sábado, 13 de agosto de 2022

LA LEYENDA DEL MONSTRUO DE OJOS ROJOS…



Capítulo 44: Alas rotas… V parte.

 

 

Declaimer: Como siempre… Bla, bla, bla, bla, bla, bla… Los personajes de YU – GI – OH!, “No me pertenecen”… Chiquiris maquiris, son propiedad de su respectivo autor, abra cadabra, solamente lo hago porque me encanta escribir, y que ustedes se diviertan de mis locuras… Es mi manera de expresar lo que siento, y tener la dicha de poderlo compartir con todos mis lectores…

 

******************************

 

La noche finalmente se había hecho presente cubriendo el cielo con un enorme manto negro, y diversas estrellas y junto a ellas una hermosa luna creciente. Dentro de una casa se encontraban cenando tanto familiares como amigos, el ambiente se sentía fraterno, en donde todos conversaban de muchas cosas.

 

         Quiero darte las gracias personalmente por ayudarle mucho a mi nieto, Rebecca.

 

         No tiene nada que agradecer, don Solomon.

 

         Rebecca…

 

         Si, dígame.

 

         Por favor, si no es mucho pedir quiero que me llames por mi nombre.

 

         Lo voy a intentar.

 

         Gracias.

 

         Ha sido una semana de locos.

 

         Ni que lo días Yūgi, afortunadamente ya salimos de nuestro tormento. – Risas se comenzaron a escuchar en el lugar.

 

         Que diría tu padre si te oye hablar así.

 

         Creo que me daría la razón.

 

         Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja… – Volvían a reírse todos.

 

         Esta niña, nunca cambiará. – Manifestó el dueño de la casa.

 

         La comida estuvo muy deliciosa.

 

         Me alegra saber que te haya gustado, Rebecca.

 

         Y como no me va gustar si cocinas muy rico, Shādī.

 

         Gracias. – Respondió algo apenado.

 

         No tienes nada que agradecer.

 

         Puedes venir a comer todas las veces que quieras. – Habló el dueño de la casa.

 

         Se lo agradezco mucho, don Solomon.

 

         Deberías decirle ya, Rebecca. – Le susurraba su amigo.

 

         ¿Decirme qué?

 

         Lo que pasa es que he venido para pedirle un favor a Shādī.

 

         Dime, qué necesitas.

 

         Quiero entrenar junto con Yūgi.

 

         ¿Queeeeeeeeeeeeeeeeeeé? – Dijeron los dos al mismo tiempo, tanto el anciano como la otra persona.

 

******************************

 

En algún lugar de Japón…

 

Dentro de una oficina, se encontraban dos hombres hablando, uno de ellos buscaba la manera de poder ayudar en algo, mientras que el otro le parecía absurdo todas las cosas que escuchaba.

 

         Por fin pude hablar con mi colega y amigo.

 

         Te dije que te mantuvieras al margen de este asunto.

 

         ¿Cómo puedo mantenerme al margen aun sabiendo que mi amigo está sufriendo?

 

         No ganarás nada si andas por ahí contándole a todo el mundo sobre la existencia de ese animal.

 

         Oh vamos primo, exageras al decir que lo ando divulgando por el mundo.

 

         Sí que eres estúpido Yami.

 

         ¿Por qué lo dices? – Lo miraba molesto.

 

         Tú se lo cuentas a tu amigo y éste se lo cuenta a otro amigo y así sucesivamente la noticia comienza a correr por todas partes.

 

         Pueda que tengas razón, sin embargo confío en que mi amigo no le dirá a nadie.

 

         Ja… – Exclamó irónicamente. – En fin, mejor dime qué te ha dicho.

 

         No va a gustarte lo que voy a decirte, pero…

 

         Continúa con lo que ibas a decir.

 

         Él quiere venir personalmente a ver al dragón.

 

         ¿Con qué objetivo y propósito?

 

         Quiere ver los resultados que tenemos hasta ahora y a la vez desea involucrarse para ver de qué manera podemos ayudar a Joey.

 

         Eso no va ser necesario.

