viernes, 23 de agosto de 2019

Los Ojos... Son El Reflejo del Alma...






Capítulo 65: Confianza.



Notas del fanfic: La confianza es la seguridad o esperanza firme que alguien tiene de otro individuo o de algo. También se trata de la presunción de uno mismo y del ánimo o vigor para obrar.

Según mi punto de vista, la confianza es algo difícil de dar y ganar. En otras palabras, cuando confías en una persona tienes la certeza de que no te defraudará y estará con nosotros hasta el final. Es fácil decir: confía en mí que yo nunca te voy a traicionar… Lo difícil es cumplir con lo que decimos. Cuando damos nuestra confianza y nuestro amig@, novi@, vecin@, compañeros de trabajo nos traicionan, nos volvemos vulnerables y desconfiados, nos cuesta mucho trabajo en tenerle confianza a una persona. Y cuando nos ganamos ese derecho y por X o Y motivo fallamos, perdemos la confianza de nuestro amig@, novi@, espos@, etc.

Si alguien nos brinda su confianza, lo que debemos de hacer es valorar lo que nos están confiando, porque vale más una amistad que todo el oro del mundo.


Declaimer: Como siempre… Bla, bla, bla, bla, bla, bla… Los personajes de YU – GI – OH!, “No me pertenecen”… Chiquiris maquiris, son propiedad de su respectivo autor, abra cadabra, solamente hago este fic porque me encanta escribir, y que ustedes se diviertan de mis locuras… Es mi manera de expresar lo que siento, y tener la dicha de poderlo compartir con todos mis lectores…


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Días después…

            Ese Joey, pero que se ha creído al no recibirnos el sábado que llegamos a visitarlo.

            Cálmate Tea, haces una tormenta en un vaso con agua.

            Ja, eso no es cierto y no sé por qué lo defiendes tanto.

            Porque de seguro fue su padre quien no quiso que nosotros entráramos a verlo.

            Yo pienso igual que Tristán.

            Pues yo más creo que solamente quiere llamar la atención, para que nosotros estemos como sonsos preocupándonos por él.

            Creo que Joey es incapaz de algo así.

            Hay Ryou, que estúpido eres.

            Tea, no le hables así, él no tiene la culpa de tu enojo.

            Grrr… Ustedes a veces me sacan de quicio.

            Lo mejor será que intentemos visitarlo otro día.

            Estoy de acuerdo con lo que dice Yūgi.

            De acuerdo, ojalá esta vez sí nos quiera recibir su majestad.

            No entiendo qué le pasa a Tea, yo si estoy preocupado por él.

            No le hagas caso Ryou, está haciendo uno de sus berrinches, ya se le pasará.

            Espero que tengas razón Tristán.

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            Me alegra que haya hablado con el señor Kaiba.

            Es lo menos que podía hacer después de todo lo que él ha hecho por nosotros.

            Quien iba a imaginar que una persona tan fría y déspota tuviera algo de bondad en su corazón.

            El poco tiempo que llevo tratándolo, he llegado a pensar que la única persona que lo ha hecho cambiar es mi hijo.

            Usted tiene toda la razón, Joey es un joven muy especial, puede cambiar el corazón de las personas.

            Incluyéndome. – Medio sonrió.

            Oh Jou, no diga eso, usted también es una buena persona y esa cualidad la heredó su hijo.

            Muchas gracias amor. – Le da un beso en su mejilla, haciendo que la mujer se sonrojara un poco.

            Iré a ver cómo está su hijo.

            Está bien. – Le sonrió tiernamente.

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En algún lugar de Ciudad Domino…

Una mujer de cabellos rubios, se encontraba en su mansión terminando de desayunar, pensaba en muchas cosas y lo que más le inquietaba un poco era la conversación que había tenido con su hijo el fin de semana que acaba de pasar.

FLASH BACK

            ¿Qué es lo que te tiene tan abatido?

            Tengo problemas en mi relación y por más que trato de solucionar las cosas siento que todo se me sale de las manos.

