Capítulo 109: No llores mi pequeño ángel…
AVISO IMPORTANTE: Este capítulo tendrá argumentos fuertes,
discusiones y conflictos, no aptas para personas sensibles que odien la violencia, etc. Así que antes de leerlo… Te sugiero
que lo pienses bien antes de continuar… No me hago responsable si sale ofendido al leer este capítulo… No es
recomendable para personas que sean sensibles, ni para aquellos que no soporten
la violencia… Leer bajo su propio
riesgo. Soldado avisado, no muere en guerra.
Declaimer:
Noticia de último momento… “YU – GI – OH!, No es mío”… Mucho menos sus
personajes… Son propiedad de su respectivo autor, pero toda la trama de esta
historia si es creada por mí. Amo inventarles historias nuevas a mis queridos
personajes, es una manera de expresar lo que siento, y tener la dicha de
poderlo compartir con todos ustedes. ^_^
******************************
La noche finalmente había llegado a la ciudad Domino, algunas
personas llegaban a sus casas cansadas después de haber tenido un largo día de
trabajo y otros con una gran angustia esperando en casa para ver si llegaba su
ser querido.
No puedo más con
esta inquietud, ya lo he esperado todo el día para ver si regresaba y no lo ha
hecho. Ni hablar, saldré a buscarlo ahora mismo. – Se decía así mismo todo
preocupado, estaba por salir cuando en eso alguien abría la puerta desde el
otro lado. – ¡Ryou! – Exclamó sorprendido. – ¿Dónde has estado? Me tenías muy preocupado
mi amor. – Lo veía un poco pálido y su cuerpo temblaba de frío. – Ven amor, te
llevaré a la cocina para darte una taza de café bien caliente. – Rápidamente se
quitaba su chamarra para ponérsela encima a su novio, pero no se esperaba que
la otra persona lo rechazara.
NO ME TOQUES. – Le
da un fuerte manotazo.
Ryou… ¿Qué tienes
amor? ¿Por qué no me dejas ayudarte?
Yo… – No pudo decir
nada debido a que rompió en llanto.
Shhhh, calma amor,
aquí estoy. – Logró abrazarlo con todas sus fuerzas.
******************************
Un hombre estaba entrando a una mansión quien de inmediato era
recibido por…
Buenas noches.
Ah, eres tu Noah.
Que recibimiento el
tuyo, es como que no te alegraras el que haya venido.
Discúlpame amor, es
sólo que pensé que era mi hermano.
Pues ya viste que no
soy él. ¿Ocurre algo malo?
Uno de los bebes
está enfermo, Mana y yo hemos tratado de bajarle la fiebre, y he hecho hasta lo
imposible por comunicarme con Seto y no he podido.
¿Qué es lo que
tiene?
No lo sé, el
pobrecito no ha parado de llorar.
¿Quieres que lo vaya
a buscar?
No, necesito que te
quedes por si tenemos que llevarlo al hospital.
Está bien amor,
cálmate.
Estoy muy preocupado
por mi sobrino, se me parte el corazón oírlo llorar.
¿Dónde lo tienen?
En la habitación de mi
hermano, Mana esta con él.
Veré si le puedo
ayudar en algo.
Gracias amor, yo
mientras tanto seguiré esperando aquí a mi hermano.
De acuerdo amor.
Se fue rápidamente a donde se encontraban los bebés.
Seto, ¿dónde estás
hermano? ¿Por qué no me contestas tu celular? – Se decía así mismo en lo que
volvía a insistir en marcarle de nuevo.
******************************
Llevaban un buen rato callados, nadie decía nada y ambos se
encontraba en la cocina, uno de ellos sostenía una taza de café y el otro se
limitaba estar sentado en la silla observando. Hasta que finalmente alguien
decide romper con el maldito mutismo.
Fui a ver cómo quedó
mi departamento. – Hablaba cabizbajo.
