sábado, 3 de septiembre de 2022

LA LEYENDA DEL MONSTRUO DE OJOS ROJOS…



Capítulo 47: Un Dragoniño viviendo en la mansión de la familia Kaiba…

 

 

Declaimer: Como siempre… Bla, bla, bla, bla, bla, bla… Los personajes de YU – GI – OH!, “No me pertenecen”… Chiquiris maquiris, son propiedad de su respectivo autor, abra cadabra, solamente lo hago porque me encanta escribir, y que ustedes se diviertan de mis locuras… Es mi manera de expresar lo que siento, y tener la dicha de poderlo compartir con todos mis lectores…

 

******************************

 

Dos semanas después…

 

Un hombre alto, piel morena, cabellos castaños, ojos azules, estaba terminando de escribir un informe en su laptop, en lo que lo hacía no había dejado de pensar en la conversación que tuvo con su hermano días atrás.

 

FLASH BACK

 

Dos personas llegaban a su mansión, primero se bajaba el copiloto y posteriormente el conductor, en lo que caminaban iban conversando de muchas cosas…

 

         Se me hizo raro que hoy fueras por mí a la escuela, hermano.

 

         No tiene nada de malo que vaya por ti de vez en cuando.

 

         Me alegra que lo hayas hecho, porque así aprovecho para hablar contigo.

 

         Eso está bien, porque yo también necesito hacerlo.

 

         Baia, sin querer nos hemos puesto de acuerdo.

 

         Sobre qué quieres hablar conmigo.

 

         Quiero que Joey viva con nosotros. – Expresó emocionado.

 

         ¿Qué fue lo que dijiste?

 

         Cuando se haya recuperado por completo, quiero que el viva con nosotros, que tenga su propia habitación, su propio guardarropa, que pueda sentarse en la mesa a comer con nosotros, quiero que él se sienta cómodo viviendo en la mansión, esta vez no habrá necesidad de estarse ocultando, que pueda andar libremente por toda la mansión. Puedo asegurarte que…

 

         Un momento, tú no puedes estar hablando en serio.

 

         Estoy hablando muy en serio. – Lo miró directamente a los ojos.

 

         Lo siento mucho, pero no se va poder.

 

         ¿Qué? ¿Por qué?

 

         Porque yo te iba a pedir que lo dejaras ir.

 

         ¿A qué te refieres con que lo deje ir?

 

         Mokuba, escúchame por favor. – Lo veía directamente a los ojos. – Él tiene que regresar al lugar donde le corresponde. ¿No te has puesto a pensar que tal vez tenga alguna familia que lo esté buscando?

 

         Él no quiere regresar a ese lugar.

 

         ¿Cómo puedes saberlo?

 

         Porque el mismo me lo ha dicho.

 

         Exactamente qué es lo que te ha dicho.

 

         No mucho, casi nada.

 

         Dime lo que sabes.

 

         Joey, no quiere regresar con su padre.

 

         ¿Por qué?

 

         Él me dijo que lo han tenido encerrado en lugares oscuros casi toda su vida. Una vez le pregunté quién era su padre.

 

         ¿Qué fue lo que te respondió?

 

         No me quiso decir quién es su padre y evadía mis preguntas. Creo que el pobrecito ha sufrido mucho y no tiene a dónde ir.

 

         ¿Me estás diciendo que escapó de su casa?

 

         Creo que sí. – Respondió cabizbajo.

 

         Pues con más razón debe de regresar, quizás su padre lo esté buscando.

 

         Ya te lo dije, él no quiere regresar.

 

         Tendrá que hacerlo lo quiera o no, porque no dejaré que se quede en la mansión.

 

         Por favor hermano, deja que se quede.

 

         Definitivamente no.

 

         ¿Por qué?

 

         Porque no quiero tener problemas si su padre llega a mi mansión armando un gran alboroto por no devolverle a su hijo.

 

         Si eso pasara, te garantizo que Joey no se querrá ir con esa persona.

 

         Es una tontería todo lo que me estás diciendo.

 

         Te propongo una cosa.

 

         ¿Qué? – Lo miraba seriamente a los ojos.

 

         Deja que Joey viva un tiempo con nosotros en la mansión, al menos hasta que su padre llegue a buscarlo.

 

         ¿Qué te hace pensar que llegará?

 

         No lo pienso, solamente lo hago para que te des cuenta que ese hombre no le interesa a su hijo en lo absoluto.

 

         ¿En qué te basas para decir tal cosa?

 

         Hace casi un año que lo encontré en el bosque y hasta la fecha nadie ha venido por él.

 

         Tiene mucho sentido lo que me dices.

 

         Entonces… ¿Dejarás que se quede?

 

         Sí, pero únicamente hasta que su padre venga por él.

 

         Gracias hermano.