 

         Entonces, ¿quiere decir que ya lograste encontrar un antídoto? ¿Joey, ya está fuera de peligro?

 

         Todavía estoy en eso. – Respondió de mala manera. – He puesto a cargo a uno de los mejores médicos para que pueda encontrar una solución.

 

         Seto, ante esta circunstancia tu bien sabes que el tiempo es oro.

 

         Ya lo sé.

 

         Deberías dejar que mi amigo le eche un vistazo a Joey.

 

         No.

 

         ¿Por qué?

 

         Porque no quiero correr ningún riesgo esta vez. Esa criatura ya ha sufrido bastante, por lo tanto ya no quiero someterlo a más pruebas innecesarias.

 

         Pero…

 

         No insistas Yami, mi decisión ya está tomada.

 

Antes que la otra persona pudiera decir algo, entraba otro hombre al lugar…

 

         Buenas noches, señor Kaiba.

 

         Que noticias me traes. – Lo interrumpió de golpe.

 

         No voy a mentirle señor Kaiba, usted tenía razón al decirnos que no debíamos de despertar a la bestia. Tal parece que al estar dormido él se recuperaba lentamente. Pero con lo que pasó… – Se quedó callado por un segundo.

 

         Continúe, no se quede callado. – Lo miraba directamente a los ojos.

 

         El caso es que cuando el Doctor Honda lo despertó, todo su sistema inmunológico fue afectado, a tal grado que ha sufrido mucho daño.

 

         Maldito Doctor. – Musitó entre dientes. – Dígame, ¿hay alguna manera en que se pueda revertir el daño?

 

         Como comprenderá, el sistema inmunitario defiende el cuerpo contra sustancias que considera dañinas o extrañas. Estas sustancias se llaman antígenos. Pueden ser gérmenes como bacterias y virus; o sustancias químicas o toxinas. También pueden ser células dañadas por el cáncer o quemaduras solares. Cuando su sistema inmunitario reconoce un antígeno, lo ataca. A esto se le llama respuesta inmune. Parte de esta respuesta es producir anticuerpos. Los anticuerpos son proteínas que actúan para atacar, debilitar y destruir antígenos. Pero en este caso, su sistema inmunitario está atacando por error a las células sanas de su cuerpo. Y como lo explicó el Doctor Honda, toda su estructura ósea es muy compleja al igual que su ADN. Por lo tanto…

 

         YA BASTA. – Gritó molesto. – No le he pedido que me dé clases de anatomía ni de biología Doctor, únicamente me interesa saber si ha encontrado alguna manera de revertir el daño.

 

         Hay una manera. – Respondió con mucho pesar.

 

         Hable, no se quede callado. – Expresó de manera demandante.

 

         La única solución viable que podemos hacer es cortar el problema desde la raíz.

 

         ¿A qué se refiere? – Se atrevió a preguntar el tricolor.

 

         Si realmente lo queremos salvar, tenemos que operarlo enseguida para cortarles sus alas. Pero hay un riesgo…

 

Hubo un silencio sepulcral, hasta que una persona rompió con aquel mutismo incomodo entrando de golpe a la oficina mientras gritaba…

 

         TÚ NO PUEDES HACERLE ESO A JOEY, HERMANO.

 

         ¡Mokuba! ¿Qué haces aquí tan tarde?

 

******************************

 

         Rebecca, cariño, esa clase de entrenamiento no es el adecuado para una jovencita como tú.

 

         No me diga eso don Solomon.

 

         Yo estoy de acuerdo con don Solomon, este entrenamiento no es para ti.

 

         ¿Por qué Shādī?

 

         Porque es muy pesado, y…

 

         Por favor, déjame entrenar junto con Yūgi.

 

         No me pidas eso Rebecca, puedes pedirme cualquier cosa menos eso.

 

         Shādī, por favor.

 

         Lo siento, pero mi respuesta es no.

 

         Dame una buena razón del por qué no me quieres entrenar.

 

         Ya te lo dije, el entrenamiento es muy pesado, y… – Se quedó callado por un segundo.

 

         ¿Y?

