Capítulo 132: La llegada de un nuevo miembro a la familia… II parte.
Declaimer:
Noticia de último momento… “YU – GI – OH!, No es mío”… Mucho menos sus
personajes… Son propiedad de su respectivo autor, pero toda la trama de esta
historia si es creada por mí. Amo inventarles historias nuevas a mis queridos
personajes, es una manera de expresar lo que siento, y tener la dicha de
poderlo compartir con todos ustedes. ^_^
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En algún lugar de la Ciudad
Domino…
¿A dónde vas, mi amor?
Iré a visitar a mi hermano.
Shizuka…
Entiéndeme por favor, necesito apoyarlo
ante esta situación.
Créeme que te entiendo perfectamente,
pero tú me dijiste que su esposo decidió darle algo de tiempo.
Ya lo sé, ya lo sé. – Manifestó algo
molesta.
¿Por qué no tratas la manera de confiar
en él?
Me gustaría pero no puedo.
¿Por qué? – La cuestionó sorprendida.
Porque se me hace bien difícil hacerlo.
¿Por qué? – Volvió a insistirle con la
misma pregunta.
Porque siento que lo dejará solo de
nuevo.
¿En qué te basas para que pienses así?
Acuérdate que ya lo dejó solo una vez.
¿Y?
¿Quién me puede asegurar que esta vez
no hará lo mismo?
Creo que exageras mi amor.
Por supuesto que no.
Tu misma me dijiste que todo había sido
un mal entendido, además he visto como ese hombre ama de verdad a tu hermano.
Eso no te lo discuto, también yo lo he
notado. – La miró directamente a los ojos. – Pero es que…
Pero nada, deja que sea el quien ayude
a tu hermano.
Está bien.
Algo me dice que va llegar el día en
que ustedes se lleven bien. – Medio le sonrió.
Eso lo dudo.
Ya, no seas rencorosa. – Le dio un beso
en los labios.
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Mansión de la familia Kaiba…
En cuanto escuchó la voz de su esposo rápidamente se limpiaba sus
lágrimas con sus manos para tratar de ocultarlas…
Seto… – Manifestó
casi en un susurro.
Joey, sé muy bien
que te había prometido darte algo de tiempo. – Se acercó a la ventana donde
estaba parado su esposo. – Pero la verdad es que odio ver como te desmoronas y
eso es algo que no puedo permitir.
Perdóname por favor.
– Lo miró directamente a los ojos.
Mi amor, no tengo
nada que perdonarte. – Lo abrazó contra su pecho. – Creo que ya es tiempo que
hablemos. – Acariciaba suavemente una de sus mejillas.
Está bien. –
Contestó melancólico.
Ambos se sentaron en la orilla de la cama, estuvieron así por un
buen rato hasta que uno de ellos decidió romper con el silencio.
Quiero que me digas
que es lo que te tiene tan abatido.
Cuando le conté a
Yūgi sobre mi tragedia hubieron algunas cosas que pude recordar. – Hacia lo
posible por no llorar. – Y al recordarlas siento que todo lo que le pasó al
señor Arkana fue mi culpa. – Bajó la cabeza.
¿Por qué dices que
fue tu culpa?
Yo mismo le pedí que
me ayudara, que me sacara de ese infierno… – Su voz sonaba melancólica. – Después
de dos semanas Valon fue por mí al hospital, yo no quería irme con ese hombre,
lloré y le supliqué al señor Arkana que no me dejara ir, y al final no tuve
opción. – Volvía a llorar de nueva cuenta. – Al regresar nada había cambiado,
todo seguía igual como antes, Valon me advirtió que si me volvía a acercar a
ese hombre que me atuviera a las consecuencias…
Cachorro… – Se le
partía el corazón verlo llorar tan desconsoladamente.
Pasaban los días y
yo mantenía la esperanza de que el señor Arkana iba a venir por mí, que el
cumpliría con su promesa de quedarse con mi custodia… – Tragó sálica en seco para
poder continuar hablando. – En ese tiempo Valon me decía que me olvidara de ese
estúpido hombre que no le creyera nada de lo que me había dicho porque nadie en
su sano juicio se iba hacer cargo de un mocoso como yo. Al cabo de un mes,
empecé a creer todas las cosas que Valon me decía, me cuestionaba a mí mismo que
tal vez él tenía razón y que el señor Arkana se había olvidado de mí. Hasta que
un día…
¿Qué fue lo que
ocurrió? – Se atrevió a preguntarle.