            Hijo, qué clases de problemas estas teniendo con tu pareja, si quieres un buen consejo tendrás que decírmelo todo.

            De acuerdo madre, aunque no sé cómo lo vayas a tomar.

            Tú cuéntame y después veremos.

El joven suspiró profundamente, cerró levemente sus ojos y empezó a conversar.

            Yūgi cree que estoy enamorado de su amigo, cosa que no es cierto.

            ¿Cuál amigo?

            Me refiero a Joey.

            Continúa.

            Bien, el caso es que todo le molesta, me dice que lo dejo tirado, que no le dedico tiempo, que paso todo el día en casa de él, que no hago otra cosa que ayudarlo.

            ¿Y todo eso es cierto?

            Si.

            Le has explicado tus motivos del por qué lo haces.

            Si, jamás le he ocultado las cosas, siempre que me dirijo a su casa para verlo le aviso a Yūgi e incluso le pido que me acompañe pero él se niega.

La mujer tenía un semblante serio, prestaba atención a todo lo que le contaba su hijo, era la primera vez que lo miraba abatido y triste al mismo tiempo.

            Y las pocas veces que te ha acompañado a visitar a ese joven te portas igual que cuando estas solo con él.

            ¡Mamá! ¿Insinúas que le soy infiel a mi novio?

            No insinúo nada y si te lo pregunto es porque siento que me estas ocultando algo.

El tricolor mayor tragó saliva en seco, esa mujer no se le escapaba nada.

            ¿Qué quieres saber, madre? – Se atrevió preguntarle.

            Lo que quiero saber es que si ya has tenido relaciones sexuales con tu novio.

            No entiendo que tiene que ver eso con mi problema.

            Aunque no te des cuenta tiene mucho que ver. Ahora respóndeme.

            Si.

            Ya veo… – Se quedó callada por unos segundos. – Y desde cuándo se ha empezado a comportar así.

            No te entiendo madre.

            Tu novio Yūgi, ha sido siempre celoso o cambió después de que ustedes tuvieran intimidad.

El faraón pensaba en lo que le preguntaba su madre.

            Siempre ha sido celoso, pero… Se ha vuelto más celoso después de que hicimos el amor.

            ¿Lo sigues amando? O te sientes culpable de dejarlo.

            Todavía lo amo y me duele que el desconfíe de mi todo el tiempo.

            Yami, deberías de hablar con algunos de sus amigos, quizás uno de ellos lo esté aconsejando mal.

El joven se sorprendió por las palabras de su madre, era similar a lo que le decía su amigo Bakura.

            Madre, se quiénes son sus amigos y puedo asegurarte que son buenos chicos, incluso yo les daba clases a todos ellos.

            Les distes clases cuando eran unos niños y esos niños ahora son unos adolescentes. Las personas cambian Yami.

            Entonces, crees que si hablo con alguno de ellos podré saber lo que le pasa a Yūgi.

            Al menos encontrarás una pista de cómo salvar tu relación.

            ¿Y por qué no me lo dice Yūgi? Se supone que entre nosotros no debe de haber secretos.

            Hijo, hay cosas que no se le puede decir a tu pareja por el simple hecho de que creen que no llegarán a comprenderlos.

            Yūgi, no es así.

            Yami, escúchame por favor, tu novio se molesta cuando le hablas de su amigo, se molesta cuando lo visitas, se molesta cada vez que quieres ayudarlo, te ha impuesto sus condiciones para que abandones a ese muchacho y sin embargo, cada vez que le preguntas por qué su reacción él no te da una respuesta concreta.

            Es verdad. – Bajó un poco su mirada.

            Yami, si quieres salvar tu relación, busca la manera de ayudar a tu novio, si en verdad lo amas tienes que apoyarlo, pero no tomando decisiones equivocadas, debes encontrar la fuente de donde vienen los problemas.

            Tienes toda la razón, muchas gracias por tus consejos madre.

            De nada mi muchachito, tu sabes que siempre puedes contar conmigo.

            Si, lo sé.

