntos y puedas disfrutar de
nuestra segunda luna de miel. ¿Qué dices?
El joven estaba por responder cuando en eso alguien entraba a la
habitación a interrumpirlos.
Lamento
desilusionarlos pero no habrá luna de miel.
¿Qué?... – Cuestionó
el castaño sorprendido.
Hola doctor Mahādo.
Hola Joey, me
prestas por un momento al señor Kaiba para poder hablar con él a solas.
Lo que tenga que
decirme puede hacerlo enfrente de mi esposo. – Demandó el ojiazul algo molesto.
De acuerdo, como
dije anteriormente no habrá luna de miel.
¿Está bromeando,
cierto?
Señor Kaiba, le voy
a pedir de favor que no me interrumpa.
Grrr…
Está bien Seto,
déjalo que hable.
Gracias Joey, como
les estabas diciendo…
Vaya al grano
Doctor. – Lo volvió a callar.
Si me vuelve a
interrumpir lo va a lamentar. – El hombre ya no dijo nada y dejó que el médico
siguiera hablando. – Joey, escúchame lo que voy a decirte, tuviste un embarazo
de alto riesgo y al dar a luz hubo muchas complicaciones, en otras palabras no
podrás tener intimidad hasta dentro de uno o dos años.
SI ESTO ES UNA
BROMA, LE JURO QUE... – Gritó el castaño seriamente.
Por haberme
interrumpido no volverá a tener intimidad con su esposo hasta dentro de cinco o
diez años. – Lo miraba seriamente a los ojos.
¿Qué dijo?
Seto, cálmate por
favor. – Se abstenía las ganas de reírse al ver como ellos discutían.
Pero Joey, de seguro
esto lo está haciendo para fastidiarme.
Se equivoca. – Manifestó
el galeno. – Antes de que usted me interrumpiera les iba a explicar la razón
del por qué su esposo no puede tener intimidad todavía.
¿Por qué Doctor? –
Cuestionó el rubio.
Joey, tienes que
cuidarte mucho, como te estaba diciendo tu embarazo fue de alto riesgo y
hubieron muchas complicaciones al dar a luz a tus hijos, tu cuerpo necesita
recuperarse completamente y bastará uno o dos años para que sane del todo.
¿Qué pasaría si
llego a tener intimidad con mi esposo antes del tiempo estipulado?
Estarías poniendo en
riesgo tu vida, y no habría nada que pudiera hacer para salvarte.
Hubo un gran silencio sepulcral en toda la habitación, ambos
hombres quedaron estupefactos al escuchar la respuesta del médico.
No se preocupe Doctor, puedo asegurarle que no
tendré intimidad con mi esposo.
¡Seto! – Exclamó el
ojimiel.
No te preocupes
cachorro, todo sea por tu bienestar.
Pero… Y los planes
que estábamos haciendo. – Sus ojos comenzaron a humedecerse.
Shhhh, tranquilo
amor, ya verás que dos años pasan volando rápidamente, y entonces si tendremos
nuestra luna de miel, además nuestros hijos ya estarán un poquito más grandes
para que nos puedan acompañar.
Perdóname Seto por
echarte a perder tus planes.
No digas eso, tú no
has arruinado nada, te prometo que sabré esperarte mi amor, ahora ya no llores cachorro,
mejor regálame una bella sonrisa.
Muchas gracias por
ser tan comprensivo mi amor. – Medio le sonrió.
Creo que eso es todo
lo que tenía que decirles. Ah, y Joey, no olvides que tienes que pasar consulta
una vez por semana.
Así lo haré Doctor,
muchas gracias.
En ese caso ya
puedes irte a casa.
Doctor.
Dígame, señor Kaiba.
Gracias por todo, de
verdad estoy muy agradecido por haber salvado a mi familia.
No hay nada que
agradecer, solamente hice mi trabajo. Aunque hay algo que me gustaría pedirle.
¿Qué cosa?
Cuide muy bien de su
esposo.
Claro que si Doctor.
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En algún lugar de Ciudad
Domino…
Amor, ¿en qué piensas?
No sé por qué me acabo de acordar lo
que Tea nos contó hace algunos meses atrás.
¿Te refieres a que le insistió a su
amigo Yūgi de que se divorciara de su esposo?
