Capítulo 49: Un Dragoniño viviendo en la mansión de la familia Kaiba… III parte.
Declaimer:
Como siempre… Bla, bla, bla, bla, bla, bla… Los personajes de YU – GI – OH!,
“No me pertenecen”… Chiquiris maquiris, son propiedad de su respectivo autor,
abra cadabra, solamente lo hago porque me encanta escribir, y que ustedes se
diviertan de mis locuras… Es mi manera de expresar lo que siento, y tener la
dicha de poderlo compartir con todos mis lectores…
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Días después…
El
fin de semana finamente había llegado, para algunos ya tenían sus planes hechos
sobre lo que iban hacer y para otros, serían días normales comunes y
corrientes. Unos jóvenes llevaban ratos discutiendo y ninguno de los dos quería
dar su brazo a torcer.
Todo esto es por tu culpa.
¿Mi culpa? No puedo creer que me eches
la culpa de todo.
Pues claro que te culpo por todo,
porque si no fueras tan infantil no estaríamos metidos en este problema.
Ahora resulta que soy infantil.
Si, si lo eres.
¿Por qué? ¿Sólo porque quiero
demostrarle a Shādī que puedo ser mejor que tú?
ERES UN IDIOTA YŪGI, ESTO NO SE TRATA
DE NINGUNA COMPETENCIA. – Comenzaba a alzar la voz.
ENTONCES DIME DE QUÉ SE TRATA. – Sin
darse cuenta el también empezaba a gritar. – Al no ser... – Manifestaba burlonamente.
– Claro, ahora lo entiendo.
¿ENTENDER QUÉ?
QUIERES QUEDAR BIEN CON SHĀDĪ Y HACERME
VER A MÍ COMO UN INÚTIL.
¿DE QUÉ DEMONIOS ESTÁS HABLANDO?
CREES QUE NO ME HE DADO CUENTA DE LO
QUE HACES.
Y SEGÚN TÚ, ¿QUÉ ES LO QUE ESTOY
HACIENDO?
ES OBVIO QUE TÚ TENGAS MÁS RESISTENCIA
QUE YO, PORQUE TE HAS PASADO TODA TU VIDA EN ESE ESTÚPIDO CLUB DE PORRISTA. POR
ESA RAZÓN ES QUE NO TE CUESTA NINGÚN TRABAJO EN HACER TODAS ESAS PIRUETAS QUE
SHĀDĪ NOS PONE HACER.
JA, YO NO TENGO LA CULPA DE QUE AL
ESTAR EN MI ESTÚPIDO CLUB DE PORRISTA ME HAYA SERVIDO PARA SER MEJOR QUE TÚ.
¿QUÉ DIJISTE? RETRÁCTATE AHORA MISMO.
LO HARÉ EN CUANTO TÚ LO HAGAS TAMBIÉN.
JAMÁS, Y VOY A DEMOSTRARTE QUE PUEDO
SER IGUAL O MEJOR QUE TÚ.
ESO LO VEREMOS.
YA VERÁS QUE TÚ SERÁS LA PRIMERA EN
DARTE POR VENCIDA.
¿EN SERIO? PUES QUE YO SEPA EL ÚNICO
NIÑO LLORÓN QUE HAY AQUÍ ERES TÚ.
¿QUÉ DIJISTE?
YA ME OÍSTE.
AH SÍ, PUES ESTE NIÑO LLORÓN TE VA
ENSEÑAR LO QUE PUEDE HACER.
HASTA NO VER NO CREER. – Se burló de su
amigo.
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En alguna parte del mundo...
Unos
jóvenes llevaban toda la mañana jugando en un cuarto de realidad virtual, al
parecer se divertían mucho. Sin embargo, uno de ellos se estaba dejando llevar
por el videojuego.
¡Que divertido es esto!
Más vale que te apresures porque si no
te voy a alcanzar.
Eso, si yo los alcanzo primero.
Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja,
ja, ja, ja, ja… – Reían todos.
¿Cómo dijiste que se llamaba este
juego?
Es un juego de realidad virtual Joey,
por esa razón es que puedes sentir como si todo esto es real.
Así es Joey, aquí puedes hacer todo lo
que tú quieras.
Es verdad, con este traje siento que
soy invencible. – Se movía de un lado a otro.
A un lado señores, que llegó su
capitán.
Diga sus órdenes, capitán Mokuba.
Debemos de destruir a todos los
enemigos antes de que seamos derribados.
¡A la orden capitán! Sígueme Joey, yo
te enseñaré como hacerlo. – No obtuvo respuesta. – ¿Joey, estás ahí? ¿Joey?
¿Qué ocurre Noah?