 

         La verdad es que no me gustaría lastimarte y no me gusta golpear mujeres.

 

         ¿Qué me dices de las mujeres que son militares?


         No trates de cambiarme el tema.

 

         No lo hago, si esas mujeres pueden, ¿por qué yo no?

 

Hubo un silencio bastante incómodo, todos se miraban unos a otros, el dueño de la casa se le quedó viendo a su amigo para ver qué respuesta iba a dar.

 

         Al parecer te puso en jaque, Shādī. – Se burlaba el tricolor.

 

         De acuerdo, tú ganas.

 

         ¿Eso es un sí?

 

         Si.

 

         ¡Urra! Gracias, gracias, gracias, Shādī. – Se levantó de su silla para irlo abrazar.

 

         Aun no me lo agradezcas, hazlo una vez que llegues a sobrevivir al entrenamiento.

 

         Te prometo que le echaré muchas ganas. Pero prométeme que no me tendrás ninguna clase de consideraciones.

 

         Lo haré si tú me prometes que le dirás a tu padre sobre esta locura que vas hacer.

 

         No te preocupes por eso, estoy segura que él se va poner contento con mi decisión. – Medio le sonrió.

 

         Si eso es verdad, dile que venga hablar conmigo.

 

         Claro que sí.

 

******************************

 

         No podía irme hasta saber en qué condiciones se encuentra Joey.

 

         Pues hiciste mal en venir hasta aquí.

 

         ¿Por qué?

 

         Ya te he dicho que no es correcto escuchar conversaciones ajenas.

 

         Olvídate de eso hermano, y mejor hablemos de Joey. Tiene que haber otra solución. – Hacia todo lo posible para que su voz no se le cortara.


         Me temo que no, joven Kaiba. – Le respondió el médico.

 

         Ya oíste al Doctor, Mokuba.

 

         NO, TIENE QUE HABER OTRA SOLUCIÓN. – Gritaba abatido. – NO LE PUEDEN CORTAR SUS ALAS. – Sus ojos empezaban a humedecerse. – ¿Y CUÁLES SON LOS RIESGOS QUE ÉL VA A TENER?

 

         En su condición, si le cortamos sus alas, esa criatura no volvería a caminar.

 

         ¿QUÉ DIJO?

 

         Cálmate Mokuba.

 

         NO ME PIDAS QUE ME CALME HERMANO, NO DESPUÉS DE LO QUE ACABO DE ESCUCHAR. NO ENTIENDO POR QUÉ LE QUIEREN HACER ESO A JOEY.

 

         Joven Mokuba, debe entender que el antídoto que creó su hermano no hace efecto en él, y cuando el Doctor Honda lo despertó sufrió mucho daño. Todo su sistema inmunológico ha sido alterado, y cuando se transformó todo se complicó.

 

         ¿Por qué? – Se abstenía las ganas de llorar.

 

         En el momento en que se transformó ya no lo vemos como a una bestia, y para serle honesto preferiría que estuviera en su forma original.

 

         ¿Le molesta verlo como un ser humano? – Lo cuestionaba molesto.

 

         No.

 

         ¿Entonces?

 

         Corre más riesgo como humano. – Le mostraba una placa. – Si observa esta placa podrá notar que sus alas forman parte de su columna vertebral, y el riesgo a someterse a la cirugía es que si cortamos sus alas estaríamos dañando su columna vertebral, por esa razón es que el precio por salvarlo es muy alto. Lo lamento mucho joven, pero su amigo no volverá a caminar.

 

         ¿ME ESTÁ DICIENDO QUE NO SÓLO LE PRIVARÁN DE SUS ALAS, SINO QUE ADEMÁS LO CONDENARÁN A PERMANECER INVÁLIDO EL RESTO DE SU VIDA?

 

         Yo…

 

         Y ME LO DICE ASÍ TAN TRANQUILO.


         ES SUFICIENTE MOKUBA.

 

         NO, NO ES SUFICIENTE HERMANO, Y YO NO PUEDO CREER QUE PERMITAS ALGO COMO ESTO.

 

         Debes entender Mokuba, que el Doctor hace lo que puede para tomar una decisión.

