SIN CACHORRO… NO HAY NAVIDAD…

Capítulo 26: ¿Tú eres esa mujer?... II parte.

Declaimer: Noticia de último momento… “YU – GI – OH!, No es mío”… Mucho menos sus personajes… Son propiedad de su respectivo autor, pero toda la trama de esta historia si es creada por mí. Amo inventarles historias nuevas a mis queridos personajes, es una manera de expresar lo que siento, y tener la dicha de poderlo compartir con todos ustedes.  ^_^

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Después de cenar, decidió irse a encerrar a su habitación, dentro del lugar pensaba en muchas cosas…

            No he dejado de pensar en las conversaciones que he tenido con Marik, ¿qué tal si tiene razón? ¿Estaré tomando las cosas a la ligera? ¿Y si solamente son suposiciones mías? Quizás entre ellos no haya nada, demonios, ¿por qué me mata esta angustia? Eso es porque todavía lo amo, y no quiero perderlo. – Medio sonrió al escuchar sus últimas palabras. – Es verdad, tengo miedo de perderte cachorro, tengo miedo que hayas dejado de amarme, temo de que hayas buscado consuelo en los brazos de alguien más. Creo que debí de haberte valorado más, pero tú sabías que yo te amaba, tú eres mi mundo, eres el único que me hacía ver las cosas de otra manera. A veces, me siento culpable por todo lo que está pasando, quizás no te valoré lo suficiente, y dejé de prestarte atención, pero eso no significa que te haya dejado de amar, admito que tuvimos nuestras diferencias, pero tú sabías como convencerme y al final terminaba aceptando tus locas ideas. Cuando te traje por primera vez a la mansión, todos los médicos me decían que no ibas a ser el mismo de antes, que ya no sonreirías como solías hacerlo, que te iba costar mucho trabajo adaptarte a tu nueva vida, pero nada de eso me importaba, no prestaba atención a todos los diagnósticos de los médicos, porque estaba seguro que yo era el único que podía sacarte de esa oscuridad a la que ese maldito te había sometido. Cuando llegaste aquí, tenías miedo de todo, te encerrabas en tu habitación porque le temías hasta a los empleados, solías salir cuando Mokuba o yo estábamos en la mansión. Parecías un indefenso animalito muy asustado, casi no hablabas, ni comías, y cada mañana te encontraba dormido en el suelo, al principio me parecía extraño el que tu hicieras eso, hasta que una vez me dijiste que si dormías en la cama me iba a enfadar contigo. Ahí me empecé a dar cuenta de cuánto daño te había hecho ese hombre, de cómo has de haber sufrido estando en sus garras, todas las personas que te atendieron en el hospital aseguraban que no ibas a sobrevivir, y que si lo hicieras, tu vida nunca volvería hacer la misma. Pero sabes una cosa… De alguna manera tú y yo nos rescatamos mutuamente, sí, así es, ambos nos ayudamos para poder salir adelante de nuestra propia oscuridad. Te convertiste en mi mundo, y yo me convertí en el tuyo. No sé si seré un estúpido por seguirte amando, lo cierto es que me dolió tu traición, por más que quiera no puedo borrar la escena que vieron mis ojos, y no puedo olvidar la expresión que tenías en tu rostro, era como si estabas feliz de que yo llegara, como si ese era el momento perfecto para tirarme en cara que te habías enamorado de alguien más. Quizás fue eso lo que me hizo hervir la sangre, ni yo mismo supe como pude controlarme en ese momento para no lastimarte, en ese instante solamente pensaba en una sola cosa, y era hacerte pagar por tu traición, por eso opté por echarte de mi lado, fue la mejor decisión que pude tomar para no hacerte daño, me dolió verte tirado en el suelo en la puerta principal, llorabas con mucha tristeza, como si estuvieras decepcionado de mí, pero no le di importancia, porque aquí el único que está sufriendo soy yo. Tal vez me anime en irte a buscar uno de estos días, cachorro… – Unas finas lágrimas comenzaban a salir de sus ojos azules, en sus manos sostenía el mismo portarretratos  que había quebrado días atrás, se limpió las lágrimas para luego poner la fotografía en la mesita de noche, posteriormente se levantó rápidamente de la cama para ir a vomitar al baño.