Algo le pasó a Joey, tal parece que me
dejó solo con la misión.
Ambos
jóvenes se quitaron los cascos para ver lo que pasaba.
¡No está!
Qué raro, hace un momento estaba con
nosotros.
De seguro fue a la cocina por unos
bocadillos.
Vamos a buscarlo.
Una vez que llegaron a la
cocina…
Hola.
Buenos días joven Kaiba, ¿se le ofrece
algo? – Preguntó el chef.
¿Has visto a Joey?
¿Qué no estaba con ustedes?
Sí, pero…
Salió de la habitación sin darnos
cuenta. – Contestó la otra persona.
Deben encontrarlo antes que se meta en
problemas.
Tienes mucha razón, avísame por favor
si lo llegas a ver.
Claro que si joven Kaiba.
Por favor, llámame Mokuba.
Oh no, no puedo hacer eso, si el señor
Kaiba se entera que le falto el respeto, lo más seguro es que…
Tranquilo, te prometo que no pasará
nada.
De acuerdo, déjeme pensarlo.
Gracias Aarón. – Volteó a ver a su
amigo. – Vamos Noah, sigamos buscándolo.
Sí, pero ¿cómo lo buscaremos? Acuérdate
que tu hermano está trabajando en su despacho.
Es verdad, se me había olvidado. – Se
quedó pensando por un momento. – Hay que separarnos para buscarlo en silencio.
Si.
Tú busca en el jardín y yo iré a buscar
en las habitaciones de arriba.
Está bien.
Salieron
de la cocina y antes de separarse lograron escuchar que alguien gritaba.
¿Qué es lo que ocurre? – Preguntó el
pelinegro al llegar al lugar.
MIRE, ALLÁ ARRIBA, PARECE QUE VA
SALTAR. – Gritaba desesperadamente una mujer.
¡Oh no, es Joey!
¿Qué estará haciendo allá arriba?
No lo sé Noah.
Hay que detenerlo antes que cometa una
locura.
Cálmate Noah, veré si me puedo acercar
a él.
Ten mucho cuidado.
Si. – El pelinegro se apresuró en
llegar al lugar y luego comenzó a subir las escaleras para poder estar con su
amigo. – Joey… – Lo llamaba calmadamente, haciendo que el aludido lo volteara a
ver. – ¿Qué haces? Baja por favor.
Ese juego me hizo recordar lo divertido
que es volar. – Se acercó más a la orilla para sentir el viento sobre su cara.
Es solamente un juego Joey, te advertí
desde un principio que lo ibas a sentir como si fuera algo real. Por favor
baja.
Únicamente quiero saber si estoy listo
para volar.
Por qué no pruebas en un lugar que no
esté tan alto. – Trataba de convencerlo.
Pero… – Volvió a mirar hacia abajo, y
al hacerlo se dio cuenta que habían muchas personas mirándolo.
Por favor Joey, ven conmigo.
Si lo hago de una menor altura nunca
sabré si estoy listo para volar de nuevo.
Claro que lo sabrás Joey, ahora baja
por favor. – Estiró un poco su mano para ver si lo alcanzaba.
Está bien. – Estaba por darle la mano
pero dio un paso en falso que lo hizo caer.
JOOOOOOOOOOOOOOOOEEEEEEEEEEEEEEEEYYYYYYYYYYYYYYY,
NOOOOOOOOOOOOOOOOOO…
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH…
– Se escuchaban los gritos de todas las personas que presenciaron la caída del
rubio.
JOOOOOOOOOOOOOOOOEEEEEEEEEEEEEEEEYYYYYYYYYYYYYYY…
– Exclamó el peliverde.
El
rubio extendió sus alas para no caer, hacia lo posible por maniobrar en el aire,
antes de caer al suelo logró elevarse un poco haciendo que todas las personas
se agacharan al sentirlo que había pasado muy cerca de ellos.
ABRE LA PUERTA DE LA COCINA NOAH, DE
ESA MANERA PODRÁ ENTRAR A LA MANSIÓN. – Le gritaba desde lo alto.
ESTÁ BIEN MOKUBA.
JOEY, DIRÍGETE HACIA ALLÁ. – Le
señalaba el lugar.
LO INTENTARÉ.
Cuando
el peliverde abrió la puerta, otra persona se encontraba del otro lado, quien
había llegado para ver lo que ocurría.
¿Qué demonios está sucediendo aquí?
¿Por qué hacen tanto escándalo?
¡CUIDADO!
El
recién llegado se logró apartar y al hacerlo vio como el rubio había pasado a
su lado descendiendo torpemente.
¡AY NO! – Gritaba el pelinegro y se
apresuraba a bajar.
