viernes, 24 de septiembre de 2021

SIN CACHORRO… NO HAY NAVIDAD…



Capítulo 126: No pienso irme sin ti y sin mis cachorritos.

 

 

AVISO IMPORTANTE: Este capítulo tendrá argumentos fuertes, así que antes de leerlo… Te sugiero que lo pienses bien antes de continuar… No es recomendable para personas que sean sensibles, ni para aquellos que no soporten la violencia… Leer bajo su propio riesgo. Soldado avisado, no muere en guerra.

 

 

Declaimer: Noticia de último momento… “YU – GI – OH!, No es mío”… Mucho menos sus personajes… Son propiedad de su respectivo autor, pero toda la trama de esta historia si es creada por mí. Amo inventarles historias nuevas a mis queridos personajes, es una manera de expresar lo que siento, y tener la dicha de poderlo compartir con todos ustedes.  ^_^

 

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Un joven de estatura alta, piel clara, cabellos rubios y ojos de color miel se encontraba en una habitación jugando en el suelo con sus hijos.

 

         Les gusta el osito de peluche que les regaló su tía Shizuka. Verdad que es muy bonito. – Les hablaba de manera infantil y a la vez hacia caras y gestos para hacerlos sonreír. – Miren, aquí tienen otro juguete, pero si es una sonaja. – La movía de un lado a otro para que sonara. – La niña agarró la sonaja y luego la tiró lejos. – Anda mi niña tienes que ir a recoger la sonaja, eso es mi amor tienes que gatear. Así mira. – Caminaba en cuatro patas para divertir a sus hijos.

 

         ¿Puedo jugar yo también? – Se escuchó una voz varonil cerca de la puerta de la habitación.

 

         ¿Qué haces aquí? – Se levantó rápidamente del suelo y fue a cargar a los niños. – Quiero que te vayas. – Los ponía en la cuna.

 

         Vine a ver cómo estás y cómo están los niños.

 

         Ya me viste, ahora adiós.

 

         Por favor cachorro.

 

         Escúchame lo que te voy a decir, si has venido para llevarte a mis hijos de una vez te digo que… – No terminó de hablar al ver como su esposo le entregaba un ramo de rosas y una pequeña caja.

 

         No te voy a mentir, si vine a llevármelos. – El joven se quedó estupefacto por lo que acababa de escuchar y sin poderlo evitar sus ojos comenzaron a humedecerse. Y antes de decir algo la otra persona dijo: – También quiero que nos acompañes.

 

         ¿Qué fácil, no? – Hacia lo posible para que su voz no se le quebrara. – ¿Vienes hasta acá cómo si nada?

 

         ¿Qué quieres que diga? ¿Qué quieres que haga?

 

         NO QUIERO QUE DIGAS NADA, NI QUE HAGAS NADA. SOLAMENTE QUIERO QUE TE VAYAS Y ME DEJES EN PAZ. – Alzó la voz sin pensarlo, provocando que los bebés se asustaran y comenzaran a llorar.

 

         Creo que me llevaré a los niños de aquí para que ustedes puedan hablar sin interrupciones. – Manifestaba una mujer que esperaba afuera, y al oír el llanto decidió intervenir.

 

         Gracias Catherine. – Expresó el rubio.

 

La mujer cargó a los bebés en sus brazos y al caminar hacia la salida fue detenida por el castaño.

 

         Pórtense bien mis amores. – Les acarició la cabeza a ambos, posteriormente le dio un beso en la mejilla a cada uno. – Todo va estar bien, papi los ama con todo su corazón. – Decía en un susurro. La mujer no dijo nada y terminó por salir.

 

         Es mejor que te vayas, Seto. – Se abstenía las ganas de llorar.

 

         No pienso irme sin ti y sin mis cachorritos.

 

         ¿Y si me rehúso a irme contigo? ¿Qué harás al respecto? – Lo miraba fijamente a los ojos.