FIN DEL FLASHBACK

            “Hijo mío, espero que puedas resolver tu problema, porque no me gusta verte todo desanimado”. – Esto último lo pensó para ella misma.

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Horas más tarde…

Unos jóvenes estaban llegando a una mansión, iban conversando mientras caminaban.

            Sólo nos queda una semana de clases y una semana de exámenes.

            Por fin seremos libres. – Comentó uno de ellos.

            Si nuestro padre te oye halar de esa manera, pensará que su escuela es una prisión. – Intervino en la conversación otro joven.

            ¡Hermano! No digas esas cosas que me avergüenzas enfrente de los demás.

            Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja… – Reían todos los presentes.

            Pero decirlas no te da pena, ¿verdad?

            Hump…

            Lo siento Noah, pero tu hermano tiene razón.

            Mokuba Kaiba, de qué lado estás. – Fingió estar molesto.

            Del tuyo por supuesto. – Hacia lo posible para no reírse.

            Mejor me voy, cuando ustedes se juntan son insoportables. – Caminó en dirección a las escaleras para ir a su habitación.

            Amor, espérame por favor.

            Este niño, cuando aprenderá. – Susurró para sí mismo, sin darse cuenta que logró escucharlo la persona que estaba a su lado.

            No deberías de ser tan malo con tu hermanito. – Bromeó con él.

            ¡Ryou! No me digas que me escuchaste.

            Si. – Se sonrojó un poco. – He visto cómo quieres a tu hermanito.

            Pero que cosas dices Ryou. – Trató de evadir el tema. – ¿Quieres ir al jardín? O prefieres ir a mi habitación.

            Me gustaría ir al jardín.

            De acuerdo, vamos.

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            Gracias por haber venido por mí a la escuela.

            No tienes nada que agradecerme.

            Yami…

            Si, dime.

            Discúlpame por ser tan celoso.

La otra persona se sorprendió bastante por el comportamiento de su pareja.

            Yūgi, a qué se debe este cambio tan repentino.

            Te amo y no quiero perderte.

El faraón detuvo el carro, se desabrochó el cinturón de seguridad y abrazó a su novio.

            Yo también te amo mi pequeño y no deberías de sentir celos.

            No puedo evitarlo, te amo demasiado.

            Está bien amor, dejémoslo así para no discutir.

            Si. – Medio le sonrió. – ¿Te quedarás a almorzar en mi casa?

            Por supuesto mi amor.

            Mi abuelo se alegrará al verte, le simpatizas mucho.

            Tu abuelo es una gran persona y yo también le tengo mucho cariño. Bueno, lo mejor será apresurarnos en llegar.

            Si, tienes razón.

El joven volvió a abrocharse el cinturón de seguridad y comenzó a conducir.

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            Gracias por invitarme a comer.

            No tiene nada que agradecerme.

            ¿Cómo ha seguido Joey?

            Hoy estuvo Aime con él y me dijo que está bastante mejor.

            No lo veo muy convencido que digamos.

            Me doy cuenta que a usted nada se le escapa. – Intentó sonreír. – Lo poquito que había logrado con mi hijo, lo estropeé en un abrir y cerrar de ojos.

            ¿Sigue rechazándolo?

            Si y me duele cada vez que lo hace.

            No debe desesperarse, es mejor darle su espacio y su tiempo.

            Lo sé. – Se quedó callado por un segundo. – Puedo pedirle un favor.

            Jou, usted puede pedirme todos los favores que quiera. – Trató de animarlo un poco.

            Muchas gracias, Seto.

            ¿Cuál es el favor que quiere pedirme?

            Tome. – Le entregaba un objeto, el CEO al verlo abrió los ojos a más no poder.

            ¿Para qué me lo está dando?

            Quiero que usted lo guarde, en estos días he pensado en muchas cosas y llegué a la conclusión de que tal vez usted sea la persona adecuada para que se lo devuelva a mi hijo.

            Pero…

            Por favor, no diga nada y ni me haga preguntas. Algo me dice que encontrará el modo para que mi hijo acepte lo que por derecho le pertenece, estoy casi seguro que usted podrá sanar el corazón de Joey.

