Capítulo 42: Alas rotas… III parte.
Declaimer:
Como siempre… Bla, bla, bla, bla, bla, bla… Los personajes de YU – GI – OH!,
“No me pertenecen”… Chiquiris maquiris, son propiedad de su respectivo autor,
abra cadabra, solamente lo hago porque me encanta escribir, y que ustedes se
diviertan de mis locuras… Es mi manera de expresar lo que siento, y tener la
dicha de poderlo compartir con todos mis lectores…
Aclaraciones: Los
diálogos que estén en negrita, van hacer los diálogos que Joey va a tener en su
mente con su dizque padre.
******************************
Semanas después…
Un
hombre se encontraba en su habitación y había dado órdenes explicitas de que
nadie lo molestara. Todavía seguía molesto por todo lo ocurrido semanas atrás,
tanta era su rabia que destrozó toda la alcoba y ni aun así podía calmarse…
Maldición, maldición, maldición… – Con
sus puños golpeaba con fuerza la pared. – Creí por un momento que ese estúpido
estaba listo, que podría usar su odio, y su dolor para deshacerme de esos
estorbos, pero tal parece que me equivoqué… – Agarraba una lámpara de noche
para estrellarla contra la pared. – Ese imbécil, ¿cómo se atrevió a
desobedecerme? No pudo matar ni siquiera a una mosca. Pero esto no se va quedar
así, me las va pagar y muy caro. Le enseñaré a que tiene que obedecerme. – Se
quedó pensando por un momento. – No sé cómo, pero buscaré la manera de hacerlo
sufrir, será tan fuerte su castigo que aunque me implore no pienso detenerme y
esta vez no lo ayudaré. – Sonrió con maldad. – Y tengo el plan perfecto de cómo
hacerlo, y tú… – Caminó en dirección a su escritorio para agarrar un medallón
que estaba sobre la mesa. – Vas a ayudarme a cumplir con mi objetivo…
Muajajaajajajajajaja… Una vez más haré que lo lastime de nuevo, y sin darte
cuenta te convertirás en mi títere, porque lo quieras o no, vas hacer
exactamente lo que quiero que hagas. Hace más de veinte mil años pude hacerlo y
casi lo logro, pero en esta ocasión no pienso fallar. Veremos cuanto tiempo
dura su noble corazón, un corazón al que voy a destruir poco a poco, lenta y
dolorosamente, lo haré añicos y una vez que lo destroce dominará la oscuridad que
hay en su interior. Y es ahí donde finalmente podré vengarme y el mundo será
mío… TODO MÍO, YO SERÉ QUIEN GOBIERNE ESTE PATÉTICO MUNDO… – Gritaba como un
desquiciado sediento de poder.
******************************
En uno de los laboratorios
de KC…
¡Impresionante! Esto es… ¡Wow! No lo
puedo creer, es increíble lo que esta bestia puede llegar hacer. – Se decía así
mismo un hombre quién se encontraba en un laboratorio examinando muestras
extraídas del dragón. – Tal parece que el señor Kaiba ha encontrado el hallazgo
del siglo, podríamos utilizar a esta bestia para un sin fin de pruebas. – Tan
concentrado estaba en su trabajo que una voz lo sacó de sus pensamientos.
Disculpe Doctor.
¿Qué es lo que sucede? Más vale que sea
importante.
Claro que lo es, necesito que me
acompañe para que vea una de las computadoras.
Vamos enseguida.
Si Doctor.
Al llegar…
Fascinante, lo que vemos aquí es algo
difícil de creer. – Agarraba una de las hojas de papel que salía de una
impresora, al leer dicho informe se detuvo en una parte que le llamó su
atención. – Que demonios… Oiga colega, ¿han vuelto hacer esta prueba de nuevo?
Si Doctor, la repetimos más de tres
veces y obtuvimos el mismo resultado.