Si, ¿crees que el abogado haya logrado
divorciar a Yūgi de Yami?
Le pedí a Marik que se encargara de ese
caso, pero si quieres después de la fiesta de bienvenida de Joey le puedo
preguntar a ver si sabe algo.
Muchas gracias Bakura.
No tienes nada que agradecer, ahora
sonríe porque hoy es un día muy especial.
Tienes razón.
Será mejor apurarnos para no llegar
tarde.
Sí, quiero estar ahí antes de que Joey
llegue a la mansión.
Ya verás que se pondrá contento cuando
nos vea a todos.
Es una lástima que Shizuka no podrá
estar ahí.
Déjame decirte que daría lo que fuera
por verle la cara a Seto cuando sepa quién es ella.
Se
escuchó una pequeña carcajada.
Me leíste el pensamiento mi amor porque
yo también pensé lo mismo.
Te vez más lindo cuando sonríes Ryou.
No digas eso Baki que me apenas.
Te amo mi niño.
Yo también te amo mucho.
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Horas más tarde…
¡AHÍ VIENEN! ¡AHÍ
VIENEN! ¡AHÍ VIENEN! – Gritaba un hombre de cabellos verdes mientras miraba por
la ventana.
¡Qué emoción! Dentro
de poco estarán aquí. – Manifestaba una mujer toda emocionada.
Un Mercedes-Maybach S 600 Pullman estaba llegando a su destino,
dicho vehículo se detenía enfrente de la puerta principal, uno de los pasajeros
era el primero en bajarse, luego se bajaba el copiloto y por último el
conductor.
Bienvenido a casa
Joey.
Muchas gracias
Mokuba. – Contestó algo nervioso.
¿Estás bien
cachorro?
Ssi…
Animo Joey, no estés
nervioso.
Mokuba tiene razón,
no debes estar nervioso. – Lo abrazó para fundirle valor.
El rubio medio le sonrió, posteriormente comenzaron a caminar para
entrar a la mansión. El primero en ingresar había sido el pelinegro, después el
castaño y al entrar el ojimiel todos le gritaron…
¡¡¡BIENVENIDO
JOEY!!!
No puedo creerlo,
¿una fiesta de bienvenida para mí?
Así es joven Joey. –
Se le acercaba una mujer de cabellos castaños y a la vez le entregaba un ramo
de rosas amarillas.
¡Mana! – La abrazó
con mucho cariño.
Ay joven, esta gran
casota no ha sido la misma desde que se fue, y de eso ya ha pasado un año. Lo
he extrañado mucho.
Yo también Mana la
he extrañado. – Se limpiaba las lágrimas con una de sus manos.
Bienvenido Joey. –
Otra persona se le acercaba para saludarlo.
Muchas gracias
Marik.
Todos te damos la
bienvenida amigo.
Se los agradezco
mucho, no tenía idea que iba a tener un recibimiento tan bonito.
Todo fue idea del
señor Kaiba. – Habló un hombre de cabellos verdes.
¿De verdad? –
Preguntaba sorprendido.
Lo que dice Noah es
verdad, hasta les ordenó a sus empleados limpiar toda la mansión de arriba
abajo.
Calla Mokuba, no me
avergüences enfrente de todos. – Le susurraba el castaño.
Risas se comenzaban a escuchar en todo el lugar.
Acéptalo hermano, que
no te dé pena.
Joey, eso demuestra
lo feliz que esta Seto al tenerte de nuevo aquí.
Muchas gracias por
tus palabras Malik. Y a ti Seto, por darme esta cálida bienvenida.
No tienes nada que
agradecer cachorro. – Le dio un beso en los labios.
Todos han venido a
recibirme, pero… ¿En dónde están Yūgi y Tristán?
Hubo un pequeño silencio hasta que uno de los presentes se atrevió
a responder…
Ellos, no podrán
venir Joey.
¿Por qué Tea?
Porque…
Creo que lo mejor es
que disfrutes de tu fiesta Joey, luego sabrás el por qué no pudieron venir.
Supongo que tienes
razón Ryou.
Ven Joey, vamos al
salón de eventos.
Antes, me gustaría
ver a mis hijos Bakura, ¿en dónde están? ¿Por qué no los veo aquí?
Yo te llevaré a dónde
están tus hijos cachorro.