 

         Yo…

 

         ¿SERÍAS TAN COBARDE DE AMENAZARME CON QUITARME A MIS HIJOS SI NO ACEPTO TUS CONDICIONES? – Lo interrumpió de golpe. – PORQUE SI ES ASÍ DE UNA VEZ TE ADVIERTO QUE TENDRÁS QUE PASAR SOBRE MI CADÁVER ANTES DE PODÉRMELOS QUITAR. – Comenzaba a llorar debido al coraje que sentía en ese momento.

 

         Cachorro, escúchame por favor…

 

         NO, AHORA ERES TÚ QUIEN ME VA ESCUCHAR A MÍ, CLARAMENTE TE DIJE ESA NOCHE QUE NI TÚ, NI NADIE ME VAN A SEPARAR DE MIS HIJOS. Y NI SE TE OCURRA TRATARLOS COMO UNA PROPIEDAD PORQUE NO LO SON, NO ES ALGO QUE SE PUEDA PELEAR PARA VER QUIÉN SE LLEVA LA MEJOR PARTE. ASÍ QUE NO CREAS QUE POR TENER PODER Y DINERO PODRÁS HACER LO QUE SE TE DÉ LA GANA, Y NI PIENSES QUE SÓLO POR ESO VAS A TENER EL DERECHO DE ARREBATÁRMELOS PORQUE NO LO VOY A PERMITIR. ESCUCHASTE BIEN MALDITO GATO PULGOSO. NO LO VOY A PERMITIR. – Gritaba con todas sus fuerzas.

 

         Joey… – Intentó acercársele.

 

         NO ME TOQUES, NI SIQUIERA TE ME ACERQUES.

 

         No entiendo por qué me dices todas esas cosas.

 

         QUE CÍNICO ERES, ES QUE DE VERDAD NO RECUERDAS TODAS LAS COSAS QUE ME DIJISTE. – Se limpiaba sus lágrimas con sus manos.

 

         Esa noche dije muchas cosas sin pensar, y de verdad lo siento. – Lo miraba de manera suplicante y hacia un gran esfuerzo para que su voz no se le quebrara. – Muchas veces me has pedido que te escuche, ahora soy yo quien te lo suplica. Por favor cachorro, préstame atención sólo por un momento y si después quieres que todavía me vaya créeme que lo haré con el dolor de mi alma.

 

         Está bien. – Comenzaba a tranquilizarse.

 

         Estoy aquí para pedirte perdón.

 

         ¿Y tú crees que te voy a perdonar después de cómo me trataste? – Preguntaba todo acongojado.

 

         Tienes razón, no debí de haberte tratado tan mal. – Contestó con un gran nudo en la garganta.

 

         No sólo me trataste mal, sino que además me ofendiste y sacaste a relucir mi pasado. ¿Tienes idea de cómo me sentí? ¿La tienes?

 

         No. – Manifestó apenado.

 

         Pues déjame decirte que me hiciste sentir muy mal, me trataste peor que a una basura, y lo que más me dolió fue cuando mencionaste el nombre de ese hombre, y tú me habías prometido que nunca ibas a tocar mi pasado, mucho menos a restregármelo en la cara. – Lloraba desconsoladamente.

 

         Cachorro, perdóname por favor por ser tan estúpido, tenías razón al decirme que soy egoísta, orgulloso, prepotente, impulsivo, testarudo, ambicioso y que no suelo escuchar a las personas. – Bajó la cabeza para que no lo viera llorar. – Si tan sólo te hubiera escuchado quizás nada de esto estuviera pasando. Y la verdad es que no tengo palabras para pedirte perdón, esta vez mi orgullo y mi terquedad llegaron demasiado lejos. – Se atrevió a mirarlo a los ojos. – Lo único que puedo decirte es que no quiero perderte, y aunque no me lo creas yo te amo, mi vida sin ti no es lo mismo.

 

         Aun así no tenías ningún derecho de tratarme tan mal. Todavía no puedo entender el por qué lo hiciste. – Su cuerpo temblaba debido al llanto y su voz sonaba melancólica.