Ese día me sentía
muy cansado de atender a muchos hombres, ya no quería que siguieran entrando al
sótano, con las pocas fuerzas que me quedaban me rehusé en atender al último,
forcejeamos y le gritaba que se fuera, que no me tocara y que me dejara en paz…
Valon entró furioso para ver lo que pasaba, y al enterarse de que me rehusaba
sacó al hombre del lugar… – Su llanto se intensificó a tal punto que su cuerpo
temblaba, su voz sonaba muy lastimera y a la vez se sentía a morir por lo que
le contaba a su esposo.
Shhh… Cálmate mi
amor, considero que debemos de dejar esta conversación y volverla a reanudar
una vez que te hayas tranquilizado. – Lo había abrazado fuertemente a su pecho
y a la vez acariciaba sus cabellos rubios con su mano.
Por… Favor… Déjame
continuar. – Lo miró a los ojos con suma tristeza.
Está bien. – Le dio
un beso en la mejilla.
Gracias… – Se
limpiaba sus lágrimas con sus manos. – Cuando Valon sacó a ese hombre decidió
golpearme varias veces, me insultaba, y me
gritaba que yo debía de atender a cuantos hombres o mujeres me mandara. Yo le
grité que el señor Arkana no iba a tardar en venir por mí, el solamente se rio
en mi cara y se fue del lugar. Al poco tiempo regresó con un periódico en sus
manos y me lo tiró en la cara, yo aún me encontraba tirado en el suelo… Y en
cuanto lo leí todo mi mundo y mis esperanzas se derrumbaron… No daba
credibilidad a lo que estaba leyendo… – La otra persona prestaba atención a
todo lo que le contaba su esposo. – La noticia decía que el restaurante se
incendió accidentalmente y que la única persona que había muerto era él… Quedé
totalmente devastado y fue ahí que decidí estar a merced de ese hombre… Ya no
me importaba nada porque había perdido a la única persona que podía sacarme de
ese infierno... – Se había llevado sus manos a la cara para tratar de sacar
todo su dolor a través del llanto.
Cachorro… – Lo
volvió a abrazar y dejó que se tranquilizara un poco.
Una vez que se estaba calmando decidió reanudar la conversación…
Y cuando Valon me
dijo que había matado al señor Arkana únicamente por no haberle hecho caso que
me alejara de él comprendí que tenía razón… – Tenia la cabeza agachada y con
sus manos apretaba la sabana de la cama con fuerza. – El murió por mi culpa, y
todo por no haberme quedado callado, murió porque me atreví a pedirle su
ayuda... – Volvía a llorar de nueva cuenta. – Si tan sólo hubiera mantenido la
boca cerrada quizás el aun estaría con vida.
Eso no es verdad y
lo sabes. – Lo agarró del mentón para que lo viera a los ojos. – Tú no tienes
la culpa de que ese infeliz le quitara la vida.
CLARO QUE LA TENGO.
– Sin querer alzó la voz.
Joey, escúchame, al
perder a tu hijo te diste cuenta que corrías grave peligro, por esa razón fue
que te armaste de valor para contarle todo al señor Arkana de lo que te hacia
ese mal nacido. Te sentías desesperado por querer salir de ese infierno.
Si pero no a expensas
de la vida de él, yo no quería que nada malo le pasara.
Estoy seguro que conocía
muy bien los riesgos que iba a correr si te ayudaba.
Aun así no debió
morir, es mi culpa, todo ha sido mi culpa.
No claro que no, no
es tu culpa.
TÚ NO LO ENTIENDES.
– Estaba por levantarse de la cama, sin embargo su esposo logró sujetarle el
brazo. – SUÉLTAME.
Antes que te vayas,
quiero que me digas que es lo que no entiendo.
El rubio lo miró por un buen rato a los ojos y luego decidió sentarse
de nuevo.
Hay algo que no te
he dicho.
¿Qué cosa?
El señor Arkana
tenía una hija.
El castaño quedó estupefacto por lo que acababa de escuchar.
¿Sabes en dónde
está?
No.
¿La conoces?
