SIN CACHORRO… NO HAY NAVIDAD…

Capítulo 55: Prioridades en la vida.

 

 

Notas del capítulo: Las prioridades son aquellas cosas a las que uno pone por encima de todo lo demás, puede ser la familia, una carrera profesional, la pareja, nuestra imagen, la espiritualidad, entre muchas otras cosas.

 

Pero hay solamente una persona que le da prioridad a una sola cosa, y ese ser a quien me estoy refiriendo es la madre. Una madre siempre le da prioridad a sus hijos, vela por ellos, los cuida y los ama incondicionalmente, incluso hasta son capaces de dar su propia vida por ellos.

 

 

Declaimer: Noticia de último momento… “YU – GI – OH!, No es mío”… Mucho menos sus personajes… Son propiedad de su respectivo autor, pero toda la trama de esta historia si es creada por mí. Amo inventarles historias nuevas a mis queridos personajes, es una manera de expresar lo que siento, y tener la dicha de poderlo compartir con todos ustedes.  ^_^

 

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Días después…

 

El fin de semana pasó muy rápido, una nueva semana estaba por comenzar…

 

         Apresúrate Joey, o se nos hará tarde.

 

         Ya voy Ryou.

 

Al poco tiempo se escuchó el timbre de la puerta, y el dueño del departamento decidió ir a abrir.

 

         Buenos días amor. – Le da un beso en los labios.

 

         Buenos días. – Respondió sonrojado.

 

         ¿Ya están listos?

 

         Si, Joey no debe de tardar en salir.

 

         Es increíble cómo pasa el tiempo, hace un mes que el salió del hospital.

 

         Es verdad, ya falta muy poco para que nazcan los bebés.

         No sé quién de los dos estará más emocionado, si él o yo.

 

         Te aseguro que todos estamos emocionados mi amor.

 

         Hola, perdón por haberme tardado.

 

         No te preocupes Joey, si ya estás listo nos podemos ir a tu chequeo médico.

 

         Si, vámonos.

 

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En algún lugar de Ciudad Domino…

 

         Buenos días amor.

 

         Buenos días. – Contestó desganado, intentó levantarse de la cama pero su pareja no se lo permitió.

 

         No debes levantarte todavía amor.

 

         Está bien.

 

         Te he traído el desayuno a la cama.

 

         Muchas gracias Yami.

 

         Yūgi, perdóname por haberte lastimado, me he portado como un tonto contigo.

 

         Yami…

 

         Déjame terminar de hablar pequeño.

 

         De acuerdo.

 

         Yo… – Sentía un gran nudo en su garganta. – Te prometo que no volveré a lastimarte de nuevo, pero tienes que prometerme que tú me obedecerás en todo.

 

         ¿Si te obedezco en todo, prometes que nunca me volverás a golpear?

 

         Te doy mi palabra.

 

El joven tenía la mirada agachada, no sabía si creerle o no lo que le estaba diciendo, su corazón le decía que debía de darle una oportunidad, en cambio su mente le decía que no confiara en su palabra.

 

         Está bien, te lo prometo.

 

         Ya verás que todo va estar bien entre nosotros. – Le da un beso en la frente. – Ahora come mi amor.

 

         Gracias.

 

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En KC…

 

Un hombre de estatura alta, cabellos castaños y ojos azules, se encontraba en su oficina, llevaba un buen rato tratando de concentrarse en su trabajo, sin embargo su mente no lo dejaba hacerlo, así que decidió dejar lo que estaba haciendo por un momento.

 

         “Han pasado varios días desde que desheredé a Mokuba, y hasta la fecha no ha venido ni siquiera a reclamarme, mucho menos a verme”. – Se levantó de la silla de su escritorio. – “Me pregunto, ¿cómo le estará yendo? ¿Por qué no habrá venido a verme? Lo más seguro es que ese idiota se lo impide, ya puedo imaginarme la sartas de mentiras que le ha de estar diciendo para ponerlo en mi contra”. – Dio un fuerte suspiro. – “Estoy casi seguro que no tardará en buscarme, entrará por esa puerta diciéndome que tenía razón en todo, que Noah no le puede dar la vida que él se merece. Todavía no puedo entender que fue lo que viste en él, para enamorarte de esa manera”. – Pensaba para sí mismo. – “Quizás no deba preocuparme mucho por él, Mokuba se ha sabido valer por sí mismo, siempre fue un niño muy listo y estoy seguro que en esta ocasión buscará la manera de arreglárselas por su cuenta. Definitivamente me estoy preocupando más de la cuenta”. – Volvió a sentarse en la silla de su escritorio para ponerse a trabajar.

