Los Ojos... Son El Reflejo del Alma...

Capítulo 58: Persecución…  II parte.

Declaimer: Como siempre… Bla, bla, bla, bla, bla, bla… Los personajes de YU – GI – OH!, “No me pertenecen”… Chiquiris maquiris, son propiedad de su respectivo autor, abra cadabra, solamente hago este fic porque me encanta escribir, y que ustedes se diviertan de mis locuras… Es mi manera de expresar lo que siento, y tener la dicha de poderlo compartir con todos mis lectores…

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Horas más tarde…

Un joven empresario había llegado a su oficina desde la mañana, revisaba los documentos para ver si todo estaba en orden, se sorprendió un poco al ver el trabajo que había realizado el faraón.

            “Tal parece que no me equivoqué en elegirte, has sabido desempeñar muy bien el cargo que tienes, has dirigido esta empresa sin problemas, y gracias a eso es que he podido visitar a mi cachorro todos los días y hacer otras gestiones de suma importancia”. – Pensaba para sí mismo, dejó por un momento lo que estaba haciendo para estirarse un poco y relajarse. – “Según la información que nos dio Hime, muy pronto encontrará a ese maldito desgraciado y estaré presente para cuando eso pase. También me sorprendieron las preguntas que Pegasus me hizo el sábado, según él, yo no me iba a dar cuenta de que lo único que deseaba saber era si yo estaba de acuerdo con que Mokuba anduviera con su hijo. No voy a negar que al principio me desagradó la idea, pero tratándose de la felicidad de mi hermano, no me quedó de otra más que de aceptar que anduviera con el joven Pegasus… Lo único que me preocupa es el señor Wheeler, no entiendo por qué esa obsesión de quererse involucrar, no es necesario que lo haga, si se llegase a presentar en el momento de la captura podría estropearlo todo, tengo que buscar la manera para que desista de esa tontería. Hay algo que no me cuadra en todo esto, ¿por qué un hombre de gran prestigio decidió hacer el trabajo sin cobrar sus honorarios? No me trago eso de que lo hizo por asuntos personales, para mí que aquí hay algo más, la pregunta del millón es… ¿Qué?... Mhg, no me quedará de otra que hacer mis propias investigaciones para descubrir este misterio, no me gustaría que se involucraran más personas inocentes. Esto es algo entre Pegasus y yo”. – El sonido del teléfono que había en su oficina lo sacó de sus pensamientos.

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Las clases llegaron a su final, todos los estudiantes salían rápidamente para irse a sus casas. Un grupo de jóvenes venían platicando amenamente, hasta que uno de ellos logró ver a alguien que lo esperaba en la puerta de salida, salió corriendo para ir a saludarlo dejando a todos sus amigos boquiabiertos como diciendo: Y a este que mosca le picó.

            ¡Yami! – Se le tiró a sus brazos y sin pensarlo le dio un beso en la boca. – ¡Que sorpresa! Porque no me dijiste que ibas a venir por mí.

            Hola amor, quería sorprenderte.

            ¿Qué pasó con tu trabajo?

            Por alguna razón Kaiba me pidió que no me presentara hoy a trabajar.

            ¿De verdad? – Su cara reflejaba mucha alegría.

            Claro que si, por eso decidí venir por ti.

Justo en ese momento, sus amigos estaban llegando.

            Lo veo y no lo creo. – Comentó uno de ellos.

            Ver para creer Tristán. – Le respondió su amiga.

            Hola chicos. – Saludó el mayor.

            Hola Yami. – Respondieron al unísono.

            ¿Qué les parece si vamos todos juntos a almorzar?

            Yo me apunto. – Expresó contento el castaño, pero recibió un codazo en sus costillas por parte de su amiga. – ¡Auch! ¿Por qué me golpeas?

            Sí que eres idiota Tristán, Yūgi casi no se ve con su novio y tú quieres hacer mal tercio.

            Yo no tengo la culpa de que él nos esté invitando a comer.

            Amigos por favor no se peleen. – Intervino un joven albino.

            Gracias por la invitación Yami, pero podemos dejarla para después. – Decía hipócritamente la ojiazul.