Por favor Seto,
llévame con ellos.
Acompáñame.
Ambos caminaron en dirección hacia las escaleras, mientras que los
demás invitados decidieron esperar, a excepción de unos cuantos que se
dispusieron a seguirlos. Una vez que llegaron…
Hemos llegado.
No me digas que
ellos están… – Tragó saliva en seco. – ¿Por qué? ¿Por qué están en esa
habitación? – Su voz sonaba nerviosa y hacia lo posible por no recordar ese
terrible incidente ocurrido años atrás.
Por favor cálmate.
No lo entiendo,
habiendo tantas habitaciones en la mansión, ¿por qué dejaron a mis hijos aquí?
– Comenzaba a alterarse.
Joey, escúchame…
NOOO. – Gritó y a la
vez daba unos cuantos pasos hacia atrás. – QUIERO QUE LOS SAQUES DE AHÍ AHORA
MISMO.
Por favor Joey,
tienes que entrar.
No entraré a ese
lugar. – Comenzaba a llorar. – Es que si entro…
Shhhh, ya mi amor,
todo estará bien, tienes que confiar en mí, por favor.
¿Por qué me haces
esto? – Lo miraba con suma tristeza y a la vez trataba de que su cuerpo no
temblara.
Si te animas en
entrar te puedo asegurar que lo vas a entender.
Yo…
Animo Joey. –
Intervino otra persona.
Tú puedes amigo. –
Le decía uno de sus amigos.
Mokuba, Ryou… – Se
limpiaba las lágrimas con sus manos.
Adelante cachorro,
hazlo.
El rubio levantaba su mano lentamente para poder abrir la puerta, sentía
su corazón latir a mil por hora, sus piernas temblaban a tal punto que casi no
lo iban a sostener por más tiempo, estaba todo nervioso y cerrando levemente
sus ojos abría dicha puerta muy despacio, después de hacerlo tragó saliva en
seco y se animó en caminar para entrar a la habitación, miraba aquel lugar todo
arreglado, y eso de alguna manera le hacía recordar cuando él había decorado
esa misma alcoba con la ilusión de poder traer un niño a la mansión. Ilusión
que fue destruida en cuestiones de segundos por su esposo. Caminó lentamente
hacia donde estaba la cuna, dándose cuenta que era la misma que Mokuba le había
ayudado a comprarla, antes de mirar el interior de la cuna se detuvo por un
segundo llevándose sus manos alrededor de su pecho, volvió a cerrar sus ojos
por un momento preguntándose si debía verla o no, se preguntaba si todo aquello
era real o solamente era un sueño. Tan metido estaba en sus pensamientos hasta
que logró escuchar pequeños balbuceos que provenían del interior de la cuna, y
en cuanto abrió los ojos vio a dos pequeñitos que le sonreían al estarlo
mirando. El rubio no pudo más y sacó a los niños de su cuna para cargarlos en
sus brazos y no pudiéndolo resistir más cayó al suelo de rodillas con sus hijos
en brazos llorando desconsoladamente.
Pensé que nunca los
llegaría a ver, que nunca iba a poder besarlos y estrecharlos en mis brazos. –
Seguía llorando con mucho pesar sin dejar de abrazar a sus hijos y darles besos
en sus mejillas.
Continuará…
N/A: La idea original era terminar la historia hasta aquí, pero creo
que no sería justo para ustedes dejarlos con muchas interrogantes. Así que
decidí escribir un nuevo final, espero que todo me salga bien y no arruinarlo.
Mil gracias por todo su apoyo, gracias por sus comentarios y sus bellos
consejos, gracias por corregirme cada vez que cometía alguna que otra falta
ortográfica, por todo y muchas cosas más, les doy a todos y cada uno de ustedes
las gracias.
Atte.:
KAT.
P.D.: Pórtense bien, no salgan de casa al menos que sea estrictamente
necesario. No bajen la guardia, el
virus todavía sigue en las calles y no olviden usar siempre su mascarilla y
lavarse las manos con agua y jabón.
P.D2: Este capítulo va dedicado a la memoria de mi madre. Hoy estaría cumpliendo
69 años de vida. Feliz Cumpleaños madre, te mando muchos besos y un fuerte
abrazo allá en el cielo. Te extraño con todo mi corazón…
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