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En algún lugar de Ciudad
Domino…
Un
hombre de estatura media, piel morena, ojos azules, reprendía severamente a dos
jóvenes, y a la vez le dolía ver como ellos se habían comportado…
ESTOY MUY DECEPCIONADO DE USTEDES. –
Los jóvenes mantenían la cabeza agachada. – LOS TRAJE AL BOSQUE PARA PONERLOS A
PRUEBA Y ME ENCUENTRO CON QUE USTEDES NO PUEDEN TRABAJAR EN EQUIPO. EL
ENTRENAMIENTO DE SUPERVIVENCIA NO SE TRATA DE QUIÉN LLEGA PRIMERO A LA META, SE
TRATA DE COMUNICACIÓN, TOLERANCIA, PACIENCIA, AYUDAR A TU COMPAÑERO, ENSEÑARLE
LO QUE ESTÁ MAL Y LO QUE NO. – Su voz daba a demostrar que en verdad estaba
molesto. – Y USTEDES, HAN DEMOSTRADO QUE NO TIENEN NINGUNA DE ESAS CUALIDADES.
Yūgi, es quién nunca me escucha. – Se
trataba de justificar la mujer.
Tú tienes la culpa porque quieres
mandar todo el tiempo. – Le reclamaba su amigo.
Yo no tengo la culpa de que siempre me
lleves la contraria.
Si te llevo la contraria es porque sé
que estas equivocada. – Sin darse cuenta ya se estaban peleando de nuevo.
¡SUFICIENTE! – Gritó el hombre. – NO QUIERO SEGUIR
ESCUCHANDO MÁS EXCUSA DE QUIÉN TIENE LA CULPA Y DE QUIÉN NO LA TIENE. DEBERÍAN
DE ESTAR AVERGONZADOS AL VERSE COMO SE PELEAN. – Los miraba fijamente a los
ojos. – ¿CÓMO ES POSIBLE QUE DOS GRANDES AMIGOS SE ESTÉN COMPORTANDO DE ESTA
MANERA? Y tú, Rebecca… – Le habló decepcionado. – Todo este tiempo creí que
eras la más sensata y que sabrías comportarte mejor que Yūgi.
Lo siento mucho.
YA ESTOY ARTO. – Gritó el tricolor. – NO
ENTIENDO POR QUÉ SIEMPRE TIENES QUE HACERME A UN LADO, TODO EL TIEMPO LE
ASIGNAS MÁS TAREAS A ELLA, Y A MÍ NO, Y LA VERDAD ES QUE YA ME ESTOY
ENCABRONANDO DE QUE SIEMPRE LA PREFIERAS. ¿ES QUE ACASO NO CONFÍAS EN MÍ,
SHĀDĪ? ¿POR QUÉ TIENES QUE VERME INFERIOR QUE A REBECCA?
Yūgi, tú sabes que eso no es verdad, no
es que la prefiera a ella, es sólo que… – Se quedó callado por un momento. – Es
sólo que me he dado cuenta que Rebecca si le hecha muchas ganas en querer
aprender. En cambio tú...
SABES QUE SHĀDĪ, VETE AL DIABLO, LOS
DOS QUIERO QUE SE VAYAN AL DIABLO. – Gritó con todas sus fuerzas para luego
irse del lugar.
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Mansión de la familia Kaiba…
PERRO ESTÚPIDO, MIRA LO QUE HAS HECHO.
– Lo reprendía fuertemente.
Lo siento mucho. – Expresó apenado.
¿Y TÚ CREES QUE CON SENTIRLO VAS A
ARREGLAR TODO ESTE DESASTRE? ¿EN QUÉ DEMONIOS ESTABAS PENSANDO PARA HACER
SEMEJANTE LOCURA? CONTÉSTAME PERRO LO QUE TE ESTOY PREGUNTANDO.
El
ojimiel se sentía asustado y nervioso, intentó levantarse del suelo, pero sus
piernas no le respondieron. Al momento que entró a la cocina se fue a estrellar
a un estante en donde había mucha cristalería fina. Provocando que todos los
platos, vasos y copas le cayeran encima de él.
Yo… Yo sólo… – Se le hacía bien difícil
poder hablar.
Joey, ¿estás bien? – Llegó el pelinegro
a su lado. – Oh Joey, mírate no más. – Lo miraba preocupado.
No intervengas Mokuba. – Lo miraba
seriamente a los ojos.
Hermano, déjame explicarte.
¿Explicar qué?
Estábamos jugando un videojuego de
realidad virtual y Joey se sintió tan emocionado que intentó volar por su
cuenta.
ACASO NO TE HE DICHO QUE ESOS
VIDEOJUEGOS SON PARA PERSONAS ESTÚPIDAS. LO ÚNICO QUE HACEN ES HACERTE PERDER
EL TIEMPO Y ENFERMARTE LA MENTE. – Gritaba enojado.