            De acuerdo, en ese caso nos vamos Yūgi.

            Claro que si amor. – El mayor dio la media vuelta para caminar, en eso la otra persona aprovechó el momento para decir: – Muchas gracias Tea.

            No hay nada que agradecer, anda, vete ya.

            Adiós amigos, hasta mañana.

            Adiós Yūgi.

Al cabo de cinco minutos, estaba llegando otro joven.

            Baki, mi amor.

            Discúlpame el retraso amor.

            No te preocupes.

            Si ya estás listo, nos podemos ir.

            Claro que si amor. Adiós amigos.

            Hasta mañana Ryou.

            Bueno, yo también me voy.

            Está bien Tristán, nos vemos mañana.

            Hasta mañana Tea.

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            Siento raro al ir a comer a tu mansión Noah.

            ¿Por qué dices eso amor?

            Generalmente tú vas más seguido a comer a la mía.

            Eso es cierto, pero no debes sentirte raro.

            La verdad es que me daría mucha pena encontrarme con tu padre.

            No te preocupes, el suele llegar hasta en la noche.

            De acuerdo, tú ganas.

            Anímate Mokuba, acuérdate que mi padre ya sabe que tú eres mi novio.

            Si lo sé, pero no estoy muy seguro de que me haya aceptado del todo.

            Claro que sí, ya verás que con el tiempo ustedes se llevarán bien.

            Creo que tienes razón.

            Entonces, vamos.

            Sí.

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Una joven se dirigía a su consultorio en su auto convertible, en el camino pensaba en muchas cosas, pero lo que realmente la tenía pensativa fue lo ocurrido en casa de uno de sus pacientes.

            “A veces me siento como una verdadera idiota, ni siquiera sé si habré hecho lo correcto. ¡Mierda! ¡Que rayos te pasa Aime! Deja de comportarte como una estúpida colegiala, ya no estás en edad para romances estúpidos. Todavía puedo sentir su beso en mis labios, su mirada tan penetrante que me dejó cautivada, ya no puedo seguir negándolo, me he enamorado de uno de mis pacientes. Esto que siento por él es inevitable, su beso me dejó sin aliento y sentía como mi corazón latía a mil. Lo bueno de todo esto es que yo le gusto. Me pidió una cita… Me pidió una cita”…  – Pensaba una y otra vez y su rostro estaba completamente ruborizado. – “Es la primera vez que un hombre me hace tan feliz, todo el me gusta, pero sobre todo, me ha sorprendido su cambio, ya no es aquel hombre grosero, antipático, enojado que era, ahora es diferente, veo un hombre que ha cambiado por completo, me he dado cuenta que ama a su hijo, siempre lo ha querido. Lo malo es que nadie le dio la oportunidad de acercarse a él, nadie lo pudo comprender y en vez de eso, provocaban su ira a tal grado que perdía el control y desquitaba su coraje con la única persona que era importante para él. No sé cómo, pero yo haré que padre e hijo se reconcilien, es lo menos que puedo hacer por él, lo amo tanto, que me gustaría verlo feliz aunque sea por un segundo”.

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            Abuelito ya llegué.

            Hola Yūgi, ¿cómo te fue en la escuela?

            Muy bien abuelito, a que no adivinas quien ha venido a comer con nosotros.

            Vinieron tus amigos a comer.

            No abuelito…

En ese momento estaba entrando un joven alto de cabellos de tres colores.

            Buenas tardes Solomon. 

            ¡Oh! Buenas tardes joven, pase por favor, está en su casa.

            Muchas gracias.

            No se supone que a esta hora debes de estar trabajando.

            Así es, pero mi jefe me dijo que me tomara el día libre.

            Entiendo, le agradezco mucho que haya ido a traer a mi nieto.

            No me lo agradezca.

            Ven Yami, vamos a la mesa.

            Pero que modales los míos, adelante pasen, enseguida les serviré el almuerzo.

            Déjeme ayudarlo por favor.

            Está bien muchacho, vamos.

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En algún lugar de Ciudad Domino…

            Buenas tardes.

            Buenas tardes señor.

            Díganme si han logrado averiguar algo.