 

FIN DEL FLASHBACK

 

         Este niño. – Susurró para sí mismo. – Me ha dejado mucho en qué pensar. – Se levantó de la silla de su escritorio y caminó en dirección hacia un gran ventanal que había en su oficina. – “¿De dónde habrá salido esa criatura? ¿Quién es su padre? ¿Por qué no habla mucho de él? ¿Por qué no quiere volver a su casa? ¿Cómo fue que nació esa criatura? ¿Habrá más de su clase?” – Se cuestionaba mentalmente. – “Creo que la pregunta fundamental que debo hacerme es, ¿quién es su madre? ¿Por qué Mokuba nunca la ha mencionado? No sé cómo, pero de una forma u otra lo voy averiguar”.

 

******************************

 

En alguna parte del mundo…

 

         ¿En qué piensas Rebecca?

 

         ¿Eh?... Perdón, ¿qué me decías Yūgi?

 

         ¿Qué pasa contigo? Últimamente has estado muy distraída.

 

         Ay, cómo crees, eso no es verdad.

 

         Rebecca…

 

         Está bien, te lo voy a decir.

 

         Habla ya, mujer.

 

         He notado que últimamente Shādī y tu abuelo se han estado comportando de manera diferente.

 

         Ahora que lo mencionas… Yo también lo he notado.

 

         ¿A ti no te han dicho nada?

 

         No, pero pasó algo extraño con Shādī hace algunos días atrás.

 

         ¿Qué fue lo que ocurrió?

 

         Me dijo que me iba a apoyar en buscar al ser que posee ojos de rubí.

 

         ¿Qué?... – Exclamó estupefacta. – ¿Qué acabas de decir?

 

         Dije, que está dispuesto en ayudarme para poder encontrar al ser que posee ojos de rubí.

 

         ¿De verdad te dijo eso?

 

         Si.

 

         ¿Y por qué no me lo habías dicho?

 

         Porque no le di importancia.

 

         ¿Por qué?

 

         Ya sabes cómo es él, un día dice una cosa y al otro día dice otra cosa.

 

         Supongo que tienes razón, ¿qué más te ha dicho? ¿Cómo piensa ayudarte?

 

         No lo sé, creo que no se le ha ocurrido nada.

 

         “Ay no, de seguro mi padre ya puso al tanto de la situación al abuelo de Yūgi, y éste de seguro que ya se lo dijo a Shādī”. – Pensaba para sí misma. – “Eso quiere decir que Shādī, ya sabe de la existencia de esa criatura. Pero… ¿Por qué no se lo han dicho a Yūgi?”

 

         Rebecca, Rebecca, Rebecca te estoy hablando.

 

         Lo siento mucho Yūgi, me distraje por un momento.

 

         Si, ya lo noté. – Respondió algo molesto.

 

         No te enfades por favor, es que me dejaste con la boca abierta con lo que me acabas de contar.

 

         Me lo imagino, hasta yo mismo estoy sorprendido.

 

Al poco tiempo llegaba un hombre al lugar donde ellos estaban…

 

         Bien muchachos, el descanso terminó.

 

         Aaaaaahhhhh… – Dijeron al unísono como reproche.

 

         Ya, ya, basta de reproches y sigamos con los ejercicios.

 

         Está bien. – Volvieron a responder de la misma manera.

 

         Espera un segundo Rebecca.

 

         ¿Qué sucede Shādī?

 

         Necesito que tú me hagas otra clase de ejercicios.

 

         ¿Qué dijiste?

 

         Ya me oíste.

 

         Pero…

 

         ¿Por qué a ella la vas a poner que haga otra clase de ejercicios y a mí no? – Preguntó molesto el tricolor.

 

         Porque he notado que Rebecca tiene más resistencia que tú, Yūgi. – Contestó algo molesto.

 

         Eso no es verdad y te lo puedo demostrar. – Lo miraba molesto a los ojos.

 

         Yūgi, no estoy de humor para tonterías.

 

         Pues yo tampoco.

 

         Chicos, no peleen por favor. – Intervenía la mujer.

 

         Él tiene la culpa Rebecca, todo el tiempo me dice que quiere lo mejor para mí y luego me hace a un lado como si fuera un saco de papas.

 

         Ya basta Yūgi, aprende a obedecerme.

 

         Si quieres que te obedezca, no me trates como un debilucho.

 

         Bien, si eso es lo que quieres, eso tendrás. – Manifestó disgustado. – Quiero que los dos comiencen a correr de manera suave y empiecen por realizar dos cambios de ritmo. Uno de progresiones de 50 metros y luego tres aceleraciones de 25 metros. Van hacerlo hasta el atardecer.

 

         ¿Qué?... ¿No estarás hablando en serio?

 

         Hablo muy en serio Rebecca.


         Muchas gracias Yūgi. – Al caminar pasó golpeándolo con el codo, dejando a su amigo con la boca abierta.

 

******************************

 

Horas más tarde…

 

Un joven de estatura alta, piel de color gris perla, cabellos rubios, estaba parado frente a una ventana mirando el exterior, en lo que lo hacía pensaba en muchas cosas. Sin embargo, había algo que lo entristecía bastante.