Nunca llegué a
conocerla en persona, sin embargo recuerdo como él hablaba todo el tiempo de su
hija, decía que la tenía estudiando en el extranjero, no paraba de hablarnos de
ella, incluso hacia bromas en que ella iba a tomar su lugar para dirigir el
restaurante. Cada vez que nos platicaba de ella se sentía muy orgulloso,
también comentaba que era una hermosa jovencita y que al parecer yo le
recordaba a ella en cierta manera.
¿Alguna vez les dijo
cómo se llamaba?
Su nombre es… Catherine.
– Bajó la mirada.
Un segundo… ¿No se
llama así la esposa de tu hermana?
Si, así se llama.
Y tú crees que ella
sea…
No lo sé. – Nuevas
lágrimas comenzaron a salir de sus ojos mieles.
¿Y por qué no se le
preguntas?
No me atrevo
hacerlo.
¿Por qué no?
¿Cómo crees que le
voy a preguntar si ella es la hija del señor Arkana?
No veo cual sea el
problema.
EL PROBLEMA ES QUE
SI RESULTA SER ELLA CON QUÉ CARA LE VOY A SALIR DE QUE POR MI CULPA SU PADRE FALLECIÓ.
– Gritaba angustiado.
Aun así pienso que
deberías de hablar con ella.
No, no lo haré.
Cachorro, entiendo
cómo te sientes pero recuerda lo que te dije esa noche cuando ese maldito
desgraciado te secuestró.
Esa noche me dijiste
muchas cosas. – Lo miró a los ojos con suma tristeza.
Es verdad, y entre tantas
cosas te dije claramente que no le prestaras atención a todo lo que te decía
ese hombre porque tú no tienes la culpa de nada, el solamente buscaba culpar a
otros de los crímenes que cometía.
Se lo que tratas de
decirme, pero… – Su esposo lo interrumpió antes de que continuara hablando.
No puedes dejar las
cosas así, tienes que hablar con ella, es la única manera de terminar con tu
pasado para que puedas continuar viviendo el presente.
¿Y si resulta ser
ella? ¿Y si llega a odiarme?
No creo que llegue a
odiarte porque tú le hablarás con la verdad. Hazle recordar como era su padre y
de cómo le gustaba ayudar a los demás.
Creo que tienes
razón.
Claro que la tengo
cachorro. – Le acariciaba su rostro con sus manos.
Te puedo pedir un
favor.
Amor, pídeme lo que
tú quieras.
Quiero que estés conmigo
cuando hable con ella.
Pensé que nunca me
lo pedirías. – Le sonrió con cariño.
Gracias por
escucharme mi amor.
No me lo agradezcas.
Al poco tiempo se escuchó que alguien tocaba la puerta de la
habitación…
Adelante, puede
pasar. – Ordenó el ojiazul.
Lamento interrumpir.
– Expresaba el recién llegado.
¿Qué ocurre Mokuba?
Acaban de llegar
Bakura junto con Ryou y quieren ver a Joey.
Diles que él se
encuentra indispuesto, que por el momento no puede recibir visitas.
Por favor Seto, haz
que pasen.
¿Estás seguro?
Si.
De acuerdo, pero
antes tienes que dejar de llorar, no querrás preocupar a tu amigo.
Tienes mucha razón.
Iré a decirles que
pueden pasar en lo que tú te tranquilizas.
Muchas gracias.
Animo, todo va salir
bien. – Le dio un beso en los labios.
Gracias, Seto.
Continuará…
N/A: Quiero agradecerles a todos mis amis y a mis lectores por todo el apoyo que me brindan diariamente, gracias por tomarse su tiempo en leer esta historia, por estar al pendiente de las actualizaciones y a la vez por corregirme. Espero que pueda romper algunos kokoros (corazones) en este capítulo. Los invito para que no se pierdan la continuación el próximo viernes.
Me despido cordialmente de todos y cada uno de ustedes, cuídense
mucho y pórtense bien, no se olviden de seguir las normas de bioseguridad, usen
siempre su mascarilla, lávense las manos con agua y jabón, no salgan de casa al
menos que sea estrictamente necesario y lleven consigo su botecito de alcohol
gel. Y recuerden VACUNARSE CONTRA EL
COVID. Les mando muchos besos virtuales y un fuerte abrazo desde la
distancia.
Atte.:
KAT.
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