Eh…
Tenías razón, no
quedó nada en ese lugar. – Su voz sonaba triste. – Caminé todo el día por casi toda
la ciudad pensando en muchas cosas. – La otra persona prestaba atención a lo
que su novio estaba diciendo y prefirió no interrumpirlo. – No quería decirte
nada pero estaba decidido en irme de aquí. – Sus ojos comenzaron a humedecerse.
– Una de las cosas que me puse a pensar fue lo que le ocurrió a Yūgi, ¿cómo es
posible que una persona lastime tanto a su ser querido después de haberle dicho
que lo amaba? – Lo miró a los ojos con suma tristeza. – ¿Por qué los hombres
dominantes siempre tienden a lastimar a los que son más débiles? Es como si les
gustara hacernos la vida miserable, no les basta con humillarnos, golpearnos,
agredirnos física y psicológicamente sino que también abusan de nosotros, nos
hacen creer que somos de su propiedad, no somos más que sus objetos sexuales
que nos pueden utilizar cada vez que quieran y tirarnos cada vez que se les
pegue la gana. – Su mirada cambió a una de odio y desprecio. – No tenemos voz
ni voto y si nos resistimos es para empeorar más la situación, es para tener
que soportar más maltratos, castigos y torturas. Siempre buscan su beneficio y
su conveniencia, siempre son ellos los que deciden ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Cómo lo
quieren? Incluso nos obligan a que les demos hijos, nos hacen parir como
conejos y estando encinta nos obligan a tener sexo. – Volvió a bajar la mirada,
sus ojos lloraban como un Rio desbordado. – Y cuando nos embarazamos sin
consultárselos nos hacen abortar sin nuestro consentimiento, nunca toman en
cuenta nuestros sentimientos, nunca tienen tiempo de preguntarnos lo que
queremos, como nos sentimos, si estamos bien, si nos duele algo, si tenemos
algún problema, si queremos salir a alguna parte. – El hombre seguía escuchando
y a la vez se le hacía un gran nudo en su garganta, creía que lo mejor era
dejarlo que se desahogara, durante todo ese tiempo se cuestionaba así mismo qué
era lo que pensaba su novio para que estuviera tan callado. Y ahora… Se quedaba
frío ante todo el dolor que él estaba sacando en ese momento. La pregunta del
millón era… ¿Podría ayudarlo ante todo ese dolor y sufrimiento? – ¿De qué sirve
confiar en una persona que nos diga te amo si a la larga eso no es más que una
ilusión? ¿De qué sirven todas las promesas que nos hagan si al final de cuentas
no las cumplirán? Por más amor que les demos siempre quieren más, nunca están
satisfechos, y cuando cometemos un error por pequeño que sea se la pasan
echándonosla en cara todo el tiempo, ustedes si pueden sernos infiel, en cambio
nosotros… – Apretó con fuerza la taza de café para luego estrellarla con
violencia contra el suelo para hacerla pedazos. – SI LE SOMOS INFIELES ES PARA
QUE VIVAMOS UN INFIERNO, ES PARA QUE NO NOS CANSEMOS NUNCA DE PEDIRLES PERDÓN Y
NO LOS RECORDARÁN TODA LA VIDA. – Gritaba con infinito odio. – PORQUE TODOS
USTEDES SON UNOS SERES DESPRECIABLES, QUE LO ÚNICO QUE HACEN ES ARRUINAR
NUESTRAS VIDAS. NOS TRATAN COMO MERCANCÍAS, SE DAN EL LUJO DE COMPARTIRNOS CON
SUS ESTÚPIDOS AMIGOTES, NOS PROHÍBEN TODA CLASE DE COSAS COMO SALIR CON
NUESTROS AMIGOS, NOS PROHÍBEN GANAR NUESTRO PROPIO SALARIO, NOS MANTIENEN
ENCERRADOS EN SUS CASAS PARA QUE SEAMOS LA SIRVIENTA DEL HOGAR, Y TENERLES LA
COMIDA SERVIDA EN LA MESA PORQUE SI NO TRAPEAN EL SUELO CON NOSOTROS. ¿QUÉ
CLASE DE VIDA ES ESA? ¿ME LO PUEDES DECIR? CONTÉSTAME MALDITA SEA, NO TE QUEDES
CALLADO. – Gritaba furioso y a la vez lo miraba con odio y resentimiento.
