SIN CACHORRO… NO HAY NAVIDAD…

Capítulo 36: Aclarando ciertas dudas… VI parte.

Declaimer: Noticia de último momento… “YU – GI – OH!, No es mío”… Mucho menos sus personajes… Son propiedad de su respectivo autor, pero toda la trama de esta historia si es creada por mí. Amo inventarles historias nuevas a mis queridos personajes, es una manera de expresar lo que siento, y tener la dicha de poderlo compartir con todos ustedes.  ^_^

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En un salón de clases todos los estudiantes prestaban atención a la explicación del profesor, en ese lugar reinaba el silencio, hasta que de pronto un sonido de un celular distrajo a todas las personas.

         Joven Kaiba, le recuerdo que los celulares no son permitidos en mi clase. – Le reprendió el docente.

La otra persona no prestó atención a lo que le decían, y decidió contestar la llamada.

         Ryou, estoy en clase. – Susurraba.

         Mokuba, Joey está en el hospital, se puso muy mal.

         ¿QUEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEÉ? – Gritó alarmado.

         JOVEN KAIBA. – Volvía a reprenderlo. – Le sugiero que salga en este… – No terminó de hablar al verlo que se había levantado de golpe, estaba pálido como una hoja de papel, y con nerviosismo guardaba todas sus cosas, y a la vez se abstenía las ganas de llorar.

         Discúlpeme profesor Noah, debo irme. – Lo miró con tristeza.

         Espere por fa… – Se quedó con la palabra en la boca al verlo salir como una bala del salón de clases. – En vista a lo ocurrido, la clase ha terminado.

Todos los estudiantes empezaron a levantarse de sus asientos, en lo que iban saliendo el hombre guardó sus cosas y se apresuró para ir alcanzar al pelinegro. Había llegado justo a tiempo al parqueo, se le acercó al verlo que no podía abrir su auto y todos sus libros estaban tirados en el suelo.

         En esas condiciones no puedes conducir.

         Lárgate, déjame en paz. – No se atrevía a mirarlo a los ojos.

         Hazme caso, estas muy nervioso, ¿por qué no me dejas ayudarte?

         No quiero tu lástima en estos momentos, no quiero que me ayudes, así que vete, en todo caso no es asunto tuyo. – Logró meter la llave en la hendidura para abrir su vehículo, en cuanto abrió la puerta, la otra persona lo detuvo antes de que se metiera.

         Te equivocas, si es asunto mío y no dejaré que manejes en esas condiciones.

         ¿Por qué de pronto te estas preocupando por mí? ¿Acaso no me dejaste en claro que podía hacer mi vida con quien yo quisiera?

         ¿Podemos discutirlo luego?

         No hay nada que discutir. – Estaba por entrar al vehículo, pero el hombre le sostuvo el brazo con fuerza. – Suéltame, ¿qué te pasa?

         No seas necio, estás muy nervioso para que puedas conducir, y ni siquiera sé por qué estas así. – Manifestaba algo molesto y preocupado al mismo tiempo.

El pelinegro no pudo más y comenzó a llorar como si fuese un niño perdido.

         Snif, snif, snif, snif, snif, snif… La llamada que recibí… Snif, snif, snif, snif, snif, snif… Era de Ryou… Snif, snif, snif, snif, snif, snif… Avisándome que Joey está en el hospital… Snif, snif, snif, snif, snif, snif… Puede perder al bebé… Snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif…

El otro se quedó helado al escuchar lo que su ex – pareja le decía, en ese momento decidió abrazarlo con todas su fuerzas.

         No llores por favor Moki, no soporto verte llorar. – Se separó un poco de él, para mirarlo a los ojos. – Si me dejas llevarte al hospital te prometo que luego hablaremos tú y yo, solamente te pido que te tranquilices amor. – Le da un pequeño beso en los labios.