            Hemos alertado a todos los medios de transporte y a la vez les mandamos su fotografía, si decide viajar por cualquier medio, se comunicarán con nosotros inmediatamente.

            Espero que les hayan dicho que todo lo deben de manejar con mucha discreción. 

            Claro que sí señor.

            Excelente, hay que estar alerta en todo momento… “Ese maldito, no se escapara esta vez”. – Esto último lo había pensado para sí mismo.

            No se preocupe, usted tendrá todo el respaldo que necesite.

            Muchas gracias, bien por el momento me retiro.

            De acuerdo señor Hime.

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            Gracias por aceptar comer en mi mansión.

            No tienes nada que agradecer amor.

            Baki.

            ¿Qué sucede?

            ¿Cómo viste a Joey?

            Pues, creo que está bastante mejor. ¿Por qué me preguntas?

            Bueno yo…

            Amor, me estas preocupando.

            Lo siento, esto que voy a decirte no se lo he dicho a nadie.

            A ver dime de qué se trata.

            Cuando estamos con Joey, he notado que él se me queda viendo de una manera extraña.

            ¿Extraña?

            Si.

            Amor, explícame a que te refieres.

            No sé cómo explicarte Baki, quizás sólo sea mi imaginación.

            No lo creo mi niño, por favor trata de ser más explícito lo que has notado de tu amigo.

            Lo intentaré. – Dio un fuerte suspiro. –  No sé si hace lo mismo cuando tu entras con Yami a verlo, pero cuando estoy con él, se pone algo nervioso, no deja de mirarme varias veces, es como si quisiera decirme algo pero no lo hace, no presta mucha atención a las conversaciones de sus amigos, siempre mira de un lado a otro como si mi presencia le incomodara.

            Sí que es extraño lo que me estás diciendo, porque cuando estoy con el no hace nada de eso, es más, se queda muy quieto, creo que lo hace porque me tiene miedo y no lo culpo por eso. 

            A lo mejor son suposiciones mías.

            No amor, nada de eso, te agradezco que me hayas tenido la confianza para decírmelo. Si te hace feliz, la próxima vez que lo visitemos, le diré a Yami que entre contigo para ver si hace lo mismo. ¿Te parece bien mi idea?

            Claro que si amor, muchas gracias.

            Amor, no tienes nada que agradecer. – Le dio un beso en los labios.

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Una joven de cabellos castaños y ojos azules, después de haber almorzado decidió irse a su cuarto, no dejaba de pensar en muchas cosas, sobre todo la plática que había tenido con sus amigos.

            “No he dejado de pensar, ¿por qué cancelaria el viaje Kaiba? ¿Por qué no habrá llegado el sábado? Normalmente siempre que llegábamos él ya estaba ahí, y qué era eso tan importante que tuvo que hacer para no haber llegado ese día. A veces me da coraje que Kaiba le esté dando prioridad a ese estúpido perdedor. Que rayos le vio a esa mosca muerta para que se enamorara perdidamente de él, sigo pensando que yo soy mil veces mejor que ese fracasado, debió de haberse fijado en mí, y no en una cualquier mosca muerta como Joey. ¿Por qué no te das cuenta lo mucho que te amo Kaiba?” – Se levantó de la cama y caminó hacia una mesa de estudio que tenía en su cuarto, abrió una de las gavetas y sacó una libreta, en ella tenía muchos recortes de periódicos en donde salían fotos del famoso empresario. – “Te amo tanto, no quiero compartirte con nadie, absolutamente con nadie”. – Le dio un beso a una de las fotos del periódico.

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La noche había caído finalmente cubriendo toda la ciudad con un precioso manto de estrellas y una hermosa luna llena, un joven de cabellos castaños estaba llegando a su destino. Se bajó de su automóvil y caminó en dirección a la puerta principal, en una de sus manos llevaba un portafolio color plateado, estaba por tocar el timbre cuando en eso la puerta se abrió encontrándose con dos jóvenes albinos.

            ¿Kaiba? – Preguntó uno de los dueños de la mansión.

            Buenas noches. – Saludó con seriedad. – ¿Se encuentra el señor Ishtar?

            Si, pase por favor, enseguida le avisaré que usted lo busca.