¡Fascinante! Con la saliva de esa
bestia descubrimos que es capaz de sanar cualquier enfermedad, lo mismo ocurrió
con sus lágrimas… Pero su sangre… Su sangre es un líquido vital sumamente
valioso. ¿Se da cuenta de lo que esto significa?
La Corporación Kaiba podría ayudar a
muchas personas que padezcan de enfermedades incurables.
¡IDIOTA! – Le gritó molesto. – Con esta
sangre, todos querrán pagar una gran suma de dinero solamente para salvarse,
tal parece que aquí estamos haciendo un gran descubrimiento.
¿Descubriendo, qué?
Sí que eres estúpido, no te das cuenta
que estamos a un paso por descubrir como detener a la muerte.
De lo que si me estoy dando cuenta es
que usted está desobedeciendo las órdenes del señor Kaiba. Él fue muy
específico en decirnos que no tenemos que someter a esa criatura a experimentos
innecesarios. Y nuestro deber es encontrar la manera de como detener la
destrucción de sus células, porque el antídoto no hizo efecto en ese animal.
Escúchame bien lo que te voy a decir
maldito desgraciado, más vale que no digas ni una sola palabra sobre esto a
nadie, yo soy tu jefe y tú estas para obedecerme. Porque si llegas a decir
algo, te juro que no volverás a encontrar trabajo en ninguna parte del mundo.
¿He sido claro?
Ssi… – Tragó saliva en seco al
responder.
Así está mejor, no dejaré que ni tú ni
nadie me impida seguir experimentando con esa bestia, y no parare hasta haber
resuelto todos y cada uno de sus misterios y de ver hasta donde es capaz de
llegar hacer. Así que ya lo sabes.
Si Doctor.
Vuelve a tus quehaceres.
Con su permiso.
En
cuanto se fue, llegaba otra persona…
Disculpe Doctor…
¿Qué sucede?
Mire esto por favor. – Le mostraba otro
reporte.
Oooooohhhh, ¿y esto cuándo pasó?
Aun no estamos seguros, pero todo
apunta que sucedió antes de que perdiera el conocimiento.
¡Baia, que interesante! En ese caso
tenemos que ir a despertar a ese monstruo.
¿Qué fue lo que dijo? – Preguntaba
estupefacto.
Me escuchó bien, hay que ir a
despertarlo.
Si hacemos eso lo estaríamos sometiendo
a una terrible tortura, si despertamos a ese animal va a sentir mucho dolor.
Todo sea por el bien de la ciencia. –
Sonrió con cinismo.
Pero…
¿Vas a venir conmigo, sí o no?
De acuerdo, iré con usted, pero
únicamente lo hago para ver qué pasa.
Excelente, entonces vamos.
En
cuanto se fueron, alguien había logrado escuchar la conversación y tomó una
difícil decisión, una decisión que podría cambiar su vida ya sea para bien o
para mal…
******************************
No muy lejos de ahí…
Un
joven de cabellos negros y ojos azules se encontraba parado frente a una enorme
mesa de exploración metálica, en ella yacía acostado su amigo, lo miraba todo
preocupado al verlo conectado a un montón de aparatos y al mismo tiempo se
preguntaba cuándo iba a despertar.
Joey… – Hacia lo posible por no llorar.
– Ni siquiera puedo tocarte por este maldito traje que estoy usando y eso es
porque tu estas en una sala de aislamiento. Verte así se me parte el alma…
Joey… Perdóname por favor, perdóname por todas las cosas que te dije, he sido
un estúpido por tratarte tan mal. – Sin poderlo evitar sus ojos comenzaron a
humedecerse. – Debí de haber tomado en cuenta tus sentimientos, ¿por qué no
pude comprenderte? ¿Por qué no te presté más atención? Tienes que ser fuerte
amigo, estoy seguro que mi hermano no descansará hasta poder encontrar el
antídoto a la droga que el mismo creó. Lo único que te pido es que no te des
por vencido… Por favor Joey, lucha para que puedas recuperarte. Aun no entiendo
por qué no eliminas esa droga de tu cuerpo, recuerdo que una vez me dijiste que
tu cuerpo era capaz de regenerarse, yo vi claramente como la herida de tu pie
sanó, y ahora… – Suspiró melancólico. – Creo que no tienes las fuerzas
necesarias para regenerarte, no me quiero imaginar el dolor que has de estar
sintiendo. – Al poco tiempo se escuchó el ruido de la puerta abrirse, cuando el
pelinegro volteó a ver se alegró creyendo que tal vez esas personas traían
buenas noticias…
******************************
En algún lugar de Ciudad
Domino…
¡Qué barbaridad!