 

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Una vez que había terminado de desayunar, la otra persona aprovechó la ocasión para entablar una conversación.

 

         Yūgi.

 

         Si dime.

 

         Este miércoles tengo que hacer un viaje de negocios.

 

         ¿A dónde?

         Iré a Tokio.

 

         ¿Cuándo regresarás?

 

         Si todo me sale bien lo más seguro es que venga el fin de semana.

 

         Ya veo… – Manifestó con tristeza.

 

         No pongas esa cara amor, te estaré llamando todas las noches para…

 

         ¿Puedo ir contigo?

 

Se escuchó un fuerte suspiro.

 

         Acabo de decirte que es un viaje de negocios.

 

         Me gustaría acompañarte.

 

         Por un demonio Yūgi, es que acaso no entiendes lo que te estoy diciendo.

 

         Si te entiendo mi amor, es sólo que antes solía acompañarte, y ahora…

 

         Ya basta Yūgi, este no es un viaje de placer, más bien es un viaje de negocios. – Comenzaba a enfadarse.

 

         No te enojes por favor.

 

         Mejor cállate, ya no me sigas diciendo nada.

 

         ¿Por qué me tratas así?

 

         Tú tienes la culpa por sacarme de quicio.

 

         Únicamente te pregunté si podía acompañarte, ¿qué tiene eso de malo?

 

         He dicho que no irás y punto. – Estaba a punto de golpearlo pero se detuvo al ver como su pareja levantaba sus manos para protegerse y su cuerpo temblaba. – Vez cómo me haces enfadar, hace poco me prometiste que ibas a obedecerme.

 

         Perdóname por favor.

 

         Estas perdonado. – Se levantó de la cama para irse, hasta que escuchó la voz de su esposo.

         Yami.

 

         ¿Qué sucede?

 

         Este viernes mis amigos harán una cena navideña, y me gustaría poder asistir.

 

         ¿Estará el embarazado?

 

         Si.

 

         Pues de una vez te digo que no irás.

 

         Por favor Yami, no me digas eso.

 

El hombre se le acercó a su pareja y agarrándolo fuertemente del brazo le dijo:

 

         Pobre de ti si asistes a esa estúpida cena navideña.

 

         Suéltame Yami, me lastimas.

 

         Te lastimaré en serio si me doy cuenta que vas a escondidas y sin mi permiso. ¿Has entendido?

 

         Snif, snif, snif, snif, snif… Si, por favor suéltame… Snif, snif, snif, snif, snif…

 

         Por tu bien más vale que me obedezcas Yūgi. – Lo soltó bruscamente del brazo para luego salir de la habitación.

 

La otra persona se quedó llorando en la cama mientras se sobaba el brazo.

 

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         ¿Cómo se encuentra Doctor?

 

         Necesito que me deje a solas con él.

 

         ¿Qué? Pero eso mismo me dijo la vez pasada.

 

         Por favor joven Ryou, salga para poder hablar con mi paciente.

 

         De ninguna manera, esta vez no pienso salirme, así que lo que tenga que decirle hágalo en mi presencia.

 

         Pero que muchacho más obstinado.

 

         Está bien Doctor, déjelo que se quede.

 

         De acuerdo. – Hubo un breve silencio. – Como ya se los comenté anteriormente, el embarazo del joven Kaiba es de alto riesgo, y a pesar que todo va marchando bien hasta el momento no quita la posibilidad de que a la hora del parto las cosas se pueden complicar.

 

         ¿Cómo que se pueden complicar?

 

         Lo que trato de decir es que…

 

         Ryou, escúchame por favor. – Intervino el rubio.

 

         No, no quiero. – Sin poderlo evitar gruesas lágrimas salían de sus ojos.

 

         Ryou… Le he pedido al Doctor Mahādo que si tiene que elegir, que elija salvar la vida de mis hijos.

 

         Snif, snif, snif, snif, snif… Nooooooooooo… Snif, snif, snif, snif, snif… No, no, no… Snif, snif, snif, snif, snif…

 

         Ryou...