         Snif, snif, snif, snif, snif, snif… Yo… Snif, snif, snif, snif, snif, snif…

         Por favor, déjame llevarte al hospital.

         Snif, snif, snif, snif, snif, snif… Está bien… Snif, snif, snif, snif, snif, snif… – Le entregó las llaves del vehículo.

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Hospital de Ciudad Domino…

         Bakura, ¿con quién hablabas por teléfono?

         Únicamente llamé a ni negocio para ver si todo estaba bien. – Mintió. – “Perdóname amor por no decirte la verdad”. – Eso último lo había pensado para sí mismo.

         Si quieres irte hazlo, no me importa. – Le contestó de manera grosera.

         No digas eso amor, no pienso irme a ninguna parte.

         Discúlpame por favor por hablarte de esa manera, es que estoy muy nervioso.

         Lo se amor, no tienes que darme explicaciones. – Se le acercó para abrazarlo.

         Gracias por estar conmigo en estos momentos. – Sus ojos comenzaron a humedecerse, estaba destrozado por todo lo ocurrido.

         No hay nada que agradecer, trata de tranquilizarte.

La otra persona estaba por decir algo pero alguien los interrumpió.

         ¿Cómo está?

         Shizuka… – Rompió en llanto y a la vez la abrazaba.

         Ryou, dime cómo está mi hermano, en qué condiciones se encuentra.

         Snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif… No lo sé… Snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif… El médico todavía no sale, y nadie nos quiere decir nada… Snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif…

         No… No puede ser. – Respondió con la voz cortada. – ¿Se va morir? Respóndeme Ryou, ¿Joey se va morir?

         Snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif… Shizuka… Snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif… – No podía articular palabra debido a su llanto.

         Tienen que calmarse. – Intervenía el albino mayor. – No saquemos suposiciones antes de tiempo.

         Pero…

         Hay que sentarnos y esperar.

         Discúlpeme señor Bakura pero no me gusta esperar, necesito saber qué fue lo que le ocurrió, anoche estaba bien, no lo entiendo.

         Por favor señorita, tiene que tranquilizarse. – Le hizo señas para que volviera a ver a la otra persona.

         Ryou, lo siento tanto, que tonta soy al no darme cuenta como estas sufriendo.

         Snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif… No es necesario que se disculpe… Snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif… Joey se puso mal por mi culpa… Snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif… – Su llanto se intensificó.

         ¿Cómo que por tu culpa? ¿Qué quieres decir con eso? – Preguntaba molesta.

         Ryou, tú no tienes la culpa de nada.

         ¿Por qué lo defiende? Si algo le llega a pasar a mi hermano, le juro que…

         CÁLLESE. – Gritó el albino mayor. – Sus estúpidos comentarios no ayudan en nada, no ve cómo se encuentra Ryou, no ve lo afectado que esta.

         Yo lo único que exijo es que alguien me diga qué fue lo que pasó.

         Yo también quiero saber qué fue lo que le ocurrió a Joey. – Otra persona acababa de llegar al lugar.

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No muy lejos del lugar…

         “La llamada que recibí me ha dejado muy desconcertado, todavía no puedo creer que ese muchacho esté a punto de perder a su bebé. ¿Qué le habrá ocurrido? No lo entiendo, todos los días lo miraba muy ilusionado, y cuando lo visitaba con Malik, el no hacia otra cosa que hablar de su hijo, soñaba con tenerlo en sus brazos, acariciarlo, llenarlo de besos, tenía muchos planes con ese nuevo ser. Pero ahora”… – Pensaba un hombre alto, piel bronceada, pelo cenizo, decidió salir a dar una pequeña vuelta por los pasillos del hospital, no quería que su esposo se diera cuenta de la terrible noticia. – “No, él no puede perder ese bebé, sería un golpe muy duro que no resistiría, y lo peor es que Seto no está enterado de nada, no puedo imaginarme la angustia que ha de estar pasando Joey en estos momentos, se ha de sentir completamente solo. Necesito averiguar qué fue lo que le pasó”. – Dejó de caminar al sentir que alguien le ponía una mano encima sobre su hombro, al voltear a ver se sorprendió. – ¡Malik, que haces aquí!