Eso no es verdad, esos videojuegos son
divertidos.
¿TE PARECE DIVERTIDO QUE ESTE ESTÚPIDO
PERRO ESTÉ TIRADO EN EL SUELO A LA MITAD DE LA COCINA?
No. – Respondió cabizbajo. – Debes
entender que él necesitaba probar sus alas.
¿PARA QUÉ? ¿QUÉ GANARÍA CON HACER ESO?
Por favor no se enfade, yo limpiaré
todo esto.
¿Y TÚ CREES QUE CON LIMPIARLO VAS A
SOLUCIONARLO TODO? ERES TAN ESTÚPIDO QUE NO TE DAS CUENTA QUE ACABAS DE ROMPER
UNA CRISTALERÍA QUE VALE MUCHO DINERO. Y POR LO VISTO ESO A TI NO TE IMPORTA.
Basta Seto, estas siendo muy duro con
él.
DEJA DE DEFENDERLO. – Le gritó a su
hermano. – DESDE UN PRINCIPIO LE DIJE A ESTE PERRO QUE SI IBA A VIVIR AQUÍ,
TENDRÍA QUE HACERLO BAJO MIS REGLAS Y HASTA LA FECHA HA ROTO TODAS Y CADA UNA
DE ELLAS. – Volteó a ver al ojimiel. – ¿POR QUÉ DEMONIOS NO TE PUEDES QUEDAR
QUIETO? ¿POR QUÉ TIENES QUE ARMAR UN ESCÁNDALO? SI HASTA PARA COMER EN LA MESA
TIENES QUE HACERLO COMO CERDO. NO TIENES MODALES, NO RESPETAS LAS REGLAS, HACES
LO QUE SE TE DA LA GANA, ANDAS DESTRUYENDO TODO LO QUE ENCUENTRAS A TU PASO. –
La criatura lloraba al escuchar todas las palabras que el castaño le decía. – Y
AHORA ME SALE CON QUE SE DEJÓ LLEVAR POR UN ESTÚPIDO VIDEOJUEGO, ES TAN
DESCONSIDERADO QUE NO SE PUSO A PENSAR QUE PUDO HABER LASTIMADO A ALGUIEN.
Perdón… – Lloraba desconsoladamente.
COMO SI PIDIENDO PERDÓN SOLUCIONARAS
CADA DESASTRE. ¿Y TODAVÍA QUIERES QUE TE TRATEMOS COMO UNA PERSONA COMÚN Y CORRIENTE?…
– Lo miró seriamente a los ojos. – PUES DÉJAME DECIRTE ALGO, NUNCA SERÁS COMO
NOSOTROS, ERES Y SEGUIRÁS SIENDO UN ANIMAL SALVAJE, PORQUE NO SABES
COMPORTARTE, NO HACES OTRA COSA QUE DESTRUIR COSAS Y ROMPER TODO LO QUE ESTÉ A
TU PASO. NO ERES MÁS QUE UN… – No terminó la frase al verlo como temblaba, pero
lo que más llamó su atención fue cuando el rubio había agarrado un gran puñado
de cristales rotos y los apretaba con fuerza con sus manos y al hacerlo se
cortaba. – ¿QUÉ HACES PERRO ESTÚPIDO? – Le dio un fuerte manotazo para que
soltara todos los vidrios rotos.
¡JOEY! – Exclamó preocupado el
pelinegro.
Lo… Siento mucho… Perdónenme… Por…
Favor. – Seguía llorando desconsoladamente.
Seto, no puedes… – Se quedó con la
palabra en la boca al ver como su hermano cargaba al rubio en sus brazos para
sacarlo de ahí y llevarlo a su habitación a curarle sus heridas.
Continuará…
N/A: ¿Habrá
terminado la amistad entre Yūgi y Rebecca? ¿Hizo bien Shādī al reprenderlos?
¿Creen que los videojuegos enferman la mente? ¿Podrá Seto algún día aceptar a
Joey tal y cómo es? Todo esto y más lo iremos descubriendo en los siguientes
capítulos. Los invito para que el próximo viernes no se pierdan la continuación
de esta increíble historia. Muchísimas gracias por tomarse su tiempo para
leerla, si tienen dudas pueden dejarme sus comentarios que yo con mucho les
responderé.
Me
despido cordialmente de cada uno de ustedes, pórtense bien, duerman mucho,
estudien para que el día de mañana puedan llegar hacer unos grandes
profesionales. Les mando muchos besos virtuales y un fuere abrazo desde la
distancia.
Atte.:
KAT.
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