Ryou… – Carraspeó un
poco su garganta para poder hablar. – Todo lo que me estás diciendo es por qué
lo sientes, o lo dices por lo que le pasó a tu amigo.
Nada tiene que ver
una cosa con la otra. – Seguía llorando dolorosamente.
Escúchame por favor,
te doy la razón en todo lo que me has dicho, desgraciadamente hay hombres que
son abusadores, y violentos, les gusta dominar y tener siempre el control de
todo. Pero… No todos somos así. Lo que quiero que entiendas es que así como hay
hombres abusadores, así también hay hombres que no lo son, no todos golpean ni
maltratan a su pareja. Con esto no te estoy diciendo que hay hombres perfectos
porque en definitiva no los hay, todos somos humanos y por ende solemos tener
muchos defectos, y en toda relación siempre habrá problemas, discusiones, y
peleas. – Se levantaba de la silla lentamente para acercarse a su pareja. –
También es verdad que hay muchos estúpidos por ahí diciendo te amo con tanta
facilidad, porque es más fácil decirlo del diente al labio que decirlo desde
aquí. – Puso su mano sobre el pecho de su novio, haciendo que el otro volteara
a ver hacia abajo.
Bakura… Snif, snif, snif, snif,
snif, snif…
******************************
¡Hermano, que bueno
que finalmente llegas!
¿Qué ocurre Mokuba?
¿Por qué estás tan alterado?
Uno de los niños
está enfermo, y… – No terminó de hablar al ver como su hermano tiraba al suelo
el portafolio que traía en sus manos y salió corriendo de inmediato a su
habitación. – ESPERA SETO. – Le gritaba en lo que caminaba detrás de él.
Al llegar a la habitación…
¡Mana!
Niño Seto que bueno
que llega.
¿Qué le ocurre a mi
hijo?
Tiene fiebre, no ha
querido comer nada, entre Mokuba y yo hemos tratado de bajársela.
Dámelo por favor
Mana.
Si claro. – Le
entregaba al niño en sus brazos y éste no dejaba de llorar.
No llores mi pequeño ángel, papá está
aquí, ya, ya, tranquilo. – Agarraba el termómetro para tomarle de nuevo la
temperatura en lo que caminaba de un lado a otro para tratar de calmarlo. –
¿Cómo está Kisara? – Preguntó preocupado.
Ella está bien, sólo es el pequeño Seto
que esta enfermito.
He tratado de localizarte hermano y tú
nunca me contestabas el celular.
Discúlpame por favor Mokuba, el celular
lo ando descargado y la Junta de este día se alargó más de la cuenta. –
Contestó algo molesto. – Maldición, fui un irresponsable al decirle a mi
secretaria que desconectara el teléfono de mi oficina.
Cálmate por favor hermano, no tenías
idea que algo como esto iba a ocurrir.
Aun así debí de haber estado más al
pendiente. – Miró el termómetro y con suma preocupación dijo: – Llama al Doctor
Mokuba y dile que voy en camino al hospital con mi hijo enfermo.
Si hermano. – Sacaba su celular y
marcaba el número.
Ayúdame por favor con la niña Mana.
¿Piensa llevársela también?
Sí, quiero asegurarme de que ella esté
bien.
De acuerdo niño Seto.
Ya, ya, no llores mi pequeño ángel, te
prometo que pronto estarás bien mi amor. – Lo abrazaba con cariño y le daba
pequeñas palmaditas en la espalda para calmarlo.
Seto, el Doctor me dijo que te verá
allá.