 

         Lo hice porque soy un tonto y la verdad es que me enojé. – Respondió con sinceridad. – Porque cuando te miraba con esa mujer me molestaba de sobre manera, cada vez que tu sonreías me enfadaba más porque sabía muy bien que esa sonrisa no iban dirigidas a mí, y me enfadé tanto creyendo que tu habías dejado de ser feliz a mi lado. Y eso me atormentaba, me hacía hacerme muchas preguntas creyendo que te perdía.

 

         Eran tus acciones las que hacían que me alejara de ti.

 

         Ahora lo sé. – Volvió a bajar la cabeza. – Mokuba tiene razón, soy muy torpe para el amor.

 

El rubio se sorprendió un poco cuando escuchó las últimas palabras de su esposo.

 

         Creo que lo nuestro no tiene solución. – Expresó con el dolor de su alma.

 

         Por favor cachorro, no me digas eso.

 

         Pero es que…

 

         Como te dije anteriormente, no pienso irme sin ti y sin mis cachorritos. Date cuenta que ustedes son mi vida entera, entiéndeme por favor que no sabría vivir sin ustedes. – Lo miraba de manera suplicante. – Y… No puedo llegar con las manos vacías o sino Mana no me dejará entrar de nuevo a la mansión.

 

         Yo… No sé qué decirte.

 

         Al menos dime que me perdonas, y para que veas que mi arrepentimiento es sincero voy a… – El hombre estaba a punto de arrodillarse en el suelo pero fue detenido por su pareja.

 

         No es necesario que hagas eso. Yo te perdono, Seto.

 

         Cachorro. – Aprovechó la ocasión que lo tenía cerca de él, para abrazarlo. – Gracias por perdonar a este idiota.

 

         Tú no eres ningún idiota. – Lo abrazó con todas sus fuerzas.


Permanecieron así por un largo rato…

 

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         ¿Estás bien?

 

         Si.

 

         Es mejor que te lleve a casa para que puedas descansar un poco.

 

         Por favor Baki, déjame quedarme un ratito más.

 

         Amor, has estado con tu amigo casi todo el día y mira que casi no desayunaste en la mañana.

 

         Lo siento mucho. – Bajó un poco la cabeza.

 

         Ryou…

 

         Solamente quiero hacerle compañía a Yūgi, no me gustaría dejarlo solo.

 

         Ryou, entiéndeme por favor, me preocupo por ti y no me gustaría que te enfermaras.

 

         Gracias por preocuparte por mí. – Medio le sonrió. – A veces nos turnábamos con Joey, el solía venir en las mañanas y yo venía por las tardes, pero ahora no podrá venir.

 

         Mira, te propongo algo.

 

         ¿Qué?

 

         Vámonos al departamento para que podamos descansar, luego nos venimos nuevamente al hospital. ¿Estás de acuerdo?

 

         ¿Prometes que me traerás?

 

         Te doy mi palabra mi amor, pero debes prometerme que empezarás por comerte toda la comida, sin excusas.

 

         Si, te lo prometo.

 

         En ese caso, vámonos.

 

         Muchas gracias por apoyarme Baki.


         No hay nada que agradecer. – Le dio un beso en los labios.

 

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         Qué raro.

 

         ¿Qué sucede?

 

         Le he estado llamando a mi hermano toda la mañana y no me contesta su celular.

 

         Ya le hablaste a su oficina.

 

         Si, y nada. Es más, su secretaria me dijo que no ha llegado a la Corporación Kaiba.

 

         Creo que no hay de qué preocuparse.

 

         ¿Por qué lo dices?

 

         Porque supongo que se fue a buscar a Joey.

 

         Quizás tengas razón.

 

         No te preocupes Mokuba, ya verás que tu hermano entrará por la puerta junto con Joey y los bebés.

 

         Más le vale que lo haga porque si no...

 

         Ja, ja, ja, ja, ja, ja, no creo que tu hermano quiera oír otro sermón tuyo.

 

         NOAH… – Fingió estar enfadado.

 

         Es broma mi amor.

 

         Lo sé.

 

         Te vez lindo cuando te enfadas.

 

         No digas eso que me apenas. – Sus mejillas se sonrojaban ante el comentario de su pareja.

 

******************************

 

         Cachorro.

 

         Dime. – Se separó un poco para poder mirarlo a los ojos.