 

         Pues entonces dile que busque otra manera de poder salvarlo, no entiendo por qué no hace efecto el antídoto que tú mismo creaste.

 

         No hace efecto porque al parecer sólo hemos logrado tocar uno de sus ADN, y mientras salvamos a uno, comprometemos al otro.

 

         ESA NO ES EXCUSA PARA NO CREAR OTRA CLASE DE ANTÍDOTO HERMANO. Y EN VEZ DE ESTAR AQUÍ PERDIENDO TU TIEMPO DEBERÍAS DE IR AL LABORATORIO A CREAR UNO MÁS FUERTE. ¿NO TE HAS PUESTO A PENSAR QUE TAL VEZ EL NECESITE UN NUEVO ANTÍDOTO EN DONDE AMBAS PARTES SE BENEFICIEN?

 

         Lo dices como si fuera algo tan fácil de hacer.

 

         Lo digo para que te des cuenta que si puede haber otras opciones.

 

         Lo único que estamos buscando es salvarle la vida, y deberías de estar satisfecho porque hacemos lo que podemos.

 

         TÚ NO LO ENTIENDES. – Gritó acongojado.

 

         Y según tú, ¿qué debo entender?

 

         JOEY, AMA VOLAR, NO PUEDES PRIVARLE DE SUS ALAS, MUCHO MENOS DE SUS PIERNAS. – Lloraba amargamente.

 

         Mokuba, créeme por favor cuando te digo que hacemos lo que podemos.

 

         Si eso fuera cierto, deberías de buscar otras opciones, o al menos crear un nuevo antídoto que sea más fuerte que el anterior. Uno, en donde no requiera de esa estúpida cirugía.

 

         Lo que pides es algo imposible.

 

         ¿Por qué?

 

         Porque me llevaría meses poder crear algo nuevo.

 

         ¿Y TE HACES LLAMAR UN GENIO? – Lo miraba molesto. – POR SI NO LO RECUERDAS TODO ESTO ES POR TU CULPA, TE DIJE DESDE UN PRINCIPIO QUE ERA MUY PELIGROSO. Y SI TÚ PUDISTE FABRICAR ALGO TAN DESTRUCTIVO, ES TU OBLIGACIÓN CREAR ALGO QUE LO CONTRARRESTE. NO SÉ CÓMO LE VAS HACER HERMANO, PERO QUIERO QUE ARREGLES ESTE MALDITO PROBLEMA.

 

Al terminar de hablar decidió salir de la oficina dejando a todos los presentes con la boca abierta. En cambio el CEO se había quedado muy pensativo ante todas las cosas que le dijo su hermano. Luego de meditar un poco esas palabras se le vino una idea a su cabeza…

 

         Creo que no perdería nada con intentarlo. – Se dijo así mismo.

 

 


Continuará…

 

 


N/A:

 

KAT.: Tal parece que todo está en contra de mi lindo cachorro… – Kat, se pone a llorar en lo que termina de escribirle a sus lectores. – Tienes que salvarlo gato pulgoso, es tu obligación hacerlo, no permitas que tu cachorro pierda sus bellas alas. Apoyo lo que dice Mokuba, menos mal que te haces llamar un genio y no puedes encontrar una solución a este problema…

 

SETO: ¿Quién eres tú para meterte en este problema?

 

KAT.: Digamos que soy una gran amiga del cachorro. – Sonríe feliz.

 

SETO: ¿Qué dijiste?

 

KAT.: Ups, creo que me voy antes de ser asesinada por un gato rabioso.

 

Espero que les haya gustado este capítulo, dejen sus comentarios sobre cualquier duda que tengan, los invito para que no se pierdan la continuación de esta interesante historia, nos leeremos el próximo viernes.

 

Cuídense mucho y pórtense bien, no olviden vacunarse contra el coronavirus, y recuerden usar siempre su mascarilla y evitar estar en aglomeraciones. Les mando muchos besos virtuales y un fuerte abrazo desde la distancia.

 

Atte.:

 

         KAT.



No hay comentarios:

Publicar un comentario