 

         Como me gustaría poder salir al exterior. – Susurró para sí mismo. – “Me gustaría poder volar de nuevo como esos pájaros que están en el aire y a la vez se ven contentos”. – Se limpiaba las lágrimas que salían de sus ojos. – “Todavía no me recupero por completo, al menos ya me pasaron a otra habitación”. – Puso una mano sobre la ventana, mientras que miraba melancólico el exterior. – “¿Hasta cuándo podré volver a mi verdadera forma? No me gusta tener esta apariencia tan grotesca”. – Estaba tan metido en sus pensamientos que no sintió cuando alguien entraba a la habitación.

 

         Hola Joey. – Saludaba el recién llegado.

 

         Hola. – Respondió con suma tristeza y ni siquiera lo volteó a ver.

 

         ¿Qué ocurre amigo? – Se atrevió a preguntar otra persona.

 

         Nada.

 

Ambos decidieron acercarse a dónde estaba el rubio.

 

         Joey… – Lo miraba algo preocupado.

 

         Quiero que se vayan, no quiero que estén aquí.

 

         ¿Por qué? – Cuestionaba incrédulo.

 

         Porque no deseo que me vean de esta manera.

 

         No veo nada de malo que…

 

         ¿ES QUE ACASO NO TE DAS CUENTA? – Gritó molesto.

 

         Y sobre qué quieres que me dé cuenta.

 

         MÍRAME, ODIO ESTAR ASÍ, NO ME GUSTA TENER ESTA APARIENCIA, ESTANDO DE ESTA FORMA PAREZCO POLLO DESPLUMADO. – Lloraba amargamente.

 

El pelinegro lo veía de pies a cabeza, y notó que su cuerpo sufría cambios de piel, sus alas y su cola estaban decaídas, maltratadas y el tipo de pelaje que tenía lo estaba botando. Y ese aspecto lo hacía ver de manera repulsiva.

 

         Joey, escúchame por favor. – Se le acercó un poco más. – Parecerá mentira esto que voy a decirte, pero aunque no me lo creas te hablaré con la verdad. – Pensaba la manera de podérselo explicar. – Creo que es normal los cambios que estas teniendo en tu cuerpo, y sé que al principio puede ser desagradable incluso para ti, pero ya verás que con el tiempo te irás recuperando poco a poco.

 

         ¿Cómo puedes estar seguro de lo que me dices?

 

         Porque el cambio que sufre tu cuerpo se le llama muda de piel.

 

         ¿Qué? ¿Insinúas que soy una serpiente?

 

         Claro que no. – Medio le sonrió. – Lo que trato de decir…

 

         Lo que Mokuba trata de decir es que cuando te nazca nueva piel te verás más hermoso que antes. – Intervino en la conversación la otra persona. – No sé si conoces las mariposas.

 

         Si las conozco. – Respondió en lo que se daba la media vuelta para verlo a los ojos.

 

         Entenderás que ellas pasan por un ciclo de vida, primero son orugas, luego se mete en su capullo y con el tiempo se transforma en una linda mariposa. En tu caso es algo parecido, tu cuerpo está botando lo que nosotros conocemos como piel muerta, al terminar ese proceso volverás a ser como antes.

 

         ¿En serio lo crees?

 

         Claro que sí. – Acarició suavemente su rostro para calmarlo.

 

         Lo que dice Noah, es verdad.

 

         Muchas gracias por animarme.

 

         Ya no llores Joey, ya verás que en cuanto menos te lo esperes volverás a tener unas hermosas alas.

 

         Así es amigo, pero por ahora deberás ser paciente.


         De acuerdo.

 

         Dejemos de cosas tristes, porque te he traído una buena noticia.

 

         ¿Qué clase de noticia? – Preguntaba con curiosidad.

 

         Dentro de algunos días, mi hermano te dará de alta.

 

         Y cuando salgas de aquí te hemos preparado una sorpresa para ti.

 

         Noah…

 

         Lo siento mucho, no debí de haber dicho eso. – Empezaba a reírse, haciendo que sus amigos sonrieran también.

 

         ¿Una sorpresa para mí? Díganme por favor de qué se trata. – Manifestaba alegremente.

 

         No comas ansias, lo sabrás a su debido tiempo. – Le respondió el pelinegro.

 

 


Continuará…

 

 


N/A: ¿Podrá Seto descubrir todos los misterios de Joey? ¿Creen que Yūgi hace bien en exigirle a Shādī? ¿Cómo encontrarán al ser que posee ojos de rubí? Todo esto y más lo iremos descubriendo en los siguientes capítulos. Los invito para que el próximo viernes no se pierdan la continuación de esta increíble historia.

 

Me despido cordialmente de todos y cada uno de ustedes, no sin antes agradecerles por el apoyo que me brindan, por leer las historias que escribo, por dejarme sus comentarios, ya que todo eso que ustedes hacen me motiva a que siga escribiendo. Les mando muchos besos virtuales y un súper, ultra mega abrazo desde la distancia. No olviden dejar sus comentarios que yo con mucho gusto les responderé.

 

Atte.:

 

          KAT.




No hay comentarios:

Publicar un comentario