         Discúlpame amor por seguirte, me preocupé al verte salir casi de inmediato cuando recibiste esa llamada. ¿Sucedió algo?

         Bueno… Yo… Lo que pasa es que…

         ¿Qué sucede Marik? ¿Por qué de pronto te has puesto pálido?

         Ven, busquemos donde sentarnos.

         Está bien.

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         Snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif… Mokuba… Snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif… – Se le acercó para abrazarlo.

         Ryou... – Le correspondía el abrazo. – Qué alguien me diga lo que está pasando por favor.

         Yo les explicaré todo, pero antes necesito calmar a Ryou, no me gusta verlo así.

         De acuerdo Bakura.

         Ven Ryou, vamos a sentarnos. – Lo guiaba su novio, en eso estaba hasta que llegó una mujer al lugar diciendo:

         ¿Se encuentra el señor Kaiba?

         Él no se encuentra señorita. – Contestó el albino mayor.

         Deben llamarlo para que firme unos papeles, necesitamos su consentimiento para…

         ¿Cómo se encuentra mi hermano? – Interrumpió de golpe uno de los presentes.

         Yo no sé nada. – Respondió la enfermera. – Únicamente vine para que el señor Kaiba firme estos documentos, necesito que alguien se responsabilice por si habrá que tomar una difícil decisión.

         ¿Qué quiere decir con eso? – Preguntó el pelinegro.

         Solamente el señor Kaiba está autorizado para que se le dé esa información.

         Deme esos papeles, yo los firmaré.

         ¿Es usted el señor Seto Kaiba?

Todos se miraban unos a otros, nadie se atrevía a responder esa pregunta, hasta que finalmente uno de ellos dijo:

         No, pero soy su hermano menor, por lo tanto me compete todo lo que le tenga que decir.

         Lo siento mucho, si él no está presente, entonces…

         Ya me cansé de ser amable. – Manifestaba molesto el pelinegro. – Exijo que me entregue esos papeles ahora mismo, yo asumiré toda la responsabilidad, y sabré tomar cualquier decisión que se presente en el momento.

         ¿Está usted seguro?

         Por supuesto que sí. – La miraba fijamente a los ojos.

         Tome, y fírmelos. – Al terminar de hablar comenzó a caminar hacia la salida, pero se detuvo al escuchar una voz detrás de ella.

         ¿Cuál es la información que se me va dar?

         Tendrá que esperar a que el Doctor venga hablar con usted. – Contestó sin ni siquiera mirarlo para luego seguir su camino.

         Que vieja más odiosa.

         No le hagas caso Mokuba.

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         No llores por favor Malik, vez porque no quería decirte nada.

         Snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif… Pobre Joey, y tan ilusionado que estaba con ese embarazo, era lo único que lo unía a su esposo… Snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif…

         Tranquilízate amor. – Le limpiaba las lágrimas con su pañuelo.

         ¿En qué hospital esta? Me gustaría ir a verlo.

         Él está en este mismo hospital que nosotros.

         ¿Estás seguro?

         Si, Bakura me lo dijo.

         Hay que ir con ellos Marik.

         Lo sé, pero debemos esperar a que por lo menos Mokuba nos llame, por el momento no podemos hacer nada.

         Tienes razón, aunque hay algo que si puedes hacer.

         Dímelo amor, estoy dispuesto hacer lo que sea.

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Horas más tarde…

Todos estaban en un sepulcral silencio, nadie decía nada y cada uno estaba metido en sus propios pensamientos, las horas de espera se les habían hecho eternas, el albino mayor salía de la sala cada media hora a preguntar por su amigo, pero nadie le daba información. Uno de los presentes miraba al albino menor con cierto recelo, no podía apartar de su mente las palabras que había dicho, el ambiente se sentía muy tenso, los nervios se volvían a flor de piel, el cansancio ya se empezaba a notar, y la paciencia a punto de terminarse.