 

         ¿Por qué me dijiste todas esas cosas de los niños?

 

         Porque no quería que se repitiera la historia.

 

         ¿Qué se repitiera la historia? ¿Cómo así? No entiendo.

 

         La primera vez que supe que estaba embarazado no supe cómo reaccionar, al principio me sentía confundido porque no podía creer que estaba encinta, después me sentí muy feliz al saber que pronto sería madre, era tanta la felicidad que sentía que deseaba con todas mis fuerzas salir corriendo a buscarte para darte la noticia. – Volvió a bajar la cabeza. – Luego me invadió el miedo al recordar lo que le pasó a mi madre.

 

         Te refieres a tu hermana. – Lo agarró del mentón suavemente para verlo a los ojos.

 

         Si. – Nuevamente comenzaba a llorar. – Y no sólo era eso, sino que además temía que te fueras a enfadar, temía que me los quitaras a la fuerza, que me separaras de ellos temiendo que quizás nunca los volvería a ver. La verdad es que no quería que nada de eso pasara, porque sabía muy bien que no iba a soportar la separación de mis hijos y moriría en vida. Yo  únicamente quería compartir mi alegría contigo, y que tú me dijeras que todo iba a estar bien. – El hombre le limpiaba las lágrimas con su pañuelo, posteriormente acarició una de sus mejillas suavemente.

 

         Fue por esa razón que te los llevaste.

 

         Sí, porque cuando me dijiste que me ibas a alejar de ellos en lo único que pensé fue en protegerlos, fue por eso que salí casi que corriendo de la mansión, y en cuanto te pusiste enfrente sólo me limité en abrazarlos con todas mis fuerzas para que no me los quitaras.

 

         Cachorro tonto, no debiste de habértelos llevado.

 

         Pero… Tus palabras sonaron tan sinceras que…

 

         Es verdad que a veces digo las cosas sin pensar, pero jamás te lastimaría quitándote a los bebés. ¿Acaso ya olvidaste lo que te dije en el hospital el día que despertaste?

 

         No, no lo he olvidado. – Hacia lo posible para dejar de llorar. – Claramente me dijiste que no te quitara la posibilidad de estar con nuestros hijos.

 

         ¿Ahora lo entiendes?

 

         Creo que sí.

 

         Prométeme que no te los volverás a llevar de nuevo aunque estemos muy disgustados.

 

         Lo prometo.

 

         Quiero que entiendas que así como tú, los amas, también yo los amo. Ellos son mi vida entera. Mejor dicho, ustedes son mi vida entera. Te amo tanto, cachorro.

 

         Y yo a ti mi lindo gatito.

 

Ambos se dieron un beso en los labios, y no tardó en convertirse en uno muy apasionado.

 

 


Continuará…

 

 



N/A: Quiero aclarar que vienen capítulos fuertes, aún estoy indecisa en si debo continuar u omitirlos. Uno de mis lectores me lo advirtió cuando me dijo que iba a tocar un tema bastante delicado. Por esa razón es que con anticipación les voy a pedir respeto ante todo y si alguien está en desacuerdo con el tema que voy a tocar en los siguientes capítulos sólo me queda pedirle de favor que no siga leyendo y evitar las criticas destructivas. Las advertencias que daré al comienzo del siguiente episodio van a ser para personas mayores de 21 años, si no están listos para abordar dicho tema les sugiero que mejor no opinen, cada quien es libre de tener sus propias creencias y ver las cosas de manera diferentes. Por lo demás, estoy agradecida con todos y cada uno de ustedes por el gran apoyo que me dan, por todos sus comentarios que me dejan, por participar en los cambios que se le hagan a la historia, por escoger el sexo de los bebés, etc., etc., etc.

 

Me despido de cordialmente de ustedes, pórtense bien, cuídense mucho, no bajen la guardia, sigan con todas las medidas de bioseguridad. Y lo más importante… VACÚNENSE. Nos leeremos el próximo viernes, les mando muchos besos virtuales y un gran abrazo desde la distancia.

 

Atte.:

 

            KAT.

 

 

 

 

 

 

 

 


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