            Jou, le agradezco por tenerme esa confianza pero yo no soy la persona adecuada, creo que es usted quien debería de entregárselo.

            No Seto, yo ya perdí mi oportunidad, ahora es su turno de intentarlo.

            ¿Y si, fallo? – Preguntó algo inseguro.

            ¿Acaso tiene miedo de intentarlo?

            No.

            ¿Entonces?

            Tengo miedo de decepcionarlo.

El hombre quedó estupefacto ante la respuesta ya que no esperaba que fuera tan honesto.

            Créame lo que le voy a decir, usted nunca me va a decepcionar, sé que le estoy poniendo una gran carga sobre sus hombros, pero también sé que no puedo obligarlo a que lo acepte. – Estaba por guardar aquel objeto y antes de hacerlo la otra persona le sostuvo su mano.

            Espere por favor, creo que tiene razón, yo lo guardaré hasta que tenga la oportunidad de devolvérselo a su hijo.

            ¿Está usted seguro?

            Si, además me acaba de decir que no estoy obligado.

            Es correcto y por qué lo hace.

            Porque quiero y deseo intentarlo.

El hombre medio sonrió y a la vez se lo entregaba. 

            Muchas gracias.

            No Jou, al contrario, gracias por darme esta confianza.

            Me doy cuenta que mi hijo no se equivocó en elegirlo.

            ¿Por qué lo dice?

            Porque usted es una persona que no se da por vencido tan fácilmente y ha mostrado mucha madurez con todo lo que ha pasado. Y puedo imaginarme que no ha sido nada fácil estar al pendiente de Joey. Cualquiera en su lugar ya se hubiera retirado.

            Yo no soy cualquier persona que tira la toalla de primas a primera.

            Ve, a eso me refiero. – El castaño medio sonrió. – Seto, desde hace días he querido hacerle una pregunta.

            Hágala.

            Quiero que me conteste con la verdad.

            Le doy mi palabra. ¿Qué quiere preguntarme?

            Ya pensó muy bien las cosas.

            ¿Qué es lo que debo de pensar?

            Lo que quiero decir es que si ya pensó muy bien en seguir adelante con todo esto, mire que todavía está a tiempo de retirarse y créame que no lo culparía por eso.

            No entiendo que trata de decirme.

            Usted ya sabe que Joey ha sido marcado de por vida.

            ¿Y?

            Como que y… Yo no quiero que el día de mañana se arrepienta por haber aceptado a mi hijo únicamente porque se sentía culpable y sintió lástima de él. Como le dije antes…  – No terminó de hablar ya que fue interrumpido.

            Jou, se perfectamente que la vida de Joey no volverá hacer como antes y estoy consciente que esa mancha gris estará persiguiéndonos siempre durante nuestras vidas. Pero… Yo le aseguro que no siento lástima por su hijo y sí, es verdad que todavía me siento culpable por todas las cosas que le he dicho y todavía tengo la esperanza de que un día él pueda perdonarme. Pero… – El hombre estaba atento a todo lo que le decía el ojiazul. – Me he dado cuenta que Joey es la persona a quien más amo en la vida y por este amor que yo le tengo, lucharé hasta el final para que el me acepte y quiera andar conmigo.

Al escuchar esas palabras tan sinceras comenzó a llorar y se dio cuenta que ese joven era la única persona que podría hacer feliz a su hijo.

            Muchas gracias, Seto…


Continuará…



N/A: Mil gracias por todo su apoyo y por leer esta fascinante historia.

¿Logrará Seto sanar el corazón de Joey? ¿Yami seguirá los consejos que le dio su madre? ¿Cuáles serán los planes malvados de Tea? Todo esto y más no se los deben perder en el siguiente capítulo. Esta obra está llegando a su final.

Si desean añadirle algo más pueden hacerlo, no olviden dejar todos sus comentarios y sugerencias que yo con mucho gusto les responderé.

Cuídense mucho y nos vemos en el próximo episodio.

Atte.:

             KAT.


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