         Esta espera me mata. – Expresó una mujer molesta.

         Cálmate Shizuka, Bakura no debe de tardar, de seguro esta vez y nos trae algo de información.

         En lo que esperamos, arreglaré cuentas pendientes con Ryou. – Lo miró enojada.

         ¿Por qué con Ryou? – Cuestionó el pelinegro.

         Antes de que llegaras, él dijo que todo esto pasó por su culpa. – Lo señalaba con la mano de manera acusadora.

         ¿Qué? – Estaba incrédulo a lo que había escuchado. – ¿Es verdad? Contéstame Ryou, es verdad lo que dice Shizuka, ¿tú tienes la culpa de que Joey esté en el hospital?

La otra persona seguía con la cabeza agachada, no se atrevía a mirarlo a los ojos, todavía se encontraba afectado ante la situación.

         RYOU… – Insistió en llamarlo.

         Si… Es verdad. – Finalmente decidió en dar la respuesta.

         Dime que no es cierto, dime que no es cierto lo que acabo de oír, se supone que lo estabas cuidando, ¿cómo pudiste? Todos confiamos en ti, él confió en ti y te confió lo más valioso que era su hijo. – Se levantó de golpe para agredir al albino, pero su ex – pareja lo detuvo.

         Mokuba, no vayas a cometer una locura.

         Déjame Noah.

         Mokuba, por favor.

         Escúchame bien lo que te voy a decir Ryou, si algo le llega a pasar a Joey o a mi sobrino, te juro que me la vas a pagar. – Apretaba las manos con fuerza del coraje que sentía.

         ¿Con qué derecho te atreves a amenazarlo?

Todos voltearon a ver y quedaron boquiabiertos al mirarlo a los ojos, ya no era aquella mirada de antes, ahora tenía una mirada intimidante.

         Con el mismo derecho que él se atrevió en hacerle daño a Joey.

         Son unos estúpidos, si van a amenazar a alguien, entonces vayan a amenazar al señor Kaiba. Él es el único culpable de esta tragedia. 

         ¿QUÉ TONTERÍAS ESTÁS DICIENDO? – Gritó furioso. – Mi hermano no es…

         Snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif… ¡YA BASTA!... Snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif… ¡BASTA!... Snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif… QUIERO QUE TODO EL MUNDO DEJE DE PELEAR.

         Ryou, perdóname amor, no quería que te volvieras a alterar. – Lo abrazaba para consolarlo.

         Snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif… Yo lo único que deseo es que Joey esté bien… Snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif…

         Shhhhhhh… Ya mi niño, veras que todo va salir bien, trata de tranquilizarte por favor.

         Snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif… Tengo miedo Bakura… Snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif, snif… – Lo abrazaba con todas sus fuerzas.

El silencio se hacía presente de nueva cuenta, cuando miraban esa escena enternecedora se sintieron mal por un momento, se dieron cuenta que quien más estaba sufriendo era el albino menor. Al cabo de media hora llegaba un hombre a la sala de espera.

         Familiares del joven Kaiba Wheeler.

Continuará…

N/A: ¿Quién creen que tenga la culpa? ¿Noah hizo bien en apoyar a su ex – pareja? ¿Qué planes tendrá Malik para ayudar? ¿Ese hombre habrá llegado para dar malas noticias? ¿Cuál será el desenlace? Todo esto y más lo iremos descubriendo en los siguientes capítulos, no olviden dejar sus comentarios que yo con mucho gusto les responderé.

Me voy despidiendo de ustedes con mucho cariño, les mando muchos besos virtuales y un fuerte abrazo de oso virtual, mil gracias por su apoyo.

Atte.:

          KAT.