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            “Ya se tardó, de seguro se arrepintió al final". – Pensaba para sí mismo. – "¿Y si me deja plantado? ¿Y si le pasó algo en el camino? A lo mejor decidió dejarme vestido y alborotado. No, Bakura no es así, de seguro ya no debe de tardar”. – Una voz lo sacó de sus pensamientos.

            Que guapo estas Ryou.

            Eh… ¿Mokuba, qué haces aquí?

            Vine a visitar a Joey, y de paso a invitarlo a comer a un restaurante.

            Espera, no puedes pasar.

            ¿Por qué no? – Cuestionó en el camino, aprovechó entrar al ver la puerta abierta.

El albino se fue detrás de él tratando de detenerlo para que no entrara al departamento.

            Espera Mokuba.

El primero en llegar fue el pelinegro, y al hacerlo se llevó una desagradable sorpresa.

            ¿QUÉ SIGNIFICA ESTO? – Cuestionó molesto.

No podía creer lo que sus ojos habían visto, y lo que vieron fue a su cuñado abrazando a una mujer de manera muy cariñosa, casi comprometedora.

            Mokuba. – Le sonrió el rubio quien se limpiaba sus lágrimas.

            Entonces es cierto, mi hermano tenía razón.

            Mokuba, por favor.

            CÁLLATE, Y NI SE TE OCURRA DECIRME QUE NO ES LO QUE PARECE. – Lo veía bastante molesto, tenía la misma mirada que su hermano.

            Mokuba, no mal interpretes las cosas. – Intervenía el albino para ver si de alguna manera tranquilizaba las cosas.

            No intervengas en esto Ryou. – Le contestó sin ni siquiera mirarlo.

            Mokuba, escúchame por favor.

            No hay nada que deba escuchar, lo que mis ojos vieron dice más que mil palabras.

            ¿No me diga que usted también va a reaccionar de la misma manera que el otro hombre? – Se atrevió cuestionarlo la mujer.

            Mire mejor cállese antes de que se me olvide que usted es una mujer. – La fulminaba con la mirada.

            ¿Mokuba, qué sucede? – Preguntó otra persona que acababa de llegar.

            Vámonos de aquí Noah, no tengo nada más que hacer aquí.

            ¿Pero por qué? – Indagó sin entender nada.

            Mokuba, no te vayas por favor. – Suplicaba el rubio, absteniéndose las ganas de llorar.

            Antes que se vaya, le diré lo mismo que le dije a su hermano. – El pelinegro detuvo su caminar, al oír hablar esa mujer. – Que afortunado es usted Kaiba, al tener a un hombre tan guapo y noble como Joey, cuídelo mucho, no vaya ser y en una de esas alguien se lo quiera quitar.

            QUE CÍNICA ES USTED. – Gritó a todo pulmón. – CÓMO SE ATREVE A REPETIRME LAS MISMA PALABRAS QUE LE DIJO A MI HERMANO. – La miraba seriamente a los ojos.

            Lo hice con el único propósito de que tal vez se den cuenta de lo que están a punto de perder. – La mujer no se dejaba intimidar ante la mirada del ojiazul.

            Ya escuché suficiente, ahora me doy cuenta que fui un tonto por no apoyar a mi hermano. Estoy muy decepcionado de ti Joey. – Volteó a ver a su amigo de manera despectiva.

Todos los presentes estaban en shock, nadie se atrevía a decir nada, y se limitaban a verse unos a otros.

            Por favor Mokuba, al menos déjame explicarte.

            No quiero escuchar más de tus mentiras, si te quieres seguir revolcando con ésta… – La miró con desprecio. – Pues hazlo, no me importa. Una cosa si te digo, yo mismo me aseguraré de que no te le vuelvas acercar a mi hermano. Y tu Ryou, ¿cómo pudiste ser cómplice? ¿Cómo fuiste capaz de permitirles de que se vieran en tu departamento a escondidas? Que tuvieran sus amoríos en este lugar. Estoy empezando a entender muchas cosas, por esa razón es que no querías dejarme pasar a tu departamento, porque sabías perfectamente que ellos se estarían revolcando en tu departamento.

            Mokuba, te estás precipitando a los hechos, deberías escuchar a Joey.