            Gracias. – Caminaba hacia el interior de la mansión, siendo observado por ambos jóvenes.

            Baki, si gustas espérame un momento en lo que le hablo a mi hermano.

            Claro amor ve.

En cuanto se retiró, el albino mayor se quedó solo con el recién llegado y sin pelos en la lengua se atrevió a preguntar.

            ¿Has venido a hablar con el señor Ishtar de algo importante?

El CEO lo volteó a ver con seriedad.

            Si no fueras el hijo del señor Pegasus, no tendría por qué responder tu pregunta, pero en este caso haré una excepción. Y mi respuesta es sí.

El albino se molestó un poco, pero no era el momento para comenzar una discusión innecesaria, por lo que mejor decidió en hacerle otra pregunta.

            ¿También mi padre tiene que ver en esto?

            Digamos que sí.

No terminó de hablar ya que en ese momento estaba entrando un hombre de cabello cenizos al lugar.

            Buenas noches.

            Buenas noches. – Respondieron al unísono.

            Seto, vayamos a mi despacho para que podamos hablar sin problemas.

            De acuerdo.

Comenzaron a caminar, pero una voz los detuvo.

            Si mi padre tiene que ver en esto, considero que yo también debo de estar informado.

Los dos hombres se voltearon a ver unos a otros.

            No sé tú, pero yo no tengo ningún inconveniente en que él, esté presente.

            ¿Qué tanto sabes sobre el asunto? – Le preguntó el castaño.

El albino analizaba su pregunta, se quedó pensativo por unos segundos, después de meditarlo le respondió.

            Lo único que sé es que mi padre no ha dejado de buscar al maldito desgraciado que arruinó la imagen de su escuela.

            Lo sabía, tú no sabes nada. – Expresó el ojiazul.

            Oh vamos Seto, no seas tan duro con el muchacho, creo que merece la oportunidad de que esté con nosotros.

            Como quieras. – Contestó algo fastidiado.

            Síguenos joven Pegasus.

            Muchas gracias señor Ishtar.

Una vez que estaban adentro del despacho…

            Te acuerdas cuando te comenté que el viaje lo había pospuesto.

            Claro que me acuerdo y también me dijiste que tenías un asunto que resolver.

            Pues bien, iré al grano. Entre el señor Pegasus y yo, decidimos contratar un detective privado para que pudiera dar con el paradero de ese maldito idiota.

            No me digas que ya lo encontraron.

            Todavía no.

A todo esto, el albino mayor estaba sorprendido por todo lo que escuchaba, su padre nunca le había dicho que había contratado un detective privado junto con el señor Kaiba. Ahora se estaba dando cuenta de las palabras que le había dicho anteriormente el CEO, él no sabía nada, por lo que decidió no meterse en la conversación hasta que lo creyera conveniente.

            Al menos dime que tienes información sobre ese maldito.

            Precisamente a eso es que he venido. – Puso el portafolio que traía sobre el escritorio para abrirlo y comenzó a sacar un folder, posteriormente le entregaba unas páginas de papel a la otra persona. – Si lo lees detenidamente, te darás cuenta la clase de persona que es ese sujeto y déjame decirte que es un hombre de lo peor.

Comenzaba a leer el documento, luego exclamó.

            ¡No puedo creerlo! – Manifestaba incrédulo.

Finalmente, el albino decidió intervenir.  

            Dígame por favor que es lo que dice ese documento.

El moreno después de leerlo, se lo pasó a la otra persona para que también lo leyera.

            Hay algo más. – Concluía el castaño.

            Se lo que vas a pedirme y con gusto te daré mi respuesta definitiva. De ya te digo que puedes contar conmigo para que ese maldito pague por todo el daño que ha hecho.

El CEO medio sonrió con malicia.

            Eso era justamente lo que quería escuchar.

Continuará…

N/A: ¡Uy! Ahora sí que se está poniendo bueno, ¿cómo terminará todo esto? ¿Cuál será el final del villano? ¿Yami y Yūgi se quedarán juntos? No se pierdan la continuación de esta interesante historia, nos leeremos en el siguiente capítulo.

Atte.:

            KAT.