¿Qué ocurre?
No tienes idea de cómo he sentido este
día de largo, pesado y aburrido.
No es para tanto Yūgi.
¿Qué no es para tanto? Hemos pasado
toda la semana preparándonos para los exámenes finales y tú todavía me dices
que no es para tanto.
Alégrate un poco, acuérdate que sólo
nos falta un examen por hacer y después de eso estaremos de vacaciones.
Supongo que tienes razón. Al menos tú
vas a poder disfrutar de tus vacaciones. En cambio yo…
No me digas que te empezarás a quejar
de nuevo. – Lo miró un poco molesta.
Tengo el derecho de hacerlo, a veces me
gustaría tener una vida normal como la de cualquier adolescente.
Tú no eres cualquier adolescente, Yūgi.
– Contestó fastidiada.
Eso ya lo sé.
Si quieres renunciar… De una vez te
digo que yo no seré como tú.
¿Qué insinúas?
En cuanto termine de hacerme la última
evaluación saldré de aquí para pedirle a Shādī que me entrene.
¿Qué? ¡Estás loca Rebecca! No puedes
hacer eso.
¿Por qué no?
Porque no le veo el caso que lo hagas.
Además, no entiendo por qué quieres hacerlo.
Ya
olvidaste que hicimos una apuesta. – Lo miraba de manera burlona.
CLARO QUE NO. – Alzó la voz sin
pensarlo.
Si no la has olvidado, entonces me
tendrás que ayudar a convencer a Shādī para que me entrene.
De acuerdo, lo haré, aunque déjame
decirte que él no querrá hacerlo.
Ya buscaré la forma de convencerlo.
¿Y cuándo piensas hablar con él?
Esta misma noche.
¡Tan pronto!
Si.
Bien, como quieras.
******************************
En uno de los laboratorios
de KC…
Doctor, dígame por favor si ya
encontraron la manera de poderlo ayudar. – Manifestaba todo preocupado.
Me temo que no, joven Kaiba.
El
pelinegro miraba como el hombre preparaba una jeringa…
¿Qué medicamento le van a poner?
No es ningún medicamento, hemos tomado
la decisión de despertar a la bestia.
¿Qué? ¿Por qué? – Preguntaba incrédulo.
– Ustedes no pueden hacer eso.
Mire joven, será mejor que salga de
aquí y nos deje hacer nuestro trabajo. – Manifestaba cínicamente.
NO, DE NINGUNA MANERA SALDRÉ DE AQUÍ.
NO HASTA QUE ME DIGA QUE LE VA PASAR SI LO DESPIERTA. – Gritaba desesperado.
Si lo despertamos… – Intervino en la
conversación la otra persona. – Es probable que lo podamos ayudar, aunque en su
condición lo más seguro es que vaya a sentir mucho dolor y si nos tardamos en
nuestra investigación puede incluso llegar a perder sus alas. – Hablaba como si
el procedimiento fuera algo sencillo y al mismo tiempo como que no le importaba
en lo absoluto sobre las consecuencias que iba a tener dicho animal.
Creo que ya has hablado más de la
cuenta. – Lo volteó a ver de manera intimidante.
¿Qué? – Salió de su asombro. – ¡USTEDES
ESTÁN LOCOS! NO PUEDEN HACERLE ESO A JOEY.
Claro que lo podemos hacer, son órdenes
explícitas del señor Kaiba.