 

         Snif, snif, snif, snif, snif… No es verdad lo que me están diciendo… Snif, snif, snif, snif, snif…

 

         Cálmate Ryou, por favor no llores. – Intentó ponerse de pie pero al hacerlo se sintió bastante mal.

 

         ¿Joey, estás bien? – Logró sostenerlo en sus brazos.

 

         Ayúdeme a sentarlo en esa silla joven.

 

         Si Doctor.

 

         Déjeme revisarlo.

 

         ¿Cómo se encuentra Doctor?

 

         Se le ha bajado la presión, no es bueno que el reciba muchas emociones fuertes.

 

         Estoy bien no se preocupen. – Medio le sonrió a su amigo para que no se siguiera inquietando, estaba por pararse pero lo detuvo el galeno.

         No es conveniente que se levante todavía.

 

         Snif, snif, snif, snif, snif… Oh Joey… Snif, snif, snif, snif, snif…

 

         Por esa razón no quería decirte nada, no me gusta verte llorar.

 

         Snif, snif, snif, snif, snif… No hay nada que se pueda hacer Doctor. – Lo miraba suplicante.

 

         Me temo que no, por esa razón es que le he recomendado que debe guardar todas sus fuerzas para que las use cuando se llegue el momento. También... – Se quedó callado por un instante.

 

         Snif, snif, snif, snif, snif… ¿También qué?

 

         Su esposo tiene que saber todo lo que está ocurriendo antes de que sea demasiado tarde.

 

         Por favor Doctor Mahādo, todavía no le diga nada a Seto.

 

         No me pidas eso muchacho, él es el padre de tus hijos y tiene la obligación de estar al tanto de todo.

 

         Le pido que me dé un poco más de tiempo por favor.

 

         Tiempo es lo que menos hay, ya estas entrado en tu séptimo mes de embarazo.

 

         Lo sé.

 

         Escúchame, si no le informo sobre esto él podría demandarme y tal vez con justa razón.

 

         No se preocupe por eso, le aseguro que Seto no hará tal cosa.

 

         Joey, una demanda es lo que menos me preocupa, estoy más interesado en tu salud y que todo salga bien.

 

         Lo sé. – Desvió un poco su mirada. – Lo único que le pido es que salve a mis hijos por favor, lo demás no importa.

 

         De acuerdo, pero debes prometerme que seguirás mis indicaciones al pie de la letra.

 

         Si, se lo prometo. Anda Ryou, es hora de irnos.

 

         Snif, snif, snif, snif, snif… Está bien. – Hacia lo posible por no llorar para no preocupar a su pareja quien seguía afuera esperándolos.

         Muchas gracias por todo Doctor.

 

         No tienes nada que agradecerme, por cierto, el viernes te toca otro chequeo así que esta vez iré al departamento de su amigo para que usted no tenga que venir hasta acá.

 

         Se lo agradezco mucho.

 

Una vez que se despidieron comenzaron a caminar, el rubio solamente pudo dar tres pasos cuando sintió que todo se le puso negro y alcanzó a oír un fuerte grito.

 

         JOOOOOOOOOOOOOOOOOOOEEEEEEEEEEEEEEEEYYYYYYYYYYY…

 

 

Continuará…

 

 

N/A: ¿Creen ustedes que realmente sea un viaje de negocios el que hará Yami? ¿Por qué no habrá querido que lo acompañara su esposo? ¿Por qué le prohibió que asistiera a la cena navideña? ¿Yūgi le obedecerá a su esposo? ¿Creen que haya gato encerrado en todo esto? ¿Consideran que nuestro cachorro hace bien en salvarles la vida a sus hijos? ¿Cuál será el desenlace de esta historia? Todo esto y más lo iremos descubriendo en los siguientes capítulos, muchísimas gracias por tomarse su tiempo en leer esta interesante historia, cualquier duda que tengan escríbanme que yo con mucho gusto les responderé, si alguien quiere dar alguna sugerencia en cómo quiere que termine esta historia soy toda oídos, bueno en este caso diría que leeré sus comentarios.

 

Ahora sí, me despido muy cariñosamente de todos ustedes, pórtense bien, no salgan de sus casas sin mascarilla, lleven siempre su botecito de alcohol gel, y no olviden sanitizarse antes de entrar a sus casas. Les mando muchos besos virtuales y un fuerte abrazo virtual desde la distancia.

 

Atte.:

 

           KAT.