Muchas gracias Mokuba. – Le quitaba la
mantita que tenía el niño para dársela a su hermano para que fuera al baño a
humedecérsela de nuevo, en lo que su hermano hacia eso le ayudaba a la mujer a
preparar a la niña. – Tu vendrás conmigo Mana.
Claro que si niño Seto.
Aquí está la mantita hermano.
Gracias Mokuba. – Envolvía a su hijo
con ella. – Vámonos ya Mana.
Si.
Espera Seto, no olvides llevarte tu
cargador y cuando tengas noticias avísame por favor.
Está bien, y les agradezco por cuidar
muy bien de ellos.
No tienes nada que agradecer.
Mana, lleva tu a la niña.
Con gusto mi niño Seto.
******************************
Todo este tiempo me
tenías muy preocupado, no sabía qué era lo que te pasaba y moría de ganas por
saber que era lo que pensabas al estar tanto tiempo callado. Sé que lo que le
pasó a tu amigo fue algo devastador, y…
Tea me lo contó
todo. – Lo interrumpió de golpe. – También me dijo cómo fue que murió Tristán.
¿Cuándo la viste?
Hoy en la tarde fui
al hospital para saber cómo estaba Yūgi.
¿Y te lo dijo todo
de un golpe?
Si.
No debió de haber
hecho eso. – Respondió molesto.
¿Te molesta que me
haya dicho la verdad? – Lo miraba algo enfadado.
No, lo que en verdad
me molesta es que te lo haya dicho todo de golpe sin consultármelo, aun
sabiendo que tú todavía sigues afectado por todo lo que hemos pasado hace tres
meses.
Ella es mi amiga y
como tal no tenía por qué mentirme. También me dijo que tú nunca me ibas a
decir la verdad.
Eso no es cierto, yo
si pensaba decirte la verdad, lo único…
MENTIRAS. – Gritó
exasperado. – ERES UN MENTIROSO, DICES ESO PARA ENGAÑARME, ¿ACASO ME CREES
TONTO? ERES IGUAL O PEOR QUE TODOS LOS HOMBRES ABUSADORES, QUERÍAS MANTENERME
ENGAÑADO PARA HACERME CREER QUE TODO IBA A ESTAR BIEN, Y QUE LO QUE LE PASÓ A
YŪGI ERA PORQUE SE LO TENÍA BIEN MERECIDO. ESO ME IBAS HACER CREER, ¿VERDAD?
¿PENSABAS UTILIZAR LA DESGRACIA DE MI AMIGO PARA USARLO COMO EJEMPLO Y DE ESA
MANERA PODERME INTIMIDAR, NO ES ASÍ?
Eso es una tontería,
jamás pretendí hacer tal cosa, es absurdo todo lo que me estás diciendo. ¿De
dónde sacaste semejante estupidez?
NO ES NINGUNA
ESTUPIDEZ, TEA ME PUSO AL TANTO PARA QUE YO TUVIERA CUIDADO, Y QUE NO ME FIARA
DE TI. ESTÁ MUY PREOCUPADA POR MÍ, DICE QUE YA PERDIÓ A DOS DE SUS AMIGOS Y QUE
NO LE GUSTARÍA PERDER OTRO MÁS.
Ryou, escúchame por
favor, soy incapaz de hacerte daño.
A OTRO PERRO CON ESE
HUESO.
Ya basta, no es
necesario que me ofendas.
¿QUÉ HARÁS SI TE
SIGO OFENDIENDO? ¿VAS A GOLPEARME COMO YAMI LO HACÍA CON SU ESPOSO?
Voy hacer algo mucho
peor que eso. – Manifestó enfadado.
NO TE TENGO MIEDO
MALDITO INFELIZ. – Se puso a la defensiva.
Bien, como quieras,
después no digas que no te lo advertí.
En cuanto el hombre empezó a caminar, la otra persona sintió miedo
por un segundo pero luego se quedó boquiabierto al ver como su pareja salía de
la cocina, bastante disgustado.
******************************
Horas más tarde…
¿Cómo se encuentra
Doctor?