MENTIRAS, SÉ MUY BIEN QUE MI HERMANO NO
APROBARÍA ALGO TAN INHUMANO Y CRUEL.
¿Qué fue lo que dijo? ¿Podría perder mis alas? –
Pensaba para sí mismo el ojimiel. – Mokuba,
no dejes que me despierten por favor. Quiero seguir durmiendo con tranquilidad.
No tengo tiempo para discutir con
usted, así que por favor retírese.
No me moveré de aquí, no dejaré que se
le acerque a Joey. – Lo miraba muy molesto.
Si no se va por su cuenta lo tendré que
sacar a la fuerza.
No se atreverá hacer eso.
¿Seguro?
Por supuesto que sí. – Lo miraba
directamente a los ojos.
Eso lo veremos. – Sonrió con cinismo y
luego caminó hacia la pared para apretar el botón de un intercomunicador. –
Necesito que me ayuden urgentemente en la sala de asilamiento número 30.
Repito, necesito ayuda en esta sala.
Doctor…
¿Qué quieres?
Vea los resultados de sus ondas
cerebrales, al parecer empieza a darse cuenta de lo que está pasando aquí.
Mejor todavía, así será más fácil de
controlar.
Joey… – Musitó el pelinegro.
Quiero que lo sujete bien con esas
correas.
Si Doctor.
NO, DÉJENLO TRANQUILO, NO LO TOQUEN.
Apártate niño. – Lo empujó el hombre,
al poco tiempo entraban unos hombres usando el mismo traje.
¿Pidió ayuda Doctor?
Baia, hasta que finalmente llegan.
Si te llegan a despertar, te convertirás en un inútil para
mí.
¡Padre! Sáqueme de aquí por favor.
¿Y por qué debería de hacerlo? No mereces mi ayuda, no
después de cómo me has desobedecido. Este será tu castigo para que aprendas tu
lección.
Por favor padre, perdóneme, haré lo que sea con tal de que
pueda sacarme de aquí.
Tuviste tu oportunidad y la desaprovechaste, si no me
hubieras desobedecido no estarías metido en este problema.
Por favor padre, no permita que ese hombre se salga con la
suya, ¿qué me va pasar si despierto?
Que estúpido eres, el mismo lo acaba de decir, vas a perder
tus alas y no sólo eso, sino que además vas a perder algo más que tus alas.
Nooooooooooooooooooooooooooooooooo, no, no, no, no… –
Lloraba amargamente.
DÉJENME, SUÉLTENME MALDITOS IDIOTAS.
Lo sentimos joven Kaiba, por favor
perdónenos, únicamente recibimos órdenes.
El
joven luchaba con todas sus fuerzas para poderse liberar, durante el forcejeo
el galeno aprovechaba la oportunidad para cumplir con su cometido.
¿Lo has sujetado con fuerza?
Así es Doctor.
NO DEJARÉ QUE LO LASTIMEN. – Gritó a
todo pulmón lográndose soltar del agarre para después detener al Doctor. – Más
le vale que lo deje tranquilo, o si no…
Uuuyyy, mira que miedo te tengo. – Se
burló de él.
¿Por qué hacen esto?... Snif, snif, snif, snif, snif… No lo
entiendo, ¿por qué quieren lastimarme? Yo no he hecho nada malo… Snif, snif,
snif, snif, snif…
Porque así son los humanos, ¿ahora te das cuenta el por qué
te protegía tanto de ellos?
Ayúdeme padre, por favor, por favor sáqueme de este horrible
lugar.
Tal vez podría, pero no quiero hacerlo… ¿Y sabes por qué? Porque
que yo recuerde tu querías ser libre, querías conocer el exterior y saber más
acerca de los humanos. Tu nunca me creíste cuando te decía que ellos son
crueles, malvados, déspotas, codiciosos, únicamente buscan su propio beneficio…
Por esa razón, es que ellos tienen que desaparecer de la faz de la tierra. ¿Lo
entiendes ahora?