            NO TENGO POR QUÉ SEGUIR OYENDO LAS EXCUSAS Y MENTIRAS DE ESTE PERRO CALLEJERO, NO ES MÁS QUE UN PROSTITUTO BARATO, UNA ZORRA QUE LE ABRE LAS PIERNAS A CUALQUIERA, ME DAS ASCO JOEY, ¿CÓMO PUDISTE TRAICIONAR EL AMOR Y LA CONFIANZA QUE MI HERMANO TE TENÍA? DE SEGURO LO ENGATUSASTE POR SU DINERO, TE QUERÍAS BENEFICIAR A SUS COSTILLAS, YA ME IMAGINO CON CUÁNTOS TE HABRÁS ACOSTADO YA DURANTE TODO ESTE TIEMPO, DE SEGURO ESE BASTARDO QUE LLEVAS NO ES HIJO DE MI HERMANO. – Todas las palabras que decía lo hacía con el propósito de lastimar a la persona que decía ser su cuñado.

¡PLAFT! – Se escuchó un ruido muy fuerte en toda la habitación, el rubio se había atrevido a darle una bofetada en la cara al pelinegro, dejando a todos desconcertados incluyendo a la persona que recibió el golpe.

            Snif, snif, snif, snif, snif, snif… Podrás insultarme todo lo que quieras, pero no permitiré que insultes a mi hijo… Snif, snif, snif, snif, snif, snif… Y lo creas o no, este bebé es de Seto… Snif, snif, snif, snif, snif, snif…

            Joey… – Susurró el albino.

            Si no estuvieras embarazado esta ofensa te la habría hecho pagar muy caro, así que agradéceselo al bastardo que llevas dentro. – Era la primera vez que lo miraba con odio.

            Es mejor que te vayas Mokuba.

            No te preocupes Ryou, en este mismo momento me largo de aquí, y esto no se quedará así perro estúpido. Vámonos Noah. – Estaban por irse hasta que se escuchó una voz.

            No debería irse sin antes arreglar este mal entendido. – Manifestó la mujer. – No cometa el mismo error que su hermano.

            El único error que cometió mi hermano fue el de involucrarse emocionalmente con este prostituto barato, eso es lo que es, no se le puede llamar de otra manera.

            Pero…

            Snif, snif, snif, snif, snif, snif… Déjalo que se vaya, Shizuka.

Cuando el pelinegro escuchó ese nombre detuvo su caminar, posteriormente volteó a ver hacia atrás.

            ¿Qué fue lo que dijiste? ¿Acaso escuché bien?

            ¿Qué sucede Mokuba? – Le preguntaba su novio.

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            Qué bueno que llega.

            ¿Qué sucede? ¿Por qué está tan alterado?

            Usted es el único que sabe del por qué estoy aquí.

            Así es, aun así no me ha respondido mi pregunta.

            Lo pondré al tanto de todo para que no se lleve una sorpresa ahí dentro.

            Hable ya de una vez, ¿qué está sucediendo?

            Resulta que hoy en la tarde llegó una mujer al departamento del joven Ryou.

            ¿Una mujer? No veo cuál es el problema.

            El problema es… – Se quedó pensando por un momento para ver si era correcto contárselo, o no.

            Marik, por favor hable ya.

            De acuerdo, la mujer que llegó es la misma persona a quien yo debía de informarle a Seto si la veía visitar a Joey.

            Se refiere a la misma mujer con la que se supone que Joey está engañando a su esposo.

            Si.

            Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja…

La otra persona frunció el ceño al ver como el otro se reía a carcajadas, era como si le había contado un chiste.

            ¡Oiga, no se ría! Esto es serio.

            Discúlpeme por favor, es que... – Hacia lo posible por no reírse. – Usted no lo entiende.

            ¿Y qué debo de entender?

            Yo sé quién es esa mujer.

            ¿Qué? ¿Es eso cierto, no me está mintiendo Bakura?

            Marik, no tengo por qué mentirle.

            Entonces dígame por favor, ¿quién es ella?

Continuará…

N/A: ¿Se atreverá el neko en ir a buscar a su cachorro? ¿Cómo reaccionará Mokuba al saber la verdad? ¿Logrará Joey perdonar a su cuñado? ¿Creen ustedes que se pasó el pelinegro al decirle todo eso a Joey? Todo esto y más lo iremos descubriendo en los siguientes capítulos, no deben perdérselos, mil gracias por todo su apoyo, no olviden dejar sus comentarios que yo con mucho gusto les responderé.

Me despido de ustedes con mucho cariño, les mando muchos besos, y un fuerte abrazo virtual.

Atte.:

         KAT.