Él va estar bien
señor Kaiba, solamente esta resfriado y tiene la garganta algo irritada.
¿Y mi hija, cómo se
encuentra?
Ella está bien, no
tiene nada.
Muchas gracias
Doctor.
Descuide, no es
nada. Le voy a sugerir que esté pendiente de su hijo por las noches y debe
limpiarle la nariz con esta pera de goma. – Le entregaba una cajita. – Y dele
mucho líquidos para mantenerlo hidratado.
Así lo haré Doctor.
Eso es todo por
ahora, llámeme si se presenta cualquier anomalía.
Si Doctor, y gracias
de nuevo. Ven mi niño, vámonos. – Lo cargaba en sus brazos. – Le acabas de dar
un gran susto a papá, si algo te llega a pasar tu pamita nunca me lo
perdonaría. – Le daba un beso en su mejilla. – Ayúdame con la niña por favor
Mana.
Claro que si niño
Seto.
Adiós Doctor y
buenas noches.
Buenas noches señor
Kaiba, buenas noches señora Mana.
Buenas noches
Doctor.
Ambos salieron del consultorio, el hombre iba más tranquilo con su
hijo en brazos, en lo que caminaban por uno de los pasillos del hospital la
niña comenzó a llorar.
Espere por favor
niño Seto.
¿Qué ocurre Mana?
Kisara tiene hambre.
Vamos a sentarnos en
aquellas sillas.
De acuerdo.
Al llegar ambos se sentaron...
Yo quiero darle de
comer Mana.
Está bien, deme al
niño.
Si. – Se lo estaba
pasando cuando en eso comenzó a despertar y a punto de llorar. – Mejor no Mana,
tal parece que no quiere separarse de mí.
Era de esperarse. –
Medio le sonrió. – Ya chiquita, ya no llores, aquí está tu pachita.
En lo que le das de
comer le llamaré a Mokuba.
Me parece una buena
idea que lo haga mi niño Seto.
Después de darle de comer a la niña y de hablar con Mokuba
volvieron a caminar.
Espera Mana.
Dígame niño Seto.
Se me acaba de
ocurrir que ya que estamos aquí podemos llevar a los niños a que conozcan a su
pamita.
¿Cree que quiera el
Doctor?
Yo espero que sí.
En ese caso vamos.
******************************
Llevaba más de una hora esperando en la cocina, no dejaba de
pensar en las cosas que había dicho su novio, en cuanto su pareja salió del
lugar se oían golpes muy fuertes y eso lo ponía bastante nervioso, después los
dejó de escuchar y afuera estaba todo silencioso y eso le preocupaba por lo que
decidió salir de la cocina.
¿Qué me habrá
querido decir con que haría algo mucho peor que eso? – Se cuestionaba así mismo
en lo que salía lentamente mirando a su alrededor, las luces del corredor se
encontraban apagadas y eso le ponía los pelos de punta, siguió caminando sin
hacer mucho ruido, al final del pasillo vio que ahí estaban las luces
prendidas. Se acercaba lentamente y se llevó una gran sorpresa al ver a su
novio sentado en el sofá. – Ba… Ku… Ra. – Musitó nervioso.
Será mejor que te
vayas a dormir Ryou, ya es muy tarde. – Contestó sin ni siquiera mirarlo.
El aludido tragó saliva en seco y prosiguió a caminar para verlo
de frente llevándose con una desagradable sorpresa.
¿Qué te ocurrió en
las manos? – Preguntó angustiado.
No es nada, déjame
solo por favor. – Trató de ocultar sus manos pero el otro no se lo permitió.
Déjame verlas por
favor.
NO OÍSTE QUE ME
DEJARAS EN PAZ. – Le gritó más que furioso, provocando que la otra persona se
fuera espantado. – Maldición, no debí de haberle gritado. – Se decía así mismo.
Al cabo de diez minutos llegaba el albino menor con un pañuelo y
un plato hondo con hielo. Se disponía a ponerle el pañuelo con hielo en sus
manos para luego curárselas.