Creo que sí… Snif, snif, snif, snif, snif… –
Respondió con el dolor de su alma. – Estoy
tan arrepentido por no haberte creído padre.
Es muy tarde para tu arrepentimiento, tendrás que afrontar
las consecuencias de tus actos. Y si llegas a perder tus alas ten por seguro
que tú ya no me serás de utilidad.
No me diga eso por favor padre… Snif, snif, snif, snif,
snif…
Eso te pasa por querer confiar más en los estúpidos humanos
que en mí. Ahora arréglatelas como puedas.
No se vaya padre, por favor, no me deje aquí solo… Snif,
snif, snif, snif, snif…
Si no quieres que te deje, entonces demuéstrame que puedes
acabar con esos malditos miserables de una vez por todas. Mátalos a todos, no
dejes a nadie con vida. – Lo miraba seriamente a los ojos.
No sé si tendré las fuerzas necesarias para hacerlo.
¡TÚ SÓLO HAZLO! – Le gritó molesto. – ¡OBEDÉCEME! ¿O qué, seguirás teniéndoles
lástima después de todo lo que has escuchado? Si ellos no te tienen ninguna
clase de consideración, entonces, ¿por qué tu si se las quieres tener?
¡RESPÓNDEME, MALDITA SEA!
No lo sé… Snif, snif, snif, snif, snif…
No eres más que un inútil.
No se vaya por favor… Snif, snif, snif, snif, snif… PAAAAAAAAAADREEEEEEEEEEEEEEEEEEE…
Snif, snif, snif, snif, snif…
Espera a que mi hermano se entere de
esto…
Mejor vete niño, ya me has hecho perder
mucho tiempo. – Se dio la media vuelta para agarrar el punto de inyección del
suero intravenoso, pero antes de inyectarlo el pelinegro se le tiró encima. –
¿Qué haces maldito mocoso?
Me quedaré con esto. – Le mostraba la
inyección.
Ven acá. – Estaba por sujetarlo a la
fuerza, pero el joven le había dado una fuerte patada en la entrepierna. –
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHH… – Cayó de rodillas al suelo
gritando de dolor.
Te lo tienes bien merecido.
No se queden ahí parados como idiotas,
saquen a este maldito mocoso de aquí. – Intervenía el otro galeno.
Si Doctor.
SUÉLTENME, NO ME TOQUEN ESTÚPIDOS.
¿Estás bien? – Se le acercaba su
colega.
A un lado imbécil. – Lo empujó con
fuerza mientras que se levantaba lentamente del suelo. Posteriormente sacó otra
jeringa de una de las bolsas de su gabacha y la volvió a preparar para luego
inyectar al dragón para que pudiera despertar.
Continuará…
N/A: Antes de continuar, deseo disculparme con mis amis y lectores por no haber podido actualizar la semana pasada. Para quienes me siguen en mis redes sociales ya sabrán el motivo del por qué no lo hice. Y para quienes no me siguen, aquí los pondré al tanto. El caso es que la semana pasada estuve un poco mal de salud y apenas me estoy recuperando. Y a raíz que no les pude subir un nuevo capítulo les prometí que en esta ocasión subiría dos nuevos episodios. Espero que sea de su agrado, porque van dirigidos con mucho cariño a todos y cada uno de ustedes.
Cambiando
de tema, ¿podrá Rebecca convencer a Shādī para que la pueda entrenar? ¿Qué le pasará
a nuestro cachorro? ¿Por qué ese hombre se ha empeñado tanto en quererlo
despertar? ¿Qué querrá descubrir con eso? ¿Se saldrá con la suya? ¿Creen que el
padre de Joey tenga la razón en decirle a su dizque hijo que los seres humanos
solemos ser crueles? Todo esto y más lo iremos descubriendo en los siguientes
capítulos. No se pierdan la continuación el próximo viernes. Por ahora, los
invito a que pasen a leer el siguiente capítulo de esta gran aventura…
Atte.:
KAT.
No hay comentarios:
Publicar un comentario