¿Por qué haces esto?
Porque quiero. –
Respondía en lo que seguía haciendo su trabajo.
Pues no deberías de
hacerlo, al fin de cuentas sólo soy un hombre que le gusta golpear a los más
débiles.
No digas eso por
favor. – Se abstenía las ganas de llorar. – Perdóname por todas las cosas que
dije.
No Ryou, perdóname
tú a mí. – Lo abrazó con todas sus fuerzas.
Prométeme que no te
volverás hacer daño. – Se separaba del abrazo para verlo a los ojos.
Lo prometo con una
condición.
¿Cuál?
Quiero que me
prometas que vas a confiar en mí y que me dejarás ayudarte.
Pero… – Bajó la
mirada.
Por favor, no te
quedes callado.
La verdad es que
tengo miedo de que algún día te canses de mí y me dejes solo.
Eso nunca va pasar
pequeño porque te amo. Te amo con toda mi alma Ryou.
Lo sé, y me lo has
demostrado infinidad de veces… Pero… – Sus ojos comenzaron a humedecerse de
nueva cuenta.
¿Pero qué mi amor?
¿No crees que tú te
mereces alguien mejor que yo?
¿Por qué me dices
eso?
Temo que un día te
canses de mí y me eches en cara todo mi pasado. Y eso es algo que no
soportaría.
No llores mi amor. –
Le limpiaba su carita con sus manos. – Hagamos una promesa.
¿Cuál?
Si uno de los dos se
aburre del otro, se lo tiene que decir de inmediato.
¿Para qué?
Para ver en que está
fallando y volver a intentarlo.
Me parece una buena
idea. – Medio le sonrió.
¿Entonces tenemos un
trato?
Si.
Me gusta verte
sonreír Ryou.
No digas eso que me
apenas.
Que no te dé pena. –
Le dio un beso en los labios.
Baki.
Dime.
Hay algo que no te
he dicho.
¿Qué cosa?
Tea me contó que Yūgi
está embarazado.
¿Qué?...
Sí, pero eso no es
lo peor.
Sígueme contando por
favor.
Lo peor es que los
tratamientos que Yūgi necesita para lograr que su embarazo no sea interrumpido
son muy costosos y Tea no puede asumir con los gastos.
Entiendo…
También me dijo que
dentro de poco se irá de la ciudad.
¿Dejará solo a su
amigo?
Ella piensa que tal
vez sea lo mejor para Yūgi que pierda su embarazo. – Estaba cabizbajo y su voz
sonaba melancólica.
¿Y tú que piensas de
todo esto?
La verdad es que si
tuviera el dinero suficiente para ayudar a Yūgi lo haría con gusto.
Ya veo…
Hubo un enorme silencio en donde ninguno de los dos ya no dijo
nada…
Continuará...
N/A: ¿Quieren que Yūgi pierda al bebé? ¿Hizo bien Tea en contarle todo
a Ryou? ¿Podrá Ryou confiar en su pareja? ¿Estará bien que Tea se vaya de la
ciudad dejando solo a su amigo? Baia susto que se llevó el gato pulgoso con uno
de sus hijos… XD… Al fin se pudo desahogar el albino menor, ¿desean un final
feliz? Todo esto y más los iremos descubriendo en los siguientes capítulos, los
invito para que no se pierdan la continuación de esta interesante historia.
Muchísimas gracias por todo su apoyo que me han brindado desde el principio, no
olviden dejar sus comentarios que yo con mucho gusto les responderé.
Me despido cordialmente de todos y cada uno de ustedes, y antes de
irme les recuerdo que no bajen la guardia, protéjanse y vacúnense porque el
coronavirus todavía sigue en las calles. Les mando muchos besos virtuales y un
fuerte abrazo de oso virtual, cuídense mucho y nos leeremos el próximo viernes.
Atte.:
KAT.
No hay comentarios:
Publicar un comentario